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sábado, 2 de mayo de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA MAMA DEL AÑO



Así es como muchos medios de comunicación han llamado a la mujer que fue a sacar a su hijo de 16 años de una manifestación violenta en la que estaba participando en la ciudad estadounidense de Baltimore. Esta madre reconoció a su hijo al ver por televisión las imágenes de los disturbios, y no dudó en salir a buscarlo y sacarlo de allí, utilizando empujones y cachetadas, y lo que hiciera falta. No es nada nuevo que una madre haga algo así, pero la presencia de una cámara de televisión a escasos metros, captando la escena, ha hecho que la historia dé la vuelta al mundo, y me ha motivado a mí a hacer un análisis de la misma.
       Son varios los aspectos que se me ocurre analizar. El primero es sobre las reacciones públicas que ha generado. Mientras que la gran mayoría apoya y aplaude la acción decidida de la madre de poner disciplina y retirar a su hijo del peligro, sin importar cómo, no faltan sectores muy críticos hacia esta actitud, tanto por parte de activistas contra la discriminación de la raza negra, que critican a la madre falta de apoyo en su causa por evitar la participación de su hijo, y hasta la ven como traidora; como, por parte, de activistas en pro de los derechos humanos que critican la forma agresiva en que la madre actuó con su hijo públicamente; activistas que incluso piensan demandarla.
       Como suele pasar, nunca llueve a gusto de todos. Los activistas, cualquiera que sea su causa, suelen tener cierta tendencia al radicalismo, a interpretar las causas demasiado al pie de la letra, y a no tener empatía ni ojos para otra cosa que no sea su causa. Los que son padres, y sobre todo madres, han sentido una empatía especial hacia la situación de una mujer que ve a su hijo en una situación de riesgo, porque casi todos los que son padres y madres se han visto o se han imaginado en una situación parecida alguna vez y han sentido o se han imaginado su reacción, que no sería muy diferente de las de esta madre de Baltimore. De hecho este nombre de “la madre del año” ha sido dado inmediatamente por los medios, lo que implica también la inmediata empatía y simpatía de parte de los medios de comunicación. Por algo será.
       Lo que reclaman los críticos activistas podrá ser muy respetable, pero lo que reclama una madre sobre su hijo lo es mucho más todavía. Resulta contradictorio que en las calles se esté produciendo violencia de la de verdad, sin que nadie ponga el grito en el cielo, y se quiera demandar a esta madre por maltrato a su hijo por usar jalones, empujones y alguna cachetada precisamente para sacarlo de la violencia de verdad.
¿Es realmente maltrato esa acción? Bueno, todo depende del contexto. Entiendo que este contexto justifica plenamente la acción porque es una situación puntual, extraordinaria, no habitual, no desproporcionada, que es realmente efectiva, que no causa daño o lesión física ni tampoco psicológica, sino por el contrario, pretende servir como golpe de efecto contra un mal mucho peor. Las palabras y los sermones vendrán después ya en casa; pero ahí, en la calle, en ese momento, las palabras suaves no podían funcionar; era necesaria una acción más allá de lo correcto para ser efectiva. Muchas veces la acción débil no es efectiva, y la falta de acción es el peor de los maltratos.
Otro aspecto interesante de analizar es la reacción del muchacho ante la acción decidida de la madre. Reacción de sumisión. Curioso, es un muchacho muy joven, alto, que está participando en actos violentos en la calle, enfrentándose a la “autoridad”, llámese policía. Llega la madre, lo saca de ahí a empujones y jalones, lo cachetea por su acción, y el muchacho acata sumiso la acción de la madre, prácticamente sin replicar. Con ello estaba aceptando la razón de su madre, o por lo menos, su autoridad para no permitirle estar ahí.
La autoridad de los padres puede y debe ser muy grande; mucho más que la de la policía, pero hay que saber ejercerla sutil y continuamente mediante el ejercicio de la razón. Eventualmente, cuando esto no funciona, es aceptable alguna acción como golpe de efecto que desbloquee la sinrazón del hijo, siempre que sea proporcionada y muy esporádica. Peor es la pasividad al ver que el hijo pierde su camino. ¿Por qué asumí antes que la acción de esta madre fue esporádica y no habitual? Pues porque si fuera habitual el muchacho no habría resultado impactado por la misma, no habría acatado la autoridad de la madre, hubiera peleado con ella, y, probablemente hubiera vuelto a la calle.
Por último, pero si esta madre tiene la autoridad que tiene sobre su hijo, ¿Por qué el hijo “se le sale del huacal” y se va a la calle a enfrentarse a la policía? Pues porque, todos los sabemos, no siempre es fácil el adecuado control sobre los hijos. Es tanto más difícil cuanto menos tiempo dispongamos para ello, cuanto menos apoyo tengamos, y, claro, cuantos más hijos tengamos. Esta señora es madre de seis hijos, y ella sola está sacando adelante a todos. Ignoro más circunstancias, pero imagino que aunque reciba alguna pensión alimenticia, ha de tener que trabajar para procurarles un futuro mejor, por tanto, ha de disponer de poco tiempo para ellos. ¿Les suenan familiares estas circunstancias? Pese a ello, esta señora tiene el carácter que se necesita para, pese a las dificultades, recuperar a una oveja que se va por otro lado.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 25 de abril de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: HIJOS DE ALCOHÓLICOS


        En Estados Unidos se estima que uno de cada cinco niños crecen en una familia con alguno de los padres alcohólico. Aunque en El Salvador no hay unas estadísticas confiables, la cultura machista que tradicionalmente ha imperado, y que suele enseñar que el consumo de alcohol es uno de los símbolos que caracterizan la condición de hombría, invita a pensar que aquí las cifras no han de ser más favorables.

       Esas estadísticas muestran también que estos niños tienen cuatro veces más probabilidades de convertirse en alcohólicos, que están en alto riesgo de sufrir problemas emocionales, y que la mayor parte de ellos han experimentado alguna forma de negligencia o abuso. Los problemas que el alcoholismo de los padres puede ocasionar en los hijos pueden ser muy diversos en función de las circunstancias de cada familia, pero podemos generalizar sobre algunos problemas típicos que pueden surgir en los hijos de hogares de alcohólicos:

       Inestabilidad. El hijo se decepciona profundamente y pierde al padre alcohólico como guía y referencia fundamental en su desarrollo y educación. Se sentirá confundido por los continuos cambios de humor y de criterio del padre alcohólico. La ausencia de referencia y de criterio le hará tener un comportamiento inestable y errático, no tendrá unos hábitos ordenados en su vida, no sentirá estímulo para afrontar su futuro y, en general, no confiará en las personas. Probablemente sufrirá o verá violencia doméstica.

       Probable fracaso escolar; desinterés en asistir a clase, e interés en andar en la calle. Posible comportamiento antisocial, desde agresividad generalizada, hasta robo o violencia. Probable pensamiento suicida.

       Culpa. El hijo sentirá vergüenza por la situación familiar, y una profunda tristeza, y no se desempeñará con normalidad fuera del hogar; en algunos casos tenderá a aislarse de los demás junto con su problema, y puede caer en depresión; en otros casos puede tener un comportamiento opuesto, tratando de compensar esa tristeza profunda con comportamientos lúdicos desmedidos y fuera de tono. En uno u otro caso hay alto riesgo de caer en el consumo de alcohol o drogas. La confusión en el hijo puede hacerle interpretar que su comportamiento inadecuado es la causa del alcoholismo de su padre o madre, y se sentirá culpable por ello.

       Excepcionalmente, algunos hijos de alcohólicos pueden actuar como "padres" responsables dentro de la familia y entre amigos. Pueden enfrentarse al alcoholismo haciéndose "sobrecumplidores", y mostrando un comportamiento hipermaduro, impropio de su edad. Sin embargo, el drama va por dentro, y los problemas emocionales pueden aparecer cuando sean adultos. Aunque el niño trate de mantener el alcoholismo en secreto, profesores, familiares y amigos pueden detectar que algo no está bien.

       Es común que el cónyuge, habitualmente la mujer, se vea obligada a un sobreesfuerzo para compensar la situación, que el daño no sea tan acusado, y que los hijos no pierdan el interés por su futuro y no caigan en conductas de riesgo, lo cual es bastante. Conseguir más que eso no es imposible, pero no es fácil sin apoyo. Ello supone un desgaste emocional enorme.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.



sábado, 11 de abril de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL GURU





       En algunas especialidades de la salud, incluida la salud mental, sucede a veces que un profesional extranjero con los oportunos contactos en el País viene por un periodo de tiempo acá a pasar consulta a personas que le esperan como quien espera al gurú. Estos profesionales, cobrando honorarios desorbitados, y amparados en nuestro característico malinchismo, y en la pasividad del Consejo Superior de Salud Pública, pueden hacer una excelente recaudación en un par de semanas, al grado que, además de compensarles el pasaje y la estancia, les deja un suculento beneficio.

No voy a discutir su calidad profesional; me imagino que ha de ser acorde a la demanda que tienen en su país de origen, y que les permite el suficiente tiempo libre para ir a buscar el negocio a otra parte. Lo que me llama la atención es la actitud de aquellos que discuten los honorarios habituales de las consultas médicas, y acuden, pagando cantidades hasta diez veces superiores, al otro profesional foráneo, de cuyo currículum lo único que importa es que viene de fuera.

       En lo concerniente a la salud mental, particularmente la infanto-juvenil, he detectado que algunos de los consultantes de estos profesionales son personas cuyos hijos manifiestan problemáticas que se han venido incubando desde hace tiempo, como consecuencia de una escasa e inadecuada atención y seguimiento de su evolución por parte de los padres. Consultando a estos profesionales, los padres lavan su conciencia al gastar “una fortuna” en que a sus hijos los trate un profesional extranjero, aunque a penas los vea dos o tres veces. Lógicamente, después de las dos o tres consultas, el problema persiste, tanto en los hijos, como en los padres, que siguen convencidos de que “más ya no pueden hacer”. 
No nos engañemos; en salud mental no existen varitas mágicas, ni aquí, ni en el extranjero. Deben ser los propios padres los mejores especialistas en preservar la salud mental de sus hijos, y ello requiere responsabilidad, compromiso, vocación y dedicación. Cuando la salud mental se desvía, y se busca la ayuda de un profesional, hay que estar conscientes de que reconducir una conducta requiere de cierto tiempo y seguimiento, y no exime de responsabilidad y compromiso a los padres, que deben prestar su colaboración necesariamente; de otro modo, no hay mucho que se pueda hacer.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.




sábado, 28 de marzo de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS NIÑOS Y LA MENTIRA



A veces la preocupación de los padres cuando su hijo miente es injustificada, y se debe a no saber interpretar algunas manifestaciones de niños. Sin embargo, otras veces las mentiras tienen un significado mucho más serio y profundo que el que los padres le dan. Vale la pena orientar un poco a los padres sobre este tema. La mentira, en principio, no debe preocupar a los padres en los siguientes casos:

A los niños pequeños (de unos 4 ó 5 años) les gusta hacer cuentos e inventar historias. Esta es una actividad normal porque ellos se divierten oyendo e inventando cuentos. Frecuentemente confunden un poco la realidad con la fantasía, y esto nada tiene que ver con mentiras.

Los adolescentes suelen descubrir que las mentiras pueden considerarse aceptables en algunas situaciones, como por ejemplo, no decirle al novio/novia la razón real del rompimiento para no herir sus sentimientos. En realidad los adultos suelen utilizar la misma estrategia para evitar decir algo que no agrade o otras personas. Aunque ello puede ocasionar inconvenientes, se trata de un problema cultural más que de salud mental.

No es preocupante tampoco que los adolescentes mientan para proteger su privacidad, tan importante para ellos. La mentira es una defensa propia ante algo que ellos consideran una intrusión.
       
Hay algunos casos en los que la mentira, en principio, no es un síntoma preocupante, pero que pudiera llegar a serlo si no se maneja convenientemente, por ejemplo:

Un niño mayor o un adolescente puede decir mentiras interesadas (para no tener que hacer algo, o negando responsabilidad por sus acciones para evitar un castigo). Es una tendencia natural que indica un nivel de responsabilidad bajo, y, por tanto inmadurez. Los padres deben de reaccionar a este tipo de mentira ocasional hablando con el niño y explicándole cuán importantes son la verdad, la honradez, la confianza, y el sentido de la responsabilidad, e incluso haciéndole sentir “levemente” la pérdida de confianza, pero a la vez estimulándolo, expresando el deseo de recuperarla. Debe esperarse que poco a poco el problema vaya desapareciendo. Si al pasar los años no desapareciera, entonces sí es preocupante.

       En cualquier caso, vemos que se trata de mentiras ocasionales, coyunturales y justificadas, aun cuando esa justificación sea subjetiva. Sí deben preocuparnos, por contra, tipos de mentira habituales, que se repiten muy seguido, o mentiras absurdas e injustificadas, por ejemplo: 


Algunos niños ya grandecitos, y adolescentes incluso, sabiendo la diferencia entre la verdad y la mentira, cuentan con gran entusiasmo historias que parecen verdaderas, ya que reciben mucha atención mientras cuentan la mentira.

Otros niños y adolescentes, que por lo general actúan de manera responsable, caen en el patrón de mentir repetitivamente, creyendo que es la mejor manera de satisfacer las demandas de sus padres, maestros y amigos.  Estos niños usualmente no están tratando de hacer mal, pero el mentir repetidamente se convierte en un mal hábito. 
Otros simplemente reproducen el modelo que ven en el hogar.

Hay otros niños y adolescentes a quienes no les importa mentir para aprovecharse de los demás, o con intención de causarles algún perjuicio. Algunos adolescentes mienten frecuentemente para ocultar otros problemas serios, como alcohol y drogas, o mal desempeño escolar.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.