lunes, 7 de marzo de 2011

Odio a Estados Unidos vinculo de unión entre Khadafi y ex guerrilla salvadoreña

Tomado de Diario El Mundo

Fueron Schafik Hándal y Cayetano Carpio los primeros en contactar a Muamar al Gadafi en Libia para pedirle ayuda para la guerrilla. Siempre estuvo enterado de lo que sucedía aquí. Fue benefactor de la guerrilla. En una ocasión, con mucha ingenuidad, ofreció una nave cañonera para bombardear objetivos militares localizados a 110 kilómetros.

Por Lafitte Fernández

En aquella larga tienda rectangular hecha con pelo de camello y cabra, como las elaboran los beduinos, Muamar el Gadafi hizo el ofrecimiento: propuso enviar a las costas salvadoreñas una cañonera con capacidad para bombardear objetivos militares localizados a 110 kilómetros de distancia.

El ofrecimiento fue atrevido pero muy cargado de ingenuidad. Cuando el sorprendido enviado salvadoreño de la guerrilla escuchó aquello, tragó saliva gruesa.

Aquellos eran tiempos en los que el FMLN libraba rudas y violentas batallas contra los militares en buena parte del territorio nacional. En esa guerra, el FMLN tenía a Gadafi, desde muchos años atrás, como un colaborador y aliado suyo.

Por eso ese hombre estaba junto a Gadafi: buscaba renovar la ayuda que, periódicamente, Libia le daba a la guerrilla salvadoreña, un movimiento que Gadafi veía con buenos ojos desde los años setenta. Gadafi hablaba con su interlocutor ayudado por un traductor. Sobre una pequeña mesa estaba colocado un mapa de El Salvador.

El emisario de la guerrilla le explicaba a Gadafi lo que sucedía en el país en aquellos años 80 en los que la guerra tendía a recrudecerse.

La tienda había sido plantada en un territorio desértico de Libia, donde había llegado el negociador local después de cumplir un largo y secreto viaje que lo llevó a dar mil vericuetos por diversas partes del planeta.

Finalmente aterrizó en el aeropuerto Fiumiccino de Roma, desde donde tomó un vuelo de Libia Airways que lo llevó hasta las cercanías de Trípoli. Poco después de su arribo, sus huéspedes lo instalaron en un hotel con atenciones bastante occidentalizadas. La misión del emisario era archisesecreta. No era la primera vez que llegaba hasta donde Gadafi. Sabía, sin embargo, que si dejaba alguna huella, el espionaje internacional le seguiría los pasos de cerca.

Ese caluroso día, el hombre fuerte de Libia lo recibía nuevamente en una tienda dotada de todas las comodidades tecnológicas posibles. Hasta teléfonos satelitales había. Lo primero que hizo Gadafi al recibir al salvadoreño fue preguntar por Schafik Hándal.

Sabía que en El Salvador se producía una guerra de guerrillas que él ayudaba a alentar. Estaba al tanto de lo que sucedía aquí. Sus consejeros recibían mucha información calificada.

Hándal era un hombre conocido por Gadafi. Le llamaba el “hermano Schafik”. Desde muchos años atrás, ambos habían sostenido encuentros personales en congresos convocados por naciones árabes a los que asistió el fallecido líder del FMLN.

Cayetano Carpio, el asesinado fundador de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), era, desde los años 70, otro dirigente de la izquierda salvadoreña que permaneció algún tiempo en Libia como invitado de Gadafi, un abogado y militar que participó en un golpe que militares de izquierda le dieron al rey Idris . Gobernaba Libia desde septiembre de 1969.

Informes

Esta vez el emisario salvadoreño no visitó a Gadafi como solía hacer en la Puerta de Azizia, un inmenso cuartel y complejo militar de poco más de seis kilómetros cuadrados que está localizado en las afueras de Trípoli.

Gadafi solía tomar sus principales decisiones en ese complejo adonde, además, permanecían sus principales colaboradores.

Más bien se encontraba con el dirigente libio en una tienda con todas las comodidades modernas que el libio había instalado en las afueras de la capital libia.

Gadafi miraba, fijamente, el mapa de El Salvador que llevaba consigo el enviado y negociador político de la guerrilla salvadoreña.

Aunque estaba bien informado de lo que pasaba aquí, siempre que hablaba de este país pedía al emisario del FMLN que le hiciera un análisis de situación de cuánto ocurría aquí.

Entonces le hablaban de los campos de batalla, de las posiciones más fuertes ocupadas por la guerrilla pero, sobre todo, de las necesidades más apremiantes.

Mientras se le hablaba del crecimiento de las acciones guerrilleras y de las futuras ofensivas generales que se harían, propuso el envío de la cañonera a aguas salvadoreñas.

Pero la propuesta, aunque militarmente imaginativa y poderosa, era casi de imposible cumplimiento: cualquier cañonera sería detectada por la marina de los Estados Unidos. Además, para que llegara aquí, debería, entre otras cosas, cruzar el Canal de Panamá. Era imposible que no la detectaran los enemigos de la guerrilla.

Por eso, el enviado salvadoreño no profundizó en el tema. Simplemente dejó pasar el tiempo para que cayera en el olvido. Nunca creyó en que el plan propuesto de Gadafi tuviese éxito. Entonces, mientras hablaban con la ayuda del traductor, el nacional no insistió en aceptar que se enviara al país una temida cañonera.

Mientras se conversaba sobre otros temas con Gadafi, un amante de la música flamenca y de las carreras de caballos árabes pura sangre, varias mujeres guardaespaldas que se encargaban de la seguridad de libio caminaban de un lado a otro. Como viajaba repetidamente a Libia, el enviado de la guerrilla salvadoreña sabía que no podía llegar hasta el gobernante libio, sin pasar por todos los registros de un grupo de amazonas vírgenes que se encargaban de la seguridad de Gadafi.

Todas ellas son expertas en armas, en combates cuerpo a cuerpo, estilizadas francotiradoras y hasta hábiles pilotos de aviones de guerra. Sin la aprobación de esas mujeres, ningún visitante de Gadafi podía acercársele como lo había hecho el salvadoreño.

A Gadafi lo ataba la guerra en El Salvador ese exacerbado antimperialismo que guió sus pasos desde su llegada al poder.

El estaba convencido que lo que pasaba aquí no era más que una nueva guerra contra el imperio estadounidense.

Ese antiyanquismo lo había llevado a dar importantes recursos a organizaciones tan distantes como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) o la ETA. Pero se dice que Gadafi no proporcionaba armamento a la guerrilla local.

El problema es que era aficionado a la ideología y a las armas rusas, pero aquí preferían ametralladoras como la FAL o M-16. Se ajustaban más a la lucha.

Además, los envíos directos de armas de Gadafi eran muy vigilados, como ocurrió a finales de los años 80 cuando se detuvo, en Brasil, un enorme avión que transportaba armas para la Nicaragua de Daniel Ortega. Siempre se sospechó que esas armas también vendrían al país.

Pero Gadafi sí le dio mucho dinero a la guerra mediante secretos movimientos bancarios que pocos conocían al detalle.

Por eso es que cuando el enviado acabó de hablar con Gadafi, cuando volvió a Roma, solo alzó un teléfono y le dijo a su contacto en el país: “Positivo”.

Eso significaba que pronto llegaría más dinero para la guerrilla, aunque él jamás supo la ruta que la ayuda de Gadafi seguiría.

Khadafi contra ataca y pone temporalmente la balanza a su favor

Tomado de El País

Las tropas leales al dictador recuperan Bin Yauad y preparan su asalto a Ras Lanuf .-Gadafi continúa con su asedio a Zauiya, donde la escasez de alimentos, medicinas y armas merma a los sublevados

J. MIGUEL MUÑOZ

Las tropas leales a Muamar el Gadafi han lanzado una serie de contraataques contra las ciudades controladas por los rebeldes al oeste y al este de Libia, una estrategia que incrementa el temor a que Liba acabe sumida en una guerra civil larga y de consecuencias imprevisibles. Nada en el país magrebí apunta en estos momentos a que el levantamiento contra el régimen de Gadafi acabe con una dictadura de cuatro décadas. Los mercenarios de Gadafi están cada vez más fuertes y los insurgentes, pese a su estado permanente de ebullición, parecen languidecer ante el embate de las tropas del dictador, mejor preparadas y con más armamento. Aunque la revuelta libia tiene su origen en las revoluciones democráticas de Túnez y Egipto, el panorama sobre el terreno se aleja cada vez más de lo que ocurrió en esos países vecinos y se asemeja a la violencia del Irak post Sadam.

Las fuerzas del dictador continúan este lunes con su asedio sobre Zauiya, la ciudad estratégica situada a 50 kilómetros al oeste de Trípoli. Esta plaza está controlada por los rebeldes, pero la escasez de agua y alimentos ya es acuciante, y a ella se ha unido en las últimas horas la falta de armamento. Ante esta situación, los esbirros de Gadafi han incrementado el castigo sobre el enclave, crucial para avanzar hacia una hipotética conquista de la capital libia, un objetivo cada vez más lejano para los líderes rebeldes si no cuentan con ayuda militar extranjera.

Miedo en Bengasi

La situación para los sublevados al este, la zona del país donde primero y con más fuerza cuajó la insurrección, tampoco es boyante. En Misrata, situada a 200 kilómetros al este de Trípoli, el mando rebelde mantiene a duras penas su control, pero el castigo de las brigadas que dirige Jamis Gadafi, hijo del sátrapa, ha dejado mella. Los residentes en esa ciudad viven con angustia la ofensiva de Gadafi, que al igual que en Zauiya, ha empleado artillería, cohetes y fuego de mortero. Más al oeste, en la ciudad petrolífera de Ras Lanuf, los habitantes también tienen miedo porque consideran que el Ejército libio no ha dicho aún su última palabra y volverá a atacar para recuperar el poder, todavía en manos rebeldes. Muchas personas están abandonando en coche esta ciudad con sus pertenencias y los rebeldes han movido su arsenal a un punto indeterminado del desierto por miedo al ataque, informa Reuters.

"Hemos escuchado que nuestras posiciones van a ser bombardeadas, por lo que hemos escondido nuestras armas", ha asegurado un miliciano rebelde a Reuters desde Ras Lanuf. Otro ha añadido: "Las hemos llevado al desierto". Un tercer rebelde ha asegurado que los insurgentes se habían replegado al desierto para preparar un nuevo ataque a Bin Yauad que les permita despejar el camino hacia la conquista de Sirte.

Hoy hay poca presencia de rebeldes en la carretera principal que une Ras Lanuf, a 660 kilómetros de Trípoli, con Bin Yauad, que ayer vivió los combates más encarnizados. Las unidades de Gadafi lanzaron duros ataques contra esa ciudad situada en el camino hacia Sirte, el feudo natal del dictador. El castigo obligó a los opositores a replegarse a Ras Lanuf, fracasando así en su asalto al bastión de Gadafi.

Los uniformados enviados por Gadafi han recuperado este lunes el control de Bin Yauad y preparan su asalto a Ras Lanuf, a escasos 40 kilómetros al oeste, según testigos citados por Reuters. "Fui a Bin Yauad y a 20 kilómetros de la ciudad se veía una columna de camiones y vehículos militares y hasta un caza avanzando lentamente en esa dirección", ha dicho un testigo.

En el extremo occidental del país, en Bengasi, la capital de los rebeldes, la situación también es de incertidumbre. La euforia por una victoria temprana se ha evaporado. El Consejo Nacional que dirige la ciudad desde la estampida de los militares se encuentra en la encrucijada. No sabe si reforzar el frente rebelde con el envío de más hombres o atrincherarse en la ciudad ante los rumores crecientes de que Gadafi prepara un golpe.

Objetivo: Sirte

La diana de los insurgentes es Sirte, la capital que vio nacer al dictador, a medio millar de kilómetros de Trípoli. Será un hueso durísimo de roer, si alcanzan sus puertas. Los soldados leales a Gadafi y sus milicias, apoyados por helicópteros y tanques, atacaron con saña esas dos poblaciones, y también Misrata. Los muertos se cuentan por decenas. La guerra, ya abierta, se recrudece cada jornada que pasa.

Los dictadores árabes de países con un arraigado componente tribal acostumbran a otorgar prebendas, altos cargos y contratos a los miembros de sus extensas familias, en el sentido árabe de la palabra. Y construyen hospitales, carreteras, viviendas e infraestructuras en sus regiones de origen, mientras otras -donde están implantadas tribus rivales o distintos grupos étnicos o religiosos- padecen un abandono sangrante. Sadam Husein fue un benefactor para Tikrit, su feudo en el norte de Irak. El megalómano Muamar el Gadafi trasladó a Sirte varios ministerios, construyó en mármol el Palacio de Congresos más grande del norte de África. E incluso, qué sarcasmo, logró para su cuna la sede del Fondo de Naciones Unidas para la Democracia. Por eso Sirte está en el punto de mira. Su caída supondría un revés devastador para Gadafi, un golpe psicológico crucial y dejaría el camino expedito hacia Trípoli. De ahí, que a nadie extrañaría que la guerra que libran los insurrectos se estancara en esta ciudad que acoge una enorme base militar. Su importancia estratégica es indiscutible. Aunque en otros frentes también se suceden las refriegas.

Los libios han mostrado suma paciencia durante tres décadas. Porque Gadafi era un auténtico héroe popular cuando perpetró el incruento golpe de Estado que fulminó la monarquía del rey Idriss en 1969, y fue un gobernante bien visto durante los primeros diez años de su tiranía. Supo jugar con los sentimientos anticolonialistas, bien anclados entre los libios, para granjearse el respaldo popular. Y fue en esa época cuando construyó los fundamentos de su poder militar, debilitando al Ejército a la par que formaba los comités revolucionarios y los cuerpos paramilitares que ahora combaten contra los rebeldes.

Ya en 1973, su Ejército ocupó una franja de territorio chadiano, y el conflicto con este país se prolongó hasta 1987. Justo una década antes había lanzado una fugaz guerra contra Egipto después de que Anuar el Sadat anunciara su intención de firmar un acuerdo de paz con Israel. Los fallecidos se contaron por decenas de miles, sin tener en cuenta las víctimas de la bárbara represión política en Libia.

Ahora todo son prisas. Tal vez demasiadas, y tal vez resulten contraproducentes para los rebeldes. Al menos a corto plazo. El Consejo Nacional no era partidario de desatar una avalancha de rebeldes hacia la capital libia. Es consciente de que sus fuerzas no tienen la capacidad para alcanzar Trípoli y asestar el golpe definitivo al régimen con la celeridad con la que consiguieron expulsar de Bengasi a los esbirros y agentes de Gadafi: tardaron cuatro días en liberar la ciudad.

Pero al calor de las revueltas que sacuden el mundo árabe, la emoción desbordada y el desenfreno es patente en los sublevados. Avanzan por tierra sin poder garantizar debidamente la retaguardia porque Gadafi es dueño del aire. Una ventaja decisiva. Como decisivo es que en Libia, a diferencia de Túnez o Egipto, el Ejército no podía jugar papel institucional alguno ni forzar el hundimiento del aparato militar de Gadafi, infinitamente mejor armado que sus enemigos.

Eso no arredra a los insurrectos. Es imposible que se rindan. Entre otras razones porque saben bien que, si son vencidos, las represalias provocarán escalofríos. Conocen el paño al que se enfrentan. Y nadie piensa en esa eventualidad. Están convencidos de que el autócrata tiene los días contados. Aunque sea difícil que eso ocurra si la comunidad internacional, que no parece nada dispuesta a embarcarse en otra aventura militar en un país árabe, no impone una zona de exclusión aérea, o si Trípoli no se alza contra el gobernante.

La ONU nombra nuevo enviado a Libia

El secretario general de Naciones Unidas pidió esta noche que cese el ataque "indiscriminado" contra los ciudadanos libios, y advirtió de nuevo que todo aquel que incumpla la legislación internacional será llevado ante la justicia -la ONU ya aprobó en su resolución que la Corte Penal Internacional de La Haya juzgue a Gadafi por crímenes contra la humanidad-. En el mismo comunicado, Ban Ki-moon informaba que ha pedido al ministro de Exteriores de Jordania que acuda como enviado especial del organismo para "mantener consultar urgentes con las autoridades de Trípoli sobre la crisis humana que vive la región", así como también para proteger a la población y "legitimar sus aspiraciones de vivir en dignidad y paz".

Por lo que pueda pasar, por miedo a quedarse incomunicados con el exterior y para contrarrestar la propaganda del régimen de Gadafi, el Consejo Nacional transitorio, órgano de gobierno de los rebeldes libios, ha abierto http://twitter.com/#!/LibyanTNC para informar a los medios de comunicación nacionales y extranjeros que no pueden acceder a su información de forma directa.

Gobierno Chino anuncia medidas que buscan evitar rebeliones sociales

Tomado de RFI

En su discurso anual ante la Asamblea Nacional Popular, el primer ministro chino Wen Jiabao se comprometió a frenar el aumento de los precios y la creación de nuevos empleos durante 2011. El gigante asiático intenta así mantener a distancia los fantasmas sociales que han revolucionado a varios países árabes.

El discurso de Wen Jiabao ante la Asamblea Nacional fue trasmitido por televisión a todo el país. Pero desde sus casas los habitantes de las regiones chinas, desde Pekín hasta las más australes, no pudieron imaginar el despliegue policial y las amenazas de las fuerzas del orden a cualquier gesto sospechoso. La razón: las autoridades chinas temían que el tradicional recuento anual ante el Congreso se transformara en la vía de escape del malestar social chino, el mismo que desde hace semanas viene tratando en vano de unir fuerzas para emular a los ciudadanos árabes, descontentos y en plena revuelta.

Nada de manifestaciones populares a las afueras del Gran Palacio del Pueblo, en donde se reunió la Asamblea Nacional. Claro que dentro del plenario los 3.000 delegados del Partido Comunista Chino escucharon un discurso del primer ministro Wen Jiabao cargado de anuncios estudiados, precisamente, para frenar el descontento social.

El primer ministro citó a la inflación como uno de los principales enemigos a combatir. “Algunos problemas que son objeto de airadas reacciones entre la población no han sido resueltos completamente”, dijo Jiabao haciendo alusión, también, a temas como la corrupción, las requisiciones ilegales de terrenos y la seguridad alimentaria.

El primer ministro fue más allá y dio a conocer medidas sociales concretas. Entre ellas la ayuda directa a parejas de escasos y medianos recursos para acceder al mercado inmobiliario, uno de los grandes desafíos chinos que como toda potencia mundial sufre de sobrepoblación urbana e insuficiente parque habitacional. Otro punto clave es la creación de nuevas fuentes de trabajo en una economía resentida por la crisis que la llevó a perder cerca de 20 millones de puestos laborales en el sector exportador, el área más afectada en los últimos tres años.

El actual gobierno chino intenta así finalizar óptimamente su gestión, que debe culminar a fines de 2012. Es por esto que entre las metas anuales Jiabao también fijo la reducción de la brecha de ingresos entre ricos y pobres, un tema pendiente de su administración. Durante sus ocho años en el poder dicha brecha se ha ampliado considerablemente.

En la sesión, Jiabao también detalló los puntos de plan de estímulo que la economía china aplicó para frenar la crisis. Entre 2009 y 2010 China gastó unos 600.000 millones de dólares para hacerle frente de esa contingencia. Una buena parte de ese presupuesto se destinó a la construcción de infraestructura y planes de innovación, claves para revertir la caída en picada de crecimiento económico en una nación acostumbrada a superar el 10% en las últimas décadas. Un gigante que supo salir rápidamente de la crisis y que hace un par de semanas consiguió destronar a Japón y quedarse con el puesto de la segunda economía mundial.

Necesita comprar un vuelo de avión? Adquiéralo Martes, se consiguen las mejores tarifas.

Tomado de The Wall Street Journal

Por Scott McCartney

Los viajeros que buscan los boletos aéreos más económicos deben recordar que la clave está en comprar en el momento justo.

Los precios de los pasajes son más altos durante los fines de semana, en promedio, según las agencias de viajes en línea, los rastreadores de tarifas y los ejecutivos de precios de las aerolíneas.

¿Cuál es el mejor día para comprar? Los expertos han dicho por mucho tiempo que el martes es el día en que aparecen más ofertas, y es cierto. Un análisis de tarifas domésticas muestra que el miércoles también es un buen día para encontrar rebajas, y a veces mejores.

Aunque los precios fluctúan con frecuencia y los altibajos de los precios de las aerolíneas pueden frustrar y enojar a los consumidores, los boletos de hecho siguen un ciclo durante la semana. Muchas ofertas, descuentos de 15% a 25% en general, se lanzan los lunes por la noche.

Hace unos días, un pasaje de Chicago a Atlanta ida y vuelta para viajar en abril costaba $209 el martes y el miércoles en American y Delta, pero luego subió a $301 durante los cuatro días siguientes. Al llegar el martes siguiente, el precio bajó a $219 en ambas aerolíneas para el itinerario del 8 al 15 de abril. Para el viernes salía $307 tanto en American como en Delta. El martes de la semana pasada, la tarifa había bajado a $229.

Bob Harrell, un consultor de tarifas que sigue los precios de los boletos desde hace años, estudió todos los precios de las aerolíneas durante 90 días y descubrió que el lunes era el día en el que había más cambios de tarifas, seguido del jueves.

Cuando las aerolíneas quieren poner en efecto un aumento de tarifas, a menudo subiendo sus precios básicos en todos los pasajes en $5 o $10, usualmente lo hacen el jueves por la noche, luego ven si los competidores siguen sus pasos y si las tarifas más altas se mantienen durante el fin de semana. Si los rivales dan marcha atrás, los precios pueden ser reducidos el lunes por la mañana.

Además, las aerolíneas no administran su inventario de forma tan activa los fines de semana, así que si los asientos baratos se venden en algunos vuelos, los precios suben automáticamente. Los analistas de tarifas pueden decidir más adelante ofrecer más asientos a precios más baratos, pero no hasta que vuelven a la oficina el lunes, según ejecutivos de precios de aerolíneas.

Así que un boleto puede costar $199 ciertos días y $499 otros días incluso meses antes de un vuelo.

"Hay mucho método, mucha racionalidad detrás de las medidas de las aerolíneas", indicó un ejecutivo del sitio web de viajes Expedia. "Pero para los consumidores, parece una locura".

Rick Seaney, presidente ejecutivo de FareCompare.com, estudió tres años de precios de aerolíneas y concluyó que el martes a las 3 p.m. (hora del Este) era el mejor momento para comprar. "En ese momento, el mercado ofrece la mayor cantidad de asientos más baratos", indicó.

Una revisión diaria de tarifas en 10 mercados diferentes durante dos semanas recientes mostró que, en promedio, los precios más bajos a menudo se ofrecían a mitad de semana, mientras que los fines de semana los precios subían.

Sin dudas, los precios en muchos mercados no siguen el patrón y pueden tener alteraciones notorias. Pero muchos sí parecen seguir un ciclo semanal.

Las aerolíneas afirman que los fines de semana son los días en que se compran menos boletos, y los vendedores de pasajes sostienen que son los más costosos. Orbitz.com indicó que su pasaje promedio vendido un sábado fue de $791 el año pasado, según todos los boletos nacionales e internacionales que vendió. Eso fue 7% más alto que el precio promedio de los viernes.

Expedia, Travelocity y Orbitz afirman que el día en que venden más boletos en línea es el martes y el más tranquilo es el sábado.

Persiste amenaza de escasez de alimentos a nivel mundial

Tomado de The Wall Street Journal

Por Scott Kilman

El mundo está consumiendo granos a una velocidad mayor a la que los agricultores pueden cultivarlos, lo que pone bajo presión las reservas e impulsan los precios a niveles cercanos a los que provocaron disturbios y protestas por la crisis de alimentos en países pobres hace tres años.

La posibilidad de que se desate otra escasez de alimentos a nivel mundial depende en gran medida de las cosechas de los próximos meses, a medida que los agricultores de Estados Unidos, el mayor exportador agrícola a nivel global, empiecen a recoger sus cosechas de trigo, soya y otros granos. Estas perspectivas probablemente se vean reforzadas el jueves cuando el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) divulgue su informe mensual sobre los mercados agrícolas mundiales.

"El escenario anticipa serios trastornos, en caso de que ocurran desastres climatológicos", explica Keith Collins, ex economista jefe del USDA. "Me parece claro que han aumentado las posibilidades de que se propague una crisis global de alimentos".

Incluso si un clima ideal en EE.UU. diera lugar a cosechas récord, el crecimiento de la demanda mundial y las menguantes reservas significan que aún hay riesgo de que haya una escasez de alimentos. Si bien los economistas proyectan que los precios de los granos se moderarán si las cosechas mundiales aumentan este año, se espera que se mantengan altos durante años. Además, cualquier cosecha que no sea grande podría provocar grandes fluctuaciones en los precios.

Debido al rápido crecimiento de los mercados emergentes, los precios de los alimentos están aumentando junto a la demanda global. En 2008, los precios de los alimentos en EE.UU. escalaron 5,5%, la mayor alza en 18 años.

Los precios del trigo han dado un salto de 80% frente a un año antes. El encarecimiento de los alimentos fue uno de los motivos que desataron las protestas callejeras que han arrasado el norte de África, donde el trigo domina la dieta de la región. Egipto es el mayor importador de este grano. Los gobiernos en Asia están recurriendo a subsidios y controles de precios para proteger a sus consumidores de la inflación.

En EE.UU., se espera que los precios minoristas de los productos alimenticios suban cerca de 4% este año, mucho más rápido que en 2010, cuando el Índice de Precios al Consumidor del gobierno para los alimentos avanzó 0,8%, la tasa más baja desde 1962. El auge en los precios de la energía, provocado por las tensiones en el mundo árabe, podría contribuir al encarecimiento de la producción de alimentos.

Presidentes ejecutivos de cadenas de supermercados y otras empresas de alimentos como los restaurantes son reacios a traspasar el aumento de los costos a sus clientes en un momento en que la tasa de desempleo en EE.UU., actualmente en 8,9%, sigue alta. Eso podría cambiar si la economía mejora.

En las regiones agrícolas de EE.UU. abundan las evidencias de lo que podría deparar el futuro. Los precios de los commodities están en ascenso, en parte porque las economías que importan alimentos tienen pocas alternativas para ir de compras. EE.UU. controla en torno a 55% del comercio mundial del maíz, así como 44% de la soya, 41% del algodón y 28% del trigo.

En febrero, el índice de precios de productos agrícolas del USDA, que cubre 48 materias primas, era 24% más alto que en el mismo mes de 2010. Ese incremento se traduce en ganancias inesperadas para los agricultores de EE.UU., pero representa un revés para sus ganaderos, que alimentan sus animales con grano.

China compra casi un cuarto de la cosecha estadounidense de soya para alimentar cerdos y pollos, que son consumidos por su clase media. Sus plantas textiles se quedan con casi un tercio de las exportaciones de algodón de EE.UU. Las exportaciones de trigo que salen de este país acumulan un alza de 46% frente al año anterior porque el mal tiempo dejó fuera de juego a competidores como Rusia y Canadá.

Debido a los precios más altos de la gasolina, alrededor de 40% de la principal cosecha de EE.UU., el maíz, se está dedicando a la producción de etanol. El USDA pronostica que al país le quedará suficiente maíz para satisfacer el apetito de los consumidores por apenas 18 días para cuando arranque la próxima cosecha.

La reacción tradicional de los agricultores ante precios tan altos solía ser cultivar más terreno y producir excedentes que redujeran los precios. Pero este ciclo parece estar desmoronándose, lo que sugiere que el auge de precios podría convertirse en una tendencia más duradera.

Aun así, los agricultores están produciendo cosechas más grandes. El USDA prevé que EE.UU. incrementará el área cultivada con las ocho mayores cosechas este año en casi 4 millones de hectáreas, o 4%, el cambio más grande en 15 años. El departamento pronostica que los agricultores de maíz producirán un récord de 13.730 millones de bushels en el tercer trimestre.

Sin embargo, la demanda de maíz es tan fuerte que este incremento de 10% en la cosecha sólo prolongaría las reservas del país en apenas cinco días. Como resultado, el USDA prevé que el precio de la cosecha de maíz todavía por sembrar suba a un promedio de US$5,60 por bushel, un récord.

"La era de los excedentes (agrícolas) se ha acabado", sentenció Dan Glickman, ex secretario de Agricultura durante el gobierno de Bill Clinton y ahora integrante del Bipartisan Policy Center, un centro de estudios en Washington.