Tomado de Foreign Policy
PRESIDENCIALES
EN EE UU
Por Mario Saavedra
Las 5 grandes meteduras de pata de los candidatos.
El cansancio puede hacer estragos. Por él Barack Obama ha
llegado a situar Hawai en Asia, a decir que Estados Unidos tiene 57 estados o a
afirmar que era tan malo jugando a los bolos como si compitiera en los Juegos
Paralímpicos, para ofensa de millones de discapacitados. Más coste político han
tenido lapsus como el que cometió ante el que más tarde sería conocido como Joe
el fontanero: “Cuando se distribuye la riqueza por ahí, eso es bueno para todo
el mundo”, le dijo Obama. La redistribución de la riqueza es anatema en EE UU
porque suena a socialismo, y probablemente le costó más de un voto de
independientes.
Su contrincante en estas presidenciales, el republicano Mitt
Romney, no se queda atrás en meteduras de pata: sólo lleva unos meses
compitiendo y ya se ha hecho un nombre en el mundo de los patinazos políticos.
Repasamos los más relevantes por lo que tienen de símbolo en los temas de la
campaña.
EL DESPRECIO AL 47%
La escena era como sacada de un cuento de Charles Dickens.
Camareros sirviendo una cena de 50.000 dólares (casi 40.000 euros) el cubierto
a un grupo de adinerados republicanos. Romney en frente, hablando, haciendo lo
necesario para recaudar fondos para su campaña. Alguien le pregunta por los
estadounidenses que no pagan impuestos: cómo les va a convencer de que se
responsabilicen de sí mismos. Y él, solícito, responde: "Mi trabajo no es
preocuparme por esas personas. Nunca voy a convencerlos de que deben asumir una
responsabilidad personal y preocuparse de sus vidas. Un 47% de la gente votará
por el presidente en cualquier caso. Mi trabajo es no preocuparme por esa
gente. Gente dependiente del Gobierno, que creen que son víctimas; que creen
que el Ejecutivo tiene la responsabilidad de cuidarlos; que creen que tienen
derecho al seguro sanitario, a alimentos, a vivienda y a otras cosas".
Estas declaraciones, grabadas en secreto, para muchos
mostraban al verdadero Romney: un hombre que ha nacido de pie (su padre era
multimillonario) y que ni conoce ni empatiza con los padecimientos de la gran
mayoría de los estadounidenses.
Reforzaba a los que creían que el republicano va a defender
los intereses de las grandes fortunas, y que va a mantener sus impuestos bajos
a costa de reducir el Estado del bienestar. Es cierto que en Estados Unidos hay
un 47% de personas que no pagan impuestos del capital, pero la mayoría sí lo
hace sobre las rentas del trabajo. Y los que no pagan nada en muchos casos es
gente mayor que ya los han pagado, o soldados, o los llamados working poor,
ciudadanos con trabajo pero que no llega a fin de mes. Por eso dolió
especialmente. Por eso y porque el mismo Romney reconoce que paga el mínimo
posible, tiene cuentas en paraísos fiscales y su porcentaje efectivo de
impuestos el año pasado fue de un 14%.
¿¡10.000 DÓLARES!?
Finales de 2011. Debate entre candidatos en las primarias
republicanas. Rick Perry, político republicano y actual gobernador de Texas,
reprocha a Romney que, como Obama, apoya el “mandato individual”, la obligación
de comprar un seguro incluida en la nueva ley de sanidad conocida como Obamacare.
El candidato, irritado, asegura que no es cierto, por mucho que lo diga ahora y
lo haya dicho antes:
Perry: Sí, y antes
también era cierto.
Romney: Rick, ¿sabes lo que te digo? – extendiéndole
la mano- ¿¡10.000 dólares!? ¿¡Nos apostamos 10.000 dólares!?
Perry: No
estoy en el negocio de las apuestas – risas entre el público.
No pasa nada, se podría pensar; tan sólo un momento de
humor y alharaca. Pero las redes sociales empezaron a arder, los programas de
humor se mofaron durante días de la descomunal apuesta de Romney. ¿Quién
apuesta 10.000 dólares sin pestañear? Los multimillonarios, claro.
Y no es que un rico de buena familia no pueda dirigir
el país. Lo hizo muy bien John F. Kennedy. El problema, en el caso de Romney,
es que llovía sobre mojado: seguía apareciendo ajeno al común de los mortales,
al que sufre en esta crisis económica que él está llamado a resolver. No
conseguía ganarse a los votantes que, en las presidenciales, suelen exigir que
el candidato les guste como persona. Obama lleva meses aventajando al
republicano en todas las encuestas, de forma drástica, en queribilidad y
en grado de comprensión de los problemas del ciudadano medio.
Recordemos que la carrera hacia la Casa Blanca es, en
gran parte, un casting de personalidad.
ME GUSTA DESPEDIR GENTE
“Quiero que las personas puedan tener su propio seguro de
salud. Eso significa que la aseguradora tiene un incentivo para mantenerte
sano. Y significa que si no te gusta lo que hacen, los puedes despedir. ¡Me
gusta despedir a la gente que me da servicios”, dijo en medio de las primarias
republicanas Mitt Romney.
Evidentemente, el político se refería a la opción de cambiar
de seguro médico. Pero la prensa llevaba meses hablando de su pasado como
tiburón de los negocios.
El grueso de su fortuna, de centenares de millones de dólares,
los ha hecho a través de una empresa llamada Bain Capital.
Para sus críticos este tipo de compañías, llamadas private
equities, se dedican a comprar a otras, sacarles el jugo y revenderlas, con
los consecuentes despidos y dramas personales.
Por eso, en cuanto escucharon a Romney decir que disfrutaba
despidiendo gente, aunque no quisiera decir eso, sus contrincantes republicanos
primero, y después los demócratas, hicieron sangre. Rick Perry llegó a decir
que el tipo de capitalismo que Romney practicaba se llamaba “capitalismo
carroñero”.
El candidato se defiende asegurando que lo que hacía era
precisamente todo lo contrario: sanear empresas en quiebra y crear centenares
de miles de puestos de trabajo.
¡TÚ NO HAS CONSTRUÍDO ESO!
Barack Obama, hablando de por qué hace falta Estado, por qué
no puede dejarse todo a la iniciativa privada: “Si tienes éxito, alguien en
algún momento te ha ayudado. Hubo un gran profesor en algún momento de tu vida
que lo hizo. Alguien ayudó a crear este magnífico sistema estadounidense que te
ha permitido triunfar. Alguien ha invertido en puentes y carreteras. Si tienes
un negocio - ¡tú no has construido eso! Alguien ha hecho que eso pase por ti.
Internet no se inventó solo. La investigación del Gobierno creo Internet para
que las empresas pudieran hacer negocio con la Red. Lo que quiero decir es:
cuando tenemos éxito, lo tenemos por nuestra propia iniciativa, pero también
porque hacemos cosas juntos.”
El “¡tú no has construido eso!” parece que se refería a los
puentes y las carreteras, no al negocio en sí mismo, pero los republicanos lo
convirtieron en eslogan representativo de una presunta animadversión del
presidente hacia la clase empresarial.
Lo cierto es que Obama ha perdido el favor de muchos de los
empresarios, magnates o financieros que le apoyaron en 2008. En parte por la
nueva regulación financiera (el Acta Dodd-Frank para la Regulación de Wall
Street y la Protección del Consumidor), en parte por los nuevos requisitos de
su ley de sanidad (Ley de Sanidad Asequible) y en parte también por una
retórica que, para sus críticos, denigra el éxito y suena a guerra de clases.
AL SECTOR PRIVADO LE VA BIEN
“Lo cierto es que, como he dicho, hemos creado 4,3 millones de
puestos de trabajo en los últimos 27 meses. Más de 800.000 sólo este año. Al
sector privado le va bien”. No es el comentario más afortunado del presidente
de un país acostumbrado a casi el pleno empleo pero en el que en la actualidad
más de 20 millones de estadounidenses no encuentran trabajo a tiempo completo y
razonablemente pagado (están subempleados).
En Estados Unidos, como en España, unos dos tercios de los
puestos los crean las pequeñas y medianas empresas, así que cuando Obama dice
que al sector privado le va bien, está mostrándose especialmente corto de
miras.
Y, para algunos, está incentivando la lucha de clases contra
los patronos, algo de lo que sus críticos le acusan, en especial, desde que se
mostrara comprensivo con las manifestaciones llamadas Ocupar Wall Street.