sábado, 20 de octubre de 2012

SALUD MENTAL, LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS TICS NERVIOSOS





       Un tic es un problema en el que alguna parte del cuerpo se mueve en forma repetida e incontrolada. Pueden suceder en cualquier parte del cuerpo, aunque más frecuentemente suceden en la cabeza y cara, en los brazos y manos, y en las piernas.

Hay otro tipo, los tics vocales, que se refieren a sonidos involuntarios que se hacen con la boca. Normalmente, los tics pueden controlarse voluntariamente, pero únicamente por el corto periodo de tiempo en que se puede mantener la concentración necesaria para ello. La mayoría de los tics son leves, y a penas se notan; sin embargo, a veces pueden ser severos y muy notorios, y pueden acomplejar enormemente a un niño, afectándole en muchas áreas de su vida.

       El problema más común es el llamado “desorden del tic transitorio”, que puede afectar hasta un 10% de los niños en los primeros años de escuela. Estos tics, en principio, no son preocupantes; suelen desaparecer por si solos en menos de un año. Mientras duran, deberían ser ignorados por compañeros y maestros; sin embargo, pueden provocar alguna burla con efectos negativos sobre la autoestima; nuestra cultura es un poco cruel en ese sentido.

       Aunque no son tan frecuentes, hay otros tics que son prolongados (más de un año) o que no llegan a desaparecer. Se les llama tics crónicos; algunos de ellos pueden estar relacionados con un trastorno especial denominado “Desorden de Gilles de La Tourette”.

Los niños con este problema tienen tics corporales y vocales; pueden tener, además, problemas de concentración y de atención; pueden actuar con impulsividad, y desarrollar obsesiones y compulsiones. A veces incluso, no pueden evitar el decir malas palabras, insultar a otros, o hacer gestos o movimientos obscenos. Todas estas manifestaciones tienden a provocar burla en los compañeros y regaño o castigo de padres y maestros; sin embargo, esto no soluciona el problema ni ayuda en nada al niño; al contrario, le baja su autoestima, pues él no tiene la culpa, ni puede hacer nada por evitarlo.

       El tipo de tic que tiene el niño puede diagnosticarse mediante una evaluación médica integral, que puede involucrar al pediatra, al neurólogo, y al psiquiatra.

El tratamiento puede incluir medicación que le ayude a controlar los síntomas. Además, algo muy importante es la intervención del psiquiatra infanto-juvenil para orientar a la familia sobre la mejor manera de dar apoyo emocional al niño, y proporcionarle un ambiente adecuado para su educación.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 


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