lunes, 1 de octubre de 2012

Libro “El harem de Kadafi” revela profunda perversión sexual del dictador


Tomado de El País
   
Gadafi gobernaba con el sexo

Cuatro víctimas diarias para satisfacer el insaciable apetito del dictador


Le valían tanto menores de edad como embajadores o sus propios ministros

Un libro revela el grado de depravación del derrocado y fallecido líder libio

Por Ana Teruel

Si bien las orgías y depravaciones sexuales de los hijos mimados del dictador libio Muamar el Gadafi eran de conocimiento público, poco se sabía de la intimidad del líder de la Revolución Verde, derrocado y ejecutado hace algo más de un año. “Muchos imaginábamos que era un depredador con las mujeres, pero no podíamos intuir su nivel de barbarie, de sadismo y de violencia”, relata por teléfono la periodista Annick Cojean.

En su libro recién publicado en Francia Las Presas. En el harem de Gadafi (Les Proies. Dans le harem de Kadhafi, ed. Grasset) investiga sobre los crímenes sexuales del que se hacía llamar “Papá Muamar”. Dibuja a un líder de apetito sexual insaciable, violador de mujeres y también de hombres, en un escalofriante retrato que sobrepasa con creces la peor caricatura del dictador megalómano, vanidoso y cínico.


La investigación de Cojean parte del tremendo testimonio de Soraya, una joven de 22 años, secuestrada cuando tenía apenas 15 y que sufrió los caprichos sexuales del llamado Guía durante cinco años. Su historia la relató hace un año en el diario Le Monde, un reportaje publicado también por EL PAÍS. Entonces se empleó un nombre falso (Safia) para proteger a la víctima. “Muy rápidamente me di cuenta de que su caso era revelador de un verdadero sistema de explotación de las mujeres”, cuenta Cojean. “Lo que cuenta son las costumbres de toda la era Gadafi”.
“Se pasaba horas revisando los vídeos de fiesta de bodas”, relata Cojean. Para alimentar esa constante demanda de carne, cualquier lugar público era un vivero potencial: bodas, institutos, cárceles...

La primera mitad del libro relata en primera persona ese cautiverio de Soraya, encerrada en una habitación en los subsuelos del conjunto de Bab Al Aziza, la gigantesca residencia en Trípoli del dirigente libio. A cualquier hora del día o de la noche, los efectivos de los “asuntos especiales” la llamaban para subir a la habitación del Guía, que sistemáticamente la violaba, la mordía y le pegaba. A veces concluía orinándole encima. Nunca se dirigía a ella con otro apelativo que “zorra” o “puta”. Un Gadafi constantemente drogado la obligaba también a tomar cocaína, a fumar, a beber, y le daba a ver cintas de películas porno como “deberes” para que “aprendiese”.

Como Soraya eran muchas las chicas, y algunos chicos, que pasaban por esta cárcel de esclavos sexuales. Algunos se quedaban unos días, otros años. Un cifra exacta es imposible de determinar. “Algunas me han hablado de una treintena de chicas alojadas al mismo tiempo, pero es imposible comprobar, había muchas idas y venidas y tenían los movimientos restringidos, no tenían mucho contacto entre ellas”. El flujo era constante para saciar el apetito sexual del líder: unas cuatro víctimas diarias, según recogen algunos testimonios del libro.

Para alimentar esa constante demanda de carne, cualquier lugar público era un vivero potencial. Los institutos, las bodas, los salones de belleza, e incluso las cárceles, eran solo algunos de ellos. “Se pasaba horas revisando los vídeos de fiesta de bodas, eligiendo entre las fotos que le había seleccionado su entorno”, relata Cojean. En los actos públicos en los que participaba, era el propio Gadafi el que manifestaba su elección posando su mano sobre la cabeza de su presa.
En su picadero de lujo de Trípoli descubrieron un pequeño gabinete ginecológico. “Solo veo dos posibilidades: o abortos o reconstrucción de himen”

En los subsuelos de la Universidad de Trípoli, los rebeldes descubrieron tras la caída de Gadafi una habitación con una enorme cama y las sábanas todavía puestas, su jacuzzi con grifos de oro y todos los elementos del perfecto picadero de lujo. Pero la sorpresa y el horror invadieron por completo al doctor al descubrir al lado un pequeño cuarto: se trataba de un gabinete ginecológico. 

“Solo veo dos posibilidades: o abortos o reconstrucción de himen”.
Cada viaje al extranjero era también fuente de nuevas reclutas. Los “servicios especiales” de Gadafi, dirigidos en los últimos años por la temida Mabrouka, adepta de la magia negra, se encargaban de convencer a grupos enteros de jóvenes de viajar a Trípoli: con regalos suntuosos, maletas enteras llenas de billetes o joyas.

“Venía aquí a hacer sus compras”, admite una fuente diplomática a la autora del libro en referencia a las visitas de Mabrouka a París. “Recogía a chicas para mandárselas al Guía”, aclara.

La obsesión sexual de Gadafi no se limitaba en cualquier caso a una dependencia física, un apetito demencial, sino que se había convertido en su principal arma de poder. Gadafi “gobernaba, humillaba, sometía y sancionaba con el sexo”, relata un exmiembro anónimo de su servicio de protocolo en el libro. Mantenía por ejemplo relaciones con algunos de sus ministros, condenados al silencio y al deshonor, y elaboraba estrategias para seducir a las esposas de Jefes de Estado africanos y embajadores.
“Humillaba, sometía y sancionaba con el sexo”, relata un ex miembro anónimo de su servicio. Mantenía por ejemplo relaciones con algunos de sus ministros, condenados así al silencio y al deshonor

“Cada vez que quería posicionarse como vencedor frente a un jefe de tribu, de Estado, un opositor cualquiera que pudiera hacerle sombra, se informaba sobre su esposa, su hija, sobre lo que la podría tentar: dinero para una fundación, un diploma de fin de estudios, cualquier excusa era buena para motivar una invitación a las dependencias de Bab Al Aziza. El simple hecho de saber que había poseído a una hija le hacía ver de forma diferente al padre, de forma triunfadora”, continúa la periodista.

Reveladora de ese afán de dominación es también la historia de Khadija, uno de los escasos testimonios de víctimas directas que Cojean ha logrado sumar al de Soraya. Después de un tiempo siendo la esclava sexual exclusiva de Gadafi, este decidió casarla a un militar. La joven vio en ello una forma de recuperar un semblante de vida, y decidió apostar por ese matrimonio. 

Con sus ahorros, viajó a Túnez para hacerse reconstruir el himen. El día de su boda, unas horas antes de la ceremonia, el líder la convocó a su residencia. La violó de nuevo. “Hasta el último momento tenía que controlarla, dejar su huella”, dice Cojean. “Era una mensaje destinado al marido: tenía que saber que había un solo amo y ese era Gadafi”.

Las opciones republicanas en Noviembre se encaminan a mantener la mayoría en la Cámara Baja


Tomado de Lialdia.com/

Por Luis E. Montes Amaya*

Digámoslo desde el inicio para descartar discusiones estériles: Ninguna elección está decidida hasta que los centros de votación cierren el 6 de noviembre y los votos sean contados. No obstante, las tendencias que muestran las encuestas en distintos estados claves para cada una de las contiendas electorales en juego indican que la verdadera competencia se dará en qué partido controlará la Casa de Representantes.

La campaña del gobernador Mitt Romney desde la convención republicana a finales de agosto no ha logrado remontar la distancia de hasta 6 puntos que le lleva el presidente Barack Obama. Consistentemente el presidente sale mejor evaluado en los estados de Florida y Ohio, claves en el resultado final de esta elección debido al voto del colegio electoral. Por ejemplo, la encuesta de CBS/New York Times/Quinnipiac realizada en el estado de Florida entre el 18 y 24 de septiembre pone al actual ocupante de la silla presidencial 9 puntos por delante de su contendiente republicano.

Si el presidente Obama se agenciara un triunfo en Florida, las posibilidades de Romney para llegar a la Casa Blanca son remotas. 

De acuerdo a la configuración actual de los estados, Obama cuenta en estos momentos con 247 votos en el colegio electoral. Por su parte, Romney cuenta con 191. Los estados “toss-up” son un total de 9: 4 en la costa este (Florida, Carolina del Norte, Virginia y New Hampshire), 3 en el Mid-west (Ohio, Iowa y Wisconsin) y 2 en el Oeste (Nevada y Colorado).

Con una victoria en Florida, el presidente Obama sube de 247 votos a 266 en el colegio electoral, restándole así sólo 4 votos para alcanzar el número mágico de 270 – votos necesarios para llegar a la presidencia. Bastaría que el presidente gane un estado como Nevada o Colorado donde el creciente número de hispanos han hecho que las encuestas le favorezcan. Los republicanos están leyendo los mismos mapas y saben lo difícil que será el gane en la presidencial.

Miremos ahora el senado. Desde el escándalo del representante Todd Akin en Missouri quien dijo que las mujeres durante una violación “pueden cerrar su sistema [reproductivo] para evitar quedar embarazadas”, las posibilidades republicanas para desbancar a Claire McCaskill sufrieron un fuerte revés. Por otro lado, la contienda electoral en el estado de Massachusetts donde el republicano Scott Brown busca mantener su asiento parece cada día más difícil. Su contendiente demócrata Elizabeth Warren aparece arriba en la mayoría de encuestas; hasta 5 puntos arriba.

Con este panorama, las opciones del partido republicano para el próximo noviembre se ven reducidas a defender la mayoría en la Casa de Representantes. Ellos saben perfectamente que la única manera que podrán detener, mejor dicho obstruir, el avance de la agenda del presidente Obama radica en mantener la mayoría en el Congreso. Actualmente de las 435 posiciones, 240 son republicanas, 190 demócratas y 5 vacantes. En papel, los demócratas tendrían que mantener todas sus posiciones y ganar 22 nuevas curules para lograr la mayoría.

Es por eso que en los últimos días hemos visto que grupos importantes republicanos han pasado de la defensiva a la ofensiva enfocando su atención, mejor dicho ataques, en distritos congresionales claves para mantener la mayoría. El problema para la agenda de la comunidad hispana con este escenario es que la conformación de la mayoría republicana cuenta con 60 miembros que pertenecen al Tea Party Caucus cuya visión en general y muy en particular su posición en materia de inmigración no encaja con las necesidades de nuestra comunidad ni con la realidad del país.

En el área de Nueva York desde donde se escriben estas líneas, nuestra lucha por cambiar el liderazgo en la Casa de Representantes pasa por la defensa del asiento del distrito 1 ocupado por Tim Bishop quien está siendo retado por un partidario del Tea Party. Recientemente, el republicano ha hecho clara su posición en contra de los asuntos más importantes para la comunidad hispana de esta parte del país. Ha dicho que trabajará para derogar la ley de salud promovida por el presidente Obama, apoya el plan de Paul Ryan para la privatización del Medicare y busca revertir el programa de acción diferida.

Nada está escrito en piedra. La única manera que podemos cambiar el rumbo o hacer de las tendencias una realidad es saliendo a votar el próximo 6 de noviembre.

* Consultor político
Para mayor información sobre el autor, puede seguirle en twitter: @LuisMontes

Los defectos de los demás



  
Hay una famosa cita que dice más o menos, uno no debería de mirar los defectos de los demás,  uno debería de ver los suyos.

Automáticamente que escuchamos esa cita en estos días nos preguntamos ¿cuál es la obsesión diaria de la inmensa mayoría de la sociedad en conocer, saber y auscultar los detalle de la vida del que está al lado?

En donde fue que nos perdimos o tomamos una salida que no era la apropiada como sociedad, que no solo estamos viviendo en un mundo sobrecargado con tecnología, guiados por el síndrome de la inmediatez, que vivimos en mundos cibernéticos, queriendo saber que está haciendo el vecino.

Desde que el mundo es mundo, siempre ha sido mucho más fácil el mirar hacia el del lado y criticar, señalar y hasta ajusticiar cualquier tipo de acción que no sea vista como normal, para aquellos que entienden que la vida es tal y como ellos la ven.

Es interesante como cuando éramos pequeños no teníamos ningún tipo de juicio ante la vida y sus circunstancias a nuestro alrededor. Nuestro entorno era simplemente un gran patio de juguetes y literalmente un mundo lleno de grandes posibilidades que significaban todo y nada a la vez.

Vivimos en un mundo en donde si sucedía algo, no nos dábamos cuenta, ya que para nosotros eso no tenía valor algún, ni sentimental, ni espiritual o físico, al menos que nos diéramos con algo.

Era esa misma actitud de “inocencia” quien era el eje central de toda nuestra felicidad absoluta e infinita que traemos en nuestro ADN.

Pero agraciadamente o desgraciadamente esa inocencia la perdemos con los pazos recorridos en el camino de la vida. Comenzamos a entender que lo que nos rodea no es el país de las maravillas, que los personajes que vemos diariamente no son los súper héroes, y mucho menos que somos invencibles.

En ese transitar por el mundo en donde exploramos todo lo que tenemos a nuestro alcance, no perdemos y dejamos que entre en nuestra mente las opiniones de los demás a formar parte de nuestro pensar.

Es en ese preciso momento en donde perdemos el sentimiento genuino de la “maravilla” y decidimos automatizarnos y unirnos a la sociedad, al que dirán, al seguir sin preguntar, el repetir sin cuestionar, el mirar y criticar sin un fundamento.

Nos perdemos en el mar de opiniones y nos unimos a una fuerza incontrolable, que si no despertamos seguiremos colectivamente perdiendo nuestra individualidad y continuaremos en la cotidianidad del qué dirán.

Hoy nosotros los seres que habitamos en esta existencia en este cuerpo humano, tenemos un gran reto de frente, que a su vez enfrentamos unas grandes oportunidades de crecimiento como sociedad y como individuos.

El reto es simple, es despertarnos de este sueño eterno, imaginario y sin sentido que hemos creado falsamente.

El reto es el crear una nueva oportunidad de vernos como individuos en el espejo de la vida, en reconectarnos no solo con nuestro niño interno, sino con el ser de luz que somos.

Es reconocer nuevamente nuestra inocencia y poder reconocerla nuevamente en los demás. Es reconocer que bajo ningún concepto debemos de pretender que alguien píense o sea como uno, ya que los zapatos de los demás son diferentes y no debo de juzgar.

El reto es el levantarnos todos los días y recordarnos que somos únicos, que no hay nadie en esta existencia con nuestro ADN, que hable, cante, brinque y salte como lo hacemos.

El científico Albert Einstein decía que “todos somos muy ignorantes, lo que ocurre es que no todos ignoramos las mismas cosas”.

Despertemos a la realidad de quienes somos, dejemos el sentimiento de rechazo individual y deje que se refleje en el prójimo, retomemos nuestra inocencia divina y comencemos desde hoy a vivirla.

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Waldemar Serrano-Burgos, CEC
Certified Executive-Business Coach
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Felipe Calderón presenta al México que muchos se niegan a reconocer


Tomado de The Wall Street Journal
Fotografia po Terry Shoffner

Las paradojas de Felipe Calderón

El presidente mexicano que libró la guerra contra el narcotráfico deja como legado una economía en crecimiento y dice que EE.UU. debería considerar "alternativas de mercado".
Por Bret Stephens
Nueva York
Felipe Calderón llega 15 minutos antes para su reunión con los editores de The Wall Street Journal, como para echar por tierra al viejo estereotipo de que sus compatriotas viven en "tiempo mexicano". No es el único estereotipo que el presidente mexicano busca enterrar mientras se acerca el fin de su período de seis importantes años en el poder. Considere los siguientes ejemplos:
Las destrezas de la fuerza laboral: "Hay 113.000 nuevos ingenieros que se gradúan cada año en México, lo que significa más ingenieros graduándose en México que en Alemania o Canadá o Brasil", dice en un inglés razonable. "Y si establece algún tipo de tasa de ingenieros por 100.000 personas, sería casi el doble de la tasa estadounidense".
A fin de despejar cualquier duda de que se trata de ingenieros de segunda categoría, Calderón resalta que los "ingenieros mexicanos están diseñando el nuevo motor de GE, el motor para el Airbus 380," y que México comenzará a fabricar aviones para la compañía canadiense Bombardier así como helicópteros para Eurocopter. "Estamos invirtiendo en personas", recalca. "China tiene muchos ingenieros, lo sé, pero nosotros no estamos buscando mano de obra barata… estoy en búsqueda de factores de talento".
Inmigración: "La tasa neta de migración de trabajadores mexicanos hacia Estados Unidos", indica el presidente, "fue cero en 2010 y el cero se repitió en 2011 y probablemente será cero o menos de cero este año".
Las cifras del Pew Research Center de Estados Unidos corroboran su punto de vista, mostrando que la migración de mexicanos al país vecino alcanzó su máximo de 770.000 personas hace una década y cayó a 140.000 en 2010. En tanto, 1,4 millones de mexicanos en EE.UU. regresaron a su país entre 2005 y 2010, la gran mayoría en forma voluntaria.
Economía: Calderón menciona varias razones que explican el descenso en la migración de mexicanos a EE.UU., incluyendo la debilidad de la economía estadounidense, la labor de las agencias fronterizas de ese país y la amenaza de las pandillas criminales contra los trabajadores inmigrantes.
"Pero permítanme explicar las razones positivas", añade rápidamente, citando 13 trimestres consecutivos de crecimiento económico y de creación de empleos, que el año pasado llegó a 700.000 trabajos en el "sector formal" y que este año muy probablemente rondará esta cifra. Desde la aparición de la crisis financiera a mediados de 2009, el desempleo en México ha caído a poco menos de 5%, mientras que en EE.UU. se mantiene por encima de 8%. Además, México exporta US$1.000 millones de bienes al día.
Seguridad fronteriza: Los estadounidenses conocen bien el nombre de Brian Terry, el agente fronterizo estadounidense que mataron en Arizona en 2010 criminales mexicanos con armas obtenidas por medio del programa del gobierno estadounidense Rápido y Furioso. ¿Pero, cuántos estadounidenses han escuchado hablar de Guillermo Arévalo Pedroza? Fue asesinado a principios de este mes por una bala disparada desde un barco de la Patrulla Fronteriza de EE.UU. mientras disfrutaba de un picnic con su esposa y dos hijas al sur del Río Bravo, cerca de Laredo, Texas. "No ocurrió nada en las instituciones legales de este país", dice Calderón con evidente mesura y agrega que otros 14 mexicanos han perdido la vida de manera similar este año. "Este padre no intentaba cruzar la frontera, sólo intentaba pasar un buen día con sus hijas", señala.
***
Estas historias y estadísticas contradicen la imagen común de México en EE.UU. como un estado casi fallido cuya inestabilidad crónica se desborda hacia el lado norte de la frontera. Encajan bien con el propio Calderón, quien ha demostrado ser una figura distinta al tecnócrata deslucido educado en Harvard que aparentaba ser cuando, a los 44 años, consiguió la victoria por un margen minúsculo frente el ex alcalde populista de Ciudad de México Andrés Manuel López Obrador en la elección presidencial de 2006.
En el momento de su elección, el mayor desafío de Calderón parecía ser establecer su autoridad constitucional, la cual López Obrador se negó a reconocer al autonombrarse el "presidente legitimo" y tratar de paralizar Ciudad de México mediante una serie de manifestaciones multitudinarias. Calderón, sin embargo, tuvo la sensatez de dejar que las protestas se desvanecieran por sí solas. Al mismo tiempo, días después de asumir el poder, movilizó al ejército mexicano para una guerra sin tregua contra los carteles del narcotráfico.
Desde entonces, cerca de 55.000 mexicanos han muerto producto del conflicto, la mayoría de ellos miembros de carteles rivales pero la cifra también incluye unos 1.000 niños, cerca de 100 alcaldes y docenas de periodistas. El número aproximado de muertes superó 16.000 en 2011, el año más sangriento de la guerra hasta la fecha. ¿Cómo evalúa Calderón el éxito de la guerra hasta el momento?
"Cuando asumí mi cargo", responde, "podía ver procesos gemelos. Por un lado, se podía apreciar que las agencias (de seguridad pública), principalmente el cuerpo de policía, estaban totalmente penetradas por la corrupción y en un proceso debilitante muy peligroso. Y, por el otro lado, el fortalecimiento de las organizaciones criminales… hoy en día las tendencias son las opuestas".
Como evidencia, el mandatario apunta al incremento en las riñas internas de los carteles, así como a la caída de la tasa de homicidios desde el año pasado. Pero Calderón está lejos de declarar victoria. El ejército ha dado de baja en combate o arrestado a un líder del narcotráfico después de otro —la semana pasada trascendió que el cabecilla de los Zetas, Iván Velázquez Caballero (apodado "El Talibán") fue detenido en la ciudad de San Luis Potosí— sin aún cambiar el rumbo de la guerra. Los intentos de mejorar el calibre y la integridad de las fuerzas policiales federales también han tenido resultados contradictorios, a pesar de la capacitación provista por la Policía Montada de Canadá e incluso el Mossad israelita.
Calderón menciona una serie de obstáculos, como las trabas que el sistema federalista mexicano impone sobre sus facultades presidenciales. "El director de la policía nacional de Colombia podría remover a cualquier agente", afirma, refiriéndose a un país que a menudo es comparado con México. "Sin embargo, si yo, como presidente, veo a un policía en la esquina recibiendo un soborno, si no tengo evidencia jurídica suficiente, no tengo la capacidad de removerlo".
El problema más amplio es el flujo de dinero procedente de los consumidores de drogas (principalmente estadounidenses) que termina en las cajas fuertes de los narcotraficantes. "Mientras no podamos detener el flujo de dinero hacia los criminales", manifiesta, "este negocio de los narcos será un cuento de nunca acabar".
¿Significa esto que Calderón apoya la legalización de las drogas? "Esta sociedad", asevera, aludiendo a EE.UU., "tiene la responsabilidad… de explorar otras alternativas, incluyendo las alternativas del mercado, para reducir la increíble cantidad de dinero proveniente del mercado negro de las drogas".
El presidente observa que la "respuesta tradicional acerca del flujo de dinero hacia los criminales es de reducir el consumo. ¿Para ser franco, existe alguna posibilidad de que el consumo vaya a reducirse en esta sociedad de manera significativa? Sé que hay cifras de que el consumo de cocaína está disminuyendo, pero está claramente siendo sustituido por el consumo de metanfetaminas".
Lo que lo lleva a concluir: "Si el precio aumenta (gracias en buena parte a los esfuerzos de prohibición) y la demanda se mantiene igual, aumentarán los ingresos y, por lo tanto, se crearán mayores incentivos para los participantes en el mercado. Y es claramente un ejemplo de libro de texto sobre un sistema económico inestable en el que mientras más exitoso eres, más criminales creas".
La guerra contra las drogas, en otras palabras, inevitablemente produce sus propios enemigos. Milton Friedman estaría de acuerdo.
Tal vez sea irónico que el hombre que ha librado esta guerra más ferozmente que cualquiera de sus predecesores llegue a esta conclusión. Pero Calderón no escatima esfuerzo para enfatizar que, en última instancia, la guerra contra el narcotráfico no tiene que ver tanto con las drogas, sino con lo que él considera "un intento difícil y doloroso de hacer de México un estado de derecho". Las ganancias del narcotráfico pueden estar llenando las arcas de los carteles, pero al menos que se produzcan cambios improbables en la legislación de EE.UU., Calderón y sus sucesores tendrán que jugar con las cartas que les han tocado.
Esto significa mejorar la efectividad de las instituciones legales, ampliar las oportunidades educativas y económicas, aprovechar mejor los recursos energéticos que han sido crónicamente mal administrados (incluyendo el potencial de vastos depósitos de gas de esquisto) y afianzar los fundamentos monetarios de un país que ha sufrido frecuentes y devastadoras devaluaciones del peso. A propósito de esto último, Calderón se mostró escéptico frente a la moda actual de intentar estimular la economía mediante acciones como las sucesivas rondas de relajamiento cuantitativo impulsadas por la Reserva Federal de EE.UU. "La paradoja es que con una medida monetaria (tomada) para expandir la economía, se provoca algún tipo de incremento en el (precio de) las materias primas. Por lo tanto resulta una medida recesiva". ¿Escuchó bien, Ben Bernanke?
Finalmente, está el tema del futuro de la democracia en México. Calderón es hijo del cofundador del Partido de Acción Nacional (PAN), que hace 12 años rompió el monopolio de 70 años que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) tenía sobre la presidencia. Pero el PRI fue el gran ganador —y el PAN el gran perdedor— en las elecciones de julio, y es una pregunta abierta si el PRI del futuro continuará las reformas de Calderón o regresará a su pasado antediluviano.
Al presidente saliente de México no le queda más que seguir los acontecimientos con atención y esperar lo mejor: "México tiene mucho trabajo por hacer", dice en tono nostálgico. "Estamos en el medio de un renacimiento".
Bret Stephens escribe "Global View", la columna de política internacional de The Wall Street Journal.