Tomado de El País
Mitch McConnell será a partir de Enero el líder de la mayoría (Presidente) del Senado o Cámara Alta
Los republicanos logran la
mayor victoria de la era Obama
Impulsados por el descontento con el presidente de Estados Unidos y por
la apatía de los votantes demócratas, los republicanos conquistan el Senado
Por Marc Bassets
El
Partido Republicano obtuvo este martes su mayor victoria electoral desde que el
demócrata Barack Obama llegó a la Casa Blanca en 2009. Impulsados por el
descontento con el presidente de Estados Unidos y por la apatía de los votantes
demócratas, los republicanos conquistaron el Senado, hasta ahora con una
mayoría del Partido Demócrata, y ampliaron su mayoría en la Cámara de
Representantes.
Las
elecciones de medio mandato, las últimas antes de que Obama abandone
el poder en 2017, conceden a la oposición el control absoluto del Congreso y
aíslan a un presidente debilitado y en retirada. En las elecciones al cargo de
gobernador, el Grand Old Party —el partido de Lincoln y Reagan, de
Nixon y los Bush— se impuso en bastiones progresistas como Maryland,
Massachusetts e Illinois.
La
victoria culmina seis años en los que, elección tras elección, los republicanos
han ocupado nuevas parcelas de poder en Washington. En 2009 el Senado y la
Cámara de Representantes eran demócratas. En 2010, los republicanos ganaron la
mayoría la Cámara de Representantes. El último paso sería la conquista de la
Casa Blanca dentro de dos años.
Pero
las legislativas raramente anticipan los resultados de las presidenciales. La batalla para suceder a
Obama ha empezado e
incluye a pesos pesados del Senado —los republicanos Rand Paul, de Kentucky, o
Marco Rubio, de Florida son figuras emergentes— y a la favorita, la demócrata
Hillary Clinton.
El
resultado de las elecciones, tras una campaña en la que se han gastado cerca de
4.000 millones de dólares, no es una sorpresa por la identidad del partido
vencedor pero sí por las dimensiones del triunfo. La mayoría de sondeos
pronosticaba que el Partido Republicano sumaría los seis escaños que necesitaba
para hacerse con la mayoría.
Cerca
de las once y media de la noche, los republicanos proclamaron la victoria tras
confirmarse que habían arrebatado a los demócratas los seis estados necesarios
para la mayoría de 51 escaños: Colorado, Arkansas, Montana, Virginia
Occidental, Dakota del Sur y Carolina del Sur (el Estado que le dio la victoria
final). Minutos más tarde, los republicanos declararon la victoria en Iowa.
Obama invita a la Casa
Blanca a los líderes de ambos partidos en el Congreso, según anunció la Casa
Blanca, antes de conocerse el resultado final
El
senador por Kentucky Mitch McConnell, actual líder de la minoría, debe
convertirse en el nuevo líder de la mayoría del Senado. Junto al presidente de
la Cámara de Representantes, el también republicano John Boehner, será el
principal interlocutor de Obama a la hora de gobernar la primera potencia
mundial.
Obama
ha invitado el viernes a la Casa Blanca a los líderes de ambos partidos en el
Congreso, según anunciaron, incluso antes de conocerse el resultado final,
fuentes de la Administración de Obama. En un discurso tras proclamarse vencedor
en la elección por el escaño de Kentucky, McConnell tendió la mano a Obama y
dijo que ambos deberán buscar puntos de coincidencia para trabajar juntos.
"Sólo
porque tengamos un sistema con dos partidos no significa que debamos vivir en
un conflicto perpetuo", dijo.
En
lo esencial, el dominio republicano en ambas cámaras de Congreso no altera los
equilibrios de poderes. Desde que el Partido Republicano asumió el control de
la Cámara de Representantes hace casi cuatro años, la oposición ya disponía de
un derecho de veto sobre las iniciativas de la Casa Blanca. Con el Senado y la
Casa Blanca en manos demócratas y un ambiente de polarización ideológica, la política
federal quedó bloqueada. En los últimos años el Congreso, uno de los más
improductivos de la historia, no ha adoptado ninguna ley de calado.
La parálisis puede
acentuarse tras la victoria republicana. Este partido es hoy más poderoso y
dispone de más resortes para impedir nombramientos de altos cargos, iniciar
investigaciones por casos de mala gestión o corrupción y desmontar leyes como
la reforma sanitaria. El presidente preserva el poder de vetar las leyes del
Congreso.
Otra
hipótesis, a partir de ahora, es que el Partido Republicano —derechizado en los
últimos años bajo el influjo del movimiento populista Tea Party— abandone la
política del no y se convierta en un partido de gobierno. Ya no podrá escudarse
en que el Senado es demócrata. Todo el poder legislativo es suyo.
Las
elecciones renovaron los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 36
escaños del Senado. La victoria republicana refleja el rechazo de los votantes
conservadores a Obama y el desencanto de sus bases tradicionales.
Las
legislativas fueron en parte un referéndum sobre Obama y sus políticas. No es
inusual que sirvan de castigo: desde Franklin D. Roosevelt todos los
presidentes, con contadas excepciones, han perdido escaños en las elecciones de
medio mandato. Los logros económicos de Obama —la tasa de desempleo, de un 9,5%
en 2010, es ahora de un 5,9%— significan poco para unas clases medias que en la
última década han perdido poder adquisitivo y que no se sienten beneficiadas
por un ritmo de crecimiento que la mayoría de países europeos envidiaría.
Las legislativas
fueron en parte un referéndum sobre Obama y sus políticas: desde Franklin D.
Roosevelt todos los presidentes, con contadas excepciones, han perdido escaños
en las elecciones de medio mandato
Además
de la impopularidad de Obama, la baja participación, habitual en las
legislativas, perjudicó a los demócratas. La amplia coalición de votantes que
el presidente sacó a votar en 2008 y 2012 —jóvenes y minorías, entre ellas la
más pujante: la hispana— se ha quedado en casa.
Que
estuviesen en juego más escaños demócratas que republicanos ha influido: entre
los derrotados se encuentran senadores que ganaron en 2008 aprovechando la ola
de la obamamanía en estados conservadores.
Pero
las elecciones arrojan signos preocupantes para Obama y su partido: el Partido
Republicano vence en Colorado y roza la victoria en Virginia, estados
tradicionalmente conservadores que Obama convirtió en demócratas en las
presidenciales de 2008 y 2012. Es arriesgado extrapolar los resultados de estas
elecciones a unas presidenciales, pero la coalición y el mapa de Obama parece
desde hoy más frágiles que nunca.
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