Al plantear así este aspecto de la
relación padres - hijos, se tiende a observar el mismo desde los ojos de la
sociedad, en general, para quien los conceptos de autoridad y poder en el
ejercicio de la paternidad están muy relacionados entre sí, de tal modo que
suelen confundirse. Nada más lejos de la realidad; los padres deben ser las
figuras de autoridad en el hogar, pero entendiendo por autoridad como la suma
de una serie de conceptos que siempre infunden respeto, y a la vez confianza y
seguridad; nunca temor. Autoridad es conocimiento, es sabiduría; autoridad es
experiencia, es serenidad, es equilibrio; autoridad es, sobre todo, razón.
Poder es simplemente la capacidad de mando que se tiene en función de una
JERARQUÍA, o de unos intereses creados; no de una autoridad. Cuando se mezcla
el poder con la autoridad, ésta se convierte en autoritarismo, y tiende a
desvirtuarse, a disolverse, a perder el contenido racional que por sí sola
tenía.
Por ejemplo, la expresión tan frecuente
de “porque lo digo yo”, o: “porque soy tu padre”, serían innecesarias cuando se
tiene verdadera autoridad, y lo único que se consigue con ello es sembrar la
duda de si realmente tenemos razón, o simplemente estamos aplicando el poder
jerárquico. Cuando se aplica el poder que da la jerarquía, sin ni siquiera
tener razón (autoridad), se cae en el despotismo, y la verdadera relación
familiar desaparece, quedando como único vínculo, precisamente el temor que se
infunde con ello, vínculo que, lógicamente, tiende a romperse a partir de la
adolescencia, cuando los hijos se empiezan a sentir con suficiente capacidad
para ello.
La verdadera autoridad no suele necesitar
de nada más. Cuando se tiene, se proyecta por sí sola en nuestra cercanía con
los hijos, y ellos siempre saben reconocerla en el fondo, aunque, debido a su
inmadurez, a veces tengan conductas irracionales que tiendan a no respetar esa
autoridad. En esos casos puede ser válida alguna acción impactante de mando,
siempre que sea puntual, proporcionada, y muy ocasional, quedando claro que la
intención que se tiene con ello es marcarles los límites del camino a seguir, y
que se aplica únicamente por su negativa a entender la razón. Ellos sentirán
seguridad, sentirán una referencia clara en nosotros, sentirán... autoridad.
A
veces, incluso, retan nuestra autoridad no necesariamente porque la cuestionen,
sino que inconscientemente están poniendo a prueba la seguridad que tenemos en
nuestros criterios. Aunque parezca que tratan de desestabilizarnos, en el fondo
es al contrario; subconscientemente tratan de que mostremos firmeza en nuestra
autoridad, por lo mismo que mencionaba antes; ello les da estabilidad, confianza,
seguridad de que somos una fuerte referencia para ellos.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica,
Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad
Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador,
se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la
profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los
diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también
internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud
mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta
familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras
instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de
Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido
también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a
su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de
reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El
Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido
en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con
otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos
como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes
en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para
mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite
a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son
demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta
privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención,
y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y
educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional
estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene
a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que
recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta
que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la
familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.
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