Tomado de BBC Mundo
Un reciente análisis de 209 estudios encontró que la meditación y
la conciencia plena contribuyen en el tratamiento de la depresión, la ansiedad
y el estrés.
El ingeniero de Google que enseña la felicidad
en tres pasos
Por David G Allan
Hace unos años Chade-Meng Chen,
uno de los primeros ingenieros contratados por la firma en Mountain View,
California, notó que muchos de sus colegas se sentían agobiados y descontentos
en la oficina.
Meng convenció a sus jefes de
crear y encargarse de un curso que le enseñara a los empleados técnicas de mindfulness, o
concienciación plena, para mejorar la inteligencia emocional e impulsar el
bienestar.
En un guiño a su compañía, el
gigante de las búsquedas, lo llamó "Busca en tu interior", un nombre
ciertamente cursi que es también el título del libro que escribió sobre el
tema.
Cuando este año asistí al festival
South by Southwest Interactive (SXSW) en Austin, Texas, me llamó la atención
una ponencia suya titulada: "Conviértete en la persona más feliz de la
Tierra".
En un salón abarrotado Meng
aseguró que nos enseñaría el secreto de la felicidad "científicamente
demostrado" en tres fáciles pasos.
Quedé fascinado por la charla,
pero naturalmente escéptico. Así que en las semanas siguientes, decidí probar
sus consejos.
También observé más de cerca los
argumentos científicos que, según él, respaldan sus técnicas.
Primer paso: "Calma tu mente"
Para introducir su primera
recomendación, Meng presentó un corto ejercicio colectivo de respiración.
Meng propone encontrar formas
sencillas de tomar pausas durante el día y de ser conscientes de nuestra
respiración. "Si resulta demasiado difícil, entonces no pienses en nada
por un momento", bromeó.
Un estudio de 2006 encontró que quienes anotaban sus experiencias
positivas en un diario manifestaban mayores sentimientos de satisfacción con la
vida.
En su libro abunda en más detalle,
concentrándose en lo que es la meditación y cómo comenzar a practicarla.
Y cita un estudio hecho por Jon
Kabat-Zinn, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts, en
el que se reportó que la conciencia plena reduce la ansiedad.
Meng no es el único que sugiere
que la meditación y la conciencia plena son buenas para nuestra salud mental.
Un reciente análisis de 209
estudios encontró que contribuyen en el tratamiento de la depresión, la
ansiedad y el estrés.
Algunos investigadores incluso
aseguran que la reducción del estrés, prometida por la meditación, podría
ayudar a reducir los efectos del envejecimiento.
Aquí es necesario destacar que
enfrentar la depresión y la ansiedad no es necesariamente lo mismo que impulsar
la felicidad.
Aun así, la primera recomendación
de Meng parece tener cada vez más asidero científico.
Segundo paso: "Lleva un registro de momentos
alegres"
Simplemente, mientras degustas un
buen café, te ríes del chiste de un amigo o compras la camisa que querías, dite
a tí mismo: "¡Tengo un momento de alegría!.
Cuando nos pasan cosas negativas
tenemos la tendencia de aferrarnos a ellas, mientras que las buenas son más
rápidas y efímeras.
Las cosas buenas parecen tener una duración más efímera que las
malas.
Meng sostiene que al reconocer conscientemente las buenas,
aumentamos las probabilidades de hacer un balance positivo y concluir que fue
un día feliz.
Intuitivamente, es una hipótesis que tiene sentido.
Todos podemos identificarnos con
el poder de un solo incidente, así sea breve, que nos echa a perder todo el
día, pero rara vez lo contrario parece ser verdad.
Recientes estudios han intentado
explorar este efecto. Uno, hecho por la especialista en psicología positiva
Barbara Fredrickson, indicó que necesitamos una proporción de 3 a 1 de
pensamientos positivos sobre negativos para liberar nuestras mentes.
Sin embargo, ese estudio en
particular generó controversia, ya que algunos investigadores cuestionaron la
validez de sus aseveraciones matemáticas.
Pero otro, hecho en 2006, encontró
que quienes anotaban sus experiencias positivas en un diario manifestaban
mayores sentimientos de satisfacción con la vida.
Tercer paso: "Deséale felicidad a otras personas"
Según Meng, los pensamientos
altruistas nos benefician porque dar nos proporciona una gran alegría, incluso
más que recibir.
El campo de la “psicología positiva” apenas tiene dos décadas de
historia.
Elocuentemente, Meng argumenta la
necesidad de mostrar más compasión en nuestras vidas, pero solo cita un estudio
para respaldar su afirmación de que "la generosidad es una fuente
sostenible de felicidad".
En su libro "La Felicidad:
Una muy breve introducción", el filósofo Daniel Haybron respalda la
postura de Meng citando especialmente al psicólogo Michael Argyle.
Para Argyle "solo bailar
genera 'niveles de alegría' superiores que hacer actividades voluntarias o
benéficas".
Fredrickson también estudió los
beneficios de una forma de meditación que contempla pensamientos positivos
sobre los demás.
Solo bailar
genera ‘niveles de alegría’ superiores que hacer actividades voluntarias o
benéficas
Michael Argyle, psicólogo
Le pidió a la gente poner en
práctica la técnica diariamente durante varias semanas y muchas personas
dijeron sentirse más alegres y optimistas.
Sin embargo, aún estamos lejos de
concluir que solo pensar bien sobre los demás es suficiente.
Nos estaríamos engañando si
creemos que desearle a otro la felicidad es lo mismo que hacer algo en
concreto, como darle un regalo o, aparentemente, llevarlo a bailar.
La ciencia frente a la experiencia
De hecho, cuanto más analizaba las
afirmaciones de Meng menos convencido estaba de que estuviesen respaldadas por
investigaciones existentes.
Chade-Meng Chen, Jolly Good Fellow de Google durante una charla
TED.
Según Haybron hay otros factores,
apoyados por estudios más sólidos, vinculados a la felicidad, como la
autonomía, el trabajo satisfactorio y calificado, las relaciones y el amor, el
dinero, la seguridad y el desprendimiento hacia cosas que podríamos perder.
Y, sin embargo, al mismo tiempo
cuanto más ponía en práctica el método de los tres pasos más me parecía que
funcionaba.
Comencé a meditar en la oficina.
Programé mi celular para que me enviara recordatorios cada hora para desearle
felicidad a los otros.
Y me acordé de pensar “tengo un
momento de alegría”, cuando me divertía con mis hijas, corría en el parque,
bebía una deliciosa cerveza e incluso al escribir esta columna.
Pero me hacía falta conciliar esa
brecha entre mi mayor felicidad y la aparente falta de pruebas para apoyar las
recomendaciones de Meng.
Cuestión de "personalidad"
Decidí consultar al psicólogo Tom
Stafford, quien escribe una columna para BBC Future.
Me habló de lo complejo que
resulta el estudio de la felicidad y de las variaciones que se dan entre la
ciencia, que tiende a trabajar con promedios de grupo, y la personalidad
individual.
Agregó que para él lo interesante
es preguntarse cuándo confiamos en la experiencia y cuándo escuchamos a la
ciencia.
"Para algunas cosas no
necesitamos a la ciencia (¿si te cae una roca en un pie te lastimarás? Y para
otras sí ¿Es fumar malo para mi salud?) Yo diría que la felicidad está entre
los dos casos", señaló.
Mi investigación me coloca más
cerca del ejemplo de la roca, dando más credibilidad a mi experiencia.
Como indica Stafford, puede ser
simplemente que la meditación, el registro de la alegría y los buenos deseos
van mejor con mi propia personalidad.
Es posible que estudios futuros
arrojen más luz sobre el tema. Después de todo el campo de la “psicología positiva”
apenas tiene dos décadas de historia.
"En parte no se consiguen las
evidencias porque es algo que no se ha estado investigando tanto como, por
ejemplo, por qué la gente se deprime", recalcó Stafford.
Para muchos los tres pasos de Meng
pueden ser obvios y simplistas. Sin embargo, él comparó sus consejos a
mostrarnos cómo se hace un ejercicio de flexión de brazos en el gimnasio.
Sabes que te hace bien, pero
tienes que hacer el ejercicio todos los días para obtener resultados.
Yo quizás esté más convencido por
la experiencia personal que satisfecho científicamente, pero es suficiente para
que vuelva al gimnasio de la felicidad de Google y siga haciendo esas
flexiones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario