lunes, 7 de septiembre de 2015

Mi versión de lo que ocurrió en la historia un día como hoy 7 de septiembre

Compilado por Luis Montes Brito
Un día como hoy 7 de Septiembre de 1566 muere en Hungría el Sultán turco otomano Solimán el Magnífico. Hijo del sultán Selim I Yavuz y Ayşe Hafsa Sultan, una princesa Crimea, Süleyman I, conocido en español como Solimán el Magnífico llevó el Imperio Otomano a su máximo esplendor bajo su gobierno, no sólo por la solidez de la organización administrativa y militar, sino por la ampliación de sus fronteras a su máxima extensión y por el hecho de que Estambul se constituyó en un brillante centro intelectual. Conocido también como Sulimán (o Süleyman, en turco), fue por ello llamado "el Magnífico" en Occidente y "el Legislador" por sus compatriotas. Cuando Solimán sucedió a su padre en el trono otomano en 1520, este pueblo belicoso que los mongoles habían empujado hasta la península de Anatolia (la actual Turquía) había llevado a cabo numerosas batallas con los países europeos. Ya en 1354, Orjan conquistó Gallípoli, el primer dominio otomano en Europa, al tiempo que fundaba un nuevo ejército formado por un escuadrón de caballería ligera (akhingi) y un ala constituida por los grandes señores feudales (spahis), que estaba compuesta por los célebres y temibles jenízaros. El 25 de mayo de 1453, Mehmet II el Conquistador, que había establecido la expeditiva costumbre de que cada sultán eliminase a sus hermanos para garantizar la sucesión dinástica, entró en Constantinopla, el último reducto del Imperio Romano de Oriente, defendido desesperadamente por bizantinos, genoveses y venecianos. Este hecho trascendental, amén de señalar la fecha exacta en que el Imperio Otomano cobraba un decisivo poder en el Mediterráneo y se convertía en una persistente amenaza para los pueblos de Europa, arrojó a los doctos emigrados griegos a Italia, lo que llevaría al florecimiento del humanismo, y cerró para los europeos el acceso al mar Negro y por tanto su vía de comunicación con la India, obligándoles de ese modo a una búsqueda de nuevas rutas que, en 1492, conduciría al descubrimiento de América por Cristóbal Colón. El padre de Solimán, Selim I, conquistador de Siria, Arabia y Egipto, adoptó el título de califa tras la toma de La Meca. A su muerte, acaecida en 1520, su temerario hijo Solimán, presente en numerosas batallas que no dudaba en encabezar, tomó las riendas del Imperio para catapultarlo al máximo poderío de toda su historia merced a una política de expansión en Europa que está jalonada por tres importantes victorias. En 1521 conquista Belgrado; al año siguiente, en la isla de Rodas, obtiene la capitulación de los Caballeros Hospitalarios de San Juan, con lo que a partir de entonces el tráfico marítimo veneciano y genovés queda bajo su control; y, por último, con su victoria en la batalla de Mohács, acaba con la independencia de Hungría e impone en el trono a Juan Zapolya, vasallo del Imperio Otomano. A la expansión de Solimán el Magnífico se opondrán enérgicamente España y Austria, con la ayuda de Polonia y Venecia, siendo el mayor adalid de esta defensa el emperador Carlos I de España y V de Alemania. Pero como el enemigo juramentado de éste, el rey francés Francisco I, no veía con buenos ojos el liderazgo europeo del hijo de Juana la Loca, no dudó en aliarse con el turco para reducir su poder. Nadie como Solimán se aprovechó más de la inagotable rivalidad de los dos obstinados monarcas cristianos. Con admirable oportunidad y con una astucia diplomática que le hace merecedor de ser calificado como uno de los mayores estadistas de la época, el califa supo sacar provecho del río revuelto que era por aquel entonces Occidente, desangrado y dividido por guerras de religión y con fronteras movedizas que respondían a un verdadero mosaico de ambiciones. En este sentido hay que destacar la paradoja de que, al invadir Hungría, Solimán el Magnífico prestase una impagable ayuda a la llamada Liga Clementina, encabezada por el papa Clemente VII y que, además del Vaticano, reunía a Francia, Florencia y Milán contra Carlos I. En 1529, su audacia llegó hasta el extremo de asediar por primera vez Viena, campaña en la que fracasó, pero que volvió a intentar en 1532, año en el que Carlos I, el gran abanderado del catolicismo, hubo de pactar con los protestantes para lograr rechazar la ofensiva. Más tarde Solimán orientaría sus conquistas fuera del territorio europeo, invadiendo Bagdad y Mesopotamia y llegando hasta la India; pero a la muerte de su vasallo Juan Zapolya en 1541, Hungría quedó anexionada al Imperio Otomano; y en 1543, el mismo año en que Persia pasaba a sus dominios, Fernando I de Habsburgo quedó obligado a pagar al Imperio un tributo anual de 30.000 ducados. Precisamente como consecuencia de la negativa de su sucesor, Maximiliano II, a pagar el tributo, se produjo en 1566 el asalto turco a Szeged, ciudad defendida valientemente por el héroe nacional húngaro Zriny, donde un día como hoy 7 de septiembre de 1566 halló la muerte Solimán. Antes de eso, el gran dignatario musulmán había llevado a cabo igualmente una extraordinaria actividad legisladora, que le valió su sobrenombre entre los turcos; había impuesto a las familias cristianas la obligación de entregar un hijo de cada cinco para integrarlo en sus compañías de jenízaros y había practicado también el rapto de niños (devsirme) para nutrir sus tropas; había dividido las tierras conquistadas en timar, feudos militares sometidos al gobierno de un bajá; había dejado su impronta urbanística en Constantinopla y había visto cómo la preferida de su harén, la bella Roxelana, lo traicionaba mandando asesinar a su primogénito, el príncipe Mustafá, para lograr que el sultanato recayera en su hijo Selim. Durante su gobierno, los otomanos tuvieron una breve preponderancia en los mares Mediterráneo y Rojo lo mismo que en el golfo Pérsico. El imperio continuó expandiéndose casi un siglo después de su muerte. Al final de su reinado tenía unos 40 millones de habitantes. Protegió y buscó el desarrollo de las ciencias y las artes, y acogió a numerosos filósofos. Fue mencionado como uno de los más notables poetas musulmanes. En el mundo occidental es conocido con el apelativo el “Magnífico” y en el mundo islámico como el “Codificador” o el “Legislador” debido a la profunda reforma que introdujo en el sistema legal otomano. Pese a tener varias consortes, Solimán se casó legalmente con una de ellas, Hürrem Sultan (también llamada Roxelana), la cual fue muy célebre en las cortes europeas de la época por su influencia en el gobierno otomano.
Un día como hoy 7 de Septiembre de 1813 en EEUU se usa por primera vez el término “Tío Sam” para referirse a este país. ¿De dónde viene este símbolo nacional de Estados Unidos? Un anciano vestido con los colores estadounidenses señala desde el cartel. Muchos piensan que es un presidente, como Abraham Lincoln o una versión barbuda de George Washington, pero la realidad es que se trata de un carnicero. El origen de esta imagen es uncle Samuel Wilson, un comerciante de carnes de la ciudad de Troy, Nueva York, que suministraba al Ejercito de EEUU durante la guerra de 1812-1815 entre Estados Unidos e Inglaterra. Cuando el gobernador de Nueva York, Daniel D. Tompkins, visitaba la planta de Wilson, observó que los barriles de carne que esperaban ser despachados llevaban impresas las marcas "EA-US" en grandes letras. El gobernador preguntó: "¿Qué representan las iniciales?". Uno de los mozos respondió que estos barriles iban dirigidos a un contratista llamado Elbert Anderson, y en tono de broma añadió que US significaba uncle Sam (tío Sam) Wilson. Los hambrientos soldados acogieron esta familiar forma de referirse a las siglas que marcaban esos barriles tan esperados y al responsable de que les llegasen. Samuel Wilson sería desde entonces su tío Sam. Un día como hoy 7 de septiembre de 1813 aparece por primera vez en las páginas de un periódico en Troy, en el estado de Nueva York. Tres años más tarde se publicó un libro titulado Las aventuras del tío Sam. Tanto fue el éxito de este alias, que medio siglo después, este carnicero fue reconocido oficialmente por el gobierno de EEUU como el prototipo del Tío Sam. Tuvo que esperar hasta 1961 para convertirse en emblema oficial de su país cuando el Congreso estadounidense aprobó una resolución que lo declaró "representante del símbolo nacional de Estados Unidos". El famoso cartel con el hombre de labios apretados y mirada inquisidora no llegó hasta mucho después, y fue utilizado con mucho éxito para reclutar soldados para varias guerras. Bajo el anciano "carnicero" se incluyó en letras grandes: I want you for the US Army (Te quiero para el ejército de los EEUU). La figura del tío Sam ha sido dibujada por famosos caricaturistas, como Thomas Nast, uno de los primeros en utilizarla, para crear opinión pública en momentos claves de la historia del país.
Un día como hoy 7 de Septiembre de 1822 a orillas del río Ipiranga, Brasil, el príncipe Pedro proclama la independencia. El detonante para la independencia de Brasil es, al igual que para la América española, la invasión de la Península Ibérica por parte de las tropas de Napoleón. Los franceses capitaneados por Jean Andoche Junot (Bussy-le-Grand, Francia, 1771-Montbard, Francia, 1813) entrarán en territorio portugués en octubre de 1807, con el objetivo es aislar por mar a su eterna enemiga, Inglaterra. Ante estos hechos, los británicos ofrecerán protección a la familia real portuguesa y a su extensa corte para abandonar el país en dirección a Brasil. Encabezada por el regente Juan (Lisboa, Portugal, 1767-Lisboa, Portugal, 1826) y su esposa la infanta Carlota Joaquina de Borbón, hija de Carlos IV, la expedición transportará a más de 10.000 personas. La corte se instalará en un principio en Salvador de Bahía donde llegará en enero de 1808, para establecerse definitivamente en Río de Janeiro.Desde 1808, y vistas las ventajas de gobernar desde este rincón del mundo, el príncipe regente elevará el principado de Brasil a categoría de reino, conformando el Reino Unido de Portugal, Brasil y los Algarves. Este ascenso a categoría de reino que impulsa Juan iguala en derechos a la colonia y a la metrópoli. Coincide con el fallecimiento de la reina María I (Lisboa, Portugal, 1734-Río de Janeiro, Brasil, 1816), incapacitada mentalmente para gobernar desde hacía años, y su sucesión en Juan VI. Juan VI, aprovechando la prosperidad económica y la relativa tranquilidad interna, planea la expansión de Brasil hasta anexionarse la Banda Oriental, creando la Provincia Cisplatina en 1817, pese a la combativa oposición de José Gervasio Artigas. La mecha de la independencia había prendido también en Brasil. El levantamiento más importante será el de Pernambuco de 1817 que aúna al descontento, los problemas económicos y sociales de la población frente a la prosperidad de que goza la corte en Río, en un momento en el que la reactivación mundial de la economía hunde los precios brasileños. Los insurrectos persiguen la instauración de una república, pero el movimiento se acaba con la represión y la ejecución de los cabecillas. Pacificada ya la Península Ibérica, en Portugal crece el descontento por la permanencia de Juan VI en Río de Janeiro. Las protestas se canalizan a través de las propuestas de un liberalismo constitucionalista al estilo español, llegando a pronunciarse un grupo de militares en Oporto en agosto de 1820, como lo había hecho unos meses antes en España el teniente coronel Rafael del Riego.Portugal padece los descalabros de la apertura y la libertad del comercio decretada para la flota británica bajo la regencia de un general inglés. La culpa se achaca a la desatención de Juan VI en beneficio de sus intereses brasileños. Obligado por los acontecimientos y contra su voluntad, el rey regresará a Lisboa en 1821, donde aceptará la futura constitución que elaborarían las Cortes en Portugal. Consciente del clima liberal e independentista que invade la excolonia, el rey Juan deja en Brasil a su hijo Pedro (Queluz, Portugal, 1798-Queluz, Portugal, 1834), y le recomienda que encabece los posibles movimientos emancipadores que surjan para asegurarse la permanencia de la dinastía Braganza al frente de Brasil. Las Cortes de Lisboa con una escasa representación brasileña, pese a la igualdad jurídica de ambos territorios, son el escenario donde se debate la permanencia de Brasil como reino o su vuelta al estatus de colonia anterior a 1808. En tierras brasileñas se produce una división entre los que quieren mantener el sistema actual, con una autonomía que tanto había favorecido sus negocios, entre ellos la trata de esclavos; y los liberales radicales, partidarios de un régimen republicano. En Portugal, la mayoría, partidaria de la supresión de la autonomía, exige la vuelta a Lisboa del príncipe Pedro. Los grupos de poder brasileños son conscientes de lo que supondría el regreso a sus orígenes como colonia. El príncipe Pedro se niega a viajar a Portugal el 9 de enero de 1822, y un día como hoy 7 de septiembre de 1822 declara la independencia. En diciembre, es coronado como Pedro I, emperador de Brasil. Ante la lejanía física, Portugal se ve incapaz de atajar esta sublevación. El territorio independizado adoptará la forma de imperio bajo un gobierno liberal. Inglaterra no tardará en reconocer a la nueva nación (1825), a cambio de sustanciosas mejoras en sus ya ventajosas relaciones comerciales. Portugal seguirá los pasos de Inglaterra, alentada por ésta y por la generosa indemnización que recibirán del nuevo imperio. En 1831, Pedro volvió a Portugal para recuperar el trono que le había usurpado su hermano Miguel (Lisboa, Portugal, 1802-Karlsruhe, Alemania, 1866) a la muerte de Juan VI y entregarlo a su hija María (Río de Janeiro, Brasil, 1819-Lisboa, Portugal, 1853). Y en el trono brasileño le sucedió su hijo Pedro II (Río de Janeiro, Brasil, 1825-París, Francia, 1891).
Un día como hoy 7 de Septiembre de 1977 en EE. UU. se firman los Tratados Torrijos-Carter, por los cuales se transfiere progresivamente la soberanía del Canal de Panamá de EE. UU. a la República de Panamá. Los Tratados Torrijos - Carter pusieron fin a la presencia estadounidense en el Istmo de Panamá. Luego de los acontecimientos del 9 de enero de 1964, cuando se logró que la bandera panameña se izara en algunos puntos del territorio de la Zona del Canal, la lucha por la soberanía total del país continuó y en 1977, con el General Omar Torrijos Herrera como jefe de Estado de Panamá, se firmaron los tratados Torrijos – Carter. James (Jimmy) Carter llega a la presidencia de Estados Unidos en enero de 1977, al tiempo que Torrijos emprendía una cruzada en países de todo el mundo para que apoyaran la causa de Panamá a fin de que la nación del norte revisara los convenios y tratados que habían firmado anteriormente y lograr que el Canal pasara a manos panameñas. Sobre esta propuesta Carter, que en campaña había prometido revisar los acuerdos, nombra a Sol Linowitz, Ellsworth Bunker como negociadores de un nuevo tratado con Panamá. Un día como hoy 7 de septiembre de 1977, en una ceremonia en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), donde participaron Carter y Torrijos, se firmaron los tratados del canal. El acuerdo establecía el traspaso gradual de bienes del Canal y del territorio de la Zona a Panamá, en un plazo que vencía el 31 de diciembre de 1999, fecha en la que el Canal quedaba plenamente en manos panameñas. 
Datos: 
24 de marzo de 1975. Presidentes de Costa Rica, Colombia y Venezuela se reúnen con Torrijos para apoyarlo en sus aspiraciones en el tema del canal.
23 de octubre de 1977. En un plebiscito nacional los panameños aprueban el contenido de los Tratados Torrijos Carter.
18 de abril de 1978. El senado de Estados Unidos ratifica con 68 votos a favor y 32 en contra los Tratados Torrijos Carter.
1990. A partir de este año el administrador del Canal debía ser un ciudadano panameño y el sub administrador un ciudadano estadounidense hasta el 31 de diciembre de 1999.
1977 - Después de la firma de los tratados, el presidente James 'Jimmy' Carter y el Jefe de Gobierno de Panamá Omar Torrijos se abrazan en la Unión Panamericana en Washington.
A las 3:00 de la tarde de un día como hoy 7 de septiembre de 1977, fueron rubricados un total de 54 mapas de tierras y aguas del Tratado de Panamá.
Un día como hoy 7 de Septiembre de 1986 en Chile, el general Augusto Pinochet sale ileso de un atentado perpetrado por miembros del frente Patriótico Manuel Rodríguez en el que murieron cinco escoltas y viajaba su nieto Rodrigo García Pinochet de 10 años. Con información de El País. El general Augusto Pinochet salió ayer ileso de un atentado, cometido contra la comitiva que aciampañaba al presidente chileno a su regreso a Santiago desde su residencia de campo en la localidad de Cajón del Maipo, situada a unos 30 kilómetros al este de la capital. Según anunció la televisión estatal, hubo al menos dos muertos, y varios guardias resultaron heridos. El atentado se Ilevó a cabo a las 18.40 (0.40 de la madrugada hora peninsular española). El atentado fue reivindicado por el Frente Patriótico, Manuel Rodríguez (FPMR), según informó la televisión de la Universidad Católica El atentado se produjo en un puente cercano a Cajón del Maipo, y los atacarites utilizaron explosivos y armas de fuego contra la caravana de 12 vehículos que acompañaban al general Pinochet, de quien se cree que no viajaba en su coche habitual, sino en uno de la escolta. Inmediatamente después del atentado se celebró una reunión de emergencia del Gobierno, en el palacio presidencial de la Moneda, encabezada por el ministro del Interior, Ricardo García, en la cual no participó Pinochet. El Gobierno dijo que estudiaba la aplicación del estado de sitio. Mientras se celebraba esta reunión, la radio oficial informó de un encuentro de Pinochet con periodistas, descartando así que el general hubiera resultado herido. Al cierre de esta edición (cuatro de la madrugada), el Gabinete chileno seguía reunido. En medios políticos de Santiago se temía una declaración del estado de sitio. Chile vive en estado de emergencia desde hace dos años. Inmediatamente después del atentado, la localidad de Cajón del Maipo fue rodeada por militares, policías y servicios de seguridad, mientras helicópteros sobrevolaban el lugar. En el sector de El Melocotón, en Cajón del Maipo, Pinochet posee una residencia privada a la cual suele ir durante los fines de semana. En el lugar del atentado, un sitio de paseo habitual de los santiaguinos, miles de personas quedaron ayer tarde bloquedas y no pudieron regresar a Santiago, por el cerco policial. La residencia de Pinochet en Santiago fue rodeada en un radio de cinco calles por soldados. Las emisoras de radio y de televisión suspendieron sus programas al hacerse pública la noticia del atentado y comenzaron a dar ininterrumpidamente partes policiales. Pinochet no viajaba en su coche, sino en uno de la escolta, cuando se produjo el ataque. Testigos presenciales del atentado indicaron que en el puente donde fue atacada la comitiva presidencial se escucharon intensos tiroteos y se vio una columna de humo procedente de uno de los automóviles, volcado e incendiado. Se cree que Pinochet no viajaba en su automóvil, sino que iba en uno de la escolta. En el momento de producirse los disparos contra la comitiva, los coches que no resultaron alcanzados continuaron su camine, sin detenerse. Mientras en Santiago se especulaba, en una tensa espera, con la dimensión real del atentado, una emisora de radio informó que Pinochet estaba hablando en ese momento con un grupo de periodistas. Poco después, pasadas las 20.00 horas (las dos de la madrugada, hora española), y para confirmar que había resultado ileso, Pinochet se asomó al balcón de su residencia en la avenida presidente Arrazuriz, en el barrio Las condes de Santiago. Radio Chilena, del arzobispado de Santiago, informó esta madrugada que dos de los heridos en el atentado. se encontraban en estado de extrema gravedad. Éste es, el primer atentado que sufre el general Augusto Pinochet en 13 años de Gobierno dictatorial. El año pasado, la caravana presidencial sufrió un accidente que afectó a una decena de vehículos, cuando se dirigía a toda velocidad a la localidad de Ninhue, a 400 kilometros al sur de Santiago. Entre él 4 y el 11 de septiembre, la oposición chilena ha convocado jornadas de protesta contra la dictadura, a consecuencia de las cuales ya han resultado muertas cuatro personas en manifestaciones.

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