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sábado, 23 de noviembre de 2013

¿Comunismo? Comunistas chinos darán mayor libertad al mercado

Tomado de The Wall Street Journal  
 

El plan de reforma económica de China: quiénes serán los ganadores y perdedores


Las empresas podrían beneficiarse a lo grande si China cumple su promesa de concederle al mercado un papel más importante en la segunda mayor economía del mundo.
Los líderes del Partido Comunista chino la semana pasada presentaron un amplio esbozo de reformas para los próximos 10 años que propone el fortalecimiento de los consumidores y la relajación del control de Beijing sobre industrias clave que, por mucho tiempo, han sido controladas por el Estado. Entre sus objetivos se destaca disminuir las barreras al capital extranjero en varias industrias, aumentar la participación de inversionistas privados en empresas estatales y otorgar a la extensa población rural del país un mayor acceso al capital.
La clave será la implementación. A pesar de su ambicioso alcance, el plan del partido no establece cronogramas ni objetivos específicos, especialmente en qué medida las empresas extranjeras podrán tener mayores oportunidades de invertir. Y los esfuerzos podrían encarar una considerable oposición por parte de las poderosas empresas estatales, arraigados burócratas y residentes urbanos preocupados por una avalancha de migrantes hacia las ciudades.
A continuación, un vistazo a las implicaciones por industria del plan de reformas del Comité Central del Partido Comunista de China:
Bancos
Los detractores del sector bancario chino dicen que éste ha proporcionado dinero a las mayores empresas estatales a expensas de las empresas pequeñas y medianas. El plan incluso sugiere una participación extranjera en la banca, si bien los detalles son escasos.
China necesita aumentar la competencia. Mientras los bancos y sus clientes de propiedad estatal crean que están siendo respaldados implícitamente por el gobierno, la habilidad de gestionar el riesgo seguirá estando subdesarrollada.
—Grace Zhu y Dinny McMahon
Mercados financieros
Uno de los puntos más ambiciosos es una promesa de transformar el sistema de ofertas públicas iniciales de acciones del país para que sean las propias empresas, en lugar del gobierno, las que decidan por méritos cuáles cotizarán en bolsa.
Actualmente puede tomar años para que algunas empresas coticen en bolsa, y las estatales grandes pero mal gestionadas a menudo reciben preferencia.
—Shen Hong
Autos
Los cambios que van desde relajar la política de hijo único hasta alentar a los residentes en zonas rurales a mudarse a las ciudades ayudarán a la industria automotriz a cumplir su meta de vender 30 millones de vehículos al año para 2020.
No está claro si los cambios incluirán un mayor acceso para los fabricantes extranjeros. Actualmente, deben establecer empresas conjuntas con automotrices locales para ensamblar autos en China. La propiedad extranjera está limitada a 50% o menos. El plan no aborda este aspecto.
—Rose Yu y Colum Murphy 
El Partido Comunista de China cree que trasladar a residentes rurales a las ciudades dará un impulso al consumo interno.

Tecnología
El panorama en el sector de Internet chino es ambivalente, pero podría crecer con la reforma económica incluso a pesar de que encara una censura potencialmente más estricta.
El cambio a la política de hijo único y las campañas de urbanización probablemente resulten en que los chinos dediquen más tiempo a ver videos en línea o comprando en sitios de comercio electrónico.
Beijing también planea abrir las puertas a la inversión extranjera en el comercio electrónico. A pesar de que el plan no especifica detalles, podría implicar su apertura a las empresas extranjeras de Internet que se han mantenido alejadas del ciberespacio chino.
Sin embargo, el plan también incluye puntos sobre un aumento al control del flujo de información en línea. Las plataformas de redes sociales podrían afrontar un mayor escrutinio del gobierno.
—Paul Mozur y Lorraine Luk
Propiedad
El plan busca agilizar cambios en los impuestos a la propiedad. Eso podría ayudar a Beijing a abordar el problema de los precios exorbitantes de la vivienda.
Algunos economistas temen una saturación en el mercado inmobiliario en algunas zonas a pesar de los altos precios, lo que aumenta las probabilidades de una corrección desestabilizadora. Sin embargo, un impuesto sobre la propiedad podría perjudicar las ventas en el corto plazo.
—Ester Fung
Consumo y servicios
La reforma está principalmente diseñada para impulsar a la creciente clase consumidora. Eso significa que las tiendas, los restaurantes y los servicios al consumidor serían los mayores beneficiarios.
La urbanización es clave en este esfuerzo. Beijing cree que el traslado de más residentes rurales a las ciudades se traducirá en compras de apartamentos. Pero desarrollar una clase de consumo requerirá dinero. El plan recomienda la apertura de los mercados de educación, cultura, cuidado médico y otros servicios.
—Laurie Burkitt
Energía y recursos
El plan menciona sólo en una frase el deseo de reformar los precios del petróleo, gas natural y electricidad. A medida que los precios del combustible se acercan más a los de los mercados internacionales, las energéticas tendrán mayor certeza sobre sus retornos y se verían alentadas a invertir en proyectos que antes eran considerados no rentables. Las compañías han sido reacias a invertir en los sectores de gas de esquisto y gas metano de carbón debido al fuerte control de Beijing sobre los precios.
Por otro lado, el plan podría aumentar los costos para las energéticas chinas. El documento enfatiza el medio ambiente y menciona nuevos impuestos sobre los recursos, programas de canje de emisiones de dióxido de carbono y una mayor responsabilidad corporativa por daños medioambientales. El sector del carbón podría salir perjudicado.
—Wayne Ma
Logística y transporte
La reforma podría sentar las bases para una mayor competencia en el transporte de productos. Eso podría beneficiar a potencias extranjeras como FedEx Corp. y United Parcel Service Inc.(UPS), que el año pasado recibieron la aprobación del gobierno para proporcionar servicios limitados en el país.
Los operadores de trenes podrían beneficiarse de la liberalización de los precios, pues actualmente las tarifas son mantenidas bajas por el gobierno.
El plan también podría intensificar la competencia en el sector aéreo. La industria se abrió ligeramente el año pasado, con la aprobación de dos nuevas aerolíneas privadas.
—Joanne Chiu 

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Wang Jianlin el hombre más rico de China

Tomado de The Wall Street Journal
 Wang Jianlin, dueño del conglomerado Dalian Wanda Group.

El hombre más rico de China busca inversiones en EE.UU. y Europa


Por Laurie Burkitt

DALIAN, China— Decidido a convertirse en un importante actor en el sector inmobiliario mundial, el magnate chino Wang Jianlin está a la caza de inversiones en Europa y Estados Unidos.
Wang se ha creado un perfil mundial en los últimos años: en 2012, su conglomerado inmobiliario Dalian Wanda Group Corp anunció la compra por US$2.600 millones de la cadena de cines estadounidense AMC Entertainment Holdings Inc, y el pasado mes cerró la adquisición del fabricante de yates británico Sunseeker International Ltd. Además, en los últimos meses anunció sus planes de abrir un hotel de lujo en Londres, con una inversión total de 700 millones de libras (US$1.090 millones), y otro hotel en Nueva New York para finales de año.
Wanda, que gestiona 38 hoteles de cinco estrellas, 71 centros comerciales, 57 tiendas por departamentos y 6.000 salas de cine en China, desea realizar compras en los sectores hotelero, de ocio y ventas minoristas tanto en EE.UU. como en Europa, dijo Wang en una rueda de prensa el miércoles en el Foro Económico Mundial que se celebra en la ciudad costera china de Dalian.
"No compramos simplemente por comprar", señaló Wang. Agregó que algunas empresas están realizando compras de activos en el extranjero porque estas operaciones son menos costosas debido a la crisis económica.
La compra de AMC llamó la atención. En momentos en que la audiencia de las salas de cine de EE.UU. se reduce cada vez más debido a que la gente ve películas en su casa, indicaron expertos en la industria cinematográfica, no es una inversión motivada por las ganancias. Wang sostuvo que AMC encajó en el portafolio de la empresa y está teniendo éxito, luego de anunciar hace poco una salida a bolsa.
"Hay muchas buenas oportunidades de inversión en EE.UU. y en Europa que tienen sentido para la empresa", comentó Wang, que añadió que su firma, cada vez más activa en la producción de películas, busca estrechar sus lazos con Hollywood. Entre sus producciones más recientes se encuentra "Man of Tai Chi", el debut como director de Keanu Reeves.
Este mes, Wanda planea llevar varias estrellas de Hollywood, como Dustin Hoffman, a la ciudad costera de Qingdao, donde Wang intenta crear un comité para entregar galardones cinematográficos que celebrará una ceremonia anual similar a la de los premios Oscar, según un vocero de Wanda.
La meta de ingresos de Wanda para 2016 es llegar a los US$40.000 millones, casi el doble que los US$23.000 millones del año pasado, indicó Wang el miércoles. Ya había dicho que para impulsar sus ingresos y presencia global, Wanda planea construir hoteles de lujo con la marca que lleva el nombre de la compañía en ocho a 10 importantes ciudades en todo el mundo en la próxima década.
Con 58 años, este ex soldado chino, fanático del fútbol (ha invertido y tratado de revivir la Asociación de Fútbol de China) ha sido calificado como el hombre más rico del país, con activos valorados entre US$14.000 millones y US$22.000 millones, según estimaciones de Bloomberg News, la revista Forbes y la firma de análisis de patrimonio de Shanghai Hurun Report.
La fortuna de Wang creció este año cuando Dalian Wanda Commercial Properties, un brazo de bienes raíces comerciales de Wanda cuya mayoría accionaria es propiedad del magnate y su familia, efectivamente encontró una forma de cotizar en el restringido mercado bursátil de Hong Kong. Lo hizo al quedarse con una participación de 65% en Hengli Commercial Properties, que cotiza en esa bolsa, y cambiar el nombre de la acción a Wanda Commercial Properties Co. El precio del título se disparó e impulsó el valor de los activos personales de Wang.
Nacido en una familia militar en la provincia de Sichuan, al sudoeste de China, Wang afirmó el miércoles que no planea traspasar activos de Wanda Group a la empresa que cotiza en Hong Kong, y agregó que no podía hacer más comentarios sobre esta última empresa.
Cuando se le preguntó en la rueda de prensa si estaba de acuerdo con el plan del gobierno chino de reequilibrar y reformar la economía, Wang respondió que es partidario del cambio. "Confío en una apertura real, una acción real y no simplemente más regulación", indicó.
Al contestar preguntas sobre si Wanda se vio afectada por la caída de Bo Xilai, el ex alto mando del Partido Comunista Chino que fue enjuiciado por corrupción y abuso de poder el mes pasado, Wang afirmó que su empresa siempre "fue detrás del mercado, no de las personas". Wanda, aunque ahora tiene su sede central en Beijing, comenzó en la ciudad de Dalian, al noreste del país, de la cual Bo fue alcalde entre 1993 y 2001.

martes, 3 de septiembre de 2013

China lista para escuchar mariachis. México les envía primer embarque de tequila

Tomado de El Monetario
  Banderazo de salida del embarque
Inicia México exportación de tequila de primera a China

México dio salida el viernes al primer embarque de su tequila de mejor calidad a China, en un intento de seducir a la nación asiática con la bebida más representativa del país.

El envío a China está compuesto de 70.380 botellas con 52.582 litros de tequila 100% agave con un valor de transferencia de 412.320 dólares, en el arranque de la apertura del mercado chino para el producto mexicano.

El tequila 100%, el de mayor calidad, contiene niveles de metanol que hasta hace unas semanas eran prohibidas en China para las bebidas alcohólicas. Sin embargo, luego del encuentro de los presidentes y de encuentros de funcionarios de ambos países, China determinó que ese tequila 100% agave no es nocivo para la salud.

“Hoy estamos de manteles largos y con una gran expectativa de poder conquistar ese mercado enorme que significa China, con un producto ícono de México que es el tequila en su categoría 100% de agave que es la que no podía ingresar”, dijo vía telefónica Ramón González, director del Consejo Regulador del Tequila.

González dijo que la industria que espera exportar hasta 10 millones de litros en los siguientes cinco años, en un intento de convertir al país asiático en el segundo mercado de exportación de la bebida detrás de Estados Unidos.

Para esta primera exportación participaron cinco empresas productoras de tequila, con 10 marcas. En este embarque están considerados seis mil 938 cajas, que contienen 52 mil 582 litros (70 mil 380 botellas) con un valor de facturación comercial de 5.5 millones de pesos. El envío podría llegar a su destino en un lapso de 25 y 35 días.

El beneficio de la apertura de este nuevo mercado se extenderá por los 181 municipios de los cinco estados de la República que integran el territorio de la Denominación de Origen Tequila, a las más de 70 mil familias que integran la cadena productiva y, por supuesto, al tratarse de un producto envasado de origen, a otros sectores como el de los envases, embalajes y demás insumos necesarios para contener el destilado, transportarlo y comercializarlo en su destino final.

Actualmente en China se tiene registrada la Denominación de Origen Tequila como Marca de Certificación en caracteres chinos y en castellano. Sin embargo, ya iniciaron las gestiones para proteger la Denominación de Origen Tequila, proceso que, de acuerdo las autoridades de ese país, podría quedar listo para finales del presente año o inicios de 2014. 

domingo, 25 de agosto de 2013

PEÑA NIETO RECONCILIA A MÉXICO CON CHINA

Tomado de esglobal  

Xi Jinping y Enrique Peña Nieto

MÉXICO Y CHINA SE RECONCILIAN

Por Daniel Méndez

Los grandes beneficios de las renovadas relaciones entre estas dos economías emergentes.

La visita del presidente de China a Estados Unidos a principios de junio despertó la atención de todo el mundo, interesado en conocer los nuevos avances entre las dos grandes superpotencias. Sin embargo, ese mediático encuentro entre Xi Jinping y Barack Obama desvió la atención de uno de los últimos y más importantes cambios en la política exterior del gigante asiático: su nueva sintonía política con México, el país en el que estuvo justo antes de llegar a California.
La relación entre China y México ha dado un giro de 180 grados desde la llegada al poder en diciembre de 2012 del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Desde el primer momento, el nuevo presidente de México, Enrique Peña Nieto, demostró su interés por acercarse a Pekín: China fue el primer país que visitó fuera de América Latina y Peña Nieto se convirtió en el primer presidente mexicano en asistir al Foro de Boao, una importante reunión económica que China organiza todos los años desde 2002.
Esta visita de Peña Nieto a China en abril, que estuvo repleta de amistosas declaraciones hacia su anfitrión, fue devuelta por Xi Jinping con su presencia en México entre el 4 y el 6 de junio, la primera visita de un presidente chino desde hacía casi ocho años. De esta forma, los líderes de México y China se reunieron en sus respectivos países en el lapso de dos meses, un acontecimiento histórico en las relaciones bilaterales.
La nueva cordialidad entre los dos Estados es todavía más relevante cuando se echa un vistazo a su historia reciente. Desde mediados de los 90, y especialmente durante los dos últimos sexenios de gobierno del Partido de Acción Nacional (PAN), las relaciones entre México y China habían estado marcadas por fricciones económicas y tensiones políticas. Las dos naciones formaban parte del grupo de economías emergentes, las dos contaban con potentes industrias manufactureras y las dos aspiraban a llegar a los consumidores estadounidenses. El fenómeno made in China afectó fuertemente a la industria mexicana (especialmente a su sector textil), lo que provocó numeras disputas comerciales entre ambos países. Las relaciones alcanzaron uno de sus puntos más bajos precisamente en los últimos años: primero, en 2009, cuando durante la crisis de gripe porcina China mantuvo en cuarentena a 70 turistas mexicanos; después, en 2011, cuando el entonces presidente Felipe Calderón se reunió con el Dalai Lama.
Después de más de una década de tensiones, la nueva actitud del Gobierno mexicano parece responder al pragmatismo y al nuevo contexto internacional. Varios expertos venían apuntado en los últimos años que a México le faltaba una visión más constructiva en su relación con China y que tan sólo estaba obteniendo los efectos negativos del ascenso del gigante asiático. Sin importantes reservas de materias primas (como las tienen Chile, Perú, Colombia o Venezuela) o de alimentos básicos para China (como pasa con la soja de Brasil o Argentina), México ha mantenido en la última década un abultado déficit comercial con Pekín. Además de eso, tampoco ha recibido las grandes inversiones en infraestructuras o proyectos de extracción con las que el Imperio del Centro ha regado de dólares otros países de América Latina.
Para México, el nuevo clima político con Pekín podría ayudarle a diversificar su industria exportadora y a encontrar nuevas oportunidades en Asia, donde el país azteca todavía está muy por debajo de su potencial. En 2012, México sólo exportó a China productos por valor de 5.721 millones de dólares (unos 4.300 millones de euros), mientras que las mercancías en dirección contraria supusieron casi 57.000 millones. En los pocos meses que Peña Nieto lleva en el poder ya se ha avanzado en acuerdos para permitir la exportación de carne mexicana y tequila 100% de agave a China. Algunos de los próximos productos que están en la agenda, y en los que México tiene amplia experiencia internacional, también están relacionados con la alimentación: moras, cítricos, lácteos, carne de res o productos alimentarios procesados. 
Para el gigante asiático, México puede convertirse en una excelente plataforma para llegar a los mercados de Estados Unidos y Canadá y poder facilitar sus intercambios con otros países latinoamericanos. El aumento de los salarios en China (que en el sector de las manufacturas es ya casi igual al de México) podría llevar a las empresas de la fábrica del mundo a trasladar parte de su producción al país azteca. A China también le vendría muy bien aprovecharse de la enorme red de Tratados de Libre Comercio que México tiene firmados con 60 países, lo que aumentaría la competitividad de las marcas chinas que decidan producir en suelo mexicano. Hay ya algunas compañías, como la de automóbiles Geely, que han construido plantas de ensamblaje en México para servir a todo el continente americano. De esta forma, podría ser la misma China, que puso en riesgo la industria manufacturera mexicana durante las últimas décadas, la que ahora llevaría de vuelta esas fábricas, inversiones y puestos de trabajo.
A pesar de las tensiones políticas de los últimos años, las relaciones económicas entre los dos Estados  han seguido avanzando. China es ya el segundo socio comercial de México (sólo por detrás de Estados Unidos), mientras que el país azteca es el segundo socio comercial del gigante asiático en América Latina (tan sólo Brasil está por delante). El nuevo clima político puede ampliar los ámbitos de colaboración económica y llevar a un mayor nivel unas relaciones que todavía están muy por debajo del potencial de estas dos naciones emergentes.
Además de esta vertiente económica, los dos países podrían profundizar mucho en cuestiones culturales y educativas, donde ambos tuvieron una importante relación durante los 70 y 80. El país azteca fue en aquella época, liderado por el Colegio de México, uno de los grandes receptores de investigadores, profesores y estudiantes procedentes de China. Muchos de los diplomáticos, funcionarios y empresarios chinos que se mueven hoy en el ámbito latinoamericano estudiaron precisamente en México, que todavía hoy sigue recibiendo muchos de los estudiantes  del gigante asiático que cursan estudios en países de habla hispana.
La reconciliación entre China y México no es relevante sólo para los dos Estados, sino también a escala internacional. Como segunda economía del mundo, China busca aliarse con otras naciones emergentes, depender en menor medida de los países desarrollados y buscar nuevas oportunidades en los lugares donde está habiendo crecimiento económico. Sus mejores relaciones con México pueden provocar cambios importantes en su industria de manufacturas y un nuevo salto (tecnológico y competitivo) en su acceso a los mercados de Norteamérica y América Latina. Desde el punto de vista político, sus buenas relaciones con México pueden también poner punto y final a las quejas de uno de los países que más ha protestado  ante las instituciones internacionales (sobre todo en la Organización Mundial del Comercio) sobre las prácticas de dumping y subvenciones del Gobierno chino.
México, la primera economía de habla hispana (undécima mundial en paridad de poder de compra), espera que el Imperio del Centro le ayude a no poner todos los huevos en el mismo cesto (básicamente en Estados Unidos) y que se le puedan abrir puertas al creciente mercado chino, sobre todo en un momento en el que el país asiático busca aumentar su consumo interno. La nueva relación entre las dos naciones vuelve ahondar y consolidar el crecimiento de los países emergentes, cada vez más necesitados de establecer alianzas sólidas y de buscar sinergias allí donde se encuentra el crecimiento económico. México y China pueden convertirse en uno de los mejores ejemplos de esta nueva cooperación sur-sur. 

domingo, 16 de junio de 2013

Industria automotriz China muy lejos de competir en segmento de autos de lujo

Tomado de The Wall Street Journal 

¿Puede un auto de lujo de China competir con Audi y BMW?

 SHANGHAI—El último intento de China por crear su propio auto de lujo que pueda rivalizar con Audi, Cadillac y BMW BMW.XE +1.26% —el Hongqi H7— no impresionó a Chris Yin, de 32 años.

"Este auto es tan aburrido", dijo Yin, tras echarle un vistazo en su presentación en la Feria del Automóvil de Shanghai en abril. "Creo que sólo funcionarios del gobierno de países como China y Corea del Norte lo conducirán", agregó Yin, que recientemente compró un BMW 320i.
Hongqi fue en su día sinónimo de poder y se utilizaba para transportar a dignatarios. Arriba, el 'Bandera Roja" de Mao Zedong.

La marca Hongqi, de 55 años, conocida como "Bandera Roja", representa tanto las ambiciones como los desafíos de la industria en el primer mercado automotor del mundo. China ha progresado a la hora de desarrollar fabricantes locales con el potencial de competir en el extranjero. Fábricas chinas ensamblan autos de Audi, Cadillac y BMW a través de alianzas con socios occidentales.
Sin embargo, las automotrices chinas aún no han logrado producir un auto de lujo popular. Los modelos de producción local con precios que superan los 200.000 yuanes (US$32.600) sólo representaron 0,2% de las ventas de autos de pasajeros del año pasado, según la consultora LMC Automotive.
"Los fabricantes de autos chinos aún no cuentan con una oferta creíble y competitiva en el segmento de lujo", opinó Klaus Paur, director global de investigación de automotores de Ipsos.
Zhejiang Geely Holding Group emprendió un camino diferente al comprar la marca de lujo extranjera Volvo Car en 2010 por US$1.800 millones. Tres años después, todavía no está claro si el acuerdo ayudará a Geely a conquistar una tajada del mercado chino de autos de lujo.
"El elemento principal que separa al Hongqi H7 de potencias alemanas de lujo como Mercedes y BMW es la emoción que evocan estas marcas", señaló el consultor Michael Dunne. "Los nombres alemanes inspiran respeto, incluso veneración, mientras que el Hongqi despierta poco más que un sentimiento de curiosa nostalgia".
Con precios que empiezan en unos US$49.000, el H7 se dirige directamente a funcionarios gubernamentales y acaudalados empresarios que actualmente conducen el Audi A6 y los sedanes Clase C de Mercedes. Durante su lanzamiento formal el 30 de mayo en Beijing, representantes de la matriz de Hongqi, la estatal China FAW Group, subrayaron su seguridad y calidad, y dijeron que era para empresarios exitosos "que entienden la sabiduría china".
"El Hongqi representa el sueño de la industria automotriz china", dijo el presidente de FAW, Xu Xianping, durante un discurso en abril. FAW asegura que tiene capacidad para producir 30.000 autos al año. China se ha convertido en un mercado clave para los autos de lujo, representando aproximadamente 30% de las ventas de Audi, filial de Volkswagen AG, VOW3.XE +0.73% y 20% de las de BMW.
Sin embargo, las autoridades chinas quieren tomar medidas contra los autos de lujo extranjeros. En diciembre, el líder del partido comunista chino, Xi Jinping —que está promocionando un renacimiento nacional llamado "el sueño chino"— instó a los funcionarios locales a que manejaran autos de producción local, asegurando que "da una mala impresión que las autoridades chinas manejen autos extranjeros".
 compañías chinas se están apresurando por llevarse una tajada de ese mercado. Guangzhou Automobile Group 2238.HK +0.13% espera impulsar las ventas de su modelo Trumpchi a 80.000 vehículos este año, frente a 33.000 el año pasado. SAIC Motor Corp., 600104.SH +1.11% la mayor automotriz de China por ventas, aspira a más que duplicar las ventas de sus marcas de lujo, Roewe y MG, a entre 450.000 y 500.000 vehículos para 2015.
—Rose Yu, Colum Murphy y Fanfan Wang, en Shanghai, y Lilian Lin, en Beijing 

sábado, 30 de marzo de 2013

¿Es posible acabar con la corrupción en China sin cambiar el sistema político?


Tomado de esglobal



Policías chinos instalan carteles anticorrupción en el centro de Pekín.

EL SUEÑO DE CONFUCIO
Por Diego Torres

 “En política, la mejor manera de protegerte es gritar '¡alto al ladrón!' mientras coges la cartera del bolsillo de tu vecino”. Esa es la conclusión de uno de los personajes de la novela Apuntes de un funcionario público, que describe las cañerías de la lucha por el poder en China. El autor, Wang Xiaofang, sabe de lo que habla. Antes de convertirse en un escritor de éxito, hizo carrera en la administración. De hecho, su jefe, Ma Xiangdong, fue condenado a muerte por apostar –y perder– 3,6 millones de dólares de dinero público en los casinos de Macao. Desde entonces, Wang ha publicado 13 obras que tratan sobre la corrupción en el país asiático.
Xi Jinping ha tratado de convencer a los escépticos como Wang de que va a enfrentarse en serio contra la corrupción, convirtiendo esta lucha en uno de sus estandartes desde que asumió el cargo de secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) en el pasado mes de noviembre. “A fin de ganarnos la confianza del pueblo con resultados reales, debemos tener la determinación de luchar contra cualquier tipo de corrupción, de castigar a todos los funcionarios corruptos y de erradicar el caldo de cultivo que alimenta la corrupción”, afirmó Xi el pasado 22 de enero en una reunión de la comisión de disciplina del Partido, según la agencia de noticias Xinhua.
En este tiempo han saltado a la palestra un buen número de casos delictivos, lo que invita a pensar que hay más que mera palabrería en los repetidos alegatos de Xi. También han tenido efecto las consignas de mayor frugalidad en todos los niveles de la Administración, hasta el punto de que las ventas de licores como el Maotai y otros objetos de lujo se han desplomado. Xi ha prometido luchar contra las “moscas” y los “tigres”, esto es, contra los líderes más poderosos, así como contra los funcionarios de más bajo nivel. Pero todavía le falta una pieza de caza mayor. “Los hechos cuentan más que las palabras; debe derribar un objetivo grande para demostrar que el Partido va en serio”, afirma Kerry Brown, profesor de la Universidad de Sidney.
Durante la Asamblea Popular Nacional, que se ha celebrado recientemente en Pekín y ha nombrado un nuevo Gobierno, los líderes anunciaron una reforma del Gobierno dirigida a mejorar la eficiencia y combatir la corrupción. Los ministerios pasarán de 27 a 25. Además, el Ministerio de Ferrocarriles –foco de importantes corruptelas– se divide en dos: un regulador, por un lado, en manos del Gobierno; y una empresa pública, por otro, que preste los servicios.
¿Se encamina China con este tipo de mejoras a hacer realidad, paso a paso pero constantemente, el sueño confuciano de un liderazgo benevolente, meritocrático y limpio? ¿Puede una dictadura de partido único construir una administración exenta de corrupción?
El sueño, si es posible, aún queda muy lejos. El académico Minxin Pei, director del Centro Keck para los Estudios Estratégicos Internacionales, calcula que la corrupción se lleva alrededor del 3% anual del PIB chino, lo que al nivel de 2012 supondría alrededor de 190.000 millones de euros al año.
Un informe clasificado como confidencial pero colgado momentáneamente en la web del Banco Central en 2011 admitía que 18.000 funcionarios corruptos habían sacado del país alrededor de 95.000 millones de euros desde mediados de los 90 hasta 2008, la fecha de la nota. Los destinos preferidos por los ladrones fueron Estados Unidos, Canadá, Australia y Holanda.
La corrupción es uno de los problemas más graves del país, como reconoce el propio Gobierno. La gente lo percibe –y lo sufre– a todos los niveles, incluso en servicios públicos como la educación y la sanidad. Es difícil saber la evolución real del problema. Pero está claro que la ciudadanía es cada vez más consciente de él, y de que está perdiendo la paciencia. En 2008, un 39% de los chinos pensaba que la corrupción de los funcionarios públicos era un problema muy grave; en 2012, la proporción había subido al 50%, de acuerdo a las encuestas del Pew Research Center. Mucho tiene que ver con eso la emergencia de Internet y las redes sociales como herramienta de fiscalización y denuncia de los abusos de las autoridades.
El país asiático se encuentra en la actualidad en el puesto número 80 –entre 176 Estados– del ránking de percepción de la corrupción que elabora Transparencia Internacional. Las democracias europeas copan los primeros puestos de la clasificación. Sin embargo, la democracia no garantiza la limpieza del sistema, como atestiguan las posiciones de Italia (72), India (94), Bolivia (105) o Venezuela (165), entre muchos otros. Es más, hay países autoritarios, o al menos no escrupulosamente democráticos, que ocupan puestos altos en la lista, como Singapur (5) o el territorio de Hong Kong (14). Por otra parte, las naciones más corruptas son, con excepciones, los más pobres del planeta.
De acuerdo con la lista de Transparencia Internacional, por tanto, la democracia y la riqueza ayudan generalmente a disminuir la corrupción, pero hay muchos otros factores en juego.
La dirigencia china incide sobre todo en la creación de riqueza y en esos otros factores que pueden aportar beneficios en la lucha contra la corrupción. "Debemos asegurar la supervisión de los gobernantes por los ciudadanos y evitar el exceso de concentración de poder”, dijo el pasado 5 de marzo Wen Jiabao, en la inauguración de la Asamblea Popular Nacional.
Para los escépticos, sin embargo, este tipo de reformas sólo pueden aportar un beneficio marginal. “El obstáculo más grande para acabar con la corrupción es el régimen de partido único”, asegura Perry Link, profesor de la Universidad de California. “Mientras una organización ostente todo el poder, los supuestos organismos encargados de controlarlo –la prensa, los tribunales, las organizaciones no gubernamentales y los sindicatos– serán ineficientes”, afirma.