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domingo, 25 de mayo de 2014

Brasil 2014: Colombianos felices. Falcao se integró este día a la selección

Tomado de El Espectador 

Radamel Falcao llegó a Argentina


El delantero colombiano se une a la Selección Colombia, que en las horas de la mañana del sábado aterrizó en Ezeiza.

El delantero colombiano Radamel Falcao García aterrizó en el aeropuerto internacional de Ezeiza a las 7:47 p.m. proveniente de Madrid en el vuelo Iberia 6845 y se unió a la Selección Colombia que llegó en la mañana de este sábado a Buenos Aires.

Hace pocas semanas, el colombiano empezó a tocar balón y se muestra fuerte en su recuperación de lesión de rodilla que tuvo el 22 de enero de 2014.

El delantero continúa en trabajos para alcanzar a llegar al Mundial en el que tiene todas las esperanzas puestas, aunque aseguró que no llegará en un 100% a Brasil, si es considerado en la lista de 23 jugadores de la Selección Colombia.

Tras la despedida de la Selección Colombia en Bogotá, el técnico José Pékerman había confirmado que Radamel Falcao llegaría el domingo a unirse al combinado, sin embargo el vuelo se adelantó.

Radamel Falcao García, que ya se unió a la concentración de la Selección, completará este domingo cuatro meses de su operación de ruptura del ligamento cruzado de la rodilla izquierda.

La Selección Colombia trabaja en el sector de Los Cardales para prepararse con miras hacia la Copa Mundial que incluirá dos partidos amistosos en la capital argentina ante Senegal y Jordania en el estadio de San Lorenzo.

sábado, 24 de mayo de 2014

Colombia va a elecciones presidenciales después de una campaña marcada por la “guerra sucia”

Tomado de La Revista Semana


 

Una campaña presidencial atrapada en escándalos


Las acusaciones y polémicas desatadas, en vez de invertir la lógica, podrían consolidar la intención del voto.

Acusaciones de sobornos de narcos, espionaje y piratería de correos electrónicos han convertido las elecciones presidenciales en una toda una batalla campal que ha polarizado aún al país, justamente cuando hace grandes esfuerzos para superar su pasado y presente violentos.

El intercambio de insultos ha distraído la atención de las conversaciones entre el Gobierno y las FARC, para poner fin a medio siglo de conflicto interno y que, se esperaba, sería uno de los temas cruciales en debate de cara a las elecciones del domingo próximo.

Podría decirse que buena parte de la culpa recae sobre dos antiguos aliados cuyas peleas públicas han dividido a Colombia desde hace cuatro años: el presidente, Juan Manuel Santos, y su antecesor en el cargo, el todavía influyente Álvaro Uribe Vélez.

Aunque preside la economía posiblemente de mayor crecimiento en Sudamérica, Santos es el blanco de los ataques implacables de Uribe y de su heredero, el exministro de Hacienda Oscar Iván Zuluaga. Según las encuestas, Santos y Zuluaga están empatadosy les llevan una gran ventaja a los tres candidatos restantes.

El partido Centro Democrático, de Zuluaga, ha fustigado a Santos por ser blando -según dice- en las negociaciones con las FARC. Zuluaga ha amenazado con poner fin a las conversaciones en Cuba, salvo que los rebeldes demuestren que realmente quieren la paz y declaren un cese de fuego permanente.

Pero esas diferencias políticas han cedido el centro de la escena a las rencillas interminables y las denuncias tremebundas que casi a diario se envían entre las campañas y que han provocado, en buena parte de la opinión colombiana un profundo malestar.

Comenzaron con informes de prensa de que el jefe de campaña de Santos, J. J. Rendón, habría recibido 12 millones de dólares de los principales narcotraficantes del país para negociar su rendición. La información se basaba en el testimonio de hace tres años de un capo de cartel encarcelado en Estados Unidos y que fue filtrado a los fiscales colombianos.

El venezolano Rendón renunció inmediatamente después de reconocer que intercedió en el caso, aunque negó haber recibido el dinero.

Izquierda Oscar Iván Zulauga, derecha Juan Manuel Santos, ambos candidatos lideran las encuestas de preferencia popular y que serán contendientes en lo que apunta a ser una segura segunda vuelta electoral.

Dos días después, las autoridades arrestaron a un experto en informática de la campaña de Zuluaga y lo acusaron de haber infiltrado los correos electrónicos de los negociadores de las FARC y del mismo Santos. Zuluaga denunció el arresto como un plan para descarrilar su candidatura.

A continuación, Uribe, sin presentar pruebas, acusó a Rendón de canalizar dos millones de dólares de los presuntos pagos de los narcos a la campaña de Santos en el 2010, por lo cual el presidente-candidato anunció una posible denuncia contra el senador electo por los delitos de calumnia e injuria.

Asimismo, durante el Gran Debate el pasado 23 de mayo, ante la pregunta de que si había traicionado a Uribe, Santos respondió: "No. Yo traicioné la corrupción, el amiguismo con el paramilitarismo y las chuzadas". A la mañana siguiente, el mandatario expresó: "Uribe ha sido muy amigo de los paramilitares", aunque afirmó no saber a ciencia cierta qué vínculos tuvo con la ultraderecha armada que se desmovilizó parcialmente en el 2005.

"Lo que he leído en los libros que publicó hace unas semanas (el senador electo) Iván Cepeda me dejó bastante sorprendido. Hay unos señalamientos que demuestran unos vínculos más allá", dijo Santos, en referencia a los libros A las puertas de El Ubérrimo (2008) y Por las sendas del Ubérrimo (2014) escritos por Cepeda y que contienen fuertes denuncias que llevaron a la Fiscalía a abrir, en enero del 2013, una investigación por los supuestos nexos del expresidente con las autodefensas.

Para revolver más las aguas, el fin de semana pasado apareció un video filmado clandestinamente con un teléfono celular en el que Zuluaga escuchaba atentamente al presunto ciberpirata, que describía una estrategia para utilizar información que habría sido obtenida ilegalmente para socavar el apoyo a las conversaciones de paz.

Muchos colombianos, incluso entre los partidarios de Santos, se preguntan si el presidente quiso utilizar el proceso de paz en beneficio de su campaña electoral cuando anunció el 17 de mayo un histórico acuerdo con las FARC para combatir juntos las drogas ilícitas.

Muchos observadores creen que Santos debió haber suspendido las conversaciones con las FARC hasta después de los comicios.

Tanto Zuluaga como Santos están dispuestos "a ganar (la elección) por cualquier costo", dijo Marta Lucía Ramírez, exministra de Defensa de Uribe y ahora candidata presidencial por el Partido Conservador, que está en un lejano tercer puesto de acuerdo con la encuesta Invamer-Gallup más reciente. "Las dos campañas le están haciendo daño a Colombia, le están quitando confianza a los colombianos sobre sus líderes políticos y a las instituciones".
Vicente Torrijos, analista político de la Universidad del Rosario en Bogotá, sostuvo que la andanada de acusaciones difícilmente afectará el resultado.
"El uso exagerado del escándalo, en vez de invertir la lógica, lo que puede producir es la consolidación de la intención del voto", opinó.
"El odio desatado por la campaña no se va a disipar fácilmente", dijo por su parte Michael Shifter, presidente de Inter-American Dialogue, un centro de estudios sobre asuntos hemisféricos con sede en Washington.

Al ganador le aguarda la ardua tarea de aliviar el encono generado por las acusaciones. El Congreso está dividido y Uribe, recientemente elegido al Senado, ha prometido liderar la oposición a Santos, si el ahora candidato presidencial resultara reelegido.
 

domingo, 18 de mayo de 2014

Guerra sucia en elecciones colombianas: publican video que confirma relación de Zuluaga con actividad de hacker

 Tomado de El País

Un vídeo sacude las elecciones en Colombia a unos días de la primera vuelta  

·  Una grabación muestra a Óscar Iván Zuluaga con el ‘hacker’ acusado de espiar el proceso de paz entre el Gobierno y las FARC

·     El candidato uribista había negado conocer las actividades de Andrés Fernando Sepúlveda, el informático arrestado por la Justicia colombiana

 

Un vídeo difundido la noche del sábado por la revista Semana demuestra que Óscar Iván Zuluaga, el candidato a la presidencia colombiana por el uribismo y principal contrincante del actual presidente, Juan Manuel Santos, conocía las actividades ilegales delhacker Andrés Fernando Sepúlveda, quien trabajaba para su campaña y que fue detenido por la fiscalía colombiana hace 10 días acusado de espiar el proceso de paz con las FARC.

 

Zuluaga, que según los últimos sondeos encabeza las tendencias hacia la primera vuelta de las presidenciales, dijo entonces que desconocía las actividades ilícitas del pirata informático encargado de las redes sociales en su campaña e incluso afirmó que si el detenido había infringido la ley se le castigase. “Si alguien ha cometido un delito que lo castiguen, que no quede en la impunidad”, fue su primera reacción.
Sin embargo, un día después de la detención de Sepúlveda, se conocieron imágenes que mostraban al principal asesor de Zuluaga con el hacker, mientras lo llevaba a un telediario para intentar ofrecer información de que las FARC estaban presionando a los electores para que votaran por el presidente Juan Manuel Santos, algo que al final no pudo probar. Este vídeo le costó la dimisión al asesor de su campaña, Luis Alfonso Hoyos.
El candidato uribista reconoció que el hacker trabajaba para él, pero negó haber ido a la oficina del informático. Sus asesores, sin embargo, le recordaron que había asistido a una reunión con el hacker en su despacho, pero afirmaron que solo había pasado a saludar. Luego, su hijo David, convocó a una inusual conferencia de prensa en la que advirtió que la campaña de su padre había sido infiltrada y anticipó que muy seguramente aparecería un vídeo grabado clandestinamente que buscaría vincularlo con las actividades ilegales que realizaba el informático.
"¿Qué golpe nos va a dar Santos de acá al 25? Queda un mes, hermano", pregunta el candidato al hacker



Toda esta defensa queda en entredicho tras conocerse el vídeo de cinco minutos al que tuvo accesoSemana. En la grabación, un tranquilo Zuluaga conversa con el hacker, en la oficina de este, sobre información de las FARC.
En la grabación, el hacker muestra al candidato y a su asesor Luis Alfonso Hoyos (que no aparece en la pantalla pero al que nombran), una página web en la que estaba trabajando llamada diálogosavoces.com, en la que afirmaba que publicaría información sobre los negociadores de la guerrilla en La Habana. “¿Todo su prontuario?”, pregunta el candidato uribista a Sepúlveda, quien responde con un ejemplo y le asegura que la información la ha obtenido de inteligencia militar: "Aquí sale qué han hecho, qué no han hecho, cuántas órdenes de captura vigentes tienen, cómo se comportan en la selva, desde cuándo empezó. Es información de inteligencia militar a la cual yo tengo acceso”, se jacta el hacker. La página web existe y tiene como lema: “La verdad sobre la mentira de la paz”.
Lo grave de estas imágenes, según se pregunta Semana, no es tanto que se publique información de unos guerrilleros, sino que ni Zuluaga ni su asesor se sorprendan de que el pirata tenga acceso a información de inteligencia, a la que no puede acceder un civil y cuya infiltración es un delito en Colombia.
En la grabación también se oye al candidato opositor preguntar alhacker: “Andrés, ¿entonces qué golpe nos va a dar [el presidente Juan Manuel] Santos de acá al 25 [de mayo, primera vuelta electoral] como su tabla de salvación? Queda un mes para dar un golpe, hermano”, le dice. “32 días nos faltan”, le precisa su asesor. El informático responde que “a Santos lo único que lo fortalecería en este momento es un golpe contra las FARC, nada más”.
Otro tema que se ventila en la grabación y que resulta de la mayor gravedad es que el hacker le aseguró a Zuluaga que tenía acceso a información de inteligencia estadounidense. “Sabemos que Timochenko (Timoleón Jiménez, jefe máximo de las FARC) está en la frontera con tuberculosis. Esa información la corroboramos con dos fuentes. El acceso que tengo yo al Comando Sur, a los aviones AWACS, que son los que monitorean las comunicaciones de ellos…”, dice, refiriéndose a los aviones de control que tienen los servicios de inteligencia de EE UU.
Al mismo tiempo que el vídeo era publicado y las redes sociales replicaban la noticia como arroz, en el cierre de la campaña del presidente-candidato Juan Manuel Santos al sur de Bogotá, su jefe de debate, el expresidente César Gaviria, decía que un candidato —refiriéndose a Zuluaga— había contratado un “centro de delincuencia” para interceptar las comunicaciones del equipo negociador en los diálogos de paz con las FARC. Otro que reaccionó a este nuevo escándalo fue el candidato independiente Enrique Peñalosa, quien dijo en Yopal, Casanare, que “la renuncia de @OIZuluaga por dirigir uncomplot criminal abriría la posibilidad de una verdadera elección presidencial”.
Solo en las primeras tres horas posteriores a conocerse el vídeo, este había sido visto por más de 12.000 personas, mientras que en las redes, la etiqueta #RenuncieOIZ (las iniciales de Zuluaga) se volvió tendencia en Colombia.
El presidente Santos, por su parte, anunció que esta semana participará en los debates presidenciales a los que se había negado a asistir y en los que muy seguramente la conexión entre el hacker y el candidato uribista de nuevo será el epicentro del final de esta primera vuelta de la campaña presidencial.

sábado, 17 de mayo de 2014

Colombia definida claramente por la Derecha. Empate técnico entre JM Santos y el “uribista “Zuluaga

Tomado de Revista Semana

Escenario en la Gran Encuesta con empate técnico

Los colombianos llegan a la primera vuelta presidencial con un empate técnico entre Santos y Zuluaga. Gran Encuesta de RCN Radio, RCN Televisión, La FM y SEMANA.

A una semana de las elecciones presidenciales, el panorama de la carrera por la Casa de Nariño pasó de apretado a un empate técnico donde cada voto marcará diferencia. El repunte de Óscar Iván Zuluaga, que arrancó después de los comicios del pasado 9 de marzo, se aceleró en esta última medición y lo llevó a encabezar por primera vez en seis meses la contienda presidencial. El candidato uribista lidera el lote con un 29,5 % de la intención de voto, seguido muy de cerca de Juan Manuel Santos con un 28,5 %.

Estos resultados ratifican no sólo que habrá una segunda vuelta programada para el 15 de junio sino que la protagonizarán el presidente-candidato y Zuluaga. Sin mayores posibilidades de amenazar este escenario están Clara López con 10,1 %, Marta Lucía Ramírez con 9,7 % y Enrique Peñalosa con 9,4 %. Estos bajos niveles de apoyo de las candidaturas de la izquierda, los conservadores y los verdes prácticamente entierran la posibilidad de que una tercería sorprenda en las urnas el próximo 25 de mayo.

Si bien el 12,8 % de los encuestados que optan por el voto en blanco sigue siendo históricamente alto, ya no constituyen el fenómeno que marcó los primeros meses de la campaña presidencial. De hecho, su declive en los últimos meses junto a la reducción de los indecisos contribuyó a la polarización de la contienda en dos grandes bloques: el de los reeleccionistas de Santos y los opositores liderados por el expresidente Álvaro Uribe

Empatar es ganar un poco

La razón por la cual una campaña reeleccionista tradicionalmente aburrida se convirtió en una final de infarto es sólo una: el crecimiento veloz de Óscar Iván Zuluaga. A principios de año el presidente Santos triplicaba la intención de voto del candidato del Centro Democrático: 25 % frente a 8 %. La única amenaza a la reelección era un bloque enigmático de indecisos y voto en blanco tan grande que podría inclinar la balanza hacia los otros cuatro contendores. En esos momentos, la apuesta de Zuluaga era más vista como un apéndice del expresidente Uribe que una aspiración con méritos propios.

Fueron varios los puntos de quiebres que propulsaron el despegue de la carta uribista. En materia electoral el arranque lo dieron los resultados de las elecciones al Congreso del pasado 9 de marzo. Aunque no se convirtieron en la primera fuerza política del país, las listas del Centro Democrático, encabezadas por el propio Uribe, ganaron una bancada de 20 escaños en el Senado y fueron los más votados en una docena de departamentos, incluida Bogotá, la plaza más populosa. En la siguiente ronda de encuestas, Zuluaga casi duplicó su intención de voto mientras que el respaldo a Santos se estancaba.

Ese fervor por el uribismo tras los comicios parlamentarios se sintonizó con un cambio en la estrategia mediática de la campaña del Centro Democrático. De la mano del estratega brasileño Duda Mendonca la imagen de Óscar Iván Zuluaga cambió para concentrarse en la primera letra de su apellido: la “Z”. Si bien el expresidente Uribe seguía haciendo presencia en los discursos y la publicidad de la campaña, el énfasis pasó tanto a la figura del candidato como a su hoja de vida.

La estrategia de los uribistas era simple: transformar el bajo conocimiento que los votantes tenían de Zuluaga de una falencia a un activo. Por esa razón, los mensajes de la campaña se concentraron en contar aspectos familiares, académicos y profesionales del aspirante del Centro Democrático. Las encuestas ratifican que el bombardeo publicitario funcionó: mientras en febrero el 61 % de los colombianos ignoraban quién era Óscar Iván Zuluaga, ese porcentaje ha caído al 33 % en esta última medición. El candidato uribista lidera hoy la carrera presidencial a pesar de que un tercio de los electores no sabe quién es.

Problemas de crecimiento

La situación para el presidente-candidato es exactamente la opuesta. Con niveles de conocimiento del 90 %, la opinión de los colombianos sobre Santos no sólo ya existe sino que es desfavorable. En los últimos cuatro meses de campaña la imagen positiva del primer mandatario ha caído del 52 % al 38 %. Esos índices a la baja impidieron que la intención de voto por la reelección creciera y el apoyo se estancó cerca del 24 %. Así la reelección, que en muchas democracias es una campaña sin mayores emociones que beneficia al presidente en ejercicio, se convirtió en el tramo final en una contienda de pronóstico reservado.

No obstante, la reciente polarización de la campaña también favoreció a Santos ya que le permitió crecer y romper la idea del estancamiento. En un mes pasó de 23 % al 28,5 % aunque perdió la cabeza de la encuesta. Si bien la medición registra un empate técnico entre el presidente y Zuluaga, el primer lugar del uribismo genera un efecto simbólico importante para la última semana antes de la primera vuelta.

La segunda vuelta no trae tantas noticias negativas para Santos. El dinámico repunte de Zuluaga para la primera vuelta no se traduce en una barrida en los escenarios de segunda vuelta. De hecho, el presidente les gana a López, Ramírez y Peñalosa y empata con 32 puntos al candidato uribista. Esto significa que el 20 % de voto en blanco y el 8 % de indecisos serán fundamentales para inclinar la balanza hacia uno u otro aspirante.

Las tres semanas que separan la primera de la segunda vuelta serán el momento de las alianzas. En 2010 el entonces candidato Santos las aprovechó para sembrar los cimientos de su futura Unidad Nacional. La paz podría convertirse en el eje programático sobre el cual el presidente podría romper ese empate de segunda vuelta. Un porcentaje importante de votantes del Polo y de los verdes podría inclinarse hacia Juan Manuel Santos para impedir el regreso del uribismo al poder y garantizar la continuidad del proceso de paz con la guerrilla. Del otro lado, electores conservadores de Marta Lucía Ramírez podrían reactivar sus querencias uribistas y respaldar a Zuluaga en 15 de junio.

Alianzas como la acordada con el alcalde Petro, la entrada del expresidente Gaviria como jefe de debate santista y los avances en el proceso de paz reportados desde La Habana ayudarían al primer mandatario a atraer otro bloque de voto en blanco e indecisos. Tanto la reelección de Santos como la victoria de Zuluaga dependen hoy de qué tan receptivos sean este 28 % de indecisos y los votantes verdes, conservadores y polistas del esfuerzo de paz de la Casa de Nariño.

martes, 6 de mayo de 2014

JJ Rendón obligado a renunciar a campaña de Santos en Colombia por vinculación a Narcos

Tomado de El País
Un asesor de Santos para la reelección renuncia por escándalo con narcos
El capo extraditado a Estados Unidos, Javier A. Calle Serna, asegura que le pagó para que intercediera por narcos ante la justicia colombiana

La Fiscalía pidió investigar si el mandatario colombiano está aprovechándose de su investidura

Rendón negó los señalamientos aunque sí reconoció que en 2011 se reunió con abogados de narcotraficantes

Por Elizabeth Reyes L.

El polémico estratega venezolano, Juan José Rendón, renunció esta noche a la campaña de reelección del presidente Juan Manuel Santostras conocerse que fue contactado por el capo del narcotráfico extraditado Javier Antonio Calle Serna, para que mediara en una posible entrega de varios mafiosos a la justicia colombiana en 2011. Lo grave de la denuncia es que el narco aseguró que le entregó a Rendón 12 millones de dólares.
Según el capo, en una declaración judicial realizada en diciembre de 2013 a la Fiscalía colombiana y que fue revelada el domingo por el diario El Espectador, él y otros de los grandes capos colombianos contactaron a Rendón entre 2010 y 2011 para que llevara al gobierno Santos una propuesta que incluía el desarme de sus estructuras criminales, el abandono del narcotráfico y su entrega a la justicia, para no ser extraditados. Algo que finalmente no tuvo calado en los organismos judiciales.
El consultor venezolano, conocido como el rey de la propaganda negra y que ya había asesorado a Santos en las pasadas elecciones, llegó la semana pasada a Bogotá para retomar las riendas de la campaña a menos de tres semanas de la primera vuelta presidencial. Sin embargo, la publicación hecha por el diario capitalino aunada a una columna del periodista Daniel Coronell en la revista Semana, desataron el escándalo en el que se vieron involucrados no solo Rendón y Calle Serna, sino también narcotraficantes como Diego Pérez Henao alias Diego Rastrojo, Pedro Olivero alias Cuchillo y Daniel El Loco Barrera, entre otros. Estos capos, al final, se entregaron o fueron capturados y extraditados a los Estados Unidos.
Rendón negó estos señalamientos aunque sí reconoció que en 2011 se reunió con abogados de estos narcotraficantes y que “simplemente ofició como un canal para llevar esa correspondencia y que él mismo la entregó a la Fiscalía para su análisis”. También se lo hizo conocer a Santos. Del dinero, le dijo a Coronell que de haber existido se “debió quedar en las manos de quien lo puso en contacto con los representantes de los narcos”, refiriéndose a Germán Chica que en ese momento era uno de los consejeros presidenciales de Santos y hoy es el director de una federación que agremia a las 32 gobernaciones del país. Chica, por su parte, también lo negó y luego anunció que denunciaría a Rendón.
Estas revelaciones desataron de inmediato las críticas de los rivales de Santos para las presidenciales y de su mayor opositor, el expresidente y senador electo Álvaro Uribe, quien en su cuenta de Twitter escribió:“Presidente Santos, ¿qué dice de este concierto para delinquir, dónde está el dinero de sus asesores?”. La conservadora, Marta Lucía Ramírez trinó: “Qué mal huelen los acercamientos de los amigos del presidente Santos con Comba y los narcos. ¿Quién recibió los $12 millones?”. Y el candidato uribista, Oscar Iván Zuluaga, en un comunicado se preguntó si tras las revelaciones, tanto Rendón como Chica seguirán teniendo la misma cercanía con la casa presidencial. Los santistas, por su parte, insisten en que este episodio no es otra cosa que una guerra sucia contra Santos.
Al conocerse la noticia, la Fiscalía colombiana anunció que abrió una investigación judicial para determinar la veracidad de las revelaciones hechas por los medios colombianos, al tiempo que enviará investigadores a una cárcel de Brooklyn en Estados Unidos para tomar declaración a Calle Serna.
El ente investigador también ratificó que en 2011 la entonces fiscal general, Viviane Morales Hoyos, sostuvo una reunión con J.J. Rendón y otros funcionarios, para conocer la propuesta de sometimiento del ERPAC -una banda criminal comandada por Cuchillo- y los llamados Rastrojos, encabezados por Calle Serna, y que los miembros del ERPAC se entregaron mientras que el otro grupo desistió.
Rendón, al renunciar de manera voluntaria a la campaña, dijo en un comunicado que todo este episodio obedece a un compló y que lo hacía para no convertirse “en un instrumento de los enemigos de la paz que pretenden minar la credibilidad del señor presidente”.
Pese a la dimisión del polémico asesor y sus explicaciones, será la justicia colombiana la que determinará por qué una persona que supuestamente se dedica a la publicidad política termina involucrada de intermediario o mensajero de una propuesta de desmovilización de un grupo de narcoparamilitares y si de la actuación de Rendón y del entonces consejero de Santos, Germán Chica, pudo configurarse un delito. Lo cierto, es que en esta época electoral, donde el país está tan polarizado, este episodio le genera ruido a la campaña de Santos, que ya aceptó la renuncia de Rendón.
La Procuraduría General (fiscalía) pidió a la Comisión de Investigaciones de la Cámara de Representantes, investigar si el mandatario colombiano está aprovechándose de su investidura y habría “manejos irregulares” de dineros de la nación para hacerse reelegir.


domingo, 20 de abril de 2014

Cómo, dónde y por qué inicio la enemistad Uribe –Santos

Tomado de Revista Semana


Radiografía de una enemistad


‘Enemigos’, el libro de la periodista Vicky Dávila, cuenta la historia del pulso más acérrimo de la política colombiana contemporánea: la pelea entre el expresidente Álvaro Uribe y el presidente Juan Manuel Santos.


Álvaro Uribe Vélez (AU): –Si quieren que yo esté en Colombia, yo necesito seguridad. Dígale al presidente Santos que si el ministro de Defensa es Germán Vargas, yo me declaro un perseguido político, me refugio en otro país, porque no estoy dispuesto a correr el riesgo de que el mini
stro de Defensa que me debe proteger sea Germán Vargas –dijo Uribe.

Gabriel Silva Luján (GS): –Presidente, está exagerando, esa es una cosa excesiva, usted sabe que el presidente Santos hace lo que sea por usted para protegerlo. Además yo como ministro de Defensa pues también le digo que no voy a permitir por ningún motivo que haya para usted y su familia el más mínimo riesgo.

A. U: –Si el ministro es Germán Vargas me voy del país. Yo estaría en un riesgo real de que mis enemigos me acaben.

Gabriel Silva Luján, quien era entonces ministro de Defensa del gobierno Uribe, salió del despacho del presidente en la Casa de Nariño, un poco turbado, a llevarle la razón a Juan Manuel Santos. Silva no entendía claramente lo que sucedía. Uribe era su jefe, pero también Santos, el nuevo presidente, era ante todo su amigo.

Era julio de 2010 y crecían los rumores sobre el nombramiento de Vargas en la cartera de Defensa…Pero la razón de Uribe, quien estaba exaltado con esa posibilidad, llegó casi que inmediatamente. Santos recibió el mensaje con la frialdad que lo caracteriza y le pidió a Silva que consultara de nuevo a Uribe sobre quién podía darle tranquilidad. Silva hizo la tarea, se comunicó de nuevo con Uribe, se barajaron varios nombres y fue de esa conversación que Rodrigo Rivera resultó nombrado en la cartera de Defensa.

G. S.:
 El que vetó a Germán Vargas fue el presidente Uribe. Él escogió, francamente, a Rivera y a su viceministro. A esas personas las nombró Uribe.

Todo sucedió muy rápido, en medio del frenesí de nombramientos, prevenciones, desconfianza y, sobre todo, nubarrones sobre la relación Santos-Uribe, que ya empezaban a verse y no precisamente lejos. La tempestad estaba por comenzar y Vargas sería un detonante importante.

Después de cuatro años Germán Vargas trata de buscar explicaciones y aún no logra entender qué sucedió.

Germán Vargas Lleras (GV): Francisco Santos por la mañana en radio salió en algo que jamás entendí, haciéndolo a nombre de él sin mencionar a Uribe, pero prendiendo unas alarmas que nunca tuvieron razón de ser sobre mi eventual nombramiento como ministro de Defensa. 

Vicky Dávila (VD): Sí, porque hablaba de que estaba en peligro la seguridad del expresidente Uribe…

G. V.: Esa salida tan inapropiada nunca la entendí, no hubo lugar jamás a presentar algún reclamo, pero claro que supongo que no hubiera hecho eso, si no era un mensaje mandado por el propio Uribe. A título personal no hubiera tenido nunca ningún motivo ni ninguna razón para expresarse así, si no era claramente enviando el mensaje del presidente Uribe.

Esa misma tarde, en medio de una gran expectativa, se conoció públicamente que Rodrigo Rivera sería el ministro de Defensa, pero Germán Vargas no se había quedado por fuera: era el nuevo ministro del Interior y Justicia, y quien defendería la política del gobierno entrante y sus iniciativas en el Congreso. Sería sin duda un ministro clave para Santos.

La relación Uribe-Vargas tuvo muchos episodios que fueron desgastándola, incluso por el carácter difícil de ambos, pero se hizo trizas, cuando Vargas, que había sido promotor apasionado de la reelección en 2006, se apartó de la posibilidad de que Uribe pudiera ser reelegido por segunda vez. Le dijo no a la re-reelección.

Quienes lo conocen dicen que trabajó incansablemente. Trabajó día y noche. Al punto que fue Vargas quien dirigió por teléfono, desde su cama, en pijama, y en medio de una inmensa excitación, todo el operativo que en la Cámara llevó el debate al filo de la medianoche y que luego se convirtió en vicio de forma en la Corte Constitucional. Él y Germán Varón Cotrino, entonces presidente de la Cámara y copartidario suyo, fueron determinantes en la mala suerte que corrió la iniciativa en el alto tribunal. Vargas era responsable en gran parte de que Uribe no pudiera seguir en el poder. 

G. V.: Si yo no me hubiera distanciado de la segunda reelección, lo que probablemente hubiera ocurrido es que Uribe se hubiera perpetuado en el poder.

V. D.: Es decir, ¿usted hoy no se arrepiente de eso?, ¿lo volvería a hacer, así le costara la carrera presidencial?

G. V.: En absoluto, así me costara la carrera presidencial, yo estuve en absoluto desacuerdo con su intento para ser reelegido por segunda vez. Uribe jamás me pidió su apoyo, claramente expresé yo que estaba en desacuerdo con que permaneciera indefinidamente en el poder y en consecuencia actué de manera frentera para oponerme a esa reelección y a través de la bancada del partido en el Congreso para evitarlo.

Uribe nunca perdonó a Vargas. Todo parecía ser solo una disputa política, pero Vargas, el mismo que acompañaría a Santos en el gobierno para el cual Uribe hizo campaña, habría roto sus lazos definitivamente con Uribe mucho antes, tras un episodio sinceramente muy grave por lo que cuenta él mismo:

G. V.: 
Para mí ese episodio del atentado mío fue la ruptura porque yo aún hoy sigo considerando que el departamento de seguridad (DAS) estuvo comprometido en eso.

V. D.: Le tengo que preguntar algo que necesito que me conteste con sinceridad: ¿usted cree que Uribe participó en ese atentado?

G. V.: No, con sinceridad le digo que mi percepción es que el DAS estuvo comprometido en ese hecho y lo que lamento es que esa investigación no haya avanzado hasta sus últimas consecuencias. Recientemente, tantos años después, la reabrieron a instancias del último director que hubo en el DAS (Felipe Muñoz). Pero esta es la hora en que no hay ningún responsable, los procesos que se han abierto han terminado en nada. Hace también un par de años estaban sindicando a un par de estudiantes de una universidad pública, me hice presente en el proceso, revisé el expediente y no había ninguna razón para culparlos.


V. D.: 
No quisiera recordarle este momento, pero ya que estamos hablando del atentado, me gustaría que usted recuerde qué pasó exactamente en el carro después de que estalló la bomba.

G. V.: Pues en unas condiciones muy precarias, con las llantas en el piso, tomamos la decisión de protegernos. Uno de los escoltas que venía en el carro advirtió que probablemente otro carro nos estaba persiguiendo para rematarnos y en medio de esa situación logramos llegar a la Escuela de Caballería. 

V. D.:
 ¿Quién lo estaba esperando en la Escuela de Caballería?

G. V.: 
Nadie

V. D.: ¿Es cierto que Uribe le llegó ahí?

G. V.: 
Sí, al poco tiempo ingresó en una indignación enorme, que era natural que la tuviera como todos la teníamos. Pero esa indignación no solo se expresaba para quienes hubieran podido cometer ese acto, sino con todos quienes ahí estábamos también. Eso me sorprende todavía. Estaba muy alebrestado. Yo no tuve mucha ocasión de hablar con él. Llegó, hizo un show mediático, molesto con todo el mundo, incluidos los asistentes. No recuerdo qué me dijo, era la actitud… Muy curiosa la actitud, porque claro que tenía todo el derecho a estar molesto, pero qué teníamos la víctima y los asistentes que ver para que esa indignación también nos la transmitiera. Y luego de eso hubo otro episodio muy molesto.

V. D.: Pero espéreme, ¿muy curiosa en qué sentido?, es decir, ¿porque usted no se había muerto?

G. V.: 
Yo esas hipótesis no las puedo siquiera pensar, pero yo eso lo tengo muy presente como un episodio que probablemente nunca se superó. Como no se superó una llamada que le hizo a mi señora a regañarla, posteriormente. Porque ella muy exaltada, por teléfono, a pocos segundos del atentado me llamó y lo único que se le ocurrió mencionar a segundos de que hubiera ocurrido el atentado era un sentimiento, que puede no tener ningún fundamento, de que el gobierno había estado involucrado. Como naturalmente mi teléfono estaba absolutamente chuzado, pues yo creo que pocos minutos después al presidente de la República le transmitieron esa información.

V. D.: ¿Y él qué le dijo en esa llamada a su esposa? ¿Recuerda algo?

G. V.: No mucho, que si ella creía que él era un asesino y todas las cosas que Uribe dice.

V. D.: ¿Y Luz María (esposa de Germán Vargas) no le había dicho eso a nadie más, solo a usted por teléfono minutos después del atentado?

G. V.: No, solo a mí, una cosa de esas no la había comentado con nadie. Lo que sí es cierto es que la conversación privada que yo tuve con ella, a los pocos segundos del atentado, la pusieron en conocimiento del presidente en minutos. Seguramente eso también explica la rabia que hubiera podido tener cuando concurrió a la Escuela de Caballería. Eso pasa por interceptar ilegalmente a las personas.

V. D.: ¿Y usted cree que lo tenía interceptado el DAS?

G. V.: Ah no, no hay alguna duda, no solamente me tenía interceptado, me hacía seguimientos. Yo vi la carpeta mía que existía en el DAS.

Los días de campaña (en 2010) no habían sido color de rosa entre Uribe y Santos, y en especial, luego de la primera vuelta presidencial. El llamado a la unidad y la carta del expresidente César Gaviria, que apoyaba a Santos, en medio de puyas a Uribe, le generaron a este un fuerte malestar. Al punto que públicamente llamó oportunista al expresidente liberal.

A uno de sus funcionarios más íntimos le escribió, solo segundos después de conocerse que incluso Petro estaba invitado a la unidad: “¿Qué le pasa a Juan Manuel?, ¿eso de Petro qué es?, dígale que ¡qué es eso!”. Uribe estaba rabioso y sorprendido, pero la suerte estaba echada, no había otro camino, Santos tenía que ganar las elecciones. Así fue: Juan Manuel Santos se hizo presidente de Colombia en junio de 2010.