Mostrando entradas con la etiqueta Guru Politico. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Guru Politico. Mostrar todas las entradas

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Elecciones en México: Que gane el "más" mejor

Tomado de Gurú Político

Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard

Por Ximena Arrieta Borja

Twitter: @borjaxime

En enero de 1972, el reconocido sociólogo francés Pierre Bourdieu impartió una conferencia titulada “La opinión pública no existe”, una disertación profunda al respecto de la herramienta estadística más utilizada en aquella y en esta época: la encuesta de opinión.

El planteamiento hecho por Bourdieu criticó tres postulados que aparecen implícitamente en una encuesta: 1) Todo el mundo puede tener una opinión, o que la producción de una opinión está al alcance de todos. 2) Todas las opiniones tienen el mismo peso. 3) Plantear la misma pregunta a todo el mundo implica la hipótesis de que hay un consenso sobre los problemas, o bien, que hay un acuerdo sobre las preguntas que vale la pena plantear.

La deliberación de Bourdieu, ubica a la encuesta como un instrumento de acción política, que tiene la función de imponer la idea de que existe una opinión pública unánime u “opinión media”, aquella que legitima una política y consolida las relaciones de fuerza que la sostiene o la hacen posible. En pocas palabras, elegir entre opiniones es elegir entre grupos.

Esta reflexión bourdiana resulta pertinente para analizar la flamante encuesta que realizará el PRD en los próximos días, aquella que promete ser la panacea para todos los conflictos existenciales de la izquierda mexicana. Hasta el momento, el ejercicio estadístico del PRD tiene los siguientes objetivos fundamentales: definir su candidato presidencial (Marcelo Ebrard o Andrés Manuel López Obrador), proyectar la frágil y temporal concepción de unidad, demostrar que el partido es capaz de organizar ejercicios democráticos creíbles, y de paso, unificar las diversas corrientes de pensamiento o tribus alrededor de un propósito único.

Ahora bien, se han dado a conocer algunas características de la próxima encuesta: en primer lugar, será de carácter abierto, es decir, incluirá a ciudadanos independientes y no sólo a los militantes o simpatizantes del PRD, también se sabe que serán seis mil cuestionarios levantados en todo el territorio nacional; incluirá aproximadamente cinco o seis preguntas sencillas y obvias, y que la realizarán dos empresas encuestadoras, “Nodos” y “Covarrubias y Asociados”.

De momento, las reglas y criterios no son claros, no se sabe quiénes serán los receptores de la encuesta, y por otro lado, los cuestionamientos acerca de si los implicados respetarán el resultado se encuentran en suspenso.

En un principio, los perredistas manejaron la estrategia de proponer debates y contrastación de proyectos entre los aspirantes con la finalidad de que la población estuviera mejor informada y se formara un criterio propio para elegir, situación que no será posible puesto que no hay ni habrá un debate serio entre AMLO y Ebrard, reduciendo el ejercicio en un simple y
modesto concurso de popularidad.

No somos pocos los que sospechamos acerca de la validez y la función real de la encuesta, en lo personal, me parece que no hará más que profundizar la grieta que sufre el PRD, intuyo que ninguna de las partes tiene la calidad ni el nivel político para respetar el eventual resultado, y que, en el fondo, tiene la intención de constituir dos grupos y dos proyectos diferentes.

No podemos olvidar que hace un par de semanas Andrés Manuel López Obrador durante su gira europea, esgrimió en Madrid que si los partidos de izquierda no están a la altura de las circunstancias habría que reformarlos, y si de plano no es posible, debe optarse por la creación de nuevos partidos. Declaración que me parece es la que se ajusta más a lo que está por venir en los próximos meses.


El concurso de popularidad del cuál seremos testigos en unos días denota falta de seriedad de las partes, y me genera desconfianza. Sostengo la idea de que en el PRD no existe voluntad real para trabajar juntos.

Un recurso que considero hubiera sido más responsable y efectivo, es la estrategia de organización de foros para abrir el debate en instituciones académicas, con miembros de la sociedad civil, estudiantes, jóvenes, empleados, militantes y ciudadanos interesados en rescatar el proyecto de izquierda que tanta falta le hace a México.

Un encuentro donde se definiera un proyecto unificado para enfrentar los retos económicos, políticos y sociales de nuestro país, y demostrar, con altura política que la izquierda está por encima de ambiciones personales y tribus, y que tiene la capacidad de ser una alternativa eficiente y real.


Pierre Bourdieu en el análisis que cité al principio de este texto, argumenta que las encuestas fáciles le sirven al hombre político para decir “Dios está con nosotros”, o su equivalente hoy en día, “La opinión pública está de nuestra parte”, con la intención de legitimar y fortalecer un grupo de poder.

No estoy segura si la famosa encuesta la ganará Marcelo Ebrard o Andrés Manuel López Obrador, no tengo idea si ganará el “más mejor” o el “menos peor”, de lo único que tengo certeza, es que la izquierda mexicana no será la triunfadora. Ojalá me equivoque.

Licenciatura en Comunicación Social, Universidad Autónoma Metropolitana. Máster en Planificación y Gestión Procesos Comunicacionales, Universidad Nacional de la Plata, Buenos Aires, Argentina (en curso). xarrietab@hotmail.com Twitter: @borjaxime Blog: casapolitica.blogspot.com

sábado, 29 de octubre de 2011

Acerca de un Estado Fallido

Tomado de Gurú Político

Indice global de Estados Fallidos 2011

Por Luis Gutierrez Esparza

Twitter: @lgutierreze

El debilitamiento de la democracia puede traducirse en la caída de los niveles de gobernabilidad, situación que, en casos extremos, desemboca en el surgimiento de un Estado fallido. Los estados pueden resultar fallidos por explosión, implosión, erosión o invasión, conforme a sus circunstancias, tiempos y características básicas.

En la edición correspondiente a 2011 del Índice de estados fallidos, que preparan anualmente el Fund for Peace y la revista Foreign Affairs, México aparece en el rango de alarma, número 93 de una lista de 177 que encabezan Somalia, Chad, Sudán, la República Democrática del Congo y Haití.

El método utilizado para el estudio, es el denominado CAST methodology, que consiste en: coleccionar datos relevantes de los conflictos, desarrollar una cronología completa de los eventos y seleccionar datos importantes y tendencias. Luego, se incluyen 12 indicadores económicos, sociales, políticos y militares:

  • Incremento de la presión demográfica;
  • movimientos masivos de refugiados;
  • herencia de venganza;
  • escape masivo, crónico y sostenido de seres humanos;
  • desarrollo económico desigual;
  • declive severo y brusco de la economía;
  • criminalización y deslegitimización del Estado;
  • deterioro progresivo de los servicios públicos;
  • violación generalizada de los derechos humanos;
  • aparato de seguridad con un Estado dentro del Estado;
  • ascenso de una elite excluyente e intolerante;
  • la intervención de otros estados y de factores externos.

Entre los 20 primeros lugares, el factor común es que los gobiernos han perdido el control de su territorio y el monopolio del uso de la fuerza. No se trata sólo de un problema de desarrollo, sino también -y es lo más importante- de un problema de seguridad. Según el Fund for Peace, los países en riesgo de convertirse en estados fallidos, representan una de las principales amenazas que enfrenta Estados Unidos, a diferencia de lo que sucedió en la primera mitad del siglo XX y aun durante la Guerra Fría.

De hecho, la Estrategia de Seguridad Nacional estadunidense, concluyó que ese país, en la actualidad, '”está menos amenazado por estados con ambiciones de conquista, que por estados fracasados”. Sin ir más lejos y a modo de ejemplo, Washington insiste en dar la voz de alerta sobre el riesgo de que el presidente venezolano Hugo Chávez exporte su “fallido modelo” político a otros países; para ello, Washington reitera su apoyo a los presidentes de Perú y Colombia.

Además, varios de los vecinos de Venezuela –Ecuador y Bolivia, entre ellos--, son considerados “estados frágiles” --en el lenguaje habitual de los análisis del Departamento de Estado, este concepto es utilizado para designar los países con riesgo de transformarse en estados fallidos-- que no tienen la riqueza petrolera de Venezuela para enfrentar sus problemas económicos y sociales. El informe advierte asimismo que los países latinoamericanos pueden subir próximamente en el fatal ranking, dada la ola de inestabilidad que afecta a la región.

Se hace necesario, por tanto, definir inequívocamente qué se entiende por Estado fallido o fracasado. Los estados-nación fracasan porque ya no pueden garantizar los bienes políticos a su población --seguridad, educación, salud, oportunidades económicas, un marco legal de orden y un sistema judicial, infraestructura elemental, etc.--; son incapaces de controlar sus fronteras y experimentan un crecimiento constante de la violencia criminal. ¿Suena conocido el perfil? Se parece en buena medida al de México en 2011.

Un Estado-nación también fracasa cuando pierde la legitimidad básica. La anarquía deviene más y más en la norma. La calificación de Estado fallido se refiere, en palabras simples, al fracaso de un país en mantener una sociedad justa y viable, una sociedad donde sus ciudadanos tengan la oportunidad de que sus derechos se respeten, de que estén protegidos. Nuevamente, la descripción se aproxima a la realidad mexicana.

En un Estado fallido, el gobierno no tiene el control físico sobre su territorio y carece del monopolio de la fuerza. Sus instituciones son débiles o inexistentes, el debate democrático está ausente. Y atención: la guerra civil por sí sola no conlleva el fracaso del Estado. ¿Alguien podría negar que esto en buena medida ocurre en México?

Entendido lo anterior, no se pretende realizar aquí un análisis de caso, pero es claro que el único país que puede clasificarse como Estado fallido en América Latina es Haití. La presencia de la Misión Estabilizadora de las Naciones Unidas, MINUSTAH, es un ejemplo de ello.

Lo que no puede obviarse, sin embargo, es la falta de gobernabilidad que caracteriza a muchos países de la región, México incluido, entendida como tal una cualidad propia de cada comunidad política, según la cual sus instituciones de gobierno actúan eficazmente dentro de su espacio, en forma tal que a la ciudadanía le parece legítima; y permite así el libre ejercicio gubernamental mediante la obediencia de los ciudadanos.

La gobernabilidad democrática es la capacidad de un gobierno para controlar el cambio político e institucional dentro de los procesos electorales. Como afirmara José Miguel Insulza, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), “la falta de gobernabilidad en algunos países latinoamericanos amenaza a las democracias de la región”. La clave del problema para entender a América Latina, entonces, está en la gobernabilidad.

Sin embargo, los niveles de gobernabilidad aún no son tan alarmantes como para hablar de Estados fallidos en América Latina, en el sentido de unidades políticas colapsadas, aunque cabe el concepto de los que Peter Waldmann denomina “estados anómicos”; y, más claro en el caso de México, lo que he definido como gobierno fallido.

Según Waldmann, se dice que una situación social es anómica cuando faltan normas o reglas claras, consistentes, sancionadas y aceptadas, hasta cierto punto, por la sociedad para dirigir el comportamiento social y proporcionarle una orientación. La posibilidad de cumplir parcialmente con estas exigencias evidencia que puede haber diferentes grados y niveles de anomia social. Así lo vivimos en México.

Un Estado débil es, a pesar de todo, un Estado. Pero un gobierno fallido, tiende a despeñarse por el precipicio del Estado fallido. En esta dirección han llevado a México los gobiernos de la alternancia, los conductores del panismo empoderado que cumplirá el año próximo el ciclo de su docena trágica.

Periodista y escritor. Licenciado en Ciencias y Técnicas de la Comunicación por la Universidad del Valle de Atemajac, en Guadalajara, Jal. Ha sido reportero, jefe de sección, jefe de información, jefe de redacción, subdirector y director de diarios y revistas, así como colaborador y conductor de programas en radio y televisión, guionista, productor y director de videodocumentales. Enviado especial y corresponsal de guerra en más de 30 países. Editorialista de Excélsior. Presidente del Círculo Latinoamericanos de Estudios Internacionales (CLAEI). Más información: http://claei.org.mx

viernes, 7 de octubre de 2011

AMLO: Mito o realidad en las próximas elecciones de México

Tomado de Gurú Político

Por Ana Paula Cinta*

El Movimiento de Renovación Nacional, Morena abrió la ventana de lo que ya era sabido y esperado pero no manifestado, la pre candidatura de Andrés Manuel López Obrador para la Presidencia de la República, nuevamente.

Tras la derrota de 2006, con el cierre de Reforma parecía que el suceso lo haría perder todo juicio lógico, sin embargo, algunos meses después, tomo la decisión de hacer una larga campaña, tan larga como durara el sexenio y su sobrevivencia como “Presidente Legitimo” nadie sabe quien ni cómo se financió, pero hoy es una realidad, López Obrador aparece arriba en las encuestas, su trabajo a lo largo del país, en cada rincón de la República Mexicana comienza a rendir frutos, por lo menos, en la selección de candidato de su partido, que cada día parece obligarse más hacia el tabasqueño.

La tenacidad y la fuerza de encaminar este proyecto durante los pasados años, no parece tarea fácil y deberá tomarse en cuenta, sin duda, en el momento que se tenga que tomar la decisión del abanderado por el partido del sol azteca, pero también deberá estudiarse la terquedad y necedad que lo han permeado durante todo este tiempo, y a su vez, la ilegitimidad con la que baño a las instituciones por un considerable tiempo, eso que probablemente ha cooperado en las fracturas internas del PRD y en su caída drástica en preferencia si hacemos la comparación inmediata con 2006.

Esto debe ser determinante para su partido, una presidencia legitima después de 2012, cuando esta vez el PRD parece colocarse en tercera posición y nada parece levantarlo de ahí, no creo que sea resistida por su movimiento ni por su proyecto, o ¿pensará llevar esto más lejos hasta la reelección presidencial?, el escenario que enfrenta no es sencillo, su popularidad ha caído, eso es indiscutible, y las encuestas podrían mostrar conocimiento más no preferencia que se traducirá en votos, ese es el error que el PRD no podrá cometer para participar competitivamente en el proceso electoral venidero.

Ebrard parece cada vez más lejano de la tan deseada candidatura, sus posibilidades se aminoran ante un personaje que parece poner de rodillas a la estructura del partido mismo, temor, respeto o absoluto convencimiento, no lo sé, pero la fractura que podría ocasionar AMLO con su candidatura no abanderada por el PRD no es un costo que quieran pagar, pero tal vez, con ello no han podido girar la mirada y considerar la posibilidad de que el costo de que sea él el candidato sea más caro.

Los escenarios entonces, parecen perder-perder para el partido del sol azteca si es que la selección de candidato se hace mediante encuesta cerrada, de esta forma la encuesta abierta parece cada vez más lejana, esa que marca el mejor posicionamiento de Ebrard, y tal vez en la selección del método comiencen los errores que darán sepultura al PRD en esta competencia electoral próxima, donde el candidato competitivo de cara a la ciudadanía, fuera del aparato y estructura interna del PRD, sería Ebrard. Basta oír a la ciudadanía, o ver sus opiniones marcadas en las encuestas para notar que es la mayoría mexicana la que piensa que AMLO no respetaría el resultado de una encuesta que no lo favoreciera, esto parece ya parte de su personalidad, se le concibe de esta manera y esta desconfianza no es una buena carta para iniciar una contienda electoral que ni siquiera ha comenzado.

Su discurso sobre las clases sociales, la satanización de los ricos y la preferencia de los pobres, el proyecto de nación y las mafias en México, se ha desgastado, ha cansado ya, eso no podría negarse, no hay nada de nuevo detrás de la figura de Andrés Manuel López Obrador, esto tal vez refleje desgaste, y en una campaña presidencial con otro contexto completamente distinto a 2006 tal vez sea eso lo que lo sentencie a la derrota por segunda vez, y para entonces “el voto por voto” y “casilla por casilla” estará tan desvalijado que la ilegitimidad de la elección será algo que esta vez no se logre y entonces ¿qué hará?.

Lo que parece claro es que la verdadera fuerza de AMLO hoy es Morena, este movimiento independiente que no depende de partidos políticos y que moviliza a las masas, ahí radica la fuerza del tabasqueño.

Al finalizar la elección, el PRD entonces tendrá tiempo de interiorizar lo sucedido para ubicar los errores y comprender que un mismo partido político con dos corrientes al interior que se mueven en direcciones completamente opuestas no resulta fortaleza y mucho menos se traduce en votos ciudadanos, fortalecerse de nuevo será su trabajo los próximos años posiblemente, y Andrés Manuel López Obrador, la derrota una vez más será lo que lo pase directo a los libros de historia como el personaje de oposición, el izquierdista, el socialista, o como quiera etiquetársele, de esos personajes que hay muchos en la historia, tal vez ahí encuentre cabida, ya se verá.

* Politóloga del ITAM. Conductora y Analista de UnoNoticias. Columnista de la Revista Libertas. Partidaria del análisis político, estratégico e institucional que ofrezca un panorama amplio de México con un enfoque objetivo y fundamentado, contribuyendo a enriquecer la perspectiva de la sociedad en los temas de discusión cotidianos. anapaulacintaopinion@hotmail.com Twitter: @AnaPaulaCinta Blog: mujerescontruyendo.com/blog/espejopolitico www.unonoticias.com

sábado, 24 de septiembre de 2011

El escenario de la migración ha cambiado

Tomado de Gurú Político

Por Ignacio Pareja Amador*

Es un dato que seguramente despierta el asombro de todos nosotros, pero es cierto. Leímos acerca de la significativa reducción de los flujos migratorios de México hacia EE.UU con cierta cautela en el New York Times, en un artículo de Damien Cave, publicado el 7 de julio del presente, donde mencionaba que los flujos migratorios de mexicanos hacia EE.UU., eran mucho menores a los experimentados en años anteriores, dos razones explicaban los cambios: la variable sociodemográfica y la inseguridad.

Posteriormente, tuvimos la oportunidad de confirmarlo de la viva voz del Maestro Félix Fernández Varela, Secretario General del Consejo Nacional de Población (CONAPO), primero durante una reunión (canales oficiales) y después en respuesta a una pregunta que le hicimos directamente ya fuera de los foros institucionales.

El hecho es, que el saldo neto migratorio* de mexicanos a EE.UU. se ha reducido de -53.2 por cada 10,000 habitantes (2006-2007) a -9 entre 2010 y 2011, lo que nos habla no sólo de una disminución importante en materia de emigración, sino que nos muestra un aumento en el regreso de mexicanos (inmigración) provenientes del país vecino del norte (ENOE 2006-2011).

La información fue corroborada por las autoridades encargadas de las estadísticas de los Estados Unidos: Por fin se había logrado disminuir la migración al coloso del norte. Sin embargo, siendo la migración un tema que no reconoce adjetivos tanto positivos como negativos, al ser un fenómeno inherente a la naturaleza humana, esta disminución en el flujo, así como el retorno de migrantes nos deja un espacio ampliamente abierto para reflexionar.

Es de importancia ante que todo aclarar que la migración es uno de los fenómenos sociodemográficos más difíciles de medir, ya que muchas veces existe una condición de ilegalidad que impide que se tengan datos estrictamente fidedignos, contrario al caso de otras variables como el volumen de la población, la estructura de edad, etc. El punto es que la mayoría de mexicanos que migran hacia EE.UU. lo hacen por canales ilegales (79%).

El tema puede tener distintos matices, y como cualquier tópico estadístico nos brinda un abanico de posibilidades para discernir en las razones que impulsaron el decremento de la migración.

La apuesta-argumento oficial es que en México ya se controlaron las variables demográficas, el país como muchos otros en Latinoamérica, está por completar el proceso de transición demográfica, esto es, ha logrado controlar las tasas de natalidad y de mortalidad, manteniendo un equilibrio en el crecimiento de la población. A este respecto se le suman un aumento en la incidencia de los programas sociales para combatir a la pobreza. Además de que la tasa de fecundidad global (el número de hijos que una mujer tiene en promedio durante su edad reproductiva) es de 2, lo que posibilita a las familias a tener mayores oportunidades (educación, vivienda, etc.) y satisfactores que en años anteriores.

El argumento oficial también toca el tema económico, donde se dice que la estabilidad a nivel macro, con poca inflación, tipo de cambio controlado, altas reservas internacionales, etc., proveen una mejor calidad de vida a los ciudadanos.

Sin embargo, los canales no oficiales aluden a que esta disminución abismal en la migración se debe a la situación de desempleo, crisis y a la xenofobia con respaldo legal que se vive en los EE.UU., pero sobre todo a la inseguridad que ha invadido a México, ya que no hay territorio más desprotegido que una frontera cada vez menos porosa, donde la ley se difumina entre las decisiones de dos países y el poderío de los grupos criminales que gobiernan la franja, que era hasta hace unos años la más transitada del mundo.

Las complicaciones que se avecinan con la noticia de la reducción en la migración son vastas, en primer lugar modificaran las proyecciones de población, las cuales son realizadas por el CONAPO para ganar tiempo en la planeación de las políticas públicas que requiere el país, no sólo en materia de población, sino en todos los ámbitos que la toman en cuenta.

Habrá más jóvenes y adultos, más fuerza laboral, más motores para echar a andar al país. Si el Estado mexicano aprovecha a esta población seguramente obtendrá importantes avances, sino lo hace, aumentara el desempleo, el crimen, la informalidad, todas esas variables que se potencializan cuando hay pobreza y una necesidad de superación frustrada. La migración es por excelencia una de las principales válvulas de escape que tiene una sociedad, estamos frente a una coyuntura especifica, pues el tema no es para nada simple, al contrario es un acontecimiento al que hay que ponerle suma atención y brindarle más recursos para que en vez de convertirse en un problema, sea parte de la solución que México requiere.

*El Saldo neto migratorio se refiere al resultado de restar la emigración de mexicanos, en este caso hacia EE.UU., y la inmigración de los connacionales provenientes de este destino.

Miembro fundador de la Asociación Civil Metas Globales en Movimiento; internacionalista; idealista; libre promotor del desarrollo; comprometido con México y Latinoamérica desde la dulce trinchera del periodismo de opinión. Twitter: @ignacioamador Blog: http://reflectormundial.blogspot.com

sábado, 10 de septiembre de 2011

Décimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de Septiembre

Por Luis Montes Brito

Para Diario El Mundo, El Salvador

Revista Digital Gurú Político, México

Periódico Digital Long Island al Día, Nueva York

Durante el atentado murieron en el acto 2,973 personas, desaparecieron 24 y otras 6,000 quedaron heridas, entre ellos varias decenas de hispanos.

Mañana se cumplen 10 años de los atentados terroristas del 11 de Septiembre, evento que cambió al mundo iniciando una involución en las leyes en materia de garantías civiles, transformó el placer de volar por ríspidos protocolos de seguridad, ocasionó una reorganización de los sistemas de defensa y seguridad del mundo occidental y condujo a una respuesta militar sobre aquellos gobiernos y movimientos sociales que lo patrocinaron.

Durante el atentado murieron en el acto 2,973 personas, desaparecieron 24 y otras 6,000 quedaron heridas, entre ellos varias decenas de hispanos.

Como producto de los ataques y como medida preventiva EE.UU. inició una ofensiva bélica que se conoce como la “Guerra Contra el Terrorismo” para lo cual envió tropas a Afganistán e Irak, donde a esta fecha han perecido más de 6.200 soldados estadounidenses y los costos actuales, son ya casi el doble que los de la guerra de Vietnam.

En el campo legislativo alentó la aprobación de la Ley del Acta Patriótica, la cual afecta algunas libertades y derechos constitucionales con el fin de aumentar la seguridad interna de Estados Unidos llegando al punto de invadir la privacidad de los ciudadanos y dando mayor campo de acción sobre estos a los organismos de inteligencia.

De igual manera provocó la reorganización gubernamental más grande de la historia estadounidense, creando el Departamento de Seguridad Nacional el cual se convirtió en el ente coordinador de más de un centenar de agencias involucradas en dicha tarea, definiendo para el mismo cuatro objetivos centrales: controlar las fronteras, coordinar la respuesta en casos de emergencia, desarrollar tecnologías para detectar y prevenir un ataque con armas biológicas, químicas y nucleares y detección de drogas y tratamiento para la protección de los ciudadanos.

La ocasión ha sido aprovechada por sectores xenofóbicos para alentar una campaña nacional en contra de aquellos que demostradamente no han estado relacionados con el atentado, como es el caso de los inmigrantes hispanos, ensañándose con los indocumentados sobre quienes se ha generado una persecución que en muchos casos raya con métodos inhumanos.

Inicialmente las deportaciones se concentraron en ciudadanos originarios de aquellos países Árabes que apoyaban a Bin Laden, posteriormente se generalizó, demostrando los números que los hispanos se han convertido en el grupo étnico más afectado con las deportaciones.

Los atentados afectaron la economía estadounidense sobre todo en el uso de recursos gubernamentales, hoy enfocados en sistemas y métodos de defensa y control para prevenir nuevos ataques, que van desde sofisticadas medidas usando tecnología de punta hasta disposiciones burdas con fines claramente políticos como la construcción del muro fronterizo.

Datos oficiales estiman para este año los gastos en seguridad nacional en unos US$70.000 millones equivalentes a un 300% sobre lo que se invertía antes de los atentados, además del gasto militar que en su conjunto han acelerado el déficit fiscal.

El impacto de estas medidas se evidencia en el sector turismo en el cual según cifras del Departamento de Comercio en el año 2000 se contaron 26 millones de visitantes de países fuera de Canadá y México reduciéndose esta cifra desde entonces a menos de 20 millones de turistas anuales en los años subsiguientes, logrando superarla apenas en el año 2010.

Los eventos han servido para redefinir el mapa de aquellos considerados aliados u hostiles hacia Estados Unidos, identificando incluso dentro de los diferentes países aquellos sectores que pudieran representar una amenaza potencial.

En el caso de El Salvador aún se recuerda aquella repudiable manifestación por las calles de San Salvador realizada 4 días después de los ataques terroristas, en la cual en un error garrafal que perseguirá para la historia a sus organizadores, celebraron los atentados, gritaron y pintaron consignas a favor de Bin Laden y Alqaeda, al mismo tiempo que se vociferaron lemas y burlas en contra de Estados Unidos e Israel acompañadas de la quema banderas de ambos países.

Quien iba a decir que 10 años más tarde el actual vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, potencial candidato presidencial efemelenista, aún se incomode ante los cuestionamientos de la prensa por haber encabezado dicha marcha, pretendiendo minimizarla calificándola como “hechos ya pasados”.

Enlaces para ver imágenes o escuchar audios relacionados

Blog por un país libre

Diario El Mundo, El Salvador

The New York Times

The Wall Street Journal

El Mundo, España

El Universo de Ecuador