sábado, 10 de septiembre de 2011

Décimo aniversario de los ataques terroristas del 11 de Septiembre

Por Luis Montes Brito

Para Diario El Mundo, El Salvador

Revista Digital Gurú Político, México

Periódico Digital Long Island al Día, Nueva York

Durante el atentado murieron en el acto 2,973 personas, desaparecieron 24 y otras 6,000 quedaron heridas, entre ellos varias decenas de hispanos.

Mañana se cumplen 10 años de los atentados terroristas del 11 de Septiembre, evento que cambió al mundo iniciando una involución en las leyes en materia de garantías civiles, transformó el placer de volar por ríspidos protocolos de seguridad, ocasionó una reorganización de los sistemas de defensa y seguridad del mundo occidental y condujo a una respuesta militar sobre aquellos gobiernos y movimientos sociales que lo patrocinaron.

Durante el atentado murieron en el acto 2,973 personas, desaparecieron 24 y otras 6,000 quedaron heridas, entre ellos varias decenas de hispanos.

Como producto de los ataques y como medida preventiva EE.UU. inició una ofensiva bélica que se conoce como la “Guerra Contra el Terrorismo” para lo cual envió tropas a Afganistán e Irak, donde a esta fecha han perecido más de 6.200 soldados estadounidenses y los costos actuales, son ya casi el doble que los de la guerra de Vietnam.

En el campo legislativo alentó la aprobación de la Ley del Acta Patriótica, la cual afecta algunas libertades y derechos constitucionales con el fin de aumentar la seguridad interna de Estados Unidos llegando al punto de invadir la privacidad de los ciudadanos y dando mayor campo de acción sobre estos a los organismos de inteligencia.

De igual manera provocó la reorganización gubernamental más grande de la historia estadounidense, creando el Departamento de Seguridad Nacional el cual se convirtió en el ente coordinador de más de un centenar de agencias involucradas en dicha tarea, definiendo para el mismo cuatro objetivos centrales: controlar las fronteras, coordinar la respuesta en casos de emergencia, desarrollar tecnologías para detectar y prevenir un ataque con armas biológicas, químicas y nucleares y detección de drogas y tratamiento para la protección de los ciudadanos.

La ocasión ha sido aprovechada por sectores xenofóbicos para alentar una campaña nacional en contra de aquellos que demostradamente no han estado relacionados con el atentado, como es el caso de los inmigrantes hispanos, ensañándose con los indocumentados sobre quienes se ha generado una persecución que en muchos casos raya con métodos inhumanos.

Inicialmente las deportaciones se concentraron en ciudadanos originarios de aquellos países Árabes que apoyaban a Bin Laden, posteriormente se generalizó, demostrando los números que los hispanos se han convertido en el grupo étnico más afectado con las deportaciones.

Los atentados afectaron la economía estadounidense sobre todo en el uso de recursos gubernamentales, hoy enfocados en sistemas y métodos de defensa y control para prevenir nuevos ataques, que van desde sofisticadas medidas usando tecnología de punta hasta disposiciones burdas con fines claramente políticos como la construcción del muro fronterizo.

Datos oficiales estiman para este año los gastos en seguridad nacional en unos US$70.000 millones equivalentes a un 300% sobre lo que se invertía antes de los atentados, además del gasto militar que en su conjunto han acelerado el déficit fiscal.

El impacto de estas medidas se evidencia en el sector turismo en el cual según cifras del Departamento de Comercio en el año 2000 se contaron 26 millones de visitantes de países fuera de Canadá y México reduciéndose esta cifra desde entonces a menos de 20 millones de turistas anuales en los años subsiguientes, logrando superarla apenas en el año 2010.

Los eventos han servido para redefinir el mapa de aquellos considerados aliados u hostiles hacia Estados Unidos, identificando incluso dentro de los diferentes países aquellos sectores que pudieran representar una amenaza potencial.

En el caso de El Salvador aún se recuerda aquella repudiable manifestación por las calles de San Salvador realizada 4 días después de los ataques terroristas, en la cual en un error garrafal que perseguirá para la historia a sus organizadores, celebraron los atentados, gritaron y pintaron consignas a favor de Bin Laden y Alqaeda, al mismo tiempo que se vociferaron lemas y burlas en contra de Estados Unidos e Israel acompañadas de la quema banderas de ambos países.

Quien iba a decir que 10 años más tarde el actual vicepresidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, potencial candidato presidencial efemelenista, aún se incomode ante los cuestionamientos de la prensa por haber encabezado dicha marcha, pretendiendo minimizarla calificándola como “hechos ya pasados”.

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Diario El Mundo, El Salvador

The New York Times

The Wall Street Journal

El Mundo, España

El Universo de Ecuador


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