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jueves, 20 de noviembre de 2014
Putin cada vez más aislado internacionalmente por invasión a Ucrania
¿Se está agotando la paciencia de Angela Merkel con Vladimir
Putin?
"Inaceptable"
¿Inflexión?
lunes, 21 de mayo de 2012
Hollande marca un nuevo rumbo para Francia en la reunión de la OTAN
Hollande marca distancia
con sus ausencia durante la intervención de Obama
viernes, 21 de octubre de 2011
Tropas de la OTAN se retirarán de Libia el 31 de Octubre

El secretario general de la Alianza, Ander Fogh Rasmussen, asegura que habrá un "cierre nítido" de la campaña
Por Ricardo Martínez de Rituerto
La OTAN pondrá fin a su campaña en Libia el próximo día 31, a los siete meses exactos de haber lanzado la Operación Protector Unificado que ha acabado con la vida de Muamar el Gadafi y con su régimen, según ha anunciado esta noche el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen. En los diez días que quedan hasta entonces, definidos por Rasmussen como un periodo de transición, la OTAN “vigilará y responderá a las amenazas a civiles si hace falta”. Después, habrá “un cierre nítido de la operación porque no tenemos intención de mantener fuerzas en la región”.
El anuncio de Rasmussen se ha producido cuatro horas después de lo previsto y cinco horas y media después de que el comandante aliado supremo de la OTAN, almirante James Stavridis, recomendara al Consejo Atlántico (los embajadores aliados) el fin de la operación. Rasmussen ha atribuido el sorprendente, por largo, debate entre los Veintiocho a la seriedad del momento y a la necesidad de valorar todas las posibilidades.
La campaña militar también ha probado que las intervenciones bélicas exclusivamente aéreas pueden dar el resultado buscado
Según algunas versiones, en la discusión se opusieron quienes propugnaban que el anuncio se hiciera una vez el Consejo Nacional de Transición (CNT) anunciara la completa liberación del país, lo que podría no ocurrir hasta el domingo, criterio que había mantenido en público Francia, y quienes defendían la necesidad de mantener la fuerza durante varias semanas hasta tener la seguridad de que la situación estuviera estabilizada.
A final Rasmussen ha anunciado “la decisión preliminar de concluir el 31 de octubre”, que se oficializará la semana entrante “tras mantener consultas con Naciones Unidas y el CNT”. También ha alertado de que en el interregno “la OTAN vigilará y responderá a las amenazas a civiles si hace falta”. Y después, nada más. “No tenemos intención de mantener las fuerzas en la región. Será un cierra nítido de nuestra operación”.
Más allá de las discrepancias tácticas, el hecho es que antes de comenzar la reunión del Consejo Atlántico reinaba entre los aliados un clima de misión cumplida. “Podemos dar por terminada la operación, que cuesta dinero y absorbe muchos medios, porque ya no hay nada más que hacer”, comentaba un diplomático, que colocaba el hito del fin de la campaña, más que en la muerte de Gadafi, en la toma de Sirte. “El régimen ha caído con Sirte”, señalaba. “Todo está bajo control de los que antes eran los agredidos, a los que fuimos a defender de las agresiones del régimen”.
La fuente planteaba la situación en términos gráficos: “Es como lo que ocurre al final de una cena. Cuando se ha terminado hay que recoger”. En esas se enredó la OTAN, en cómo y con qué rapidez recoger. Y quizá también en el deseo de algún aliado de sacar rédito político a lo ocurrido.
Aunque la caída de Sirte fuera el hito decisivo, la desaparición de Gadafi ha ayudado notablemente a aclarar el panorama. Entre los escenarios previstos para Libia, los aliados consideraban la posibilidad de que un Gadafi derrotado sobre el terreno y huido pudiera seguir dando órdenes a sus últimos leales y creando problemas que exigieran la continuidad de Protector Unificado.
La campaña comenzó a raíz de la petición del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en marzo de que la comunidad internacional interviniera para proteger a la población libia, y esta noche Rasmussen ha declarado que “lo hemos hecho con éxito”.
Cuestionado sobre si las sórdidas circunstancias de la muerte de Gadafi no empeñaban la operación o le dejaban un regusto amargo, el secretario general ha insistido en el repetido principio de que “ni Gadafi ni ninguna otra persona ha sido objetivo de las operaciones”. Como el depuesto líder libio fue abatido al final de un ataque a una caravana militar en el que participaron aviones de la OTAN, Rasmussen ha alegado, sin citar a Gadafi, que “las caravanas que pueden ser amenazas a civiles son objetivos legítimos”. Ha dicho confiar en que las nuevas autoridades libias respeten los principios del Estado de derecho, los derechos humanos y que sean transparentes.
El fin de la operación libia es un balón de oxígeno para la OTAN, que pena por librarse de Afganistán sin ninguna garantía de que lo que quede allí a partir de la retirada de finales de 2014 (a pesar de que Estados Unidos seguirá manteniendo miles de soldados en misiones de apoyo en el país asiático) sea una situación estable.
El éxito ha sorprendido a la propia casa. Antes del receso veraniego una fuente diplomática aliada aventuraba que “quizá, y muy probablemente, la crisis libia se resolverá mediante una negociación para acordar una salida política”.
La campaña militar también ha probado que las intervenciones bélicas exclusivamente aéreas -en determinadas condiciones y a falta de conocer la dimensión de las operaciones encubiertas de algunos aliados- pueden dar el resultado buscado.
Eso en la vertiente puramente operativa, porque política y estratégicamente se ha visto por primera vez a países europeos, con Francia y Reino Unido a la cabeza, en la vanguardia de una operación por expreso deseo de Estados Unidos, que ha querido probar las capacidades de sus aliados. “Los europeos tienen que hacerse cargo de su propia vecindad”, apunta una fuente estadounidense. “Eso no quiere decir que Estados Unidos no vaya a intervenir en una próxima ocasión, pero Estados Unidos no va a estar siempre disponible”.
Al poner a los europeos en primera línea de acción, Washington ha llegado a la conclusión de que Protector Unificado no hubiese sido posible sin la aportación inicial de Estados Unidos, que laminó la débil resistencia potencial de las fuerzas de Gadafi, y que al lado europeo de la Alianza le quedan muchas deficiencias que subsanar: faltan especialistas en marcar objetivos; los arsenales deben contar con reservas suficientes, y “sobre todo faltan capacidades cruciales: aviones nodriza y plataformas de inteligencia, vigilancia y reconocimiento” como los aviones no tripulados, en palabras de Leon Panetta, secretario de Defensa de Estados Unidos. “Sin estas capacidades”, que ha cubierto en gran medida Estados Unidos durante los últimos siete meses, “hubiese resultado muy difícil lanzar y mantener la operación en Libia”, advirtió Panetta a principios de mes a sus aliados.
viernes, 20 de mayo de 2011
OTAN hunde 8 buques de las fuerzas de Kadafi

Aviones de la coalición encabezada por la OTAN en Libia han atacado esta noche ocho buques de guerra de las Fuerzas Armadas libias repartidos en los puertos de Trípoli, Al Jums y Sirte. La OTAN asegura en un comunicado que se trata de una respuesta "cuidadosamente planificada y coordinada", en la que utilizaron una fuerza "apropiada y proporcionada".
"Todas las embarcaciones alcanzadas en la última noche eran buques de guerra sin aplicaciones civiles", ha subrayado el vicecomandante de la operación aliada, el vicealmirante británico Russell Harding.
"Todos los objetivos de la OTAN son de naturaleza militar y están directamente relacionados con los sistemáticos ataques del régimen de Gadafi contra el pueblo libio", añade. Harding argumenta que "dada la creciente utilización de equipos navales, la OTAN no tuvo más opción que la de emprender una acción decisiva para proteger a la población de Libia y a las fuerzas de la OTAN en el mar".
La Alianza mantiene que en las últimas semanas se ha intensificado la colocación de minas en la superficie marina, entre otras maniobras de las fuerzas de Gadafi. Esto habría afectado directamente al envío seguro de ayuda humanitaria. Además, los responsables de la Alianza creen que dicha estrategia demuestra la intención de Libia de atacar a las fuerzas de la coalición.
viernes, 13 de mayo de 2011
Hieren a Kadafi en bombardeo de la OTAN

Franco Frattini, ministro de Asuntos Exteriores de Italia, ha confirmado este viernes que, según los informes a los que ha tenido acceso, el líder libio Muamar Gadafi estaría herido como resultado de un ataque de la OTAN.
El coronel Gadafi estaría herido, según ha afirmado este viernes el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Franco Frattini. El político, que no ha dado detalles sobre el estado de salud del coronel libio, ha achacado las heridas de Gadafi a un ataque de la OTAN sobre Trípoli.
""No tenemos ningún elemento nuevo sobre Gadafi. Pienso que es creíble la frase del obispo de Trípoli, monseñor Martinelli, que ha dicho que es muy probable que Gadafi esté fuera de Trípoli y posiblemente herido. Pero no sabemos donde", afirmó Frattini en La Bagnaia, en la provincia toscana de Siena.
Según los medios italianos, que citan a la televisión panárabe Al Arabiya, el portavoz del régimen libio, Ibrahim Moussa, desmintió hoy que Gadafi esté herido y haya abandonado la capital. Hace dos días, el vicario apostólico en Libia, el obispo Giovanni Innocenzo Martinelli, manifestó que estaba convencido de que Muamar el Gadafi estaba vivo, que posiblemente haya abandonado Trípoli, pero que sigue en Libia, en una zona desértica.
"Gadafi no ha muerto, está vivo. Posiblemente ha abandonado Trípoli, pero mi impresión es que esté en Libia", dijo Martinelli a los medios italianos, basando sus palabras "en que no se ven señales de luto" relacionadas con Gadafi. El obispo católico manifestó que él vive allí, en medio de la gente y que conoce todas las costumbres y los códigos sociales.
"Si alguien muere, hay señales inequívocas que no pasan desapercibidas. La muerte, el luto, es algo que no se puede esconder y hay un hecho que habla: la mujeres lloran en los patios de las casas cuando uno muere. Un occidental no lo entiende, pero en la sociedad árabe-beduina es así. La muerte es una cosa de todos y por Gadafi no he observado nada parecido. Por ello estoy seguro de que no ha muerto", afirmó el prelado.
Mientras tanto, al menos 16 civiles han muerto y decenas han resultado heridos en un ataque de la OTAN en el enclave petrolífero de Brega, en el este de Libia y en torno al que se encuentra situada la línea del frente oriental desde hace más de un mes y medio, informó este viernes la televisión estatal libia.
Los dos canales estatales del régimen libio citaron a una fuente militar no identificada que afirmó que el ataque de la Alianza se produjo en la noche del jueves al viernes y causó al menos 40 heridos.
Asimismo, difundieron un vídeo que mostraba imágenes de una decena de cadáveres con multitud de heridas y un edificio destruido en un paraje desértico.
Un testigo afirmó en la grabación que la mayoría de las víctimas eran religiosos que se habían reunido para celebrar una ceremonia musulmana en una residencia de la zona de Brega.
Los portavoces rebeldes han afirmado reiteradamente que en el área de Brega, una zona petrolífera escasamente poblada, no queda población civil desde que hace semanas las tropas leales al líder libio, Muamar El Gadafi, y los sublevados libran intensos combates por el control del enclave.
Brega se encuentra a cerca de 70 kilómetros al oeste de la estratégica ciudad de Ajdabiya, la última localidad bajo control insurgente en el este del país, y que ha sido atacada en varias ocasiones por las fuerzas del régimen.
Entre ambas poblaciones se encuentra estancada desde finales de marzo la línea del frente oriental, con frecuentes bombardeos de la artillería pesada gadafista en dirección a Ajdabiya, a 160 kilómetros de Bengasi.
lunes, 25 de abril de 2011
La OTAN ataca el despacho de Gadafi.

El régimen bombardea la ciudad insurrecta tras retirar sus tropas del centro de la población.
Trípoli exige a los sublevados que se rindan en el plazo de dos días
POR JUAN MIGUEL MUÑOZ
Bengasi. Al menos 30 personas han fallecido y 60 han resultado heridas en un ataque de las tropas libias con cohetes sobre la ciudad rebelde de Misrata, al oeste del país, según informa la cadena Al Arabiya, que cita testigos libios. "Hay un bombardeo muy intenso y aleatorio en zonas residenciales. Varios cuerpos quemados están siendo trasladados al hospital", ha señalado Ahmed al-Qadi, un ingeniero que trabaja para una emisora de radio disidente en Misrata. "El número de heridos asciende a 60 y ha habido 30 mártires. Este es el balance de las últimas 12 horas", ha añadido. Horas antes, de madrugada, un ataque aéreo de la OTAN destruyó un edificio dentro del complejo de Muamar el Gadafi de Bab el Azizia, en Trípoli, en lo que una responsable de prensa del régimen consideró un atentado directo contra la vida del líder libio.
Los bomberos trabajaban a las tres de la madrugada de hoy en las labores de extinción de las llamas en una parte del edificio en ruinas cuando un grupo de periodistas llegaron al lugar, en una visita organizada por el régimen, pocas horas después de que tres grandes explosiones sacudieran el centro de Trípoli. La encargada de prensa, que pidió no ser identificada, dijo que Gadafi usaba el edificio atacado para reuniones con sus ministros. Según la misma fuente, 45 personas resultaron heridas, 15 de ellas gravemente, y hay algunos desaparecidos.
El ataque contra el cuartel general del líder libio llega después de que sus tropas se enzarzaran de nuevo con los rebeldes de Misrata en un bombardeo. El ataque se produjo en plena celebración por una retirada de las tropas que no fue completa -ya sospechaban los rebeldes libios que Muamar el Gadafi no iba a aflojar el cerco sobre Misrata-. El viceministro de Exteriores, Kaled Kaim, aseguraba el sábado que se aliviaría la situación de la ciudad. Mentira. Anteayer, con 28 personas muertas, fue la jornada más sangrienta en dos meses de combates. La madrugada del domingo añadió Kaim que el Ejército no abandonaba la ciudad, y que tan solo detendría sus operaciones militares. Otra falsedad. El bombardeo indiscriminado continuó ayer inclemente, y los proyectiles impactaron en el centro y en los barrios residenciales de esta población de 300.000 vecinos, la tercera más habitada de Libia, cuya caída no puede permitirse el dictador. Al menos otras ocho víctimas llenaron los depósitos de cadáveres.
Kaim amenazó ayer a los sublevados. Si no se rendían en el plazo de dos días, "los líderes tribales" habían decidido "pasar a la acción". Portavoces de los rebeldes citados por Reuters insisten en que Gadafi disfruta de escaso apoyo incluso entre esas tribus, y que no serán soldados ni miembros de los clanes quienes arremeterán contra la ciudad vencido ese ultimátum, sino mercenarios. En todo caso, la rendición de los milicianos alzados contra el régimen es impensable a estas alturas. Como dicen los lemas que abundan impresos en las ciudades orientales, o acaban con Gadafi o mueren. Pero no ha lugar a componenda de ninguna clase.
Misrata, plaza clave
Misrata es crucial para el devenir de la guerra. A solo 200 kilómetros de Trípoli, un repliegue total de los blindados y soldados libios supondría el aislamiento de Sirte, cuna del sátrapa y a medio camino de los 1.000 kilómetros que separan Bengasi de la capital. Gadafi considera Sirte otro de sus baluartes. Importantes bases militares radican en esta localidad, a la que el líder de la revolución que derrocó al rey Idris en 1969 consideró convertir en capital de Libia y que se ha mantenido al margen de la contienda, si se exceptúan los ataques que la OTAN ha ejecutado en sus inmediaciones. Los 200 aviones -solo los de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Canadá, Bélgica, Noruega y Dinamarca llevan a cabo misiones de ataque- y los 18 buques de la OTAN y de los países que participan en la coalición, a cargo de aplicar la zona de exclusión aérea, no arredran a Gadafi, que ha sabido adaptarse en el campo de batalla tras perder la hegemonía total en el aire.
¿Y por qué no destrozan totalmente el bastión de Gadafi en Bab el Azizia, al sur de Trípoli? Es la pregunta que se plantean muchos ciudadanos de Bengasi, que no pueden ignorar que el autócrata cuenta con decenas de refugios. Solo en su residencia de Al Baida, ciudad de la oriental Cirenaica, en un paraje bucólico, construyó un búnker subterráneo de hormigón armado y puertas de acero de 15 centímetros que se hundía unos 15 metros bajo el subsuelo.
Ha de tener escondites más seguros, y la historia demuestra que dar con uno de estos dictadores no es tarea sencilla. Pero a los dirigentes políticos rebeldes les domina la ansiedad. Algunos, pese al recelo que provoca entre los libios, no descartan pedir una intervención terrestre de la OTAN, que, no obstante, rechazan tajantemente los propios países occidentales más implicados en la guerra.