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sábado, 19 de abril de 2014

POTENCIAS RIVALES AL ACECHO DEL ESPACIO CEDIDO POR EEUU EN AJEDREZ GLOBAL

Tomado de esglobal

¿QUÉ PASA SI ESTADOS UNIDOS NO PATRULLA EL MUNDO?

Por Mario Saavedera

Cinco consecuencias de que la superpotencia deje de ser el policía global.
Con el lanzamiento en 1945 de sendas bombas atómicas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, Estados Unidos pasó a convertirse en la potencia militar dura, capaz de matar a centenares de miles de personas en unas horas, y aniquilar a imperios agresores como el japonés apretando un botón. EE UU ocupó así el papel de potencia indispensable para el resto del siglo XX, como Imperio Británico lo había sido en el siglo anterior. A día de hoy, Washington dirige un sistema de defensa y agresión en el que invierte cada año más que todo el resto del mundo junto.
El país reaccionó con dos guerras directas y varias indirectas a su Pearl Harbour de este siglo, los ataques del 11 de septiembre de 2001. Pero ahora está de retirada. “Tras una década de guerra, la nación que tenemos que reconstruir son los Estados Unidos de América”, ha asegurado el presidente estadounidense Barack Obama, para poco después dar la orden de reducir el número de tropas hasta número más bajo desde 1940.
En el país hay hastío de guerra, y una preferencia cada vez más obvia de vez de dejar de gastar los recursos y las vidas estadounidenses en aventuras como la de Irak, o en guerras de dudosa efectividad como la de Afganistán. Salvo sorpresas de la Historia, vienen unos años de repliegue de la potencia global, como se ha visto recientemente en su inacción en la guerra de Siria o en la languidez de su respuesta ante la anexión rusa de Crimea. Estos son solo dos ejemplos de lo que puede pasar si Estados Unidos deja de ser el policía global. A cambio, aumentan las decisiones multilaterales y, eventualmente, los acuerdos en las grandes instituciones de gobernanza global.
Las tentaciones expansionistas pueden aumentar: el caso de Crimea
El presidente estadounidense ha tratado de cerrar el ajedrez geoestratégico de la anexión de Crimea con un mensaje para navegantes dirigido a Moscú. “Rusia es un poder regional”, declaró Barack Obama tras una cumbre con los líderes europeos dedicada casi de lleno a cómo reaccionar ante las ínfulas rusas.
La frase es poderosa: trata de situar a Vladímir Putin en un lugar en el que el ex KGB no quiere estar, el de un simple actor local, al mismo nivel que Alemania, Francia o China.
Pero es poco probable que el presidente de la Federación Rusa se amilane por las provocativas palabras del americano. El mismo Obama ha dejado claro desde el principio que no va a haber tropas en la Europa oriental para defender a Ucrania, para empezar porque esta no es miembro de la OTAN, ni se la espera.
Así que, sin la presión de la posibilidad de un enfrentamiento con fuerzas de la organización militar internacional liderada por Washington, Moscú ha sido capaz de lanzar una blitzkrieg de nueva generación, una guerra relámpago sin un solo disparo, en la que llevado a cabo quizá el mayor cambio de las fronteras europeas desde el fin de la Guerra Fría. Ha sido, dicho de otro modo, una guerra fácil, en parte porque al otro lado no le esperaba nadie.

La pregunta en el ambiente es si Crimea ha sido tan sólo el primer paso de un intento ruso de recuperar parte de la grandeza del imperio soviético. Por si acaso, los líderes occidentales, reunidos en el G7, se han apurado a dibujar la línea roja que Moscú no puede atravesar: ni un soldado en el lado ucranio de la frontera este con Rusia, o se verán obligados a aumentar las sanciones económicas. Unas sanciones que “harían pagar un precio” a la economía rusa.
Pero, de nuevo, la ausencia de Estados Unidos o de la OTAN como policía en la zona deja en mera reacción económica agresiones que, en otros años y en otras regiones, habrían causado una rápida intervención militar. Con EE UU retirada, Rusia tiene el terreno allanado para redibujar la zona con movimientos geoestratégicos magistrales como el aplicado en la península rusófona.
Colateralmente, la ausencia de presión militar por parte de Washington está obligando a Bruselas a repensar su política energética. El propio Barack Obama criticó directamente a los países europeos por cerrar puertas a ciertas fuentes de energía (como la energía nuclear o el gas obtenido por la polémica técnica del fracking). Aunque no las citó por su nombre, sí dejó claro que Estados Unidos ha tenido que tomar “decisiones duras” en ese sentido para poder vivir su boom energético actual, y pide a los europeos que sigan ese camino en vez de depender del gas de Moscú.
Las potencias regionales cubren el hueco dejado por el gigante americano: el caso sirio
Washington ha limitado de forma sorprendente su intervención en una de las peores guerras del momento, tanto por el número de muertes como por el impacto que puede tener en el polvorín de Oriente Medio y en la capacidad de influencia de su archienemigo Irán. Se trata de la guerra siria.
Lo que comenzó siendo un alzamiento de la población civil contra la represión del régimen de Bashar al Assad ha pasado a convertirse en una guerra abierta a tres bandas: el Ejército de Damasco, los insurgentes y los yihadistas oportunistas ligados al extremismo musulmán. En el medio, millones de civiles desplazados y unas cifras de muertos que rondan los 130.000, además de una incontable lista de violaciones de las leyes de la guerra y de crímenes contra la humanidad.
En un primer momento, Estados Unidos apostó tímidamente por el apoyo logístico. Al contrario que en otros casos, como el de Libia, imponer una zona de exclusión aérea podía suponer un cierto coste en vidas. Los sistemas antiaéreos del régimen sirio, de componentes rusos, no son los más avanzados del mundo, pero son razonablemente peligrosos.
Así que, con Washington mirando la guerra desde la barrera, el nicho geoestratégico lo están cubriendo terceros países. De un lado están, por supuesto, Irán y la milicia libanesa de Hezbolá, ambos apoyos tradicionales del régimen de de Al Assad, además de Rusia. La presencia de combatiente de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán ha quedado de manifiesto en diversos reportajes periodísticos. Tampoco Teherán se ha esforzado en disimular su intervención directa.
Del otro lado, Turquía y Arabia Saudí. Los turcomanos han dejado campar a sus anchas en la zona fronteriza a los insurgentes contra el régimen del molesto vecino, y han llegado a derribar un avión que presuntamente había violado su espacio aéreo persiguiéndolos. Por su parte, los dictadores saudíes y sus petrodólares han dotado de armamento y financiación a los levantados en armas.
Es, en el fondo, el mismo juego de siempre en la zona: el pulso entre el arco chií y los países suníes. La diferencia es que ahora Estados Unidos ha decidido mantenerse al margen (al contrario que durante la guerra entre Irán e Irak, por ejemplo), y eso permite a los actores pelear de forma más equilibrada, y por tanto con resultados más inciertos. No en vano la guerra siria parece mantenerse en unas sangrientas tablas, mientras el número de civiles muertos y desplazado aumenta cada día.
Las consecuencias geopolíticas son difíciles de prever, pero se teme un efecto dominó en la zona, una reacción en cadena que una vez desatada sea difícil de contener. Y que estas guerras se estén convirtiendo en un campo de entrenamiento de yihadistas a escala global. Los servicios de inteligencia europeos ya están alarmados por la vuelta a la vieja Europa de combatientes fogueados en la guerra Siria.
Regresa el multilateralismo
El repliegue internacional de Washington es numéricamente evidente. Tras terminar la batalla en Irak y Afganistán, la Administración Obama ha anunciado una importante reducción de tropas terrestres: desde los 520.000 soldados del Ejército de Tierra a los 440.000. Se jubilarían además diversos tipos de armamento y transporte, todo con una reducción del gasto de 34.000 millones  de dólares  (unos 25.000 millones de euros) con respecto a 2011.
Pero es que, además, esta vuelta a casa y reducción de tropas está siendo acompañada de un retorno al multilateralismo casi inconcebible hace no tanto. Recuérdese cómo estaba la situación de tensión internacional en 2003, el año en que comenzó la segunda invasión de Irak, y el repudio de la Administración George W. Bush a la presión internacional en contra de la guerra, y compárense con las estrategias de Barack Obama.

Europa Occidental toma un papel más activo en la guerra contra el islamismo radical
La intervención en Libia estuvo liderada por Francia y Reino Unido, no por Estados Unidos. En Washington se mantuvo en lo que eufemísticamente se llamó el “liderazgo desde la retaguardia” (leading from behind). Fue, además, una intervención aprobada por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que dio el visto bueno a la intervención internacional en apoyo de el Consejo Nacional de Transición.
Otro ejemplo en Malí: de nuevo ha sido Francia, y no Estados Unidos, la que ha liderado la guerra contra los islamistas ligados a la Internacional de Al Qaeda. París ha enviado casi 4.000 soldados en apoyo del gobierno de Bamako, que trata de recuperar el norte del país, controlado por rebeldes islamistas y tuareg. Así, con apoyo de la ONU, es Francia la que limpia el país de la sharia y de los campos de entrenamientos de islamistas, algunos de ellos relacionados con grupos terroristas como Al Qaeda en el Magreb.

Grupos marginales pueden aprovechar la apariencia de 'tigre de papel'
“La necesidad de Estados Unidos de salir de misiones humanitarias calamitosas [como el conflicto de Somalia en 1993], en la que 18 soldados murieron, estaba clara. Pero esa retirada vino acompañada de un error estratégico enorme: envalentonó la narrativa de la red emergente de Al Qaeda de que América era untigre de papel, lo que preparó el escenario para los ataques terroristas de 1990 y del 11 de septiembre de 2001”. El que se expresa en estos término no es un belicista republicano, sino Stuart Gottlieb, ex consejero demócratas y profesor de Política Exterior estadounidense y Seguridad Internacional en la Universidad de Columbia, en un artículo titulado, ¿Qué pasaría si Estados Unidos deja de patrullar el mundo?

En él, Gottlieb asegura que la Historia demuestra que cuando Estados Unidos se repliega otros regímenes más violentos o grupos radicales aprovechan el vacío. Así, tras la I Guerra Mundial, EE UU se aisló, tras la II redujo radicalmente sus tropas y tras Vietnam limitó la capacidad de los presidentes de lanzar guerras. En cada caso, hubo pretendientes que se aprovecharon de la retirada: Alemania y Japón en 1930, y la Unión Soviética en la posguerra mundial y tras Vietnam. Las consecuencias de todo ello son bien sabidas.
En el fondo, los grupos insurgentes o radicales siempre han aprovechado los momentos de tigre de papel de las grandes potencias dominantes de cada época. Ocurrió tras la retirada francesa de Argelia en los 60 o tras la retirada soviética de Afganistán a finales de los 80. Pero en nuestra era es Estados Unidos el poder bisagra del siglo XX y XXI. EE UU es el Reino Unido del siglo XXI.

lunes, 24 de marzo de 2014

El Salvador: pasar la página y empezar a escribir una nueva

Por Luis Montes Brito
Publicado por Long Island al Día
Es evidente que ni el FMLN ni ARENA pueden reclamar ser la primera fuerza política, los números no le dan ese aval a ninguno. La votación manda al diálogo.

El momento es tentador para que El Salvador se empantane en un debate estéril sobre “si gané o perdí las elecciones por pocos votos”. Los partidos fueron a la contienda con reglas e instancias definidas con anterioridad que señalan cuándo, dónde y cómo reclamar si hubiese inconformidades en los comicios.
A estas alturas del proceso electoral, pretender cambiar las reglas es percibido como una conducta  antidemocrática, simplemente inadmisible, la cual solo será contraproducente para el país y mayormente para quienes la promueven. Cada vez es menor el número de aquellos que alegan fraude. La serenidad y la razón vuelven gradualmente a su  nivel normal aislando a los inconformes. Los quejosos, además, están perdiendo valioso tiempo y concentración para  el próximo desafío electoral.  Un verdadero demócrata hace lo pertinente en este caso: felicitar públicamente por su victoria a Salvador Sánchez Cerén (SSC) y Oscar Ortiz. El aferrarse a una actitud rebelde sin asidero legal solo opera en contra de quien insista en ello.
Al ganar la presidencia de su país, SSC hace historia en varios puntos: a sus casi 70 años es la persona de mayor edad que recibirá la primera magistratura. Es el primer militante de la izquierda radical que alcanza el poder a través del voto. Es el primer combatiente que ha sido máximo comandante en las filas guerrilleras del FMLN y que ahora será Comandante General de las Fuerzas Armadas, acá merece detenerse un instante para reconocer el profesionalismo y evolución democrática de los militares salvadoreños, reflejado al aceptar sin aspavientos la voluntad popular expresada en las urnas y subordinarse sin deliberar a quien resultó ganador. También SSC históricamente es el presidente con más votos a favor y a su vez con más votos en contra. Asimismo, es el candidato que gana democráticamente la presidencia con el más estrecho margen de la historia.
Los salvadoreños no desconocen el pasado de SSC, un maestro de profesión, convertido en guerrillero quien ha forjado su carácter en el campo de la guerra y la clandestinidad. Sin duda es alguien acostumbrado a vivir situaciones difíciles y a tomar decisiones duras para superarlas. Su trayectoria es alabada por unos y condenada por otros. Ahora ya como presidente electo, esa discusión retórica es extemporánea, solo basta tener en mente que nadie puede cambiar su pasado pero si puede cambiar su futuro, ejemplos abundan en la historia reciente.
Por el bien del país es deseable que al nuevo presidente le vaya bien en su difícil gobierno que le espera. SSC puede sacar ventaja de su edad, experiencias y forma de vida.  Condiciones que  lo vuelven un líder paciente pero determinado, un hombre prudente,  ajeno a los exabruptos,  conciliador y sin sobresaltos, sabio guerrero para seleccionar sus batallas. SSC ha tenido una vida austera, a su edad sería ilógico tratar de volverse alguien que no ha sido. Su imagen pública de sencillez en su personalidad puede granjearle una buena aceptación de parte de la mayoría de salvadoreños.
Por los resultados en las urnas es evidente que los salvadoreños no desean gobernantes alejados de la realidad de su pueblo. Basta mirar la enorme aceptación en todos los sectores de la sociedad del país que gozan las figuras del Papa Francisco y del Presidente José Mujica, para entender el tipo de liderazgo que desean los votantes.
En El Salvador es evidente que ni el FMLN ni ARENA pueden reclamar ser la primera fuerza política, los números no le dan ese aval a ninguno. La votación manda al diálogo.
Los aduladores siempre han sido perjudiciales para la política, en el momento actual para El Salvador lo son aún más. Ambos partidos mayoritarios y demás fuerzas vivas tiene que detenerse y hacer una profunda reflexión interna a la luz de los resultados electorales. Hubo una significativa cantidad de votantes de derecha que votaron por la izquierda y viceversa. El voto cruzado que hubo es síntoma de una gran insatisfacción interna como externa en los partidos y con la clase política en general.
El repudio hacia la corrupción y el autoritarismo jugó un papel predominante a la hora de emitir el voto por lo tanto no debe ser ignorado. Los empresarios, políticos y miembros de la sociedad civil tendrán que ser más transparentes y en lugar de buscar contactos privados con el nuevo gobierno deben hacerlo públicamente, total lo que se busca es lo mejor para El Salvador. El doble discurso y la doble moral tienen que acabar.
La situación demanda encontrar puntos de coincidencia, avenidas de aproximación y reglas claras que generen confianza para establecer un diálogo respetuoso de la identidad política de vencedores y perdedores, dónde cada quien juegue el rol asignado por la voluntad popular y juntos construir un verdadero plan de nación.
Finalmente, el resultado de las elecciones también obliga a la clase política a no seguir ignorando a los salvadoreños en el exterior. Tal cual fue demostrado en estos comicios, las subsiguientes elecciones presidenciales se definirán por el apoyo del voto en el exterior, el cual responderá a aquel partido o candidato que se identifique con este importante sector para la economía del país y que a partir de hoy es elector clave para definir los futuros gobiernos salvadoreños.
Las elecciones presidenciales de 2014 terminaron, pasemos la página y juntos escribamos una nueva que permita transitar hacia un mejor futuro para todos. 

martes, 18 de marzo de 2014

Reflexión Martes 18 de Marzo

Por Luis Montes Brito

Buenos, buenos días! Arribamos al Martes “Ni te cases ni te embarques”. El sol sale para todos. Estamos a dos días del equinoccio de Marzo, fenómeno que ocurre en Marzo y Septiembre cada año. Técnicamente es el momento en el cual se considera que se da el cambio de estación.

La palabra equinoccio proviene del latín aequinoctium y significa «noche igual». En mis tiempos de joven, quien vulgarizó o popularizó esta palabra fue Jean Michelle Jarré, un intérprete francés de música electrónica. Me recuerdo que su música no faltaba en cualquier comercial o documental que abordara el tema del espacio o el futuro. Lo cierto es que el cambio de estación nos recuerda que tal como reza la frase atribuida a Heráclito “lo único constante es el cambio”, razón por la cual los humanos estamos diseñados para adaptarnos al mismo.

Cuando somos jóvenes ni siquiera imaginamos como será nuestra vida al llegar a los 50. Mi generación ha tenido la fortuna de vivir tiempos extraordinarios, socialmente, tecnológicamente y culturalmente hablando. Alcanzamos a ver lo magnifico de una vida tranquila, apacible y estable, de dos jornadas de trabajo al día, con la siesta de por medio. Vimos a nuestros padres que disfrutaron de un ambiente relativo de estabilidad laboral que hoy parece increíble. La gente ingresaba joven a una empresa y se jubilaba en la misma.

Hoy la incertidumbre está presente en casi todo. La tecnología se ha desarrollado exponencialmente, vimos desde el nacimiento de la primer calculadora de bolsillo que solo tenía las 4 operaciones matemáticas básicas hasta las potentes minicomputadoras que ahora porta un niño de 8 años en su celular. Los matrimonios eran más estables, ahora parece que también son descartables, la tolerancia parece hacerse cada vez menor y provocar cambios más acelerados aún.

La resistencia al cambio es natural al ser humano, somos animales de costumbre, pero la verdad es que tal como lo demostró Charles Darwin “solo las especies más fuertes sobreviven el cambio”. Algunas especies evolucionan, otras mutan, otras se mimetizan para sobrevivir al cambio. Muchas veces basta tan solo cambiar la forma de ver las cosas y aceptar la nueva realidad.

Hasta hace poco la frase era “cambiar el tape” hoy es “cambiar el chip”, pero igual, significa aceptar la nueva realidad. Aceptarla no solo significa sobrevivir, sino superarla y vencerla, para ello además de inteligencia, necesitamos voluntad, tenacidad y una Fe férrea de que los cambios no todo el tiempo son malos, que a veces son oportunidades para que surjan habilidades que hemos tenido por allí dormidas.


El cambio genera ansiedad, incertidumbre e inseguridad pero el no aceptarlo no es la solución. Mi reflexión no es a darse por vencido, al contrario mi reflexión es a mantener el espíritu de lucha incólume, a mantenernos combativos y desafiantes ante el nuevo entorno. No perdamos más el tiempo ni desperdiciemos energías valiosas en resistirnos, ocupemos todos nuestros sentidos para salir adelante en la nueva realidad que la vida nos depara a diario. Para eso hoy vamos con todo!

miércoles, 12 de marzo de 2014

Elecciones salvadoreñas: un tributo al “casi”

Por Luis Montes Brito

“Casi” es un adverbio utilizado frecuentemente en forma coloquial para referirse en español a algo que estuvo o está muy cerca de convertirse en realidad. Los resultados de la elección presidencial 2014 son un excelente ejemplo para su uso. En la primera vuelta electoral celebrada el pasado 2 de Febrero (2F) acudieron a las urnas casi 2.7 Millones de votantes que tuvieron el chance de elegir entre cinco opciones partidarias. De acuerdo a la ley salvadoreña si ninguno de los candidatos obtenía el 50%+1 del total de los votos emitidos habría una segunda vuelta electoral a celebrarse el 9 de Marzo (9M) entre los dos más votados.

El izquierdista FMLN “casi”  logra ganar la presidencia  en primera vuelta. Salvador Sánchez Cerén y Oscar Ortiz, candidatos a Presidente y vicepresidente, obtuvieron  el 48.93% del total de los votos. Les faltaron casi 28,000 para haber obtenido el porcentaje clave que hubiese evitado la segunda vuelta. 

Por su parte el derechista ARENA, el segundo partido en preferencia electoral, obtuvo el 2F un lejano 38.95% del total de los votos o sea 266,187 menos que el FMLN, equivalentes a casi 10 lejanos puntos porcentuales del partido de izquierda. Todo parecía consumado para la segunda vuelta, lucía que sería de mero trámite. Todas las encuestas coincidían que el 9M el FMLN barrería ampliando su ventaja a por lo menos 13 puntos. 

Qué pasó entre el 2F y el 9M?

A tan solo 10 días después de efectuadas la primera vuelta de las elecciones salvadoreñas, la complicada situación socioeconómica venezolana se deterioró el  12 de Febrero a nivel de estallido social. La agenda de medios nacionales del país centroamericano era copada en ese entonces por el manejo poco transparente de 10 millones de dólares por parte de Francisco Flores, exmandatario y hasta entonces principal asesor de Norman Quijano candidato presidencial de ARENA. Venezuela juega un papel importante en la política salvadoreña ya que es la principal fuente de financiamiento de la izquierda a través de la fundación de decenas de empresas domiciliadas en El Salvador, teniendo como buque insignia Alba Petróleos. Las imágenes de escases, pobreza y represión ocurridas en Venezuela y mostradas por medios nacionales e internacionales caló fuerte en el elector salvadoreño. El  contraste de vida entre la opulenta cúpula chavista y el abandonado pueblo venezolano es algo de lo cual los salvadoreños pueden atestiguar con varios casos de empresarios izquierdistas que súbitamente han pasado de proletarios a poderosos millonarios. 

Adicionalmente a nivel local en El Salvador, en la madrugada del 18 de febrero a pocas cuadras de la Residencia oficial del presidente de la República se suscitó un accidente automovilístico aún en discusión. En el cual se estrelló un lujoso Ferrari último modelo, cuyos dos ocupantes misteriosamente desparecieron del lugar del accidente. Rumores propagados por ARENA involucraron al mismísimo mandatario salvadoreño y militante del FMLN, Mauricio Funes. Casualmente éste fue operado de emergencia al siguiente día del accidente por una fractura de cadera. Estos hechos cuya relación no ha sido comprobada y por los cuales ya se entablaron demandas judiciales por difamación, alimentó el morbo del pueblo. La campaña de ARENA después del 2F contó con el experto rumorólogo venezolano J.J. Rendón, como su principal asesor.   

 El episodio automovilístico reunía todos los elementos que catapultan al éxito de taquilla a cualquier historia cinematográfica: sangre, drogas, corrupción,  infidelidad, poder y sexo. Todo aderezado con “casi” verdades y “casi” mentiras.  Como dicen en Hollywood para promocionar  sus dramáticas películas “una historia basada en hechos reales”.

Casi nadie creyó que lo descrito fuese afectar los resultados electorales del 9M. A lo lejos se oyó el llamado de un dirigente efemelenista a su militancia invitándola a no caer en triunfalismos. La sorpresa fue mayúscula para todos: ARENA contra todo pronóstico, contra la historia y contra la misma lógica en tan solo 37 días incrementó casi 450,000 votos, un espectacular 43.13% sobre su votación del 2F. 

Con los resultados obtenidos el 9M, la fórmula efemelenista casi pierde y casi gana, tan es así que el Tribunal Supremo electoral a pesar de haber finalizado el escrutinio preliminar que favorece a la fórmula izquierdista por 6,634 votos, no se atreve aún a categorizarlos como ganadores oficiales de los comicios. ARENA está pidiendo vehementemente la revisión de los votos  y agotará todas las gestiones legales, mediáticas y políticas antes de aceptar el triunfo de sus adversarios.

Con su votación el electorado sabiamente ha generado las condiciones siguientes: Resta legitimidad al ganador para declararse representante de los intereses de todos los salvadoreños. Niega el suficiente capital político al vencedor obligándolo a gobernar a través del diálogo. Manda a los perdedores a participar honestamente en la búsqueda de un plan de nación incluyente. Asimismo los votantes emitieron claros mandatos que no admiten discusión alguna, entre ellos: 1. No quieren que El Salvador se convierta en otra Venezuela gobernada autoritariamente con ideas chavistas  2. Demandan una oposición sensata, propositiva, no confrontativa, incluyente, al servicio de los intereses del  país y no a los de unos pocos. 3. No quieren que su presidente se conduzca en ostentosos vehículos dignos de jeques y acaudalados empresarios que en nada tienen que ver con la realidad del común de los salvadoreños dónde el 45.3% de la población vive en situación de pobreza. 4. Finalmente quieren autoridades que al ejercer su mandato eliminen de su léxico el casi para gobernar genuinamente para todos los salvadoreños.

miércoles, 12 de febrero de 2014

El Salvador antes, durante y después del 9 de marzo

Por Luis Montes Brito
Publicado por Long Island al Día

Las recientes elecciones presidenciales salvadoreñas confirman que este país está consolidando un punto de inflexión en su historia. La orientación de los votos obtenidos responde más a una tendencia social que a una ideológica. Nadie propuso al electorado un Socialismo del Siglo XXI, mucho menos Comunismo. De allí que sería una estafa, además de una estupidez, pretender llevar a la nación en ese rumbo. Lo que si hubo fue propuestas creíbles y claras de romper con la forma como se han hecho las cosas en el pasado reciente.

La enorme mayoría del electorado no está pensando en lo ocurrido durante los 200 años que esta tierra está a punto de cumplir como nación. De acuerdo a los resultados obtenidos, los votantes no se acuerdan ni del reciente conflicto interno, incluso los candidatos del FMLN que fueron protagonistas militares del mismo, intencionadamente renunciaron a basar su campaña sobre su trayectoria guerrillera.


La gente en El Salvador ha expresado claramente su deseo de una sociedad más plana, que haga desaparecer los privilegios de los reducidos grupos hegemónicos tradicionales. Ya no quieren funcionarios ni ciudadanos principescos que hagan alarde de las diferencias sociales, muchas de ellas obtenidas a través de prebendas y favoritismos gubernamentales.

El electorado quiere un sistema equilibrado, de libre competencia política y económica. Un sistema inclusivo, que permita una movilidad social ascendente.

Durante la campaña solamente UNIDAD la basó en propuestas concretas, cada quien puede juzgarlas como quiera, pero Tony Saca propuso, no ofendió ni insultó a sus adversarios.

Hablando del futuro
El FMLN en una estrategia de tenaza, el brazo compuesto por el partido y Alba, ofreció esperanza, abandonando el rojo y vistiéndose de blanco, habló a los niños, los jóvenes y los ancianos, al empresariado. Habló de inclusión, de oportunidades, mostró emotivos pero sobre todo convincentes testimoniales en su impecable campaña mediática. Habló del futuro ofreciendo profundizar cambios aunque sin explicar cómo.
En el otro brazo de la tenaza efemelenista, ejecutado magistralmente por el presidente Funes, mostró la fuerza, el revanchismo, la determinación, el carácter para acusar, perseguir y castigar a los otrora grupos poderosos, a quienes pintó en la mente del electorado como grupos aprovechados que se han servido a sus anchas de la cosa pública con el único fin de enriquecerse a costas de la bolsa del estado y por ende del pueblo.
Desprecio y prepotencia  
Por su lado ARENA, ofreció una campaña, que inició muy mal al expulsar al líder más popular de su partido, Tony Saca, haciendo gala del desprecio y prepotencia para tratar a uno de sus hijos destacados. De las pocas cosas acertadas que ha tenido su campaña fue empezarla temprano. La soberbia fue ganándole cada vez más espacio a la razón y se equivocaron trágicamente. Se equivocaron de target, primero eligieron a Saca, gastaron millonarios recursos en desprestigiarlo, sobre todo tiempo vital. 
Los últimos 4 meses sin abandonar los ataques hacia Saca, ARENA retomó un nuevo blanco, pero volvieron a errar, esta vez tampoco fue el candidato efemelenista, ahora fue el presidente Funes. Vaya manera más torpe de equivocarse, tomaron al menos indicado: el político más popular de El Salvador, quién precisamente basa su popularidad en su capacidad de confrontar a los grupos de poder de izquierda y derecha. Los estrategas de ARENA y los donantes de la cúpula empresarial fallaron infantilmente. Es más, tuvieron la oportunidad de hacer las paces con Funes cuando éste tuvo un serio impase con el FMLN y su soberbia se los impidió.
El miedo ya no funciona
Por su parte los dirigentes efemelenistas rectificaron oportunamente su discurso mientras en ARENA connotados miembros, de lo que se conoce como el G20, apostaron a la costumbre y el miedo, sin darse cuenta que el escenario había cambiado drásticamente en su contra. Hoy ya no poseían el monopolio de medios de comunicación, ni siquiera eran ya los más fuertes financieramente hablando y además, las instituciones del estado ya no respondían a sus intereses. 
Los estrategas y los mandamases de ARENA jugaron en el terreno donde el presidente es más fuerte, sin más escudo que la soberbia y el recuerdo de un pasado reciente donde fueron todopoderosos. Además de su popularidad, Funes dispone de todos los recursos del estado para hacer sentir su mando y no le tiembla el pulso para demostrarlo. 
A todo esto, el candidato efemelenista, que no puede ocultar sus debilidades comunicacionales transitó libremente hacia la meta. Los resultados son evidentes. Ganó la estrategia de la izquierda. El FMLN está a punto no solo de ganar la presidencia, sino de sentar sólidas bases para obtener el 2015 una mayoría simple en la conformación de la Asamblea Legislativa. 
El destino de ARENA 
Como es natural ante el resultado obtenido, los donantes de la campaña de ARENA se han reducido considerablemente, no es de extrañar si algunos ya están financiando la campaña de enfrente. Imaginémonos qué pasará con la campaña del próximo año. 
Tony Saca tiene una cuarta parte del voto total de la derecha salvadoreña, después del 9 de Marzo ante la inminente reestructuración de ARENA este porcentaje crecerá. Dentro de ARENA no existe un tan solo líder que maneje personalmente ni la mitad de ese capital político. Ayer fue ARENA quién marginó a Tony Saca, veremos si éste después de la segunda vuelta rescata lo que quede de ella, o simplemente esas 5 letras tengan tanta radiactividad política en el electorado salvadoreño que su máxima capacidad sea convertirse en una fuerza legislativa con un poder muy limitado de negociación.