miércoles, 12 de febrero de 2014

El Salvador antes, durante y después del 9 de marzo

Por Luis Montes Brito
Publicado por Long Island al Día

Las recientes elecciones presidenciales salvadoreñas confirman que este país está consolidando un punto de inflexión en su historia. La orientación de los votos obtenidos responde más a una tendencia social que a una ideológica. Nadie propuso al electorado un Socialismo del Siglo XXI, mucho menos Comunismo. De allí que sería una estafa, además de una estupidez, pretender llevar a la nación en ese rumbo. Lo que si hubo fue propuestas creíbles y claras de romper con la forma como se han hecho las cosas en el pasado reciente.

La enorme mayoría del electorado no está pensando en lo ocurrido durante los 200 años que esta tierra está a punto de cumplir como nación. De acuerdo a los resultados obtenidos, los votantes no se acuerdan ni del reciente conflicto interno, incluso los candidatos del FMLN que fueron protagonistas militares del mismo, intencionadamente renunciaron a basar su campaña sobre su trayectoria guerrillera.


La gente en El Salvador ha expresado claramente su deseo de una sociedad más plana, que haga desaparecer los privilegios de los reducidos grupos hegemónicos tradicionales. Ya no quieren funcionarios ni ciudadanos principescos que hagan alarde de las diferencias sociales, muchas de ellas obtenidas a través de prebendas y favoritismos gubernamentales.

El electorado quiere un sistema equilibrado, de libre competencia política y económica. Un sistema inclusivo, que permita una movilidad social ascendente.

Durante la campaña solamente UNIDAD la basó en propuestas concretas, cada quien puede juzgarlas como quiera, pero Tony Saca propuso, no ofendió ni insultó a sus adversarios.

Hablando del futuro
El FMLN en una estrategia de tenaza, el brazo compuesto por el partido y Alba, ofreció esperanza, abandonando el rojo y vistiéndose de blanco, habló a los niños, los jóvenes y los ancianos, al empresariado. Habló de inclusión, de oportunidades, mostró emotivos pero sobre todo convincentes testimoniales en su impecable campaña mediática. Habló del futuro ofreciendo profundizar cambios aunque sin explicar cómo.
En el otro brazo de la tenaza efemelenista, ejecutado magistralmente por el presidente Funes, mostró la fuerza, el revanchismo, la determinación, el carácter para acusar, perseguir y castigar a los otrora grupos poderosos, a quienes pintó en la mente del electorado como grupos aprovechados que se han servido a sus anchas de la cosa pública con el único fin de enriquecerse a costas de la bolsa del estado y por ende del pueblo.
Desprecio y prepotencia  
Por su lado ARENA, ofreció una campaña, que inició muy mal al expulsar al líder más popular de su partido, Tony Saca, haciendo gala del desprecio y prepotencia para tratar a uno de sus hijos destacados. De las pocas cosas acertadas que ha tenido su campaña fue empezarla temprano. La soberbia fue ganándole cada vez más espacio a la razón y se equivocaron trágicamente. Se equivocaron de target, primero eligieron a Saca, gastaron millonarios recursos en desprestigiarlo, sobre todo tiempo vital. 
Los últimos 4 meses sin abandonar los ataques hacia Saca, ARENA retomó un nuevo blanco, pero volvieron a errar, esta vez tampoco fue el candidato efemelenista, ahora fue el presidente Funes. Vaya manera más torpe de equivocarse, tomaron al menos indicado: el político más popular de El Salvador, quién precisamente basa su popularidad en su capacidad de confrontar a los grupos de poder de izquierda y derecha. Los estrategas de ARENA y los donantes de la cúpula empresarial fallaron infantilmente. Es más, tuvieron la oportunidad de hacer las paces con Funes cuando éste tuvo un serio impase con el FMLN y su soberbia se los impidió.
El miedo ya no funciona
Por su parte los dirigentes efemelenistas rectificaron oportunamente su discurso mientras en ARENA connotados miembros, de lo que se conoce como el G20, apostaron a la costumbre y el miedo, sin darse cuenta que el escenario había cambiado drásticamente en su contra. Hoy ya no poseían el monopolio de medios de comunicación, ni siquiera eran ya los más fuertes financieramente hablando y además, las instituciones del estado ya no respondían a sus intereses. 
Los estrategas y los mandamases de ARENA jugaron en el terreno donde el presidente es más fuerte, sin más escudo que la soberbia y el recuerdo de un pasado reciente donde fueron todopoderosos. Además de su popularidad, Funes dispone de todos los recursos del estado para hacer sentir su mando y no le tiembla el pulso para demostrarlo. 
A todo esto, el candidato efemelenista, que no puede ocultar sus debilidades comunicacionales transitó libremente hacia la meta. Los resultados son evidentes. Ganó la estrategia de la izquierda. El FMLN está a punto no solo de ganar la presidencia, sino de sentar sólidas bases para obtener el 2015 una mayoría simple en la conformación de la Asamblea Legislativa. 
El destino de ARENA 
Como es natural ante el resultado obtenido, los donantes de la campaña de ARENA se han reducido considerablemente, no es de extrañar si algunos ya están financiando la campaña de enfrente. Imaginémonos qué pasará con la campaña del próximo año. 
Tony Saca tiene una cuarta parte del voto total de la derecha salvadoreña, después del 9 de Marzo ante la inminente reestructuración de ARENA este porcentaje crecerá. Dentro de ARENA no existe un tan solo líder que maneje personalmente ni la mitad de ese capital político. Ayer fue ARENA quién marginó a Tony Saca, veremos si éste después de la segunda vuelta rescata lo que quede de ella, o simplemente esas 5 letras tengan tanta radiactividad política en el electorado salvadoreño que su máxima capacidad sea convertirse en una fuerza legislativa con un poder muy limitado de negociación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario