miércoles, 11 de noviembre de 2009

Una tormenta más débil (que el huracán Ida) devastó El Salvador

Foto recibida de parte de compatriotas via correo electrónico para solicitar la solidaridad de los salvadoreños en el exterior.


Comparto con usted la traducción libre de un artículo aparecido el lunes anterior en el prestigioso medio escrito The New York Times, donde revelan que la más reciente desgracia natural sufrida por El Salvador no fue causada por el “huracán Ida” como equivocadamente se ha manejado mediáticamente por el gobierno salvadoreño. El mismo artículo señala que la falta de una alerta temprana, en este caso la obligación recae en las autoridades salvadoreñas y no en autoridades extranjeras, pesó muchísimo en la magnitud del desastre.

En el momento actual lo importante es unir esfuerzos todos, los salvadoreños y la solidaridad internacional, para enfrentar las consecuencias sufridas. En una entrega posterior compartiremos nuestra opinión sobre el manejo de la crisis, la falta de previsión de gobiernos anteriores, la novatez de los actuales funcionarios de gobierno, la desarticulación por motivos políticos de los equipos de expertos en temas tan sensibles, la falta de acción oportuna y la falta de idoneidad de los nuevos funcionarios, factores todos que han pesado en los trágicos resultados de este desastre natural que pudieron haberse disminuido sensiblemente.

Dejo con ustedes la traducción de la noticia aparecida.

Por Marc Lacey y Elisabeth Malkin
Publicado por The New York Times: 9 de noviembre 2009

MEXICO - La devastadora tormenta que afectó a El Salvador el fin de semana no fue el huracán (Ida) que arrasó la región (centroamericana) al mismo tiempo, de hecho (la tormenta) ni siquiera mereció un nombre – a la cual se le dio poca importancia hasta después de que al menos 140 personas murieron cuando se desbordaron los ríos y las laderas se derrumbaron bajo el asedio de la lluvia incesante.

Rodrigo Abd / Associated Press

La calle estaba cubierta de rocas de un deslizamiento de tierra en Verapaz, al este de San Salvador, El Salvador el lunes.

Mientras el huracán Ida batió a lo largo de la costa atlántica de América Central la semana pasada, primero como una tormenta tropical, asestó golpes a Honduras Nicaragua mientras El Salvador estaba intacta, dijeron expertos en huracanes.

Sin embargo, otro patrón del tiempo que los meteorólogos describen como una célula de baja presión relativamente pequeña afectó luego a El Salvador, que estaba en medio de la temporada de lluvias, desde el oeste. La cual cernía sobre el paisaje montañoso desde la noche del sábado hasta el domingo por la noche, trayendo consigo enormes cantidades de lluvia y la peor destrucción que ha visto el país, propenso a los desastres naturales, en más de una década.

"(El Huracán) Ida no tuvo nada que ver con eso", dijo el teniente comandante Dave Roberts, enlace de la Marina de los Estados Unidos destacado en el Centro Nacional de Huracanes en Miami.

Eso no es un consuelo para una nación que encontró (después de la tormenta) a muchos de sus pueblos y caminos cubiertos por una gruesa capa de barro.

Al menos 1.500 casas han sido destruidas y dañadas, dijo Edin Martínez, viceministro de la vivienda. Muchos de los muertos eran niños, según informes locales de prensa.

Mauricio Martínez, un taxista, perdió a su esposa, Lolita, a su hijo Benjamín de 14 años, y dos sobrinas de su esposa, Emilia, 9, y Gabriela, 6, después de una ola de lodo caída desde una ladera en la casa de la familia ubicada en San Martín, un suburbio de San Salvador.

"Fue como una explosión", dijo Abraham Hernández, un vecino, que vio caer las paredes de la casa de bloques de hormigón y a Benjamín, enterrado hasta el cuello, gritando por ayuda.

La destrucción generalizada evidenció la vulnerabilidad de América Central, donde los pueblos se construyen a menudo en las bases de las montañas y en las orillas de los ríos propensos a inundaciones.

Incluso después ya con los cielos en calma, llegar a algunas de las regiones devastadas ha demostrado ser un reto para los trabajadores de rescate quienes han utilizado helicópteros y botes para llegar al pueblo de Verapaz, donde 16 personas murieron y otras 47 están desaparecidas después de que el volcán Chichontepec colapsara sobre los techos de las casas, reportaron las agencias de noticias.

El Presidente Mauricio Funes dijo que la tormenta (del fin de semana) produjo tanta lluvia, en la parte central de El Salvador, como lo hizo el huracán Mitch durante cuatro días en 1998.

"Las imágenes hablan claramente," dijo el señor Funes a los periodistas, mientras recorría las calles de Verapaz, el lunes. "Esto es un desastre".

El Dijo que los sucesivos aplazamientos de proyectos de obras públicas de los gobiernos anteriores jugó un papel en la destrucción. "Es una historia que se repite cada invierno, pero que debe tener, de una vez por todas, un punto (final), una respuesta definitiva y total", dijo.

En el Centro Nacional de Huracanes (en Miami), los meteorólogos dijeron que se habían dado cuenta de la tormenta pero que no se emitió la alerta al respecto. "Fue muy, muy débil la zona de perturbación del clima, dijo el comandante dijo Roberts. "Nosotros estábamos dándole seguimiento a ésta. Se podía ver en las imágenes de satélite. Pero abandonamos (el seguimiento) porque era tan débil y no tenía el potencial para convertirse en un ciclón tropical. "

Los meteorólogos salvadoreños pusieron una advertencia para el huracán (Ida) y la tormenta sin nombre la semana pasada, advirtiendo a los residentes de posibles deslizamientos de tierra y posibles aumento súbitos de de los cauces a lo largo de los ríos. Sin embargo, la intensidad de las lluvias parece que tomó a todos por sorpresa.

"Hay un sombrío aire triste", dijo Laura Mata, una trabajadora de socorro de Visión Mundial, quien describió en una entrevista telefónica como las calles estaban bloqueadas por los escombros y como las casas fueron arrasadas en el camino a San Vicente, donde el daño fue el peor.

"Muchas de las casas estaban hechas de láminas o de barro. Ellas desaparecieron", dijo.

Gene Palumbo contribuyó reportando desde San Martín, El Salvador.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo con el autor de este articulo. Aca en San Salvador, cualquiera con dos dedos de frente al ver el sabado llover por mas de dos horas , sin pensarlo era declarar alerta roja y evacuar, en el peor de los casos. Pero con el informe del Snet del sabado por la mañana era sufieciente para ejecutar las acciones antes descritas.

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