Mostrando entradas con la etiqueta Arte. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Arte. Mostrar todas las entradas

domingo, 30 de diciembre de 2012

Carlos Cañas un francotirador origen de la pintura contemporánea en El Salvador


Tomado de El Diario de Hoy


El genio que se hizo francotirador

Ganador del premio Nacional de Cultura 2012

Otra mano dibujó a Carlos Cañas. Una cósmica. De esas que trazan sed de infinito en la mirada y el corazón para buscar múltiples caminos de profesionalización y experimentación. Él los ha recorrido todos en las distintas disciplinas de las artes pláticas: dibujo, pintura, cerámica, escultura, grabado. En todas se ha movido con envidiable solvencia. Eso lo convirtió en un maestro y obligada referencia para sus coetáneos y otras generaciones. En su andar se ha hecho acompañar de poesía, la filosofía y la política.
"Hacer pintura es una actividad política", ha declarado siempre, Carlos Cañas.
                                           El Sumpul
Por eso es que, desde que tiró los dados, asumió el resultado de su apuesta: "ser siempre el primero. Ser el conductor" de la pintura en El Salvador, aunque eso le dejara solo "como un francotirador que se salva por su propia cuenta".
Considerado como el precursor del arte abstracto en este país centroamericano, Cañas desde sus inicios tuvo como centro de su trabajo al ser humano marginal, periférico, olvidado.

Carlos Cañas y su inseparable compañera su esposa Carmen
"La vida me llevó a estar vinculado con el pueblo. Estoy amarrado a él. Mi pintura social no pintó al campesino como alguien derrotado, sino todo lo contrario".
Sus primeros trabajos muestran el cuerpo humano de sus paisanos: hombres y mujeres con rasgos indígenas con tonos que emanan del color de la tierra, de la agricultura. Su viaje a España y su sed de conocimiento lo conducen por trabajos que a ratos rozan el cubismo, el surrealismo, la figuración. Otros llegan con vehemencia al expresionismo figurativo. Pero ha sido en la abstracción donde su rúbrica brilla sin competencia.
"El arte abstracto lo hice yo, lo hice con escuela. Yo llegué al concepto de lo abstracto", declara sin aspaviento el maestro, Cañas. O para dejarlo más claro, sin que le tiemble el pulso, asevera:
"Soy el origen de la pintura contemporánea en El Salvador".
Cúpula del Teatro Nacional de El Salvador, pintada por Carlos Cañas
Entre las series destacadas, polémicas y nada políticamente correctas están: "Terror y ternura". De esa producción destaca la obra "Niño chupando caña", todo un emblema que hace honor al título. O "Testimonios", que es toda una denuncia del mal que eclipsó a El Salvador. El paseo al purgatorio terrenal lo pone con la serie "De hospitales".
"Pinto sobre la realidad histórica y la realidad vivida", repite al ver su obra, el virtuoso.
Carlos Cañas y su sobrina también pintora Tatiana Cañas
Enlaces relacionados:
Fuente de algunas fotos en este artículo Tatiana Cañas de Montes







martes, 25 de diciembre de 2012

Actor protagonista de Pablo Escobar es hombre del año en Colombia


Tomado de ABC

Andrés Parra, el actor que encarnó a Pablo Escobar, personaje del año en Colombia

Por  Alejandra de Vengoechea

El capo del cártel de Medellín se le aparecía en sueños durante el rodaje de la serie de televisión que ha sido todo un éxito

Tiene 34 años y cuando sólo tenía diez dejó del colegio porque quería aprender teatro. Comedor impulsivo de uñas, Andrés Parra, el actor que encarnó al capo del narcotráfico en la serie de televisión «Pablo Escobar, el patrón del mal», una de las más vistas este año enColombia, fue elegido por la revista «Elenco» como el personaje del año.

En entrevista con el diario «El Espectador», Parra había contado que para interpretar a Escobar, muerto en un operativo en 1993, necesitó que le asesoraran un puñado de psicólogos. «Me costaba mucho trabajo entender la personalidad tan contradictoria de Escobar. Siempre baso mis personajes en un enorme trabajo de investigación, pero en este caso tuve que solicitar ayuda profesional de psicólogos, algo a lo que nunca antes había recurrido para poder interpretar un papel».
«Estos individuos son un poco como "autodioses"; ellos tienen la capacidad de crear sus propias normas éticas y morales que los benefician solo a ellos. No forman parte de la sociedad. De cierta manera, ellos crean su propio universo en el que los asesinatos y el terrorismo están bien; es parte de lo que tienen que hacer», apuntó.

Parra cuenta en su blog que su obsesión por la actuación nació el día en que vio a un compañero del colegio vestido de rey para una representación teatral. 
Hoy, este hombre que fue mayordomo y lavó coches para sostener a su hijo nacido en 2001 tiene claro por qué fue elegido el personaje del año. «El público cada vez está pidiendo más personajes con los que sí se puede identificar, y las series que Colombia están teniendo un tinte naturalista y realista muy interesante», contó en «Elenco».
Para lograr a su personaje, que impactó por lo real no sólo en lo físico sino en lo mental, Parra no duda. Eso se logra trabajando duro. Disciplina, tesón, empeño. «Fueron muchas las horas trabajando solo. En un momento me fui a la finca de mi padre para encerrarme. Preparé a Escobar en la Navidad pasada. Eso es trabajar y hacer la tarea. Los actores somos muy vagos pues no hay un entrenamiento preciso, como los bailarines que tienen su barra o los pianistas que saben que si no entrenan un día se les comienzan a dormir las manos».
Parra está de descanso. Dice que quedó agotado no tanto por cargar con el peso de ser Escobar sino por las jornadas, los horarios, el estar obsesionando hasta en los sueños con él.
«Soñaba mucho con él, sobre todo al principio. Estoy convencido de que ese "man" (el espíritu de Escobar) en algún momento estuvo por ahí rondando y opinando, porque yo lo invoqué durante un año, todos los días y a todas horas. En el sueño me llamaba Andrés; estábamos en una sala y él con la ropa del Congreso, cuando se puso corbata».

viernes, 28 de septiembre de 2012

Inmortalizan en estatua cabezazo que Zinedine Zidane propinó a Materazzi

Tomado de RFI
El artista algeriano Adel Abdessemed inmortalizó el cabezazo dao por Zinedine Zidane a Marco Materazzi durante la final de la Copa Mundial de Fútbol de 2006

El cabezazo de Zidane se instala frente al Pompidou
Una estatua que inmortaliza la célebre agresión del futbolista francés contra el italiano Marco Materrazi en la final del Mundial 2006 fue inaugurada frente al centro cultural Georges Pompidou de París. ‘Esta es una oda a la derrota’, resumió el comisario de la exposición.

La estatua de bronce, de más de cinco metros de altura, se alza desde el martes en la plaza de Beaubourg, frente al museo de arte moderno Centre Pompidou de París.

El transeúnte, y sobre todo si es francés, reconoce de inmediato la imagen icónica del célebre cabezazo del francés Zinedine Zidane al italiano Marco Materazzi en la final del Mundial de fútbol de 2006.

En los últimos minutos de la final de la copa, en el Olympiastadion de Berlín, Zidane dio un cabezazo en el pecho a Materazzi, que acababa de provocarlo verbalmente: fue expulsado por ello, en el día en el que se retiraba del fútbol.

La obra que resultó del incidente y dio lugar a ríos de tinta en la prensa francesa, fue realizada por el artista de origen argelino Adel Abdessemed, cuyo trabajo es objeto de una gran exposición hasta el 7 de enero bajo el título "Soy inocente".

"Esta estatua se enfrenta a la tradición, que consiste en hacer estatuas en honor de algunas victorias. Esta es una oda a la derrota", explica Philippe Alain Michaud, el comisario de la exposición.

Nacido en Argelia en 1971, Adel Abdessemed dejó en 1994 su país, en un momento donde la situación allí era particularmente violenta.

miércoles, 11 de julio de 2012

The Rolling Stones cumplen 50 años de “rodar las piedras”

Tomado de El País 

Ron, Mick Jagger, Keith Richards y Charlie Watts 

Hoy Juves 12 de Julio se cumplen 50 años del debut de los Rolling Stones en el Marquee de Londres

Los miembros de ‘Mick Jagger and the Rollin’ Stones’ cobraron 20 libras por hacer de teloneros
Por Diego A. Manrique
Ocurrió tal día como hoy, hace medio siglo. Jueves 12 de julio de 1962 en el Marquee Club londinense, entonces situado en un sótano de Oxford Street, debutó un sexteto, anunciado como Mick Jagger and the Rollin’ Stones. No eran la atracción principal: servían de teloneros al vocalista Long John Baldry. Pero salieron airosos del compromiso y se repartieron veinte libras esterlinas.
Un viajero del futuro no habría tenido problemas en reconocerlos. Al menos, al trío de la primera línea: Mick Jagger al micrófono más dos guitarristas, Keith Richards y Brian Jones. Otro asunto sería la sección de ritmo: el bajista Dick Taylor, que alcanzaría cierta fama con los Pretty Things, y el baterista Mick Avory, que se integraría en The Kinks. Y el pianista Ian Stu Stewart, inmortalizado en la particular Historia universal de la infamia de la música pop como el leal compañero que fue fríamente expulsado de los Stones —"no da el tipo", sentenció el manager— pero se mantuvo a su lado como ayudante para todo.
Gracias al minucioso diario de Stu, sabemos el repertorio que tocaron aquella noche. Ni una sola canción propia: temas de Jimmy Reed, Elmore James, Muddy Waters (el nombre derivaba de su majestuoso Rollin’ stone) y, gran audacia, Chuck Berry. Interpretar piezas del padre del rock and roll suponía un sacrilegio en el mundillo en que estos chavales se movían: fanáticos del blues, coleccionistas pasados a los escenarios con espíritu misionero.
En realidad, los Rollin’ Stones (tardarían unos meses en añadir la g) nacieron como grupo satélite de las más prestigiosa agrupación de bluesmen del delta del Támesis: Blues Incorporated, donde Alexis Korner permitía a Jagger cantar algunos números. Cuando Blues Incorporated saltó a la BBC, los alevines se encargaron de algunos bolos menores, como las actuaciones de los jueves en el Marquee.

2008: Jagger, Ron Wood, Watts y Richards.

El jefe de aquellos Rolling Stones era Brian Jones, un pillo sexualmente precoz, que destacaba por saber tocar la guitarra con slide (un tubito de metal o un cuello de botella). Jones ponía los anuncios para buscar instrumentistas, defendía las virtudes del rhythm and blues en cartas a las revistas y se preocupó de meter al grupo en un estudio para grabar una maqueta.
Pero las miradas convergían en Jagger. En vez de estar tieso como un palo, como (equivocadamente) se imaginaba la gente a los bluesmen de Chicago, Mick sacudía tímidamente el trasero y movía los brazos, a veces tocando maracas. Los puristas torcían el gesto pero, maravilla, las chicas se sentían atraídas. El blues estaba de moda y los Rolling Stones no tenían inconveniente en animar las fiestas de algunos retoños de la alta sociedad.
Al fin y al cabo, Jagger era un sólido producto de la clase media. Tan buen estudiante, tan formal, que su padre, profesor de gimnasia, adelantó el dinero necesario para que los chicos pudieran alquilar unos amplificadores que les permitieran sonar decentemente en el Marquee. Por el contrario, Keith Richards parecía un proletario desubicado, digno de toda sospecha entre los fundamentalistas del blues: a él le atribuían esa debilidad por los tiempos rápidos, tan propios de los... gamberros.
Charlie Watts, que acudió al concierto del Marquee, asegura que lo pilló enseguida. Imitar a los músicos negros podía ser moralmente satisfactorio pero el riesgo —y la ganancia— residía en acercarse al inmenso público juvenil. Watts se había negado a juntarse a los Stones: trabajaba en una agencia publicitaria y se desahogaba tocando música más jazzística. Terminaría entrando en la banda en 1963, cuando ya se había incorporado un bajista serio y maduro, Bill Wyman.
Todavía les quedaba mucho por aprender: grabar discos, componer temas originales, enfrentarse a los estadounidenses. Obviamente, ninguno de ellos hubiera apostado por medio siglo de longevidad. Es tan inconcebible que ahora no saben muy bien cómo cerrar tan prodigiosa aventura: no necesitan el dinero y se arriesgan a hacer el ridículo. Este año, las altas esferas les tentaron para participar en los actos de los Juegos Olímpicos londinenses.
Pero los Rolling Stones son, siempre lo han sido, una maquinaria lenta, que requiere semanas de ensayos para volver a coger el punto. Si vuelven para despedirse, se asegurarían de hacerlo con la máxima dignidad. Presentando canciones nuevas y con todos los ases en la manga.
Cinco décadas de simpatía por el diablo
En 1962 forman la banda Brian Jones, Mick Jagger, Keith Richards, Ian Stewart, Geoff Bradford y Dick Taylor. Jones fue despedido en 1969 y falleció ese año. En 1975 ingresó Ron Wood.
En 1971 lanzan el single 'Brown sugar', Jagger se casa con Bianca Pérez-Mora y en 1972 se publica su 'Exile on main street.
1985 fue año de proyectos solistas. Afloran conflictos y muere el cofundador Ian Stewart, mediador entre Richards y Jagger.
En 1994 lanzan 'Voodoo lounge', que les vuelve a encumbrar.
Keith Richards publica en 2010 unas memorias en las que carga contra Jagger y resucita la eterna rivalidad.

viernes, 25 de mayo de 2012

Jardín Botánico de Nueva York recrea jardines pintados por Monet

Agencias Noticiosas

El Botánico de Nueva York recrea los icónicos jardines de Giverny (Francia) pintados por Claude Monet con una muestra que cuenta con más de doscientas variedades de flores y en la que se pueden ver dos obras del maestro impresionista francés, una de ellas jamás expuesta en Estados Unidos.

Por Teresa de Miguel

Los icónicos jardines de Giverny, en Francia, pintados por Claude Monet han sido recreados en el Botánico de Nueva York a través de una exposición que cuenta con más de doscientas variedades de flores y en la que se pueden contemplar dos obras del pintor impresionista. "Fue muy desafiante tratar de evocar la belleza de los jardines que tanta gente ha experimentado a través de las pinturas de Monet, pero, cuanto más aprendíamos de Monet 'el jardinero', más divertido resultaba el proyecto", explicó hoy a Efe el vicepresidente de horticultura y colecciones vivas del Jardín Botánico, Todd Forrest.
Con la ayuda del diseñador de decorados Scott Pask, galardonado con tres premios Tony por su trabajo en obras de Broadway como "Nine", la exposición traslada al visitante hasta la casa y los jardines de Giverny donde vivió el impresionista desde 1883 hasta su muerte, en 1926.
"El jardín de Monet" reproduce en el Botánico de la Gran Manzana, no solo el jardín y el famoso estanque de nenúfares del francés, sino también la propia fachada de su casa, su icónico puente de estilo japonés y el camino de entrada a la vivienda que fue su refugio e inspiración.
"Cualquiera que haya estado en Giverny reconocerá inmediatamente los elementos arquitectónicos claves de su jardín, que también son elementos claves de las pinturas en las que Monet lo representaba", explicó Forrest, quien calificó al pintor impresionista como un "aventurero jardinero".


El invernadero de cristal de estilo victoriano del Botánico, situado en el barrio del Bronx, se ha poblado de más de doscientas variedades diferentes de plantas, entre las que destacan los lirios, las dedaleras y los delfinios, los mismos tipos que se sabe que cultivaba Monet en su jardín, puesto que llevaba un detallado registro.
"Él era un increíble coleccionista de plantas, siempre estaba buscando nuevas variedades para incluir en su jardín, para hacerlo más bello, más colorido y, en última instancia, más inspirador para poder pintarlo", añadió el experto del Jardín Botánico, que ha trabajado junto al comisario Paul Hayes para hacer posible la muestra.
A partir de julio, el Botánico recreará el famoso estanque de nenúfares de Monet (1840-1926), que contará con seis variedades que han sido compradas en el mismo vivero de Francia donde se sabe que el artista compró en 1904 sus nenúfares, una de las grandes pasiones de un hombre que llegó a declarar que le debía a las flores el haberse convertido en pintor.
La muestra, por la que habrán pasado un total de seiscientos tipos diferentes de florescuando se clausure el 21 de octubre, ha tomado prestada del museo Marmottan Monet de París la paleta de colores que el pintor impresionista utilizó durante años para impregnar su pincel, así como dos obras poco conocidas que por primera vez se exponen juntas.
"El jardín del artista en Giverny", creada en torno a 1900 y propiedad de la galería de arte de la universidad de Yale, representa un camino que atraviesa un campo de lirios morados y otras flores rosas, pero dominado también por el verde del césped y los árboles de ese jardín.
Esa obra se expone en una "yuxtaposición perfecta" junto a "Lirios", un lienzo más oscuro, jamás expuesto antes en Estados Unidos, que reproduce cinco llamativas flores y pone de manifiesto la etapa de ansiedad que atravesaba el artista hacia 1915.
A pesar de que muchos han sido los pintores que han dedicado sus pinceladas a las flores y los paisajes, el Botánico ha elegido a Monet porque "muy pocos han tenido la misma pasión por la jardinería que él. Construyó sus propios jardines, tuvo tres a lo largo de su vida, y el de Giverny fue su obra maestra", explicó Forrest.

jueves, 17 de mayo de 2012

Muere Donna Summer, reina de la música disco

Tomado de ABC


La cantante estadounidense, reina de la música disco, ha fallecido en Florida tras una larga batalla contra el cáncer

POR MANUEL DE LA FUENTE

La cantante estadounidense Donna Summer, «la reina de la música disco», ha fallecido en Florida a los 63 años, víctima de un cáncer de mama. «Esta mañana perdimos a Donna Summer Sudano, una mujer con muchas dotes, la mayor de ellas su fe», declaró su familia en un comunicado difundido a medios locales. 

La ganadora de cinco premios Grammy había tratado de mantener con discreción su enfermedad y seguía trabajando en un nuevo disco, según detalló al portal TMZ un allegado de la artista.

«Mientras lloramos su muerte, celebramos en paz su extraordinaria vida y su continuado legado. No puedo expresar realmente con palabras lo mucho que agradecemos sus oraciones y su amor por nuestra familia en este delicado momento», añadió la familia.
Summer nació el 31 de diciembre de 1948 en Boston y el portal TMZ asegura que murió en el estado de Florida.

Donna (Summer) e mobile

En 1977, en España, las discotecas eran propiedad casi exclusiva de losJuan Bau, Camilo Sesto, Pablo Abraira, y gran parte del personal no estaba para muchos bailes, enfrascados los unos con barbados cantautores, los otros poniendo la semilla de lo que sería la Nueva Ola Madrileña, o viajando a Londres para comprarse pantalones de cuadro escocés y unas cuantas cajas de imperdibles, que molaban más los de la City que los de Pontones.
Si ibas de pureta, lo que sonaba entonces en las discotecas norteamericanas solo podía parecerte una horterada, cuando no lisa y llanamente una ordinariez. Y la que ya empezaba a ser Reina de la Pista, Donna Summer, no escapaba a estas lindezas de rockeros de pro, de patilla, y La Elipa sí que flipa.
Aquellos ritmos, aquella sensualidad de serie B, aquellas exhibiciones corporales para sudar y resudar bajo las bombillas, no parecían tener mucho que ver ni con el pop de toda la vida, ni con el rock, ni con el folk, ni con ninguna música más o menos seria. Pero la música disco, la buena, que también la hubo (si una canción es buena el género importa poco, sea tango o sea rockabilly), como la que cantaba con convicción, sentimiento y carnalidad Donna Summer tampoco era un demonio surgido de la nada.

Música para perrear

Sencillamente fue una derivación acelerada del soul y, sobre todo, del funk, del más ácido Sam Cooke y del más tórrido James Brown. Música negrata salida del gueto como siempre, pero puesta al ritmo trepidante del final de los 70 y el agitado principio de los 80. Era, con un término más cercano, aunque cutrísimo, música para perrear, pero hecha y facturada como solo saben hacer por los Estados Unidos.
Entonces, a muchos nos parecía que lo que hacía Donna (y Gloria Gaynor a la que destronó) no valía para mucho más que para un calentón (generalmente de blancos) en el Studio 54 neoyorquino, o para ponérselo en el buga a todo trapo (y lo que no es trapo, sino algo más sustancioso) cuando se cruzaba el Puente de Brooklyn a toda pastilla para quemar la noche.


Sin embargo, Donna Summer, la reina del dance, la emperatriz de la disco, era una mujer de profundas convicciones cristianas, a la que su música, personalmente, no le debía decir mucho. Ni tampoco la noche (esa que confunde), ni la vida social. Hizo música discotequera porque probablemente se le puso primero a tiro (de hecho, influida por Janis Joplin comenzó en un grupillo psicodélico), pero habría podido triunfar como cantante de soul, como cantante de rock a lo Ronnie Spector, la ex Ronette, incluso, llana y sencillamente como artista de pop sin apellidos ni etiquetas, género al que se acercó cuando decidió dejar las pistas y los neones.

Calidad y modernidad

Hoy, que los años nos han expandido las entendederas musicales, las cosas no nos parecen exactamente igual. Una sesión de música disco sigue siendo algo que solo se traga con gusto en una pista de baile, o en tu habitación frente al espejo y soñando con el novio. Pero al escuchar y ver ahora a toda prisa algunos YouTubes de Donna no deja de sorprender la calidad y la modernidad con la que su música estaba cantada y concebida.
Vamos, que puede rechinarte Celine Dion, pero no la Summer. En la música popular lo que importa es que en su género, nos guste más o nos guste menos, algo sea lo mejor, esté bien hecho. Pueden no gustarte un pimiento los boleros, pero nunca podrás negar que Los Panchos los bordan. Puede repatearte las tripas la llamada música latina, pero en ella, Ricky Martin y Chayanne lo niquelan.
Eso era Donna Summer, la mejor en lo suyo. Que le pregunten a Madonna, a Kilye Minogue, a Beyoncé, a tantas chicas que ahora, un olvidado rincón de la Luisiana o de Chicago se ponen a todo trapo el «I feel love» y sueñan con que medio mundo les baile el agua.

La genial cantante norteamericana falleció de cáncer a los 63 años. Estaba en Florida e intentaba recuperarse y grabar un álbum. Dejó éxitos como "She Works Hard for the Money" y "This Time I Know It's for Real"

La genial cantante norteamericana falleció de cáncer a los 63 años. Estaba en Florida e intentaba recuperarse y grabar un álbum. Dejó éxitos como "She Works Hard for the Money" y "This Time I Know It's for Real"