Agencias Noticiosas
Por Teresa de Miguel
Los icónicos jardines de Giverny,
en Francia, pintados por Claude
Monet han sido recreados en
el Botánico de Nueva York a través de una exposición que cuenta con más de
doscientas variedades de flores y en la que se pueden contemplar dos obras del
pintor impresionista. "Fue muy desafiante tratar de evocar la belleza de los
jardines que tanta gente ha experimentado a través de las pinturas de Monet,
pero, cuanto más aprendíamos de Monet 'el jardinero', más divertido resultaba
el proyecto", explicó hoy a Efe el vicepresidente de horticultura y
colecciones vivas del Jardín Botánico, Todd Forrest.
Con la ayuda del diseñador de decorados
Scott Pask, galardonado con tres premios Tony por su trabajo en obras de
Broadway como "Nine", la exposición traslada al visitante hasta la casa y
los jardines de Giverny donde vivió el impresionista desde 1883 hasta su
muerte, en 1926.
"El jardín de
Monet" reproduce en el Botánico de la Gran Manzana, no solo el jardín
y el famoso estanque de nenúfares del francés, sino también la propia fachada
de su casa, su icónico puente de estilo japonés y el camino de entrada a la
vivienda que fue su refugio e inspiración.
"Cualquiera que haya estado en
Giverny reconocerá inmediatamente los elementos
arquitectónicos claves de su
jardín, que también son elementos claves de las pinturas en las que Monet lo
representaba", explicó Forrest, quien calificó al pintor impresionista
como un "aventurero jardinero".
El invernadero de cristal de estilo victoriano del Botánico, situado en el barrio del Bronx, se ha poblado de más de doscientas variedades diferentes de plantas, entre las que destacan los lirios, las dedaleras y los delfinios, los mismos tipos que se sabe que cultivaba Monet en su jardín, puesto que llevaba un detallado registro.
"Él era un increíble coleccionista de plantas, siempre estaba
buscando nuevas variedades para incluir en su jardín, para hacerlo más bello,
más colorido y, en última instancia, más inspirador para poder pintarlo",
añadió el experto del Jardín Botánico, que ha trabajado junto al comisario Paul
Hayes para hacer posible la muestra.
A partir de julio, el
Botánico recreará el famoso estanque
de nenúfares de Monet
(1840-1926), que contará con seis variedades que han sido compradas en el mismo
vivero de Francia donde se sabe que el artista compró en 1904 sus nenúfares,
una de las grandes pasiones de un hombre que llegó a declarar que le debía a
las flores el haberse convertido en pintor.
La muestra, por la que habrán pasado un
total de seiscientos
tipos diferentes de florescuando se clausure el 21 de octubre, ha tomado
prestada del museo Marmottan Monet de París la paleta de colores que el pintor
impresionista utilizó durante años para impregnar su pincel, así como dos obras
poco conocidas que por primera vez se exponen juntas.
"El jardín del artista en
Giverny", creada en torno a 1900 y propiedad de la galería de arte de la
universidad de Yale, representa un camino que atraviesa un campo de lirios
morados y otras flores rosas, pero dominado también por el verde del césped y
los árboles de ese jardín.
Esa obra se expone en una
"yuxtaposición perfecta" junto a "Lirios", un lienzo más
oscuro, jamás expuesto antes en Estados Unidos, que reproduce cinco llamativas flores y pone de manifiesto la etapa de
ansiedad que atravesaba el artista hacia 1915.
A pesar de que muchos han sido los
pintores que han dedicado sus pinceladas a las flores y los paisajes, el
Botánico ha elegido a Monet porque "muy pocos han tenido la misma pasión
por la jardinería que él. Construyó sus propios jardines, tuvo tres a lo largo
de su vida, y el de Giverny fue su obra maestra", explicó Forrest.
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