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viernes, 3 de enero de 2014

Sigue debate por propiedad de medios en Latinoamérica. En Perú está al rojo vivo

Tomado de The Wall Street Journal

 

El debate sobre la propiedad de medios, al rojo vivo en Perú

Una adquisición de Grupo El Comercio desata temores sobre la libertad de prensa


Ollanta Humala

Por RYAN DUBE
LIMA—Un debate acerca de la propiedad de los medios de comunicación en Perú subió de temperatura esta semana. En un rincón está el presidente y uno de los intelectuales más reconocidos del país, en el otro el mayor conglomerado de medios, al que acusan de acumular demasiada influencia.
La controversia gira en torno a la compra el año pasado por Grupo El Comercio de una participación mayoritaria en Empresa Periodística Nacional S.A., más conocida como Epensa. La operación de US$17 millones elevó la participación del grupo en el mercado de diarios del país desde cerca de 50% a casi 70% de las ventas.
La adquisición ha sido duramente criticada por algunos grupos a los que les preocupa que el dominio que tiene El Comercio del mercado asfixie la libertad de expresión. El Comercio, por su parte, señala que los llamados a limitar su expansión constituyen una amenaza a la libertad de prensa.
La propiedad de los medios es un tema polémico en América Latina, donde varios gobiernos de izquierda han acusado a la prensa de tratar de socavar su gestión. Algunos países han aprobado leyes para dividir a los conglomerados de medios y limitar su influencia. Los detractores acusan a esos gobiernos de tratar de amordazar la libertad de prensa.
Los medios en posesión de Grupo El Comercio juegan un papel prominente a la hora de fijar la agenda política de Perú. Antes de la compra de Epensa, el conglomerado ya poseía El Comercio, el principal periódico del país, el diario de negocios Gestión y varios tabloides. Grupo El Comercio también controla dos estaciones de televisión, entre otros activos. El Comercio publica de lunes a viernes contenido de The Wall Street Journal Américas en sus páginas. La adquisición de Epensa también expandió su presencia fuera de Lima.
El principal rival de El Comercio, el conglomerado de medios Grupo La República, ha encabezado una campaña para anular la compra de Epensa. Un grupo, entre los que figura el director de La República y varios conocidos periodistas peruanos, entablaron una demanda en noviembre contra El Comercio, acusándolo de prácticas monopólicas.
La República, que tiene una línea editorial de izquierda, dice que su participación en el mercado de diarios de Perú asciende a 17%. La República había tratado de comprar Epensa diciendo que le ayudaría a contrarrestar el punto de vista más conservador de El Comercio. Los esfuerzos por contactar La República fueron infructuosos.
El presidente Ollanta Humala intervino en la disputa esta semana por primera vez. En una entrevista en televisión acusó a El Comercio de tratar de minar la libertad de expresión. "Es una vergüenza que en el Perú estemos teniendo un grupo que prácticamente sea el dueño de los medios de comunicación", señaló. "Es peligroso".
Al igual que otros líderes latinoamericanos, el mandatario peruano ha tenido una relación conflictiva con la prensa. En 2011, los partidarios de Humala acusaron a El Comercio de cubrir la campaña presidencial en forma sesgada a favor de Keiko Fujimori, la oponente de Humala e hija del ex presidente Alberto Fujimori, que enfrenta un juicio por presuntos sobornos a los medios de comunicación en los años 90 a cambio de una cobertura favorable de su gobierno. Fujimori niega las acusaciones.
El escritor Mario Vargas Llosa, ganador del premio Nobel de Literatura de 2010, quien respaldó la candidatura de Humala en 2011, retiró su columna de El Comercio en medio de acusaciones de que el diario "manipula información". La columna ahora se publica en La República.
Vargas Llosa manifestó que el creciente dominio del mercado de El Comercio representa "una amenaza potencial muy grande contra la democracia". El escritor ha sido un feroz crítico de los gobiernos latinoamericanos que han tratado de limitar la libertad de prensa.
"Es muy importante que la prensa tenga libertad absoluta para expresar todas las opiniones, pero justamente para que pueda expresar toda la diversidad de tendencias dentro de una sociedad, hay que evitar la concentración de medios", dijo en una entrevista publicada por La República esta semana. Los intentos por contactar a Vargas Llosa a través de su agente de prensa no tuvieron éxito.
El Grupo El Comercio niega que la compra de Epensa perjudique la libertad de expresión. La empresa dice que el control editorial de los periódicos recientemente adquiridos seguirá en manos de los dueños anteriores, que retuvieron una participación minoritaria.
"La libertad de crecimiento de los medios no es más que la otra cara del derecho de las personas de elegir sus fuentes de información", indicó un editorial de El Comercio. "Esta campaña no busca recortar el 'poder' del Grupo Comercio: busca recortar el poder de elegir del lector".
En titulares de primera plana, el diario El Comercio calificó los comentarios de Humala como un ataque contra los medios de comunicación y "una velada amenaza contra la libertad de expresión".
Una serie de oponentes políticos de Humala han apoyado la postura de El Comercio. Keiko Fujimori ha señalado que el presidente le dio la espalda a la libertad de expresión, mientras que el ex presidente, Alan García, acusó a Humala de seguir los pasos de los líderes latinoamericanos que han silenciado a los periodistas. A su juicio, lo que reviste mayor gravedad "es la amenaza directa a los medios de comunicación y que busca subordinar la libertad de expresión al gobierno", sostuvo.

El Instituto Prensa y Sociedad, un organismo de Lima que defiende la libertad de prensa, dijo que aunque la concentración en la propiedad de los medios representa un riesgo potencial a la libertad de expresión, el gobierno no debió haber intervenido en el debate. Agregó que la querella contra El Comercio es una "vía legítima" para resolver la controversia.

martes, 3 de septiembre de 2013

7 pecados capitales de los inversionistas que los llevan al fracaso

Tomado de The Wall Street Journal  

Los siete pecados capitales de los inversionistas


Por KIRSTEN GRIND
Han pasado casi cinco años desde lo peor de la crisis financiera de Estados Unidos, y los inversionistas han aprendido mucho desde entonces, o por lo menos eso es lo que se cree.
Según psicólogos y asesores financieros, poco ha cambiado en cuanto a la conducta de los inversionistas, quienes siguen cometiendo el tipo de errores que los han metido en problemas durante décadas. Se dejan deslumbrar por la última tendencia, quieren seguir a las masas y simplemente parecen pasar por alto los detalles importantes, como las altas cuotas anuales que cobran muchos fondos mutuos.
Hay formas de evadir estos tropiezos. Los inversionistas necesitan un plan concreto y de rápida acción para sus objetivos de inversión, necesitan encontrar a un asesor financiero o familiar de confianza que los ayuden a sopesar sus decisiones y deben dejar de prestarle tanta atención a los eventos de corto plazo que son noticia.
A continuación, los siete pecados capitales de la inversión y cómo evitarlos.
La lujuria: seguir el desempeño reciente
La creencia del inversionista de que el desempeño reciente determinará el desempeño futuro es una de las mayores trampas en las que cae, dicen los expertos.
"La gente tiende a invertir en algo a lo que le ha ido bien recientemente", señala Terrance Odean, profesor de finanzas en la Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California en Berkeley.
Antes de la crisis financiera, los inversionistas se metieron de lleno en el mercado inmobiliario, convencidos de que los precios de las viviendas nunca se debilitarían.
El ejemplo más reciente es el oro. El metal tuvo una racha alcista incluso antes de la crisis, y los inversionistas se abalanzaron hacia él. Un factor importante fue la gran atención que el oro de pronto recibió en todos los medios.
Para combatir esta conducta, los asesores indican que es importante estudiar los precios y el desempeño histórico de las inversiones populares. En vez de estudiar solo los precios de los últimos meses o años, observe periodos que daten de al menos 10 años atrás, y a veces más. Por ejemplo, los precios del oro han estado subiendo desde 2001, pero en el largo plazo se han rezagado frente a las acciones y apenas han mantenido el ritmo de la inflación.


Lehman Brothers solicitó protección bajo la ley de bancarrota de EE.UU. el 15 de septiembre de 2008. ¿Qué han aprendido los inversionistas desde entonces?

La soberbia: demasiado confiados
Los inversionistas, especialmente los novatos, suelen pensar que saben mucho más de lo que realmente conocen sobre una inversión particular, afirman los psicólogos y asesores.
"Nuestra opinión sobre nosotros mismos es demasiado alta", dice Odean, el profesor de finanzas. "Todos necesitamos una dosis saludable de desconfianza en uno mismo y humildad".
La mejor forma para que los inversionistas controlen su exceso de confianza es asegurarse de tener a una persona imparcial con la que puedan hablar sobre sus ideas de inversión. Esta persona podría ser un asesor financiero o un amigo cercano o familiar que no se vea afectado directamente por ninguna decisión.
Pereza: pasar por alto los costos
Los inversionistas a menudo simplemente no prestan atención a los detalles. Considere su disposición de invertir en fondos mutuos caros que no tienen buen desempeño, dice James Choi, un profesor asociado de finanzas en la Escuela de Administración de Yale.
Los inversionistas, atraídos por el nombre del gestor de un fondo o el desempeño reciente, no se fijan en las cuotas. En lugar de invertir en un fondo que sigue un índice amplio, como el S&P 500, y que cobra una tarifa bajísima, muchos inversionistas a menudo ponen sus apuestas en un fondo gestionado por un seleccionador profesional de acciones que cobra una cuota mucho más alta, afirma Choi.
Pero los fondos más caros tienden a tener resultados inferiores que los más económicos, dice Choi, citando varios estudios.
Envidia: querer formar parte del club
Antes del debut bursátil de Facebook en mayo de 2012, los asesores financieros fueron inundados con llamadas de clientes que querían tener esta acción antes de que saliera al mercado El hecho de que solo había una cantidad limitada de títulos para inversionistas minoristas solo aumentó el furor, indican los analistas.
El deseo de ser parte de una emisión exclusiva a menudo impulsa a las personas a hacer apuestas que no encajan con los objetivos generales de un portafolio. Los inversionistas que colocaron su dinero en Facebook justo después de su salida a bolsa vieron la acción de la empresa descender por debajo de US$20 varios meses más tarde, mucho menos de su precio de salida de US$38. (La acción ahora cotiza en cerca de US$41).
Susan Strasbaugh, dueña de Strasbaugh Financial Advisory en Colorado, que tiene US$100 millones bajo gestión, recomienda abrir una cuenta separada para inversiones como la de Facebook, que no encajan en el portafolio de un cliente, e invertir en ellas no más de 5%.
Ira: no admitir el fracaso
La gente detesta perder dinero. La aversión a la pérdida, como lo llaman los psicólogos, es común. Se vio cuando los inversionistas se rehusaron a vender las acciones de empresas tecnológicas a medida que estallaba la burbuja del sector a principios del 2000, al igual que lo hicieron con las acciones financieras durante la crisis, y como lo siguen haciendo hoy.
"No queremos ser honestos con nosotros mismos y admitir la pérdida", anota Brad Klontz, un psicólogo clínico y profesor agregado de planificación financiera en la Universidad Estatal de Kansas.
Esta forma de pensar puede ser peligrosa. Si se arrepiente de una decisión, podría vender demasiado pronto, pero si no puede aceptar la derrota y los costos de una inversión, podría quedarse con un activo por demasiado tiempo, apuntan los psicólogos.
En vez de solamente investigar las finanzas de una empresa, los inversionistas deben analizar todo el clima económico, dicen los expertos. Si una empresa depende de la recuperación del mercado laboral o inmobiliario para tener buen desempeño, los inversionistas tienen que entender bien el panorama de esos sectores y planear sus inversiones en base a eso.
Gula: vivir el momento
A menudo los trabajadores no ahorran con tiempo de anticipación porque perciben su jubilación como un evento muy lejano. La clave, dice Klontz, es hacerse una serie de preguntas sobre qué estilo de vida quiere llevar cuando se jubile: ¿Cuántos años tendrá? ¿Dónde vivirá? ¿Qué estará haciendo?
Cuando el inversionista observa que solo le quedan 20 o 30 años para retirarse, se siente alentado a aportar más a su plan de jubilación.
Avaricia: seguir a las masas
Cuando la bolsa se vino abajo en 2008, muchos inversionistas huyeron de las acciones. El mismo fenómeno ocurre ahora con el mercado de bonos a medida que los inversionistas se alejan de la deuda, preocupados por el alza de las tasas de interés.
Para combatir el inevitable temor por un declive bursátil u otros eventos adversos, los asesores dicen que es crucial que los inversionistas tengan un plan detallado al cual serle leal independientemente de los eventos a corto plazo. El plan debería delinear su objetivo en cuanto a bonos, acciones y otras inversiones, y estar basado en sus metas de jubilación.


sábado, 9 de febrero de 2013

CHILE Y COLOMBIA ENTRE LOS MEJORES PAÍSES DEL MUNDO PARA HACER NEGOCIOS


Tomado de Foreign policy  

 Nueva York, Distrito Financiero, capital mundial para hacer negocios

LOS MEJORES PAÍSES PARA HACER NEGOCIOS

por miguel angel garcía vega

Territorios fértiles para los espíritus más emprendedores.
Hace años que se borraron las fronteras en el mundo. El planeta semeja cada vez más una piel lisa. Los empleados, sobre todo los más cualificados, trabajan igual en Turquía que en Suráfrica. Ambos países, por cierto, representan parte de la cartografía de este nuevo mundo económico. Pero antes de que lleguen los trabajadores lo hacen las empresas. Y estas se instalan allí donde existen más oportunidades de hacer negocios. La actividad empresarial, conviene no olvidarlo, es un ejercicio de tiempo, paciencia, habilidad, tesón… y confianza. Con estas materias está construida. Así que en un mundo cada vez más ancho, y esperemos que menos ajeno, conviene preguntarse: ¿cuáles son los mejores territorios para hacer negocios?
La contestación nos lleva desde las antípodas (Australia) a Asia (Singapur y Japón) haciendo parada en África (Suráfrica), la nueva Europa (Turquía) y Latinoamérica (Chile y Colombia). Es un viaje por la economía de nuestro tiempo. Y también es un cruce de caminos. Pues hay algunas características, narra Enrique Alcat, profesor del Instituto de Empresa, comunes. “Todos estos territorios comparten una gran solidez institucional, sistemas que permiten poner en marcha un negocio muy rápidamente y con poco coste; una mano de obra cualificada, un nivel muy bajo de corrupción, una fiscalidad reducida y, además, entienden al extranjero como un aliado, no como a un rival”, desgrana este experto.
Estas son las características tangibles, luego aparecen las inasibles. Esas que no se pueden cuantificar. Estas atienden a razones como la cultura, el clima, la gastronomía, la educación (por ejemplo, la existencia de colegios para los expatriados con hijos), el ocio, la amabilidad de las personas… Escrito en tres palabras: “el toque humano”.
Esta mirada tiene mucho que ver en cómo entiende cada cultura su relación con el trabajo. Ya que en el fondo de eso se trata todo este tema. Iñaki Lozano, managing director de la consultora especializada en nuevas formas de trabajo BICG, tiene esa visión adelantada a su tiempo. Y cuenta: “Los países en los que los profesionales quieren hoy y querrán mañana trabajar verán como su competitividad aumenta”. Y esas Arcadias este experto las localiza sobre todo en los países escandinavos (Noruega, Suecia y Dinamarca) y Finlandia. “Desde décadas atrás tienen unas infraestructuras y una forma de comprender la manera en la que se trabaja muy distintas a lo que hasta hace poco entendíamos por un trabajo de oficina convencional, rígido y estructurado”, relata Iñaki Lozano.
Este experto nos enfrenta a una reflexión interesante: “Los países donde se hacen los mejores negocios son aquellos capaces de atraer a los mejores profesionales”, enfatiza Lozano. Es una derivada nueva. Diferente. Pero que tiene toda la lógica de los tiempos. Y nos sitúa frente al dilema de escoger. ¿Cuáles son esos países dónde crear prosperidad es más fácil?

Singapur, la Arcadia del negocio
Los rankings, esa métrica a veces tan errada y a veces tan precisa, dicen que esta esquina de Asia es el mejor lugar del mundo para hacer negocios (Doing Business 2013). También lo creé Gastón Fornes, profesor de negocios internacionales de Esic y experto en esa zona del planeta. “Tiene una gran ventaja: una mano de obra muy cualificada y altamente competitiva”, asegura. En ese mismo espacio ubica a Hong Kong. “Ambas son la entrada al sur de China, una región cada vez más próspera”, dice. En esas tierras se puede pedir un crédito a partir de unas garantías mínimas, funcionan bajo el concepto de ventanilla única y tienen una seguridad jurídica clara, con un tribunal exclusivamente destinado a solucionar conflictos comerciales. Si están pensando en algún sector concreto, la construcción puede ser la respuesta, ya que los permisos son sencillos de conseguir.

Turquía limita con Europa
Más pronto que tarde será la nueva Europa. No la busquen en los rankings. Bueno, si lo hacen la hallarán en el 72º (Doing Business 2013). Ya dijimos que a veces aciertan y otras yerran. Este destino lo han escogido los expertos de KPMG, y lo argumentan. “Las reformas estructurales llevadas a cabo en los últimos años han preparado el terreno para impulsar cambios a gran escala en diversos sectores económicos”. De hecho, los principales objetivos de esos esfuerzos se han centrado en aumentar el papel del sector privado dentro de la economía turca, mejorar la eficiencia y resistencia del sector financiero y situar a las infraestructuras a la altura del desarrollo económico del país. Además, por su situación en el mapa del mundo (construye la bisagra entre Europa y Asia) se reivindica como el puente por el que acceder a 1.500 millones de consumidores. Consciente de ello, la facilidad para el comercio es uno de los pilares.
Por eso cuentan (no es muy conocido) con determinadas zonas francas donde la intervención estatal es mínima. En estos espacios muchas disposiciones relacionadas con el comercio exterior no se aplican. Algo que puede ser una excelente puerta de entrada para, desde allí, distribuir productos a bajo precio. Hay que tener presente que el país forma parte de la Unión Aduanera de la UE, por lo que las importaciones de artículos que lleguen de algún Estado miembro no pagan impuestos fronterizos. Y además esa proximidad a Europa explica que su legislación laboral y comercial se esté adaptando a la normativa europea a marchas forzadas. Lo que contribuye a generar un entorno de negocio garantista.

Japón, un ‘container’ 800 dólares
Desde la comprensión internacional, el país asiático a veces puede ser una adivinanza en vuelta en un ministerio dentro de un enigma. Son palabras de Wiston Churchill y son del siglo pasado. Pero bien podrían leerse en nuestros días. “Debido a los compromisos internacionales de Japón en materia de reducción de emisiones y a las tremendas consecuencias del accidente de Fukushima, las autoridades niponas han decidido adoptar importantes medidas en materia de eficiencia energética y están promocionando las fuentes renovables”, analizan en KPMG. Una puerta abierta al negocio. Junto a estas oportunidades, hay una serie de prácticas que contribuyen a crear ese espacio. Debido al fuerte componente exportador de su economía, es ahí donde se crea el mejor territorio para negociar. Se tardan 10 días en completar una exportación, el coste de mandar fuera un container (800 dólares) es bastante bajo y solo hacen falta tres procedimientos para exportar la mayoría de los productos. Además las garantías jurídicas son de primer nivel.

Chile emprende
¡Qué cambio ha dado esta tierra en solo dos décadas! Ya hablan de ella como la California de Suramérica. No por los cítricos o la industria audiovisual, sino por la tecnología y los emprendedores. Lo explica con entusiasmo Javier Santiso, profesor de la escuela de negocios ESADE. “Se ha transformado en un vivero de star-up, pero no solo para jóvenes empresas del país, sino también está siendo capaz de atraer a firmas estadounidenses y de otros territorios para que desarrollen en Chile sus proyectos”. En todo esto mucho tiene que ver “una gran calidad de su clase política”, reflexiona Santiso. ¿No les da envidia? Por lo tanto, no extraña que se tarden solo siete días en crear una empresa. Estas facilidades generan un entorno de negocio que se sostiene además en una fiscalidad simplificada que solo exige seis pagos al año. Por mirar la otra cara de la moneda, Venezuela pide 71. Además, en los terrenos de la seguridad jurídica, se publican todas las sentencias mercantiles de juzgados de primera instancia. Luz y taquígrafos.

Corea enciende la luz
Cuentan los expertos que es la gran asignatura pendiente de la economía española. De hecho, tiene un presente cargado de futuro para los negocios. En primer lugar, por el elevado nivel educativo de sus ciudadanos. Junto con Finlandia suele encabezar desde hace algunos años el informe PISA, que evalúa el desempeño de los estudiantes de la mayor parte del planeta.
En solo dos décadas, el país asiático ha dado un giro radical y ahora destaca, entre otras cosas, por ser sede de algunas de las mayores multinacionales tecnológicas del mundo, como Samsung o LG. En este escenario, la empresa ocupa un lugar central. Se tardan siete días en crear una y requieren solo cinco procedimientos. Y dar de alta la luz para un negocio se consigue en 28 días (una de las cifras más bajas del planeta) y exige cuatro pasos. Pueden parecer datos que solo forman parte de la “contabilidad” del país, pero no es así. Reflejan la bonanza de ese ecosistema favorable para los negocios. Tanto es así que cuenta con una ventanilla única para el comercio transfronterizo, existe un tiempo limitado para resolver los procesos por insolvencia y en ese importante espacio que es la seguridad jurídica permite las demandas por medios electrónicos.

Colombia impulsa su espíritu reformista
Ningún país de América Latina ha empeñado tanto esfuerzo y recursos en una estrategia reformista. El propósito ha sido aumentar la eficiencia del sector público y dar mayores facilidades al mundo privado. De esta forma se ha creado una especie de invernadero económico cuyo principal abono es ese espíritu de mejora, “que bien podrían copiar muchos países europeos, incluyendo España”, atestigua Javier Santiso. Es más, desde 2010, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, le ha querido dar un impulso extra a este proceso. El Ministerio de Comercio, Industria y Turismo lidera este movimiento liberalizador que ya está dando resultados.
El número de nuevas empresas que se crea en el país ha pasado de 33.752 en 2006 a 57.768 durante 2011. Y todo esto sucede bajo el resguardo del plan –y de la agenda– “Prosperidad para todos 2010-2014”, que persigue reducir la pobreza, aumentar la renta, generar empleo, incrementar la seguridad, garantizar un desarrollo sostenible y mejorar la calidad del entorno de negocios. Mucho de ese camino ya lo tiene andado. Para el mundo de los negocios, el país ofrece unos costes de implantación reducidos, beneficios fiscales para la puesta en marcha de start-up. Y además ha aumentado la seguridad jurídica de los inversores y recortado trámites y trabas. Algunos datos. El tiempo para crear una empresa ha disminuido de 60 a 14 días y los procedimientos de 19 a 9. Esta mejora del entorno también se deja sentir en los impuestos. Se ha pasado de tener que completar 69 al año a seis, y de tener que dedicarle 456 horas anuales a esta materia a 193 horas.
Como un bálsamo extendido con generosidad, esta nueva filosofía impregna todo el espacio económico gracias a las reformas introducidas a lo largo de los últimos años. Por ejemplo, los procedimientos en caso de insolvencia se han vuelto más eficientes y los créditos recuperados han pasado de 56 centavos de dólar a 76. En este entorno de seguridad se sienten cómodas las empresas extranjeras. De hecho, estas mejoras normativas van desde la construcción a los sistemas electrónicos y fraguan ese paisaje de espacio sólido donde construir negocios.

Suráfrica, ‘potentia’ económica
Hace tiempo que África dejó de ser un continente para convertirse en un mundo. Es cierto que de momento solo representa el 5% del comercial mundial, pero en términos aristotélicos es potentia. En este sentido, Suráfrica “tiene el sistema institucional más desarrollado dentro de África, una de las economías más saludable, trabajadores con formación laboral cualificada y recursos naturales”, desgrana Santiso. Unas cifras medias que irán mejorando, pero que ya suponen una gran oportunidad. Se tardan 19 días en montar una empresa, 16 en exportar una mercancía y 23 en registrar una propiedad. Y a los impuestos hay que dedicarles 200 horas anuales.

Australia siempre paga
En las antípodas, el tiempo pasa alegre para los emprendedores. Se necesitan solo dos días y dos pasos para montar una empresa. Este apoyo al emprendimiento, junto a un marco jurídico relativamente sencillo, es el gran asidero para los negocios en el país. Por ejemplo, son muy habituales los acuerdos extrajudiciales y son bastante garantistas en las operaciones. O sea, tienen un nivel muy bajo de impagados. En cuanto a la tecnología (una de sus potencias), aplicada al negocio diario, permite el pago y el envío de formularios de tributos a través de medios digitales.