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domingo, 6 de noviembre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: OTRA VUELTA DE TUERCA


Holanda. No podía ser en otro lugar la propuesta de legalizar la eutanasia activa para aquellas personas que, aun estando suficientemente sanas físicamente, estén, simplemente, agotadas de vivir. Holanda ha sido tradicionalmente el país pionero en abrirse, liberalizar y regular temas que han sido siempre tabú en la cultura occidental. No necesariamente en otras, pero a los occidentales es la única que nos sirve de referencia, porque es en la que estamos inmersos.

Holanda ha sido pionera en temas de drogas, prostitución, homosexualidad, y también de eutanasia. Y de alguna manera otras sociedades occidentales siguen después su camino uno o varios pasos por detrás; y algunas otras sociedades mantienen su rechazo y su defensa de los valores tradicionales y simplemente dicen “Bueno, es Holanda, ya se sabe”. Y las sociedades que estamos más ancladas a los valores tradicionales nos imaginamos que esa revolución en los valores de los holandeses les ha de traer consecuencias nefastas. Algo así como que si las drogas son legales, todo el mundo se droga allí; si el aborto es libre todo el mundo aborta allí; y si la eutanasia es permitida, todo el mundo allí la practica llegado el momento.

Y la realidad es muy distinta. Los índices de drogadicción son mucho más elevados en otros países que en Holanda. Los índices de aborto en Holanda son muchísimo más bajos que en El Salvador, por ejemplo, que tiene el dudoso honor de ser uno de los cinco países del mundo que lo prohíben tajantemente en cualquier circunstancia. Y la muerte asistida no es una práctica común; es simplemente una opción. Por no mencionar que cuando estas cosas suceden en Holanda, en muchos casos no es por parte de los holandeses, sino del turismo que recibe asociado a estas libertades que en otros países no existen o están restringidas.

De alguna manera, Holanda primero, y otros países después, ya nos han hecho reflexionar un poco sobre el tema de la eutanasia; no a todos, por supuesto; hay muchas personas siempre abiertas al escándalo y siempre cerradas a la reflexión objetiva. Y reflexión objetiva no significa necesariamente adoptar una posición favorable o contraria; simplemente analizar el tema objetivamente y sin condicionantes culturales o dogmáticos. De hecho, suele suceder que cuando se es capaz de hacer esa reflexión objetiva e independiente no es fácil adoptar una posición favorable o contraria clara y sin reservas. La gente que se escandaliza suele ser gente esclava de dogmas y prejuicios.

Ahora nos plantean una vuelta de tuerca más, un nuevo reto a nuestra capacidad reflexiva. No conozco a fondo la propuesta; me imagino que tendrá sus regulaciones, y que no será aplicable a cualquier persona que un mal día se despierte con el ojo izquierdo y sin ganas de vivir; asumo que su aplicación sea exclusiva a personas que cumplan criterios bien analizados. El tema da para una detenida reflexión a la que dedicaré otro espacio. En éste solo lo introduzco para empezar a digerirlo sin prisas.
Pero entonces, ¿Hasta dónde vamos a llegar? Pues no lo sé. Dudo que en algún momento llegue a ser reconocido el derecho al suicidio libre. Supongo que hay una clara frontera entre cuándo la muerte es un deseo larga y serenamente meditado, como respuesta a una situación de sufrimiento terminal, bien sea físico o psíquico, normalmente en personas mayores; y cuándo es un deseo impulsivo e irreflexivo debido a alguna situación eventual transitoria y reparable. Supongo, solo supongo, que nunca habrá una mayoría que no vea esa frontera; pero no sé hasta dónde vamos a llegar. Llegaremos hasta donde los holandeses digan, y no sé si será bueno o no. Lo que es claro es que con escándalo y prejuicios no llegaremos a ninguna parte, y sí sé que eso no es bueno.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

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Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 22 de octubre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA DENTADURA PERFECTA



Ha salido al mercado una especie de máscara de dentadura perfecta que fácilmente se coloca sobre la propia dentadura, escondiéndola, y permitiendo lucir una dentadura espectacular. En estos tiempos en que la imagen vale cada vez más; en que la imagen vale más que la propia realidad; en que la imagen lo vale todo, no me cabe duda de que será un éxito. Sin embargo, tengo una reserva, y es que, aunque en casos específicos puede ser útil como puerta que se abre, en vez de cerrarse, para dar a conocer nuestra propia valía general; en la mayoría de los casos servirá, sobre todo, para que descuidemos más nuestra salud dental, a la que damos más importancia por imagen que por salud y funcionalidad.

Varias veces me he referido ya en estos blogs a la tendencia acelerada que tiene esta sociedad occidental moderna a perder su autenticidad y a convertirse simplemente en fachada para que los demás vean lo que queremos que vean, y no la realidad. Me he referido a ello particularmente en algunos blogs dedicados a nuestro comportamiento en las redes sociales. Y no es que tenga nada de malo pretender que los demás vean una imagen positiva de nosotros mismos; al revés, eso es algo bueno, lógico y natural en el ser humano. Lo raro sería lo contrario.

Lo que no es bueno es la falsificación. Siempre consideramos la falsificación como algo negativo, en general, y rechazamos que alguien nos diga que somos falsos, sin percatarnos de que frecuentemente, en algunos casos casi permanentemente, estamos haciendo una falsificación de nosotros mismos. Y es que el problema no es simplemente el engaño a los demás, que suele importar poco, ya que, en la mayoría de los casos no les vamos a cambiar la vida con ello ni a ocasionar perjuicio alguno. El problema es que caemos en el engaño a nosotros mismos, y eso si es grave.

¿Por qué es grave? Pues porque hace que nuestros esfuerzos vayan dirigidos cada vez más a fabricar esa falsa imagen, y menos a recomponer esa fea realidad que es la que nos impulsa a esconderla y a deformarla de cara a los demás y a nosotros mismos. Y es como un circulo vicioso que se retroalimenta, porque lógicamente, al dedicar cada vez menos esfuerzo a recomponer o mejorar la fea realidad, lo más probable es que esta fea realidad siga siendo fea, y cada vez más fea, y que tengamos que dedicar cada vez más esfuerzo a esconderla, y menos a mejorarla.

El resultado final es fácil de imaginar: la fea realidad termina haciendo grandes estragos en nuestra salud mental, en nuestra salud familiar, y frecuentemente también en nuestra salud física. Y no solo eso, sino en nuestra salud social también, porque suele pasar que nos acostumbramos tanto a engañarnos a nosotros mismos, que pensamos que de igual manera engañamos a los demás: pero eso no es así; caemos en contradicciones y en sinsentidos que los demás detectan mucho más fácilmente que nosotros mismos. Al final, la única relación social que se conserva es una falsa relación en las redes a través de una pantalla.
Pero el daño mayor se lo hacemos a nuestra salud matrimonial o de pareja. Sí, aquella persona con la que convivimos cada día y ante la que no podemos esconder casi nada, porque está ahí con nosotros cada día para tirarnos mutuamente a la cara mil y un reproches. Esa es parte de la explicación de tanto fracaso de pareja que se produce en los últimos tiempos. Cuando uno agarra el hábito de la falsificación hasta con uno mismo, es casi imposible ser auténtico al mismo tiempo con la pareja, y sin autenticidad, una pareja está condenada al fracaso, aunque, de cara a la galería, siempre queda el recurso de, para no variar, seguir falsificando la realidad.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

lunes, 10 de octubre de 2016

Hoy 10 de Octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental

Por Compartiendo mi opinión
El 10 de Octubre es el Día Mundial de la Salud Mental (World Mental Health Day), para sensibilizar al público acerca de los problemas de salud mental.

El Día de la Salud Mental, ha sido establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), con el propósito de cambiar nuestra forma de ver a las personas que padecen enfermedades mentales.

En todo el mundo hay unos 400 millones de personas que sufren trastornos mentales, neurológicos u otro tipo de problemas relacionados con el abuso de alcohol y drogas. Algunas de las enfermedades mentales más comunes son la esquizofrenia, Alzheimer, epilepsia, alcoholismo, depresión, entre otras.

Cuando hablamos de trastornos mentales, hacemos referencia al pensamiento humano y todas sus funciones, las cuales pueden desmoronarse, como un castillo de arena y verse afectadas por diferentes enfermedades que pueden aparecer en cualquier momento de la vida, desde que somos niños hasta la vejez. Es importante que sepamos que ninguno de nosotros es inmune a los trastornos mentales, no importa en que país vivamos o si somos ricos o pobres.

En los países desarrollados, las personas con discapacidad mental, a pesar de que hoy en día cuentan con más apoyos y programas de rehabilitación para integrarlos a la vida social, luchan todo los días por salir adelante en medio de todo el rechazo al que se enfrentan. Por otra parte, en los países en desarrollo, la pobreza, el abandono y la marginación son los denominadores comunes que enmarcan las enfermedades mentales, y aunque cada vez hay más y mejores tratamientos para la enfermedad mental, en estos países se tiene poco acceso a este tipo de atención.

La Organización Mundial de la Salud, trabaja para lograr una mejora de la calidad de vida de las personas que tienen una enfermedad mental, así como de sus familiares y de todas las personas de su entorno. De igual manera, su objetivo es que la atención médica llegue cada día a más personas y que seamos conscientes que aquellos que padecen enfermedades mentales necesitan menos exclusión, menos discriminación y más ayuda para poder desarrollarse y vivir mejor.

La salud mental no es sólo problema de unos pocos (un 12% de la población mundial) si no que es un problema que nos concierne a todos y cada uno de nosotros. No solo el que padece la enfermedad es el que sufre las consecuencias, sus familiares sufren igualmente los efectos de estas patologías.

Las cifras disponibles muestran que, en las Américas, la mayoría de los niños que necesitan atención de salud mental no reciben el tratamiento necesario. 

Desde una perspectiva financiera, está claro que el tratamiento temprano de niños y adolescentes puede reducir los costos de la atención en años posteriores así como también los costos sociales, por los comportamientos antisociales que pueden ser resultado del fracaso del tratamiento en la temprana. 

Además, el suicidio en los jóvenes es un problema de salud mental generalizado y es la tercera causa de muerte entre los adolescentes en todo el mundo, según esta investigación. El abuso de sustancias en adolescentes también es un problema mundial. 

La Organización Panamericana de la Salud - OPS está trabajando con los países para elaborar programas especiales para niños y adolescentes. La elaboración de estrategias apropiadas que enfoquen a la salud mental de los niños, además del mejoramiento de los servicios especializados puede tener un impacto positivo muy fuerte.

sábado, 8 de octubre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: DESASTRES NATURALES

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Me encuentro en Florida, donde un poderoso huracán está azotando desde hace bastantes horas, y lo seguirá hacienda por bastantes horas más, la costa Este del estado. El ojo del huracán pasa en estos momentos muy cerca de la zona donde me encuentro. Puesto que no puedo hacer otra cosa, es un buen momento para escribir; para reflexionar y escribir. Veo por la ventana impresionantes cortinas de lluvia, y tremendas ráfagas de viento meneando árboles. Nunca había vivido tan de cerca un huracán de esta fuerza, aunque sí he vivido otras catástrofes naturales en El Salvador.

Mañana, cuando todo esto haya pasado, podrán verse de cerca multitud de árboles caídos, áreas inundadas, cientos de miles de hogares sin energía, e innumerables daños en casas y edificios. Daños todos ellos materiales, casi siempre reparables, que serán reparados en poco tiempo. Lo que probablemente a penas habrá, si es que hay, será pérdida de vidas humanas, siempre irreparables. E inevitablemente me pregunto cuál sería el resultado si este mismo azote natural pasase en El Salvador. Mi memoria me lleva a las dos catástrofes naturales que viví en El Salvador en los últimos veinte años: el huracán Mitch de 1998, y los terremotos de 2001. Y me lleva también a los daños materiales, y sobre todo humanos que causaron.

Es obvio que cada azote natural es particular y diferente a los demás, y no tan fácilmente son comparables, pero es obvio también que los azotes naturales de gran magnitud provocan la pérdida de muchísimas vidas en ciertas partes del mundo, y de pocas vidas en otras partes del mundo. He aprendido también que en los países donde provocan menor perdida de vidas, en algún momento de la historia era diferente, pero de algún modo han sabido superar la desgracia y aprender, trabajar y organizarse para que la desgracia del pasado no se repita en el futuro. Sin embargo, en otras zonas del mundo las desgracia del pasado se repite en el presente, y, triste es decirlo, se repetirá en el futuro.

Siempre oigo a los gobernantes de estos países, El Salvador entre ellos, decir que no hay recursos para afrontar la crisis con prontitud, ni, mucho menos, para prevenirla. He oído a expertos en economía explicar que la tal falta de recursos viene motivada, en gran medida, por la enorme deuda externa que tienen nuestros países con los del primer mundo, que les mantiene atados de manos. Y no pretendo discutir la validez de tal teoría, pero es que me recuerda mucho a la situación de la vendedora de un puesto callejero cualquiera en el centro de San Salvador, por ejemplo, que compra su mercadería con algo de dinero prestado de los prestamistas que hacen de ello su negocio cobrando elevadísimos intereses, de modo que la vendedora no puede más que pagarlos, “subsistir”, y volver a pedir prestado para seguir “subsistiendo”.

Y es que si se investiga un poquito más en la administración del dinero de muchas de estas personas puede verse que, pese a los altos intereses, el dinero que ganan da, normalmente, para algo más que para subsistir, pero usan ese dinero en cosas absolutamente prescindibles en vez de reinvertirlo en mercadería para no tener que pagar intereses, o , simplemente, en educación, y poder crecer doblemente de esta manera. Lo mismo pasa con el dinero que se recibe de remesas o de cualquier otra fuente. Pedir dinero prestado está bien si es con la intención de crecer, pero de alguna manera nos hemos acomodado a pedir prestado no para crecer, sino simplemente para subsistir; se ha convertido en una forma de vida que no nos permite mejorar ni afrontar emergencias, y que no nos lleva a ninguna parte. Ni para atrás ni para adelante.
De la misma manera funcionamos como sociedad y como estado. Si se toma en cuenta lo inútil e infructuoso de muchísimo del gasto público, por no mencionar otros vicios característicos como la corrupción y saqueo de arcas públicas, y se añade a ello, y como consecuencia, el mínimo o nulo interés en pagar impuestos por parte de los demás, comprenderemos por qué nunca tenemos recursos para afrontar o prevenir emergencias o desastres. Y si además consideramos nuestra maña cultural de fiar todo a la voluntad de Dios, o de confiar todo al falso optimismo de que “todo va a salir bien”, comprenderemos también que esto no va a cambiar tampoco en el futuro. No tenemos derecho a hablar de desastres naturales. Son simplemente azotes naturales. Somos los humanos quienes evitamos el desastre, o los convertimos en desastre. Se trata, en definitiva, de desastres humanos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 1 de octubre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LOS PSICÓPATAS

Dentro de los trastornos mentales la psicopatía, en mayor o menor grado, es uno de los más comunes, aunque, a la vez, de los menos reconocidos; tal vez por el desconocimiento de su significado, de su contenido. A veces hemos escuchado referirse a alguien como un psicópata, y nos suena como a algo parecido a estar loco, o algo así. De hecho, mucha gente tiende a resumir los diferentes trastornos mentales en una sola palabra; estar loco.

Sin embargo, la psicopatía, más que como un trastorno mental, cabría considerarla como un trastorno social de la personalidad del individuo. Me explicaré para que se entienda bien clarito. El psicópata es, básicamente, la persona que no atiende ni considera los valores o los intereses generales y comunes, ni las reglas o las leyes que buscan el bien común. En cambio, crea sus propios valores y sus propias reglas con base a sus intereses particulares, estrictamente personales, sin considerar el interés de otros, o el interés social; frecuentemente, ni siquiera el interés o el derecho de sus familiares o seres cercanos.

El psicópata muestra un fuerte comportamiento antisocial, y, al mismo tiempo suele ser abierto, desinhibido, seductor y envolvente en su relación con los demás. Nótese que esto no es una contradicción. No confundamos ser social con ser sociable. El psicópata tiende a ser sociable por su carácter abierto y fácil relación con los demás, pero al mismo tiempo es antisocial porque siente poca o nula empatía por los demás, y porque no considera los intereses o los derechos de los demás sino solo sus propios intereses y sus propias reglas.

Precisamente su carácter abierto y sociable suele ayudarle no solo a pasar inadvertido como psicópata, sino a crearse una imagen positiva ante los demás, y a ganarse su confianza. Sin embargo, como suele decirse, es solo una piel de cordero que esconde un lobo dentro de sí. Y es que el psicópata siente muy poca o nula empatía por los demás, y muy poca o nula sensación de remordimiento o arrepentimiento. Sus muestras de pesar o de alegría por asuntos de otras personas suelen ser pura actuación, y suelen ser buenos actores.

Pero el mayor problema con los psicópatas es que sus únicos valores son aquellos que benefician su interés personal, lo que significa que tenderá a satisfacer su interés personal sin importarle lo más mínimo el perjuicio que con ello le esté ocasionando a otros, a veces incluso, insisto, a familiares o seres cercanos. Es común, por tanto, que tras ganarse la confianza de los demás, tienda a aprovecharse de ella en su interés. Cualquiera que se interpone en sus pretensiones se convierte en su enemigo y objeto de su odio, y tenderá establecer alianzas y a fabricar bulos para desacreditarla y quitarla de en medio de la forma que sea.

El psicópata tiende a ser obediente con las leyes siempre que vea que desobedecerlas entraña alto riesgo, pero es una obediencia basada absolutamente en el temor, y para nada en el respeto a la misma. Y es que, en el fondo, la única ley que el psicópata considera es su propia ley con base a sus propios intereses, por lo que si ve la posibilidad de burlar las leyes o los derechos ajenos sin ser descubierto, lo hará sin el más mínimo recato ni remordimiento.
Naturalmente que este trastorno se da en diferentes grados, desde leve hasta muy severo, y frecuentemente combinado con otros trastornos y otras manifestaciones; pero ahora que sabe cómo es básicamente un psicópata, seguro que le han venido a la mente más de dos o tres personas conocidas, posiblemente incluso algún familiar; y puede ser que hasta usted mismo, aunque le cueste reconocerlo. Pero probablemente le han venido a la mente infinidad de políticos. Sí, en este gremio es donde más abundan los psicópatas. Y no es extraño; la personalidad sociable del psicópata le ayuda a ganarse la confianza de la gente que le va a votar. Después, desde una posición de poder le es más fácil burlar, adaptar o deformar las leyes de interés común para satisfacer sus intereses personales.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.