sábado, 22 de octubre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA DENTADURA PERFECTA



Ha salido al mercado una especie de máscara de dentadura perfecta que fácilmente se coloca sobre la propia dentadura, escondiéndola, y permitiendo lucir una dentadura espectacular. En estos tiempos en que la imagen vale cada vez más; en que la imagen vale más que la propia realidad; en que la imagen lo vale todo, no me cabe duda de que será un éxito. Sin embargo, tengo una reserva, y es que, aunque en casos específicos puede ser útil como puerta que se abre, en vez de cerrarse, para dar a conocer nuestra propia valía general; en la mayoría de los casos servirá, sobre todo, para que descuidemos más nuestra salud dental, a la que damos más importancia por imagen que por salud y funcionalidad.

Varias veces me he referido ya en estos blogs a la tendencia acelerada que tiene esta sociedad occidental moderna a perder su autenticidad y a convertirse simplemente en fachada para que los demás vean lo que queremos que vean, y no la realidad. Me he referido a ello particularmente en algunos blogs dedicados a nuestro comportamiento en las redes sociales. Y no es que tenga nada de malo pretender que los demás vean una imagen positiva de nosotros mismos; al revés, eso es algo bueno, lógico y natural en el ser humano. Lo raro sería lo contrario.

Lo que no es bueno es la falsificación. Siempre consideramos la falsificación como algo negativo, en general, y rechazamos que alguien nos diga que somos falsos, sin percatarnos de que frecuentemente, en algunos casos casi permanentemente, estamos haciendo una falsificación de nosotros mismos. Y es que el problema no es simplemente el engaño a los demás, que suele importar poco, ya que, en la mayoría de los casos no les vamos a cambiar la vida con ello ni a ocasionar perjuicio alguno. El problema es que caemos en el engaño a nosotros mismos, y eso si es grave.

¿Por qué es grave? Pues porque hace que nuestros esfuerzos vayan dirigidos cada vez más a fabricar esa falsa imagen, y menos a recomponer esa fea realidad que es la que nos impulsa a esconderla y a deformarla de cara a los demás y a nosotros mismos. Y es como un circulo vicioso que se retroalimenta, porque lógicamente, al dedicar cada vez menos esfuerzo a recomponer o mejorar la fea realidad, lo más probable es que esta fea realidad siga siendo fea, y cada vez más fea, y que tengamos que dedicar cada vez más esfuerzo a esconderla, y menos a mejorarla.

El resultado final es fácil de imaginar: la fea realidad termina haciendo grandes estragos en nuestra salud mental, en nuestra salud familiar, y frecuentemente también en nuestra salud física. Y no solo eso, sino en nuestra salud social también, porque suele pasar que nos acostumbramos tanto a engañarnos a nosotros mismos, que pensamos que de igual manera engañamos a los demás: pero eso no es así; caemos en contradicciones y en sinsentidos que los demás detectan mucho más fácilmente que nosotros mismos. Al final, la única relación social que se conserva es una falsa relación en las redes a través de una pantalla.
Pero el daño mayor se lo hacemos a nuestra salud matrimonial o de pareja. Sí, aquella persona con la que convivimos cada día y ante la que no podemos esconder casi nada, porque está ahí con nosotros cada día para tirarnos mutuamente a la cara mil y un reproches. Esa es parte de la explicación de tanto fracaso de pareja que se produce en los últimos tiempos. Cuando uno agarra el hábito de la falsificación hasta con uno mismo, es casi imposible ser auténtico al mismo tiempo con la pareja, y sin autenticidad, una pareja está condenada al fracaso, aunque, de cara a la galería, siempre queda el recurso de, para no variar, seguir falsificando la realidad.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

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