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domingo, 12 de febrero de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: MITOMANIA

El término puede despistar un poco. No; no tiene mucho que ver con mitología, sino con mentiras, aunque, como veremos después, sí hay alguna relación. En anteriores blogs he hablado de las interpretaciones que debemos darle a las mentiras en los niños. He hablado también de las verdades ficticias, que no dejan de ser mentiras, en las redes sociales; y en esta ocasión, de la mentira como enfermedad; sí como trastorno mental. Por supuesto, no significa esto que mentir sea enfermizo; de hecho, no existe persona en el mundo que no haya mentido nunca, sea por la razón que sea. La mayoría de personas mienten numerosas veces, sin que ello sea enfermizo, aunque tampoco significa que sea éticamente correcto.

¿Dónde está entonces la diferencia entre la mentira racional y la mentira enfermiza? Pues precisamente en eso, en su racionalidad. Es decir, normalmente se miente por una razón, que puede ser para evitar un castigo, para evitar una vergüenza, para ofrecer una imagen favorable, para obtener una ventaja material o económica, para dañar a otra persona por odio o celos, u otro tipo de motivos, que, independientemente de su ética, tienen una explicación, una razón de ser. Sin embargo, hay personas que mienten continuamente sin razón aparente; simplemente porque sí. Esto es la mitomanía, la mentira compulsiva, patológica o enfermiza.

Aunque hay casos que se detectan fácilmente porque cuentan como si fuera verdad historias fantásticas difíciles de creer, en la mayoría de los casos no es tan fácil detectarlos a primera vista, porque las mentiras suelen ser sobre situaciones absolutamente cotidianas, nada comprometidas, donde no tiene ningún sentido mentir. Por ello, cualquier persona con sentido común creerá la mentira si no es muy fantástica. Sin embargo las personas que viven o trabajan con el mitómano empiezan a descubrir por casualidad que lo que dijo el otro día no era cierto, y que lo que dice ahora se contradice con algo que dijo ayer, y así un día tras otro.

Frecuentemente no solo tienen esa compulsión a mentir, sino a exagerar las situaciones cotidianas, y a exagerar mucho más aún situaciones que van más allá de lo cotidiano, convirtiéndolas en mucho más alarmantes y trágicas de lo que son en realidad, y creando en su entorno sensación de alarma y angustia innecesariamente. Y en este punto, o cuando cuentan historias fantásticas, es donde encuentra sentido el término “mitomanía”, ya que “mito”, en griego, significa cuento o relato. Lo cierto es que, mentiras o exageraciones, no es raro que el mitómano prácticamente llegue a creerse sus historias, y cree su mundo fantástico paralelo.

¿Por qué lo hacen? No hay una explicación científica concreta, pero normalmente se asocia a bajos niveles de autoestima. Tal vez si dijesen la verdad no serían mal vistos por los demás, pero debido a su baja autoestima, ellos piensan que sí; de modo que mintiendo buscan la aprobación y aceptación de los demás sobre algo en que los demás ni siquiera son quienes para aprobar o desaprobar. O bien, con las exageraciones o historias fantásticas buscan el protagonismo, el foco de atención innecesariamente, lo que igualmente indica baja autoestima. Pero es una búsqueda de protagonismo o aprobación solamente inmediata. En el medio y largo plazo el efecto es el contrario, puesto que la gente, al descubrir la mentira, le va retirando su confianza, con lo que es difícil que construyan relaciones sólidas y duraderas.
¿Existe cura? Sí, el trastorno es curable, pero requiere de una gran colaboración por parte del propio paciente, y esto es lo más difícil, porque no será nada fácil que admita sus mentiras; sería como ver derrumbarse los castillos que ha construido en el aire, aunque que él ve en la tierra. Aún confrontándole y poniendo en evidencia sus mentiras, el mitómano tratará de evitar la conversación con excusas, o desviar la atención hacia otros temas. Y aún convenciéndole de que se someta a terapia, es común también de que mienta en la terapia, o mienta a los familiares sobre la terapia, lo que complica trabajar con ellos y llevan la terapia al fracaso. Conviene por ello que reciban la terapia junto con una persona cercana como testigo. Superando todos estos inconvenientes, una terapia de refuerzo de su autoestima y auto aceptación, así como el apoyo de su entorno, debería proporcionar buenos resultados.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Consultas on line

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 4 de febrero de 2017

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: RAZA, EDUCACION Y CULTURA

 

Probablemente ya he hablado de ello en alguna ocasión, y más particularmente desde que la campaña electoral y posterior elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos desatara una aparente ola de Xenofobia en Estados Unidos en contra de ciertas minorías inmigrantes. He mencionado que lo que más preocupa a los estadounidenses a cerca de ello, es su seguridad, y en el caso latino, también la competencia que la cultura latina empieza a crearle a la norteamericana. ¿Es esto racismo?

Nos hemos acostumbrado a denominar racismo a cualquier forma de rechazo hacia una minoría, asumiendo que dicho rechazo es fundamentalmente por motivos de raza; sin embargo, creo que esto es un error. No se puede negar que existan ciertos sectores de la sociedad norteamericana que tienden a considerar a otras razas como inferiores, pero no es menos cierto que los de dichas minorías que consiguen integrarse en su cultura y su forma de vida no pueden hablar de rechazo, en general. Y eso me da que pensar, porque si se tratara de rechazo a la raza, el rechazo seguiría existiendo.

Y con respecto a la diferencia cultural, es obvio que la convivencia de diferentes culturas siempre tiende a generar algún nivel de conflicto. Sin embargo dicho conflicto solo se hace evidente cuando una cultura ignora sus límites y tiende a invadir e irrespetar a la otra. Ya he dicho que los norteamericanos, en general, no ven con malos ojos la coexistencia con otras culturas minoritarias, porque esa ha sido siempre la esencia con la que este país se ha ido construyendo, pero, lógicamente, no pueden ver con buenos ojos que su país deje de ser su país.

No podemos negar que los latinos tenemos cierta tendencia a ser invasivos y a irrespetar espacios ajenos, y eso es lo que hacemos con nuestra cultura también. Y esos son los aspectos de nuestra cultura que ellos rechazan, porque, por otro lado, ellos admiran y tratan de adoptar algunos aspectos de la misma que a ellos les resultan llamativos, como nuestra alegría y forma de divertirnos. No es la cultura en sí misma lo que ellos rechazan, sino cómo tratamos de imponerla a veces, incluso sin darnos cuenta.

Pero hay un aspecto que sí es motivo de fuerte rechazo, y que tendemos a interpretar como racismo, y es el educativo. Lamentablemente, el nivel educativo de la inmensa mayoría de los inmigrantes latinos es muy inferior al nivel educativo general del estadounidense. Las maneras y formas de desenvolverse del inmigrante latino no encajan frecuentemente en la cultura estadounidense, y ello genera rechazo; parecido rechazo al que pudiera generar dentro de nuestra propia cultura latina, solo que en ese caso asumimos y superamos el rechazo porque, a fin de cuentas, nos une la raza y la cultura.
En cambio, dentro de la cultura estadounidense, tal rechazo puede resultar insuperable porque tampoco hay elementos culturales o raciales que ayuden a la integración. ¿Y acaso no hay estadounidenses con deficiente nivel educativo? Claro que sí, aunque son menos; y en cualquier caso también generan rechazo, pero al igual que entre los latinos, dicho rechazo entre ellos se ve aliviado por tener vínculos culturales y raciales comunes. En definitiva, en la mayoría de casos que interpretamos como racismo, no es la raza o la cultura; sino la educación lo que nos separa.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.

sábado, 3 de diciembre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA AMENAZA LATINA


Hablaba en el blog anterior de la amenaza que la sociedad norteamericana siente sobre la inmigración latina; amenaza a la seguridad y tranquilidad de la convivencia. Pero la sensación de inseguridad sobre los latinos va más allá aún; es más profunda. Me explico, el crecimiento de la comunidad latina es exponencial. Todavía es una minoría, pero en escaso tiempo claramente se ha convertido en la mayor de las minorías en Estados Unidos, y, a este paso, en varias décadas amenaza con convertirse en mayoría. Además, al contrario que otras comunidades, como las asiáticas, que tienden a enclaustrarse bastante y a establecer sus relaciones y dirimir sus conflictos a nivel interno, sin que el resto de la sociedad lo perciba; la comunidad latina es claramente abierta, participativa y notoria, por lo que tanto las bondades como los vicios de nuestra cultura tienden a quedar mucho más expuestos en la sociedad norteamericana.

Ello hace que, independientemente de bondades y vicios, los norteamericanos sientan la cultura latina como extremadamente invasiva, y, por tanto, amenazante a su propia cultura. No me cabe duda de que si no fuera por esos “vicios culturales” latinos, algunos de los cuales, a los ojos norteamericanos, no son vicios, sino serios delitos, la sociedad norteamericana estaría encantada con la cultura latina, siempre y cuando sea eso, minoría. Pero con un mínimo de empatía es fácil entender que no vean con buenos ojos que lo que sea una minoría en el futuro sea su propia cultura, porque la cultura latina se haya convertido en mayoría.

Probablemente, antes de una mínima reflexión, muchos latinos estarían felices de que la cultura latina fuera la mayoritaria en Estados Unidos. A eso es a lo que nos lleva el orgullo infundado y la precipitación irreflexiva característica de nuestra cultura. Pero si reflexionamos un poco comprenderemos que si lo que queremos es una cultura latina dominante, no necesitamos salir de nuestros países; y que si abandonamos nuestros países latinos es porque lo que necesitamos es algo que nuestros países latinos, con su cultura latina, no nos dan; no nos han dado casi nunca, ni tenemos esperanza de que nos den en el futuro.

Ahora díganme, ¿Qué pasaría si convertimos a Estados Unidos en otro país latino? ¿A qué país nos vamos entonces a buscar las oportunidades? Algo así debió pensar el más de 30% de latinos que votó por un personaje impresentable como presidente. Me pregunto cuántos latinos hubieran votado a un candidato más presentable, con parecidas propuestas, pero expuestas de forma más amigable, razonable y conciliadora, y menos populista, aversiva y polarizante. No simpatizo en absoluto con el señor Trump ni con sus maneras. Simplemente trato de entender y transmitir el mensaje que la sociedad norteamericana nos está mandando con esta elección. 

Estados Unidos es un país que se ha construido a si mismo en base a minorías que han ido llegando poco a poco de diferentes partes del mundo en diferentes épocas de la historia, y que se iban integrando en la base ya existente, que a su vez había ido creciendo de la misma manera desde los primeros inmigrantes, motivados siempre por asuntos relativos a la economía y la libertad. Así ha sido siempre, formándose una sociedad con una homogeneidad cultural en perfecto y sorprendente equilibrio con la heterogeneidad de cada uno de sus componentes. Y el componente latino ha sido claramente también uno de ellos. Pero es que ese componente latino ha sido siempre una clara minoría, como todas las demás. Sin embargo, cuando la minoría latina se convierte en una minoría demasiado grande, y notoria además, amenazando incluso con ser mayoría, ese equilibrio del que hablo está en peligro.

Pero no puede ser que se ponga un alto absoluto a la inmigración; no tiene sentido, porque Estados Unidos dejaría de ser lo que es. Estoy convencida de que se trata solo de un alto a la inmigración abusiva e incontrolada, una forma de decir, aunque muy mal dicho, “frenen que se han pasado el límite de velocidad”, y, la verdad, tiene sentido. Traten de recordar el escándalo que se armó en El Salvador por el caso de una mujer norteamericana, insisto, una sola, que viajó a El Salvador ilegalmente en busca de su hija. Se trató poco menos que como una cuestión de ofensa y amenaza a la seguridad nacional, mientras, al mismo tiempo, pretendemos que en el Norte reciban con los brazos abiertos a nuestro millón de salvadoreños ilegales.
Bueno, y entonces… ¿Qué hacemos con nuestro exceso de población que no tiene cabida en Estados Unidos? Buena pregunta, pero es que hay que hacérsela antes, no después de que el señor Trump les cierre la puerta. Ahora resulta que hay bastantes millones de personas que no tienen cabida ni en Estados Unidos, ni tampoco en sus propios países de origen, pero responsabilizamos a Estados Unidos de no darles la oportunidad, sin entender que tuvieron que marcharse allá porque fueron sus propios países quienes no les dieron la oportunidad; y sin entender que fueron a buscar el sueño americano porque no existe un sueño salvadoreño, ni mexicano, ni de ningún país latino. Tenemos hijos y más hijos para que se haga cargo de ellos el vecino rico, y les dé trabajo con el cual nos mantengan a nosotros, e, indirectamente, a nuestros sistemas corruptos. Es fuerte decirlo así, pero es la cruda realidad.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.    

sábado, 19 de noviembre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: SUPERTRUMP

No me refiero al grupo musical, a caballo entre la década de los 70´s y los 80´s, llamado Supertramp, muchos lo recordarán; sino al personaje que el pasado 8 de noviembre ganó las elecciones a la presidencia del país más poderoso del mundo, y por tanto, del país más poderoso de El Salvador. Sí, ya sé; dicen que El Salvador tiene su soberanía; incluso lo dice la constitución, pero la cosa es si lo dice el presidente del país más poderoso de El Salvador. No es la primera vez que hablo de este personaje, y, muy probablemente, no será la última. De momento, lo que el futuro presidente del país más poderoso de El Salvador ha prometido es expulsar a entre dos y tres millones de indocumentados con problemas con la justicia norteamericana.

Supongo que la mayoría de ellos no son salvadoreños, pero supongo también que, entre la minoría, un grupo destacado lo forman salvadoreños. Y sí, ya sé, la mayoría de salvadoreños son honrados y van solo a trabajar para mantener a sus familias en El Salvador, como la mayoría de mexicanos y la mayoría de otros países latinos. Pero la minoría que causa problemas es suficientemente significativa como para que muchos norteamericanos tiendan a generalizar el problema a los inmigrantes en general, lo cual parece inaudito, tomando en cuenta que Estados Unidos es un país construido con y por inmigrantes (no siempre voluntariamente) como material de construcción, y, a la vez, como maestros de obra.

Lo que el señor Trump ha hecho en su campaña electoral es detectar y explotar esa sensación de inseguridad que ha ido creciendo durante años en gran parte de la sociedad norteamericana, y que permanecía subconsciente porque cualquier manifestación racista o xenófoba no es permitida en Estados Unidos, aunque al señor Trump sí le fue permitida sin penalización alguna. Ello ha dado pie a que gran parte de la sociedad se haya manifestado en el mismo sentido; no públicamente, claro, porque no todos tienen los privilegios del señor Trump, pero sí en secreto; en el secreto del voto, que ese es privilegio de todos.

La inseguridad de la que hablo tiene dos fuentes bien identificadas y muy diferentes entre sí. Una es la inseguridad por la amenaza terrorista, y apuntan claramente a la comunidad musulmana. Y es claro que una inmensa mayoría de esta comunidad son inmigrantes que buscan simplemente su oportunidad en el país de las oportunidades, y que no supone amenaza alguna, pero existen también argumentos para sospechar que una pequeña minoría de esa comunidad sí pueda suponer una amenaza, y, aunque para las autoridades pueda resultar más fácil identificarlos, para la sociedad no. Y sería bueno para todos que la mayoría de esa comunidad se manifestara abiertamente en contra de su propia minoría sospechosa, generaría confianza, pero eso es algo que no sucede.

La otra fuente de inseguridad, la que nos atañe a nosotros, apunta a la comunidad latina. Seguro que nosotros, como latinos, somos capaces de entender muy bien la inseguridad que se refiere a la comunidad musulmana, pero me temo que no tan fácilmente somos capaces de entender la que nos atañe a nosotros. ¿Por qué la inmigración latina genera inseguridad? Hace algún tiempo el señor Trump decía que somos traficantes de droga, criminales, violadores… y no sé cuántas cosas más. Lo decía de los mexicanos, pero sabemos que para los norteamericanos, del río Grande hacia el sur todos somos mexicanos.

Por supuesto que semejante afirmación es tan errónea y ofensiva como decir que todos los árabes son terroristas. Sin embargo, es claro también que tienen argumentos para sospechar que una pequeña minoría de la comunidad latina sí pueda suponer una amenaza en ese sentido. Argumentos hay de sobra. Veamos, en cuanto al tráfico de droga, desde los años 80 no hay más que ver de dónde viene, por dónde entra, y quienes la distribuyen para entender dicha amenaza. En cuanto a la criminalidad y las violaciones, naturalmente que la mayoría de latinos no son criminales ni violadores, pero ¿No habrá una minoría suficientemente significativa en situación de riesgo de cometer crimen o violación?
Pensemos un poco. Esa es una situación bastante habitual en nuestros países latinos, no lo vamos a negar; en ciertos niveles sociales demasiado habitual; casi forma parte de su subcultura. Y precisamente es de esos niveles sociales de donde proceden la mayoría de los inmigrantes indocumentados. Y emigran sin más que lo puesto, pero incluyendo su cultura, sus hábitos, y su, generalmente, escasa instrucción. Una vez en Estados Unidos, la brecha educativa, la barrera lingüística, y, sobre todo, la situación de ilegalidad que les obliga a vivir, en alguna medida, ocultos, les dificulta enormemente la posibilidad de entender que en el nuevo país las cosas son de una forma muy distinta, y adaptarse a la misma. Es un tema que da para mucho y hablaré más de él.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
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domingo, 6 de noviembre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: OTRA VUELTA DE TUERCA


Holanda. No podía ser en otro lugar la propuesta de legalizar la eutanasia activa para aquellas personas que, aun estando suficientemente sanas físicamente, estén, simplemente, agotadas de vivir. Holanda ha sido tradicionalmente el país pionero en abrirse, liberalizar y regular temas que han sido siempre tabú en la cultura occidental. No necesariamente en otras, pero a los occidentales es la única que nos sirve de referencia, porque es en la que estamos inmersos.

Holanda ha sido pionera en temas de drogas, prostitución, homosexualidad, y también de eutanasia. Y de alguna manera otras sociedades occidentales siguen después su camino uno o varios pasos por detrás; y algunas otras sociedades mantienen su rechazo y su defensa de los valores tradicionales y simplemente dicen “Bueno, es Holanda, ya se sabe”. Y las sociedades que estamos más ancladas a los valores tradicionales nos imaginamos que esa revolución en los valores de los holandeses les ha de traer consecuencias nefastas. Algo así como que si las drogas son legales, todo el mundo se droga allí; si el aborto es libre todo el mundo aborta allí; y si la eutanasia es permitida, todo el mundo allí la practica llegado el momento.

Y la realidad es muy distinta. Los índices de drogadicción son mucho más elevados en otros países que en Holanda. Los índices de aborto en Holanda son muchísimo más bajos que en El Salvador, por ejemplo, que tiene el dudoso honor de ser uno de los cinco países del mundo que lo prohíben tajantemente en cualquier circunstancia. Y la muerte asistida no es una práctica común; es simplemente una opción. Por no mencionar que cuando estas cosas suceden en Holanda, en muchos casos no es por parte de los holandeses, sino del turismo que recibe asociado a estas libertades que en otros países no existen o están restringidas.

De alguna manera, Holanda primero, y otros países después, ya nos han hecho reflexionar un poco sobre el tema de la eutanasia; no a todos, por supuesto; hay muchas personas siempre abiertas al escándalo y siempre cerradas a la reflexión objetiva. Y reflexión objetiva no significa necesariamente adoptar una posición favorable o contraria; simplemente analizar el tema objetivamente y sin condicionantes culturales o dogmáticos. De hecho, suele suceder que cuando se es capaz de hacer esa reflexión objetiva e independiente no es fácil adoptar una posición favorable o contraria clara y sin reservas. La gente que se escandaliza suele ser gente esclava de dogmas y prejuicios.

Ahora nos plantean una vuelta de tuerca más, un nuevo reto a nuestra capacidad reflexiva. No conozco a fondo la propuesta; me imagino que tendrá sus regulaciones, y que no será aplicable a cualquier persona que un mal día se despierte con el ojo izquierdo y sin ganas de vivir; asumo que su aplicación sea exclusiva a personas que cumplan criterios bien analizados. El tema da para una detenida reflexión a la que dedicaré otro espacio. En éste solo lo introduzco para empezar a digerirlo sin prisas.
Pero entonces, ¿Hasta dónde vamos a llegar? Pues no lo sé. Dudo que en algún momento llegue a ser reconocido el derecho al suicidio libre. Supongo que hay una clara frontera entre cuándo la muerte es un deseo larga y serenamente meditado, como respuesta a una situación de sufrimiento terminal, bien sea físico o psíquico, normalmente en personas mayores; y cuándo es un deseo impulsivo e irreflexivo debido a alguna situación eventual transitoria y reparable. Supongo, solo supongo, que nunca habrá una mayoría que no vea esa frontera; pero no sé hasta dónde vamos a llegar. Llegaremos hasta donde los holandeses digan, y no sé si será bueno o no. Lo que es claro es que con escándalo y prejuicios no llegaremos a ninguna parte, y sí sé que eso no es bueno.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

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Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 22 de octubre de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA DENTADURA PERFECTA



Ha salido al mercado una especie de máscara de dentadura perfecta que fácilmente se coloca sobre la propia dentadura, escondiéndola, y permitiendo lucir una dentadura espectacular. En estos tiempos en que la imagen vale cada vez más; en que la imagen vale más que la propia realidad; en que la imagen lo vale todo, no me cabe duda de que será un éxito. Sin embargo, tengo una reserva, y es que, aunque en casos específicos puede ser útil como puerta que se abre, en vez de cerrarse, para dar a conocer nuestra propia valía general; en la mayoría de los casos servirá, sobre todo, para que descuidemos más nuestra salud dental, a la que damos más importancia por imagen que por salud y funcionalidad.

Varias veces me he referido ya en estos blogs a la tendencia acelerada que tiene esta sociedad occidental moderna a perder su autenticidad y a convertirse simplemente en fachada para que los demás vean lo que queremos que vean, y no la realidad. Me he referido a ello particularmente en algunos blogs dedicados a nuestro comportamiento en las redes sociales. Y no es que tenga nada de malo pretender que los demás vean una imagen positiva de nosotros mismos; al revés, eso es algo bueno, lógico y natural en el ser humano. Lo raro sería lo contrario.

Lo que no es bueno es la falsificación. Siempre consideramos la falsificación como algo negativo, en general, y rechazamos que alguien nos diga que somos falsos, sin percatarnos de que frecuentemente, en algunos casos casi permanentemente, estamos haciendo una falsificación de nosotros mismos. Y es que el problema no es simplemente el engaño a los demás, que suele importar poco, ya que, en la mayoría de los casos no les vamos a cambiar la vida con ello ni a ocasionar perjuicio alguno. El problema es que caemos en el engaño a nosotros mismos, y eso si es grave.

¿Por qué es grave? Pues porque hace que nuestros esfuerzos vayan dirigidos cada vez más a fabricar esa falsa imagen, y menos a recomponer esa fea realidad que es la que nos impulsa a esconderla y a deformarla de cara a los demás y a nosotros mismos. Y es como un circulo vicioso que se retroalimenta, porque lógicamente, al dedicar cada vez menos esfuerzo a recomponer o mejorar la fea realidad, lo más probable es que esta fea realidad siga siendo fea, y cada vez más fea, y que tengamos que dedicar cada vez más esfuerzo a esconderla, y menos a mejorarla.

El resultado final es fácil de imaginar: la fea realidad termina haciendo grandes estragos en nuestra salud mental, en nuestra salud familiar, y frecuentemente también en nuestra salud física. Y no solo eso, sino en nuestra salud social también, porque suele pasar que nos acostumbramos tanto a engañarnos a nosotros mismos, que pensamos que de igual manera engañamos a los demás: pero eso no es así; caemos en contradicciones y en sinsentidos que los demás detectan mucho más fácilmente que nosotros mismos. Al final, la única relación social que se conserva es una falsa relación en las redes a través de una pantalla.
Pero el daño mayor se lo hacemos a nuestra salud matrimonial o de pareja. Sí, aquella persona con la que convivimos cada día y ante la que no podemos esconder casi nada, porque está ahí con nosotros cada día para tirarnos mutuamente a la cara mil y un reproches. Esa es parte de la explicación de tanto fracaso de pareja que se produce en los últimos tiempos. Cuando uno agarra el hábito de la falsificación hasta con uno mismo, es casi imposible ser auténtico al mismo tiempo con la pareja, y sin autenticidad, una pareja está condenada al fracaso, aunque, de cara a la galería, siempre queda el recurso de, para no variar, seguir falsificando la realidad.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.