Mostrando entradas con la etiqueta Socialismo del Siglo XXI. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Socialismo del Siglo XXI. Mostrar todas las entradas

sábado, 13 de junio de 2015

En Argentina, Brasil y Venezuela la corrupción y las falacias de las estadísticas ahuyentan la inversión

Tomado de Infobae
"La corrupción y las verdades a medias, en especial en estadísticas, frenan inversiones"


Por Gabriela Esquivada

Sebastián Edwards, chileno titular de la cátedra Henry Ford II de Economía y Comercio Internacional en la Universidad de California, analizó para Infobae las realidades en Argentina, Venezuela y Brasil


Sobre Venezuela: "Un país sofocado por el autoritarismo, las carencias económicas y la desesperanza".

Sobre Argentina: "Las empresas no invierten y los individuos compran dólares. Una receta para el desastre".

Sobre Brasil: "Un país atrapado entre la corrupción y las malas políticas económicas".
Edwards es un especialista en la región. Entre 1993 y 1996 fue economista en jefe para América Latina y el Caribe del Banco Mundial; mucha de su extensa obra académica se ha ocupado del tema: Left Behind: Latin America and the False Promise of Populism (2010), The Decline of Latin American Economies (2007), The Economics and Political Transition to an Open Market Economy: Colombia (2001), Anatomy of an Emerging-Market Crash: Mexico 1994(1997), Labor Markets in Latin America: Combining Social Protection with Market Flexibility (1997) y Crisis and Reform in Latin America: From Despair to Hope (1995), entre muchos otros.

Su trabajo más reciente sobre los países latinoamericanos, Left Behind (Quedarse atrás: América Latina y las falsas promesas del populismo), mostraba el optimismo que hace cinco años todavía causaba la región, porque en promedio había crecido de modo rápido y por primera vez en mucho tiempo no se la asociaba a la palabra crisis. También alertaba sobre los riesgos de basar esa mirada positiva en factores económicos volátiles. El libro clasificaba a los países latinoamericanos en tres categorías: los que estaban despegando, integrándose al mercado global; los nostálgicos de políticas económicas antimercado, y los que están a mitad de camino entre un modelo neoliberal y uno populista.

El profesor Edwards dialogó con Infobae sobre lo que sucedió en estos cinco años y cómo cambiaron esas economías.

-En vista de la evolución de Venezuela, Argentina y Brasil, ¿sigue pensando igual, o nuevamente observa una relación entre crisis y crecimiento en América Latina, y se repetirá el ciclo de alta ganancia y alta volatilidad?
La historia de la región latinoamericana es la historia de dieciocho países diferentes, por lo que es difícil generalizar. Hay países a los que les va mejor que a otros. Dicho esto, es verdad que ha habido un bajón en casi todas las naciones. Eso era predecible y muchos analistas lo dijimos en su momento. La bonanza latinoamericana se basó, en casi todos los lugares, en un boom de los precios de los commodities. Con la caída de los precios de exportación ha caído el crecimiento. Left Behind era un llamado de atención a los políticos locales, en el sentido de que toda experiencia populista termina mal. La historia reciente de un puñado de países de la región —incluyendo la Argentina— lo confirma en forma absoluta.

-¿Cuál ha sido la modificación mayor en el mapa de los tres grupos en los que dividió a los países latinoamericanos?
En ese libro dije que la gran duda era qué iba a pasar con Brasil. Es triste, pero irrefutable: Brasil ha caído del grupo de los que estaban despegando y hoy se encuentra entre los menos dinámicos, los más vulnerables y con mayores complicaciones. Es un país atrapado entre la corrupción y las malas políticas económicas.
-¿Qué lecciones ofrece el caso brasileño?
Tres. La primera: la inflación es un enemigo decidido de la buena performance económica. La segunda: no basta con controlar la inflación. La estabilidad es una condición necesaria para crecer y progresar, pero no es suficiente: se requiere además de reformas que promuevan la productividad y el empleo. (La reforma laboral del primer ministro francés, Manuel Valls, reafirma este punto). La tercera lección es que el tamaño es importante. Un país grande siempre atrae inversiones. La pregunta es cómo hacer para que estas sean óptimas. Estas lecciones también se aplican a Argentina, Venezuela y Nicaragua.
"MADURO ES UN ENERGÚMENO CON AMBICIONES DE TIRANO"

Después de estudiar durante décadas la economía moderna de América Latina, el profesor Edwards ha sintetizado que no es una exageración definirla como una combinación de crisis, crecimiento modesto, desigualdad y pobreza.
También advierte ciclos: si durante los tardíos 80 y los 90 muchos países de la región encararon reformas promercado, por efecto de su propia implementación y de la imbricación profunda del mundo global (por el cual lo que sucede en una punta del planeta afecta al resto) hubo crisis en México (1994), Brasil y Ecuador (1999), Argentina (2001), Uruguay (2002), República Dominicana (2003).
El crecimiento escaso, el desempleo creciente y el deterioro del tejido social causaron frustración y escepticismo. Algunos países se inclinaron por gobiernos entre reformistas y populistas, que adaptaron algunas de las medidas de la década neoliberal o inclusive dieron marcha atrás con éstas.
 - Hace cinco años le preguntaron qué está mal de los populismos. "Todo", respondió entonces ¿Revisaría algunos puntos hoy?
Sigo diciendo lo mismo: no hay nada rescatable en el populismo. Ahora lo digo en forma más enfática y terminante. El populismo no es sólo una catástrofe económica, sino que además termina siendo profundamente antidemocrático.
-En vida del presidente Hugo Chávez usted vaticinó que el neopopulismo en Venezuela tendría más consecuencias negativas que las aparentes. ¿Qué porvenir le ve al presidente Nicolás Maduro?
Maduro es un energúmeno con ambiciones de tirano. El populismo tiene un ciclo perverso y trágico: genera una euforia en el corto plazo y luego vienen el derrumbe, la frustración y la crisis. Los que pagan son siempre los más pobres. Lo vemos en Venezuela, un país sofocado por el autoritarismo, las carencias económicas y la desesperanza. El alto precio del petróleo hizo que la fase ascendente del ciclo fuera más larga que en otras experiencias. Pero al final la lógica de la historia se impuso.

ARGENTINA, "EL EPÍTOME DE LA CRISIS LATINOAMERICANA"

En su libro, el profesor Edwards —también asesor económico durante la gobernación de Arnold Schwarzenegger en California, Estados Unidos, y miembro del Comité de Consejo Científico del Instituto Kiel de Economía Mundial, basado en Alemania— sólo destaca positivamente el proceso en Chile, anuncia la crisis de Venezuela y ubica a algunos países como Colombia, Costa Rica y Perú entre los que pueden avanzar hacia la integración global con reformas de mercado.
Se mostró menos esperanzado con el caso Argentino. No sólo porque se encontraba dando clases en Buenos Aires durante 2001, poco antes de la gran crisis económica de diciembre que derivó en un peligroso resquebrajamiento institucional, sino porque ve en Argentina una síntesis de la historia económica de América Latina como una sucesión de crisis.

"Eso es así, desafortunadamente. Argentina es, sin dudas, el país más sofisticado de la región. Pero, al mismo tiempo, está capturado por una clase política mediocre y un tanto paranoica. Hay una idea generalizada de que en el mundo entero quiere perjudicar a la Argentina. Esta idea de una conspiración global ha llevado a los políticos argentinos a tomar atajos una y otra vez, a través de las décadas. El problema es que la política de los atajos lleva a crisis recurrentes", afirmó.
-¿Diría que ya atraviesa otra crisis o que se avecina otra?
Argentina es uno de tan sólo dos países en la región donde hay mercado negro de dólares; el que se le llame "azul" es una tontería. La sola existencia de este mercado negro demuestra que Argentina ya entró en la etapa de la crisis. La única pregunta pertinente es cómo va a ser la salida: si costosa o si muy costosa.
-¿Cuáles son los elementos más graves, tanto en la política económica como en el plano institucional?
Hay una carencia de certidumbre y de reglas de juego claras y estables. Ante esta realidad las empresas no invierten y los individuos compran dólares. Una receta para el desastre. La corrupción y las verdades a medias —especialmente en el área de las estadísticas— frenan las inversiones extranjeras. Esto es grave, ya que impide que se produzca la requerida transferencia de nuevas tecnologías. Entre los aspectos más importantes para generar inversiones extranjeras están la seguridad jurídica, el proceso de resolución de conflictos, la existencia de sistema judicial probo y honesto, y el respeto a los derechos de propiedad.

"EL POPULISMO NO ES SÓLO UNA CATÁSTROFE ECONÓMICA, SINO QUE ADEMÁS TERMINA SIENDO PROFUNDAMENTE ANTIDEMOCRÁTICO"

Edwards ha destacado en sus trabajos que no conviene confundir a la izquierda en general con el populismo. En Amércia Latina hay una nueva izquierda que considera moderna, como opuesta a la izquierda populista al estilo venezolano. Sus ejemplos centrales ha sido dos presidentes chilenos: Michelle Bachelet y Ricardo Lagos. Ambos son tan antipopulistas como él y en sus políticas modernas radica el éxito económico de Chile, cree el académico.
-Su país permanece como la estrella del sur. ¿Cómo cree que puede afectar el tema de la corrupción reciente, que la presidente Bachelet encaró prontamente?
Es un problema muy serio, sin duda. Sin embargo tiene un lado positivo. Con el éxito económico ha surgido una clase media exigente, que aspira a más y más. Entre otras cosas quiere transparencia y un fin a la corrupción. Otro aspecto positivo es que la competencia entre los medios ha hecho que sea imposible —como lo era en el pasado— esconder los escándalos.

-Usted dijo que el desafío de Chile era la modernización: que una cosa es tener buenos indicadores económicos y otra es ser un país moderno. ¿Qué puntos marcan la diferencia?
Un país moderno es tolerante, inclusivo y da igualdad de oportunidades; tiene igualdad de género, competencia verdadera entre las empresas y un motor económico basado en la innovación y los avances científicos. En estos temas Chile sigue retrasado.
Como derivado de sus estudios y de sus trabajos de consultoría para numerosas instituciones multilaterales, gobiernos y corporaciones internacionales, como el Banco Interamericano de Desarrollo, el Fondo Monetario Internacional y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, el profesor Edwards ha cifrado el futuro de América Latina en tres factores: buenas políticas económicas, instituciones fuertes y educación. Otros economistas, como Gavin Serkin, autor del libro Frontier, sobre mercados fronterizos, destacan otros elementos y la región resulta menos atractiva.

-¿Cómo ve el porvenir económico latinoamericano? Muchos mercados fronterizos, como algunos países africanos o Vietnam, por ejemplo, son más atractivos para los inversores.
África es, efectivamente, la frontera. América Latina es (o debiera ser) la clase media. Son realidades diferentes, ambas con atractivos para los inversionistas. Nuestra región compite con países como Turquía (que después de las elecciones enfrenta cierta inestabilidad) y no con África.


jueves, 9 de abril de 2015

Maduro ocupa sanción EEUU a 7 funcionarios venezolanos para hacer campaña de distracción

Tomado de The Wall Street Journal

Maduro viaja a Panamá con un regalo para Obama: 10 millones de firmas

Por Kejal Vyas

CARACAS— En la Cumbre de las Américas de 2009, el fallecido líder de Venezuela, Hugo Chávez, le entregó ceremoniosamente al presidente estadounidense Barack Obama un ejemplar de Las venas abiertas de América Latina, un clásico de los años 70 sobre las luchas de la región contra el imperialismo.

En la cumbre de este año, que comienza el viernes en Panamá, el asediado sucesor de Chávez, Nicolás Maduro, le dará al líder estadounidense su propio regalo: una petición con 10 millones de firmas condenando una medida de la administración de Obama que identificó a Venezuela como una amenaza para la seguridad de Estados Unidos.

La dura designación de EE.UU. es parte de una lista de sanciones que Washington presentó el mes pasado contra siete funcionarios venezolanos acusados de cometer abusos contra los derechos de manifestantes antigubernamentales. Las sanciones llevaron a Maduro, cuyo gobierno lucha con una recesión económica y bajos índices de aprobación, a lanzar una frenética campaña para conseguir apoyo interno contra lo que él llama imperialismo norteamericano.

“Maduro se está aprovechando de la orden de Obama”, dijo Luis Vicente León, director de Datanálisis, una encuestadora de Caracas. “Es una campaña extrema que distrae de los problemas internos del país. [Maduro] Lo único que quiere es a su gente en la calle haciendo proselitismo y campaña”.

En un discurso reciente, Maduro les dijo a sus partidarios que quería “dar la cara en Panamá con la fuerza de 10 millones de venezolanos y decirle al imperio de Estados Unidos y su presidente: ¡Derogue el imperialista y agresivo decreto contra Venezuela!”.

Hasta el martes por la noche, el gobierno dijo que había recogido 9 millones de firmas, lo que representa casi un tercio de la población de Venezuela.

Pero la campaña de Maduro preocupa a grupos de derechos humanos que dicen que los funcionarios están coaccionando a los venezolanos a firmar. Uno de esos grupos, Provea, con sede en Caracas, dijo que ha recibido numerosas quejas de empleados públicos que fueron amenazados con perder sus puestos de trabajo si se negaran a firmar.

Aún así, algunos venezolanos se han opuesto abiertamente a la campaña.

“No señor, yo no voy a poner mi nombre ahí”, dijo Mercedes Víctor, un ama de casa de Petare, un barrio pobre del este de Caracas.

La mujer describió la forma en que el supermercado estatal cerca de su casa recogía firmas de clientes que iban a comprar leche subsidiada, una mercancía sumamente requerida en un país con una grave escasez de productos de primera necesidad. La implicación para los clientes, dijo, era que aquellos que no firmaran no podrían comprar.

Víctor dijo que se negó a comprar allí, pero descubrió que la situación era similar en otras partes de Caracas. “Ahora ya miento y les digo que ya firmé”, señaló.

Allegados a Maduro, sin embargo, niegan que estén presionando a nadie. Pero también han dicho públicamente que los venezolanos tienen la obligación constitucional de hacer frente a lo que el gobierno considera una intervención extranjera.

La televisión estatal ha promovido la campaña, con anuncios que contienen una entusiasta interpretación de la canción de protesta “Yankee Go Home”. El gobierno también ha facilitado la firma del petitorio colocando mesas en plazas públicas, escuelas y oficinas del gobierno en todo el país.

“Es una para todos los venezolanos para defender la patria”, dijo el lunes a periodistas el ministro del Interior, Gustavo González, después de firmar la petición en una plaza del centro de Caracas.

El almirante Franklin Montplasier, un comandante de la División Este de las fuerzas armadas venezolanas, se jactó en la televisión estatal de haber obtenido 900.000 firmas de personal del ejército.

“Una vez que nosotros recibimos las instrucciones del comando estratégico operacional”, dijo, “procedimos a todos los cuarteles, todas las unidades militares, con mucha conciencia y patriotismo, a esta recolección de firmas”.

Asesores del gobierno de Obama dicen que la caracterización de Venezuela como una amenaza fue un requisito para aplicar las sanciones. También señalaron que las sanciones no son contra el país si no contra siete funcionarios, que tienen prohibido viajar a EE.UU. y cuyos activos podrían ser congelados.

“EE.UU no cree que Venezuela represente una amenaza contra nuestra seguridad nacional”, dijo el martes a periodistas el asesor de la Casa Blanca Ben Rhodes, quien aclaró que el fraseo de las órdenes ejecutivas debe ajustarse a un marco prestablecido.

La explicación de la administración de Obama no ha impedido que Maduro diga que las sanciones son parte de un complot imperialista para desestabilizar s su gobierno. Una encuesta reciente de Datanálisis reveló que tres de cada cuatro venezolanos rechazaron la acusación de EE.UU. contra Venezuela.

Pero la misma encuesta reveló que Maduro sólo obtuvo beneficios marginales de su campaña. Su índice de aprobación llega a 25%, sólo tres puntos por encima del mínimo record que alcanzó en enero. Tres cuartas partes de los venezolanos también dicen que el país va en la dirección equivocada bajo la gestión de Maduro, afirmó el sondeo.



martes, 31 de marzo de 2015

Corrupción pasa la factura en la urnas a otro bolivariano. Esta vez fue a Evo

Tomado de La Voz de América
Bolivia: Pérdidas para Evo en elecciones
Elecciones regionales y municipales en Bolivia traen un gran número de derrotas para el partido socialista de Evo Morales.

El partido bolivariano de Evo Morales, Movimiento al Socialismo (MAS), sufrió pérdidas en las elecciones gubernamentales y municipales, según reportes no oficiales.
Las elecciones que se llevaron a cabo el domingo vieron la derrota de candidatos del MAS en sedes importantes como La Paz, El Alto y Cochabamba.
En elecciones de gobernadores, MAS perdió tres de sus siete representantes, solo preservando cuatro oficinas de las nueve disponibles.
En La Paz, Félix Patzi aseguró la gobernación para la oposición con un porcentaje del 52 por ciento, mientras que la candidata del MAS, Felipa Huanca, solo recibió 29 por ciento de los votos.
Morales reconoció la derrota
"Lamento mucho que en La Paz hemos perdido las elecciones, [aunque decir que] Evo ha perdido su bastión, eso es falso", dijo Morales en rueda de prensa.
Patzi, que también es de descendencia Aymara como Morales, dijo que planea hacer más para ayudar a la población mestiza de clase media a crecer.
“Esto es una señal para la región y para el país”, dijo Patzi.
En las elecciones municipales, la oposición tomó cargo de la mayoría de ciudades claves en Bolivia.
Evo Morales fue reelegido en octubre con un porcentaje del 61 por ciento, pero su partido MAS, que se ha visto involucrado en escándalos de corrupción, ha perdido popularidad.

jueves, 12 de marzo de 2015

Izquierdistas de Venezuela dicen odiar EEUU pero adoran el baseball y vacacionar en Miami

Tomado de BBC Mundo
¿Hay un espíritu anti Estados Unidos en Venezuela?
Por Daniel Pardo
En Venezuela se han visto banderas de Estados Unidos en llamas, pero el deporte nacional es el béisbol y el principal destino turístico es Miami.
Prácticamente todos los países de América Latina tienen una relación de amor y odio con EE.UU.. Pero Venezuela puede ser un caso especial.
Sobre todo ahora, que EE.UU. impuso nuevas sanciones a funcionarios venezolanos –les quitó visas y congeló cuentas bancarias– y declaró a Venezuela como una "una amenaza" para su seguridad nacional.
La respuesta del gobierno de Nicolás Maduro ha estado cargada de fuertes adjetivos y acusaciones contra EE.UU., pero ¿tiene el discurso antiimperialista eco entre los venezolanos?
El martes, la Asamblea Nacional le aprobó a Maduro una ley de poderes especiales para "luchar por la paz del país", que según el oficialismo está amenazada por EE.UU.
Entre cánticos de "Venezuela se respeta" y "Maduro, al yankee dale duro", el presidente exclamó "desde mi alma de revolucionario, les juro que no podrán con Venezuela (…) ¡Y cumpliré con mi juramento a costa de mi propia vida si tengo que darla!".
No es la primera manifestación vehemente del oficialismo en contra del llamado "imperialismo gringo": hace un mes, entre varios ejemplos, Maduro lideró una marcha en su contra y en los canales de televisión estatales han aparecido varios comerciales que rechazan la supuesta injerencia de EE.UU.
La retórica antiimperialista ha sido una de las características principales del discurso de la revolución bolivariana instaurada por el fallecido presidente Hugo Chávez hace 16 años.
Pero en los últimos meses, a medida que las sanciones desde Washington a funcionarios han aumentado, la diatriba contra EE.UU. se ha vuelto una cuestión de todos los días. Varias veces al día.
Mientras tanto, EE.UU. nunca ha dejado de ser el principal socio comercial de Venezuela.
Qué dicen las encuestas
La mayoría de los venezolanos parecen rechazar las acciones del gobierno de EE.UU., pero eso no implica que desprecien al país.
Según un reciente estudio de Datanálisis, una encuestadora con base en Caracas, 69% de los venezolanos rechazan las sanciones, mientras que un 72% está en desacuerdo con que EE.UU. tome acciones frente a la situación del país.
"Pero ojo", le dice a BBC Mundo el presidente de la encuestadora, Luis Vicente León, "eso no significa que los venezolanos sientan rechazo por EE.UU.".
"De hecho, históricamente los venezolanos han tenido una percepción positiva de EE.UU.".
Una reciente encuesta de Hinterlaces, también de Caracas, arroja números similares.
Mientras que una investigación publicada en octubre del Pew Research, un centro de estudios con base en Washington, reportó que el 62% de los venezolanos tiene una opinión favorable sobre EE.UU.
Amor y odio de larga data
Nada de esto, en realidad, es nuevo, según varios historiadores consultados por BBC Mundo.
"Desde que los estadounidenses empezaron a tener negocios petroleros en Venezuela a principios del siglo (XX), ha habido un sector que los rechaza vehementemente y otro que les da la bienvenida", dice Margarita López Maya, profesora de la Universidad Central de Venezuela (UCV).
El partido socialdemócrata Acción Democrática y los gobiernos militares siempre usaron el nacionalismo y la defensa de las reservas petroleras como parte de su discurso político, recuerda la historiadora.
Mientras tanto, hay generaciones de venezolanos que crecieron, se educaron y pasan sus vacaciones en EE.UU.
"Lo que pasa es que Chávez, después del golpe de Estado en 2002 y su acercamiento con Fidel Castro, potenció este discurso antiimperialista hasta los niveles que vemos ahora", explica.
Hoy en día se pueden ver murales del Tío Sam con la famosa frase "Yankee Go Home" en algunos barrios de Caracas o documentales sobre la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés) que dejan mal parado al poder estadounidense.
Influencia por el petróleo
"Al ser un país de gran poder económico, Venezuela fue uno de los primeros en la región en recibir la modernización basada en estándares estadounidenses", dice Agustín Blanco Muñoz, también historiador de la UCV.
Y por eso acá se construyeron los primeros centros comerciales, llegaron los primeros blue jean y se impusieron –antes que en otros países de la región– patrones de consumo estadounidenses.
Según Blanco, eso no ha cambiado con la llamada revolución bolivariana: "Pregúntale a cualquier chavista qué haría si se abre la posibilidad de ir a Disney (…) Seguro le llama la atención".
El historiador recuerda que varios funcionarios del gobierno bolivariano han sido vistos –y, en el reciente caso de un exjuez, arrestado– en Orlando, la sede de Disney.
El rechazo de los venezolanos contra EE.UU. no parece ser contra el país, sino contra lo que representa el gobierno.
¿Washington es EE.UU.?
Pero Omar Galíndez, historiador de distinta tendencia, dice que una cosa es el rechazo al bloque de poder en Washington y otra la diatriba del país en general.
Parecido piensa un periodista estadounidense que lleva tres años en Venezuela y pidió no revelar su nombre: "La propaganda antiimperialista del gobierno no genera mucho impacto en la gente", dice.
"Yo voy a los barrios chavistas y me dicen 'el gringo', pero con la misma simpatía que le dicen a alguien 'el negro' o 'el gordo'", explica, en referencia a otros apelativos afectivos que usan los venezolanos.
Galíndez, por su parte, dice: "Acá no hay antiamericanismo; incluso hay simpatía con la clase media estadounidense que ha sido explotada por el poder del gobierno", señala.
En las calles del país, pues, no se siente un sentimiento anti EE.UU.
El mismo Maduro ha dicho en entrevistas con medios anglosajones que se siente influenciado por los movimientos de contra cultura que emergieron en los 60 y 70 en EE.UU. y Reino Unido.
Y ha mostrado su admiración por presidentes que considera demócratas como Jimmy Carter.
El martes, en su discurso en la Asamblea, Maduro mostró imágenes de la supuesta discriminación racial en EE.UU. También criticó la técnica de estimulación hidráulica del fracking y las deportaciones de niños.
Su crítica, parece, va dirigida a la capital estadounidense: "La única amenaza que tiene EE.UU. está en Washington", concluyó.