Tomado de El Nuevo Herald
De izq. a der., Juan Carlos Amaya, Antonio Amaya, el chef Alex Amaya, Sonia Amaya, Sergio Romero y Yecson Amaya, propietarios de El Tamarindo. Foto C.M. GUERRERO / EL NUEVO HERALD
El Tamarindo: receta de optimismo y paciencia
Cinco hermanos salvadoreños han creado una exitosa
compañía que ya tiene cuatro restaurantes en Broward
Por IVONNE GÓMEZ
Hacia
el mediodía, las mesas empiezan a ocuparse. De la cocina de El Tamarindo Bistro
& Bar Latin Cafe, en Fort Lauderdale, empiezan a salir platos humeantes con
la sopa del día, la favorita de muchos, las carnes, las pupusas, los tamales de
elote y toda una selección de platos latinoamericanos.
En
cuestión de una hora el recinto está totalmente ocupado y los meseros corren a
atender a una clientela fiel, que incluye desde el mecánico del vecindario
hasta el ejecutivo o el oficinista. En las conversaciones se mezclan el inglés
y español.
Desde
una mesa, el chef Néstor “Alex” Amaya y sus hermanos Sonia y Antonio observan
el movimiento con cierta satisfacción y orgullo de haber trabajado juntos
hombro a hombro con sus dos hermanos, Jecson y Juan Carlos, y con Sergio
Romero, el esposo de Sonia. Han conseguido crecer de un restaurante a una compañía
familiar que hoy tiene tres restaurantes de éxito y uno a punto de inaugurarse
en Pompano Beach.
Pero
es allí, en ese primer restaurante, que cumple 10 años en mayo, con un menú
inspirado en la cocina de su infancia en El Salvador, de donde partió la
historia de éxito de los cinco hermanos. Todos hablan con un entusiasmo
especial de los sabores de esa cocina fresca y casera que distingue el menú del
restaurante.
Los
padres de los Amaya trabajan en una hacienda de ganado y de sembrado de
hortalizas en El Salvador.
“Fue
allí donde aprendimos a cocinar. Nuestra madre nos crió y pasó gran parte de
nuestra infancia cocinando para nosotros. En esa cocina adquirí la experiencia,
fueron esos sabores y recetas las que me dieron la inspiración para seguir el sueño
americano”, recordó Alex, de 33 años, quien fue el precursor de ese sueño y hoy
es el CEO de esta compañía familiar.
“Nuestra
visión es ser una cadena líder de restaurantes de comida latinoamericana”,
añadió.
Alex
fue el primero de la familia en emigrar al sur de la Florida, a los 12 años de
edad. En la mañana estudiaba en el Colegio Champagnat y en las tardes combinaba
su horario de clases para desempeñarse en diversos oficios, desde lavar platos
hasta convertirse, con el tiempo, en el chef del restaurante Bella Napoli,
propiedad de sus tíos, en Miami Beach.
Mientras
tanto, ahorraba con la idea de un día tener su propio restaurante. A los 18
años lo logró.
“El
primer restaurante lo abrí en sociedad con mi tío porque yo no tenía la edad
para sacar la licencia de licores”, recordó del primer escalón en el logro de
su sueño. Fue el Restaurante Cabañas, de comida salvadoreña, en la 22 y 11 del
suroeste de Miami.
“Luego
abrimos El Atlacatl Restaurante. Pero, los dos restaurantes finalmente quedaron
en manos de mis familiares porque quise empezar una compañía con mis
hermanos’’, agregó.
A
los 23 años, en el 2003, Alex abrió El Tamarindo Bistro & Bar Latin Cafe,
que considera su hijo favorito. Seis meses después de inaugurado, fue incluido
en la lista de los 10 mejores de Fort Lauderdale, y en la guía Zagat aparece
todos los años.
Entonces
decidió invitar a sus cuatros hermanos y a su cuñado, que vivían en El
Salvador, para trabajar juntos en ese primer restaurante y en la idea de hacer
crecer el negocio a otros dos restaurantes más. El segundo fue El Tamarindo
Coal Fired Pizza, en Hallandale, especializado en pizza y platos italianos e
internacionales y en alitas hechas al horno con carbón, que se abrió en el
2008. Cuatro años después, en el 2012, se inauguró El Tamarindo Pizza &
Continental Cuisine, en Deerfield Beach, con un menú informal de pizza y
paninis de churrasco y prosciutto, entre otras recetas internacionales.
“Mi
familia siempre ha sido el apoyo de mi vida’’, destacó Alex.
Una
tarjeta del negocio muestra el logo de los restaurantes, creado por ellos,
donde se ilustra la playa de El Tamarindo, en El Salvador y las orquídeas, flor
nacional de ese país.
Cada
uno ha hecho su aporte al menú de los tres restaurantes. La receta del flan de
coco, que se sirve en los tres, es una creación de Antonio y se incluyó en la
revista Florida Living , de junio del 2011, como el mejor postre del año.
Sonia,
quien antes de entrar en la sociedad familiar trabajó en la preparación de
ensaladas y paninis en un restaurante italiano, aportó su propia receta de los
paninis de prosciutto y churrasco.
Los
restaurantes se abren siete días a la semana de 11 a.m. a 11 p.m.
Los
Amaya cuidan de que su cocina se distinga por su creatividad y su forma de
interpretar sin pretensiones los platos inspirados en las diferentes cocinas
internacionales. Otra parte del éxito se la acreditan a su estrategia de abrir
en cada vecindario un restaurante creado en la especialidad de la comida que la
gente quiere comer.
“Asistimos
a los festivales de comida y vino de las diferentes áreas donde abrimos los
restaurantes y le preguntamos a la gente qué hace falta en su vecindario y
cuáles son sus preferencias en materia de comida; tomamos en cuenta la gente que
vive en cada una de las áreas donde abrimos”, destacó Alex.
Próximamente
abrirán un cuarto restaurante en Pompano Beach, El Tamarindo Café 2, con menú
internacional que además incluirá sushi y ceviche peruano, entre otros platos.
“Los
tres restaurantes y el que se abrirá próximamente fueron diseñados por Antonio
Cabrera, diseñador venezolano, quien participó en la decoración navideña de la
Casa Blanca”, anotó Sonia, quien además se encarga de llevar los libros de
contabilidad de los restaurantes.
La
expansión de Los Tamarindos continúa con una “fórmula de optimismo firme y
paciente”, según palabras de Alex.
“La
suerte existe, pero es trabajando como se puede llegar. No es euforia de
momento, sino saber cómo y cuándo llegar’’, anotó.