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martes, 27 de junio de 2017

Hoy 27 de Junio se celebra el Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas

Por Compartiendo mi Opinión
Para reafirmar la “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” la ONU ha designado el 27 de junio como el “Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas”, esta resolución de la ONU (71/279) apoya la “Agenda de Acción de Addis Abeba de la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo” cuyo objetivo es hacer frente al problema de la financiación y de la creación de un entorno propicio a todos los niveles para el desarrollo sostenible.

Este paso de la ONU reconoce que actualmente las MiPymes constituyen el 95% de las empresas del mundo y dan empleo al 60% de los trabajadores del sector privado global por lo que es crucial apoyarlas para que sigan siendo motor de innovación, creatividad y trabajo decente, alentando su formalización y crecimiento en los mercados locales, nacionales, regionales e internacionales a través de, entre otras cosas, facilitarles el acceso a los servicios financieros como la micro financiación y el crédito asequible, favoreciendo las prácticas comerciales sostenibles y los principios de actividad comercial e inversión responsables.

Este 27 de junio celebramos por primera vez el Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas. Estas empresas, que cuentan con un número reducido de trabajadores (generalmente, menos de 250 personas) y un moderado volumen de facturación, son la espina dorsal de la mayoría de las economías del mundo y desempeñan un papel fundamental en los países en desarrollo.

Según los datos del International Council for Small Business (ICSB), este tipo de negocios, pertenezcan al sector formal o informal de la economía, representan más del 90 por ciento del total de empresas, generan entre el 60 y el 70 por ciento del empleo y son responsables del 50 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) a nivel mundial.

La Asamblea General, reconociendo la importancia de estas compañías, decidió declarar el 27 de junio el Día de las Microempresas y las Pequeñas y Medianas Empresas para concienciar acerca de su contribución al desarrollo sostenible.

Microempresas, pequeñas y medianas empresas — la primera respuesta a las necesidades sociales

Estas empresas son responsables de una generación de empleo e ingresos importantes en todo el mundo y se las reconoce como un factor clave en la reducción de la pobreza y el fomento del desarrollo.

Los microempresas y las pequeñas y medianas empresas, también conocidas como pymes, tienden a emplear a una gran proporción de trabajadores pertenecientes a los sectores más vulnerables de la sociedad, como mujeres, jóvenes y personas de hogares desfavorecidos. En muchas zonas rurales, son casi la única fuente de empleo. Como grupo, estos pequeños negocios son el generador de ingresos más importante en la “base de la pirámide”.

Las posibilidades que generan, económicas y de otros tipos, pueden ser la respuesta a las necesidades sociales de muchas personas y servir de base para la inclusión.

Acceso a financiación

A pesar de crear empleo, las microempresas y pymes hacen frente a muchas dificultades en su funcionamiento diario y crecimiento. El acceso a financiación es uno de los obstáculos principales que afectan de manera desproporcionada a estos pequeños negocios. Según el Banco Mundial, entre 200 y 245 millones de empresas, formales e informales, no tienen acceso a los préstamos o descubiertos bancarios que necesitan, o disponen de financiación, pero aun así el acceso es complicado. De ellas, más del 90 por ciento son microempresas y pymes.

La dificultades financieras son aún mayores para las empresas informales, que suelen ser de menor tamaño y, aunque menos productivas que las formales, contribuyen en gran medida a la actividad económica y el empleo. Se calcula que un 74 por ciento de las microempresas y pymes de todo el mundo funcionan en el sector informal de la economía. En el caso de los países en desarrollo, la cifra asciende al 77 por ciento. Los negocios informales se apoyan en financiación informal, que si bien facilita el acceso a fondos, ralentiza el crecimiento y aumenta la ilegalidad de la compañía.

Un sector financiero desarrollado contribuye a movilizar y redistribuir los recursos, así como a gestionar el riesgo, lo que favorece el crecimiento del sector privado. La financiación fomenta del crecimiento económico, que a su vez genera empleo.

Este reto brinda a legisladores y empresarios la oportunidad de tomar medidas para alentar la formalización, la participación y el crecimiento de las microempresas y las pequeñas y medias empresas en los mercados internacionales, regionales y nacionales, en particular mediante el acceso de todos a la creación de capacidad y los servicios financieros, como la microfinanciación y el crédito asequibles.

Cómo contribuyen al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible

Mediante el fomento de la innovación, creatividad y el trabajo decente para todos, este tipo de empresas son claves en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

Por su lado, las iniciativas para facilitar el acceso a financiación en los sectores clave de las economías nacionales son importantes para la aplicación de los ODS. En concreto, las metas 8.3 y 9.3 piden que se mejore el acceso de la pymes a servicios financieros. A su vez, estas empresas son un elemento importante en la implementación del ODS 8 (trabajo decente y crecimiento económico) y ODS 9 (industria, innovación e infraestructura).

Celebración del Día

La Asamblea General invita a todos los Estados Miembros, las organizaciones del sistema de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales y regionales, así como a la sociedad civil, incluidas las organizaciones no gubernamentales, el mundo académico, los particulares y otros interesados pertinentes, a que celebren el Día de manera adecuada y de conformidad con las prioridades nacionales, a fin de sensibilizar a la población sobre su contribución al desarrollo sostenible.

Asimismo, invita a los Estados Miembros a que faciliten la celebración del Día fomentando la presentación de investigaciones, los debates sobre políticas, los talleres de profesionales y los testimonios de empresarios de todo el mundo.

domingo, 13 de enero de 2013

Salvadoreños triunfan en Florida con cadena de restaurantes


Tomado de El Nuevo Herald
De izq. a der., Juan Carlos Amaya, Antonio Amaya, el chef Alex Amaya, Sonia Amaya, Sergio Romero y Yecson Amaya, propietarios de El Tamarindo. Foto C.M. GUERRERO / EL NUEVO HERALD
El Tamarindo: receta de optimismo y paciencia

Cinco hermanos salvadoreños han creado una exitosa compañía que ya tiene cuatro restaurantes en Broward

Por IVONNE GÓMEZ

Hacia el mediodía, las mesas empiezan a ocuparse. De la cocina de El Tamarindo Bistro & Bar Latin Cafe, en Fort Lauderdale, empiezan a salir platos humeantes con la sopa del día, la favorita de muchos, las carnes, las pupusas, los tamales de elote y toda una selección de platos latinoamericanos.

En cuestión de una hora el recinto está totalmente ocupado y los meseros corren a atender a una clientela fiel, que incluye desde el mecánico del vecindario hasta el ejecutivo o el oficinista. En las conversaciones se mezclan el inglés y español.

Desde una mesa, el chef Néstor “Alex” Amaya y sus hermanos Sonia y Antonio observan el movimiento con cierta satisfacción y orgullo de haber trabajado juntos hombro a hombro con sus dos hermanos, Jecson y Juan Carlos, y con Sergio Romero, el esposo de Sonia. Han conseguido crecer de un restaurante a una compañía familiar que hoy tiene tres restaurantes de éxito y uno a punto de inaugurarse en Pompano Beach.

Pero es allí, en ese primer restaurante, que cumple 10 años en mayo, con un menú inspirado en la cocina de su infancia en El Salvador, de donde partió la historia de éxito de los cinco hermanos. Todos hablan con un entusiasmo especial de los sabores de esa cocina fresca y casera que distingue el menú del restaurante.

Los padres de los Amaya trabajan en una hacienda de ganado y de sembrado de hortalizas en El Salvador.

“Fue allí donde aprendimos a cocinar. Nuestra madre nos crió y pasó gran parte de nuestra infancia cocinando para nosotros. En esa cocina adquirí la experiencia, fueron esos sabores y recetas las que me dieron la inspiración para seguir el sueño americano”, recordó Alex, de 33 años, quien fue el precursor de ese sueño y hoy es el CEO de esta compañía familiar.

“Nuestra visión es ser una cadena líder de restaurantes de comida latinoamericana”, añadió.

Alex fue el primero de la familia en emigrar al sur de la Florida, a los 12 años de edad. En la mañana estudiaba en el Colegio Champagnat y en las tardes combinaba su horario de clases para desempeñarse en diversos oficios, desde lavar platos hasta convertirse, con el tiempo, en el chef del restaurante Bella Napoli, propiedad de sus tíos, en Miami Beach.

Mientras tanto, ahorraba con la idea de un día tener su propio restaurante. A los 18 años lo logró.

“El primer restaurante lo abrí en sociedad con mi tío porque yo no tenía la edad para sacar la licencia de licores”, recordó del primer escalón en el logro de su sueño. Fue el Restaurante Cabañas, de comida salvadoreña, en la 22 y 11 del suroeste de Miami.

“Luego abrimos El Atlacatl Restaurante. Pero, los dos restaurantes finalmente quedaron en manos de mis familiares porque quise empezar una compañía con mis hermanos’’, agregó.

A los 23 años, en el 2003, Alex abrió El Tamarindo Bistro & Bar Latin Cafe, que considera su hijo favorito. Seis meses después de inaugurado, fue incluido en la lista de los 10 mejores de Fort Lauderdale, y en la guía Zagat aparece todos los años.

Entonces decidió invitar a sus cuatros hermanos y a su cuñado, que vivían en El Salvador, para trabajar juntos en ese primer restaurante y en la idea de hacer crecer el negocio a otros dos restaurantes más. El segundo fue El Tamarindo Coal Fired Pizza, en Hallandale, especializado en pizza y platos italianos e internacionales y en alitas hechas al horno con carbón, que se abrió en el 2008. Cuatro años después, en el 2012, se inauguró El Tamarindo Pizza & Continental Cuisine, en Deerfield Beach, con un menú informal de pizza y paninis de churrasco y prosciutto, entre otras recetas internacionales.

“Mi familia siempre ha sido el apoyo de mi vida’’, destacó Alex.

Una tarjeta del negocio muestra el logo de los restaurantes, creado por ellos, donde se ilustra la playa de El Tamarindo, en El Salvador y las orquídeas, flor nacional de ese país.

Cada uno ha hecho su aporte al menú de los tres restaurantes. La receta del flan de coco, que se sirve en los tres, es una creación de Antonio y se incluyó en la revista Florida Living , de junio del 2011, como el mejor postre del año.

Sonia, quien antes de entrar en la sociedad familiar trabajó en la preparación de ensaladas y paninis en un restaurante italiano, aportó su propia receta de los paninis de prosciutto y churrasco.

Los restaurantes se abren siete días a la semana de 11 a.m. a 11 p.m.

Los Amaya cuidan de que su cocina se distinga por su creatividad y su forma de interpretar sin pretensiones los platos inspirados en las diferentes cocinas internacionales. Otra parte del éxito se la acreditan a su estrategia de abrir en cada vecindario un restaurante creado en la especialidad de la comida que la gente quiere comer.

“Asistimos a los festivales de comida y vino de las diferentes áreas donde abrimos los restaurantes y le preguntamos a la gente qué hace falta en su vecindario y cuáles son sus preferencias en materia de comida; tomamos en cuenta la gente que vive en cada una de las áreas donde abrimos”, destacó Alex.

Próximamente abrirán un cuarto restaurante en Pompano Beach, El Tamarindo Café 2, con menú internacional que además incluirá sushi y ceviche peruano, entre otros platos.

“Los tres restaurantes y el que se abrirá próximamente fueron diseñados por Antonio Cabrera, diseñador venezolano, quien participó en la decoración navideña de la Casa Blanca”, anotó Sonia, quien además se encarga de llevar los libros de contabilidad de los restaurantes.

La expansión de Los Tamarindos continúa con una “fórmula de optimismo firme y paciente”, según palabras de Alex.

“La suerte existe, pero es trabajando como se puede llegar. No es euforia de momento, sino saber cómo y cuándo llegar’’, anotó.

sábado, 1 de septiembre de 2012

Cultura del Trabajo



Nuestro primer trabajo remunerado fue repartiendo periódicos a las cinco de la mañana en el edificio de veintiún pisos en donde residíamos cuando tenia unos 14 años.

Ese primer trabajo fue una experiencia que marco positivamente lo que se convirtió en nuestra cultura de trabajo por los pasados veinticinco años de mi existencia.

Fueron en esos primeros años de nuestra adolescencia lo que ayudó en gran medida a forjar nuestro espíritu empresarial, ya que a esa edad vimos que las posibilidades de crecer eran infinitas.

En esa etapa de nuestra vida el tener diez dólares en la cartera que nos había regalado nuestra abuela en las navidades, era una experiencia religiosa.

Uno se sentía que tenía un millón de dólares con uno y que podías comprar lo que sea, se podría describir como un sentimiento de invencibilidad absoluta, era como si la criptonita no funcionara.

Después de esa experiencia tuvimos la dicha de conocer muchas personas de diferentes partes del mundo, estratas sociales y personajes sacados de una novela de ficción.

También tuvimos la ventaja y la bendición de aprender de sabios maestros que para sorpresas de muchos nunca pisaron un salón de clases o simplemente nunca han salido de su pueblo natal.

Fueron muchas las lecciones y las largas horas de trabajo que nos brindaron las herramientas, escenarios y los protagonistas esenciales para poder mirar a los ojos a cualquiera y saber lo que se siente estar en cualquiera de esos trabajos humildes y que entendemos que son sencillos, hasta que nos toca estar en sus zapatos y apreciar lo importante que son.

Tuvimos el privilegio y el honor de servir y laborar con cientos de miles de personas de los cuales a cada uno de ellos aprendíamos una nueva lección de vida. A su vez, no fue hasta después de los veintiún años que nos dimos cuenta que cada uno de los trabajos en donde estuvimos forjaron el hombre que somos hoy.

Fueron esas horas de arduo trabajo, sudor, malos humores, regaños (necesarios algunos y otros solo poca vergüenzas) la que nos moldearon. Desde el estar limpiando una farmacia, hasta estar cargando cajas en un almacén, lavar carros, cortar grama, mesero, tiendas de videos (cuando se veían películas en VHS), en el gobierno federal, legislatura.

Como después de habernos graduado las experiencias que tuvimos en el “mundo laboral” de las agencias de publicidad, firma de relaciones públicas, compañía de producción de eventos, chofer, entre otros que no mencionaremos.

Esto sin dejar fuera las horas de servicio comunitario que realizamos en la secundaria, universidad y después de adulto, en donde no solo servíamos al publico indigente, sino que nos envolvíamos de lleno en las juntas directivas.
 
Fue ahí en donde el servir se calo dentro de nuestra alma y nos ensenó que la humildad abre más puertas que tener un millón de dólares. Que el alma se llena de una forma diferente que las otras facetas de nuestra vida. Que una mirada dice más que millones de libros.

Fue entonces cuando llegue a ese mundo del servir en donde el conocimiento de la calle, la experiencia de la diversidad de mundos por donde nos habíamos paseado, e unieron a la sabiduría del alma.

Fue entonces en donde entendimos la razón de la cultura del trabajo, que el secreto de hacer labor no es para enriquecer nuestros egos y mucho menos nuestros bolsillos, sino que nos brinda un sentido de pertenencia, es una manera clara y contundente que le decimos al mundo que hacemos una diferencia, que nos probamos de que estamos hecho y las capacidades u oportunidades de crecimiento y las posibilidades infinitas que existen.

La cultura del trabajo, no es mas que la sabiduría del corazón hecho realidad, va mas allá de un simple sentido de compromiso y juego de palabras como: responsabilidad, solidaridad y de trabajo en equipo.

Va mas allá, es un sentimiento que se planta en nuestro terreno fértil de nuestra inocencia, que si bien cuidado, nos abrirá puertas, nos enseñarán nuevos caminos y nos dará la oportunidad infinita de alcanzar lo que podamos imaginar.

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Waldemar Serrano-Burgos, CEC
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lunes, 25 de junio de 2012

Congresista Tim Bishop reúne a empresarios latinos de Long Island con Subsecretario de Comercio Internacional


Por Luis Montes Brito
para Imprecom
Empresarios de la Cámara de Comercio Latinoamericana de Nueva York posan junto al Subsecretario de Comercio Internacional de los EEUU, Francisco Sánchez al centro y al Congresista Federal Tim Bishop (D- Southampton), de corbata amarilla

Este día en las instalaciones de la alcaldía de Brookhaven a iniciativa del congresista federal Tim Bishop (D- Southampton), un grupo de empresarios hispanos agremiados en la Cámara de Comercio Latinoamericana de Nueva York se reunieron con el  Subsecretario de Comercio Internacional de los Estados Unidos, Francisco Sánchez, con el objetivo de  intercambiar ideas y puntos de vista entre el representante comercial del ejecutivo estadounidense contrastada con la visión  en el congreso frente a la opinión y vivencia diaria de los empresarios propietarios de pequeños negocios.

La reunión fue desarrollada dentro de un marco de franqueza cordial, en la cual el subsecretario Sánchez expresó la visión del gobierno estadounidense acerca de la dinámica actual del mundo de los negocios, al mismo tiempo que dio  a conocer las oportunidades existentes a través de programas y planes de capacitación, desarrollo y financiamiento dirigido a los pequeños negocios a través de las líneas de crédito con fondos federales otorgados a través del eximbank.

El eximbank es la agencia de créditos para exportaciones de los Estados Unidos. Su misión es apoyar con financiamiento las exportaciones de productos y servicios estadounidenses hacia mercados internacionales.

Fue establecido por el Congreso en 1934, como una entidad autónoma, para financiar u otorgar garantías y seguros a compras de bienes y servicios a los Estados Unidos, por parte de compradores extranjeros que no son capaces de aceptar el riesgo crediticio. El banco asume el riesgo de país y el riesgo crediticio que las entidades privadas, no pueden o no quieren aceptar.

En su acción, Eximbank ayuda a equiparar las condiciones para los exportadores de los Estados Unidos, igualando la financiación que otros gobiernos brindan a sus exportadores. Con más de 70 años de experiencia, el Eximbank ha respaldado más de US$ 400.000 millones de exportaciones, para el desarrollo de mercados mundiales.
En el mundo existen muchos otros bancos que se llaman Eximbank, y que prestan servicios similares al de Estados Unidos. Tal es el caso de China, Corea, Turquía, Rumania y Vietnam.    
Al encuentro entre autoridades y los empresarios latinos asistieron también empresarios locales no latinos dedicados a las exportaciones en rubros tecnológicos y servicios de ingeniería.
Para dar seguimiento a la reunión el subsecretario Sánchez designó al equipo de la Secretaria de Comercio Internacional destacado en Long Island quienes profundizarán en el acercamiento con los empresarios.
 Por su parte Luis Montes Brito consultor de la Cámara Latinoamericana de Comercio manifestó que en una fecha próxima muy cercana la gremial empresarial que representa sostendrá una reunión con funcionarios del eximbank para ahondar en el mecanismo crediticio hacia los pequeños negocios así como los requisitos para clasificar en dicho programa, reunión que harán del conocimiento público con el fin de que se beneficie la mayor cantidad posible de pequeños empresarios hispanos, dijo Montes Brito.
 El empresario de origen mexicano Arturo de Jesús, directivo  de la Cámara de Comercio dijo que los latinos han estado esperando por muchos años encontrar la vía de acceso a programas de soporte como este, dirigidos a los pequeños empresarios, por lo que celebra  y agradece esta reunión la cual calificó como importantísima sobre todo en los tiempos actuales de dificultades económicas y de alta competitividad.
 Por su parte el Congresista Bishop dijo que tal cual ha sido su trayectoria se mantendrá muy cercano a los empresarios de los pequeños negocios, ya que estos generan la mayor cantidad de trabajos en la Isla, para lo cual gestionará  nuevas reuniones para dar seguimiento al tema.
 Santiago Reyes, empresario salvadoreño felicitó  al subsecretario Sánchez por su visita a la comunidad empresarial latina de Long Island a la vez que agradeció al Congresista Bishop por crear estas oportunidades para los empresarios de los pequeños negocios, concluyó 

martes, 15 de noviembre de 2011

Latinoamérica: Miles dejan la pobreza y ascienden a la clase media. Dándole vida al progreso de la región. Perú un buen ejemplo.

Tomado de The Wall Street Journal

Por Matt Moffett

Aquilino Flores era un joven harapiento de 13 años cuando comenzó su carrera vendiendo camisetas en los barrios de esta capital. Hoy, la empresa que formó, Topitop, es el mayor fabricante de ropa de Perú, con una cadena de tiendas que se extiende por todo el país.

Durante los últimos diez años, mientras Perú pasaba a ser una de las economías de mayor crecimiento del mundo, los consumidores que ascendían en la escala socioeconómica comenzaron a adquirir las camisetas polo y pantalones cargo fabricados con telas de alta calidad de Topitop. Sus locales se ubicaron estratégicamente en barrios ignorados por el resto de la industria. Los resultados están a la vista: las ventas se han sextuplicado desde 2001, lo que le ha valido a la empresa el apodo de la "Zara andina".


José y Manuel, hermanos de Aquilino Flores, en una fábrica en Lima de Topitop, el mayor fabricante de ropa de Perú

David Cáceres, que administra un pequeño taller mecánico, pasó hace unos días por un local de Topitop en un centro comercial de Lima y compró un sweater de lana de la marca "New York" y una camiseta con una estrella de su línea más vanguardista "Hawk". "Y aún me quedará dinero para las entradas al cine", señaló.

José y Manuel, hermanos de Aquilino Flores, en una fábrica en Lima de Topitop, el mayor fabricante de ropa de Perú.

Topitop prosperó al apuntar a una clase media emergente que está produciendo amplios cambios sociales y económicos en América Latina, una región que históricamente ha tenido un puñado de ricos, muchos pobres, y relativamente pocas personas en el medio.

Mientras Estados Unidos y Europa hacen frente a una creciente desigualdad en los ingresos y un estancamiento en los salarios de la clase media, en América Latina ocurre todo lo contrario. Durante la última década, unos 69 millones de latinoamericanos ascendieron en la escalera salarial para ganar entre US$5.000 y US$8.100 al año, un grupo que ahora representa 51% de la población en las mayores economías de la región, frente a 41% en 2001, según un estudio de José Juan Ruiz, un destacado economista de Grupo Santander SA.

Aunque ese nivel de ingresos sigue por debajo de lo que se consideraría clase media en EE.UU. o Europa, es una forma de definir clase media: personas que ganan entre 45% y 70% del ingreso per cápita. Un estudio difundido este año por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe concluyó que decenas de millones de personas ascendieron a la clase media en los últimos 20 años. Ello generó "una expansión notable del mercado de consumo" gracias al crecimiento económico, un mayor acceso a la educación y el descenso en las tasas de natalidad.

Millones de latinoamericanos —trabajadores de la construcción, cocineros, secretarias y microemprendedores— han comprado su boleto a la clase de consumo en la última década. Unos ocho millones de brasileños viajaron en avión por primera vez en los últimos 12 meses, según la firma de investigación de mercado Data Popular. La cantidad de tarjetas de crédito en circulación en México se ha cuadruplicado en los últimos 10 años para bordear los 24 millones. Consumidores de clase media han convertido las caóticas 40 cuadras de tiendas del distrito de Gamarra, en el centro de Lima, en un punto neurálgico del comercio minorista, con ingresos anuales estimados de US$1.500 millones, según el consultor peruano Juan Infante.

El crecimiento de la clase media coincide con una sólida expansión de América Latina que ha impulsado el ingreso per cápita a US$11.900 desde US$7.600 durante la última década. La tasa de pobreza regional, o el porcentaje de la población que no puede cubrir sus necesidades básicas, se redujo de 44% en 2002 a 32% en 2010, según datos de Naciones Unidas.

La clase media se beneficia de un sólido período de crecimiento económico —impulsado por los altos precios de las materias primas que exportan muchos países— junto con programas sociales más enérgicos y un enfoque más decidido en la educación.

Pero los avances son tenues y la posibilidad de una recesión global amenaza las perspectivas de los emergentes, como denominan los especialistas a los nuevos integrantes de la clase media.

Los precios del mineral de hierro brasileño, el cobre chileno, la soya argentina y otros recursos naturales se han debilitado en los últimos meses, en medio de los temores de una recesión global. El crecimiento ya pierde fuerza en economías clave como Brasil y Argentina. Una demanda persistentemente sólida de commodities por parte de China ayudó a amortiguar el golpe de la recesión de 2008-2009 en América Latina. No está claro si la región tendrá tanta suerte en esta ocasión.

El término clase media ciertamente no evoca en Latinoamérica imágenes de habitantes de los suburbios que se trasladan a sus oficinas en sus Volvo, como en EE.UU. Pero sí se aplica a personas como José Benevenuto, un conductor de autobús de 53 años de Rio de Janeiro. Benevenuto aún recuerda cuando, a comienzos de los 90, la inflación de cuatro dígitos lo obligaba a salir corriendo al supermercado tan pronto como cobraba su sueldo para gastarlo antes de que perdiera todo su valor.

A medida que Brasil se fue estabilizando y aumentaron sus horas de trabajo y salario, Benevenuto pudo adquirir un televisor a color, una lavadora y un par de computadoras. Ahora, se apresta a dar el paso más grande: comprar una casa nueva en una parte más segura de la ciudad. "Para serle franco, nunca me imaginé que tendría el dinero para salir adelante de esta forma", asegura.

Los extremos de la riqueza y la pobreza fueron durante mucho tiempo la principal característica que los observadores notaban al viajar a América Latina. "México es el país de la desigualdad", escribió el viajero y naturalista alemán Alexander von Humboldt a principio del siglo XIX. "Acaso en ninguna parte la hay más espantosa en la distribución de fortunas, civilización, cultivo del suelo y población".

El ascenso de Topitop demuestra cómo estas diferencias extremas se empiezan a reducir. Daniel Daneliuc, uno de los principales ejecutivos de Topitop recuerda que cuando llegó a Lima, desde su Uruguay natal, en 1965, el área alrededor del aeropuerto era muy pobre. "Hoy día, vale 300 o 400 dólares el metro ahí. Han hecho su casa de dos o tres pisos llevando la bolsa de cemento, el fierro y sin ayuda de los bancos", relata. Se ayudan "entre ellos".

También compran ropa. Y en grandes cantidades. Topitop estima que una de cada tres familias peruanas ha comprado alguna de sus prendas.

Aquilino Flores, de 57 años, afirma que su propia experiencia al salir de la pobreza lo ayudó a comprender el deseo de los clientes que ascienden en la escala socioeconómica. "Los trabajadores quieren lucir igual de bien que la gente rica", asegura.

La familia Flores, cinco hermanos y una hermana, tuvieron una infancia marcada por la pobreza. "Caminábamos a la escuela unos cuatro kilómetros de ida y cuatro kilómetros de venida y el almuerzo para todo el día era maíz tostado con un poquicito de queso", recuerda Manuel Flores, hermano de Aquilino.

Pero los Flores supieron identificar la ubicación de los nuevos consumidores y los productos a los que aspiraban. Topitop "rompió el paradigma" dice Percy Vigil, gerente general del centro comercial Mega Plaza.

En 2002, Topitop, fue una de las pocas minoristas dispuestas a alquilar espacio en Mega Plaza, que estaba siendo levantado cerca de un barrio pobre de Lima. Gracias a la expansión de la clase media, Mega Plaza atrae a cerca de tres millones de personas y genera grandes ventas para Topitop. Cerca de la mitad de los US$275 millones en ventas de la empresa proviene de sus 30 locales en Perú, y algunas tiendas en Venezuela. El resto corresponde a exportaciones a EE.UU., Europa y Brasil, donde la ropa se vende bajo marcas como Old Navy, Hugo Boss y Under Armour.