sábado, 19 de enero de 2013

El Salvador actual requiere alejarse de los extremismos


Tomado de La Prensa Gráfica

 La derecha moderna

Por Eduardo Cálix

Muchos salvadoreños estamos comprometidos con el pleno goce de las libertades en El Salvador, el respeto al Estado de Derecho, la democracia como sistema político de ejercer el poder; interesados en ver instituciones modernas, fuertes, sanas, proactivas y en constante transformación para servir a una sociedad ávida de una mayor y mejor atención, con servicios oportunos de calidad. 

Hacer, innovar o crear políticamente no nos hace necesariamente antagónicos en el acontecer político. De eso se trata cuando se gana una contienda... se hace mejor, se piensa mejor, se crea mejor, se propone mejor, para convencer y finalmente inspirar confianza, esperanza y vencer.

Cuando se tiene visión de país, aun trabajando en diversas trincheras se debe tener una sola causa, un solo entendimiento que nos haga coincidentes, que nos dé un norte claro para actuar de manera conjunta, procurando alcanzar objetivos que beneficien al colectivo. Sin embargo, también es inútil y equívoco intentar ocultar diferencias programáticas, conceptuales y de línea política. Esas diferencias han hecho que la derecha política en El Salvador aparezca en diversas oportunidades ante la ciudadanía con comportamientos y posicionamientos enfrentados, incluso irreconciliables.

Es de reconocer que la derecha tiene frente a algunos sectores de la sociedad una aparente dispersión, y se muestra en ocasiones ambigua, lo que causa confusión y enfado entre los ciudadanos. Este comportamiento político disociado que refleja “distintas personalidades”, y que algunos catalogan como “escisión”, alimenta el “condicionamiento clásico” de aquellos que siempre han querido atestiguar la derrota y aniquilación de la derecha como opción política real y verdadera.

El encuentro urgente de la derecha salvadoreña, con identidad política y programática definitoria, no contradice en nada a la indispensable y necesaria libertad de pensamiento de sus militantes, ni atenta con la rica pluralidad de ideas que florece en su interior; al contrario, una parte de la clara y notoria identidad que se busca se encuentra en la libertad, en la democracia que acepta la decisión de la mayoría pero que respeta los derechos de la minoría, en la tolerancia, en la paz y en el respeto a la ley, en la igualdad y la justicia para todos, valores que son intrínsecos a una derecha moderna y progresista.

En la justa valoración a esos principios, es donde esa derecha moderna debe afianzar una sólida identidad, un nuevo programa y una línea política que aplicada con eficacia y de manera homogénea le permita sumar adeptos, crecer en todo el territorio nacional, ganar en el debate y la confrontación de las ideas, vencer en la competencia electoral para, finalmente, convertirse en opción real de gobierno.

El Salvador necesita de hombres y mujeres que tengan siempre incólume como principio: rechazar la idea de la violencia como partera de la historia; rechazar la concepción de que la ley es un obstáculo al que debemos brincar para lograr nuestros objetivos; rechazar toda visión de estatismo absolutista, de poder concentrado, de presidencialismo omnipotente; funcionarios que trabajen incansablemente, pero que como humanos pueden, como se dice popularmente, “meter las patas” pero jamás las manos.

El Salvador del siglo XXI requiere alejarse definitivamente tanto del anacrónico extremismo revolucionario ortodoxo, como de aquel liberalismo invidente carente de rostro o sentimiento; y además, despojarse de los populismos caudillistas tan frecuentes en América Latina, así como del dogma dictatorial y ciertamente ineficaz en la lucha contra la injusticia y la desigualdad.

Si quienes nos gobiernen en el futuro persisten en no desprenderse de esas pesadas cargas, de esas visiones fundamentalistas, ningún instituto político salvadoreño podrá entenderse ante la sociedad –y ni siquiera a sí mismos– como alternativa de gobierno y de nuevo poder democrático.
 

A 40 años de la legalización del aborto en EEUU el índice de ciudadanos a favor cae a su nivel más bajo


Agencias Noticiosas

Aborto en EEUU, un derecho garantizado y discutido 40 años después

Por FABIENNE FAUR

WASHINGTON -- Cuarenta años después de que la Corte Suprema de Estados Unidos tomara una decisión histórica, la Constitución sigue garantizando el derecho a abortar, aunque cada vez es más discutido por numerosos sectores que buscan dificultar el procedimiento a nivel local.

El 22 de enero de 1973, en una decisión conocida como “Roe versus Wade”, la Corte decidió que el aborto es un derecho fundamental garantizado por la Carta Magna, basándose en el derecho al respeto de la vida privada.

Como cada año, decenas de miles de personas que se oponen al aborto, conocidas como “pro-life”, conmemorarán la semana que viene el 40 aniversario de esta decisión desfilando ante la Corte Suprema bajo la Marcha por la Vida (March for Life), que esta vez se celebrará el 25 de enero para que no coincida con la ceremonia de investidura del presidente Barack Obama.

Mientras, el movimiento denominado “pro-choice”, que apoya el aborto, organizará sus tradicionales reuniones, cenas y conferencias a nivel local para celebrar la fecha.

Como muestran numerosos sondeos, hace tiempo que la población estadounidense está profundamente dividida sobre la cuestión.

El martes, el Centro Pew Research publicó un estudio en el que señala que seis de cada 10 estadounidenses no quieren que la decisión de la Corte Suprema sea abrogada, frente a tres que defienden la posición contraria.

En mayo de 2012, la encuestadora Gallup afirmó que sólo 41% de los ciudadanos estaba a favor del aborto, la cifra más baja nunca registrada (en 1995 era del 56%), mientras que 50% se oponía (hace 18 años sólo representaban el 33%).

Lo único en lo que ambas partes están de acuerdo es que nunca hasta ahora se habían aprobado a nivel estatal tantas leyes relacionadas con el aborto, promovidas por el potente lobby “pro-life” y combatidas por el activo movimiento “pro-choice”.

Los que se oponen “saben que no pueden cambiar la decisión de la Corte Suprema”, cuenta James Kelly, profesor de Sociología y autor de libros sobre el aborto, por lo que trabajan “por etapas, estado por estado”.

El instituto de investigación Guttmacher encontró que en 2011 se aprobaron 92 leyes sobre la cuestión, una cifra récord, mientras que en 2012 fueron 43, que iban desde medidas para limitar la interrupción de gestaciones avanzadas a la prohibición para las aseguradores médicas de reembolsar el dinero de las cirugías a los pacientes, pasando por la obligación de realizar una ecografía.

Todas las leyes tienen “el mismo objetivo”, denuncia Jennifer Dalven, del grupo a favor del derecho de abortar ACLU: “impedir que las mujeres puedan abortar, a pesar de que sea técnicamente legal”.

Otras legislaciones obligan a las clínicas que realizan abortos a cumplir normativas de otros hospitales relacionadas con la construcción de los centros, como las dimensiones del estacionamiento o el tamaño de las puertas.

“Su único objetivo no es garantizar la salud de los pacientes”, asegura Jon O'Brien, presidente de Catholics For Choice, “sino cerrar las clínicas”.

Estados Unidos cuenta hoy en día con 1,800 centros donde se practica el aborto, pero el 83% de los condados del país no tienen. En Misisipi, por ejemplo, un estado del sur de tres millones de habitantes, sólo queda uno.

“No podemos enmendar ‘Roe' en un futuro inmediato”, confirma Jeanne Monahan, presidenta de Marcha por la Vida. “Por lo tanto trabajamos a nivel estatal para promulgar leyes que garanticen un consentimiento declarado”, agrega.

“No es un cambio de estrategia, sino una sofisticación de nuestro enfoque”, puntualiza la dirigente, quien asegura que cada vez más gente, “principalmente los jóvenes”, se siente más identificada con una postura de “apoyo a la vida”.

Dada la evolución que ha vivido Estados Unidos en estos 40 años, “el aborto es una cuestión que la sociedad no resolverá nunca”, sentencia el profesor de Sociología Kelly.

Ex Embajador panameño ante la OEA: "deberíamos ir clausurando ordenadamente y para siempre esta organización"


Tomado de El Nuevo Herald
Guillermo Cochez ex embajador de Panamá ante la OEA, destituído recientemente por pronunciarse ante la supuesta reasunción de un desparecido Chávez a la presidencia de Venezuela.
Ex embajador de Panamá ante la OEA denuncia presiones de Venezuela

Por Antonia María Delgado

Guillermo Cochez, el embajador panameño destituido por criticar la instauración de un nuevo gobierno de Hugo Chávez que no tiene al mandatario al frente, declaró que muchos de sus homólogos en la Organización de Estados Americanos (OEA) saben que lo ocurrido en Venezuela es una tergiversación constitucional.
Pero los ideales han sido dejados de lado por muchos países de la región, “que por todos los vínculos económicos que tienen [con Venezuela] anteponen sus intereses a todo lo que significa democracia”, advirtió Cochez en una entrevista telefónica.
Se trata de un acto de complicidad continental que pone en riesgo la propia existencia de la OEA, indicó Cochez pocas horas después de ser destituido de su cargo por el presidente panameño, Ricardo Martinelli.
“Seamos un poco más serios. A la OEA, la estamos acabando porque se han olvidado de la razón de su existencia: la promoción y defensa de los derechos humanos y la promoción y defensa de la democracia”, expresó Cochez.
“Los principios han sido abandonados en la OEA y es una pena. En privado, muchos dicen que lo que afirma Cochez es lo correcto, pero que ‘a mí no me han autorizado abrir mi boca’”, afirmó el diplomático y señaló que entre estas personas se encuentran representantes de algunos de los países más importantes de América Latina.
Cochez fue destituido el jueves tras afirmar que la OEA guardaba silencio frente a la situación en Venezuela, pero el canciller de Panamá, Rómulo Roux, negó el viernes que Caracas haya presionado a su gobierno para que destituyera al embajador.
“Cero presiones, cero amenazas. No ha habido ningún tipo de presión” por parte de Venezuela, declaró el canciller en declaraciones transmitidas por la agencia AFP.
Roux admitió que las autoridades venezolanas contactaron con sus homólogas panameñas para conocer si la posición de Panamá sobre Venezuela era la que había expresado Cochez en la OEA.
“Nosotros, por supuesto, dejamos muy claro que la posición de Panamá no es la que representaba Cochez en sus declaraciones”, explicó el canciller. “El tenía que seguir la política exterior de su país y la posición nuestra era la de abstenerse de hacer comentarios en este momento sobre los temas internos de Venezuela”.
Cochez había solicitado el miércoles a la organización multilateral que no ignorara la “potencial violación” de la Carta Democrática Interamericana por parte del gobierno bolivariano, que el pasado 10 de enero asumió un nuevo período presidencial de Chávez pese a que el mandatario no ha podido aparecer en público desde que partió a Cuba a inicios de diciembre.
“Como resultado, y hasta que no corrijamos semejante entuerto, la OEA entera se ha visto cómplice involuntaria de una potencial violación de claros preceptos de la Carta Democrática Interamericana”, señaló Cochez al término de una sesión ordinaria del Consejo Permanente de la OEA.
“De no hacer nada, deberíamos ir clausurando ordenadamente y para siempre esta organización”, añadió

El embajador de Venezuela, Roy Chaderton, respondió calificando a Cochez de “patán” y atribuyendo su comentario a una “alocada, persistente y patológica cadena de intromisiones en asuntos de democracia interna venezolana”.
El pronunciamiento de Cochez le costó el puesto como embajador de su país ante la organización.
Martinelli le destituyó pese a la larga trayectoria política de Cochez, quien fue el primer alcalde de la Ciudad de Panamá después del derrocamiento del general Manuel Antonio Noriega y quien ejerció como diputado por un período de 10 años.
“Mi trayectoria ha sido siempre la misma: combate a la corrupción para favorecer a la democracia”, subrayó.
Chávez, quien fue sometido el mes pasado a una cuarta intervención quirúrgica por el cáncer que padece, no ha vuelto a ser visto en público.
Portavoces de su gobierno, que por el momento es encabezado por el vicepresidente Nicolás Maduro, han reiterado que el mandatario se recupera satisfactoriamente, pero insistente versiones de prensa señalan que Chávez continúa en estado crítico y su cáncer se encuentra en etapa terminal.
La instauración de un nuevo mandato de Chávez sin que el mandatario estuviese presente para juramentarse ha sido cuestionada por varios líderes de la oposición, pero la medida fue ratificada por el Tribunal Supremo de Justicia, entidad que es vista por los adversarios del chavismo como un mero apéndice de la Revolución Bolivariana.
Hasta el momento, gran parte de la comunidad internacional ha guardado silencio ante la situación venezolana, lo que Cochez atribuye a un deseo continental de proteger al chavismo por los enormes beneficios económicos y políticos que el movimiento revolucionario representa para los países de la región.
Entre estos intereses se encuentra los más de 350,000 barriles diarios de petróleo que Venezuela envía a descuento a los países del Caribe, además de los 100,000 barriles diarios que son enviados a Cuba.
Esos programas representan la solidaridad dentro de la OEA de más de una docena de países caribeños, los cuales enfrentarían serias dificultades económicas si esos programas de asistencia fuesen suspendidos.
También está la alianza ideológica sostenida por Venezuela entre los países del ALBA, que han convertido a países como Argentina, Nicaragua, Ecuador y Bolivia en sólidos aliados.
Brasil, por su parte, tiene grandes intereses económicos en Venezuela y no está interesado en sacudir el bote.
“La cantidad de negocios que tienen las empresas brasileñas con Venezuela impide que adopten una posición de alguna manera crítica, aunque aquí no es cuestión de ser crítico, sino de abordar los temas que ponen en riesgo a la democracia”, subrayó.
Colombia, entretanto, no está dispuesta a tomar una posición en contra del gobierno bolivariano, debido al papel que el régimen juega actualmente como auspiciador de las negociaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
También está “el papel del silencio” que juegan Chile y Perú.
“Son situaciones que están allí y totalmente paralizan a la OEA y la van a mantener paralizada. Hasta que no nos demos cuenta de que esto ocurre, ¿para qué tenemos a la OEA? Mejor es cerrarla”, afirmó.
Cochez declaró que en el caso de Panamá, él había recibido instrucciones antes de ingresar a la sesión de que no se pronunciara sobre el caso de Venezuela, pero que se negó, resaltando que desde hacía ya algún tiempo había criticado los manejos autoritarios emprendidos por el régimen de Chávez.
“Siempre he hablando. Nunca me habían dicho nada. Ahora no puedo cambiar”, declaró el diplomático, recontando sus palabras con el canciller.
Cochez amplió que antes de su participación en la sesión de la OEA, estaba conciente que sería blanco de algún tipo de represalias.
“Yo sabía las presiones que el gobierno de Venezuela estaba ejerciendo a nivel de mi cancillería, a nivel de mi gobierno. Las amenazas, que no las conozco, sé que se estaban dando”, comentó.
Cochez intuyó que Venezuela estaba actuando en su contra incluso pocos días antes de que se iniciara la sesión en la sede de la OEA, donde Chaderton mostraba una elevada hostilidad hacia su persona.
“El martes, un día antes del consejo, Panamá recibió de parte de Colombia el símbolo de la Cumbre de Las Américas del 2015 que va a ser en Panamá, algo que conseguimos para mí país, y yo representé al ministro. Allí saludé a Chaderton, y estaba sumamente agresivo. Después que lo saludé, dijo delante de un amigo: ‘Ese se cae pronto’. Es decir, allí estaban empujando mi destitución, y sabrá Dios con que amenaza”.
Las huellas de Chaderton también pudieron ser vistas después de la sesión.
El comunicado de la cancillería Panameña, en la que su gobierno desmentía su posición, “fue repartido por la Misión de Venezuela”, señaló.

Retroceso? Celulares vuelven a crecer. Delgados pero de mayor tamaño


Tomado de The Wall Street Journal


Izquierda el Ascend Mate de Huawei, derecha el Modelo Galaxy Note II de Samsung, los celulares o Phablets de mayor tamaño en el mercado actual y con un caudal ascendente de ventas.

Los 'phablets': el triunfo de los celulares de pantalla grande

Por Shira Ovire

Los celulares se están ensanchando y algunos consumidores pasan apuros para hacerlos caber en sus bolsillos o carteras.
Jeremy Roche tiene un teléfono Samsung Galaxy Note II que es casi un 75% más ancho que el iPhone original de Apple Inc. 
 En las calles de San Francisco, a donde viaja con frecuencia el británico de 47 años, dice que los usuarios de iPhones lo detienen a menudo para comparar los tamaños de sus respectivos teléfonos.
Al principio "sí se sentía raro" sostener un teléfono tan grande para hacer llamadas, confiesa el presidente ejecutivo de la empresa de software corporativo FinancialForce.com Inc. Pero ahora, añade, le encanta su gran pantalla.
Después de años de evolución desde ladrillos monstruosos a modelos ultradelgados para el bolsillo, los celulares están dando marcha atrás. A Samsung Electronics Co.  se le atribuye —o culpa de— la renovada popularidad de los teléfonos grandes, como el Note, que cuando fue lanzado a fines de 2011 tenía una pantalla de 5,3 pulgadas.
"Nos sentimos orgullosos de haber creado una nueva categoría", dice Kevin Packingham, director de productos del negocio de telefonía celular del fabricante surcoreano.
Algunas reseñas de la época calificaron al Note como "torpe" y "un teléfono diseñado para gigantes". Pero las ventas se dispararon y otros mercados se han unido a la tendencia con aparatos incluso más grandes que los entusiastas de la tecnología llaman "phablets", una combinación de phone y tablet (teléfono y tableta).
Las ventas de teléfonos inteligentes con pantallas de 4,6 pulgadas o más aumentaron a 82,7 millones de unidades el año pasado, de 1,8 millones de aparatos en 2011, según la firma de investigación ABI Research, de Nueva York.
Aunque algunos usuarios no conciben reducir nuevamente el tamaño de sus teléfonos, los phablets tienen desventajas, como las miradas extrañas de quienes se asombran ante los modelos y la dificultad de hacerlos caber en bolsillos y carteras. "Detesto que ya no puedo enviar mensajes de texto durante clase porque mi teléfono es muy grande", tuiteó hace poco un usuario de Twitter.
A Scott Jordan, presidente ejecutivo de Scottevest, una empresa que vende ropa con hasta treinta bolsillos para guardar celulares, cámaras digitales y otros accesorios, la evolución de los teléfonos de gran tamaño le pilló por sorpresa. El ejecutivo de 48 años se paseaba por la reciente Feria de Electrónica de Consumo de Las Vegas cuando encontró un problema con el prototipo de su nueva chaqueta. "Tomé uno de los últimos modelos de Samsung, lo puse en mi bolsillo y dije: 'Mier…, no cabe'", cuenta Jordan.
El ejecutivo inmediatamente envió un e-mail a sus empleados para ver si aún podían detener la producción de la chaqueta Tropiformer, y añadir 2,5 centímetros de espacio en cada lado del bolsillo para el celular. Su correo llegó tarde. Las próximas líneas de producción tendrán un bolsillo más ancho, prometió.
Teléfono Ascend Mate de Huawei
Los teléfonos grandes son más populares en Europa y particularmente en China, Japón, y otras partes de Asia. La semana pasada, la empresa china de telecomunicaciones Huawei Technology Co.  fue un paso más allá en la producción de teléfonos de gran tamaño cuando lanzó el celular con la pantalla más grande del mundo, según la empresa. Con 6,1 pulgadas, el modelo Ascend Mate tiene un área de superficie que es más del doble del iPhone original de 2007. Conforme las computadoras tipo tableta se achican, el aparato de Huawei también compite, al menos en tamaño de pantalla, con tabletas como la Nexus de 7 pulgadas de Google Inc.
En un comunicado de prensa, Huawei dijo que el teléfono era "delgado y moderno", diseñado para caber cómodamente en una mano. El modelo, de 8,6 centímetros de ancho, estará disponible en China el próximo mes.