Tomado de BBC Mundo
Super
Bowl: cuando los hermanos se enfrentan
Por David Cuen
Cuando este domingo los hermanos Jim y John
Harbaugh salten a la cancha para intentar dirigir a sus equipos hacia el
triunfo en el Super Bowl (o Super Tazón), habrá dos espectadores más nerviosos
que el resto de los aficionados: sus padres Jack y Jackie.
No será la primera vez que sufran porque sus hijos se vean las caras en
el terreno de juego.
Durante el Día de Acción de Gracias de 2011, Jim y sus 49's de San
Francisco se enfrentaron a los Cuervos de Baltimore, dirigidos por John.
Baltimore se impuso 16-6.
Datos curiosos sobre los
Harbaugh
·
Se llevan 15 meses de edad.
·
John tiene una hija, Jim tiene seis hijos e hijas.
·
La apuesta más alta en Las Vegas es que se
abrazarán por 7,5 segundos al terminar el juego.
·
¿Otra apuesta? La cámara mostrará a sus papás en el
estadio 2,5 veces.
Sus padres recuerdan haber visitado ambos vestidores. En el de los
Cuervos todo era celebración y podían ver a John rodeado de eufóricos
jugadores. En el de San Francisco, por el contrario, el ambiente era sombrío y
Jim estaba solo en un rincón. "Sabíamos a qué vestidor teníamos que
ir", recuerda Jack.
La madre también dice que cuando los equipos salieron del estadio para
abordar los autobuses, John corrió hacia Jim y charló con él durante algunos
minutos. "Pase lo que pase, somos una familia", dijo Jackie.
Dinastía
familiar
La familia en la que los nombres de todos empiezan con "J"
-ellos dicen que es coincidencia- tiene una historia de pasión por este
deporte.
Jack Harbaugh fue entrenador de fútbol americano colegial durante muchos
años: "Apenas habían empezado a caminar cuando mis hijos ya iban al campo
y jugaban con balones y colchonetas. Para mi esposa era importante que ellos
supieran lo que yo hacía", aseguró en una conferencia de prensa en Nueva
Orleans, la sede del Super Bowl.
Jack y Jackie Harbaugh, padres orgullosos. Él fue entrenador de fútbol
americano colegial.
John Harbaugh es el hermano mayor. Con un título académico en ciencias
políticas, sorprendió a sus padres cuando anunció que quería ser coach, como su papá. Su mamá no podía
creerlo, pero finalmente aceptó la idea.
Así comenzó el peregrinar de John por varias universidades hasta llegar
a la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL, por sus siglas en inglés) en donde
pasó varios años como entrenador de equipos especiales de las Águilas de
Filadelfia.
Conocido por su carácter duro, John Harbaugh se convirtió en el
entrenador en jefe de los Cuervos Baltimore en 2008. Tras perder dos veces en
la final que decide qué equipo va al Super Bowl, John lo logró en su tercer
intento.
Por su parte Jim, el más pequeño, jugó fútbol americano como mariscal de
campo (quarterback,
en inglés) en la Universidad de Western Michigan, donde entrenaba su padre. Al
graduarse terminó como el tercer mejor jugador colegial en dicho año.
En la NFL jugó para los Osos de Chicago, los Potros de Indianápolis, los
Cargadores de San Diego y, curiosamente, durante un año pasó por los Cuervos de
Baltimore. Nunca fue considerado uno de los mejores quarterbacks de la liga,
aunque en 1995 se quedó a un paso del Super Bowl.
De hecho logró llegar al Super Bowl en su tercer intento. Además de
quedarse a un partido de ir al Super Bowl cuando era jugador, también perdió el
año pasado como entrenador de San Francisco. Lo positivo es que dicha derrota
llegó en su primer año como entrenador. En su segundo, lo logró.
Todo queda en
familia
El hecho de que se trate de la primera vez que dos entrenadores que son
hermanos se enfrenten en el Super Bowl ha hecho que medios y aficionados lo
bauticen como el "Harbowl".
Ambos hermanos atribuyeron su presencia en el Super Bowl a que los
jugadores de sus equipos jugaron bien.
Ante tantas peticiones de entrevistas por parte de los medios, los
padres de los entrenadores -Jack y Jackie Harbaugh- decidieron dar su propia
conferencia de prensa.
"Una de las cosas que más nos enorgullece de nuestros hijos es que
son ellos mismos, no tratan de emular a nadie", dijeron al responder a una
pregunta respecto a quién los había inspirado.
Y rápidamente añadieron: "Estamos emocionados por los dos y les
deseamos lo mejor".
Horas más tarde fue el turno de John y Jim en el escenario. En una
conferencia de prensa conjunta se aprestaron a señalar que ambos están en el
Super Bowl no porque hayan tomado grandes decisiones, sino porque los jugadores
de sus equipos jugaron bien.
Al preguntarles cómo se iban a saludar al terminar el juego (una
tradición entre entrenadores en el fútbol americano) John dijo: "No le he
dedicado nada de tiempo a pensar si nos daremos la mano o nos abrazaremos al
terminar el juego, no ha pasado por mi cabeza ni un segundo. ¿Tú lo has pensado
Jim?".
"No", respondió el entrenador de San Francisco.