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sábado, 13 de julio de 2013

Inauguran en Nueva York murales en honor de Federico García Lorca

Agencias Noticiosas
NUEVA YORK, EE.UU. Jane Weissman (izquierda) y Camille Perrottet posan con uno de los murales dedicados a Federico García Lorca

Versos de Lorca en 4 murales de Nueva York

Federico García Lorca dijo alguna vez que para entender la poesía eran necesarias cuatro paredes blancas, pero ahora dos artistas han pintado en cuatro muros del barrio neoyorquino de Bushwick el rostro y los versos del poeta español para acercar su obra a esa comunidad, principalmente hispana.

“Hemos traído esa conversación interna que uno tiene con el poema a las calles, donde la conversación se produce entre nosotras y la comunidad, y también entre los propios miembros de la comunidad”, explica en una entrevista con Efe la muralista Jane Weissman, que junto a Camille Perrottet han hecho realidad este proyecto.

Mientras unos ritmos caribeños salen de un coche cercano en este barrio en el que prácticamente todos los letreros están en español, las artistas se afanan en completar el cuarto y último de esta serie de murales, acompañados de extractos de Ciudad sin sueño (Nocturno del Brooklyn Bridge), uno de los poemas de Poeta en Nueva York.

El proyecto arrancó hace dos años, cuando el hijo de Perrottet se mudó a este barrio, que despertó en ella gran fascinación por su diversidad cultural. De la mano de la organización Artmakers, las artistas se pusieron manos a la obra para “regalar” a esta multicultural comunidad cuatro murales “que traen belleza” a un barrio donde los grafitis dominan sus calles.

“La gente mayor sabe quién es Lorca, lo estudiaron, pero los más jóvenes no tanto. Cuando les explicamos quién era Lorca, que vino a Nueva York, que fue a Harlem y vio el racismo, fue a Wall Street y vio el crash, vio a gente tirándose de los edificios, vio el consumismo exacerbado del capitalismo, la violencia... todos estos son temas con los que se identifican”, manifiesta la muralista estadounidense.

Las dos artistas organizaron para el jueves próximo un recorrido por los cuatro murales junto al poeta Edward Hirsch y la traductora y estudiosa de Lorca, Electa Arenal, quienes recitarán los versos en español e inglés y tratarán de arrojar algo más de luz sobre el significado del poema.

Al aire libre: Versos en murales

Dos de cuatro creaciones

El primero de los cuatro murales muestra solo los ojos de Federico García Lorca. El segundo, en el que se adivina la boca del poeta y dramaturgo, se pintó un mapamundi para que los vecinos pintasen un punto en su país de procedencia.

Obra completa

El tercero de los murales muestra la oreja de Lorca, y en el cuarto y último aparece el rostro sonriente del poeta, que pasó en Nueva York una prolífica etapa de su vida.
 

martes, 2 de julio de 2013

Los huevos de Fabergé continúan siendo símbolos de poder en Rusia

Tomado de BBC Mundo
Los huevos de Fabergé otra vez símbolos de poder en Rusia

Por Stephen Smith

En los anales de la locura humana, es dudoso que en alguna otra ocasión se haya derrochado sangre y dinero por algo tan fabuloso y frívolo como los huevos de Fabergé.

La historia de estos tesoros adornados con diamantes, los glorificados huevos de Pascua de los zares de Rusia, es una de poder imperial, revolución y asesinato.

El joyero y empresario Carl Fabergé diseñó sus epónimos huevos de gemas y metales preciosos en su taller de San Petersburgo.

Los exquisitos huevos eran regalos de Pascua para los miembros de la familia del zar de Rusia.

El primero de ellos se lo dio el zar Alejandro III a su esposa, la emperatriz Maria Fyodorovna, en la Pascua de 1885, y empezó una tradición anual que su hijo Nicolás II continuó, regalándole huevos a su madre y su esposa cada Domingo de Pascua.

De los aproximadamente 50 huevos hechos para la familia imperial entre 1885 y 1916, 42 han sobrevivido.

En una bóveda en el sur de Londres, posé mis ojos en cuatro de los llamativos adornos, que se hicieron exclusivamente para un gobernante que era uno de los hombres más poderosos de la Tierra.

La última vez que un huevo salió al mercado, en 2007, se vendió por casi US$14 millones.

Así que al tocarlos, rogaba para que no se me resbalaran de las manos.

Sorpresa escondida


Los adornos que estaba manoseando torpemente pertenecen a Viktor Vekselberg, un magnate del petróleo y el gas que tiene una fortuna estimada en US$18 mil millones y es a menudo descrito como el hombre más rico de Rusia.

Exquisitamente adornados por fuera, y con sorpresas por dentro.

En 2004, pagó US$100 millones por nueve huevos imperiales, apenas uno menos que colección más grande de 10 que está en el Museo la Armería del Kremlin, en Moscú.

Encantado con las sorpresas que escondían los huevos -uno se partió en dos para mostrarme una réplica en miniatura de un carruaje- empecé a entender por qué plutócratas como Vekselberg se dejan seducir por las insuperables alhajas del zar.

Cuando a principios del siglo XX las cosechas fracasaron y el hambre acechaba el vasto imperio del zar, los cada vez más adornados huevos que se presentaban en la corte eran el premio de consolación de la historia para una dinastía que estaba irremediablemente fuera de contacto con la realidad.

Ni Fabergé ni sus suntuosas mercancías protegieron a los Romanov de su trágico final.

Se dice que tras la Revolución rusa, las mujeres Romanov cosieron los huevos en sus vestuarios para que no se los robaran y que las balas del pelotón de fusilamiento bolchevique rebotaban sin dañarlos. Pero los adornos no las protegieron de las bayonetas.

Vendido a Occidente


Los huevos, cada vez más sobrecargados, llegaron a ser un símbolo de un gobernante alejado de la realidad.

En cuanto al propio Fabergé, uno de los hombres más perspicaces que haya fijado la mirada a través de una lupa de joyero, fue denunciado públicamente como un "especulador".

Huyó a Europa occidental, con casi nada que mostrar de sus años como el preferido del zar. A su hijo, Agatón, le fue peor. Lo expulsaron de su mansión en las afueras de San Petersburgo y lo encarcelaron en el Kremlin, donde lo obligaron a valorar el tesoro de los Romanov y su corte, para una venta de liquidación a los especuladores occidentales.

Y es ahí donde la historia de Fabergé y sus magníficos y ridículos adornos podría haber terminado, si no fuera por la embriagadoramente mórbida combinación de joyas excepcionales manchadas con sangre imperial.

La procedencia de los regalos de Pascua les hacía irresistibles para hombres como el rico coleccionista estadounidense Malcolm Forbes, fundador de la revista Forbes. Adquirió los nueve huevos que, tras su muerte, llegaron volando a las manos de Vekselberg.

Vekselberg me concedió una rara entrevista en Moscú para hablar de su colección y su plan de retornar los huevos a la "Madre Rusia"; los cuatro que he toqueteado en Londres se encontraban en tránsito entre exposiciones.

La vuelta de la elite


Comencé por preguntarle si pensaba que valía la pena gastar tanto dinero en nueve huevos imperiales.

"Si me pregunta cuál es la valoración de los bienes, cuál es el precio real, para mí es muy difícil decirlo", respondió.

Éste fue el primer huevo. De los casi 50 hechos, 42 sobrevivieron.

Cuando le mencioné el hecho de que su compatriota ruso, el magnate Roman Abramovich, había decidido gastar millones en un equipo de fútbol británico -el Chelsea-, dijo: "Yo no veo nada negativo en que cualquier rico, ruso o no, compre de un club de fútbol... ¿por qué no?".

Pero él prefiere invertir en huevos de Fabergé que en fútbol y dice que los huevos no son trofeos personales, sino parte de la herencia de su país. Y un orgullo.

"Los huevos de Fabergé son parte de la historia de Rusia y de la cultura rusa", señaló.

Vekselberg ha creado una fundación cultural llamada Link of Times (o Vínculo de los Tiempos, en español), y uno de sus objetivos repatriar los bienes culturales perdidos por Rusia en el siglo XX.

Cerrando el círculo


El regalo para la zarina en 1898, con retratos miniatura su esposo y dos hijas que salen al apretar una perla.

Muchas de las obras de arte de la Rusia presoviética que Vekselberg colecciona fueron despreciadas como "los juguetes de la clase dominante". Pero ahora son vistas como parte de la herencia legendaria de un Estado ruso que está redescubriendo su historia.

Le pregunté a Vekselberg si el presidente ruso Vladimir Putin le había dado las gracias por comprar huevos de Fabergé.

"Sí, fue emocionante para nuestro presidente y muy importante que un ciudadano ruso trajera esta gran colección", aseguró.

"Rusia tiene una gran historia, con una gran cantidad de artefactos, una gran cultura, y esto es parte de ello", añadió.

Pero la ironía de la historia no le pasa desapercibida. Hoy, otra vez, una élite rica y remota domina en Moscú.

"Si se compara con la situación de Rusia durante la época socialista, hace 25 años, todo el mundo era, por supuesto, igual... Rompimos un sistema y acabamos de empezar a trabajar en uno nuevo", señala Vekselberg.

"Por supuesto que hay algunos resultados negativos por la transición: hay una gran diferencia entre un pequeño grupo de hombres ricos y la mayor parte de la población, que no son tan ricos. Pero esto es un proceso y creo que esta brecha se reducirá".

Contenido relacionado

Es también una historia de la ambición y las incalculables riquezas de los nuevos gobernantes y oligarcas rusos. 

sábado, 27 de abril de 2013

Bogotá se convierte en el nuevo centro global de entretenimiento


Tomado de The Wall Street Journal

Cerro de Monserrate.

Bogotá, nuevo centro global de la industria del entretenimiento



Por Grace Bastidas

Esta ciudad andina a 2.650 metros de altura ha albergado a una próspera industria de televisión durante años. En el último quinquenio, sin embargo, se ha transformado en un centro global de entretenimiento, atrayendo a la élite global con sus restaurantes gourmet, exclusivas boutiques y galerías contemporáneas.
Aunque sigue conservando un lado un poco más duro, Bogotá dejó atrás su imagen como símbolo de la violencia ligada al narcotráfico y sus residentes la están disfrutando. Son amantes de las fiestas, acudiendo a bares y clubes nocturnos en sectores que antes tenían una mala reputación, como la Zona Rosa. En la terraza de Armando Records, los asistentes pueden escuchar a los grupos de rock alternativo para después pasar a El Coq, un bar construido alrededor de un árbol. Incluso el barrio histórico de La Candelaria, con sus iglesias góticas y las tradicionales casas de arquitectura española tradicional, se ha vuelto un enclave bohemio con sus respectivos murales de grafiti, híbridos inesperados, como La Peluquería, que aparte de hacerle honor a su nombre es una galería de arte, y arquitectura moderna, como la del Centro Cultural Gabriel García Márquez, diseñado por Rogelio Salmona.
Los barrios más acaudalados en el norte de la capital colombiana han dejado su carácter estrictamente residencial para transformarse en zonas culinarias de primer nivel. En el distrito conocido como Zona G se puede elegir entre la cocina peruana y la francesa, por ejemplo. Uno también puede ir a las cafeterías al aire libre en torno al Parque de la 93, un popular punto de encuentro para los bogotanos más pudientes.
El calendario cultural de la ciudad siempre está repleto. La Feria Internacional del Libro de Bogotá empezó la semana pasada y continúa hasta el 1 de mayo. Rock al Parque, el mayor festival de este género musical de América, se realiza a fines de junio. El Festival de Cine de Bogotá y la Feria Internacional de Arte de Bogotá, ARTBO, se realizan en octubre. Pero no hay que limitarse a los grandes eventos. El clima templado de Bogotá durante todo el año invita a visitarla en cualquier estación.
Olga de Amaral, artista textil colombiana
Arte Moderno: Galería La Cometa. Es un espacio excepcional, bien iluminado y grande. El dueño y director, Esteban Jaramillo, es un conocedor del ambiente artístico de la ciudad. Mis obras ya se han exhibido.
Carrera 10 No. 94A-25; galeriacometa.com
Clase de historia: Museo Nacional de Colombia. Se construyó en una cárcel de la colonia y las celdas ahora son galerías. Las exhibiciones permanentes se centran en el arte y la historia de Colombia. También hay una buena cafetería, con un patio donde los comensales se pueden sentar.
Carrera 7 No. 28-66; museonacional.gov.co
Un joyero que es una joya: Lee Wasson. Especializado en esmeraldas, Lee es un estadounidense que ha estado en el negocio durante casi 40 años. Ofrece buenos precios y acepta pedidos a la medida. Puede ir a su casa u hotel.
Leewasson.com
Un buen café: Il Pomeriggio. Suelo pedir un 'espresso' en esta cafetería de estilo europeo. Tiene café italiano y colombiano, además de pasteles y sándwiches. Está ubicado en el Centro Comercial Andino, donde se pueden encontrar marcas nacionales e internacionales.
Centro Comercial Andino, Carrera 11 No. 82-01; 57-1-616-8616
La calle de los restaurantes: Usaquén. Un pequeño barrio en el norte de Bogotá con arquitectura colonial y calles llenas de restaurantes. Me gusta el 7,16, especialista en carne y con una sólida selección de vinos. Se entra por un jardín. 7,16: Calle 119B No. 6-28; 57-1-213-4271.
John Leguizamo, actor, productor y comediante oriundo de Bogotá
Música en vivo: El Sitio. El Parque de la 93 está rodeado de bares y cafeterías. El lugar es pequeño y se llena, pero la gente no se pelea por el espacio. Los grupos tocan reggae, cumbia y salsa, y el público entona las canciones.
Carrera 11A No. 93B-12; elsitiobar.com
Centro cultural: Casa Ensamble. La actriz Alejandra Borrero administra esta casa grande y alucinante donde convergen de manera creativa la música, el teatro y las artes visuales. Tienen exhibiciones, grupos de comediantes, artes escénicas, cosas muy de vanguardia.
Carrera 24 No. 41-69; casaensamble.com
Cuero de lujo: Mario Hernández. Fabrica bolsos para hombres y mujeres. El cuero es cremoso y los revestimientos interiores son bonitos. Todo está muy bien hecho y es duradero. Tiene varias tiendas, como en el Centro Comercial Andino, Carrera 11 No. 82-71; mariohernandez.com
Vecindario que vale la pena: La Candelaria. En la parte colonial de Bogotá se encuentran casas antiguas llenas de colorido con techos color terracota, puertas gigantescas y balcones. Muchos artistas se han ido a vivir allí.
Obras globales: Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá. Este festival semestral se apodera de la ciudad. Se pueden ver grupos de teatro de todo el mundo y obras de todos los géneros, desde teatro callejero gratuito hasta obras estilo Broadway. A los colombianos les encantan las actuaciones en vivo. De ahí viene mi pasión por relatar historias.
festivaldeteatro.com.co.
Juan Pablo Montoya, corredor de Nascar, creador de la Fundación Fórmula Sonrisas, de Bogotá
Canchas de golf: San Andrés Golf Club. Juego mucho al golf en Colombia; la zona de Bogotá posee algunas canchas increíbles con vista a los cerros.
Kilómetro 2, vía La Punta, Funza; sanandresgolfclub.com
Comida típica gourmet: Club Colombia. El chef Harry Sassón tiene varios restaurantes de primera calidad en la ciudad. Cuando quiero comida típicamente colombiana voy allí. Hay sopas contundentes, arepas, empanadas. Está dentro de una casa antigua restaurada.
Carrera 9, Avenida 82, No. 9-11; 57-1-249-5681
Comida típica: La Mazorca. Ubicado a unos 20 minutos de la ciudad, el viaje bien vale la pena. Los comensales se sientan en troncos de árboles.
Todo lo que pida, carne asada, longaniza, plátanos maduros, llega servido en grandes bandejas de
aluminio.
Kilómetro 8, vía La Calera; 57-1-860-9286
Entretenimiento nocturno: Andrés Carne de Res. No soy de salir mucho de noche, pero cuando vienen amigos de visita y quiero que la pasen bien los llevo a donde Andrés. La decoración es ecléctica con todo tipo de chucherías colgando del techo. Hay una pista de baile, pero a la gente le gusta subirse a las mesas.
Calle 82 No. 12-21; andrescarnederes.com
Viaje de un día: Guatavita. Este pueblo colonial está a un par de horas del centro de Bogotá. Tenemos una casa de campo allí. Los exploradores pensaron que en el lago se encontraba el legendario El Dorado.
Nancy González, diseñadora de bolsos de lujo, oriunda de Colombia
Dónde alojarse: Charleston Casa Medina. El gran hotel de Bogotá. Fue construido en 1946 y está elegantemente decorado al estilo colonial. Ha alojado a presidentes y el servicio es impecable.
Carrera 7 No. 69A-22. Hotelcharlestoncasamedina.com
La fiebre del oro: Museo del Oro. Mi museo favorito está lleno de piezas de oro precolombino. Se puede apreciar cómo las culturas indígenas trabajaron el oro de una manera muy artística. Sus diseños eran tan avanzados y el nivel de detalle fue una fuente de inspiración.
Calle 16 No. 5-41; banrepcultural.org/gold-museum.
Joyería asequible: Galería Cano. Si busca un regalo excelente y a un precio conveniente, aquí encuentra oro y reproducciones chapadas en oro de joyería precolombina.
Carrera 17 No. 33-24; galeriacano.com.co
La mejor vista: Cerro de Monserrate. Ubicado en el centro de Bogotá tiene una panorámica increíble de la ciudad y los cerros que la rodean. Se sube por funicular. En la cima hay una iglesia y un restaurante, Casa San Isidro. Cerromonserrate.com
Artesanía entretenida: Artesanías de Colombia. Tiene objetos de diferentes regiones del país, como anillos elaborados en tagua (una semilla de una palmera común en Colombia muy parecida al marfil), chales de macramé, objetos negros de cerámica, canastas de hilo sisal. Como todo es hecho a mano, ningún producto es igual a otro y todo es muy refinado y sofisticado.
El Retiro Shopping Center, Calle 82 No. 11-75; artesaniadecolombia.com.co

sábado, 16 de febrero de 2013

La práctica hace al maestro. Da Vinci perfeccionó La Mona Lisa en su segunda versión


Agencias Noticiosas

Izquierda La Mona Lisa de Isleworth como es conocida, que según comprobaciones científicas fue pintado por Leonardo Da Vinci antes de la famosa versión (derecha) de la reconocida obra del pintor que se exhibe en el Museo de Louvre.


Incluso los grandes maestros mejoran en su segunda versión 


Polémica: No existe una sola Mona Lisa sino dos originales pintadas por Leonardo Da Vinci afirma estudio


Nuevos estudios científicos corroboran que la primera versión de esta pintura sí fue creada por el genio del renacimiento.


Tal vez nunca se llegue a sabor todo sobre la sonrisa más enigmática de la historia del arte, pero según la Fundación de la Mona Lisa uno de sus misterios acaba de ser resuelto.

De acuerdo a esta institución suiza, una década antes de plasmar en madera a la famosa Monalisa, Leonardo da Vinci pintó en un lienzo el rostro de Lisa Gherardini.

Esta fundación fue creada el año pasado a petición del consorcio privado propietario del lienzo, que le encargó que probara con toda la evidencia histórica y científica disponible si la "primera versión", como la llaman, fue también pintada por Leonardo.

Su conclusión, anunciada el pasado septiembre en una rueda de prensa en Ginebra, fue que ambas obras fueron creadas en momentos y lugares diferentes para dos mecenas, pero por la misma persona: Leonardo da Vinci.

Hoy la institución afirma que dos nuevos estudios corroboran esta conclusión. El primero es el realizado por Alfonso Rubino, especialista en la geometría de da Vinci, quien afirma sin dudarlo que las construcciones geométricas del lienzo reproducen "los estadios intermedios" del artista.

El segundo estudio es un test con carbono 14 realizado por el Instituto Federal de Tecnología de Suiza, con sede en Zúrich, y que habría "confirmado" que la obra fue pintada entre 1410 y 1455, y específicamente, entre 1425 y 1450.

Ante estas "evidencias", la fundación rechaza el argumento de que la pintura sería una copia de la famosa obra del Louvre, sino que sería exactamente al contrario, que "La Gioconda" sería una nueva versión de "la primera versión", en la que Leonardo retiró del fondo dos columnas que enmarcaban el torso de la muchacha y añadió un paisaje más elaborado.

La "primera versión" ha sido conocida por décadas como la Mona Lisa de Isleworth, en referencia al lugar donde residía Hugh Blaker, el coleccionista inglés que "la descubrió" poco antes de la Primera Guerra Mundial.

Posteriormente, la obra fue adquirida por el estadounidense Henry F. Pulitzer, que se la cedió a su amada y, a su muerte, fue adquirida por un consorcio que la guardó en un banco suizo hasta 2003.

Según la teoría de la Fundación, da Vinci comenzó a pintar hacia 1503 el retrato de Lisa Gherardini a petición del marido de ésta, el marchante de telas florentino Francesco del Giocondo, pero dejó el cuadro a medias porque se vio obligado a abandonar Florencia para instalarse en Milán.

Precisamente, el hecho de que el cuadro esté inacabado es un argumento usado para defender la autoría de Leonardo citando una carta del cronista Giorgio Vasari, contemporáneo del artista, que decía al menos dos veces que la obra "estaba inacabada".

Sin embargo, "La Gioconda" estaba finalizada en 1517, como lo afirma otro cronista, Antonio Beatis, que recuerda que la obra fue pagada por Giuliano de Médicis.

La Mona Lisa admirada por miles de turistas que diariamente la visitan en el Louvre parece claramente "más mayor" que la "primera versión".

Esta diferencia de edad es otro de los argumentos para defender la obra, pues, según la fundación, si fuera una copia, el que la plagió habría copiado exactamente la obra original.

El mismo argumento se usa para el hecho de que el bordado del vestido sea distinto; de que el tamaño del cuadro sea diferente; de que la base de una obra sea el lienzo y la de la otra el nogal; y de que en la "versión original" no se haya usado la técnica de barnizado de "La Gioconda", que solo se desarrolló a partir de 1508.