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sábado, 1 de marzo de 2014

Rusia planea abrir bases militares en Venezuela, Cuba, Centroamérica y otras regiones

Tomado de La Voz de Rusia 
El Ministro de Defensa de Rusia Serguei Shoigú da a conocer los planes de abrir bases militares en varias regiones del mundo

Rusia ampliará su presencia militar en algunas regiones del mundo
  
Por Grigori Milenin

El Ministerio ruso de Defensa tiene planeado ampliar la presencia militar rusa en algunas regiones del mundo, declaró el jefe de la cartera Serguéi Shoigú.

Tienen lugar negociaciones sobre la instalación de bases militares en países del sureste de Asia y América Central. Sobre los objetivos y perspectivas de tal ampliación, que además prevé la lucha internacional contra la piratería, La Voz de Rusia dialogó con expertos:

Actualmente se celebran negociaciones con una serie de países, en particular con Vietnam, Cuba, Venezuela, Nicaragua, las islas Seychelles y Singapur, dijo días atrás Serguéi Shoigú. Claro que cabe precisar que no se trata de la creación en esos países de bases militares en el sentido propio de la palabra. El Ministerio de Defensa de Rusia está más interesado en la existencia de puntos de aprovisionamiento de nuestra Flota Naval y nuestra Aviación de Acción Lejana en regiones distantes, declaró a La Voz de Rusia el director de la redacción de noticias militares de la Agencia rusa ITAR-TASS, Víktor Litovkin:

–Buques y submarinos rusos surcan hoy las aguas de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. En el mar Mediterráneo realizan operaciones de salvaguardia de la retirada del arma química de Siria. En el golfo de Adén combaten a los piratas.
Los aviones de acción lejana vuelan prácticamente por todo el mundo. Y en alguna parte tienen que repostar. Los buques también tienen que completar sus reservas de agua, combustible, y los tripulantes deben descansar. No somos los únicos que queremos tener bases en el exterior. EEUU tiene cerca de ochenta bases, donde mantienen no solo a especialistas en tareas de retaguardia, sino también a contingentes enteros de fuerzas armadas. Nosotros no pensamos desplegar grandes contingentes lejos de las fronteras de Rusia.

Rusia no tiene hoy ninguna cuestión de conveniencia política ni fundamentos económicos para mantener grandes contingentes militares mucho más allá de las fronteras del país. Por otra parte, la instalación en diferentes puntos del océano mundial de bases de aprovisionamiento técnico-material puede elevar la eficacia de la cooperación internacional de nuestro país en la lucha contra la piratería, supone el experto militar de la Agencia rusa RIA Nóvosti, Konstantín Bogdánov:

–Los tratados con un grupo de países sobre el uso de la infraestructura portuaria para la entrada, aprovisionamiento y repostado de nuestros buques realmente pueden simplificar la maniobra de las fuerzas entre las bases en territorio de Rusia y las emplazadas en las regiones de lucha contra la piratería, en particular el Cuerno de África. Si Singapur y las islas Seychelles nos conceden tal posibilidad, se simplificará la planificación de las operaciones de traslado de las fuerzas de la Flota del Pacífico.

Según los expertos, el regreso de los militares rusos a la base vietnamita de Kamran es hoy aquello que cuenta con mejores perspectivas. En noviembre del año pasado, los presidentes de Rusia y Vietnam ya firmaron un acuerdo para la creación allí de un punto conjunto de asistencia y reparación de submarinos. Además, en Kamran hay un aeropuerto internacional que, en caso de necesidad, puede recibir aviones de la Fuerza Aérea Rusa, entre ellos de la Aviación de Acción Lejana. 

sábado, 1 de febrero de 2014

Crece ola de niños migrantes indocumentados huyendo de la violencia

Tomado de  The Wall Street Journal


Monica Torres escapó de la violencia en El Salvador y ahora vive en Los Angeles.

Crece el número de menores de edad que ingresan solos y sin documentos a EE.UU.

Las cifras compiladas por esa agencia muestran que el 95% de los que las autoridades llaman UAC (por las iniciales en inglés de la frase "niños no acompañados") proviene de Honduras, Guatemala y El Salvador, países donde el crimen y la violencia se han disparado en los últimos años.
Por David Walter Banks
LOS ÁNGELES— Una cifra récord de menores de edad que viajan solos está ingresando ilegalmente a Estados Unidos, lo cual representa un nuevo reto humanitario y fiscal en momentos en que el Congreso considera el futuro de 11 millones de indocumentados que ya residen en el país.
En un informe publicado el jueves, la Conferencia de Obispos Católicos de EE.UU. estima que 60.000 menores centroamericanos cruzarán la frontera suroccidental del país este año, sin el acompañamiento de un familiar adulto. Esa cifra ha subido frente a menos de 25.000 el año anterior y apenas 5.800 hace una década. Aquellos que siguen de cerca lo que ocurre en la frontera dicen que la situación subraya la violencia y el descontento en varios países de Centroamérica. Los menores que cruzan desde México casi siempre son repatriados.
Desde 2011, EE.UU. "ha experimentado un incremento sin precedentes en el número de niños migrantes sin la compañía de un adulto" que cruzan la frontera entre EE.UU. y México, según el informe del grupo de obispos con sede en Washington, citando un aumento en los arrestos por parte de la patrulla fronteriza.
Muchos de los jóvenes son entregados a sus familiares en EE.UU., que a su vez son inmigrantes indocumentados, lo que según algunos críticos equivale a ayudar en vez de perseguir el tráfico de migrantes. Los menores quedan en manos de varias agencias del gobierno, todas con responsabilidades diferentes, y a menudo pasan por albergues financiados por la Oficina de Reubicación de Refugiados, un brazo del Departamento de Salud y Servicios Sociales de EE.UU. (HSS). Muchos son deportados posteriormente. Otros se benefician de cláusulas de la ley de inmigración que les permiten quedarse en EE.UU. de manera legal.
Las cifras compiladas por esa agencia muestran que el 95% de los que las autoridades llaman UAC (por las iniciales en inglés de la frase "niños no acompañados") proviene de Honduras, Guatemala y El Salvador, países donde el crimen y la violencia se han disparado en los últimos años.
HSS informó esta semana que los 9.881 menores que llegaron al país en el primer trimestre del año fiscal están ligeramente por encima de ritmo del año anterior.
El informe de los obispos católicos identifica que la pobreza, la falta de oportunidades educativas y el deseo de unirse a su familia que ya se encuentra en EE.UU. son los principales factores que llevan a los jóvenes a emprender el viaje hacia el norte. Sin embargo, la motivación más fuerte es el temor al crimen y la violencia crecientes en sus lugares de origen. Según un informe de 2011 de Naciones Unidas, las tasas de homicidio se habrían incrementado —en algunos casos a más del doble— en cinco de ocho países de Centroamérica en los cinco años anteriores.
"La violencia generalizada al nivel estatal y local y un correspondiente deterioro del imperio de la ley han amenazado la seguridad de los ciudadanos y han creado una cultura del miedo y la desesperanza", señala el informe de los obispos.
"Estos niños desafían las percepciones tradicionales de migración en este hemisferio", dijo Kevin Appleby, director de políticas de migración y asuntos públicos para el grupo de obispos, y uno de los autores del informe. "Sin similares a los refugiados en África que huyen de guerras civiles. Literalmente se escapan para salvar sus vidas".
El legislador republicano Jason Chaffetz, presidente de un subcomité de seguridad nacional de la Cámara de Representantes, dijo que la cantidad de menores indocumentados era "astronómica" pero apuntó a las políticas estadounidenses como un factor motivador principal. "Hay un aumento de personas jóvenes que piensan que habrá una amnistía", indicó.
La historia de Mónica Torres es típica de muchos menores que llegan a la frontera. Cuando la joven tenía 17 años y asistía a la escuela secundaria en El Salvador, dice, era acosada a diario por miembros de pandillas que intentaban convencerla para que se uniera a ellos. Luego de que su abuela, que la crió, contactara a la policía, Torres ahora de 18 años, comenzó a recibir amenazas de muerte, aseguró. "Le dijimos a la policía y la pandilla dijo que me matarían si me veían sola", afirmó. "Muchos jóvenes habían sido secuestrados y asesinados en la zona".
Su abuela contactó a un pariente lejano en Los Ángeles, quien acordó compartir el costo de US$6.000 que cobraban los contrabandistas para transportar a Torres a California. Luego de que Luego de que agentes de la Patrulla de Control Fronterizo de EE.UU. detectaran al grupo de migrantes de Torres en Texas en septiembre pasado, fue enviada a un albergue juvenil en Pennsylvania, donde se quedó un mes antes de ser entregada a sus familiares.
Ese proceso de albergue y liberación para menores indocumentados se repitió casi 20.000 veces el año pasado, afirma Lisa Raffonelli, una vocera de la Oficina de Reubicación de Refugiados. En 2012, cuando una menor cantidad de menores pasaban por los refugios, alrededor de 13,700, HHS gastó US$168 millones en alimentos, personal y escuela, lo que representa más de US$400 diarios por menor.
Este año la Oficina de Reubicación de Refugiados está recibiendo menores a una tasa de alrededor de 100 al día, todos entregados por el Departamento de Seguridad Interior a albergues operados por contratistas civiles. A menudo, estos jóvenes son enviados a vivir con familiares, muchos de los cuales también están en EE.UU. sin documentos.
"Los niños deben estar en el escenario menos restrictivo e idealmente con sus familias", afirmó Appleby del grupo de obispos estadounidenses. Según las investigaciones del grupo, agregó, hasta 90% de los niños se reúnen con sus familias.
En una sentencia emitida el mes pasado, el juez Andrew S. Hanen de la corte de inmigración en Brownsville, Texas, exigió saber por qué el Departamento de Seguridad Interior (DHS) hizo arreglos para que una niña de 10 años que había sido llevada a través de la frontera fuera a vivir con su madre, que también era una inmigrante sin documentos que, según el juez, "instigó" una conspiración criminal para llevar a su hija hacia EE.UU.
El DHS "completó la conspiración criminal", escribió el juez Hanen en su decisión. "El DHS está recompensando conductas criminales en lugar de hacer cumplir las leyes actuales. Más preocupante, el DHS está alentando a padres a poner en riesgo seriamente la seguridad de sus hijos".
En respuesta, el DHS y fiscales le señalaron al juez casos legales previos, así como políticas establecidas en la Ley de Seguridad Interior.
Debido a que Torres ingresó ilegalmente a EE.UU., enfrentaba la deportación. En Los Ángeles, su abogado acudió a la corte estatal, donde un juez le concedió la tutela a una tía. Luego Torres solicitó y obtuvo un estatus juvenil especial, que la coloca en camino a una tarjeta verde.

domingo, 15 de diciembre de 2013

Centroamérica sigue siendo una de las regiones más desiguales del planeta

Tomado de esglobal

¿HACIA DÓNDE VA CENTROAMÉRICA?

Un futuro incierto a causa de la violencia, la desigualdad y unas élites que persiguen agendas individuales.
Por Diego Sánchez Ancochea y Salvador Martí
Centroamérica ha avanzado mucho en las más de dos décadas que han transcurrido desde los Tratados de Paz. Las instituciones democráticas han permanecido estables y, con la excepción de Honduras (por el golpe de 2009), los presidentes han sido elegidos en procesos electorales más o menos competitivos. A la vez, los ejércitos han aceptado su subordinación al poder civil y el poder judicial ha avanzado poco a poco en su independencia en casi todos los países. Además, en algunos aspectos, también ha avanzado el proceso de construcción del Sistema de Integración Centroamérica (SICA), sobre todo en el ámbito comercial, aduanero y de cooperación judicial.
Los gobiernos centroamericanos también han impulsado algunas políticas públicas orientadas al desarrollo humano. El gasto social por persona en Guatemala, Honduras y Nicaragua dobla el que existía a principios de los 90 y en El Salvador se ha multiplicado por siete. Ha habido innovaciones importantes tanto en salud como en educación, y se ha realizado un esfuerzo novedoso por incluir a los más desfavorecidos en las iniciativas sociales del Estado con el fin de mejorar su condición de ciudadanos. Todo ello, sin duda, ha contribuido al descenso de la pobreza, cuya tasa es entre siete y catorce puntos porcentuales menor que en 1990.
No obstante, existen todavía muchos motivos para la desesperanza. Centroamérica es una de las regiones más violentas del mundo y el número de homicidios en El Salvador, Honduras y Guatemala es hoy mayor que durante las guerras civiles. El crecimiento económico ha sido bajo y, con excepción de Costa Rica, la región ha sido incapaz de desarrollar nuevos sectores que sustituyan la agro-exportación como motor productivo. La región sigue siendo, además, una de las más desiguales del planeta.
La emigración constituye la mejor muestra de las dificultades que Centroamérica tiene para consolidar sociedades más democráticas, dinámicas y equitativas. Actualmente, miles de personas abandonan cada año la región, uniéndose al más de 10% de centroamericanos que viven fuera, y las remesas de emigrantes se han convertido no solo en la mayor fuente de divisas, sino en un ingreso imprescindible para millones de familias.
¿Cómo entender los problemas de la región? ¿Por qué la suma de democracia y liberalización económica no ha dado los resultados que muchos esperaban? Tres factores interrelacionados son particularmente importantes. En primer lugar, la posición económica y geopolítica de Centroamérica es ciertamente desventajosa, pues no ofrece las ventajas comparativas que sí tiene México (en cuanto a maquilas) ni dispone de las commodities que sí tienen muchos países de América del Sur. Además, la reciente competencia china dificulta la expansión de las exportaciones de ropa y otras manufacturas a Estados Unidos. Incluso en la más desarrollada Costa Rica hay muy pocas empresas capaces de competir en los mercados internacionales –en este sentido la compañía Intel es una excepción–. Como importador neto de petróleo, gas y otros recursos naturales, Centroamérica se ha visto muy perjudicada por el aumento de precios de estos productos que tanto ha beneficiado a sus vecinos del Sur (tal como ha ocurrido con la soja en Argentina y Paraguay, con el cobre y la madera en Chile, o con el petróleo en Venezuela y Ecuador). A la vez, la región se ha convertido en una zona de tránsito de droga producida en los países andinos y los cárteles operan a sus anchas aprovechándose de la debilidad que tienen los Estados para enfrentarlos.
Este elemento, la debilidad del Estado, es el segundo gran obstáculo para el desarrollo económico. La falta de recursos y de funcionarios independientes sigue limitando la capacidad de las administraciones nacionales para mejorar la calidad y eficiencia de sus servicios. La carga impositiva como porcentaje del PIB es mucho más baja en Centroamérica que en países con similar nivel de riqueza. La mayoría de los empleados públicos son elegidos por criterios políticos, sus carreras profesionales son episódicas y reciben salarios insuficientes. La corrupción es endémica –incluso en Costa Rica, el país con instituciones más fuertes – y la influencia de los grupos de poder (legales e ilegales) es cada vez más preocupante. Como resultado el Estado es tan incapaz hoy como hace tres décadas de liderar un proyecto consensuado de desarrollo económico, político y social.  
Pero quizá el problema más serio tenga que ver con el extraordinario poder que todavía mantiene la élite económica. Según datos recientes publicados por el diario El País, los poco más de mil millonarios centroamericanos tienen una fortuna combinada de 137.000 millones de dólares (unos 100.000 millones de euros), equivalente al 79% del PIB regional. Los principales grupos económicos controlan un sinnúmero de actividades distintas, desde la producción de textiles para la exportación a servicios financieros y construcción de viviendas y supermercados, y se han convertido en socios imprescindibles para las principales empresas multinacionales.
Los grandes empresarios se benefician de una enorme influencia en la política a través de distintos canales, incluyendo el control de los partidos políticos, la presión sobre legisladores y jueces y la financiación de campañas electorales. En Guatemala, por ejemplo, el 97% del gasto realizado por los partidos políticos en las presidenciales de 2011 vino de fuentes privadas. El fracaso de numerosas reformas tributarias, particularmente aquellas que pretendían aumentar los impuestos directos, y las dificultades de todos los gobiernos para regular los mercados y fomentar la competencia son quizá las muestras más claras de la influencia privada recurrente.
El futuro de Centroamérica es incierto. Probablemente continuarán los avances en áreas importantes como la competencia electoral y la independencia judicial. Sin embargo, los obstáculos para controlar la violencia y construir economías más equitativas y democracias más efectivas parecen hoy insuperables. Buena muestra de ello es que sólo el 57,6% de los centroamericanos apoyen explícitamente la democracia que tanto costó construir. Quizá la solución pase necesariamente por la promoción, desde cada uno de los países de la región, de redes transnacionales para la defensa de los derechos. No menos importante en el proceso será que parte de la misma élite que hoy persigue agendas individuales se dé cuenta de los beneficios que el fortalecimiento del Estado y su capacidad redistributiva podría tener incluso para ellos mismos en el largo plazo.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Casi todos los Centroamericanos en tránsito hacia EEUU son víctimas de delincuencia en México, 75% no logran pasar

Tomados de El Diario NY
Javier Urbano, director del Programa de Atención a la Migración de la Universidad Iberoamericana muestra el Mapa Interactivo de la Movilidad Migratoria diseñado por la institución.
Urgen a centroamericanos no ir a México

Solo el 25% logra llegar a los Estados Unidos vía México, no sin antes ser víctimas de discriminación, y en muchos casos, robos, secuestros, extorsión, torturas y asesinato

Por:  Gardenia Mendoza Aguilar


MÉXICO.-  “Si no es absolutamente necesario, no te vayas de casa”. Así de claro advierte el doctor Javier Urbano, director del Programa de Asuntos Migratorio (Promi) de la Universidad Iberoamericana, a los inmigrantes indocumentados que piensan llegar a Estados Unidos vía México.

“Tenemos que decir con toda crudeza: los riesgos son muy altos, vas a sufrir”.

A Urbano se le hace un nudo en la garganta. Durante casi dos décadas de estudiar el fenómeno, nunca había visto un escenario tan  antiinmigrante. Hay discriminación, miles de desaparecidos en el camino, empujados por el tren, mutilados, torturas… ¡Sólo el 25% logra llegar a EEUU!

Hasta ahora nadie lo ha dicho, pero este hombre, que encabeza cinco grupos de estudiantes voluntarios de la universidad privada más comprometida en la protección de inmigrantes, cree que es el momento, por responsabilidad moral, de decir a las personas sin papeles:  “no vengas a México, tu vida vale más que cualquier viaje”.

Urbano suelta la petición mientras abre en su computadora el primer Mapa Interactivo de la Movilidad Migratoria que se entregará pronto a los 62 albergues del país para que lo muestren a los viajeros que cruzan las casi 5,000 millas de sur a norte y alertar sobre los riesgos.

Si de todos modos deciden partir de sus países porque no tienen con qué darle de comer a sus hijos, entonces podrán saber a los riesgos que se enfrentan.

El documento con formato electrónico se abre e la pantalla. Ahí se puede ver un mapa de la república salpicado de puntos rojos que indican las regiones más sórdidas.

Son ciudades como Tecate y Tijuana, donde son extorsionados. En los Choapas, Agua Dulce, Medias Aguas, Jesús Carranza y Loma Bonita (Veracruz), son asesinados. En Salto del Agua, Pichualco, Estación Juárez, Playas de Catazaja (Chiapas), robados y violados. En Reynosa, Río Bravo, Ciudad Victoria y Nuevo Laredo, secuestrados.

La lista se repite en tipo de delitos en todo el país.



“A mi compañera la mataron porque no tenía quien la ayudara (a pagar el rescate) y no pudo darles ningún teléfono”, describe un testimonio.

Entre las secciones del mapa se incluye una lista con las direcciones y teléfonos de los albergues de caridad y de las comisiones estatales de los derechos humanos.

También hay consejos prácticos sobre cómo abordar el tren, cuándo y cómo hacer llamadas telefónicas, sobre la importancia de cuidar los zapatos, de no viajar descalzos, sin compañía y hasta de cuidar el lugar donde se sienta.


“Queremos que racionalicen e inhiban su movilidad”, insiste Urbano. “Con que logremos que un 1% no emigre nos sentiremos contentos”.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Prensa europea destaca enorme inversión Centroamericana en armas de guerra en un entorno de galopante pobreza

Tomado de El País
Aviones A 37
Centroamérica gasta en la competición por la supremacía aérea
Persisten el recelo y la desconfianza entre las Fuerzas Armadas del istmo por las compras bélicas de sus vecinos

Por José Meléndez

La supremacía aérea militar es un foco de permanente desconfianza y recelo entre las fuerzas armadas de Centroamérica. Pese a los escenarios de creciente marginación social, los aparatos castrenses regionales siguen gastando en una constante carrera armamentista que en el siglo XX fue estimulada por la represión anticomunista y ahora es impulsada por el combate al crimen organizado.
Guatemala está a la espera de seis aviones Súper Tucano, de reconocimiento y combate, que compró a Brasil en 133 millones de dólares y en una operación que terminó de formalizar en abril pasado tras varios años de negociaciones. El Salvador pagó 8,5 millones de dólares a Chile por 10 aviones A-37 Dragonfly, fabricados en Estados Unidos y que el ejército chileno estaba en proceso de desechar porque fueron construidos hace más de 50 años. Honduras recibirá una donación de Estados Unidos de seis helicópteros que serán entregados en febrero de 2014, para la lucha contra el narcotráfico.
Valorados en 40 millones de dólares, seis helicópteros Súper Huey fueron donados el 7 de octubre anterior por Estados Unidos a Guatemala para el combate al narcotráfico. Rusia, que en los últimos años ha reactivado con intensidad su presencia castrense en América Latina y el Caribe, suministró dos helicópteros MI-171 a Nicaragua en 2009. En forma paralela, Moscú ha entregado una ayuda militar por más de 26,5 millones de dólares al Ejército de Nicaragua desde 2009.
Honduras anunció en junio de 2011 que, para combatir al narcotráfico en áreas profundas del mar Caribe y en sitios remotos de su territorio, pretendía adquirir helicópteros Bell 212 y aviones Caravan 208, de manufactura estadounidense, así como aeronaves brasileñas Súper Tucano. Todo era parte de un extenso pedido castrense que incluía radares, guardacostas y lanchas rápidas, entre otros equipos, pero que por dificultades financieras fue cancelado. Una fuente militar hondureña dijo a EL PAÍS que “de ese asunto no se ha hablado más”, ya que está congelado.
El Salvador suspendió o paralizó en febrero de 2011 una compra de 10 aviones Súper Tucano a Brasil, por aproximadamente 110 millones de dólares y con financiamiento foráneo. El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, declaró que aunque tampoco desistía de la idea, la operación se posponía porque “hay problemas más apremiantes” en salud, educación y vivienda que renovar la flotilla aérea militar.
“Para tristeza de nuestros pueblos, cada día más los gobiernos de estos países pobres invierten hoy en armas de guerra, en lugar de invertir en educar, en alimentar, y en crear fuentes de empleo”, dijo la costarricense Lina Barrantes, directora de la Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, una organización no estatal de San José.
“Centroamérica vivió en la década de 1980 una cruel guerra que nos dejó miles de muertos. Cuando alcanzamos los acuerdos de paz (en 1987), la apertura de espacios democráticos desgraciadamente no vino acompañada de un aumento en las oportunidades para nuestros pueblos. Centroamérica sigue siendo hoy una de las regiones más desiguales, pobres y violentas del mundo”, advirtió Barrantes, en una entrevista con este periódico. “En 25 años no hemos conseguido erradicar las causas que nos llevaron a esa guerra, que fueron justamente la pobreza y la desigualdad”, puntualizó.
“Lamentamos profundamente” el anuncio hecho por El Salvador el pasado 31 de octubre de que comprará los aeroplanos a Chile, que es la más reciente compra militar millonaria en el istmo, ya que se “hace una enorme inversión para nuestras economías en aviones militares”, comentó Barrantes.
En este panorama, Honduras protestó por la compra salvadoreña. En “estos movimientos armamentistas está la posibilidad de querer crear un escenario bélico e hipotético” en el Golfo de Fonseca, reclamó la canciller hondureña, Mireya Agüero, el pasado jueves, al ligar la adquisición de las aeronaves con un litigio entre Tegucigalpa y San Salvador por la posesión de una isla en esa zona sobre el litoral Pacífico que comparten Honduras, El Salvador y Nicaragua.
El caso, añadió, “lo hemos analizado como una abierta amenaza para la implementación” de una sentencia de 1992 de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), en La Haya, acerca de la delimitación en Fonseca.
Sin embargo, la práctica es vieja en una zona en la que aunque Honduras ha ostentado la supremacía aérea regional, ha habido una permanente competencia por el predominio en los aires. Pese a que los ejércitos de Honduras, El Salvador y Guatemala se replegaron a sus cuarteles tras el proceso de pacificación regional—entre 1987 y 1996—y luego de mantener un intenso protagonismo político en el siglo XX, en los últimos años han retornado a las calles, en un proceso de remilitarización de las sociedades centroamericanas con el alegato de combatir al crimen organizado.
Si los militares guatemaltecos salen de compras para abastecer sus despensas bélicas y modernizar sus capacidades de ataque y defensa, sus vecinos salvadoreños y hondureños reaccionan con recelo y desconfianza. Y si son los hondureños, sus vecinos nicaragüenses, guatemaltecos y salvadoreños responden con inquietud. Igual sucede si son los salvadoreños o los nicaragüenses.
El control aéreo militar de Centroamérica siempre ha estado en disputa, como parte del equilibrio de las fuerzas armadas frente a la potencia de tropas de infantería y de fuego antiaéreo de cada país. En el decenio de 1980, en medio de las guerras en el istmo entre guerrillas izquierdistas respaldadas por Cuba y la entonces Unión Soviética y ejércitos apoyados por Estados Unidos, como reflejo de la pugna comunismo versus comunismo, Moscú entregó 60 helicópteros MI-8, MI-17, MI-24 y MI-25 a Managua, pero bajo la amenaza de Washington de que se abstuviera de enviar aviones de combate.
La Fuerza Aérea hondureña se convirtió en la segunda mitad del siglo XX, y con apoyo de la Casa Blanca, en símbolo del poder castrense de Honduras y obtuvo la supremacía aérea como factor clave del equilibrio militar regional. Los hondureños recibió seis aviones Embraer T-27 Tucanos, de Brasil, y 12 aviones supersónicos F-5, de Estados Unidos, entre otros.
En una región en la que la tasa de homicidios ha llegado en algunas etapas a 44 por cada 100 mil habitantes, para convertirse en la más alta del mundo (11 veces superior que el promedio internacional), el gasto en seguridad de Centroamérica alcanzó 4.000 millones de dólares en 2010. Costa Rica abolió su ejército en 1948 y Panamá en 1992 y disponen de policías civiles para su seguridad interna, pero también destinan millonarios recursos en su seguridad pese a las carencias sociales.
Por su cercanía geográfica con las bases de producción de cocaína en Colombia y con los enormes centros de consumo de estupefacientes en Estados Unidos, Centroamérica se convirtió en los últimos 20 años en el principal pasillo del narcotráfico para transportar drogas por sus vulnerables fronteras terrestres, marítimas y aéreas hacia México, en ruta al mercado estadounidense.

El Comando Sur del Ejército de Estados Unidos, acantonado en Florida, calcula que entre el 80% y el 90% de la cocaína que ingresa a esa nación se transporta por mar, empleando rutas costeras, terrestres y aéreas de Centroamérica y en un corredor entre México y Colombia por los dos litorales.