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sábado, 24 de octubre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: COMUNICACION FAMILIAR

    
  Comunicación es cualquier acto en el que entre dos o más personas se intercambia información, ideas, sentimientos, afectos, valores, etc., tanto a través de la palabra, como de señas, gestos, acciones, de la presencia o ausencia, o del simple tono de la voz. La familia es el ambiente donde la comunicación adquiere su máxima dimensión, porque comprende el intercambio de toda la gama imaginable de elementos que se puedan transmitir. A la vez, la familia es el grupo humano que más comunicación necesita, en todas sus formas, para funcionar adecuadamente. La comunicación es el factor que proporciona cohesión entre los miembros de la familia, y les hace sentirse grupo y funcionar como tal.

       Una comunicación familiar adecuada debe incluir información e intercambio de ideas respecto al proyecto familiar o a sus actividades como grupo; transmisión de valores y de criterios educativos de padres a hijos; un modelo educativo y posibilidad de discusión sobre el mismo; formación humana a los hijos; compartir información y apoyar las actividades y proyectos de cada miembro; compartir experiencias cotidianas, trascendentes o intrascendentes; compartir actividades; presencia física y psicológica de los padres; transmisión de seguridad, protección (no sobreprotección) y amparo mutuo; y, sobre todo, afecto; todo ello en el marco del respeto mutuo y la armonía entre el respeto a la individualidad de cada uno, y los intereses de la familia como grupo.

       La falta de una comunicación adecuada es un importante criterio de disfuncionalidad familiar, pero entendiendo, por otra parte, que dentro de eso hay dos niveles claramente diferentes: la comunicación inadecuada, y la falta de comunicación. Falta de comunicación significa la transmisión de un bajo porcentaje de esa gama de elementos que es posible y se deben transmitir en familia, de modo que no llega a establecerse un vínculo sólido y una cohesión entre sus miembros, a parte del mero vínculo biológico. No existe una vida de familia, sino vidas independientes y solas, habitando bajo el mismo techo.

       Sin embargo, la comunicación es inadecuada cuando sí se transmite una cantidad importante de esos elementos, pero no se hace de la forma adecuada, lo cual, aunque conlleva otro tipo de consecuencias negativas, al menos sí permite sentir cierta cohesión y estructura afectiva entre los miembros. Existe comunicación inadecuada cuando se utiliza la imposición en vez del diálogo; cuando se utiliza el castigo como represalia, y no como consecuencia lógica de lo infringido; cuando hay prohibiciones y obligaciones en vez de responsabilidades razonables; cuando se dicen las cosas con un doble sentido agresivo; cuando no hay el debido respeto, e, incluso, cuando hay maltrato físico o psíquico con una intención positiva. Se transmite amor, educación, autoridad, protección, etc., pero se pueden producir daños colaterales profundos. En la comunicación inadecuada se puede tener un sentimiento ambivalente de amor y odio por los otros miembros; en la falta de comunicación el sentimiento predominante es la indiferencia por ellos.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 17 de octubre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EDUCACION DE LOS HIJOS


       Numerosas veces he hablado de diferentes criterios educativos con los hijos, pero mucha gente pregunta por la forma correcta de educarlos, en general, es decir, como solicitando un kit completo con manual incluido. Pero eso es algo que no puede hacerse en pocas líneas, sino que requeriría el espacio de una enciclopedia completa contemplando las casi infinitas posibles circunstancias. Sin embargo sí es posible ofrecer en pocas líneas algunos tips e ideas generales básicas.

       El primero cada hijo es un mundo a parte, y eso significa que el modelo educativo no tiene por qué ser idéntico para todos, sino que partiendo de un modelo general, debe particularizarse para cada uno; significa también que hay que conocerlos bien a todos y cada uno de ellos, lo cual requiere tiempo y presencia, y que el ser justo y equitativo con ellos no significa darles a todos lo mismo, sino a cada quien lo que necesita, ni más ni menos, que no necesariamente es lo mismo.

       Un segundo punto importante es conocer y estar atentos a la evolución de la sociedad y a los riesgos y problemas generales de niños, adolescentes y jóvenes, porque en base a ellos tendremos que educarles. Para evitar los riesgos ya se explicó que la educación no debe ser violenta, ni restrictiva, ni tampoco irresponsablemente permisiva. La mejor forma es adelantarse un poquito a cada etapa evolutiva, y afrontar con un lenguaje asequible a su edad, pero con absoluta naturalidad e interactuando, los posibles riesgos u oportunidades típicos de la siguiente etapa.

       Por ejemplo, si a los cuatro o cinco años pueden empezar a tener miedo a los relámpagos y los truenos, puede aprovechar cuando haya una tormenta y chinearlos junto a la ventana para que  los vean de frente con usted, a la vez que les explica tranquilamente que son naturales y por qué suceden. En otro ejemplo, más adelante, especialmente a las niñas, antes de que empiece el riesgo de anorexia en la pubertad se les puede empezar a hablar del tema, debatiendo sobre el problema que tienen las anoréxicas, y cómo y por qué han llegado a esa situación, analizando las condiciones socioculturales que provocan ese problema. Un poco después se pueden introducir temas referentes a sexualidad, tabaco, alcohol y drogas; después temas referentes a su proyecto de vida en el futuro, conducta al manejar un vehículo, etc.

       No se trata de enseñarles las cosas de una forma magistral, sino de forma natural e interactiva, aprovechando cualquier circunstancia cotidiana, noticia o tema de actualidad que los padres detecten que ellos ya podían tener un poquito de interés; no tratando de decirles cómo son las cosas, sino provocando que ellos expresen libremente su punto de vista.

       Probablemente se sorprendan de cómo espontáneamente pueden expresar ideas muy atinadas, y si no es así, puede introducir nuevos criterios para que ellos los consideren en su reflexión, pero siempre de forma objetiva e imparcial, sin tabúes ni dogmas y sin esconder nada; incluso criterios con “trampa”, poniéndose en un punto de vista opuesto al que pretende llegar. La cuestión es que a cada asunto ellos mismos le “saquen punta” y lleguen a sus propias conclusiones.

       Comprobará que normalmente llegarán a las conclusiones que uno pretende; a veces incluso mejoradas, haciendo ellos alguna nueva aportación. Y cuando no, habrán formado su propio criterio, quizá diferente al de los padres, pero igualmente sano; simplemente diferente. Lo importante es que son valoraciones a las que ellos han llegado POR SI MISMOS (es fundamental que sientan eso), no porque nadie les haya impuesto nada, ni los padres, ni siquiera los compañeros o amigos. Después ya pueden tener un margen de libertad suficientemente amplio porque sabrán usarla con responsabilidad.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

domingo, 20 de septiembre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: MATERNIDAD DESESTRUCTURADA


Pese a todo lo comentado en anteriores blogs, la razón principal por la que no son muchas las familias que llegan a constituirse formal, estructurada y funcionalmente sigue siendo la misma que ha sido tradicionalmente, y es la precocidad y la irracionalidad con que sucede la maternidad. Es demasiado común que este inicio suceda en la adolescencia, cuando, normalmente, no hay ninguna preparación para construir una familia, ni siquiera para ejercer la maternidad con seriedad y responsabilidad.

Es demasiado común también que dicha maternidad se ejerza en soledad o con ayuda de algún familiar, pero sin la presencia ni la ayuda de un padre responsable. Y es demasiado común también que esta situación no sea una circunstancia accidental, sino que se repita una segunda vez, una tercera… con hombres diferentes, de modo que cuando la mujer llega a los veintitantos años, y debería ir alcanzando la madurez suficiente para iniciar una familia estructurada, en realidad lleva ya consigo una familia, a veces incluso numerosa, que ha ido creciendo sin la más mínima planificación ni estructura.

Aún así, frecuentemente la mujer conserva la ilusión y la esperanza de encontrar un hombre que “la honre”, pero en esas condiciones, el que aparezca un hombre dispuesto a hacerse cargo de la situación, a dar estructura y hacer que funcione la familia, es una posibilidad bastante lejana. Y lo peor es que la mujer, en su ilusión y deseo de que eso suceda, creerá ver a ese príncipe azul en cualquier hombre que se acerque a ella. La consecuencia probable de ello es que sufrirá un nuevo desengaño, y una nueva maternidad… y de nuevo sola.

En definitiva, lo que en el fondo desearían y sería conveniente para el desarrollo de los hijos, termina convirtiéndose poco menos que en un imposible porque en principio se toman decisiones equivocadas, y posteriormente se siguen tomando decisiones equivocadas creyendo, o queriendo creer que se toma una decisión correcta. ¿Y por qué se toman tantas decisiones equivocadas y pareciera que nunca se aprende? Este es un tema bastante complejo de analizar. Las primeras decisiones equivocadas, en la adolescencia, suelen suceder como consecuencia de falta de educación, particularmente educación de la sexualidad, unida frecuentemente a la circunstancia de que a esa edad ya ha abandonado la escuela, o bien no ven futuro ni estímulo en la escuela ni en nada en particular, perdiendo el sentido a la vida demasiado temprano, y viendo la maternidad como una salida para llenar ese vacío.

¿Y cuál es la causa de esa falta de educación y de estímulo vital? Normalmente es la ausencia de padres, o padres que son capaces de ejercer como tales. Ellos, porque muchas veces no existen o no están; otras veces porque están, pero su labor es nefasta, o, lo que es peor, son abusadores de sus hijas o hijastras. Las madres porque no están capacitadas para ejercer una adecuada labor educadora, o porque, aunque están ahí, a penas pueden pasar tiempo con sus hijas por tener que pasar demasiado tiempo ausentes para poder mantenerlas, porque, a su vez, ellas probablemente también fueron protagonistas de la misma historia quince o veinte años antes. Como vemos, se trata de condiciones auto repetitivas en sí mismas, generación tras generación.

       Después que haber tomado las primeras decisiones equivocadas, las demás decisiones equivocadas que siguen tomando muchas mujeres en esa dinámica de maternidad repetitiva desestructurada tienen en alguna medida también las mismas causas de falta de otro aliciente vital, y, en gran medida, lo ya comentado anteriormente, son consecuencia de la ilusión o la esperanza de encontrar al hombre que se haga cargo de la situación, y que termina en desengaño.
Otras veces también la mujer pretende, mediante ello, asegurarse una pensión alimenticia. A fin de cuentas, la cultura machista enseña a los hombres a ser cazadores, y las mujeres saben bien cuál es el cebo. Todo ello hace que la nueva generación crezca falta de apoyo, de estímulo y de oportunidades educativas y de todo tipo, con lo que el patrón tenderá a repetirse en la siguiente generación. Por eso es que nuestros países siempre parecen estar estancados, ni para atrás ni para adelante; inmersos en el mundo occidental, mirando de cerca a los países del primer mundo, pero permanentemente anclados en el tercero.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.


Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 12 de septiembre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: LA DIFICIL COMPATIBILIDAD



En el anterior blog FAMILIA, CRISIS INSTITUCIONAL planteaba la situación de crisis en que se encuentra la familia como institución social, y señalaba como una de las causas a la mayor conciencia que tienen las nuevas generaciones sobre la escasa preparación que sienten para afrontar el reto. Pero apuntaba también al creciente interés que existe por otro tipo de retos para los cuales, normalmente, la familia puede representar un lastre, un compromiso que nos frena.

 

Efectivamente, ahondando un poquito más en ello, encontramos que paralelamente al interés decreciente en formar familias, existe un interés creciente en retos de tipo más individual y material. El joven actual es cada vez más individualista y materialista, y aunque, como mencionábamos, la idea de la familia estructurada y funcional no desagrada a nadie, tampoco es algo que enamore a las nuevas generaciones como enamoran los principales valores actuales, tales como el dinero, el poder, el sexo, el éxito profesional y social, el lujo, etc. Muchos jóvenes consideran que esto es lo que realmente desean, y que el compromiso que supone una familia sería un gran obstáculo para lograrlo.

 

¿Y por qué estos nuevos valores son cada vez más atractivos y tienden a desplazar el valor fundamental que tenía antes la familia, o tienden a frenarla o a romperla? Los medios de comunicación tienen mucho que ver en ello. La imagen que suelen presentarnos de la persona exitosa es precisamente la imagen de la persona poderosa y exitosa social y profesionalmente, con dinero, y promiscua a más no poder, quien, además, no tiene muchos reparos en hacer lo que sea para conseguirlo. Nunca nos presentan como alguien exitoso a aquella persona que logra formar una familia bien estructurada y funcional. Y puede que la persona exitosa tenga también una familia funcional, pero si es exitosa no será por eso, por supuesto.

 

Veamos, para hacer dinero (limpiamente, se entiende) suele necesitarse bastante dedicación y esfuerzo, en muchas formas, pero, definitivamente, ello no permite brindar a la familia la debida dedicación. Y, además, el dinero permite más lujos para uno mismo cuando no hay que compartirlo con una familia. Algo parecido sucede con el éxito social y profesional; frecuentemente requiere de una dedicación y de situaciones que no son tan fácilmente compatibles con la vida familiar. Con respecto al poder, lo mismo; a fin de cuentas, el poder suele venir como consecuencia del dinero y del éxito social y profesional. Y ni hablar del sexo; el valor de la promiscuidad es absolutamente incompatible con la requerida fidelidad conyugal.

 

Aparentemente, estos valores lo buscan bastante más los varones, mientras que las mujeres, en su mayoría siguen deseando un matrimonio y una familia; pero esto es equívoco, puesto que el modelo de hombre que cada vez más tienden a buscar ellas es precisamente ese, el hombre exitoso, o sea, que los valores son similares, y el deseo de familia por parte de ellas pretende en alguna medida ser partícipe de ese éxito. En definitiva, parece que hay cierta incompatibilidad entre éxito y familia; y aunque pueden encontrarse numerosos casos que demuestran que la compatibilidad es posible, creo que son bastantes más los casos que parecen confirmar que, si existe, es bastante difícil, o no la saben encontrar.

 

Pero eso es según el concepto de éxito que estemos manejando. Yo creo que el concepto de éxito que deberíamos manejar es el de éxito personal. ¿Y qué es el éxito personal? ¿Acaso no es el éxito social o profesional? No, para nada. El éxito personal es algo tan simple como conseguir ser feliz, que es lo que, en el fondo, todos perseguimos; así de sencillo. El éxito social y profesional son caminos a través de los cuales se busca la felicidad; y en algunos casos se encuentra; pero en la mayoría se fracasa (qué contradicción eso de fracasar a través del éxito, ¿verdad?). Sin embargo, las personas que son capaces de formar una familia estructurada y funcional es más probable que sean capaces de encontrar ese éxito personal.

 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 5 de septiembre de 2015

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: FAMILIA, CRISIS INSTITUCIONAL



En mis primeros blogs, hace ya varios años, hablaba de la familia, de lo que entendemos por familia y de su importancia. Siempre podremos encontrar miles de palabras salidas de miles de bocas que insisten en el tema, y probablemente todos o casi todos reconocemos en el fondo dicha importancia. De hecho, normalmente admiramos y envidiamos a aquellas familias bien construidas y que funcionan bien, y no envidiamos en absoluto aquellas situaciones en las que la familia no existe o no funciona. La familia es, en definitiva, algo fundamental que casi todos queremos, aunque muchas veces ni sepamos muy bien por qué, pero la simple idea de familia nos ha transmitido algo siempre positivo y nunca negativo que nos atraía.

Y siendo esto así, algo que todos desearían, no es precisamente algo que todos busquen actualmente, ni, menos aún, algo que muchos consigan. Pareciera que tener una familia bien estructurada y funcional es una de las cosas más difíciles que existen. ¿Por qué? La respuesta es sencilla, aunque encierra innumerables aspectos a analizar. Simplemente, la inmensa mayoría de las personas no están preparadas para formar y hacer funcionar en forma duradera una familia estructurada. Y curiosamente, pese a que el nivel educativo y la formación de las nuevas generaciones se incrementa década tras década, la preparación para la familia no es cada vez mayor; más bien al contrario.

Antes se formaban las familias más por inercia, porque, de algún modo, era lo que tocaba al llegar a ciertas edades, o porque era la consecuencia inevitable de enamorarse, particularmente en ciertos niveles socioculturales. Era el objetivo prioritario en la vida de casi todos. A veces funcionaba bien; otras no, aunque se trataba siempre de disimular, pero, en general, la gente no solía plantearse si estaba preparado o no para la familia. Ahora, el mayor nivel de conciencia que despierta el incremento en el nivel educativo de la juventud actual, provoca en los jóvenes esa conciencia de no estar suficientemente preparado, así como de la posibilidad de fracaso a la hora de plantearse formar una familia.
Sucede también que las nuevas generaciones tienen también otros objetivos en la vida, tan prioritarios o más que la familia, y a veces consideran que la formación de una familia podría suponer un lastre para dichos objetivos. Y sucede también que, siendo la familia un proyecto para el que se necesita un compañero/a, ese mayor nivel de conciencia les provoca dudas sobre cómo encontrar un compañero/a con suficiente preparación y disposición. En otras palabras, ahora los jóvenes se preparan más que antes para casi todo… excepto para la familia, y, por otro lado la conciencia de no estar suficientemente preparados para ella también es mucho mayor. La consecuencia de todo ello es que tienden a formarse cada vez menos familias, y a romperse cada vez más una vez ya formadas. Podría decirse que la familia, como institución, se encuentra en una crisis creciente, sin saberse realmente qué tan profunda podrá llegar a ser.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.