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sábado, 22 de marzo de 2014

Derechos de homosexuales, dilema para las empresas: Moral o Ventas?

Tomado de The Wall Street Journal

Defensores de los derechos de los gays protestan contra la exclusión de la comunidad homosexual del desfile anual del Día de San Patricio en Nueva York.

Guinness la marca de cerveza representativa de una sociedad católica conservadora como la irlandesa abandona la festividad de San Patricio para apoyar derechos de homosexuales


Los derechos de los homosexuales, las empresas y la moral

Las empresas han estado entre las primeras en acomodar las demandas de las minorías sexuales, no necesariamente por principios, sino porque les conviene


Por John Bussey


Guinness rechazó una gran ocasión para promocionar su cerveza, al retirar su auspicio al Desfile del Día de San Patricio que se realizó esta semana en Nueva York. Pero también envió un mensaje sobre el cambio social y el rol de liderazgo que pueden jugar las empresas, en su propio interés.
La agitación en Nueva York comenzó cuando organizadores del desfile afirmaron que participantes homosexuales eran bienvenidos siempre y cuando no llevaran carteles relacionados a su orientación sexual. Guinness lo llamó una "política de exclusión" y retiró su auspicio del evento.
¿Fue sólo una medida políticamente correcta, en la que la cervecera buscaba conquistar a la opinión pública, que se ha vuelto más proclive a apoyar temas sobre homosexualidad? Tal vez. Pero quizás no fue tan así, afirman grupos que siguen de cerca estos asuntos.
"Creo que lo que es históricamente correcto es que las empresas de Estados Unidos —al menos las de mayor envergadura que integran la lista Fortune 500— en general estuvieron por delante de la opinión pública y sin dudas por delante de las leyes federales y estatales", afirma Gary Gates, economista del Instituto Williams, ligado a la Universidad de California en Los Ángeles.
Human Rights Campaign, un grupo de defensa de los derechos humanos, informó en diciembre que su encuesta descubrió que 91% de las empresas de Fortune 500 ahora brindan protección anti-discriminatoria relacionada a la orientación sexual y 67% ofrecen los mismos beneficios a las parejas del mismo sexo que le otorgan a los empleados casados con un miembro del sexo opuesto.
En cambio, sostiene Gates, apenas un poco más de 40% de los estados en EE.UU. tienen leyes que prohíben la discriminación basada en orientación sexual y un porcentaje similar de estados permite que las parejas del mismo sexo se casen o reconoce las relaciones entre personas del mismo sexo a través de un estatus similar al del matrimonio. La ley estatal está rezagada frente a la política corporativa.
Una encuesta divulgada el mes pasado por el centro de estudios Pew Research halló que la opinión pública también está por detrás de la trayectoria general de las grandes empresas. Como un punto de comparación, 54% de los estadounidenses está a favor de legalizar el matrimonio del mismo sexo, bien por detrás del porcentaje de empresas que ofrecen beneficios para parejas del mismo sexo. Pero esa cifra registró un aumento desde el 27% de 1996.
El rápido aumento de la aceptación de la opinión pública del matrimonio homosexual también tiene sus raíces en el lugar de trabajo, señala Lee Badgett, director del Centro de Políticas y Administración Pública de la Universidad de Massachusetts en Amherst. El cambio de posturas comenzó con un puñado de empleados homosexuales y lesbianas que ejercieron presión sobre las empresas para obtener beneficios para parejas del mismo sexo en los años 80 y 90.
El éxito a nivel corporativo, sostiene Badgett, creó un impulso que usaron los homosexuales y las lesbianas para influenciar la campaña subsiguiente por los derechos del matrimonio entre parejas del mismo sexo.
"Incluso si las empresas no tenían la intención de generar un cambio social, en el proceso lo hicieron", afirma Badgett. "Soy economista y creo en la mano invisible. A veces, hay consecuencias que no son intencionales".
Hay que subrayar esta última parte. Las compañías no buscan generar cambios sociales, sino que quieren hacer negocios. General Mills  dejó claro en 2012 su intención de que Minnesota permitiera el matrimonio entre personas del mismo sexo para que la competencia en otros estados no tuviera una ventaja para reclutar empleados homosexuales talentosos, o para retener a los que ya tenía.
Las demandas judiciales se usaban para castigar a algunas empresas. Pero el interés propio podría haber sido el estímulo más potente.
"Contratar personal es costoso, y no quieres perder a alguien porque es gay", afirma una ex gerente de Raytheon . La empresa cambió su política de beneficios y la ex gerente y su pareja, que no trabajaba en la empresa, se inscribieron. "Para las empresas", sostiene, "siempre se tratará de una decisión de negocios: '¿Me ayuda o no a ganar dinero?'".
Claramente, una gama de otras tendencias sociales de relevancia también cambió las posturas hace los beneficios para los homosexuales y el matrimonio del mismo sexo, y bien podrían haber sido mucho más importantes que lo sucedido en las empresas. En lo más alto de esa larga lista está la crisis del sida y el activismo a su alrededor, una cantidad creciente de figuras públicas (así como sus hijos e hijas) que declaran abiertamente su homosexualidad para hacer campaña por la igualdad, un cambio generacional en EE.UU., y cambios en la forma en que los medios presentan a los gays y lesbianas.
Pero el lugar de trabajo fue donde en general se gestaron las reglas y las políticas nuevas, lo que a menudo cambió las expectativas para las leyes estatales y federales en EE.UU.
"Una vez que una empresa toma una medida, la medida se empieza a institucionalizar", afirma Jennifer Delton, profesora en Skidmore College y autora del libro "Racial Integration in Corporate America, 1940-1990" (algo así como "Integración racial en las empresas de EE.UU., 1940-1990").
Y por eso, esta semana defensores de las causas de los homosexuales brindaron por Guinness. 

domingo, 4 de agosto de 2013

Historia de las Fiestas de Agosto en honor a El Divino Salvador del Mundo patrono de El Salvador

Tomado de Diario El Mundo  

Apuntes para una historia de las fiestas agostinas

Por CarlosCañas Dinarte

efemeridessv@gmail.com

Las fechas más importantes para la ciudadanía capitalina han llegado, vociferadas por las calles y avenidas de San Salvador por la carroza del Correo, el Chichimeco y los viejos de agosto. Estas páginas constituyen un esbozo de un recuento histórico de esos festejos, dedicados al “Colocho”

Durante el siglo XVI, las celebraciones católicas de la ciudad colonial de San Salvador fueron mezcladas con la ceremonia de exhibición del Pendón Real, estandarte representativo del imperio ibérico que cada 5 y 6 de agosto era sacado de las instalaciones del cabildo (ayuntamiento o alcaldía) y paseado por las calles polvorientas, con gran pompa y lucido acompañamiento de caballería, con el propósito de que los hombres y mujeres de aquel poblado renovaran sus votos de fidelidad al supremo monarca de España y las tierras de ultramar.
Detrás de los portadores y acompañantes principales del Pendón Real desfilaban los residentes indianos del barrio de Mejicanos, descendientes de los indígenas tlaxcaltecas que salieron de México y participaron en la conquista de Centro América y otras regiones del mundo hispanoamericano. Ellos portaban la espada de Pedro de Alvarado, legada por el conquistador extremeño a esas huestes para rendirles agradecimiento por su apoyo prestado en las cruentas batallas contra los aborígenes guatemaltecos y cuzcatlecos. Desde entonces, los pueblos originarios formaban parte de las celebraciones agostinas.
De esa manera, los festejos dedicados a España y al Salvador del Mundo abarcaban los días quinto y sexto de cada octavo mes del año y revelaban la unión existente entre los poderes terrenales y celestiales que regían a esta porción del Nuevo Mundo. Desde luego, aquella era una visión política interesada e impuesta por la monarquía y el papado. Las actividades de júbilo y alegría popular y gubernamental estaban centradas en la víspera, la misa solemne era desarrollada el día 6, entre los muros de calicanto de la Iglesia Parroquial, construida al oriente de la Plaza de Armas (hoy plaza Libertad) del tercer asentamiento de la urbe sansalvadoreña.
Desde el altar mayor de ese templo parroquial -construido entre 1546 y 1551, gracias a los trabajos de Francisco Castellón, colono citadino y mayordomo del templo- una pesada escultura del Salvador del Mundo, donada por Su Majestad Imperial Carlos V de Alemania y I de España, contemplaba el paso del tiempo entre aquellas personas y calles, sin esperanza alguna de que sus más de dos toneladas fueran alzadas en hombros y sacadas a recorrer las calles de aquella creciente urbe española en tierra salvadoreña.

Surgimiento del “Colocho”
Dos siglos y medio más tarde, las costumbres de muchos habitantes de San Salvador alarmaban a los clérigos, porque eran demasiado relajadas y disolutas, al grado tal que el lugar fue señalado por muchas personas como la Sodoma y Gomorra del Reino de Guatemala. Por tal motivo, fue bien visto el “castigo divino” que se manifestó el 30 de mayo de 1776, cuando la capital de la provincia de San Salvador fue arruinada por un violento terremoto, originado por la fosa de subducción y calculado, en fechas recientes, en 7.5 grados en la escala sismológica de Richter. Dicho evento terráqueo también destrozó al templo de Dolores Izalco y causó más daños en la Alcaldía Mayor de Sonsonate y en otros puntos del Reino.
Ante los vaivenes de la tierra, el temor y el horror se apoderaron de los hombres y mujeres de San Salvador, por lo que a partir de ese momento abarrotaron las iglesias y ermitas en busca del perdón de los cielos. Esa oportunidad no fue desaprovechada por el virtuoso párroco Isidro Sicilia, quien encargó el esculpido y pintado de una imagen portátil del Salvador del Mundo al más notable y hábil escultor, grabador, pintor y dorador de imágenes de toda la región. Se llamaba Silvestre Antonio García y era devoto de San Francisco de Asís, por lo que vestía el hábito de su orden con el grado de terciario, es decir, como un lego cuya fortuna estaba en función de los pobres y las causas nobles.
García era heredero y propietario de la inmensa hacienda San Antonio Los Amates, ubicada al poniente de San Salvador, la que siglos más tarde fue escindida en las fincas El Espino y San Benito. Estaba casado con la mexicana Benita Évora, con quien había procreado a sus dos hijos Vicente y Basilio, este último padre de Salvador García, quien a su vez fue progenitor del médico y exalcalde capitalino Ramón García González y de su hermana María, quien fuera madre de la folclorista María Mendoza García de Baratta.
Con el tallado y pintado de la madera de un naranjo seco que había en su propiedad, Silvestre García cumplió aquel encargo sacerdotal y, para el 5 y 6 de agosto de 1777, una nueva y portátil imagen del Salvador del Mundo fue colocada en el altar mayor de la Iglesia Parroquial de la capital provincial. Así surgió el “Colocho”, como denominó el pueblo a esa escultura religiosa, una denominación congruente con las asignadas en otros puntos de la España metropolitana y americana para otras efigies de culto. Así iniciaba la tradición de la festividad agostina.
Como tributo complementario, García se hizo cargo de organizar y pagar las celebraciones agostinas de los años siguientes, lo cual cumplió hasta el día de su muerte en 1808, no sin antes haber entregado una fuerte suma de dinero al párroco capitalino, presbítero y doctor José Matías Delgado y de León. Esa suma la destinaba para que se le cancelara su paga a obreros y se finalizara la compra de materiales pendientes de la reconstrucción del principal templo de la capital de la Intendencia de San Salvador.
En homenaje civil por su entrega hacia las festividades anuales dedicadas al Salvador del Mundo, el señor J. Antonio Andrade, vecino de Soyapango, solicitó el 27 de junio de 1986 que la Segunda Calle Oriente de la ciudad capital fuera bautizada con el nombre del maestro Silvestre Antonio García. Su petición quedó sin respuesta, a la espera de un concejo local que se interese por rescatar la memoria de los personajes históricos de San Salvador.

En manos municipales
A partir del mismo año de la muerte del maestro Silvestre García, la municipalidad de San Salvador asumió la organización y conducción de los festejos agostinos. Para ello, cada mes de mayo nombraba un comité de 16 personas, entre hombres y mujeres, quienes asumían sus cargos como mayordomos o capitanes de barrio y se encargaban de recolectar fondos de manera ingeniosa, suma que era utilizada luego para los materiales con los que cada fracción poblacional de San Salvador honraba a su santo patrono en un día determinado de la semana de celebraciones.
En 1809, la primera capitana nombrada fue la señora Dominga Mayorga, quien organizó una alegre alborada, una fastuosa entrada a la Plaza Mayor y una carroza con forma de barco cargado con flores, las que fueron repartidas entre el público al cerrar su recorrido frente a la Iglesia Parroquial (hoy templo del Rosario, al oriente de la plaza Libertad).
Al año siguiente, la celebración agostina principal fue la representación del Monte Tabor en el atrio de la Iglesia Parroquial, donde el Cristo tallado por Silvestre García fue, una vez más, el centro de atención y atracción.
Para 1811, un año convulso por los ánimos independentistas reinantes, fue construido un carro modesto, de madera, tirado por bueyes y adornado con papeles de colores y muchas flores, entre las que se colocó al “Colocho” y se le llevó a recorrer las calles, por entre el júbilo de la población. Al final del recorrido, frente a la Iglesia Parroquial y la Plaza de Armas, se produjo por primera vez la “Bajada” o cambio de ropas para el Cristo transfigurado. Así se dio origen a un ritual que perduró hasta 1999, cuando el momento de la “Bajada” fue trasladado a la fachada de la nueva Catedral Metropolitana, al norte de la plaza Barrios.

¡Fiestas agostinas o diciembrinas?
Las celebraciones civiles y religiosas dedicadas al Salvador del Mundo superaron los convulsos tiempos de la Independencia, la anexión forzosa a México y las guerras federales. Pese al abandono de la ceremonia del Pendón Real, al fragor de las batallas o a la virulencia de las pestes de viruela o de cólera morbus, pocas veces fueron suspendidas en todo su esplendor y reducidas únicamente a la celebración de la misa solemne del 6 de agosto.
Para esos momentos, dicha festividad anual, como bien lo reveló un diario gubernamental de la primera mitad del siglo XIX, “es única en su género: es religiosa, es cívica, es nacional y local a un mismo tiempo; pertenece a todas las clases y a todas las jerarquías: al sansalvadoreño y al vecino de San Miguel o de otra ciudad, al rico y al pobre, al comerciante y al hacendado, al militar y al paisano, al gremio de hombres de letras y al rudo jornalero [...] Marchan todos  confundidos en amistosa fraternidad y sin más distinción ni procedencia que aquella que rigurosamente exigen la etiqueta, la urbanidad y el respeto debido a las personas constituidas en dignidad”.
Con gran algarabía y júbilo, desde 1843 y hasta ya entrado el siglo XX, el trabajo de arreglar y decorar el carro para la procesión del Salvador del Mundo le fue confiado a los hombres y mujeres del barrio capitalino de El Calvario.
Pero un decreto ejecutivo del 25 de octubre de 1861, firmado por el general Gerardo Barrios, le dio un súbito giro a los principales festejos de la capital. Por medio de ese texto legal, el mandatario transfirió las fiestas agostinas para el 25 de diciembre, día de la Natividad, con el propósito de que esa ocasión fuera no solo el festejo titular de la ciudad de San Salvador, sino que fuera el último espacio comercial y agropecuario del país y el primero del año siguiente. Esa disposición gubernamental, de clara intervención del Estado en los asuntos de la Iglesia –un gesto muy propio de aquel mandatario-, solo tuvo vigencia hasta el 12 de abril de 1864, cuando el Dr. Francisco Dueñas emitió otro decreto que devolvió las fiestas agostinas a sus fechas tradicionales.
Dotados aún de fervor religioso, los festejos agostinos anuales fueron adquiriendo un gradual tono mundano y comercial, debido a que las personas se preocupaban por estrenar ropas nuevas y los comerciantes se motivaban a “hacer su agosto” (frase española vinculada con el verano), mediante jugosas ventas, que podían incluir descuentos o precios más voraces que en temporadas normales. Esa oportunidad, lograda en pocos días de trabajo arduo, también causó que muchos empleados gubernamentales abandonaran sus puestos de trabajo y se lanzaran a labores comerciales de ocasión, lo cual les fue prohibido por el general Francisco Menéndez mediante un decreto ejecutivo, redactado y firmado el 9 de agosto de 1887.
¿Festejos solo para San Salvador?
Un decreto ejecutivo del 24 de junio de 1905 elevó las fiestas patronales de San Salvador a la categoría de feria nacional, lo cual permitió que, entre el 1 y el 6 de agosto, se diera una mayor solemnidad y capacidad comercial en la capital salvadoreña.
Dieciséis años más tarde, las fiestas titulares de la ciudad capital revistieron un carácter especial, debido a la cercanía de las fechas conmemorativas del primer centenario de la independencia centroamericana. Durante la misa pontifical del 6 de agosto de 1921, fue interpretado en la nave central de la segunda Catedral Metropolitana (1888-1951) un “Himno al Salvador del Mundo”, cuya letra y música fueron escritas, respectivamente, por el poeta ciego Belisario Calderón y por el filarmónico Pedro J. Guillén. Dedicada al arzobispo capitalino, monseñor Adolfo Pérez y Aguilar, la letra fue reproducida en la portada del Diario del Salvador, San Salvador, año XXXIV, no. 7965, sábado 3 de septiembre de 1921:

¡Salve! Salvador del Mundo,
Patrono de El Salvador,
de quien eres protector,
dándole tu amor profundo.
En la conmemoración
del Tabor de excelsa historia,
tu pueblo exalta la gloria
de tu Transfiguración.
Hincados ante tu trono,
viendo tu faz soberana,
tus hijos cantan ¡Hosanna!
a su Divino Patrono.
¡Salve! Salvador del Mundo,
Patrono de El Salvador,
de quien eres protector,
dándole tu amor profundo.

Dos años más tarde, un acuerdo ejecutivo del 23 de junio de 1923 declaraba que las fiestas titulares de San Salvador debían ser consideradas, en el futuro, como Feria Nacional de El Salvador, pues estaban dedicadas al patrono católico religioso del país, efigie símbolo que ha merecido un monumento en la Plaza de las Américas –inaugurado en diciembre de 1942 y dañado por el terremoto del 10 de octubre de 1986-, emisiones de sellos y tarjetas postales, recuerdos religiosos, imágenes transportadas en la ruta de los migrantes hacia Estados Unidos y hasta un espacio azul en las anteriores placas de los automóviles. 

Los personajes agostinos
Para esa segunda década del siglo XX y las posteriores, las fiestas agostinas revestían ya una combinación de elementos religiosos, comerciales y mundanos, envueltos en las alboradas, mascaradas, carrozas de flores y bellas mengalas (señoritas, término que entró en desuso en los años 30), juegos florales, trajes de gala (crinolinas o miriñaques y, después, confeccionados en estilo “flapper” estadounidense); valses, mazurcas, polcas, foxtrots, charlestones, tangos, swings y demás danzas que eran ejecutadas en los salones de la Sociedad de Empleados de Comercio, La Concordia, Sociedad de Obreros Confederada, Casino Salvadoreño y El Salvador Country Club.
Los enmascarados conocidos como los “viejos de agosto” anunciaban la apertura de la semana de fiestas mediante el tradicional Correo, en sustitución de la alegoría de Mercurio, el alado mensajero de los dioses griegos, que fue el anunciador de las festividades durante buena parte del siglo XIX.
Los catalanes Félix Olivella -padre, hijo y nieto, dueños de un céntrico almacén, “El Chichimeco”- brindaban alegría a los chiquillos y adultos capitalinos, al financiar anualmente a las personas que encarnaban a El Chichimeco. El nombre era el del gentilicio de un indígena mexicano de la zona chichimeca, pero el personaje que salía a recorrer las calles de San Salvador distaba mucho de un nativo americano. Era un personaje cuyo atuendo constaba de ropa brillante, verde y roja, zapatos puntiagudos, alto cucurucho carmesí y espada de palo pintada en color plateado. Actuaba únicamente durante el día del barrio San Esteban y era una copia en grande de una figura que se encontraba en uno de los escaparates de esa casa comercial. Su salida se constituía en una verdadera fiesta popular, pues se hacía querer de la chiquillería con sus saltos, muecas, gritos y carreras. ¡Y no usaba zancos!
Los barrios capitalinos se esforzaban por hacer mejores carrozas y exhibir sus mejores galas para el día de su “entrada” desde su barrio hasta la plaza de Armas, parque Dueñas o plaza Libertad. En sus carrozas exhibían a las bellezas femeninas del barrio, a quienes vestían de galas y las colocaban entre flores y artísticos diseños.Para sfragar todos esos gastos, los barrios destinaban meses enteros a recolectar fondos de particulares y negocios, con el fin de contratar a carroceros, peinadores y músicos profesionales, cuyos bien pagados servicios, en competencia con los contratados por los otros barrios, extraían aplausos y exclamaciones de admiración entre las personas asistentes a cada uno de los desfiles de entrada.
Uno de los más célebres creadores de carrozas fue el pintor Carlos Alberto Imery, quien asumió dicha labor tras su retorno de sus estudios en Europa, al encontrarse sin empleo, con necesidades económicas y sin mayores posibilidades de vivir de lo que le generaba el arte pictórico. Las carrozas de Imery y de otros carroceros de renombre desplegaban creatividad e innovación, a la vez que hacían alusión a motivos religiosos, mitológicos, políticos o a los más avanzados desarrollos de la ciencia y de la técnica, por lo que no resultaba extraño ver carrozas con imágenes de aviones y locomotoras.
El público asistente a las festividades era el que contrataba al portador ambulante del fonógrafo para que amenizara bailes de casa en casa –cuyos balcones, patios y árboles estaban adornados con faroles de “papel de China”-, repartía refrescos, pupusas, shuco-atole o cartuchos repletos de dulces típicos o confitería importada. Todo consistía en entregarse a la diversión plena, después de asistir a la procesión y a la misa en la tarde del 5 de agosto, tras lo que quizá pudiera hallarse un espacio para ver una función cinematográfica en los teatros capitalinos, como el Principal, Colón, Nacional, Coliseo, Variedades y Moderno.
Para fines del siglo XX y la centuria que transcurre, los festejos agostinos ya tienen un largo trecho histórico y hasta se han transnacionalizado, pues las comunidades de salvadoreños residentes en el extranjero realizan sus propias celebraciones. Las fiestas agostinas han sobrevivido a pestes, guerras, luchas nacionales e internacionales, a la secularización progresiva de la sociedad… pero se ven amenazadas con severidad por el bayunquismo, la falta de gusto estético, la ramplonería y el oportunismo. En estos siglos transcurridos, es evidente que la sociedad devota del Salvador del Mundo ha cambiado, en consonancia con los cambios mismos de El Salvador en su conjunto. ¿Desaparecerá algún día esa tradición heredada o se buscará mantenerla, protegerla y proyectarla hacia el futuro como herencia cultural intangible de nuestro pasado colonial? 

sábado, 9 de febrero de 2013

CARNAVAL DE RIO DE JANEIRO CONFIRMA SU CONDICION DE REY DE LOS CARNAVALES


Agencias Noticiosas
Mientras en el noreste de los eeuu el frío nos hace usar demasiada ropa en brasil la gente se desnuda para vivir el carnaval

EL CARNAVAL DE RÍO VA MÁS ALLÁ DE LA SAMBA
 

RIO DE JANEIRO (AP) -- La multitud reunida el sábado era una mezcla típica del carnaval de Río: una cuota de superhéroes, chicas en atuendo de conejitas, zombies y princesas, un grupo de bailarines de hula con el pecho descubierto.

Pero la música no era la tradicional samba. La fiesta callejera temática "Thriller Electrico", con reminiscencias de Michael Jackson, era una de varias que agregaban ritmos de rock, Motown, latinos y otros a los de la samba asociados con las frenéticas tradiciones carnavalescas brasileñas.

Los que se presentaron para el "bloco" de Jackson, como se conocen a las bandas callejeras y sus seguidores, llegaron preparados para celebrar a su icono: guantes blancos, pelucas y atuendos que representaban al popular artista en varias fases de su carrera.

"Soy un gran fanático de MJ", afirmó Marjorie Lopes, que bailaba cerca del escenario mientras la banda entonaba "Don't Stop Till You Get Enough". "Y si lo mezclamos con samba, ¡no podemos pedir más!"

Tony Swaine, un visitante irlandés con un disfraz arrugado de Bumble Bee, estaba contento de poder cantar junto con la banda.
El día anterior había visitado cuatro blocos en los cuales, según es tradicional, los brasileños bailaban al son de tonadas en portugués que sabían de toda la vida, mientras los extranjeros se limitaban a escuchar. "Era divertido de todos modos", comentó. "Pero aquí al menos yo también puedo cantar".

Otro grupo de rock, "Sargento Pimenta", atrajo a 60.000 personas a un parque junto al mar el año pasado para un homenaje a los Beatles. Pero una de las bandas tradicionales más respetadas, "Cordao do Bola Preta", congregó a unos 2,4 millones de fiesteros al centro de la ciudad el sábado por la mañana.

En otra plaza de la ciudad esta semana, otros extranjeros -los uruguayos Maximiliano Duarte, que vive en Río, y Luciana Vaccotti, que visita regularmente Brasil- observaron cuando un nuevo grupo de bloco con el nombre del clásico mexicano "Bésame mucho" concluyó su sesión con una versión rítmica del "Guantanamera" cubano.

Jugar con la tradición es parte del espíritu del carnaval, afirmó Vaccotti. "Es una reapropiación del carnaval por parte de la gente que viene de otros sitios y que quiere participar a su modo".

El mexicano Osvaldo Jiménez Farías, que está completando su doctorado en física en Río, asintió. Fue uno de los fundadores de "Bésame mucho", que también incluye miembros de Argentina, Uruguay, Colombia, Puerto Rico y Estados Unidos.

Su repertorio es tan diverso como su elenco, con clásicos familiares para todos los latinoamericanos como los mexicanos "Cielito lindo" y "La bamba", y el éxito argentino "El matador" de los Fabulosos Cadillacs, entre otros.

"Somos extranjeros pero formamos parte de esta ciudad", explicó. "La idea es participar en esta fiesta muy brasileña, reconociendo a la vez que también tenemos algo para contribuir".

La banda "carna-rock" Blocco Cru también aporta lo suyo. La cantante principal Lu Baratz se crió en Río pero siempre fue aficionada al rock. Escuchaba a The Clash, Iron Maiden, Metallica, pero con "oído brasileño", afirmó.


Debutó en las calles de Río hace cinco años y halló su público entre las hordas de locales hambrientos de algo menos tradicional. "Atrae a toda clase de tribus", afirmó. "De eso se trata el carnaval, ¿no es así 

domingo, 8 de abril de 2012

Felices Pascuas! Origen y significado de las fiestas y sus tradiciones


Tomado de Entremujeres.com


Es una de las celebraciones más importantes del calendario católico, ya que recuerda la Resurrección de Cristo. ¿Por qué no se come carne? ¿Qué simbolizan los conejos de chocolate? ¿Por qué todos los años cae en una fecha diferente? Te lo contamos.

La Pascua es una celebración cristiana que recuerda la pasión, muerte y resurrección de Cristo, lo que la convierte en uno de los momentos más importantes del año para los católicos. “No es como una fiesta patria en la que recordamos aquello que pasó. Se trata de volver a vivir la muerte y resurrección del hijo de Dios”, explica el padre Luis Rivas, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA).

La fecha de celebración de Semana Santa varía entre el 22 de marzo y el 25 de abril de cada año. No hay una fecha fija, porque se realiza el domingo siguiente a la primera luna llena de la primavera del hemisferio norte. Esta fiesta determina, a su vez, cuándo se celebran otras fiestas católicas, como la Ascensión (el ascenso de Jesús al cielo), que se celebra 40 días después de Pascua, o Pentecostés (la venida del Espíritu Santo), 10 días después de la Ascensión.

Seguramente también escuchaste hablar de la Cuaresma, esos cuarenta días previos a la Semana Santa que sirven como “preparación” para la Pascua. La idea es que durante ese tiempo (que comienza después del Carnaval) cada uno se mire a sí mismo e intente realizar una profunda renovación interior. Para los más practicantes, es un tiempo de penitencia que incluye el ayuno y la abstinencia, ya que refiere –entre otras cosas- a los 40 días que Jesús vivió en el desierto, y a los 40 años de la marcha del pueblo judío.

Roscas, huevos y conejos de chocolate

En el hemisferio norte, la Pascua transcurre en primavera, cuando se va el frío y las flores dan color a las plantas. Muchas culturas asociaron esta estación a la fertilidad y, justamente, la nueva vida. La fiesta cristiana conmemora la resurrección de Jesús, que no es otra cosa que la celebración de la posibilidad para los hombres de alcanzar una nueva vida en el Paraíso después de la muerte.

En este sentido, “los huevos de Pascua son una referencia a esa vida que Jesús nos trae”, explica el padre Gerardo Castellano, cura párroco de la Iglesia de San Juan Bautista. Desde tiempos antiguos, distintas culturas usaron huevos coloreados para simbolizar el nacimiento y la fertilidad. Durante la Edad Media, los europeos solían coleccionar huevos de colores de diferentes aves y, gradualmente, esta costumbre se asoció a la Pascua. Después comenzaron a pintar y decorar los huevos con motivos festivos y alegres y los conejos también fueron usados como símbolos de fertilidad en algunas culturas.

Con una receta simple basada en leche, huevos y harina, la rosca completa la mesa pascual. El huevo duro característico de este postre remite, al igual que los de chocolate, al nacimiento y la fertilidad. Sin embargo, no tiene un origen religioso, sino que fue asociado a ciertas costumbres folklóricas. Por ejemplo, cuando los campesinos amasaban la rosca y la llevaban a misa para pedir por una buena cosecha.

¿Comer o no comer (carne)?

“En los orígenes de la Iglesia, el ayuno implicaba privarse de la comida durante un día para darle eso a los pobres. Sobre todo en Europa, la carne era un alimento lujoso y caro, pero el pescado era gratis: sólo bastaba con ir a pescarlo. Así, estaba excluido de la penitencia, porque no se ahorraba nada al comerlo”, explica el padre Luis.

En la actualidad, la Iglesia propone que el Miércoles de Ceniza (día que comienza la Cuaresma), el Viernes Santo (el día que se conmemora la muerte de Jesús) y todos los viernes del año cada uno realice un esfuerzo individual y se prive de algo placentero, no necesariamente tiene que ser carne. “No tiene sentido hacer penitencia de carne y comer una cazuela de mariscos o bacalao”, dice Luis. “La idea es que uno se prive de alguna cosa para compartir la Pasión de Jesús, asociarse a su dolor y no pasarla tan bien”, comparte el padre Gerardo.

“Una anécdota: un hombre tenía a un amigo preso y durante esos días durmió en el piso para compartir su padecimiento. Se trata de hacer un esfuerzo que nos haga mejorar y, si redunda en un beneficio para otro, mucho mejor. Por ejemplo, con el dinero que nos cuesta la carne, podemos comprar comida para otros”, traduce el padre de la Iglesia de San Juan Bautista.

¡Y felices Pascuas!

domingo, 1 de enero de 2012

En Rio de Janeiro se celebró la fiesta de fin de año más grande a nivel mundial

Tomado de La Tercera

Así lo determinó la entidad World Travel Guide quien entregó el galardón al constatar que más de dos millones de personas se congregaron bajo la lluvia en Copacabana

Unos diez millones de brasileños recibieron el Año Nuevo en las principales ciudades del país, con el foco principal en la mayor atracció, el show de música y fuegos artificiales en la playa de Copacabana, Río de Janeiro. Bajo la lluvia, más de 2 millones de personas, entre ellos miles de extranjeros, se congregaron para celebrar, según informó el ente de turismo Riotur.

Desde las favelas de Vidigal y Rocinha, ocupadas recientemente por la policía en la lucha contra el narcotráfico, se organizaron fiestas para seguir el show.

Los 16 minutos de fuegos artificiales fueron acompañados por la canción de los Beatles "All you need is love". La espera para el "Reveillon", expresión francesa para el Año Nuevo en Brasil, incluyó shows de Beth Carvalho, O Rappa y Latino.

La entidad World Travel Guide entregó a la Secretaría de Turismo de Río el premio a la más importante fiesta de fin de año del Mundo. Miles de personas saltaron siete olas en Copacabana y otras entregaron ofrendas florales a Jemanjá, diosa africana que devolverá supuestamente los anhelos durante 2012.

En Sao Paulo, la mayor ciudad de América del Sur, fue realizada la mejor fiesta de los últimos 15 años, con dos millones de personas en la Avenida Paulista y un espectacular show de luces y pirotecnia.

En sintonía con la fiesta por los 120 años de la Avenida Paulista, arteria símbolo de la metrópoli, dos millones de personas resistieron a la lluvia y esperaron el show de luces con pantallas liquidas en el frente de los edificios que acompañaron los 15 minutos de fuegos artificiales.

En Fortaleza, Ceará, donde se declaró el estado de emergencia institucional por la huelga de policías, la fiesta fue custodiada por militares y la tropa de elite enviada por el gobierno federal. Cerca de 1 millón de personas acudieron a los shows, en los que la principal estrella fue la cantante de axé Ivete Sangalo.

En Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, también 2 millones de personas según la policía se agolparon para despedir el año al aire libre, en un escenario preocupante para las autoridades, ya que 44 ciudades de ese estado están en emergencia por lluvias y deslizamientos de tierra.

Las fiestas populares masivas también se registraron en Florianópolis, capital del estado de Santa Catarina, y en las más populosas del noreste, como Salvador y Recife.

La capital, Brasilia, tuvo "apenas" 100 mil asistentes a la fiesta organizada por el Distrito Federal en la Explanada de los Ministerios, frente al Congreso y a la Casa de Gobierno y al Palacio de Justicia diseñados por el arquitecto Oscar Niemeyer.

En el espectáculo con gran cuidado estético los fuegos artificiales formaron una combinación con los edificios públicos de estilo modernista, iluminados con colores nacionales, el verde y el amarillo.

Reflexiones sobre los Últimos granos de arena del 2011

Por Waldemar Serrano-Burgos

En momentos en donde los últimos granos de arena del reloj del 2011 se están deslizando lentamente y solo faltan horas para recibir con alegría el nuevo año 2012, entendemos que podría ser un excelente momento para hacer una introspección.

La introspección podría ser una individual o colectiva, en ella lo primero se sugiere que seamos honestos con nosotros mismos, ya que nadie nos está observando.

Luego viene la parte divertida, es simplemente el recordar todos aquellos momentos que nos provocaron grandes emociones, en donde las lecciones fueron la orden del día, nuestro conocimiento fue transformado y situaciones particulares nos tocaron la fibra del alma.

El buscar un lugar que nos brinde un poco de silencio por espacio de unos minutos, ayudará a que el proceso sea uno más efectivo.

Al momento de hacer un inventario sobre las lecciones de vida –las cosas que hemos aprendido- que tal si en vez de ver todas las tristezas, angustias, molestias, dificultades y dolores, vemos como la vida nos dio la oportunidad de crecer, madurar, fortalecernos, reflexionar sobra las cosas importantes de la vida, en fin una coyuntura de crear un mejor futuro.

Lo importante de este proceso no es el de echar culpas a otras personas, agarrar un “látigo” y darte en la espalda por qué no se logró, ya que eso en su momento si no se materializaron, es que no era el momento adecuado. La idea principal es el poder utilizar nuestra inteligencia espiritual y reconocer como seres de luz que somos, que hemos crecido, como individuo y lo colectivo.

El crecimiento ha sido uno cuesta arriba, doloroso y hasta angustioso, pero lo comparamos con el dolor que las mujeres sienten al parir, es uno intenso e indescriptible, pero se disipa a un segundo plano en el momento que le colocan a su hij@ en los brazos.

Hay un refrán popular que dice “…que dentro del desorden, hay un orden”, el mundo y nuestras vidas no están en un desorden, al revés, somos nosotros que creemos que eso es lo que rige nuestras vidas y estamos un poco confundidos.

Quien único rige nuestras vidas no son las circunstancias, los momentos, las alegrías o los malos humores.

Qué tal si saca un papel y un bolígrafo, computadora o teléfono y comienza usted a enumerar todas las cosas buenas que le sucedieron, aquellas que el corazón se engrandeció, las que les dolió la barriga por tanto reírse, las que llenaron su alma de amor, aquellas que le hicieron ver su vida desde otra perspectiva.

Qué tal si antes de hacer las resoluciones, propuestas, metas o cualquier otro nombre que le tengan a ese ejercicio de proyección individual, realizamos una simple y bien merecida introspección y al terminar nos damos una palmadita en la espalda y reconocemos como hemos crecido este año.

Waldemar Serrano-Burgos, CEC, es Life Coach Internacional Certificado, que trabaja en los mercados de Estados Unidos, Puerto Rico y República Dominicana. Visite su página web www.waldemarserrano.com, sígalo en www.twitter.com/wserranob o para contrataciones comuníquese al 305.814.0171.