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sábado, 13 de julio de 2013

Consecuencias de caso Snowden: Mercosur lanza ofensiva diplomática en Europa

Tomado de El País  

Los presidentes Morales, Fernández, Mujica, Rousseff y Maduro este viernes

Sudamérica se planta ante el espionaje de Estados Unidos

Brasil, Argentina, Uruguay y Venezuela llaman a consultas a sus embajadores en Madrid, París, Roma y Lisboa


Por Francisco Peregil

Hacía mucho tiempo que las relaciones entre Sudamérica y los países europeos no se tensaban tanto. Los miembros de Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Venezuela) han acordado en una cumbre llamar a consultas a sus embajadores en España, Francia, Italia y Portugal para que informen sobre las decisiones que obligaron a desviar a Viena (Austria), donde el pasado día 2 quedó varado 13 horas, el avión presidencial del boliviano Evo Morales. Esa ha sido, de momento, la respuesta diplomática conjunta de todos los países del Mercado Común del Sur –excepto Paraguay, que se encuentra suspendido desde el año pasado—a la actuación de varios Gobiernos europeos que actuaron bajo la sospecha de que el exanalista estadounidense Edward Snowdenviajaba en el avión oficial de Morales.
Los cuatro países de Mercosur ratificaron en un comunicado el “firme repudio” a las acciones de los cuatro Gobiernos europeos por “no permitir el sobrevuelo ni aterrizaje de la aeronave”. Este hecho fue calificado como un acto “infundado, discriminatorio y arbitrario”, además de “una práctica neocolonial” y un “acto insólito, inamistoso y hostil, que viola los derechos humanos y afecta la libertad de tránsito, desplazamiento e inmunidad” de la que “goza todo jefe de Estado”.
La decisión de llamar a consultas a los embajadores se tomó durante laXV cumbre de Mercosur celebrada el viernes en Montevideo. Los miembros del bloque económico respaldaron la denuncia que presentó Bolivia ante la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, “por la grave violación de los derechos fundamentales del presidente Evo Morales”. Y decidieron llamar a sus embajadores en los cuatro países europeos para “ponerlos en conocimiento” de ese apoyo a la denuncia de Morales.
Los países de Mercosur también emitieron otro comunicado en el que condenaron “las acciones de espionaje por parte de agencias de inteligencia” de Estados Unidos y rechazaron “enfáticamente” la intercepción de las telecomunicaciones y las acciones de espionaje. Nada más aterrizar en Motevideo, la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, señaló: “Cualquier acto de espionaje que viole los derechos humanos, y sobre todo el derecho básico de la intimidad, y atente contra la soberanía de las naciones, merece ser condenado por cualquier país que se considere democrático”
La semana pasada el diario O Globo publicó un artículo basado en informaciones reveladas por Snowden donde se afirmaba que Estados Unidos espió a Brasil y a otros 13 países latinoamericanos, a través de sus agencias Central de Inteligencia (CIA) y Nacional de Seguridad (NSA, según sus siglas en inglés). El espionaje se produjo entre 2008 y el primer trimestre de este año. Entre las comunicaciones intervenidas había llamadas telefónicas, correos electrónicos y conversaciones de voz por Internet. El país más vigilado resultó ser Brasil, seguido por Colombia y en tercer lugar, México, según las citadas informaciones. También cayeron bajo las redes de vigilancia Ecuador, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Paraguay, Chile, Perú, Argentina y Venezuela.
El martes pasado, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, declaró: “Me corre frío por la espalda cuando fui el otro día a Bolivia y vi que un presidente hermano había sido detenido durante 13 horas como si fuera un ladrón; me corre frío por la espalda cuando nos enteramos que nos están espiando a todos a través de sus servicios de informaciones en Brasil”.
Pero más allá del espionaje y su repudio, ahora mismo la verdadera patata caliente se llama Edward Snowden. El presidente Barack Obama ya ha advertido que cualquier país que lo acoja lo pagará caro. Las advertencias o amenazas desde la Casa Blanca hacia los diversos Gobiernos han debido ser tan convincentes que ni Rusia se atrevió a prestarle asilo al fugitivo. En América Latina, sin embargo, se han ofrecido Bolivia, Nicaragua y Venezuela.
Respecto a la posible acogida a Snowden, los países de Mercosur repudiaron, sin citar expresamente a la Casa Blanca, “las acciones que puedan menoscabar la potestad de los Estados de conceder” el derecho de asilo, y rechazaron “todo intento de presión, hostigamiento o criminalización de un Estado” “sobre la decisión soberana de cualquier nación de conceder” ese derecho. 

domingo, 7 de julio de 2013

Convocan reunión en OEA para tratar incidente de avión de Evo Morales

Tomado de La Voz de América
OEA se reúne por incidente con Evo Morales
El consejo permanente del organismo hemisférico ha sido convocado para pronunciarse sobre la negativa de varios países europeos a dejar sobrevolar el avión del presidente boliviano.

El consejo permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) se reunirá el próximo martes 9 de julio en Washington para considerar lo ocurrido esta semana al presidente de Bolivia, Evo Morales, cuando varios países europeos le impidieron al avión en que viajaba sobrevolar su espacio aéreo y el aparato tuvo que desviarse a Viena.

El incidente, calificado de “secuestro” por Morales y que ha desatado una confrontación diplomática entre Bolivia y varios países latinoamericanos de un lado, y Portugal, España, Italia y Francia, del otro, ocurrió bajo sospechas de que en el avión presidencial boliviano viajaba el excontratista de seguridad reclamado por la justicia estadounidense, Edward Snowden.

Tras su regreso a Bolivia, luego de estar retenido 13 horas en Viena, Morales culpó a EE.UU. del hecho y los presidentes de Venezuela (Nicolás Maduro), Ecuador (Rafael Correa), Argentina (Cristina Fernández), Uruguay (José Mujica), y Surinam (Desi Bouterse) tacharon el incidente de grave violación de las leyes internacionales y exigieron una disculpa pública.

A nombre de los países suramericanos que integran UNASUR, los mandatarios denunciaron que el hecho “afecta la libertad de tránsito y desplazamiento de un jefe de Estado y su delegación oficial”, y condenaron además lo que calificaron de “atropello y las prácticas neocoloniales que aún subsisten en nuestro planeta en pleno siglo XXI”.

En adición, el gobierno boliviano anunció que exigirá explicaciones a los embajadores europeos en La Paz, incluido el de España, cuyo embajador en Viena según dijo Morales trató de comprobar si en el avión viajaba el estadounidense Snowden, lo que irritó al mandatario boliviano.

Por su parte, el gobierno español insistió en que no tiene que dar explicaciones a Bolivia porque nunca se negó a que Morales sobrevolara el territorio de España como hicieron Francia, Italia y Portugal, y que de hecho tras despegar de Viena rumbo a Bolivia, el avión hizo escala técnica en Las Palmas de Gran Canaria.

El diferendo ha tenido por ahora como desenlace que los gobiernos de Venezuela y Nicaragua ofreciesen asilo el viernes al estadounidense Snowden, y luego lo hiciera el sábado el gobierno del presidente Morales en “protesta” por lo sucedido con su avión.
 

sábado, 8 de junio de 2013

Argentina y Venezuela llevan al Mercosur a la peor etapa de su historia

Tomado de Revista Semana

 

Portazo de Dilma Rousseff a la Kirchner

 

Por Fanny Kertzman

 

Las políticas chavistas y las roscas kirchnerianas acabaron con el Mercosur. Qué queda.


La última reunión entre la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su homóloga de Argentina, Cristina Kirchner, terminó en un portazo. El 25 de abril se reunieron las presidentas de los dos países más importantes del Mercosur en Buenos Aires para avanzar en un memorial de agravios que Brasil le había presentado a Argentina en materia comercial. Pero la falta de respuestas concretas por parte de Cristina ocasionó que Dilma perdiera la paciencia y regresara a Brazilia el mismo día, cortando a la mitad la agenda prevista y haciendo el gesto de no pasar la noche en Argentina.  

Dilma está tratando de enderezar el rumbo después de que sus principales socios comerciales en Mercosur, Venezuela y Argentina, hacen agua. El modelo chavista ha dejado a estos países sin divisas para pagar importaciones, con inflación de dos dígitos -las autoridades argentinas ocultan la verdadera cifra-, controles de precios y desabastecimiento de artículos de primera necesidad. Parece que  Dilma Rousseff también trasladó un mensaje y advertencias de Washington, señalan en la Cancillería argentina.

Entre las razones está el freno al comercio a causa de restricciones impuestas a las importaciones, las cuales requieren de permisos cuya aprobación es totalmente arbitraria. El gobierno está teniendo que importar energía lo que absorbe gran parte de las divisas disponibles. Lo que era una unión aduanera murió en el momento que Cristina impuso permisos a las importaciones y dólares diferenciales.

Más grave aún han sido las trabas a las inversiones brasileñas. El caso más notable es el de Vale, la mina de sales de potasio más grande del planeta, situada en Mendoza. A nivel de volumen, Vale es la segunda minera del mundo. Después de invertir 2.500 millones de dólares en una operación que incluye un puerto y un ferrocarril de 790 kilómetros, Vale suspendió operaciones en marzo. La inflación y los controles cambiarios hicieron el proyecto inviable, doblando su costo total, llegando a 11.000 millones de dólares, cuando el presupuesto inicial era de 5.800 millones de dólares.

El proyecto empleaba 8.000 trabajadores que debían ser despedidos, pero Cristina prohibió los retiros aun cuando Vale no estuviera funcionando, aumentando las pérdidas. Argentina teme que Vale simplemente abandone el proyecto, lo que provocaría una revocatoria de la concesión. No es posible encontrar compradores bajo las actuales condiciones económicas de Argentina, con controles de precios, imposibilidad de adquirir dólares y controles a las importaciones.

Otra molestia ha sido la actuación de los empresarios Lázaro Báez y  Cristóbal López, muy cercanos al kirchnerismo, al punto que son conocidos como los empresarios K. Báez es un reconocido testaferro del matrimonio Kirchner que se enriqueció con contratos de obras públicas. Entre 2005 y 2008 compró 300.000 hectáreas de tierra en la Patagonia, en una zona que va a ser anegada por la obra de ingeniería más grande del país, la represa Condor Cliff. Báez no solo va a revender la tierra a precio de oro, sino que participa en uno de los tres grupos finalistas para realizar la represa rebautizada como "Nestor Kirchner". Desde hace seis años se está realizando la licitación, que arrancó en 8.000 millones de dólares y ahora va en 24.000 millones.

Báez está asociado con la china Sinohydro, que está acusada de corrupción en Ecuador, donde cobra exorbitantes sobrecostos al gobierno ecuatoriano en la construcción de la represa Coca Codo. Por cada metro de construcción la subcontratista Sakot recibe 179 dólares y Sinohydro le factura a su vez 800 dólares al estado ecuatoriano. Ya Máximo Kirchner, hijo único del matrimonio presidencial es el presidente de Construcciones Austral, que ha desbancado en la carrera a la brasileña OAS, que estaba participando con la coreana Hyundai y la local CPC y se retiraron del proceso por falta de garantías. Se da por sentado que van a ganar la licitación.

Ya en 2008 se había licitado el proyecto como una iniciativa privada que favoreció a empresarios brasileños. Los oferentes tenían que aportar como mínimo el 51% del financiamiento. En esta ocasión ganaron Impsa (Pescarmona), Corporación América (Eurnekian) y el grupo brasileño Camargo Correa. Después de adjudicar y firmar contrato, la Nación no cumplió con la creación de un fideicomiso de administración, ni aportó los fondos para iniciar las obras. El proyecto fracasó.

Para rematar el mal estado de las relaciones, a mediados de la semana pasada se supo que Petrobras decidió no vender su sucursal argentina, Petrobras Argentina, a  Cristóbal López, el otro empresario K que pasó de ser un estudiante de clase media a un potentado dueño de la industria de casinos en el país. Néstor Kirchner era un gran aficionado a las salas de juego. La oferta económica era alta pero no gustaron sus vínculos con el kirchnerismo. No obstante, en 2010 ya Petrobras le había vendido una red de 330 estaciones de servicio y una refinería por 110 millones de dólares. Lo cierto es que Dilma vetó el nombre del empresario K.

El último acontecimiento fue que el gobierno argentino anunció esta semana que rescindirá los contratos de dos concesiones ferroviarias a la empresa brasileña de logística ALL, el mayor operador ferroviario de Brasil, al que acusó de incumplimientos de un programa de inversiones. ALL-América Latina Logística- maneja las líneas que conectan a Buenos Aires con la provincia de Mendoza y con las fronteras con Brasil y Paraguay.  "Si quieren reclamar que vayan a la vía judicial (...) No cumplieron con los objetivos propuestos (...) Aquellos que no cumplen se tienen que ir",  dijo Florencio Randazzo, Ministro del Interior y del Transporte. 

Por su parte, las relaciones de Uruguay con Argentina "empeoran día a día" en materia comercial debido a decisiones que toma el Gobierno argentino, que también están generando que el Mercosur viva "la peor etapa de su historia", en palabras  del vicepresidente uruguayo, Danilo Astori. Y después de las elecciones paraguayas, donde ganó Horacio Cartes, este país vuelve a entrar a la moribunda unión aduanera, donde no tiene mayor producción que aportar diferente a la agricultura de exportación. 

En últimas, lo que más está afectando las relaciones comerciales es el manejo macroeconómico. Para los brasileños es imposible traer divisas a Argentina que serán vendidas a la tasa oficial de cinco pesos, cuando en el mercado blue -así llaman al dólar negro- se llega al cambio Nessi, diez pesos por dólar. Lo mismo sucede en Venezuela. El desabastecimiento de materias primas y la imposibilidad de conseguir divisas para importar insumos han hecho que la inversión brasileña en Argentina haya caído 7.000 millones de dólares en el último año. Y las medidas que está tomando Cristina como controles de precios, ahuyentan aún más la inversión extranjera. Es la consecuencia de la aplicación del chavismo en materia económica, que tiene a Venezuela al borde del racionamiento y a Argentina en una crisis similar a la del 2001, cuando declararon el default de la deuda.
 

miércoles, 15 de mayo de 2013

Administración Obama enfrenta traspiés al iniciar segundo mandato


Tomado de La Voz de América
El presidente Obama está en medio de tres remolinos políticos de los que tratan de beneficiarse sus oponentes.
Enredos políticos complican agenda de Obama
A pocos meses de haber emprendido su segundo mandato, el presidente Barack Obama se ve obligado a dar la cara a tres enredos políticos que de una forma u otra tocan a su gobierno.

Tres enredos políticos que en los últimos días han sacudido casi simultáneamente Washington están poniendo en apuros la ya complicada agenda del presidente Barack Obama menos de cuatro meses después de haber dado comienzo a su segundo mandato.

Obama enfrenta una andanada de críticas a su administración provenientes de la oposición republicana pero también de dentro de su propio partido, después de que salieron a la luz revelaciones según las cuales el Servicio de Rentas Internas (IRS) habría politizado sus funciones.

El martes, el director en funciones del IRS, Steven Miller, admitió que la agencia bajo su mando demostró "falta de sensibilidad" por haber sometido a un escrutinio fuera de lo normal solicitudes de exención tributaria del Tea Party y otros grupos conservadores.

Según el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, el presidente estuvo ajeno a lo sucedido hasta el pasado viernes 10 de mayo y está a la espera de un informe del inspector general para indagar el hecho y actuar en consecuencia si se comprueba que en efecto el IRS procedió de manera “indignante”.

Paralelamente, el Departamento de Justicia éstá bajo la lupa tras incautarse secretamente de registros telefónicos de la agencia de noticias AP, una acción que ha sido vista como una ofensa a la libertad de prensa y ha puesto en entredicho la forma en que el gobierno protege la seguridad nacional.

Según el Fiscal General, Eric Holder, hubo que hacerlo porque una información clasificada que se filtró al público "puso en peligro a ciudadanos de EE.UU." y obligó a tomar "medidas muy drásticas" para investigarla.

Holder dijo que espera que las personas involucradas en la investigación hayan seguido todas las regulaciones del Departamento de Justicia, pero muchos dudan de que el asunto no tenga mayores consecuencias, y sin dudas el secretario de Justicia se verá obligado a abordarlo nuevamente cuando este miércoles comparezca a una audiencia en el Capitolio.

En adición, legisladores republicanos están presionando a la Casa Blanca para que la exsecretaria de Estado Hillary Clinton regrese a testificar al Congreso, si es preciso bajo citación judicial, después de que el vicejefe de la embajada de EE.UU. en Libia dijo que fue desoído cuando el año pasado pidió ayuda militar durante el ataque al consulado en Bengasi.

Gregory Hicks declaró en una audiencia legislativa que durante el suceso estuvo en contacto con funcionarios en Washington, incluida la entonces secretaria Clinton, lo que ha dado nuevos bríos a quienes aducen que el gobierno supo desde el principio que era un ataque terrorista planeado y lo ocultó deliberadamente porque era un año de elecciones.

Obama no sería el único presidente que ha tenido que encarar serios contratiempos políticos durante su segundo mandato. Tras ser reelecto con un amplio apoyo popular en 1972, dos años más tarde, Richard Nixon se vio obligado a renunciar debido a Watergate, y luego la presidencia de Ronald Reagan fue sacudida entre 1985 y 1986 por el escándalo Irán-contras.

En 1998, un affaire de tipo sexual con Mónica Lewinsky, casi le cuesta a Bill Clinton la presidencia después de que un fiscal lo acusó de delitos merecedores de un proceso de impugnación (juicio político) por perjurio, pero el Senado definitivamente lo absolvió.

domingo, 17 de marzo de 2013

Los señalamientos al Papa Francisco I de su relación con gobiernos militares argentinos


Tomado de RFI
Foto que circula en internet donde supuestamente el entonces Obispo Jorge Mario Bergoglio (de espalda) da la comunión al General Jorge Videla. Hay que señalar que para esa fecha Bergoglio tenía 39 años de edad y la persona que aparece de espalda en la foto, ya es una persona de avanzada edad, por lo que la veracidad de la imagen es seriamente cuestionable y descartada casi de tajo.

¿Son fundadas las denuncias contra Bergoglio?

Según las informaciones disponibles y lo actuado por la Justicia, el papa Francisco, superior de los jesuitas durante la dictadura Argentina, no colaboró con el régimen militar ni tuvo responsabilidad, como se le acusa desde algunos movimientos de derechos humanos de Buenos Aires, en el secuestro de dos religiosos.

Por Juan Buchet, Corresponsal en Buenos Aires

¿Quién es Bergoglio? El 13 de marzo, apenas fue conocido el nombre del nuevo papa, muchos se hicieron esta pregunta. Es cierto que Jorge Mario Bergoglio, hoy papa Francisco, no figuraba entre los favoritos para suceder a Benedicto XVI. Su elección fue una sorpresa, pese a que en el 2005 hubiera obtenido 40 votos frente a Joseph Ratzinger. Desde Buenos Aires, donde nació Bergoglio en 1936, los periodistas retrataron a un hombre sencillo. 

Un sacerdote “de la calle”, como dijo un cura rockero, y es verdad que al hasta entonces arzobispo de la capital argentina se lo podía ver en la calle, en el subte o en un ómnibus. Un hombre dedicado a la gente común, y más especialmente a los pobres, como atestiguaron los curas “villeros” alentados por él a trabajar en barrios carenciados y villas de emergencia, como se conoce en la Argentina a los asentamientos informales.

Poco después, sin embargo, surgió otra imagen, vía las redes sociales, inundadas de mensajes en los que se denunciaba la “complicidad” del nuevo papa con la dictadura en el poder en el país entre 1976 y 1983. Algunos incluían fotos en las que se veía a un prelado en compañía de los exmiembros de la junta militar Jorge Rafael Videla y Emilio Massera. En realidad, eran montajes o fotos de otro sacerdote, Carlos Berón de Astrada, mucho mayor que Bergoglio, quien tenía 39 años cuando tuvo lugar el golpe de marzo de 1976. Horas después, las acusaciones fueron retomadas por personas vinculadas a los derechos humanos en la Argentina, como la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto y, sobre todo, el periodista y presidente del Cels (Centro de Estudios Legales y Sociales) Horacio Verbitsky. Luego, otras personalidades salieron en defensa de Bergoglio. Entre ellas, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, la exintegrante de la Conadep (Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas, cuyo informe, “Nunca más”, fue la base del histórico juicio a las juntas militares de 1985) Graciela Fernández Meijide y la exjueza Alicia Oliveira.

Cabe señalar que el mundo de los derechos humanos en la Argentina está dividido entre agrupaciones afines al Gobierno y otras que son independientes y a veces críticas del oficialismo. En líneas generales, aquellos que acusan al papa forman parte del primer grupo y los que lo defienden, del segundo. Hay que destacar también que, para el ala izquierda del kirchnerismo, el exarzobispo de Buenos Aires se habría comportado a veces como un opositor al Gobierno y es más bien desde ese sector que provienen las denuncias.

Esta contextualización no debe impedir, obviamente, que sean analizadas las acusaciones contra Bergoglio, independientemente de la desmentida oficial del Vaticano de este 15 de marzo. Hay un reproche relativo a su actitud durante la dictadura: complicidad, dicen algunos, pasividad, según otros. Y una denuncia precisa, relacionada con el caso de dos jesuitas que fueron secuestrados y detenidos seis meses en la Esma (Escuela de Mécanica de la Armada), el más importante centro de detención clandestino de aquella época: el entonces superior de la orden en la Argentina habría entregado o al menos desprotegido a los religiosos.

La imputación de complicidad no se asienta en ninguna evidencia. Al contrario, numerosos testimonios, confirmando lo dicho por Bergoglio a los periodistas Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti en el libro “El Jesuita”, describen a un hombre que escondió a perseguidos en el colegio Máximo de la Compañía de Jesús, y los ayudó a salir del país. “Para él, era muy riesgoso”, afirma hoy la exjueza, que también tuvo que esconderse, Alicia Oliveira. Fue especialmente riesgoso lo que hizo con un joven que tenía algún parecido con él, al que le facilitó la salida a Brasil con su propio documento de identidad y vestido de sacerdote. “Además, agrega el exarzobispo en el libro, hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba, para abogar por personas secuestradas.” Es en ese marco que Bergoglio reconoce haberse acercado dos veces a Videla y otras tantas a Massera. En aquel momento, para muchos, era lo más osado que se podía hacer. Y no era exento de peligro, ya que quienes intercedían por presuntos “subversivos” podían ser considerados sospechosos.

Por otra parte, se puede difícilmente reprocharle al entonces superior local de los jesuitas no haber denunciado públicamente los crímenes de la dictadura: salvo alguno que haya podido ponerse a salvo de inmediato, quienes lo hicieron ya no están para contarlo, siendo uno de los casos más emblemáticos el del periodista Rodolfo Walsh, asesinado en marzo de 1977, un día después de haber fechado una “Carta abierta” a la Junta Militar. Tampoco tiene sentido asociar a Bergoglio a la actitud ambigua y a veces complaciente con la dictadura de parte de la jerarquía eclesiástica, ya que por su cargo y sus 40 años, no formaba parte de la misma.

Queda la denuncia relativa al secuestro, en mayo de 1976, de Orlando Yorio y Francisco Jalics, dos jesuitas que se desempeñaban en una villa de emergencia de Buenos Aires. Bergoglio es acusado de haberles pedido que abandonaran el asentamiento y, ante la negativa de los sacerdotes, de haberlos expulsado de la orden, antes de informar a los militares de que ya no contaban con el apoyo de la Iglesia, posibilitando así que los secuestraran.

La denuncia data de varios años, pero nunca se ha aportado prueba alguna de que el provincial de la Compañía de Jesús se haya comportado así. Sí es cierto que el fundador del Cels Emilio Mignone, hoy fallecido, responsabilizó a Bergoglio por haber desprotegido a las víctimas del operativo, que incluyó también a jóvenes catequistas, entre ellas la hija de Mignone, que continúan desaparecidos. También Yorio culpó a su superior, no así Jalics. Después de su liberación, ambos dejaron la Argentina. Yorio volvió al retorno de la democracia, mantuvo sus acusaciones y murió en su país. En cuanto a Jalics, se radicó en Alemania, pero viaja a la Argentina y ofició misas con Bergoglio. Este 15 de marzo, desde Europa, declaró: “Me reconcilié con todo lo ocurrido y doy los hechos por cerrado”.

Según Bergoglio, los sacerdotes estaban pergeñando una nueva congregación, para la cual habían elaborado reglas, cuyo borrador aún conserva, solicitando en consecuencia el padre Arrupe, entonces superior general de los jesuitas, que eligieran entre su proyecto y la Compañía. Siempre de acuerdo a Bergoglio, Yorio y Jalics pidieron la salida de la orden. En marzo de 1976, a días del golpe, que era un secreto a voces en la Argentina, les sugirió que dejaran la villa y se instalaran en la casa provincial. “Nunca creí que estuvieran involucrados en ‘actividades subversivas’, como sostenían sus perseguidores. Pero quedaban expuestos a la paranoia de caza de brujas”, declaró a Rubin y Abrogetti, agregando lo siguiente: “Fueron liberados, porque no pudieron acusarlos de nada, y porque nos movimos como locos. Cuando dije que estuve dos veces con Videla y dos con Massera fue por el secuestro de ellos.”

El caso de Yorio y Jalics fue juzgado hace dos años, en el marco de la llamada causa Esma, que terminó con la condena de numerosos exmilitares, entre ellos Alfredo Astiz, por la muerte de las monjas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, y algunos civiles. En esa ocasión, a pedido de querellantes que lo acusaban, Bergoglio declaró durante cuatro horas y convenció al tribunal de que no tenía nada que ver con el secuestro. Germán Castelli, uno de los jueces que dictó la sentencia, es tajante: “Es totalmente falso decir que Jorge Bergoglio entregó a esos sacerdotes. Escuchamos esa versión, vimos las evidencias y entendimos que su actuación no tuvo implicancias jurídicas en estos casos. Si no, lo hubiésemos denunciado.” 

La Justicia refuerza la credibilidad del relato de Bergoglio. Es altamente creíble que haya buscado proteger a los dos curas al sugerirles que dejaran el asentamiento y que haya obrado luego por su liberación. En aquel momento, aquellos que realizaban tareas pastorales o sociales en barrios populares, tuvieran o no relaciones con supuestos guerrilleros, eran considerados “subversivos” por los militares. Muchos pagaron con su vida el compromiso con los pobres que reivindica hoy el papa Francisco. Es entendible, también, que Yorio o Mignone hayan podido pensar que Bergoglio había desprotegido a los sacerdotes al pedirles, cumpliendo órdenes, que eligieran entre la Compañía de Jesús y la congregación que querían formar. Pero ello no autoriza a seguir acusándolo de haberlos entregado.


Quien mantiene dicha acusación es el periodista Horacio Verbistky, que investigó el rol de la Iglesia durante la dictadura, publicó libros y artículos sobre el tema y está al origen de las denuncias. Verbitsky fundamenta ahora la presunta responsabilidad de Bergoglio en otro episodio, posterior al secuestro. En 1979, Jalics, entonces residente en Alemania, necesita renovar su pasaporte vencido. Legalmente, debe volver al país para ello, pero teme ser detenido. Le escribe a Bergoglio, pidiéndole que solicite un permiso especial para poder realizar el trámite en el consulado de Bonn. El todavía superior de los jesuitas accede y redacta una carta en ese sentido, sin decir, obviamente, que Jalics teme volver, sino que aduce que el viaje es muy costoso. Entrega la carta a un funcionario de la Secretaría de Culto, quién le pregunta por qué el sacerdote se había ido del país. “A él y su compañero los acusaron de guerrilleros y no tenían nada que ver”, declaró haber respondido Bergoglio. La petición fue denegada.


¿Qué es lo que permite a Verbitsky sostener su denuncia? Una nota del funcionario en cuestión, de apellido Orcoyen, en la que se puede leer lo siguiente: “Padre Francisco Jalics/Detenido en la Escuela de mecánica de la Armada 24/5/76 XI/76 (6 meses)/acusado con el Padre Yorio/Sospechado contactos guerrilleros”. En Nota Bene, el funcionario agrega: “Datos suministrados al señor Orcoyen por el Padre Bergoglio firmante de la nota con especial recomendación de que no se hiciera lugar a lo que solicita”. La lectura lineal de esta última frase sugeriría que Bergoglio recomienda que las autoridades no accedan al pedido realizado por carta. Contradictorio, sino incomprensible. Lo que autoriza a pensar que es el firmante de la nota, Orcoyen, quien recomienda no dar lugar a la solicitud pero redactó mal el N.B. De este modo, el episodio se vuelve coherente y conforta los dichos del actual papa en el libro antes citado, en los que remarca que lo único que encontró su acusador fue un “papelito” de un funcionario de la dictadura, a la vez que señala que Verbitsky soslaya la carta en la que “ponía la cara por Jalics y hacía la petición.” Una vez más, la posición de Bergoglio parece sólida y la acusación, endeble.

El mismo Verbitsky, en lo que se aparenta a una suerte de retirada más o menos honrosa, dice ahora: "No hay pruebas terribles contra él, pero los jesuitas con los que hablé me contaron que hubo una operación de limpieza en la compañía contra los que se oponían a los militares y querían denunciar las violaciones a los derechos humanos." Una declaración en línea con el giro que parece dar el oficialismo argentino previamente a la audiencia de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner con el papa este 18 de marzo.

También ver:


miércoles, 6 de marzo de 2013

Afirman que embalsamador de los Papas visitó Cuba cuándo Chávez desapareció de la vida pública


Tomado de Dossier 33
Massimo Signoracci, médico patólogo, quien ha tenido la tarea de embalsamar los cadaveres de los dos últimos Papas; Juan Pablo I y Juan Pablo II.

Massimo Signoracci, el embalsamador de los Papas, estaría en La Habana

Fuentes en La Habana han confirmado la presencia del  Massimo Signoracci, médico patólogo, quien ha tenido la tarea de embalsamar los cadaveres de los dos últimos Papas; Juan Pablo I y Juan Pablo II.
El cuerpo de Juan Pablo II, según la tradición de la Iglesia, debió ser embalsamado para garantizar que resistiera tres días de exposición al público en la Basílica de San Pedro y su viaje a la eternidad. La tarea recayó nuevamente en manos de la familia Signoracci, que embalsamó antes a Juan XXIII, Pablo VI y Juan Pablo I.
“Todo está preparado. Apenas nos llaman haremos nuestro trabajo de la mejor manera posible, igual que hizo en el pasado mi padre”, había dicho Massimo Signoracci, el heredero de la empresa fúnebre.
Antiguamente, para que el cuerpo de un Papa se conservara mejor le quitaban los órganos internos, que eran puestos en ánforas y depositados en las iglesias de San Anastasio y San Vincenzo, en el centro de Roma. La tradición fue abolida a comienzos del siglo XX por Pío X y lo más probable es que a Juan Pablo II se le haya inyectado simplemente un químico conservante. “Se trata de un procedimiento que demora dos o tres horas”, dijo el embalsamador.

Los Signoracci tendrán que evitar sorpresas como la de Pablo VI, muerto en 1978. Al parecer recibieron instrucciones de un trabajo leve porque el ataúd permanecería cerrado. Sin embargo, Pablo VI acabó siendo expuesto primero en Castelgandolfo y luego en la Basílica de San Pedro. Después de 48 horas el cuerpo comenzó a mostrar signos de descomposición: la mandíbula se aflojó, la piel palideció y las uñas se volvieron grises. Más impresionante fue el caso de Pío XII, junto a cuyo ataúd -cuentan- las personas se desmayaban a causa del olor.
Los Signoracci, dueños de una fórmula secreta que se transmite de generación en generación, saben lo que hacen. Por su morgue han pasado desde el ex rey Farouk de Egipto hasta el director de cine Pier Paolo Pasolini, el ex primer ministro Aldo Moro y el actor Alberto Sordi.

AM/www.Sucedeahora.blogspot.com