lunes, 14 de octubre de 2013

Diario La Pagina revela red del G20 para manejar ARENA y varias gremiales

Tomado de Diario La Pagina


El Círculo de Francisco Flores, brazo político del G20 salvadoreño

Los principales hombres de confianza del expresidente Francisco Flores han sido colocados estratégicamente en las más altas jerarquías de las gremiales empresariales. Y son los voceros opositores al gobierno, de acuerdo con varios analistas

Un grupo de millonarios salvadoreños —conocido como el G20— y el expresidente Francisco Flores tienen una alianza que se ha convertido en un centro de poder donde se toman las grandes decisiones y se controla a gremiales, tanques de pensamiento y un partido político, ARENA.

Flores ha creado un círculo íntimo que está compuesto por gente de su confianza desde que era mandatario y que hoy dirigen entidades empresariales y son poderosos voceros en la política nacional.

Detrás de ellos como soporte financiero está el G20 y, como nexo natural, el mismo Flores. Esto de acuerdo con varios analistas que, incluso, perciben que tal simbiosis se hace cada vez más poderosa.

El pacto entre el G20 y el Círculo nació cuando Francisco Flores llegó a la presidencia en 1999 y comenzó su plan de privatizaciones (construcción del Puerto La Unión, consolidación de telefonía privada, minería verde y generación de energía eléctrica, entre otras), dicen varios analistas.

Durante su mandato, por ejemplo, se dio permiso a la empresa Pacific Rim para iniciar estudios y extraer oro, y se firmó un contrato con la italiana Enel para que, tras inversiones en LaGeo, se quedara con la mayoría de acciones de la explotación geotérmica.

La idea, según expertos en política como el investigador Geovani Galeas, era que empresarios del G20 fueran los socios locales de esos inversionistas extranjeros. De ahí la necesidad de tener cerca a Flores.

De las empresas al partido

El concordato de Flores con los millonarios fue más allá del aspecto económico. Siendo presidente de la República los llevó a dirigir el partido ARENA. Fue así como en 2002 ingresaron a la cúpula arenera figuras como: Archie Baldocchi, Roberto Murray Meza, Roberto Palomo, Ricardo Poma, Ricardo Sagrera, Carlos Enrique Araujo Eserski y Guillermo Sol Bang.

Esta llegada de los multimillonarios a la dirigencia de ARENA trajo aplausos y críticas. Un reportaje de El Diario de Hoy de esa época reseña: “Esto hace pensar que el arribo de Ricardo Poma (y otros empresarios) a la dirigencia del partido tricolor no necesariamente es obra del destino. La llegada y ascenso de prominentes empresarios sobre la figura de fundadores areneros sugiere en algunos inquietudes y en otros sólo una confirmación de que son ellos los que en realidad siempre han tenido la manija del partido y ahora prefieren dar la cara”.

Por mala fortuna, las elecciones de alcaldes y diputados de 2003 fueron un fracaso y se tildó como culpables a Flores y al Coena de los millonarios. Un Coena que había ocasionado que la fundadora Gloria Salguero Gross se marchara del partido aduciendo que ARENA se había vuelto una S.A. de C.V. porque había sido tomado por el gran capital.

Otra nota de El Diario de Hoy, posterior a esa derrota, dice: “Flores está, desde el domingo, contra la pared. El mandatario es, sin duda, el hombre más influyente de su partido. Eso le permitió construir, en los últimos años, un COENA tallado con atrevimiento: llevó a los puestos más importantes a un grupo de los más relevantes empresarios del país.

“Para que eso ocurriera, Francisco Flores debió desplazar, como si se tratase de cumplir una ley de la física, a algunos de los políticos de su partido.

“Eso permitió que los empresarios reemplazaran a los políticos que tradicionalmente manejaron ese partido.

“Pero, eso provocó que muchos dirigentes históricos no sólo se sintieran desplazados por las decisiones de Flores. Algunos también acumularon rencores.

“Ahora, algunos de los reemplazados quieren volver. Opinan que fue un error instalar empresarios en el COENA. Creen que eso provocó alguna dosis de impericia en el manejo de los asuntos electorales”.

Se funda el grupo de lobby

Cuando Flores salió del poder, en 2004, dejó en marcha varios procesos de inversión privatizadora a la espera que el entrante Presidente, Elías Antonio Saca, diera continuidad a tales negocios.

Eso no sucedió y, en vez de ello, Saca se dedicó a poner en el Coena a su gente de confianza y a armar estructuras departamentales que le rindieran total obediencia.

Mientras esto ocurría, el expresidente Francisco Flores creó una Fundación que se llama Instituto América Libre, donde colocó a sus principales hombres de confianza: ahí entraron Juan José Daboub (su ministro de Hacienda y jefe de gabinete), José Ángel Quirós (su ministro de Obras Públicas), Francisco Bertrand Galindo (su ministro de gobernación, y miembro del Coena), el empresario Miguel Ángel Simán,Rafael Barraza y Arnoldo Jiménez, entre otros.

Desde América Libre, Flores y su círculo de lealtad comenzaron a hacer fuerte lobby en el exterior teniendo al expresidente como la voz más fuerte ante los clientes, y a un excelente operador político: Juan José Daboub, quien pasó a ser parte del directorio del Banco Mundial.

Se unieron al trabajo de lobby otras figuras como Miguel Lacayo (exministro de Economía), Manuel Enrique Hinds (exministro de Hacienda de la época Calderón Sol, 1994-99) y el entonces embajador en EE.UU. René León, de acuerdo con información que manejan diversos analistas.

Una nueva estrategia

Con este poderoso equipo, Flores y sus padrinos del G20 comenzaron a consolidar un clan que adoptara como propias las grandes decisiones económicas y políticas y fuera protagonista ante la opinión pública. Una corporación leal que después capitaneara las gremiales salvadoreñas.

Con la desilusión de Saca en el gobierno y la posterior llegada del FMLN al Poder Ejecutivo, el Círculo de Flores tomó una nueva determinación: había que “tomarse” las gremiales y al partido ARENA para mantener un control que sirviera de contrapeso al FMLN y al gobierno del Presidente Mauricio Funes.

De entrada, expulsaron a Saca de ARENA y, en su lugar, pusieron a uno de los hombres de máxima confianza del empresario Ricardo Poma (miembro del G20), el gerente general de Excel Automotriz, Jorge Velado.

En el engranaje internacional se dejó siempre a Juan José Daboub y se conquistó a su asistente, Mary Anastasia O’Grady, para que escribiera artículos de opinión en favor de las privatizaciones de la energía geotérmica y de la minería verde en el periódico The Wall Street Journal. Y que firmara punzantes críticas al gobierno y al expresidente Saca.

Dentro de El Salvador, el Círculo fue ubicando a su gente de confianza en los puntos estratégicos de las gremiales.

Al hermano de Juan José Daboub, Jorge Daboub, se le encomendó dirigir la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), en sustitución de Carlos Enrique Araujo —a quien algunos colegas multimillonarios en el G20 consideraban demasiado diplomático en sus posiciones—. Necesitaban de alguien con más garra. Y ese hombre era Jorge Daboub, un guerrero nato que venía de batallar desde su sitial como presidente de la Cámara de Comercio.

En la ANEP, el Círculo también colocó a otro hombre estratégico: Arnoldo Jiménez, mano derecha de Francisco Flores en el Instituto América Libre y uno de sus operadores políticos en las aguas partidarias salvadoreñas.

Además, otro hombre de confianza de Flores en América Libre y en su gobierno pasó a ser Director Ejecutivo de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Social y Económico (Fusades): José Ángel Quirós, un personaje que además de administrar el primer Fomilenio ha sido apetecido por miles de areneros como el candidato a la presidencia en lugar de Norman Quijano.

En la Cámara de Comercio, además de poner como presidente al empresario Luis Cardenal (ex candidato a la alcaldía de San Salvador), el Círculo puso al escritorFederico Hernández Aguilar como Director Ejecutivo. Hernández Aguilar fue diputado, presidente de Concultura y un hombre cercano al expresidente Flores —era quien le escribía los discursos—.

El mismo Francisco Flores fue impuesto por miembros del G20 como el principal líder de la actual campaña presidencial de ARENA.

Y, en otra posición de alto nivel estratégico se decidió que el empresario Miguel Ángel Simán fuera quien coordinara el Plan de Gobierno para el candidato Quijano.

Miguel Ángel Simán, además, es pariente cercano de Ricardo Simán, miembro del G20, y hermano gemelo de Javier Simán, presidente de la Asociación Salvadoreña de Industriales (ASI).

Y en el equipo de Norman Quijano y de la Asamblea Legislativa han puesto, como uno de los principales asesores, a Rolando Alvarenga, amigo cercano del expresidente Flores y quien fungió como secretario jurídico durante esa gestión.

A este club de lobbistas es que el Presidente Funes criticó recientemente de tener una “campaña sucia” contra el país, en referencia a que varios de ellos se reunieron en Washington con influyentes políticos estadounidenses para desacreditar al actual gobierno salvadoreño y para desinflarlos en su intención de aprobar una ayuda de casi $300 millones para el país por medio de Fomilenio II.

"Han montado una operación de desprestigio contra el gobierno y el país. No hay mayor acto de traición para el país que contratar lobbistas para desprestigiar al país, para que no se apruebe el Fomilenio II", dijo Funes.

Este equipo es el que, además, lleva la voz cantante en la acérrima oposición al gobierno en turno, basando su argumentación en la libertad de mercado y el respeto al cumplimiento de contratos con empresas extranjeras. El cumplimiento a rajatabla de esos contratos permitiría, por ejemplo, que la empresa italiana ENEL controle la producción geotérmica del país y que, por citar otro ejemplo, la canadiense Pacific Rim procesa a extraer oro en El Salvador. Ambos proyectos fueron paralizados por el expresidente Saca y por el actual presidente Funes.

Pese a su predicación por el libre mercado, el Círculo es uno de los enconados enemigos del conglomerado de empresas Alba, sociedad venezolana con socios locales miembros del FMLN.

El poder del G20

Esta consolidación del poder político del Círculo de Flores y su influencia en la opinión pública salvadoreña le da confianza y mayor peso al grupo de millonarios reunidos en el G20.

Estos millonarios conforman una de las más grandes fortunas en América Latina: 20 mil millones de dólares de acuerdo a la renombrada publicación internacional World Ultra Wealth Report (Reporte Mundial de los Ultra Ricos).

Ese poder económico —aunado al político que les produce el Círculo de Flores— los vuelve prácticamente todopoderosos.
El analista Joaquín Villalobos dice de ellos: “…Controlan totalmente las empresas más grandes y, de forma directa o indirecta, a docenas de firmas intermedias. Esto les facilita subordinar a la mayor parte del empresariado y a la clase política de la derecha. Los empresarios están todos en una sola gremial, en un sólo tanque de pensamiento y en un solo partido político conformando el trinomio ANEP-FUSADES-ARENA”. 

Otro analista, Roberto Cañas, los califica como los más poderosos: “El G20 es el grupo que realmente tiene el poder económico del país y ahí están las principales familias de la oligarquía salvadoreña”, dice. 

“Gracias a su poder económico también tienen un poder político significativo. Han sido y son los principales financistas de la derecha de este país. Son los que determinan los grandes lineamientos de la política electoral de ARENA. El poder económico les va a facultar después agarrar el poder económico durante la gestión de Quijano”, agrega Cañas.

Por su parte, Kirio Waldo Salgado, exdiputado y analista opina: “Los del G20 son los verdaderos mandatarios de El Salvador, los que siempre han estado controlando los gobiernos militares, manejando a los gobiernos de ARENA. Los únicos gobiernos que no manejó el G-20 son el de Duarte y con Saca no pudieron.

“El verdadero poder de ellos es el dinero. Estamos hablando de un G20 que tiene condicionado a Quijano, él será potencialmente un mucamo de estos empresarios si gana la presidencia. Así con estas palabras: un mucamo.

“El G20 lo que quiere es recuperar a El Salvador para sus negocios, pero sí tiene una función bien importante en el poder”.

Sin embargo, Salgado hace una salvedad: “El desarrollo del país no está condicionado al grupo G20, a ellos lo que les interesan son los mejores negocios y los monopolios de la oligarquía.

“Las cabezas del G20 se pueden medir por los millones que tengan en Estados Unidos. Yo siempre he creído que hay gente como los Dueñas, los Regalado, los Meza, los Sol, entre otros que si  logran regresar al poder van a hacer todo lo que sea necesario para recuperar los cinco años perdidos, donde el presidente Funes no los dejó que manosearan al país”, añade.

Salgado es de la opinión también que “El G20 es el gobierno corporativo, y oculto de El Salvador. Así y nada más”. 

El analista se refiere con esto último a la creación de un “gobierno paralelo”: el grupo Aliados por la Democracia donde están la ANEP, Fusades y decenas de organizaciones entre las cuales hay varias lideradas por personas muy cercanas al G20. 

Ese gobierno “paralelo” es la continuidad del Círculo. Un brazo más largo.

Ese poder es el que otro analista, Jorge Villacorta, considera como el principal del país: “Es el poder de la oligarquía, sin duda el poder económico; y el poder económico se traduce en poder político aquí y en cualquier país del mundo”.

“Todas las principales fuerzas y principales negocios de este país son controlados por el G20, los medios de comunicación... hay que recordar que ellos son sus patrocinadores y anunciantes.

“Quien aparece siempre y la figura que determina la política partidaria en ARENA es la familia Poma, pero eso es lo que se menciona en los medios de comunicación”, dice Villacorta.

Este grupo de poder económico, ligado al Círculo de Flores son los que, por ahora ostentan la principal fuerza dentro de la sociedad. 

Las elecciones presidenciales de 2014 dirán, empero, si se mantiene este vínculo económico-político o si comienzan a moverse las aguas y, con ello, la balanza de los pesos y contrapesos. 

domingo, 13 de octubre de 2013

El síndrome de Superwoman



 La mujer hasta principio del siglo 20 no solo era un objeto del hombre, sino que carecían de derechos para ellas. Una de las oportunidades de la segunda guerra mundial fue el que EU observó y analizó  que había enviado a su inmensa mayoría de hombres a la guerra. Por tal razón,  se había quedado sin mano de obra para fabricar sus armamentos.

Desde entonces, la mujer comenzó a abrirse camino en cientos de áreas que antes de la guerra hubiese sido inalcanzable. Ese fue un momento decisivo del comienzo que hoy conocemos como el Síndrome de Superwoman.

Si miramos con una lupa a la mujer del siglo 21 podemos decir sin equivocarnos que de verdad el concepto de  Superwoman es real.

 Primero, ellas tienen más jornadas de trabajo que la inmensa mayoría de los hombres, en especial aquellas mujeres solteras, no divorciadas.  Este último término es del siglo de nuestras abuelas y se utilizaba para estigmatizar a las mujeres que estaban ligeramente utilizadas, que no eran vírgenes o que tenían su bagaje.

 Siempre hemos sido consistentes que estas mujeres tienen cuatro jornadas de trabajo. La primera comienza en la madrugada y es levantarse temprano antes que todo el mundo, preparar el desayuno de todos, incluyendo el de los perros, gatos, aves y demás mascotas realengas que hay cerca de la propiedad.

Después se dan a la tarea de despertar a todo el mundo, recodarles las asignaciones, días de juegos, uniformes que se tiene que poner, bultos que necesitan llevarse, leer las cartas de las maestras y velar que la higiene sea llevada a cabo con sus estándares, entre otras cosas.

Esta jornada laboral termina en el momento en que los niños son escoltados a los portones de la o las escuelas de cada uno de los integrantes, no sin antes saludar, conversar y tolerar las conversaciones de aquellas que no están en esta categoría de Superwoman. No entraremos en este aspecto de envidia, chismes y otras situaciones que suceden, ya que muchas personas piensan que el peor enemigo de una mujer es otra mujer.

 Su segunda jornada de trabajo comienza cuando llegan a la realización que todavía no se han maquillado, están insertadas en un tremendo tráfico que no se mueve. Las bocinas son la orden del día, en la radio los comentaristas noticiosos están criticando, y las personalidades están narrando chistes malos que la única risa que se escucha es la del productor.

Es en este primer periodo de la mañana en donde nace el término pueblerino de “multi tasking”, que no es más que hacer varias cosas a la vez y completarlas todas, e inclusive ya ir ordenando proyectos y tareas de otros roles diarios.

Aunque el término pueblerino no es correcto  científicamente hablando, pero se ha acuñado el mismo, en especial con las mujeres que están en un constante desenvolvimiento multifacético de madre, esposa, amiga, hermana, empresaria, salvadora de animales y sobre todo en tener el balance en los roles antes mencionados.

Su tercer turno comienza en el momento en que llegan al estacionamiento del trabajo. En cuestión de segundos el rostro se transforma, la actitud se modifica y el caminar es uno totalmente diferente. Es en ese momento en donde la coraza se activa, el radar de interpretar símbolos e ideas que no se verbalizan se pone en todo su apogeo y los milagros que otros no pueden lograr comienzan a desfilar por la pasarela del escritorio.

Al salir de este turno comienza el último turno, en donde, aunque es ley el no textear mientras manejan se las ingenian para hacerlo. La memoria se activa en todo su esplendor y comienzan a realizar las llamadas correspondientes a sus amistades, padres, a repasar que está pendiente, a coordinar algunas con sus parejas el recogido y la entrega de sus hijos en sus compromisos extracurricular, por mencionar algunas actividades.

En el momento en donde abren la puerta de la entrada del hogar es cuando se activa los poderes innatos de una madre.  Es cuando se quitan el uniforme de su turno anterior y comienza el turno más tierno y retante de todos.

En el mismo no solo tienen que confeccionar un menú diferente diario, se convierten en tutoras, científicas, psicólogas, en el resuélvelo todo, encuentran todo lo que se pierde, son doctoras honorarias, enfermeras de vocación y banqueras por necesidad. A su vez, son cuentistas a la hora de dormir, limpian la casa en cuestión de segundos y planificadoras por obligación.

El síndrome de Superwoman no es normal, algunos dicen que es parte del ADN de la mujer. Para nosotros es simplemente un estado de conciencia, inspirado por la necesidad, ejecutado por osmosis y guiado por el amor incondicional que nace de la conexión divina de una barriga, de dar vida a otro ser.

Sin embargo,  en ocasiones, la Superwoman puede sentir que no está siendo eficiente y efectiva, o que hay algo que está dejando al descubierto.  Algo nada más lejos de la verdad, ya que hace lo mejor posible con las herramientas que tiene.

Que tal, si desde hoy comenzamos a agradecer a cada una de las Superwoman de nuestra vida,  No tan solo para que sepan que las valoramos, sino también por cada uno de nosotros que hemos sido apoyados por una heroína actual.

Waldemar Serrano-Burgos, CEC
Certified Executive-Business Coach
Dragonfly Coaching Group | 305.335.4044 
Follow us on Twitter @wserranob | @Dragonfly_Coach
Connect with us LinkedIn | Google+
Join us on Facebook


sábado, 12 de octubre de 2013

Tony Saca selecciona a Pancho Laínez para complementar fórmula presidencial de UNIDAD

Tomado de La Prensa Gráfica

Francisco Laínez acompañará a Saca en carrera presidencial

El político, exmilitante de ARENA, fue canciller de la República durante la gestión del presidenciable por UNIDAD. 

Por Gabriela Melara

“Francisco Laínez para vicepresidente”, escribió en su cuenta oficial de Twitter el presidenciable por la coalición de partidos UNIDAD, Elías Antonio Saca, cerca de las 2:00 p.m., quien cumplió con anunciar hasta este día el nombre de la persona que lo acompañará en la carrera por la presidencia.

Laínez es un político, exmilitante de ARENA, que fue canciller de la República durante la gestión de Saca (2005-2009) y también compitió en la internas para la presidencia del partido tricolor en el 2009, cuando fue elegido como candidato Rodrigo Ávila.

Hasta la fecha se desconoce cuándo podría llegar ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE) la fórmula para estar legalmente inscritos para competir en las elecciones de febrero 2014.

Mañana ambos candidatos se inscribirán ante el PCN, partido por el que correrán en la elección.
 

Extremismo del Tea Party conduce a Republicanos a una baja en la popularidad

Tomado de esglobal
(Foreign Policy en Español)

Bandera del Tea party
LA OBSESIÓN DE LOS KOCH TUMBA AL PARTIDO REPUBLICANO

Por Mario Saavedra

Incapaces de frenar la reelección de un presidente con un 8% de desempleo, sin el voto latino y el de los jóvenes y dominados por un grupo radical capaz de secuestrar la economía del país para revisar leyes como el Obamacare los republicanos ponen en peligro su popularidad.
El Partido Republicano está sufriendo su mínimo de popularidad de las dos últimas décadas. Sólo un 28% de los estadounidenses alberga una opinión favorable del Viejo Gran Partido (GOP, por sus siglas en inglés), según Gallup. Mientras el Demócrata se mantiene en el 43% de aceptación, los conservadores ven cómo su imagen está en caída libre, incluso entre sus propios votantes. Peor, incluso, que en 1999, cuando sólo tres de cada diez americanos aprobaban la actitud de los republicanos, que por entonces llevaron al presidente Bill Clinton a un impeachment (impugnación) impopular.
Washington lleva dos años dando espectáculos bochornosos. En verano de 2011, una revolución de los recién elegidos para el Congreso un año antes (los llamados freshmen, muchos pertenecientes al ultraconservador Tea Party) llevó a Estados Unidos al borde del impago. No querían elevar el techo de deuda y EE UU acabó con las bolsas hundidas y perdiendo su triple A crediticia de la agencia Standard & Poors.
Pero la situación ha alcanzado su cénit dramático con el cierre del Gobierno del pasado 1 de octubre. El Congreso tenía que aprobar una extensión del presupuesto gubernamental, pero la Cámara de Representantes, de mayoría republicana, se negaba a hacerlo si no se cancelaba la financiación para la Ley de Sanidad Asequible. Se trataba de su última oportunidad para acabar con el Obamacare, una ley cuya última fase entra en vigor el próximo 1 de enero.
El Obamacare es el anatema para el Partido Republicano. Lo han convertido en su principal caballo de batalla, precisamente porque, de salir adelante en su totalidad, sería el principal legado de la Administración demócrata de Barack Obama. Los grupos más conservadores han concentrado toda su artillería en tratar de liquidarlo. Aunque como daño colateral la popularidad de su partido político se está desplomando.
En el cálculo político de los republicanos estaba el hecho de que el último cierre del Gobierno, contra Bill Clinton en 1995-1996, no supuso un cambio significativo en las cifras de aprobación de los políticos de uno u otro signo en el largo plazo. Pero este contexto es distinto: el país está tratando de recuperarse de una dura crisis económica y los votantes tienen poco margen de tolerancia hacia la inestabilidad en el Congreso.
Es por ello que los grupos que más han apostado por cerrar el Gobierno, financiados por las grandes fortunas como los hermanos Koch, empiezan a dar marcha atrás.
“Exclusiva: el banco secreto de los hermanos Koch”. Con este titular, Político, uno de los medios de referencia en Washington, explicaba recientemente la existencia de un grupo de acción política llamado Freedom Partners. En 2012 recaudó hasta 236 millones de dólares (unos 174 millones de euros). Tiene como muñidores principales a los empresarios David y Charles Koch, los famosos Koch Brothers cuyo nombre pone los pelos de punta a la izquierda estadounidense.
Gran parte de esos fondos ha ido a parar a asociaciones sin ánimo de lucro cuyo principal objetivo es luchar contra el Obamacare, que consideran una “socialización” de la medicina. Así, el Centro para la Protección de los Derechos del Paciente (Center to Protect Patient Rights), un grupo que se “opone vehementemente” al Obamacare, ha recibido 115 millones de dólares, según la información de Político, basada en los datos de Hacienda. Otros 15 millones habrían ido a parar a la 60 Plus Association, también contraria a la ley.
Hasta aquí todo podría parecer razonable y aséptico. La ley en Estados Unidos permite donaciones ilimitadas y anónimas a los grupos de acción política y hay una cierta asunción de que los grandes empresarios mueven los hilos de Washington. Pero esta vez algo ha salido tremendamente mal. El Partido Republicano ha visto como parte del empresariado y de Wall Street, sus aliados naturales, les han dado la espalda. La estrategia de cerrar el Gobierno o coquetear con el default es considerada suicida por los hombres de negocios.
Uno de los primeros golpes lo han recibido del todopoderoso Consejero Delegado del banco de inversión Goldman Sachs. Frente a la Casa Blanca, y tras una reunión con Barack Obama, Lloyd Blankfein abroncó educadamente a los congresistas: el cierre del Gobierno y una eventual negativa a elevar el techo de deuda el 17 de octubre son catastróficos para la economía, vino a decir. “Se pueden pelear estos asuntos sobre políticas [como el Obamacare]. Se pueden volver a pelear por segunda vez [la primera fue durante su aprobación en 2010] en un foro político si se quiere. Pero no se debe utilizar la amenaza de causar un impago de la deuda por parte de Estados Unidos como un garrote para negociar”, sentenció Blankfein.

A pesar de reprimendas como estas, muchos republicanos seguían tratando de quitar hierro a los efectos que para la economía del país tenía el hecho de que el Gobierno estuviera parado unos días. Los más atrevidos, como el icono del Tea Party, Ted Cruz, opinaban que Estados Unidos podría pagar sus facturas sin endeudarse más, tan sólo con lo que ingresaba de impuestos, algo totalmente alejado de la realidad económica.
La mayoría de los medios de derechas y de izquierdas, salvo los más conservadores como Fox News, empezaron a lanzar señales de alarma. Los periódicos The Wall Street Journal y The New York Times, entre otros muchos, publicaron sendos artículos retratando a estos republicanos como negacionistas. El semanario liberal The Economist aseguraba “esta no es forma de gobernar un país” sobre una foto de Barack Obama y el portavoz republicano de la Cámara de Representantes peleando junto al precipicio de Monte Rushmore, ante la mirada atónita de las efigies escavadas en roca de los padres fundadores. Uno de los medios favoritos de los inversores, Bloomberg, llevaba a la portada de su revista semanal el titular: “Los republicanos no son ya el partido de los empresarios: el cierre del Gobierno y aún otra crisis del techo de deuda alienan a los aliados tradicionales del GOP”.
Dentro del propio partido el asunto es más delicado. Está en plena guerra interna por el control entre dos facciones: la ultraconservadora del Tea Party y una mayoría silenciosa, más moderada. Algunos, como el ex candidato presidencial John McCain, han afeado la conducta de sus correligionarios por haber dejado a las familias de los soldados muertos sin viajar a Dover a recoger sus restos debido al cierre del Ejecutivo. Pero actitudes públicas como esta son minoritarias. ¿Por qué? 2014 es año de elecciones al Congreso y muchos republicanos temen perder el sillón ante un candidato de su mismo partido que les pase por la derecha, como ocurrió con la revolución del Tea Party de 2010, en la que consiguieron ganar decenas de circunscripciones y colocar a sus miembros en las dos Cámaras.
Algunos creen que el problema no es lo que piensen realmente los representantes, sino lo que puede ocurrirles si lo expresan en público: unos 150 de los 234 representantes del GOP en la Cámara habrían pasado ya la extensión del presupuesto si el voto fuera secreto, según el republicano Peter King.
Organizaciones financiadas por los Koch Brothers llevan tiempo atacando a los republicanos blandos, según la comentarista política de MSNBC Rachel Maddow. La organización Heritage Action, por ejemplo, ha dedicado más de medio millón de dólares en anuncios en 100 distritos controlados por los republicanos para desacreditar a los candidatos conservadores moderados o no suficientemente entregados a la causa de acabar con el Obamacare a cualquier precio.
Pero el juego parece haber tocado a su fin. La presión de empresarios y medios de comunicación está siendo demasiado intensa. La multinacional financiera Fidelity Invest, que gestiona más de 400.000 millones en fondos de inversión, ha vendido toda la deuda pública estadounidense con vencimiento inferior a un mes, por si acaso. El índice del miedo de Wall Street, el conocido como VIX, ha subido de manera drástica.
Como consecuencia, la Heritage Action y otros grupos como Freedom Works han cambiado de doctrina y piden que se eleve el techo de deuda, aunque sea solo para poder centrarse en acabar con Obamacare sin interferencias.
Después de que se apuntara a su responsabilidad en el asunto, Industrias Koch emitió un comunicado desmintiendo estar detrás del cierre del Gobierno: “Koch cree que Obamacare incrementará el déficit y llevará a una caída del estándar del sistema de salud en Estados Unidos y elevará los impuestos. Pero Koch no ha tomado ninguna posición sobre la táctica legislativa de ligar la aprobación de una resolución de continuidad [para extender los presupuestos] y la suspensión de la financiación a Obamacare, ni hemos hecho lobby para que se legisle con el fin de eliminar la financiación de Obamacare”.
El Partido Republicano contiene la respiración. Se trata de conservar lo más posible su histórica reputación hasta que pasen las legislativas del año que viene. Después, con los escaños renovados, habrá que enfrentarse a la dura realidad: han sido incapaces, por primera vez en la Historia, de frenar la reelección de un presidente con un 8% de desempleo. Han perdido el voto latino y el voto joven, y se están dejando dominar por un grupo radical capaz de secuestrar la economía del país para revisar leyes como el Obamacare, ya aprobado por las Cámaras, refrendado por el Tribunal Constitucional y por las urnas en la reelección del presidente que lo aprobó.