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domingo, 28 de octubre de 2012

Sentencia de muerte






Si dejas que los deseos de los demás se conviertan en tuyos, estarás siendo parte de su historia y no de la tuya”.


Ella interpretó que era una sentencia de muerte, aquellas últimas palabras dichas por el doctor inescrupuloso, que sin mediar palabra alguna le dijo contundentemente “te quedan 3 meses de vida”, olvidándose completamente de la humanidad que los unía.

Fueron bien difíciles esas primeras horas para ella, en donde la razón trataba de entender lo que el corazón no aceptaba.

Esas palabras que había escuchado desgraciadamente se han vuelto una moda en las salas médicas últimamente, en donde la sensibilidad humana hacia los demás se ha desvanecido o quisiéramos pensar que se ha olvidado.

Esas primeras semanas fueron muy duras, ella trataba de entender como la ciencia le había puesto una sentencia de muerte sin su consentimiento, sin darle opciones, sin esperanza.

Curiosamente fue unas semanas mas tarde cuando estando sentada esperando a que la atendiera el mismos doctor en donde la magia de las “causalidades” se unió a las ganas de vivir y tuvo una conversación con una señora que por su apariencia le llevaba unos cuantos años adicionales.

Fue en esa conversación pausada, no obligada, en donde ella entendió que la mente es más poderosa de lo que pensamos y que la sentencia de muerte no es una opción, cuando uno tiene ganas de vivir.

Le contó esta señora de pelo canoso, piel arrugaba y de pequeña estatura, que esa misma sentencia de muerte se la habían hecho a ella en varias ocasiones y que para ella ese era el pan nuestro de cada día, cada vez que visitaba a un doctor.

Esta señora de risa pequeña y de espejuelos anchos le dijo al terminar la conversación estas palabras “nunca olvides que la mente es muy poderosa, si dejas que los deseos de los demás se conviertan en tuyos, estarás siendo parte de su historia y no de la tuya”.

En cuestión de segundos esta mujer que hace unos días atrás había sentido que sus días estaban contados, había encontrado en una persona totalmente extraña lo que le faltaba, un recordatorio de que ella es la que estaba en control de su vida y que ella no recordaba haber contratado a nadie para dirigir su vida.

Ese mismo día ella se levantó de la sala de espera de su médico y se fue a la playa, sentada por horas allí y rodeada del sol, arena y mar recordó que lo que era una sentencia de muerte, en verdad había sido una pregunta de la vida.

Una pregunta en donde le estaba preguntando si quería seguir viviendo la vida en automático o por lo contrario, quería vivir la vida.

A su vez, le recordó como cuando pequeña en su niñez ella no tenia ningún tipo de límite, que su imaginación era la que la llevó a ella a conseguir todo lo que había conseguido hasta antes del día de la sentencia de muerte.

Hoy día esa mujer lleva más de 10 años sonriéndole a la vida desde ese incidente y se levanta todos los días a las 5:00 am a dar gracias, no solo por lo que tiene, sino por todo lo que ve, siente y por todas las posibilidades que ese nuevo día le brindará.

Hoy día esta persona no solo tiene una familia saludable, sigue casada felizmente con quien en momentos difíciles la apoyo en cuerpo y alma, sino que está en proceso de hacer algo que era imposible en algún momento de su vida, correr su primer medio maratón en los próximos meses en Miami.

Hoy comparto con ustedes la historia de nuestra amiga Verónica, una amiga que nos ha enseñando a que la vida se vive un día a la vez, que en vez de tomar una noticia tan devastadora como la que le dieron hace 10 anos atrás que en ese momento fue una sentencia de muerte y como ella la transformó en la gasolina para vivir y expandir su felicidad.

Desgraciadamente o afortunadamente son en esos momentos trascendentales que la vida nos pone a prueba a ver en donde estamos.

Son esos momentos que pueden convertirse en grandes catalizadores de transformaciones individuales y colectivos en donde el límite no existe y la esperanza es la que rige el ánimo diario vivir o en simples sentencias de muertes que se hacen realidad.

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Waldemar Serrano-Burgos, CEC
Certified Life-Business Coach
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domingo, 21 de octubre de 2012

Tiempo, disciplina, tecnología y marketing superan a la naturaleza en asuntos de imagen


Tomado de Entremujeres.com 

De “patitos feos” a sex symbols”: sorpresas en el archivo

Cuando eran niñas o adolescentes pasaban desapercibidas, pero tuvieron su revancha: hoy el mundo las admira por su belleza y estilo. Mirá cómo cambiaron las celebrities con los años... ¿Y la ayuda de las cirugías?

Madonna
Contó en el programa de Ellen Degeneres que debido a su extraña personalidad en el colegio nadie la quería, que no encajaba en los grupos de amigos y que era “la rara”. ¿Quién iba a pensar que se convertiría en la reina del pop?

Eva Longoria 
De niña me llamaban patito feo y ahora me desean. Son cosas de la magia del cine y también del mundo de la televisión”, reconoció la actriz en una entrevista de ABC.es

Jennifer Lopez

En 2010, durante una campaña organizada por la fundación “Boys and Girls Club”, la actriz y cantante difundió esta foto de sus años de infancia. Si la comparamos con su imagen actual, confirmamos que los años fueron generosos con ella.


Penélope Cruz
Que distinta era en su adolescencia, ¿no? Dicen que, tiempo después, la mujer de Javier Bardem se hizo una rinoplastia e implantes de pómulos.



















Scarlett Johansson 
Los "antes y después" demuestran que la actriz tiene la cara y la nariz más afinadas y los dientes mejorados, pero ella niega haberse hecho alguna intervención.



lunes, 24 de septiembre de 2012

Los quejumbrosos perjudican la productividad y el ambiente laboral



Qué hacer con un colega que no para de quejarse

Investigaciones muestran que la productividad sale perjudicada si alguien trabaja junto a un colega que no para de quejarse. La exposición permanente a la negatividad puede perturbar el aprendizaje, la memoria, la atención y el buen juicio.

Personas que no soportan a los quejumbrosos crean la ONG “Un mundo libre de quejas”

Por Sue Shellenbarger

Es uno de los retos más arriesgados de la política de la oficina, uno que invade por igual los cubículos pequeños como las espaciosas oficinas de los ejecutivos: lidiar con un colega que no para de quejarse.

Aunque a menudo lo mejor es huirles, esto puede ser difícil en el entorno laboral actual, donde muchas personas trabajan en equipos de manera estrecha.

Tratar de mantenerse neutral, sólo escuchando y asintiendo con la cabeza también puede ser contraproducente, dice Dana Brownlee, fundadora de Professionalism Matters, una firma de capacitación corporativa en Atlanta. “Antes de que uno se dé cuenta, ya hay otra versión de la historia en circulación, asegurando que usted era el que decía algo negativo sobre el vicepresidente”. Y su nombre estará en boca de los chismosos.

Y puede ser difícil objetar sin parecer arrogante. “Si uno se acerca a alguien para reclamarle por su queja, puede ser tomado de manera muy equivocada y más tarde terminará siendo alienado”, dice Jon Gordon, escritor, consultor y fundador de una firma de capacitación en Ponte Vedra Beach, Florida. Es mejor tratar de establecer lazos con los compañeros de trabajo, al tiempo que ofrece un ejemplo al no tomar partido, dice.

Hace varios años, cuando Kris Whitehead se incorporó a una nueva empresa, las frecuentes quejas de sus colegas tuvieron un impacto directo sobre su capacidad para vender, dice este vendedor de Nashua, New Hampshire. Con la economía en recesión “tenía los mismos temores” de fracasar del que hablaban sus colegas. Mantenerse optimista “fue una tarea extremadamente difícil”, señala. Pero cuando Whitehead sugirió a sus colegas que se centraran más bien en soluciones, “nadie quiso escuchar”, dice. Además, “la gente empezó a hablar de mí en los corredores”.

Whitehead comenzó a leer libros sobre desarrollo personal y trabajó en la relación con sus colegas. Conforme registraba ganancias en las ventas, sus compañeros de trabajo se mostraron más cálidos y su jefe le pidió hace poco que lo ayudara a capacitar a los nuevos empleados. “La gente parece escuchar mejor cuando uno es productivo”, dice Whitehead.

Sin embargo, investigaciones muestran que la productividad sale perjudicada si alguien trabaja junto a un colega que no para de quejarse. La exposición permanente a la negatividad puede perturbar el aprendizaje, la memoria, la atención y el buen juicio, dice Robert Sapolsky, un prominente autor y profesor de neurología y ciencias neurológicas de la Universidad de Stanford. El cerebro, dice, sólo puede manejar una cantidad limitada de estímulos al mismo tiempo antes de comenzar a perder la capacidad para concentrarse o recordar, en especial si ese flujo de negatividad constante despierta emociones angustiosas.

Si la persona que se queja es muy emocional, o apunta a un problema que también hace que el interlocutor se sienta agraviado, puede afectar de manera especial el ánimo de un colega, dice Sapolsky.

Quejarse se ha vuelto tan común que muchas personas no se dan cuenta de que lo están haciendo. Benjamin Ballard, gerente de cuentas de PaceButler, una empresa de Oklahoma City que recicla teléfonos celulares, dice que solía quejarse de sus migrañas en el trabajo. Sin embargo, “hacía bromas sobre eso y pensaba que de alguna manera lo convertía en algo positivo”, dice.

El presidente ejecutivo de PaceButler, Tom Pace, hizo de los quejidos una cuestión central y ofreció en diciembre premios en efectivo para cualquiera de sus 70 empleados que pudiera abstenerse de lamentos y chismes durante al menos siete días. Aquellos que superaban el desafío podían participar en un sorteo mensual de US$500.

Por su parte, Ballard dejó de lamentarse y tomó medidas para detener sus dolores de cabeza comiendo mejor, dice. Pasar menos tiempo hablando de las migrañas ha ayudado, dice.

Su colega, Debbie Gutiérrez, agente coordinadora, dice que el programa hizo que todos se detuvieran y pensaran antes de hablar. “Uno puede ver crecimiento en la gente”, señala. En tanto, Pace anota que ahora “hay más risas, gestos de aliento y producción”.

Sin embargo, en la mayoría de las empresas es cada vez más difícil evitar a los gruñones. Cerca de 18% de los empleados estadounidenses está “activamente desconectado” tiene una actitud negativa y es probable que se queje sobre su empleador, según una encuesta anual de Gallup que entrevistó a 31.265 personas. Esa negatividad puede extenderse “como una especie de cáncer”, dice Jim Harter, científico de gestión del lugares de trabajo y bienestar.

Por fortuna, existen formas de sobrellevar una relación con alguien que se queja mucho. Will Bowen, autor y conferencista, sugiere que cuando alguien habla mal del jefe o un colega se desvíe el tema diciendo algo como: ‘parece que él/ella y usted tienen que sentarse a conversar’. 

Otros individuos se lamentan simplemente para llamar la atención. Bowen recomienda dar a la persona que se queja un tipo diferente de atención al preguntar ‘hábleme de las cosas buenas que le están pasando’. Al principio lo mirarán como si estuviera loco, pero insista, así la persona cambiará de tema o dejará de hablarle. “De cualquier manera, no tendrá que escucharlos de nuevo”, dice Bowen, quien fundó el grupo sin ánimo de lucro A Complaint Free World, algo como Un mundo libre de quejas.

sábado, 28 de julio de 2012

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL SUICIDIO EN LA ADOLESCENCIA





La adolescencia es la fase en que el niño empieza a aprender a ser adulto, tomando, por tanto, conciencia de la realidad de los adultos, y empieza a asumir el rol que tendrá que desempeñar en el futuro. A la vez, su nula experiencia en este sentido le llena de inseguridad y temor a no ser capaz de integrarse adecuadamente en su rol, más cuando el éxito es un valor social cada vez más fuerte hoy día. Por ello, es normal que experimenten fuertes sentimientos de estrés, confusión, dudas de si mismos, presión para lograr éxito, incertidumbre financiera y otros miedos mientras van creciendo.
La situación puede complicarse aún más con otras circunstancias en su entorno inmediato. Situaciones como el divorcio de los padres, la formación de una nueva familia, el cambio de colegio, o de ciudad o colonia, una ruptura amorosa, etc. pueden perturbarlos e intensificarles las dudas acerca de sí mismos. Para algunos, el suicidio aparenta ser una solución a sus problemas y al estrés.
La depresión y las tendencias suicidas son desórdenes mentales que se pueden tratar. Hay que saber reconocer y diagnosticar la presencia de esas condiciones. Cuando hay duda en los padres de que el adolescente pueda tener un problema serio, debe buscarse asesoría. Muchos de los síntomas de las tendencias suicidas son similares a los de la depresión. Los padres deben estar conscientes de las siguientes señales que hacen sospechar que el adolescente podría estar contemplando el suicidio:

  •          Cambios en los hábitos de dormir y de comer
  •      Retraimiento de sus amigos, de su familia o de sus actividades habituales
  •         Actuaciones violentas, comportamiento rebelde o el escaparse de la casa
  •          Uso de drogas o de bebidas alcohólicas
  •          Abandono fuera de lo común en su apariencia personal
  •           Cambios pronunciados en su personalidad
  •     Aburrimiento persistente, dificultad para concentrarse, o deterioro en la calidad de su trabajo escolar
  •       Quejas frecuentes de síntomas físicos, tales como: dolores de cabeza, de estómago y fatiga, que están por lo general asociados con el estado emocional del joven
  •           Pérdida de interés en sus pasatiempos y otras distracciones
  •          Poca tolerancia de los elogios o los premios
  •         Sensación de ser una persona mala o de sentirse abominable
  •        Lanzar indirectas como: no les seguiré siendo un problema, nada me importa, para qué molestarse o no te veré otra vez
  •      Poner en orden sus asuntos, por ejemplo: regalar sus posesiones favoritas, limpiar su cuarto, botar papeles o cosas importantes, etc. 
  •              Ponerse muy contento después de un período de depresión
  •   Tener síntomas de sicosis (alucinaciones o pensamientos extraños).



Cuando un niño o adolescente habla de querer suicidarse, debe tomarse en serio y buscar ayuda. Y en cualquier caso, si se observan los síntomas anteriores puede ser muy útil preguntarle al joven directamente si está deprimido o pensando en el suicidio. Una respuesta afirmativa requerirá de una atención inmediata; una respuesta negativa simple, como sin querer hablar del tema también es sospechosa. Una respuesta negativa más explícita e inequívoca es más tranquilizadora, lo cual no significa que no haya que prestar atención a los síntomas. El preguntarle franca y directamente sobre este tema no va a descubrirle ideas que él no pueda haberse planteado ya; por el contrario, le indicará que hay alguien que se preocupa por él y que le da la oportunidad de hablar acerca de sus problemas.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.