Intolerancia
de “divos” latinoamericanos evidenciada:
La dura pelea entre el
“grotesco” John Oliver y el “payaso” de Correa
Por
Israel Viana
Los insultos que se
intercambiaron en internet el famoso comediante de EE.UU. y el presidente de
Ecuador se convirtieron en todo un fenómeno mundial de internet
Correa responde a John Oliver
La «batalla» entre Oliver y Correa comenzó el 8 de febrero, cuando el comediante inglés afincado en Nueva York le dedicó menos de cinco minutos al presidente ecuatoriano en su programa semanal, «Last Week Tonight», que fueron suficientes para que se liara parda en Twitter, esa red social convertida en la arena de un circo romano en la que todos se encuentran, desde futbolistas con hinchas, a estrellas del rock con fans, o comediantes con líderes políticos mundiales.
En su espacio, que
mezcla actualidad política y humor, abordando temas tan variados como la FIFA, los concursos de
belleza, el Vaticanolas grandes
corporaciones, Obama o las reformas políticas, nada
queda a salvo de los sarcásticos comentarios de la estrella televisiva. Y nunca
había encontrado respuesta de sus protagonistas. Nunca, hasta que se le ocurrió
mentar al presidente de Ecuador. La batalla que se inició entonces consiguió
acaparar la atención de los medios de comunicación de medio mundo y de millones
de internautas que siguieron las descalificaciones entre ambos como si de un
«reality show» se tratara.
El humorista–cuyos
videos pueden llegar a alcanzar los ocho
millones de reproducciones en Youtube– criticó en su programa la persecución emprendida por Correa contra quienes le critican
en internet, además de calificarle de «hipersensible» y aconsejarle
que «incluyera un payaso» en cada uno de sus discursos, tal y como había hecho
en su programa de televisión semanal: «Enlace ciudadano». Después, fustigó al
presidente por dedicarle en ese mismo espacio quince minutos a un joven que, en Twitter, le deseó la
muerte. «Si usted es tan sensible, puede que Twitter y Facebook no sean para usted. Y, para ser
honesto, ser un líder mundial tal vez tampoco sea para usted, a menos que
mejore su tolerancia a las ofensas personales», comentó Oliver, siempre en
clave de humor, antes de espetar: «Eso es Facebook, páginas llenas de basura.
¡Deja de “googlearte”: eres el Presidente de Ecuador!».
«Comediante inglés se burla de Correa»
La respuesta de
Rafael Correa en forma de tuit no se hizo esperar, continuando su cruzada
contra las críticas en la Red. «Comediante inglés se burla del Presidente
Correa. ¿Han existido comediantes ingleses? ¿Seguro?», se preguntaba el
mandatario, junto a un enlace de la noticia en el diario «El Comercio».
Correa seguramente desconocía el calibre de su contrincante,
cuyo espacio se ha convertido en un fenómeno de masas, cuyos efectos han ido
más allá de las meras risas frente a la pantalla. Consiguió, por ejemplo, que
el Fiscal General de Estados Unidos anunciara limitaciones en la ley que
permitía a la Policía requisar dinero y propiedades de personas que no
cometieron crímenes, tras el escándalo generado por uno de sus programas. O que
un legislador de Washington presentara una ley que permitiera a los ciudadanos
manifestar sus opiniones sobre las leyes a través de videos online, asegurando
que su iniciativa se había inspirado en la capacidad de Oliver para convertir
temas aburridos en fenómenos virales.
Con esta misma
capacidad de aglutinamiento, el comediante logró que decenas de miles de
seguidores salieran en defensa de Oliver con duras críticas a Correa,
recordándole que Inglaterra cuenta con algunos de los humoristas más grandes y
reconocidos de la historia. Basta solo un ejemplo: Charles Chaplin.
«Asunto John Oliver»
El presidente ecuatoriano no es fácil de callar. Tardó solo unas
horas en saltar al «tatami» de Twitter con cuatro tuis seguidos sobre el
presentador de televisión, mientras esperaba a su helicóptero en el aeropuerto
de Santa Rosa: «Asunto John Oliver: demasiado ruido para tan pocas nueces. Esos
“talk shows” gringos son más antipáticos que un diurético, y el “comediante inglés”
es poco menos que un oxímoron. Los “wannabes” (frustrados) pletóricos de
emoción por sus “burlas” en inglés. Los latinoamericanos, orgullosos de tener
ciudadanos y no súbditos. Están haciendo “famoso” a quien probablemente cree
que la capital de Ecuador es Kuala Lumpur. No merece un segundo más de tiempo»,
escribió.
En aquel momento, el
hashtag#JohnYouAreInvited pasó
a ocupar el primer lugar de los «trending topic» mundiales, mientras que#EcuatorianoHastalaMedula se posicionaba en el tercero. Parecía que
la comunidad mundial de Twitter se había dividido en dos: los que apoyaban al
humorista y los que simpatizaban con el mandatario.
En la noche del
domingo 15 de febrero, John Oliver aparecía de nuevo en la cadena HBO con ganas de réplica, recordando a
su audiencia las burlas que había hecho sobre el presidente de Ecuador por
atacar a usuarios de Twitter y generar una movilización de seguidores por las redes
para contrarrestarlos. «Resulta que nos vio y no estaba emocionado. La razón
por la que lo sé es porque ha estado hablando de mí», explicó. Y le dedicó
perlas como que Correa «tenía razón, el comediante inglés es un oxímoron, tanto
como un presidente ecuatoriano priorizando su tiempo sabiamente», en respuesta
a las molestias por enfrentarse con un simple humorista, o que su cabreo le
había llevado a llamarle «grotesco». «Y cuando un payaso te llama grotesco… eso
duele», replicó el comediante.
«Persigo la calumnia»
Como si no fuera suficiente, Correa volvió a dedicarle siete
minutos a Oliver en su programa de los sábados. Afirmó que los «simpáticos
amigos de la prensa con refuerzos internacionales están pletóricos de la
emoción. Ya nos insultan hasta en inglés. Están en una simpática campaña que
dicen que nosotros estamos en contra del humor… ¡Si mis chistes son de fama
mundial!». En ese momento, al presidente no se le ocurrió otra cosa que contar
varios de ellos, antes de asegurar: «No persigo el humor, sino la mentira, la
calumnia y las amenazas».
«Es cierto. No es solo que tus chistes sean conocidos en todo el
mundo, sino que te están conociendo en el mundo entero como un chiste»,
respondió Oliver, el hombre al que algunos medios has definido ya como «el
humorista más poderoso». Un comentario que llegó un día antes de que (y quién
sabe si a consecuencia de) HBO renovara su programa para las próximas dos
temporadas.