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lunes, 15 de agosto de 2011

Funes habló con Al Jazeera sobre la realidad salvadoreña

Tomado de Al Jazeera


De click aquí para ver la entrevista que Funes concedió a Al Jazeera

A continuación una traducción de lo que informa Al Jazeera en su edición del 15 de Agosto.

Mauricio Funes, el presidente de El Salvador, habla con Lucía Newman acerca de los problemas que enfrenta el país más pequeño de Centro América, pero más densamente poblado.

Funes, el primer presidente de izquierdista de la nación, habla sobre sus planes para hacer frente a una de las tasas de homicidio más altas del mundo. Invadido por bandas que controlan las zonas urbanas y rurales y la presencia de los cárteles de drogas más peligrosos del mundo. El Salvador sigue siendo más peligroso que muchas zonas de guerra después de dos décadas después del fin de la guerra civil de la nación.

"Estamos convencidos de que nuestros problemas - pobreza, la falta o el lento crecimiento económico y el cambio climático - sólo se pueden resolver regionalmente"

Mauricio Funes, el presidente de El Salvador, en una conversación con Lucía Newman de Al Jazeera

domingo, 25 de julio de 2010

Uribe Ocho años que cambiaron a Colombia

Tomado de El Tiempo

En la foto instantes en que Luis Montes Brito, editor de este blog, da la bienvenida oficial a El Salvador al Presidente Alvaro Uribe y su distinguida esposa Doña Lina de Uribe durante la Cumbre Iberoamericana de Presidentes celebrada el 2009 en San Salvador

Pocas horas antes de que estallara el escándalo con Venezuela, el presidente Uribe accedió a hablar con EL TIEMPO. Más que balances duros de gestión, tocó temas de su vida personal y sus anécdotas.

Son las 7 de la mañana. El presidente Álvaro Uribe tiene afán. Dentro de una hora debe volar a Medellín. En tono amable le recomienda a su secretaria que le empaque una camiseta adicional en su bolsa de viaje. Saluda con cordialidad. Lee el titular de EL TIEMPO de ese día y sonríe. "A ver, muchachos, empiecen", dice al grupo de editores que lo aborda. Se frota las manos y aprovecha para expresar su primera preocupación: ya no tiene callos en las manos.

El diálogo fluye. El Presidente luce especialmente relajado. Más que de cifras duras de gestión, responde preguntas de su vida personal, su estilo, sus momentos difíciles, sus alegrías, su familia y, por su puesto, de lo que será su futuro a partir del 7 de agosto, es decir, en diez días.

Por primera vez relata los momentos que lo hicieron llorar, a él, un hombre al que el país conoció como 'duro'. Hora y media después, recuerda el vuelo a Medellín y suelta una 'chiva': apoyo incondicional a Francisco Santos para la Alcaldía de Bogotá.

¿Cuál es el momento de todo su mandato que más lo enorgullece?
Esta tarea por Colombia es de mucha responsabilidad, llena de dificultades, y hay que adelantarla con mucho amor. Cuando las cosas se hacen con amor, en este caso, con amor a la patria, tiene que haber una actitud feliz permanentemente. De lo contrario, nada funciona. Hay momentos específicos de felicidad: cuando se rescata secuestrados, cuando la tarea sale bien. Pero, hay que tener una actitud constante de amor a Colombia. Eso da una actitud constante de energía positiva y, por supuesto, de alegría.

Acabamos de ver una fotografía suya llorando. ¿Eso ocurrió muchas veces en estos ocho años?
Pues que me hubieran capturado las cámaras, una o dos veces.

¿Una de esas cuál fue?
Inaguantables, incontrolables. ¡Ay! Les tengo que confesar que me volvía incontrolable en algunos momentos. Por ejemplo, cuando murió el ministro Juan Luis Londoño. Cuando regresé del Club El Nogal (la noche del atentado de las Farc que dejó casi 40 muertos, febrero de 2003) al amanecer de ese día, entrando aquí. Tengo que confesarles: lloré mucho, tenía dolor y rabia cuando la noticia del asesinato de los diputados vallecaucanos. Dolor por su asesinato y rabia por la mentira de los terroristas. Yo estaba seguro de lo que comprobé horas después: que era falso que había habido un enfrentamiento con el Ejército. Nosotros habíamos procedido cuidadosamente.

¿Y qué tal el día que tuvo que dar la cara por el asesinato de Gilberto Echeverri y de Guillermo Gaviria a manos de las Farc?
¡Muy duro! Me dio muy duro por muchas razones. Gilberto Echeverri era de aquellas personas a las que yo quería mucho y tenía por él una especie de sentimiento paternal. Lo veía como a un papá. Era mi amigo, amigo de mi familia, consejero, discutíamos con todo el cariño. Y Guillermo Gaviria, hijo de una familia a la que quiero mucho en Antioquia, un gran patriota, una esperanza de la juventud; y los oficiales de las Fuerzas Armadas que estaban con ellos. Iba en el avión, de Cali a Medellín.

La noticia la supimos en Cali, en los Farallones. Subí al avión, tenía unas lágrimas y me las sequé en el baño. Me senté frente a los comandantes y a la ministra (de Defensa) Martha Lucía Ramírez. Cerré los ojos y alguien decía: ¿Qué vamos a decir? Ahí abrí los ojos y dije: ¡Solamente la verdad! Llegué a Medellín, luego a Urrao a eso de las 7 de la noche. Fui al hospital donde estaban los dos heridos rescatados. Cuando les vi esa leishmaniasis lloré de tristeza y de rabia. El encuentro con las familias, con la comunidad también me hizo derramar lágrimas que mantendré hasta el último día de mi vida. Fueron episodios muy tristes.

Pero también vivió momentos de felicidad. ¿Cómo fueron, por ejemplo, los momentos de la operación Jaque o Fénix?
Ninguna operación nuestra fue improvisada. Por todas luchamos durante mucho tiempo. Cuando se dio de baja a 'Raúl Reyes', era el sexto intento. Desde la hora cero del Gobierno, nuestra obsesión fue el rescate de los secuestrados. Siempre tuve paciencia con lo que algunos familiares decían sobre el Gobierno, sobre mi persona. Traté de ser muy prudente con ellos porque les comprendía el dolor. Me ponía en la situación de ciudadano, de par, y les comprendía el dolor, pero me daba tranquilidad el hecho de que en ningún momento de nuestra parte había negligencia. Estábamos comprometidos con su rescate. Antes del rescate de la doctora Íngrid Betancur, los tres estadounidenses y nuestros compatriotas, hablé muchas veces aquí en esta oficina con el general Padilla y con el ministro Juan Manuel Santos. Estuve hablando todo el tiempo con ellos. Estaba todo definido.

El día del operativo, conociendo todos los detalles, me fui a cumplir el deber a Puerto Wilches, porque había una inundación y pasé muy angustiado porque durante la mañana no estaba entrando la señal de celular. Abordamos un helicóptero y a mi lado estaban: el gobernador Horacio Serpa y Andrés Uriel Gallego, ministro de Transporte; atrás, la doctora Alicia Arango. Y les dije: "Estoy preocupado por este celular, porque estoy pendiente de una cosita". Y cuando ya estábamos en las aproximaciones de Barrancabermeja entró la señal y me confirmaron. Le dije al doctor Horacio Serpa: Gobernador, ¡bendito sea mi Dios!, se acaba de rescatar a Ingrid, a los tres norteamericanos y a los compañeros que estaban con ellos.

Aterrizamos en Barranca y todo el mundo estaba muy contento. Nos vinimos conversando sobre el tema en el avión a Bogotá y me encontré con el ministro Santos y los altos mandos. Y me dijeron: "Vamos a recibirlos". Les voy a hacer una confesión. Le dije al ministro Santos: "Recíbala usted, ministro". Y a los altos mandos les reiteré: "Ustedes han hecho gran esfuerzo. Recíbanla, que eso lo necesitamos para el futuro".

Y le salió...
Yo no sé. (Risas).

¿Cómo se imagina el primer día cuando ya no sea Presidente?
Tengo previsto ir a la iglesia a visitar nuevamente la cripta donde están las cenizas de mis padres. Hay que tener siempre el espíritu preparado para todo, alegre y tranquilamente, con buena disposición. Tengo que organizar la mente para darle ahora más tiempo al estudio, tengo que organizar la mente para atender unas cositas personales, que han pasado bastante desatendidas estos años.

¿Como cuáles?
Tengo que volver a trabajar en la finca y estoy preocupado porque tengo las manos sin callos.

¿Le preocupa mucho eso?
Sí, claro, porque tengo que volver a trabajar en la finca.

¿Va a amansar potros?
Claro, tengo unos potros y unas potrancas que los tengo que dejar bien entre agosto y diciembre.

¿Hasta diciembre?
En diciembre ya tienen que estar sueltos.

¿Qué va a decirles a sus padres cuando esté en frente de la cripta?
Agradecerles. Que intercedan ante nuestro Señor y la Virgen por Colombia y que nos cuiden.

¿Usted será un ex presidente deliberante?
Yo he sido toda la vida deliberante. Creo mucho en la construcción a partir de la deliberación. Fui muy respetuoso con los presidentes de Colombia cuando era concejal, senador, gobernador y muy respetuoso con quienes me sucedieron en la Gobernación de Antioquia. Espero ser muy respetuoso con quienes me sucedan en la Presidencia.

¿Se va a quedar de ex presidente, prefiere concentrarse, buscará otro cargo público o quiere ser abuelo?
(Risas) Primero, quiero ser abuelo para que los nietos me encuentren con algo de energía. Imagínese que me encuentren sin energía y que les digan: ¡Vea, su abuelo fue un hombre muy enérgico! No van a creer. Quiero ser candidato a luchar hasta el último día de mi vida por el bienestar de Colombia y le pido a Dios que me ayude a no fallarle como ex presidente.

¿Cómo imagina que lo recordarán las nuevas generaciones?
He procurado para las nuevas generaciones, a lo largo de estos años, dos mensajes: uno de infinito amor por Colombia y otro de infinita preocupación para que esas nuevas generaciones puedan vivir felices en Colombia, para que no se tengan que ir del país expulsadas por la violencia o la falta de oportunidades. Para que, en el evento en que quieran salir de Colombia, lo hagan por su bienestar, por una oportunidad de preparación académica, por otra oportunidad, pero no expulsados de la patria.

Desde hace muchos años usted sabe en qué lugar de Venezuela están algunos cabecillas de las Farc. ¿No se va con nostalgia de no haberlos capturado?
Yo no entiendo por qué, existiendo tanta claridad en las normas del derecho internacional, estos terroristas no han sido capturados. Yo sí me voy con la tristeza de que estos terroristas sigan con la capacidad de hacer daño y desde el extranjero. Por ejemplo, este operativo reciente de nuestra Armada y de nuestra Fuerza Aérea contra esa columna que venía a la retoma de los montes de María lo deja a uno con mucha preocupación.

Ellos hicieron una gran inteligencia y un gran operativo, ¡qué tal que no! Es que la región de los montes de María es muy sensible para el país entero y eso ha tenido una gran influencia en el Caribe colombiano, porque es un lugar estratégico. Prácticamente los montes de María empiezan en Cartagena. Imaginen ustedes el daño para la recuperación del país en turismo, en inversión, en tranquilidad. Para todo ese campesinado de los montes de María tan maltratado.

¿Debe Colombia renunciar a atacar esos líderes guerrilleros en otro país?
La prioridad siempre tiene que ser que se apliquen las normas del derecho internacional. Un bombardeo como el realizado contra 'Reyes' es un acto de un 'Estado de necesidad' para defender al pueblo colombiano, pero no es lo aconsejable, porque se da una mala interpretación. Cuando uno lo que quiere es proteger al pueblo colombiano contra un terrorista, se da la mala interpretación de que está maltratando al territorio del hermano país. Y yo repito: nuestro interés, nuestra intención nunca fue maltratar al hermano pueblo ecuatoriano. Por eso yo pedí perdón y de corazón lo reitero: nuestro único interés fue defender al pueblo colombiano ante un 'Estado de necesidad' que nos creaba un terrorista.

¿No le gustó esa invitación al presidente venezolano para que venga a la posesión?
Hombre, esos son temas de ustedes, queridos amigos. Sigan con los temas míos y de Gobierno.

Cuando usted pone en una mano lo que le dejó como éxito político interno el ataque a 'Reyes' y en otra, el déficit en política exterior que eso le generó, ¿qué prefiere?
No, queridos amigos, yo nunca hago esos cálculos. Cuando uno está trabajando por el bien de la patria, sólo piensa en el interés superior de sus compatriotas y no en esos cálculos. En este caso, como en otros, yo habría podido salvar las dificultades diplomáticas pidiendo renuncias, pero ¿en qué habría quedado la voluntad de las Fuerzas Armadas de seguir avanzando en la lucha contra el terrorismo si el Presidente de la República no asume responsabilidades y las trata como fusibles que se queman y se retiran para evitar dificultades diplomáticas o políticas?

¿Cuál es el municipio que usted recuerda con más cariño?, ¿alguna frase le quedó grabada en la memoria?
Para mí la posibilidad de haber dialogado estos años con mis compatriotas ha sido un cielo en la tierra. Muy grato. He sentido un amor por todas las regiones de Colombia, inmenso amor. Me pasa algo con Colombia: la única tristeza que me da cuando llego a un sitio es tener que salir de ahí. Este país es muy bello, la verdad es que, se lo he dicho a los ministros y a los compañeros de comitiva, ¡qué tristeza no podernos quedar a dormir aquí! Esta patria es muy bella, muy afectuosa.

¿Cosas que me hayan dicho por ahí los compatriotas? Hace poco fui a visitar a una amiga a una clínica de Medellín y entró una señora compañera de una tía mía, una tía mía bastante mayor. La señora, alta ella, elegante, me dijo: ¡Álvaro Uribe, yo soy compañera de tu tía en tal parte! Y dije: pero tú estás muy joven y muy bonita. Y dijo: ¡Mijo, es que tú sigues siendo muy galante! De pronto unas paisanas se me arriman y me dicen: ¡Ay, Álvaro Uribe!, cómo estás de gordo, mira como estás de flaco, la otra me dice: ¡Te acabaste, mira ese pelo blanco! (Risas) Me lo dicen en la calle, muy espontáneamente.

¿Cuál es la cifra más importante que les deja a los colombianos?
A mí no me preocupan las cifras buenas: me angustian las cifras malas

¿Cuáles, Presidente?
Por ejemplo, la circunstancia de que nosotros todavía tengamos más de 15 mil asesinatos. Yo quise haber llegado a un desempleo no superior al 8% y para allá íbamos, pero sobrevinieron dos crisis: la de la economía internacional y la crisis particular con la hermana república de Venezuela. Y cuando ese desempleo venía para abajo, ¡había bajado al 10,7%! Nosotros teníamos mucha esperanza de que ya iba a llegar al 8%. Ya habíamos tenido un mes del 9%. Y se nos volvió a subir. Pudimos evitar una catástrofe, porque iba nuevamente para el 16%. Lo logramos parar en el 12%, y yo creo, por lo que veo en la economía, que en año y medio el país puede tener una cifra de desempleo muy distinta.

¿Qué otras cosas habría emprendido si hubiera tenido más tiempo para gobernar?
En este discurso que escribí para la instalación del Congreso me puse a hacer un recuento de muchas cosas pendientes, porque el país no está en el paraíso. Este Gobierno lo que deja, diría yo, son unas semillas positivas, pero en el país no corren ríos de leche y miel, deja tres huevitos, a lo que yo me he referido amablemente, y por supuesto hay muchas cosas pendientes.

¿Va a dormir más tiempo?
El tema en mi metabolismo no es de dormir más horas, sino de poderme acostar más temprano. Cuando yo estoy en la finca el primer día me acuesto muy temprano.

¿A qué hora?
El primer día me acuesto a las 9 de la noche y me levanto a las 6 de la mañana, cansado. Pero ya el tercer día me estoy acostando a las 8 de la noche y me estoy levantando a las 4 de la mañana, con la cabeza totalmente fresca.

¿Alguna noche de estos ocho años se desveló pensando en alguna cosa grave?
Claro que tuve muchos desvelos. Muchísimos. Al principio llamaba a muchos de los compañeros de Gobierno con pena.

¿A las 2 de la madrugada?
Sí, después el Blackberry me evitó las llamadas y les ponía un mensajito.

¿Alguna vez se le fue la mano regañando a un ministro o a algún funcionario?
Yo lo reconsidero permanentemente porque siento por ellos mucho afecto. Esas disparadas las recojo con afecto permanente.

¿Cuál escándalo es el que más lo ha indispuesto?
No, a todos se les ha dado la cara, se han enfrentado. La verdad es que las horas amargas, de pronto, por injusticias, frente a ellas yo tengo lo siguiente: hay que hacer la defensa del Gobierno, de la buena fe, de la transparencia, hay que procurar toda la objetividad, pero no llevar en el equipaje amarguras. El equipaje que yo me quiero llevar el 7 de agosto es un equipaje de afecto y de gratitud por todos los colombianos.

¿Quién es su asesor en tecnología: sus hijos?
Eso uno aprende... Ahora, Jerónimo está advertido de que tiene que actualizarme en Excel. Tiene que actualizarme en unas situaciones financieras, en unas simulaciones, las primeras semanas, a partir del 7 de agosto.

¿Y Twitter y todo eso?
Me tengo que poner más barberito.

¿Qué consejos les dejaría a los próximos presidentes de Colombia?
No, simplemente, goticas de amor por Colombia. Cuando se toman goticas de amor por Colombia, se supera el cansancio, se elimina la noción de dominicales, de lunes festivos, de vacaciones, se trabaja alegremente por la patria en todos los momentos. Ahora: nosotros hemos trabajado un esquema que ustedes conocen, que yo llamo el triángulo de la confianza. El tema de la seguridad, de la promoción de la inversión, de la política social; y debajo de ese triángulo de confianza, seis elementos fundamentales para el desarrollo: construir empleo de buena calidad, superar pobreza (que yo creo que son válidos para la patria).

Ahí viene el tercer punto: acceso a mercados. Y cuando uno va a los mercados surge una pregunta: ¿hay manera de ser competitivo? Y para ser competitivo se requiere la innovación productiva. Ahí está el cuarto elemento: ¿cómo se logra una innovación productiva? Se sustenta solamente en una revolución educativa permanente, que encabeza la política social. Ahí está el quinto elemento. Y una situación específica que Colombia tiene que superar: el desatraso. Tiene que realizar el desatraso en infraestructura.

¿Por qué no nos cuenta, de verdad, a qué se va a dedicar?
En cualquier circunstancia lo que le pido a Dios que me avive hasta el último día de mi existencia es querer a Colombia y que en cualquier actividad que yo desempeñe tenga en mente que le sea útil a Colombia.

¿Pero descarta lo público, Presidente?
Cualquier cosa que pueda hacer, que le sea útil a Colombia. Me preocupa que hayan venido a las 7 de la mañana, porque a esta hora no tengo la mente preparada.

¿Por qué decidió volverse un campeón en una cosa que nos incomoda a los periodistas: no responder preguntas?
No, lo que pasa es que les tengo pánico. Eso de venirse a las 7 de la mañana, cuando yo todavía tengo la mente confusa... es muy difícil defenderme de ustedes.

¿Cuál cree usted que es la crítica más injusta en estos 8 años?
Muchachos, eso lo analizan ustedes. Lo que sí quiero hacer muy sentidamente es enviar un saludo lleno de respeto a todos los lectores de EL TIEMPO, a todas las personas que trabajan con ustedes, a los trabajadores, a los periodistas, a los columnistas y a los directivos.

¿Inclusive a los que lo incomodaron?
Pues hombre, lo que pasa es que, como yo soy mal lector, uno ni sabe. La crítica constructiva hace parte de la deliberación constructiva. Yo creo mucho en la deliberación constructiva. Esa es muy importante y esa no tiene por qué enturbiar el afecto, esa no tiene por qué maltratar la fraternidad. La crítica constructiva, al contrario, es una expresión de honradez, de ánimo y de colaboración, que fertiliza la fraternidad.

Pero también se le salía a veces el mal genio, Presidente.
No creo...

¿Va a ser alcalde de Bogotá?, ¿estará en el gabinete del presidente Santos?
Voy a ser cooperante.

¿Con celular?
Les voy a decir dos cosas importantes. Hay un estudio de la Universidad de los Andes que me trajo el doctor Santiago Montenegro, que muestra cómo la ampliación de la cobertura del celular en Colombia ha ayudado mucho a la seguridad. Porque eso nos ha ayudado a tener la información a tiempo. Segundo, este ha sido el Gobierno de la seguridad, pero no del armamentismo. Al contrario, hemos trabajado en el desarme de las ciudades colombianas. Qué importante eso. Entonces, para significar eso, yo digo: voy a pedirle al presidente Santos permiso para ser cooperante, pero solamente portando un celular. Trabajar con la Fuerza Pública y ayudarle al mismo tiempo a desarmar la comunidad.

¿Está planteando el celular como nueva arma para la seguridad?
Es que ayuda muchísimo. En las ciudades donde está bien organizada esa telefonía, el 123 u otros teléfonos para llamar a la Fuerza Pública, eso ayuda muchísimo. Y si cada ciudadano se compromete con un equipo de comunicación a ayudarle a la fuerza pública, y en la Fuerza Pública hay diligencia para responder, las cosas pueden mejorar mucho.

¿Qué está haciendo usted por el celular: consiguiendo información, leyendo?
Tengo Twitter, por ahora me ayudan César Mauricio, Ruby...

¿Tiene Faceboock?
No, no tengo Faceboock... ¿O sí?

¿Y qué más está haciendo?, ¿envía muchos mensajes?
Sí, claro, mucho mensaje a los compañeros de Gobierno. Van y vienen. Yo creo que contesto no menos de 150 mensajes en el día.

¿Personalmente?
Sí. Me propuse contestar yo mismo. No he podido manejar el correo electrónico. Manejo el mensaje de texto y el chat. Y me propuse también contestar todas las llamadas telefónicas que entran al conmutador de la Presidencia para mí. En estos días tengo que sacar un tiempo, porque yo creo que tengo un atraso en 80 llamadas y quiero decir el 8 de agosto: hasta ayer, que fui presidente, procuré responder casi todas las llamadas que al conmutador de la Presidencia hicieron mis compatriotas. Hoy, tengo un atraso, pero en estos diítas me pongo al día.

Se ha comenzado a hablar de una candidatura del vicepresidente Santos a la Alcaldía de Bogotá. ¿Cómo ve esa posibilidad?
Es una gran opción para la alcaldía de Bogotá y para lo que sea. Por su inteligencia, su espontaneidad, su patriotismo, su energía. Porque es leal, afectuoso, quiere a la ciudadanía.

¿Y usted lo acompañaría?
En lo que sea. Porque salgo de aquí con inmensa gratitud y con inmenso afecto por el Vicepresidente.

¿Y Andrés Felipe Arias para Antioquia?
De lujo para lo que lo pongan. Ojalá esos liderazgos el país no los despilfarre.

Fotos curiosas de Uribe

martes, 13 de julio de 2010

El Salvador: Funes debe gobernar más allá de los índices macroeconómicos

Tomado de Diario El Mundo


Arturo Cruz: “El gobierno necesita gasolina”

Lunes 12 de Julio de 2010
Por Lafitte Fernández

Diario El Mundo

“Creo que ni la ARENA reducida a ser solamente la expresión de los empresarios, ni el FMLN como expresión exclusiva de un cambio radical e incierto, tienen futuro como los partidos dominantes, ya que no estarían encajando con las aspiraciones de la mayoría del cuerpo social en El Salvador”

Habla directo, sin conjugaciones parcheadas. Además, cuando coloca su artillería y desplaza su juicio crítico sobre los problemas centroamericanos, acaba siendo uno de los mejores analistas de la región.

Arturo Cruz, nicaragüense de origen, profesor del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), siempre camina por la vida con hojas sueltas en las que escribe los mejores consejos para interpretar realidades como la salvadoreña.

Hace pocos días sorprendió a un importante grupo de industriales porque les dijo que, este país, no quiere candidatos presidenciales que vengan del pensamiento del socialismo del siglo XXI ni tampoco representantes de la clase empresarial o de los grupos más adinerados.

Cruz está convencido que este país quiere candidatos que vengan de la clase media o de los mismos sectores sociales de donde obtuvieron las gallas electorales el gobernante Mauricio Funes o Elías Antonio Saca.

Tras advertir que la mayoría de los salvadoreños pertenecen a esa clase media o aspiran a ser clase media, Arturo Cruz es de los que estiman que, ni ARENA, con su desmoronamiento interno, ni el FMLN, con sus radicalismo, tendrán un futuro que les garantice el resorteo de ese sector social.

El profesor del INCAE fue nombrado, recientemente, como miembro de uno de los consejos más importantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), junto a figuras como los ex gobernantes Ricardo Lagos de Chile y Óscar Arias Sánchez de Costa Rica. Washington, la sede del FMI, no es una capital extraña para él. Ya pasó ahí casi dos años como embajador del gobierno de Daniel Ortega.

¿Cómo sortear la crisis, producir y redistribuir a la vez? ¿Cuáles cree que deben ser los caminos del Presidente Funes para vencer en esas grandes batallas?

La magnitud de la crisis por la que pasa El Salvador se refleja en el comentario de un agudo analista salvadoreño quien después de ver los resultados electorales de marzo del 2009, me dijo, “este es el mejor momento para perder y el peor momento para ganar”. En el 2009, el PIB real cayó en -3,3%, desplomándose ese año el consumo, la inversión, las exportaciones y las importaciones.

¿Y qué perspectivas hay?

Las perspectivas económicas para el 2010 y el 2011 continúan siendo desalentadoras, con un crecimiento esperado de menos del 1,0% este año, y de 1,5% en el próximo. Todo esto con déficits fiscales que rondan 5 puntos del producto y una deuda pública que en dos años ha aumentado cerca de 10 puntos como porcentaje del PIB

¿Que hacer ante eso?

En estas circunstancias económicas tan difíciles, algunos economistas y organismos financieros internacionales recomiendan que la presión tributaria pase del 13,2% del PIB en el 2009 a 14,9% en el 2011.

¿Pero eso sólo arregla la parte fiscal?

Un país como El Salvador, cuyos principales motores son las remesas, el turismo y las maquilas, solo puede salir de su letargo si la economía de los Estados Unidos se recupera aceleradamente. Mientras tanto el Presidente Funes tiene que garantizar la estabilidad macroeconómica, manteniendo ese equilibrio tan difícil entre exigencias sociales y posibilidades.

¿Cuánto cree que durará el todavía considerable capital político del Presidente Funes, tomando en cuenta el enredo fiscal del El Salvador y las exigencias ciudadanas crecientes?

La pretensión que el Presidente Funes gobierne recortando el gasto y subiendo impuestos, sin el espacio para repartir confites, no es sostenible. Los Estados Unidos y los organismos financieros tienen que ir más allá del Stand By con el FMI y el apoyo tan necesario de todas estas instituciones, incluyendo de parte de los EE.UU. una segunda cuenta del milenio y fondos de operaciones especiales como los que le fueron otorgados a El Salvador durante los años ochenta, cuando la economía del país no tenía viabilidad en el corto plazo. De otra manera, la tentación de los fondos venezolanos será cada vez mayor.

De alguna manera, los sectores más duros del FMLN estiman que Funes debe impulsar cambios más agresivos y, quizá, mas rápidos e intrépidos. ¿Crée que eso es posible en El Salvador que conoce hoy?

Es lógico que los duros del FMLN le exijan a Funes cambios que ellos saben muy bien son inaceptables para el Presidente Funes, quien al menos, desde mi punto de vista, se identifica con la socialdemocracia, lo que significa que está con las reformas por el lado de la distribución y no a favor de los cambios radicales por el lado de la producción. También para la izquierda dura es una forma de “posicionarse” para las próximas elecciones, alegando que los proyectos reformistas están agotados y que la única salida real son los cambios de raíz.

Después de aplicar el consenso de Washington, de aplicar reformas privatizadoras durante la administración Flores, el Presidente Saca orienta a ARENA hacia lo social. ¿Debe Funes profundizar este proceso?
Por supuesto, aunque suene paradójico, es la única forma de, precisamente, consolidar, políticamente las reformas económicas impulsadas por los presidentes Cristiani, Calderón y Flores. Si no le va bien a Funes en esta tarea, el gran perdedor es la llamada reforma neoliberal.

Volvemos al principio: ¿Cómo hacer ese proceso en medio de una fuerte crisis fiscal, con un Estado que raspa la olla y una clase media cada vez más demandante?

Una vez más, al Presidente Funes se le piden programas que se ejecuten exclusivamente sobre la base de destrezas gerenciales, sin los recursos necesarios. Es cierto que un Honda gasta poca gasolina para correr eficientemente, pero necesita gasolina. Lo que me lleva a insistir en mi respuesta a tu primera pregunta, no se le puede pedir al Presidente Funes que gobierne solo con una macroeconomía estable, y solo con los programas de las multilaterales, se necesita también a manera de ejemplo, una segunda cuenta del milenio.

¿Cree que este país ha establecido, con la elección de Saca y Funes, un perfil para sus predilecciones electorales? ¿Este es un país que quiere candidatos que reflejen una clase media y no una clase empresarial o socialista del siglo XXI, para colocar los dos extremos?

Yo soy un convencido que la mayor parte de la sociedad salvadoreña o es clase media o aspira a ser clase media. Por eso me atrevo a afirmar que los votos de Funes también pudiesen ser votos de Saca y viceversa, y en estos votos incluyo buena parte de los llamados votos duros del FMLN y ARENA. Los salvadoreños se ven ellos en las figuras de Funes y Saca. La popularidad del Presidente Funes es un reflejo del ciudadano de a pie apoyando a un presidente que defiende sus intereses, sin ser instrumento “de los comunistas” o “de los ricos”, aunque idealmente sin pelearse demasiado con ellos.

¿Crees que hay signos suficientes en esta sociedad salvadoreña para que los empresarios se retiren del dominio de un partido y le deje esta tarea a políticos e intelectuales, entre otros?

Este no es el mejor momento, al menos si nos guiamos por las encuestas, para los empresarios estar visiblemente inmiscuidos en la política. Con esto no estoy diciendo que dejen de ser ciudadanos o que no defiendan sus legítimos intereses vía sus grupos de presión. Pero sí creo que en la política salvadoreña los que tienen sus orígenes en los sectores medios son los llamados a dominarla, ejerciendo liderazgo como en su momento lo hizo Napoleón Duarte con la Democracia Cristiana de otrora.

¿Le mira futuro a ARENA después de su atomización y la pérdida de las elecciones? ¿Qué camino debe seguir?

Una vez más, según las encuestas, ARENA no está pasando por su mejor momento. Y como no va a ser así, si hoy corre el riesgo de quedar reducida a su piso mínimo, sin contar en sus filas a alguien como Antonio Saca, quien fuese el candidato y el presidente de la clase media, y quien le inyectase a la política salvadoreña una energía pocas veces vista. El debilitamiento de ARENA, debo enfatizar, es motivo de gran preocupación, puesto que ha sido el partido estelar la de la democracia salvadoreña y garante de las reformas económicas a favor de la iniciativa de los privados. En parte, la renuencia de los inversionistas a arriesgar sus capitales obedece precisamente a la incertidumbre política generada por este debilitamiento de ARENA que puede terminar - lo que no estoy prediciendo - en la debacle del mismo.

¿Y a la izquierda dura, pro chavista?

Creo que ni la ARENA reducida a ser solamente la expresión de los empresarios, ni el FMLN como expresión exclusiva de un cambio radical e incierto, tienen futuro como los partidos dominantes, ya que no estarían encajando con las aspiraciones de la mayoría del cuerpo social en El Salvador.

¿Debe El Salvador recrear su política y sus partidos después de la crisis que observamos?

El escenario político de El Salvador inevitablemente será recreado, contando con ARENA, FMLN, PCN, DC, Gana y los que se identifican con los Ciudadanos por el Cambio, movimiento que junto con Gana, pueden ser el embrión de un nuevo partido. Hoy por hoy, esta dispersión de partidos lo que se refleja en los votos del Parlamento, le puede resultar funcional al Presidente Funes quien puede gobernar forjando alianzas cambiantes. Lo que queda por verse es a qué partido, o coalición de los mismos, le pertenece el futuro electoral en el 2012, pero de manera muy especial en el 2014.

jueves, 1 de julio de 2010

El Salvador requiere un gran acuerdo nacional

Tomado de Long Island al Dia

Foto tomada durante el acto oficial para conmemorar el Día del Veterano, posando junto a Veteranos Militares Salvadoreños y Estadounidenses

Servicios de long Island Al Día
www.Lialdia.com
Jesús Ríos- Editor

Hace un año, el ingeniero Luis Montes Brito comenzó una labor informativa y de opinión a través de la creación de su blog Compartiendo mi opinión, en donde se realizan análisis de la realidad Mundial, se involucran detalles de la vida en EE.UU, se contrastan con la experiencia de los Salvadoreños en el exterior y se observa la realidad del país centroamericano, en momentos en los que se generan interesantes acontecimientos en su vía política.

El ingeniero Montes, se desempañó como cónsul de El Salvador en Long Island y Miami y ocupó el cargo de Vice ministro de los Salvadoreños en el exterior.

Lialdia. Ingeniero un año después de la incursión de Compartiendo Mi Opinión, cuál es el balance que le deja en su estructura académica y personal este tiempo de poder compartir sus experiencias y opiniones con sus lectores?

Lea la entrevista completa de click aquí