martes, 13 de julio de 2010

El Salvador: Funes debe gobernar más allá de los índices macroeconómicos

Tomado de Diario El Mundo


Arturo Cruz: “El gobierno necesita gasolina”

Lunes 12 de Julio de 2010
Por Lafitte Fernández

Diario El Mundo

“Creo que ni la ARENA reducida a ser solamente la expresión de los empresarios, ni el FMLN como expresión exclusiva de un cambio radical e incierto, tienen futuro como los partidos dominantes, ya que no estarían encajando con las aspiraciones de la mayoría del cuerpo social en El Salvador”

Habla directo, sin conjugaciones parcheadas. Además, cuando coloca su artillería y desplaza su juicio crítico sobre los problemas centroamericanos, acaba siendo uno de los mejores analistas de la región.

Arturo Cruz, nicaragüense de origen, profesor del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (INCAE), siempre camina por la vida con hojas sueltas en las que escribe los mejores consejos para interpretar realidades como la salvadoreña.

Hace pocos días sorprendió a un importante grupo de industriales porque les dijo que, este país, no quiere candidatos presidenciales que vengan del pensamiento del socialismo del siglo XXI ni tampoco representantes de la clase empresarial o de los grupos más adinerados.

Cruz está convencido que este país quiere candidatos que vengan de la clase media o de los mismos sectores sociales de donde obtuvieron las gallas electorales el gobernante Mauricio Funes o Elías Antonio Saca.

Tras advertir que la mayoría de los salvadoreños pertenecen a esa clase media o aspiran a ser clase media, Arturo Cruz es de los que estiman que, ni ARENA, con su desmoronamiento interno, ni el FMLN, con sus radicalismo, tendrán un futuro que les garantice el resorteo de ese sector social.

El profesor del INCAE fue nombrado, recientemente, como miembro de uno de los consejos más importantes del Fondo Monetario Internacional (FMI), junto a figuras como los ex gobernantes Ricardo Lagos de Chile y Óscar Arias Sánchez de Costa Rica. Washington, la sede del FMI, no es una capital extraña para él. Ya pasó ahí casi dos años como embajador del gobierno de Daniel Ortega.

¿Cómo sortear la crisis, producir y redistribuir a la vez? ¿Cuáles cree que deben ser los caminos del Presidente Funes para vencer en esas grandes batallas?

La magnitud de la crisis por la que pasa El Salvador se refleja en el comentario de un agudo analista salvadoreño quien después de ver los resultados electorales de marzo del 2009, me dijo, “este es el mejor momento para perder y el peor momento para ganar”. En el 2009, el PIB real cayó en -3,3%, desplomándose ese año el consumo, la inversión, las exportaciones y las importaciones.

¿Y qué perspectivas hay?

Las perspectivas económicas para el 2010 y el 2011 continúan siendo desalentadoras, con un crecimiento esperado de menos del 1,0% este año, y de 1,5% en el próximo. Todo esto con déficits fiscales que rondan 5 puntos del producto y una deuda pública que en dos años ha aumentado cerca de 10 puntos como porcentaje del PIB

¿Que hacer ante eso?

En estas circunstancias económicas tan difíciles, algunos economistas y organismos financieros internacionales recomiendan que la presión tributaria pase del 13,2% del PIB en el 2009 a 14,9% en el 2011.

¿Pero eso sólo arregla la parte fiscal?

Un país como El Salvador, cuyos principales motores son las remesas, el turismo y las maquilas, solo puede salir de su letargo si la economía de los Estados Unidos se recupera aceleradamente. Mientras tanto el Presidente Funes tiene que garantizar la estabilidad macroeconómica, manteniendo ese equilibrio tan difícil entre exigencias sociales y posibilidades.

¿Cuánto cree que durará el todavía considerable capital político del Presidente Funes, tomando en cuenta el enredo fiscal del El Salvador y las exigencias ciudadanas crecientes?

La pretensión que el Presidente Funes gobierne recortando el gasto y subiendo impuestos, sin el espacio para repartir confites, no es sostenible. Los Estados Unidos y los organismos financieros tienen que ir más allá del Stand By con el FMI y el apoyo tan necesario de todas estas instituciones, incluyendo de parte de los EE.UU. una segunda cuenta del milenio y fondos de operaciones especiales como los que le fueron otorgados a El Salvador durante los años ochenta, cuando la economía del país no tenía viabilidad en el corto plazo. De otra manera, la tentación de los fondos venezolanos será cada vez mayor.

De alguna manera, los sectores más duros del FMLN estiman que Funes debe impulsar cambios más agresivos y, quizá, mas rápidos e intrépidos. ¿Crée que eso es posible en El Salvador que conoce hoy?

Es lógico que los duros del FMLN le exijan a Funes cambios que ellos saben muy bien son inaceptables para el Presidente Funes, quien al menos, desde mi punto de vista, se identifica con la socialdemocracia, lo que significa que está con las reformas por el lado de la distribución y no a favor de los cambios radicales por el lado de la producción. También para la izquierda dura es una forma de “posicionarse” para las próximas elecciones, alegando que los proyectos reformistas están agotados y que la única salida real son los cambios de raíz.

Después de aplicar el consenso de Washington, de aplicar reformas privatizadoras durante la administración Flores, el Presidente Saca orienta a ARENA hacia lo social. ¿Debe Funes profundizar este proceso?
Por supuesto, aunque suene paradójico, es la única forma de, precisamente, consolidar, políticamente las reformas económicas impulsadas por los presidentes Cristiani, Calderón y Flores. Si no le va bien a Funes en esta tarea, el gran perdedor es la llamada reforma neoliberal.

Volvemos al principio: ¿Cómo hacer ese proceso en medio de una fuerte crisis fiscal, con un Estado que raspa la olla y una clase media cada vez más demandante?

Una vez más, al Presidente Funes se le piden programas que se ejecuten exclusivamente sobre la base de destrezas gerenciales, sin los recursos necesarios. Es cierto que un Honda gasta poca gasolina para correr eficientemente, pero necesita gasolina. Lo que me lleva a insistir en mi respuesta a tu primera pregunta, no se le puede pedir al Presidente Funes que gobierne solo con una macroeconomía estable, y solo con los programas de las multilaterales, se necesita también a manera de ejemplo, una segunda cuenta del milenio.

¿Cree que este país ha establecido, con la elección de Saca y Funes, un perfil para sus predilecciones electorales? ¿Este es un país que quiere candidatos que reflejen una clase media y no una clase empresarial o socialista del siglo XXI, para colocar los dos extremos?

Yo soy un convencido que la mayor parte de la sociedad salvadoreña o es clase media o aspira a ser clase media. Por eso me atrevo a afirmar que los votos de Funes también pudiesen ser votos de Saca y viceversa, y en estos votos incluyo buena parte de los llamados votos duros del FMLN y ARENA. Los salvadoreños se ven ellos en las figuras de Funes y Saca. La popularidad del Presidente Funes es un reflejo del ciudadano de a pie apoyando a un presidente que defiende sus intereses, sin ser instrumento “de los comunistas” o “de los ricos”, aunque idealmente sin pelearse demasiado con ellos.

¿Crees que hay signos suficientes en esta sociedad salvadoreña para que los empresarios se retiren del dominio de un partido y le deje esta tarea a políticos e intelectuales, entre otros?

Este no es el mejor momento, al menos si nos guiamos por las encuestas, para los empresarios estar visiblemente inmiscuidos en la política. Con esto no estoy diciendo que dejen de ser ciudadanos o que no defiendan sus legítimos intereses vía sus grupos de presión. Pero sí creo que en la política salvadoreña los que tienen sus orígenes en los sectores medios son los llamados a dominarla, ejerciendo liderazgo como en su momento lo hizo Napoleón Duarte con la Democracia Cristiana de otrora.

¿Le mira futuro a ARENA después de su atomización y la pérdida de las elecciones? ¿Qué camino debe seguir?

Una vez más, según las encuestas, ARENA no está pasando por su mejor momento. Y como no va a ser así, si hoy corre el riesgo de quedar reducida a su piso mínimo, sin contar en sus filas a alguien como Antonio Saca, quien fuese el candidato y el presidente de la clase media, y quien le inyectase a la política salvadoreña una energía pocas veces vista. El debilitamiento de ARENA, debo enfatizar, es motivo de gran preocupación, puesto que ha sido el partido estelar la de la democracia salvadoreña y garante de las reformas económicas a favor de la iniciativa de los privados. En parte, la renuencia de los inversionistas a arriesgar sus capitales obedece precisamente a la incertidumbre política generada por este debilitamiento de ARENA que puede terminar - lo que no estoy prediciendo - en la debacle del mismo.

¿Y a la izquierda dura, pro chavista?

Creo que ni la ARENA reducida a ser solamente la expresión de los empresarios, ni el FMLN como expresión exclusiva de un cambio radical e incierto, tienen futuro como los partidos dominantes, ya que no estarían encajando con las aspiraciones de la mayoría del cuerpo social en El Salvador.

¿Debe El Salvador recrear su política y sus partidos después de la crisis que observamos?

El escenario político de El Salvador inevitablemente será recreado, contando con ARENA, FMLN, PCN, DC, Gana y los que se identifican con los Ciudadanos por el Cambio, movimiento que junto con Gana, pueden ser el embrión de un nuevo partido. Hoy por hoy, esta dispersión de partidos lo que se refleja en los votos del Parlamento, le puede resultar funcional al Presidente Funes quien puede gobernar forjando alianzas cambiantes. Lo que queda por verse es a qué partido, o coalición de los mismos, le pertenece el futuro electoral en el 2012, pero de manera muy especial en el 2014.

No hay comentarios:

Publicar un comentario