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sábado, 24 de abril de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL SILENCIO

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

En un mundo cada vez más ruidoso y alterado, encontrar un poco de silencio es un bálsamo, un resquicio de paz interior que nos ayudará a nuestra psiquis y también a mejorar nuestra salud corporal en general.

Pocas cosas están más subvaloradas que el silencio. Ponerle un “mute” a los sonidos de nuestra vida cotidiana, aunque sea por un breve espacio, puede provocar grandes beneficios. Entre otras cosas, el silencio nos permite pensar profundamente en las cosas de la vida. Sirve para limpiar el espíritu. El silencio descansa, nutre y nos mimetiza con la naturaleza. Pero, además, por sobre todas las cosas, nos hace escuchar lo que nunca escuchamos: nuestro interior. Otra gran virtud es que nos permite oír al resto, algo que en el afán de hablar y desarrollar nuestro discurso habitualmente dejamos de lado.   

 

“Nunca rompas el silencio si no es para mejorarlo”, dijo alguna vez el genial músico Ludwig van Beethoven, quien curiosamente tenía problemas de sordera.

 

Pero la sociedad moderna y sus hábitos ya instalados casi que nos obligan a romperlo constantemente. Cada vez más nos llenamos de ruidos a nuestro alrededor por temor a que el silencio nos haga sentir solos o nos recuerde cosas que no podemos aguantar. Le escapamos a esa sensación para evitar que despierte en nosotros naturalezas ya enterradas y que con el silencio vuelven a aflorar.  

 

La invasión de ruido del mundo exterior nos hace que, a menos que lo provoquemos intencionalmente, sea difícil encontrar momentos de silencio. Pero depende de nosotros. Apaguemos los aparatos electrónicos y los electrodomésticos para desconectarnos por un rato.  

 

La sensación de bienestar que genera el silencio la podemos apreciar al entrar en una iglesia, en un retiro espiritual, en la quietud de un museo, en la tranquilidad de una sala de biblioteca o en la soledad de la noche. Son, sin duda, momentos indescriptibles. 

 

El silencio no solo nos hace encontrarnos con nosotros mismos, sino que evita otros problemas de salud. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en estudios realizados en países de ingresos medianos y altos, se desprende que casi el 50% de los adolescentes y jóvenes (12 a 35 años) están expuestos a niveles perjudiciales de ruido por el uso de aparatos de audio personales y que alrededor del 40% reciben niveles de ruido potencialmente nocivos en lugares de ocio.

 

En ese sentido, el silencio contribuye a nuestra salud en muchas formas, especialmente en la reducción del estrés. Según un estudio publicado en la revista Heart, dos minutos de silencio alivian la tensión en el cuerpo y el cerebro debido a los cambios en la presión arterial y la circulación sanguínea en el cerebro. Pero también beneficia la química del cerebro, mejora el sueño y disminuye el riesgo de enfermedades cardíacas. 

 

Friedrich Nietzsche, gran filósofo alemán, solía decir que “el camino a todas las cosas grandes pasa por el silencio “. Es fundamental aclarar que el concepto del silencio no necesariamente se refiere a la ausencia de sonidos. Hay otras cosas que podemos considerar silencios como la meditación, sumergirnos en un buen libro o dejarnos seducir por una música suave. Básicamente es apagar los sonidos que nos distraen de una forma consciente para dejar flotar el inconsciente.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.   

sábado, 10 de abril de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: GENERACION DE CRISTAL

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

 

Son frágiles emocionalmente, transparentes, duales, muy informados, tecnológicos… Tienen entre 18 y 25 años, son hijos de padres de la Generación X y los llaman la Generación de Cristal. 

Ese término, que cobró tanto auge últimamente, fue acuñado por la filósofa española Monserrat Nebrera. “Por todo reclaman, por todo se quejan, por todo lloran”, los describen algunos, que incluso utilizan ese apodo en forma peyorativa.

En los Estados Unidos, por ejemplo, además de ser jóvenes muy cuidados y que están bastante informados por la tecnología, desean hacer cambios en la información de generaciones pasadas como una forma de evitar problemas de discriminación por razas o inclinaciones sexuales.

Han llegado al punto de querer quitar terminologías de libros o películas que fueron escritos en tiempos pasados como una forma de evitar que los niños lo hereden y lo sigan replicando.

Sin embargo, no se dan cuenta que la discriminación es parte de la naturaleza humana y más conveniente sería la educación de los padres que quitar simplemente la información no deseada.

Lo mismo ha pasado con la sexualidad humana y hemos visto cómo ahora se habla con más aprendizaje y los jóvenes procuran utilizar la misma de una forma responsable. 

Un error bastante común es confundir a la Generación de Cristal con millenials y centennials, sobre todo porque confluyen en el mismo rango de edad.

Pero los de “Cristal” son un grupo más selecto y con características muy particulares, entre ellas la de siempre estar manifestando -generalmente en plataformas digitales- sentimientos, opiniones, o quejas.

Por eso tampoco sorprende que sean defensores de causas globales como el cambio climático u otros movimientos, y de oponerse a las figuras de autoridad, ya sean padres, instituciones y el Estado mismo.

Ese perfil calza a la perfección con el de la activista ambiental sueca Gretha Thunberg, de 18 años, probablemente la abanderada de esta Generación de Cristal.

Quizás el rasgo más marcado sea el de la inestabilidad, y es algo que no solo tiene que ver con la edad.

Puede que esto se manifieste en su personalidad, ya que sus padres los consintieron bastante y han vivido una vida más privilegiada que sus antecesores con tanto adelanto tecnológico.

Eso sí, sus acciones tienen más impacto por su hábil manejo de las redes sociales, sobre todo en temas de ambientalismo o la lucha contra la discriminación.

A nivel laboral pueden contribuir a la competitividad y agilidad de las compañías.

De hecho, entre los perfiles clave que describe Tom Kelley, autor del bestseller “Las 10 caras de la innovación”, incluye varias características propias de esta generación como el aprendizaje. Es decir, personas que permanecen abiertas a nuevas perspectivas. 

Otro atributo es la organización, ya que se adaptan a las distintas situaciones; y también construcción, ya que aceptan la definición del problema y trabajan dentro de ella para mejorar.

Además, la Generación de Cristal tiene el autoestima alta, o por lo menos más alta que las generaciones anteriores, donde éramos marginados por nuestros mayores, no se nos permitía comentar y tener criterios propios. En aquella época se educaba más “al cincho, la chancleta o el golpe” que racionalizando con ellos, como sucede en la época actual.

En un par de décadas, esta Generación heredará el poder para gobernar el mundo y tendrá la posibilidad de demostrar que sus inquietudes son genuinas y sostenibles, no simplemente impulsos fugaces que se volatilizan en el aire.


 

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 27 de marzo de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: COVID EMOCIONES

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Un antes y un después! Definitivamente aquellos que han padecido el Covid-19 lo consideran un punto de inflexión importante en sus vidas.

Un motivo que puede provocar cambios sustanciales. La primera impresión cuando nos sabemos infectados es el clásico dramatismo del tipo "me voy a morir". Aparecen los primeros síntomas y con ellos también el pánico, asoman la angustia y la frustración y nos preguntamos: “¿por qué me toca a mí?”. A pesar de que el 99% de los enfermos superan dicha enfermedad, la duda se instala en cada uno de nosotros.

Si, por lo contrario, somos afortunados y lo tenemos con pocos o ningún síntoma, entraremos en una inevitable duda diaria. ¿Qué síntomas aparecerán? ¿Sigo en período de incubación? ¿Todavía falta lo peor? ¿A quién habré contagiado? ¿Qué secuelas tendré? Surgirán esas preguntas y también otras, incluso para muchos hasta el temor a la hora de vacunarse. 

El Covid-19 no solo afecta a nuestras vías respiratorias sino que, en forma mucho más sutil, impacta en nuestras emociones hasta transformarnos. Con su complejo comportamiento, este virus tiene la capacidad de convertir a la persona más segura de sí misma en un hipocondríaco de manual, de esos que siempre se sienten enfermos. 

Por lo contrario, si lo vencemos podemos ganar confianza en nosotros mismos y enfrentar la realidad de forma diferente. “Lo que no te mata, te hace más fuerte”, podría ser el lema. 

En fin, podemos volvernos timoratos o salir fortalecidos y decididos a comernos el mundo, dispuestos a afrontar todos los retos que la vida nos plantea desde una óptica distinta. 

Definitivamente hay una sensación mientras padecemos la enfermedad y otra, bastante diferente, después de superarla.

Pasamos de la angustia de morirnos a la satisfacción de ser sobrevivientes, sobre todo en una enfermedad en la cual sabemos puede afectar todos nuestros sistemas. 

En otros casos se pasa de la negación de la enfermedad, de las teorías conspirativas a ir en contra del uso de mascarillas hasta el convencimiento de que es real y hay que prevenirla siguiendo las disposiciones elementales como el distanciamiento social, uso de mascarillas, lavado de manos, etc.

Aun así, existe un buen porcentaje de gente que aún luego de padecer el Covid-19 sigue negando o minimizando la pandemia. Y más grave aún cuando estas personas son líderes de naciones como en Estados Unidos, México y Brasil. Si por algo se caracterizaron Trump, López Obrador y Bolsonaro fue por ser testarudos y no defender a sus pueblos como correspondía con medidas tan básicas como obligar el uso de las mascarillas. 

Pero a diferencia de esos líderes, gran parte de la población se ha vuelto más empática y solidaria con acciones concretas como ayudar en la distribución de mascarillas, alimentos, cuidado de niños y de hogares de los sanitarios que están trabajando en contra de la pandemia.

Además, por suerte, definitivamente se ha acabado aquella “caza de brujas” que perseguía y discriminaba a los que padecían la enfermedad o a los que luchaban contra de ella como médicos y enfermeros. 

Al final, tras un año de pandemia, somos destinos. Nuestros sentimientos han cambiado. El coronavirus nos hace entender lo débil de la humanidad y cómo nos igualan las enfermedades. 

Esta nueva realidad nos ha enseñado a que hay que apreciar la vida porque no sabemos cuándo se nos irá, y que lo que más felices nos hace no es el consumismo sino las cosas sencillas: la familia, nuestras mascotas, los amigos, y la grata sensación de ayudar a los más necesitados sin esperar nada a cambio.

  

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos 

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 13 de marzo de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CONDICIONES AMBIENTALES Y EDUCACION

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos


Pocas veces ponemos atención a las condiciones ambientales de las aulas en las que nuestros hijos estudian. Normalmente factores como la iluminación, la ventilación, los colores de las paredes e incluso la temperatura se minimizan o se consideran irrelevantes. Sin embargo, existen investigaciones que aseguran que determinados elementos -que pueden variar dependiendo el lugar y el clima- ayudan a mejorar la concentración y a acelerar el aprendizaje de los alumnos. 

En nuestro país no se puede decir que las condiciones ambientales son ignoradas, porque sería faltar a la verdad. Pero solo unos pocos acceden a ellas, y son aquellos estudiantes que acuden a instituciones privadas. Una elite, una minoría selecta. Todo depende del poder adquisitivo. No es casualidad que los colegios más onerosos son los más amplios, con mejores condiciones de luz, temperatura y espacios verdes. Si se pudiese replicar eso en más escuelas, y sobre todo las del entramado público, los alumnos irían con más deseo y aprenderían de una forma más apropiada.

 

De hecho, en los centros escolares públicos no solamente falla el ambiente estructural sino que los propios alumnos van muchas veces sin haber desayunado apropiadamente. En varios países los gobiernos ofrecen desayunos gratuitos a modo de carnada con el propósito de que los estudiantes asistan al colegio. Aún así, el desinterés por el aprendizaje y la deserción escolar va en aumento, más con las condiciones precarias de las aulas y el alto índice delincuencial en derredor.

 

Desgraciadamente en Latinoamérica y en otros países subdesarrollados no es prioridad educar, ni tampoco la salud. Los gobiernos prefieren enfocarse en llevar a cabo acciones que sean más visibles y donde puedan realizar mejores negocios para los gobernantes. 

No les interesa preparar una población más educada y que luego pueda dedicarse a analizar más sus gobiernos. Prefieren entregar algunos regalitos en época de campaña electoral.

 

En Dubái, recientemente se hizo un experimento muy interesante. En 162 aulas, los profesores instalaron una pared llena de plantas y el número de alumnos con déficit de atención se redujo de forma drástica, cerca del 75%. “Tenías a niños a los que se les daba medicación para ayudarles a concentrarse, pero no la necesitaban. Lo que necesitaban era un aula mejor”, explicó Stephen Heppell, británico especialista en innovación educativa catedrático en la Universidad de Bournemouth. “Mucha gente cree, por ejemplo, que es una locura llenar una clase con plantas. Pero sabemos que en un aula tradicional, con la puerta cerrada y 25 alumnos dentro, tras una hora y media la cantidad de CO2 en el aula, en términos de partes por millón, está por encima del nivel adecuado y perjudica la concentración”, agrega Heppell. 

 

En El Salvador, salvo excepciones, no se aprovecha la tecnología en función de la educación, y esas deficiencias quedan al desnudo en estos tiempos de pandemia, donde todos están obligados a tomar clases virtuales a pesar de que la mayoría de estudiantes no cuentan con computadoras ni redes de internet.  ¿Por qué no se invierte en eso? Porque es una apuesta a largo plazo y en general los gobiernos desean inversiones que les produzcan un impacto inmediato y se puedan publicitar en época electoral.

 

No siempre fue así. En El Salvador, durante la gestión del ministro Walter Béneke, se invirtió en mejores infraestructuras y uso de televisores y estudios de grabación para la Televisión Educativa. La respuesta fue muy positiva, pero al cambiar el gobierno no hubo continuidad en el proyecto y todo el esfuerzo quedó en el olvido. Algo similar ocurrió en Venezuela, donde se creó un ministerio de desarrollo de la inteligencia con programas ya comprobados para promover el aprendizaje, el pensamiento y la lógica, pero al final corrió la misma suerte que el nuestro: cambio de gobierno, fin de la iniciativa. 

 

Cuidar los detalles de las aulas puede hacer la gran diferencia. No solo la temperatura ideal, que debe ser entre 19 y 21 grados, sino también la luz y el aire, por no mencionar la acústica del lugar. En Australia y en otras partes del mundo donde las temperaturas son muy altas, las aulas tienen las ventanas abiertas y el aire entra y sopla por todo el edificio. “Puede ocurrir que un colegio se haya gastado mucho dinero en aire acondicionado, pero el aire es demasiado seco. Y la humedad es buena para el cerebro”, describió Heppell.

 

Steve Higgins, profesor de la Universidad de Durham (Reino Unido), escribió un ensayo sobre 'El impacto de los ambientes educativos', donde explica que "ambientes de aprendizaje extremadamente pobres tienen un efecto negativo en los estudiantes y el personal docente", así como que, al mejorarlo, "se obtienen beneficios significativos".

 

A pesar de la evidencia, nuestras aulas están lejos de considerarse óptimas y nadie parece tener intención de hacer algo para que esta realidad empiece a cambiar. En medio de salas derruidas, ambientes sofocantes, pésima iluminación, energía eléctrica intermitente y cero conectividad, nuestra infraestructura educativa lamentablemente es una invitación permanente a la deserción escolar.  

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 27 de febrero de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: BURBUJAS, HELICOPTEROS, AGENDAS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

Las estadísticas no mienten: en el mundo cada vez hay más padres sobreprotectores a la hora de educar a sus hijos.


Por temor, excesiva precaución o lo que fuere que impulse a sus padres, los niños de hoy disponen de menos libertad que los de antaño y cada vez son más dependientes de sus padres.

 

Esta tendencia global ha propiciado nuevos términos psicológicos como “niños burbuja”, “padres helicópteros” o “madres agendas” que aquí trataremos de identificar. 

 

En realidad, cuando se refieren a un “niño burbuja” describen a aquellos a los que sus padres mantienen bastante aislado de cualquier problema o situación de frustración que puede darse a su alrededor. También son los que cuidan en exceso su integridad física, muchas veces no dejándolos participar en juegos, actividades o paseos que creen que pueden terminar lastimándose. 

 

Si existe un “niño burbuja”, gran parte de la culpa será de un “padre helicóptero”. ¿Quiénes son estos? Se trata de los progenitores que monitorean todas las actividades, amistades y todo lo que tenga que ver con sus hijos, no dejando que estos interactúen sin su tamiz ni aprobación. 

 

Es decir, sin que sus padres hayan analizado primero las situaciones. Se les llama helicópteros porque están constantemente sobrevolando sobre sus hijos y todo lo que tiene que ver con ellos. 

 

Y la ecuación se cierra con las “madres agendas”. Son las que acostumbran a llevar al día las agendas de sus hijos, no importa si tienen 6 años y estén empezando la escuela o tengan 17 y estén a punto de graduarse.

 

Se sienten con la misión de revisar cada una de las tareas, actividades, calendarios y organizar cada uno de los días. Con esa obsesión por el control, el niño o joven jamás conseguirá autonomía y generará una dependencia hacia los padres que puede ser enfermiza.   

 

A veces el instinto de los padres para sobreproteger a sus hijos es inevitable, sobre todo si son primerizos o muy tardíos. Los motiva la inseguridad, el miedo a que algo grave les suceda. Pero está claro que la necesidad casi obsesiva por tener cada aspecto de la vida del niño bajo control es un gran error.

 

Pretender ofrecerles una vida perfecta, sin traumas y sin errores es propio de un mundo irreal, y tarde o temprano tendrán que afrontar la realidad. 

 

A raíz de esa sobreprotección, nuestros hijos han involucionado en muchos aspectos respecto a generaciones anteriores. Actualmente, y debido a que la sociedad es cada vez más peligrosa y a que nos enteramos hasta con un grado demasiado amplio de cualquier situación negativa, tendemos a sobreproteger más a nuestros hijos. Y ni hablar en estos tiempos de pandemia, por lo tanto criamos niños más débiles ante la vida o el mundo en el cual tendrán que desenvolverse. Seguramente su hijo puede manejar a la perfección cualquier teléfono celular, pero a la vez sea incapaz de montar una bicicleta, saber cómo cerrar un grifo o preparar un desayuno simple. 

 

Esto definitivamente hace a nuestros hijos más dependientes. 

 

Al ser hijos inseguros dependen más de sus padres y de cualquier otra persona que puede aconsejarle o protegerla de malas consecuencias. Desgraciadamente esto hará que mucha gente se aproveche de ellos y sus debilidades.  

 

Pero nada de esto supone un drama si la situación se detecta y se trata. Lo recomendable es trabajar una terapia con los padres, abuelos y grupo familiar para que permitan a los niños tener alivio de tanta sobreprotección. Esto implica llevar a cabo actividades que le pueden frustrar, pero que sin duda le servirán para madurar y analizar las consecuencias de sus actos y decisiones. 

 

Claro, a mayor edad de los hijos, más difícil será tratar de hacerlos independientes, ya que habrán interiorizado más todos estos defectos en su educación. Si educamos a alguien temeroso, aislado y demasiado consentido por su entorno, el golpe de la realidad puede ser muy grande, sobre todo cuando estalle la burbuja

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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 13 de febrero de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: NIÑOS ALTAMENTE DEMANDANTES (NO CONSENTIDOS)

 Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

El doctor William Sears, un pediatra estadounidense de gran renombre y autor de varios libros sobre crianza y medicina, acuñó un término que cada vez es más popular para definir una característica específica: niños de alta demanda.

¿De qué se trata? De aquellos niños que necesitan constantemente la presencia de sus padres, así como su aprobación, y tienen poco control de la frustración. 

 

Teniendo en cuenta que a temprana edad todos los niños son demandantes, probablemente nos lleve un tiempo descifrar si nuestro hijo reúne algunos de los aspectos que definen al “niño de alta demanda”. 

 

Según el Dr. Sears, hay una serie de características que, si se dan en casi su totalidad en la misma persona, representan un signo inequívoco de dicha patología. Por ejemplo, son intensos y expresan todo de forma extrema, tanto la alegría como el enfado o la pena. Son demandantes y necesitan atención continua. 

 

Muestran gran necesidad de contacto físico, exigen cariño, que duerman con sus padres. Además, son impredecibles; es decir que lo que funciona hoy puede que mañana no nos sirva. Tienen gran sensibilidad y perciben cualquier estímulo. 

Al mismo tiempo, son hiperactivos y absorbentes, siempre necesitan más y más. Se alimentan frecuentemente y solo eso les produce confort.

 

No duermen demasiado y se despiertan en la noche o hacen siestas cortas. La sensación que transmiten es de insatisfacción y no saben calmarse por sí solos. Necesitan de alguien más para tranquilizarse.

 

Una vez identificados, el rol de los padres es fundamental para tratarlos. Hay que procurar calmarlos, darles una atención extra, pero al mismo tiempo irlos reconfortando y reforzando su seguridad, su autoestima y su control de la frustración. La paciencia de los padres es un aspecto decisivo, lo mismo que el modo de enfrentar la situación: una predisposición y una actitud positiva siempre funcionan.

Lo  ideal es poder tener ayuda de un profesional, ya que los padres pueden verse desbordados y no saber dónde iniciar a poner la disciplina ni dónde fijar los límites. 

 

Es más, un niño de alta demanda puede influenciar en sus hermanos, sobre todo si es muy inteligente y manipulador. Por eso es importante la asesoría cuando los padres se pierden en el manejo conductual de estos niños y además ellos influyen negativamente en otros. Esta ayuda profesional, además, evitará el riesgo de sobreprotegerlo por parte de los padres. 

 

Mucho más recomendada es todavía en el caso de padres primerizos, ya que aquellos han tenido más hijos podrán notar la diferencia, comparar y poder ser más objetivos a la hora del diagnóstico.

 

Eso mismo le pasó al Dr. Sears, cuando el nacimiento de su cuarta hija le hizo replantearse algunas cosas. A pesar de los años de experiencia, el pediatra se vio desbordado por un temperamento difícil y resistente a todo lo que había funcionado para la crianza de sus anteriores hijos.

 

Básicamente lo que se necesita es identificar a los niños de alta demanda para poder comprenderlos y educarlos de la mejor manera posible, sin que sufran ellos y sin que sufran los padres.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

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Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

domingo, 31 de enero de 2021

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: COMO TE AFECTAN LOS RUIDOS NEGROS

Por Dra. Margarita Mendoza Burgos

En tiempos de Covid-19 es muy frecuente que cuando nos conectamos a la computadora para hacer teletrabajo o participamos de una teleconferencia nuestros oídos se vuelvan más sensibles y descubramos ciertos ruidos molestos que interfieren nuestra participación en plataformas como Zoom, Teams o Skype.

 


Sin duda que nos fastidiará si el vecino ha organizado una fiesta y tiene la música a todo dar, si el perro de al lado no deja de ladrar o si por la ventana se filtran los bocinazos que genera un enjambre de tránsito, pero hay otros ruidos, aparentemente imperceptibles, que pueden ser muy dañinos para la salud. 

 

Se les llama “ruidos negros”. Provienen principalmente de aires acondicionados, refrigeradoras y otros electrodomésticos que emiten infrasonidos a los que hay que prestarles atención. Son, como lo indica una investigación publicada en la revista International Journal of Occupational safety and Ergonomics, "frecuencias acústicas menores a 20 Hz que sentimos como ligeras vibraciones o percibimos como zumbidos, y cuya energía es absorbida por nuestro organismo".

 

Esto puede provocar desorientación, ansiedad, fatiga, pánico, alteraciones cardíacas, espasmos intestinales, náuseas, vómitos, ilusiones ópticas e incluso puede llegar hasta la pérdida de conocimiento.

 

La solución, por el momento, pasa por interesarse más en el tema y hacer conciencia. El mismo informe sugiere ciertas medidas arquitectónicas, como la ubicación estratégica de estos equipos de climatización y ventilación por ser emisores de infrasonidos y bajas frecuencias de sonido audible, de manera que afecten lo menos posible a los habitantes del hogar.  

Eso sí, los gobiernos deberían proponer regulaciones, especialmente en la anchura de los edificios y que sean menos permeables a los sonidos, pero también controlando mejor el tránsito e integrar vegetación que absorba los infrasonidos y reduzca la contaminación acústica.


Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

www.dramendozaburgos.com

 

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

 

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

 

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

 

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

 

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

 

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después. 

 

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.