Tomado de El Nuevo Herald
Fabricio Correa, hermano mayor del presidente Rafael Correa, dijo ayer que el mandatario fue el “gran perdedor” en la demanda interpuesta contra el diario El Universo porque su imagen se resquebrajó a nivel internacional.
Por Antonio Maria Delgado
Fabricio Correa, hermano del presidente ecuatoriano
Rafael Correa, afirmó el martes que el gobernante traicionó los principios
básicos del movimiento que ambos fundaron al tratar de seguir los pasos de Hugo
Chávez en Venezuela y tomar el puente a ninguna parte que es el Socialismo del
Siglo XXI.
Fabricio, quien se apresta a competir en las elecciones
presidenciales del próximo año, afirmó en una entrevista que la gestión de su
hermano ha sido nociva para el país, y que Ecuador es hoy presa de una feroz
corrupción, la pérdida de las libertades y de las instituciones democráticas, y
de un temible incremento de la criminalidad y las incursiones del narcotráfico.
Es todo lo contrario de lo que se disponían a hacer
cuando crearon el movimiento Patria Altiva y Soberana (PAIS) en septiembre del
2005, declaró el empresario ecuatoriano en una entrevista.
Ese movimiento tenía un elevado contenido social, que
buscaba brindar ayuda a los sectores de menores recursos, pero que no era ni
comunista ni chavista, ni pretendía perseguir al empresariado.
Descansaba sobre tres simples columnas: la lucha contra
la corrupción, la instauración de la meritocracia en el sector público y la
profundización de la democracia, con miras de aumentar la participación
ciudadana.
“Todo eso se incumplió. El proyecto se desvió”, comentó
Correa, quien se encontraba esta semana en Miami. “El gran pecado fue que se
adoptó el Socialismo del Siglo XXI, que ni el propio fundador, Ditrich [Heinz
Dieterich Steffan] sabe a ciencia cierta qué es y dice que está en
construcción”, añadió.
Lo que quedó es un gobierno que muestra los más elevados
índices de corrupción vistos en el país en mucho tiempo y un gigantesco apetito
por la concentración de poderes, recalcó.
Hoy en día, Correa concentra en sus manos todos los
poderes de la nación andina, controlando efectivamente los poderes ejecutivos,
legislativos y judiciales, mientras mantiene atemorizada a la prensa, a través
de tácticas de intimidación como la demanda presentada contra el diario El
Universo, o en otros casos comprándolos a través de su enorme gasto de
publicidad.
La intimidación es una de las dos piernas que sostienen
al régimen, explicó Fabricio. La otra es la incesante campaña publicitaria que
el empresario calificó de “goebbeliana”.
El empresario dijo estar muy preocupado por el riesgo que
su hermano corre con el enorme poder que acumula y recordó el caso del
presidente peruano Alberto Fujimori, quien llegó a acumular una gran
popularidad pero quien actualmente cumple una condena de 25 años por los
grandes excesos y violaciones a los derechos humanos cometidos durante su
gobierno.
“Tomarse todos los poderes no es bueno, para nadie. El
poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Todos estos
experimentos terminan mal”, comentó.
Las desvirtualización del movimiento de Correa empezó
poco después de que asumió el poder, comentó su hermano, debido a la
incorporación a su equipo ministerial de hábiles operadores políticos que hoy
en día ejercen gran influencia sobre él.
Entre estos está el abogado Alexis Mera Giler, quien
Fabricio dijo que es “el Vladimiro Montesinos de mi hermano”, en referencia al
temido jefe de inteligencia de Perú durante el gobierno de Fujimori, quien
llegó a amasar un enorme poder bajo la sombra del ex mandatario.
Mera, según Fabricio, es quien mete a Correa en todos los
problemas con sus adversarios. En especial, tuvo una gran participación en la
demanda contra El Universo, en la que el mandatario demandó al diario por $80
millones por una columna de opinión que le pareció ofensiva.
Una corte ordenó el pago de $40 millones y el arresto del
columnista y de la alta plana del diario, pero Fabricio dijo que todo el
episodio fue un gran error para el mandatario. En evidencia quedó que en
Ecuador se manipula la justicia y el escándalo internacional manchó
irremediablemente su reputación.
“La imagen del presidente se vino por el suelo. !Su
imagen de honestidad que ha cuidado tanto!”, señaló.
El tinte izquierdista, consideró Fabricio, proviene de su
canciller Ricardo Patiño, un antiguo guerrillero sandinista.
“Fracasó en los 70, y hoy quiere imponer ese modelo en Ecuador.
Cuando todo los guerrilleros están saliendo de eso”, comentó.
Y el tercer puesto del triunvirato es ocupado por Vinicio
Alvarado, quien ejerce como secretario de la Administración Pública de la
Presidencia.
Alvarado, quien es dueño de la empresa de publicidad que
organizó la campaña presidencial de Correa, es quien realiza la intensa
propaganda del gobierno.
Es una campaña, sin embargo, que ha comenzado a perder
efecto en la gente. Los grandes problemas de criminalidad y la profunda pobreza
que aún persisten en el país no pueden seguir escondiéndose con lemas
publicitarios.
Ecuador enfrenta un severo recrudecimiento de la
violencia, con índices delictivos que se han duplicado en los últimos años. Esa
situación, asegura el empresario, se debe a la incursión en el país de
elementos del narcotráfico y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia
que fueron derrotados y forzados a huir por las autoridades del vecino país.
Ecuador, por la afinidad del gobierno con los movimientos
socialistas, recibió a mucha de esa gente con los brazos abiertos, dijo.
Los problemas de su hermano se profundizan con las
perdidas del respaldo de los grupos indígenas y laborales. Estos grupos, que
constituían su enlace con los sectores populares, ahora realizan masivas marchas
en su contra.
Esa deserción significa que ahora no tiene personal que
le pueda realizar la labor política en la calle, lo que deja al gobierno solo
con su campaña mediática para alcanzar a la población.
Es una herramienta, sin embargo, que ya comenzó a perder
efectividad, afirmó Fabricio.
“La población de Ecuador, que es chiquito y densamente
poblado, comienza a conversar entre ellos y la experiencia de cada quien rebate
lo que diga la propaganda”, comentó.
“La propaganda es como el bombardeo, llega a un momento
donde si se tiran más bombas ya no va a destruir más, es allí donde se necesita
infantería. Tiene que haber gente en la calle, que ya no la tiene el gobierno
porque se basó en estos movimientos que traicionados, así lo dicen ellos, se
fueron”, sostuvo.