sábado, 16 de febrero de 2013

Ecuador a elecciones generales este domingo


Tomado de Foreign Policy




Por Flavia Freidenberg

El país latinoamericano acude a las urnas el próximo 17 de febrero. Ésta es una entrevista a Ecuador, sobre su estado de salud económico y sociopolítico, así como las posibilidades de un nuevo éxito electoral de la Revolución Ciudadana de Rafael Correa.
Esglobal. ¿Cómo era Ecuador antes de la Revolución Ciudadana que se inició con el triunfo de Rafael Correa en 2007?
Ecuador. En términos políticos, Ecuador era un país inestable, conflictivo e ingobernable. Desde su creación en 1826, tuvo cerca de 24 Constituciones, de las cuales algunas han estado vigentes menos de 2 años y, desde 1978, los intentos de reformas constitucionales se han incrementado, consiguiéndose reformar tres veces: en 1978, 1998 y 2008. Antes de la elección de Correa, el país se caracterizaba por la recurrente inestabilidad de las reglas de juego y su constante incumplimiento por parte de los actores políticos y sociales, por la extrema fragmentación del sistema de partidos, la tensa movilización social y una alta polarización política tanto en términos regionales (Costa-Sierra) como ideológicos (izquierda-derecha). Los políticos no cumplían los acuerdos y los ciudadanos creían que los pactos eran formas nefastas de negociación.
Pero lo más grave era que diversos sectores, que no habían sido elegidos en las urnas, vinculados a las corporaciones (sindicatos, asociaciones de empresarios, organizaciones sociales, entre otros) tenían una capacidad de veto sobre las decisiones de los poderes del Estado.
Esta manera de gobernar y hacer política contribuyó a que se incrementara la desconfianza de los ciudadanos hacia la clase política y las instituciones estatales y que se profundizaran los problemas de representación política, en el marco de una cruenta crisis económica que expulsó a una gran cantidad de ecuatorianos fuera de su país.

Esglobal.  Y, en ese escenario, ganó las elecciones un nuevo movimiento político…
E. La Revolución Ciudadana fue la propuesta político-programática que hizo el Movimiento Patria Altiva y Soberana (MPAIS) en las elecciones de noviembre de 2006, centrada en la necesidad de un profundo cambio político institucional, basado en la celebración de una Asamblea Constituyente que refundara el país, que acabara con lapartidocracia y que creara un nuevo sistema social basado en el paradigma del buen vivir. Su líder, el economista Rafael Correa, un político sin partido y con escasa experiencia política -ya que sólo había sido ministro de Economía por cuatro meses durante el gobierno de Alfredo Palacio en 2005-, consiguió imponerse en la segunda vuelta electoral de 2006 con el 56,67% de los votos.
Según el propio Correa, la Revolución Ciudadana es un “cambio radical, profundo y rápido de las estructuras vigentes. Sobre todo son cambios sobre las relaciones de poder […] Se trata de pasar de Estados burgueses a verdaderos Estados populares”.
Esglobal. ¿En qué se diferenciaba Correa de otros candidatos poco conocidos que habían surgido en Ecuador?
E. El caso de Correa es el más paradigmático, porque articuló la base de su liderazgo en el enfrentamiento directo con la clase política, aprovechando la estructura de oportunidades generada por la emergencia del movimiento forajido de abril de 2005 en contra del gobierno de Lucio Gutiérrez (Sociedad Patriótica) y de diversos sectores sociales como el movimiento Ruptura 25, que supuso una regeneración de la agenda política ecuatoriana.
El triunfo de Correa fue un gran revés a las formaciones políticas que habían controlado las instituciones democráticas y el poder durante las últimas décadas, los denominados “partidos tradicionales”. Correa apostó por un fuerte discurso de cambio, basándose en su imagen de ciudadano común, de clase media y carácter campechano. Su intención de presentarse como un político diferente, como un cristalizador de la crispación social existente, dio resultado y funcionó como un antidepresivo social en un momento de fuerte descrédito de los políticos, los partidos y las instituciones.
Esglobal: Una vez en el poder, ¿cuáles han sido los principales cambios?
E. Se ha rediseñado el régimen político. La Revolución Ciudadana ha estructurado un nuevo ordenamiento institucional centrado en la descentralización política, la creación de regiones (articuladas sobre la base de un nuevo agrupamiento territorial) y ha generado (al menos en la Constitución de 2008) un nuevo modo de interacción entre las instituciones del Estado, con la creación de cinco poderes entre los que se modificó el modo de ejercer el poder electoral (ahora con dos instituciones diferentes) y un nuevo Consejo de Participación Ciudadana y Control Social.
El proceso de transformación política se ha hecho de la mano de los ciudadanos, quiénes han acudido de manera reiterada a las urnas para legitimar con su apoyo las reformas impulsadas. Los altos niveles de popularidad son únicos si se los compara con los que tenían los gobernantes ecuatorianos y con ello ha mejorado la percepción de los ciudadanos respecto a su satisfacción con la democracia.
Se ha generado también un período de gobernabilidad y estabilidad sin precedentes. Correa es el primero, desde 1997, que rompe con la histórica debilidad de los presidentes ecuatorianos, que no contaban con apoyos en el Legislativo ni con capacidad para generar gobernabilidad en el sistema político. Tras las elecciones de 2009, Movimiento PAIS pasó a controlar la mayoría en la Asamblea Legislativa y con el tiempo fue sumando apoyos en diferentes instituciones. La continuidad política del Gobierno ha generando un sistema de partido predominante, sin que Correa tenga necesidad de pactar y negociar con otros partidos políticos, lo que le ha dado estabilidad a las políticas públicas (como la reforma educativa o la fiscal).
La mayoría de los antiguos políticos de la partidocracia ya no están en la escena política. Ha habido renovación de la clase política en términos de quiénes participan, aunque el electorado aún no parece encontrar una alternativa al liderazgo de Correa desde la oposición. Alguien que pueda mantener los cambios sustanciales al sistema político, que continúe el cambio, sin regresar al pasado de crisis política e ingobernabilidad democrática de los años anteriores.
Se ha dado una creciente hiperpresidencialización del sistema político, a partir de la centralización del proceso de toma de decisiones en la figura del Presidente, que además parece no necesitar mediación organizativa ni institucional en su vínculo con los electores. Estas transformaciones han subsumido la independencia de las instituciones del Estado a la voluntad de la coalición gobernante, mermando el rendimiento de cuentas en el país e incrementando el potencial perfil populista del líder carismático.
Esglobal: ¿Estas transformaciones políticas tienen también su correlato en términos económicos? 
E. Los principales indicadores económicos han mejorado en los últimos seis años. Aún cuando la economía creció poco, muy lentamente, la pobreza continúo reduciéndose, el desempleo cayó de 7,9% en diciembre de 2009 a 5,1% en diciembre de 2011. La brecha de desigualdad continúa disminuyendo desde que Correa asumió el Gobierno (la bajada ha sido de 10 puntos porcentuales entre los meses de diciembre de 2006 y 2011).

La inflación continúa su tendencia alcista: se ha incrementado entre diciembre de 2010 y diciembre de 2011 de 3,56% a 4,47%. Eso resulta de la subida en los tipos impositivos de algunos bienes. Las finanzas públicas siguen en situación de déficit, debido al nivel de gasto público en infraestructura y servicios sociales, de cara a las presidenciales de 2013. La elevada inversión pública, como consecuencia del aumento en los ingresos debido al alza en los precios del crudo y de la deuda procedente de China, ha contribuido a mantener ese lento crecimiento económico.
Esglobal. ¿Y el petróleo ha tenido algo que ver en esa capacidad del Estado para tener recursos que le permitiera llevar a cabo las reformas? 
E. Un factor que ha contribuido para este desarrollo económico ha sido el alto precio del barril de crudo, la principal fuente de ingresos del país, ya que produce unos 500.000 barriles de petróleo diarios. Mientras en diciembre de 2008 la media del precio del barril había sido de 26 dólares, durante 2011 fue de 96,98. De este modo, continúa la dependencia económica de este producto, manteniendo las prácticas rentistas, extractivas y centradas en actividades primarias, lo que quita alicientes para la diversificación de la economía en otros sectores productivos.
Esglobal. Y, a escala internacional, ¿cómo se inserta Ecuador en la región?
E. El gobierno de Correa ha desarrollado una política de cooperación con la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), a la que se incorporó durante 2009. Esto ha supuesto la alineación a las políticas impulsadas por Hugo Chávez desde Venezuela y la activa exigencia de la participación de Cuba en los organismos regionales como la Organización de Estados Americanos (OEA). Su enfrentamiento con los organismos multilaterales del crédito (especialmente el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) y su oposición a la firma de Tratados de Libre Comercio fue ampliándose hacia otras instancias como la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y la Organización de Estados Americanos.
Esglobal. ¿Cuál es su papel en la geopolítica latinoamericana?
E. El Gobierno participó activamente en la fundación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) y también anunció la reanudación de los diálogos con la Unión Europea, suspendidos en 2009 para firmar un Acuerdo Comercial para el Desarrollo (ACD) debido a la crisis del banano. Sin embargo, al poco tiempo, el canciller Ricardo Patiño anunció que no se firmaría un Tratado de Libre Comercio, sino un documento que respondiera a las asimetrías entre el país y el bloque y que supusiera un acuerdo en materia de cooperación, política y comercio. 
Finalmente, en diciembre de 2011, el Presidente Correa coqueteó con la posibilidad de que Ecuador se sumara al Mercado Común del Sur (Mercosur), dadas las grandes coincidencias existentes -según sus propias palabras- en política internacional entre el país y el Mercosur, así como el rechazo de ambos a los Tratados de Libre Comercio. A partir de diciembre de 2012 Ecuador participó en las reuniones del Mercosur como estado asociado y durante el primer trimestre de 2013 deberá decidir su incorporación.
Esglobal. ¿Será Correa el sucesor de Chávez como líder latinoamericano?
E. Muchos analistas piensan que Rafael Correa puede ser el sucesor de Chávez como líder del socialismo del siglo XXI, tras la enfermedad del presidente venezolano. Incluso suelen pensar en él como el líder de un chavismo sin Chávez, ya que alguien deberá ocupar el espacio generado por el ALBA, la lucha contra el neoliberalismo privatizador, el imperialismo y lo que el propio Correa ha denominado como “democracias de plastilina”. Correa reúne muchas condiciones que le posicionan (frente a Evo Morales o Daniel Ortega) como ese líder. Tiene carisma, tiene condiciones intelectuales y continúa teniendo apoyo electoral en su país.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que un chavismo sin petróleo ni recursos suficientes para distribuir, al estilo de Chávez con los países de su entorno, limita cualquier ambición ecuatoriana de liderazgo regional. La diplomacia petrolera contribuyó para que el presidente venezolano se convirtiera en un líder latinoamericano con proyección internacional. Sin ese recurso, difícilmente sea posible referirse a Correa como un líder con influencia significativa en la región, más allá de su buena oratoria, de sus buenos discursos nacionalistas, antiimperialistas y antiestadounidense que aglutina a importantes sectores sociales en los países de América Latina.
Esglobal.  Ecuador está a punto de celebrar unas nuevas elecciones generales el próximo 17 de febrero de 2013, ¿quiénes se enfrentan?
E. Cinco de ellos se presentan a los comicios por primera vez: Alberto Acosta, Guillermo Lasso, Mauricio Rodas, Norman Wray y Nelson Zavala. Los demás repiten sus intentos por ganar la presidencia: Rafael Correa, Lucio Gutiérrez y Álvaro Noboa. Los candidatos opositores tienen un único rival: la fórmula Correa-Glas, que aparece como mayoritaria aunque las encuestas no son totalmente claras a una semana de la elección. Dado que no pudieron llegar a acuerdos preelectorales que les permitiera concentrar el voto opositor a Correa. Si bien del lado de la izquierda diversos sectores se unieron en la Coordinadora de Izquierdas, esas fuerzas no alcanzaron aglutinar el voto opositor.
A una semana de las elecciones, la guerra de encuestas no dan un claro ganador y presentan a cerca del 30% de los entrevistados como de indecisos. Resulta difícil que en estos días esa correlación de fuerzas cambie y que se movilice en masa.
Esglobal. Los datos de las encuestas parecerían augurar un nuevo triunfo de la Revolución Ciudadana, pero si todo ha ido tan bien, ¿por qué hay sectores críticos hacia la gestión del Gobierno?
E. Las principales críticas han sido dirigidas a la conflictiva relación con los medios de comunicación de masas y las ONG; a las denuncias por nepotismo en los nombramientos del Gobierno y a la sumisión de las instituciones del Estado a la voluntad del Poder Ejecutivo. Los sectores de la oposición perciben la construcción de un proyecto de corte personalista y centralizador que, a diferencia de lo que reclamaba la Revolución Ciudadana, no ha conseguido cambiar muchos de los vicios y las prácticas informales de la política ecuatoriana.
Ha habido cambios institucionales, con pretensiones de radicalización de las reformas al sistema político, pero sus alcances aún son borrosos y sus consecuencias no son fácilmente identificables, particularmente en términos de la vigencia de los derechos políticos y el respeto al pluralismo. Los constantes ataques verbales a los periodistas y a los opositores realizados por Correa afectan los niveles de pluralismo de la democracia. Lo mismo ocurre con la nueva práctica de emplear las demandas judiciales contra quienes realizan críticas o publican sus opiniones en editoriales de prensa.
Esglobal. Tras los comicios, ¿cuáles serán los principales desafíos?
E. El principal reto de la política ecuatoriana es continuar realizando las reformas que tanto éxito han tenido ante la ciudadanía mientras se consolida un nuevo sistema político plural, sobre la base del respeto de los derechos políticos de todos los actores sociales, incluso aquellos que piensan distinto al Gobierno. Profundizar la Revolución, en clave ciudadana es uno de sus desafíos.
En este esquema Alianza País, además de transformarse en una organización política institucionalizada, plural e internamente democrática, tiene que contar con capacidad para evitar la concentración de poder. La cuestión está en si podrán diseñar un edificio institucional que incluya no sólo a los defensores de su proyecto, sino también a quiénes no piensan como ellos, en un marco de tolerancia y pluralismo democrático.
El segundo reto tiene que ver con la capacidad para articular intereses de diversos grupos que integran la coalición ganadora. Si bien durante el inicio del proceso se creyó que Correa representaba y defendía todas las luchas de aquellos que le apoyaban: la vieja izquierda, los movimientos indígenas, los grupos ambientalistas, los movimientos sociales, de género, homosexuales, activistas de derechos humanos, intelectuales y académicos que critican alestablishment; una vez en el ejercicio del poder se evidenciaron las tensiones existentes, que llevaron incluso a la salida del Ejecutivo de dirigentes que habían sido claves en la coalición inicial.
Aún cuando pueda satisfacer varias de las demandas de todos los sectores que representa y que aglutina, lo cierto es que ofrecer todo lo que se pueda, a todos los grupos al mismo tiempo, aún cuando no se sea capaz de dar respuesta a ello en todo momento, no es más que una muestra de la tentación populista del poder y del desgaste de la coalición gobernante.  

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EDUCACIÓN BILINGÜE


       
El dominio de un segundo idioma ha dejado de ser una simple habilidad extraordinaria que ofrece algunas ventajas, para convertirse hoy en día en casi una necesidad para no quedar en desventaja en la cada vez más fuerte competencia social, económica y laboral. La tendencia a la globalización de la economía, y la ya absoluta globalización de las comunicaciones, así lo impone. La visión de la importancia del segundo idioma la han tenido desde hace tiempo diferentes programas educativos oficiales o extraoficiales, que lo han incorporado como una materia más.

Sin embargo, es algo comprobado que bajo esa estrategia se suele llegar a un nivel de conocimientos básicos del segundo idioma, pero muy difícilmente a un dominio del mismo; ni siquiera, a un manejo fluido, porque, a parte de los fundamentos teóricos, es la propia práctica del idioma la que permite dicho dominio. En ello se basan los cada vez más numerosos centros educativos que ofrecen enseñanza bilingüe, en los cuáles, casi todas, o una parte importante de las materias se imparten en el idioma alternativo, preservando en todo caso la lengua materna en una asignatura dedicada precisamente a la enseñanza de sus propios fundamentos gramaticales.

       El problema es cuándo iniciar la educación bilingüe, y como realizar la transición en el inicio de la misma. La recomendación sería iniciar el aprendizaje del segundo idioma cuanto antes. Cuanto más pequeño es el niño más facilidad tiene para fijar el aprendizaje del segundo idioma. Sin embargo, si dicho aprendizaje es demasiado temprano, de modo que aún no maneja tampoco la lengua materna, en la práctica está aprendiendo las dos lenguas a la vez, y suele producirse cierta confusión en ellos, que tiende a retrasar el inicio de la comunicación.

Es frecuente que los niños que aprenden a hablar en dos lenguas simultáneamente lo hagan con cierto retraso, lo cual dificulta en un principio la comunicación con ellos, aunque posteriormente se inician a hablar ya en ambos idiomas. Si se prefiere evitar este posible inconveniente, lo recomendable sería que se inicien en la segunda lengua inmediatamente sean capaces de expresarse suficientemente bien en su lengua materna, y sean capaces también de evitar la confusión, y entender que el segundo idioma es simplemente otra forma diferente de hablar. Los tres años puede ser una buena edad; incluso los dos años y medio, si su desarrollo del lenguaje ha sido rápido.

       Todo ello significa que el aprendizaje, idealmente, debe iniciarse en la etapa preescolar. Ya hay numerosos kinders, con personal capacitado para ello, que ofrecen el inicio del aprendizaje del segundo idioma, de modo que al empezar la etapa escolar propiamente dicha, el niño tiene ya fundamentos suficientes para desarrollarla en el idioma alternativo. No obstante, en los primeros grados, el profesorado del colegio bilingüe es consciente de que, normalmente, el niño llega con fundamentos, pero todavía no con dominio del idioma, y parte de su labor es ir poco a poco moldeando y perfeccionando el manejo del mismo.

De este modo, dependiendo de la calidad del centro educativo en la enseñanza del idioma alterno, y de si en el hogar también se maneja dicho idioma, entre los siete y los diez años de edad puede considerarse que el niño es ya bilingüe. Si la educación bilingüe no se inició desde la etapa preescolar, el niño tendrá dificultades para adaptarse a ella en la etapa escolar, aunque hay colegios bilingües que tienen una sección especial de adaptación para estos casos, o bien, que inician la enseñanza del segundo idioma partiendo desde cero. Pero ello supone empezar con algún retraso y en condiciones menos favorables, y aunque con el tiempo casi se llega a emparejar el nivel, el esfuerzo dedicado a ello es mayor.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

viernes, 15 de febrero de 2013

Yo quiero elegir al nuevo Papa . . . ¿Y usted?



 El humo blanco que anuncia que se eligió un papa, entre los cardenales.


Lialdia.com / Creo que lo ideal para poder comenzar este artículo apropiadamente sería establecer un vocabulario común, y nada mejor que iniciar con el término Paradigma.


Según el diccionario de la Real Academia Española el paradigma es algo “ejemplar”, sin embargo esa definición se queda un poco corta en relación a lo que la expresión significa. Permítaseme intentar una aproximación al término: un paradigma, según mi lego entender, es un conjunto de reglas que rigen una determinada disciplina. Estas reglas se asumen normalmente como verdades incuestionables, porque se tornan parte constitutiva de la realidad al punto que, por momentos, se hace indivisible de esa realidad e invisible para los que están inmersos en ella; es como el aire para los humanos, o el agua para los peces.
Como resulta evidente, intentar cambiar un paradigma desde su raíz no es tarea fácil y se requiere no sólo de paciencia, sino también de estar convencido que los paradigmas pueden, y en muchos casos deben, ser cambiados.
Hasta la llegada del Papa Nicolás II en 1059, mucha gente metía la mano en la elección del Sumo Pontífice, desde el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, pasando por reyes y nobles, hasta las familias romanas más influyentes, de las que normalmente salía el elegido. Fue él quien dijo basta y se estableció como norma que fuese un puñado de Cardenales quienes pusiesen un nuevo Papa cada vez que hubiese Sede Vacante. Es obvio que la estructura social que imperaba por aquellos años hacía impensable que el pueblo fiel y llano interviniese de modo alguno en dicha elección. Así se fue consolidando un paradigma: Al Papa lo eligen los Cardenales y al que le gusta, bien, y al que no, también.
El mundo rodó y rodó por casi mil años desde esa fecha. La Iglesia Católica se hizo grande y poderosa, se construyó el Vaticano, la estructura burocrática eclesial se fue haciendo cada vez más compleja acorde los territorios cristianos se expandían, y se incrementaba la influencia de Roma sobre los bautizados y sobre los gobiernos que albergaban en sus territorios a ese pueblo creyente. Muchos Papas se sucedieron afianzando el postulado de que lo que ocurría entre los que recibían el Sacramento del Orden nada tenía que ver con el pueblo simple que asistía a misa. Reforzaba esa idea un idioma casi hermético para muchos, como era el latín, con el que debía oficiarse todo acto litúrgico; una vestimenta distinta al resto del pueblo; y sacerdotes que oficiaban la misa dando la espalda a la grey, de la que lo separaba una verja que dividía el altar del resto de la nave del templo.
El Concilio Vaticano II trajo aire fresco a la anquilosada estructura y algunos paradigmas comenzaron a ser derribados: ahora los fieles podían participar de la misa en su propia lengua, la sotana podía dejar de usarse para darle lugar a la ropa común de calle, el pueblo empezó a verle la cara a quien presidía la eucaristía, y se incorporó a hombres casados al Sacramento del Orden – los Diáconos Permanentes –, entre otras reformas.
Así llegamos a nuestros días, y creo que es tiempo que una discusión se instale y un viejo paradigma sea, al menos, revisado en su necesidad: ¿Por qué yo, habiendo recibido el Sacramento del Bautismo que me hace parte del pueblo redimido por Cristo y que es su cuerpo místico, y habiendo recibido el Sacramento de la Confirmación que me confiere la plenitud de los Dones del Espíritu Santo – el mismo que guía el voto del Colegio Cardenalicio en la elección de un nuevo Papa –, no puedo formar parte en la elección de quien va a comandar el destino de la iglesia y que, por ser yo parte constitutiva de ella, es por ende mi propio destino?
Desde la concepción teológica Cristo es la cabeza del cuerpo místico que es la iglesia, y nótese que lo escribo en minúscula porque no estoy hablando de la Institución, sino de la ecclesia (del griego ekklesia) palabra con los que los traductores de la Biblia en la llamada Traducción de los Setenta reemplazaron al vocablo hebreo Gahal para significar la reunión de los creyentes. En esta concepción teológica ese cuerpo místico lo integran por igual todos los bautizados sin distinción del Sacramente que hayan recibido con posterioridad al bautismo.
Afortunadamente, y gracias también al Concilio Vaticano II, se derrumbó el concepto de que en la iglesia (con minúsculas) había algo así como cristianos de primera – los que recibían el Sacramento del Orden – y cristianos de segunda que eran todos los no Ordenados. Esta distinción era tal que cuando un sacerdote pedía que se lo dispensara de sus funciones para dejar de ejercer su ministerio sagrado la figura legal que contemplaba el Derecho canónico era la de “reducción al estado laical”, dando por sentado que la condición de Ordenado era un “estado superior”.
Quizá lo más anecdótico de todo esto es que a la Iglesia como institución y a todas sus obras de caridad las sostiene el pueblo fiel con sus aportes voluntarios durante la celebración litúrgica, y lo que pagan como arancel por los distintos sacramentos. Aún en los casos donde algunos países destinan un dinero de su erario al sostenimiento del culto católico, ese dinero también llega de los bolsillos del pueblo fiel a través de sus impuestos. Parece increíble que frente a estas realidades se continúe con la pretensión de dejar fuera al pueblo de Dios de las decisiones importantes de la Iglesia.
Yo recuerdo que hace años atrás, cuando propuse esta cuestión dentro del seno de un instituto de formación católico al que yo asistía, la respuesta fue que yo podía participar con mi oración pidiendo al Espíritu Santo que guiase el voto de los Cardenales para elegir al mejor candidato para la Iglesia.
La pregunta es: ¿No sería maravilloso que en este mundo globalizado y horizontal, donde se tiende a que más y más Estados adopten el sistema democrático de gobierno frente a los regímenes absolutistas, (no debemos olvidar que el Vaticano “también” es un Estado y el Papa su cabeza), los católicos de todo el mundo, además de rezar, pudiéramos hacer sentir nuestra voz en un tema tan importante y sensible para nosotros como la elección del sucesor de Pedro?
La posibilidad de conocer a cada uno de los Cardenales “papables” en profundidad, quienes son, qué han hecho, que ideas tienen, donde se formaron, etc. y elegir de entre ellos al que debería calzarse las Sandalias del Pescador, permitiría una unión más íntima entre los fieles y su Iglesia como institución.
Es casi un pecado de soberbia por parte de la Iglesia pensar que el Espíritu Santo sólo actúa correctamente cuando guía el voto de los purpurados, y se puede equivocar si guía el voto del pueblo fiel al que ellos también pertenecen.
Si la acción es transparente como el amor del Crucificado, y la decisión guiada por la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, ¿Por qué la reunión para elegir un nuevo Papa es tan secreta que ni siquiera queda registro de a quiénes se votó? Sería bueno recordar un párrafo del Evangelio de Marcos “Porque no hay nada oculto que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de salir a la luz.” Mc 4:22
La globalización de las comunicaciones permite que, en tiempo real, una enorme cantidad de habitantes del mundo puedan votar desde sus lugares y que su voz sea escuchada; y ante el argumento que no todos tiene acceso a la tecnología para poder hacer llegar su voto, se contrapone la lógica que es mejor algunos que ninguno.
Para ponerlo en palabras de Jesús: “Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol. Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano” (Lc 21:29) Parece que es hora de comenzar a leer los signos de los tiempos. En una Iglesia que ha dado muestras de corrupción económica como fue el escándalo del Banco Ambrosiano, peleas intestinas por el poder como lo ha manifestado Benedicto XVI, y laxitud moral en muchos de sus integrantes como los casos que los abusos sexuales de niños han dejado al descubierto, la revisión de algunos paradigmas que no son de fe sino simples normativas eclesiales es imperativa.
Como católico a mí me gustaría elegir al nuevo Papa, ¿No le gustaría a usted también?
Si es así haga oír también voz, lo invito a que comparta este artículo con sus periódicos locales, en su blog, con sus amigos a través de correos electrónicos, y que vaya a la página de Facebook que he creado con este fin y súmese a los que piensan igual haciendo un click en “Me Gusta” o “I Like” si tiene su página en inglés.

*Licenciado en Relaciones Internacionales. de la Universidad de Congreso, en Mendoza, Argentina. Hizo cursos de post grado en Zaragoza – España – y Colonia del Sacramento – Uruguay. Cursó, además, seis años en el Seminario para la Formación de Diáconos Permanentes (Iglesia Católica) del Arzobispado de Mendoza. Del Grupo de Editores de www.Lialdia.com