sábado, 1 de septiembre de 2012

Michele Obama o Ann Romney. Quién será la próxima Primera Dama EEUU?


Tomado de Foreign Policy

Izquierda, Michelle Obama; derecha, Ann  Romney 

 LA JEFA DE LA CASA BLANCA EN 2013

Por Natalia Montagna
Qué esperar de Michelle Obama y Ann Romney como primera dama.

La historia se encargó de comprobar que las mujeres de los presidentes suelen ser buenas consejeras, grandes oradoras y piezas fundamentales en el camino a la popularidad de sus esposos, tan eficientes llegan a ser, que no solo enriquecen la imagen de sus compañeros de vida, sino que  hasta consiguen su éxito individual y logran posicionarse como adalides de valores y políticas paradigmáticas frente a la sociedad a la cual se dirigen.
 Primeras damas memorables
Martha Washington fue la mujer del primer presidente estadounidense, sin embargo, fue a partir de Lucy Webb Hayes que las esposas del jefe de Estado reciben la denominación de “Primera dama”.  Con el paso del tiempo, el rol de estas mujeres fue evolucionando contundentemente, y mientras las que transitaron el siglo XVIII y XIX simplemente se dedicaban a organizar banquetes y recibir invitados, ya las que habitaron la Casa Blanca en los albores del siglo XX comenzaron a demostrar que sus ocupaciones podían trascender a las de anfitrionas, y se profesionalizaron preparándose intelectualmente, entendiendo que su función ya no era solo acompañar a su esposo, sino servir a la nación junto a él.
Anna Eleanor Roosevelt fue una de las Primeras damas que ennobleció el cargo, esforzándose en profundidad a fin de enaltecer la figura de Franklin Roosevelt, y ejecutando algunas tareas que a él se le dificultaban por su limitada movilidad, en varias ocasiones representó al presidente Roosevelt en conferencias de prensas y giras internacionales. Rosalynn Carter también logró lucirse en su rol y fue una personalidad clave desde la campaña electoral y posteriormente en el transcurso de la presidencia, aconsejando y acompañando a Jimmy Carter inclusive en las reuniones de gabinete. Sus programas de investigación y apoyo a la salud mental aún continúan mejorando la calidad de vida de muchos pacientes y sus familias.
Imposible no mencionar a Hillary Clinton entre las Primeras Damas más influyentes, adquirió una distinguida reputación por su labor en la promoción de políticas vinculadas al desarrollo social y sanitario, su notoriedad la impulsó en su carrera personal, primero como Senadora y luego como Secretaria de Estado, según la revista Forbes, en 2012 ocupa el segundo lugar entre las mujeres más poderosas del mundo, detrás de Angela Merkel. Desafortunadamente, su paso por la Casa Blanca será recordado por el escandalo que protagonizó su marido Bill Clinton con la becaria Mónica Lewinsky.  
 Michelle Obama versus Ann Romney
Faltan dos meses para las elecciones presidenciales en EE UU, y ya en plena contienda que enfrenta ferozmente a demócratas y republicanos, la sociedad estadounidense no solo evalúa las propuestas del candidato sino que también se manifiesta interesada en analizar el discurso de la mujer que liderará junto a él la Casa Blanca. Tanto la Señora Obama como la Señora Romney son conscientes de que sus actuaciones y sus palabras de aquí al 6 de noviembre poseen un peso específico inigualable, no hay margen de error, y su responsabilidad esta muy clara: deben ante todo humanizar a los postulantes, persuadir a la población mostrando los aspectos más sensibles de sus esposos, exhibir sus cualidades como jefes de familia, y destacar los obstáculos que han tenido que atravesar para alcanzar sus metas personales y profesionales, saben que solo induciendo al electorado podrán acceder al trono.
Michelle Obama parece estar muy cómoda en su morada y esta convencida de querer seguir allí por cuatro años más, para lograrlo ya ha emprendido sus giras a través del país, en las cuales hace hincapié en los sacrificios y en la vicisitudes que ella y Barack Obama han tenido que enfrentar para acceder a sus carreras y conformar una familia basada en valores morales sólidos.
 La educación, la salud y la familia parecen ser los ejes principales en sus alocuciones. Graduada con honores de las Universidades de Princeton y Harvard, reconoce y promueve a la educación como uno de los pilares fundamentales para desarrollarse en la vida, pero destaca que tanto su marido como ella debieron endeudarse fuertemente para poder pagar sus estudios, ya que ninguno de los dos podían afrontar los elevados costos académicos. En su posición de Primera dama se ha dedicado a subrayar la importancia del trabajo voluntario y el servicio a la comunidad, ha aplicado sus conocimientos y experiencia laboral impulsando dos proyectos de su autoría: ¡A moverse! (Let’s Move!) orientado a resolver los problemas de obesidad infantil promoviendo la alimentación saludable, y “Uniendo fuerzas” (Joining Forces) que lanzó junto a la doctora Jill Biden, esposa del vicepresidente, Joe Biden, y que incentiva a dar empleo a los veteranos de guerra y los ayuda a reinsertarse en la sociedad.               
Elogiada mundialmente por su elegancia, Michelle Obama se muestra además como una madre pendiente del crecimiento y las necesidades de sus hijas, suele exponer públicamente la manera en la cual decide formarlas, entendiendo quizás, que así acorta la brecha entre la Casa Blanca y el resto de las familias estadounidenses.   
Sus convincentes discursos y el respaldo al Presidente durante la campaña de 2008 han sido de vital contribución para la construcción de la imagen pública de un Barack Obama que hasta ese momento solo era conocido como senador. A diferencia de Ann, su rival,  hoy su misión no está centrada en construir al candidato, sino en sustentar al Jefe de Estado, enfatizando sus logros y justificando sus desaciertos. Teniendo en cuenta la crisis económica global que impactó fuertemente en las finanzas y que llevó a que el 8,2% de la población estadounidense se  encuentre sin empleo, la tarea de Michelle en 2012 es por lógica más que complicada.  
Ciertamente, Mitt Romney también reparó en el poder de influencia femenina durante las campañas, tal es así que permitió que Ann sea la protagonista de la Convención Republicana en Tampa que lo proclamó oficialmente como aspirante a la presidencia. La estrategia discursiva de su mujer apeló directamente a los sentimientos del electorado, la intención fue indudablemente seducirlos desde el corazón, establecer una conexión desde la identificación con los momentos trágicos de su vida, se focalizó en contarle al público su padecimiento de esclerosis múltiple, cáncer de seno y abortos involuntarios, y cómo su marido la ayudó a superar estas dificultades. Continuó haciendo referencia a sus 42 años de matrimonio, a la crianza de sus cinco hijos, distinguió a Mitt Romney como un gran padre y abuelo de 18 nietos, no habló de política, decidió no opinar sobre temas escabrosos que podrían sentenciarla, solo al amor y a la familia se limitaron sus palabras.
 Romney también suele hacer hincapié frecuentemente en su rol de madre, pero con valores y tradiciones mucho más conservadoras que las de la actual primera dama, basadas no sólo en la ideología del partido, sino también en las creencias mormonas que profesa toda la familia. Su vida ha sido muy diferente a la de los Obama, y si bien el dinero no significó un obstáculo en su historia, si lo han sido las graves afecciones contra las que tuvo que lidiar con el apoyo de sus afectos. Su última aparición publica parecería dejar claro que por lo menos hasta el momento,  su perfil esta más orientado a posicionarse como acompañante de Mitt que como fuente generadora de políticas y programas propios.
Lo cierto es que el postulante republicano no se equivocó, según los encuestadores, que aún no cuentan con cifras exactas, el discurso de Ann fue efectivo a la hora de convencer a varios  indecisos, y recibió varios guiños del electorado femenino, que se sintió estrechamente identificado con sus vivencias.
De cualquier manera, no hay que olvidar que según los últimos datos obtenidos por la agencia Gallup, Michelle Obama goza de una popularidad del 66% que la convierte en una carta indispensable para el triunfo demócrata. La sociedad reconoce la capacidad de liderazgo, compromiso y carisma que caracterizan a la mujer del Presidente, que supo además, junto a sus hijas inundar la Casa Blanca de nuevos aires con estilo contemporáneo y menos hermetismo.          
En un país que aún no ha tenido a una mujer como jefa de Estado, las candidatas a futuras primeras damas adquieren una notoriedad singular, y quizás en 2012 más que en cualquier otra elección, sus voces se vuelvan herramientas elementales para complementar las promesas de sus maridos en estos comicios que se avecinan, y que dadas las secuelas de una crisis financiera prolongada, prometen ser más reñidos de lo habitual.  

Cultura del Trabajo



Nuestro primer trabajo remunerado fue repartiendo periódicos a las cinco de la mañana en el edificio de veintiún pisos en donde residíamos cuando tenia unos 14 años.

Ese primer trabajo fue una experiencia que marco positivamente lo que se convirtió en nuestra cultura de trabajo por los pasados veinticinco años de mi existencia.

Fueron en esos primeros años de nuestra adolescencia lo que ayudó en gran medida a forjar nuestro espíritu empresarial, ya que a esa edad vimos que las posibilidades de crecer eran infinitas.

En esa etapa de nuestra vida el tener diez dólares en la cartera que nos había regalado nuestra abuela en las navidades, era una experiencia religiosa.

Uno se sentía que tenía un millón de dólares con uno y que podías comprar lo que sea, se podría describir como un sentimiento de invencibilidad absoluta, era como si la criptonita no funcionara.

Después de esa experiencia tuvimos la dicha de conocer muchas personas de diferentes partes del mundo, estratas sociales y personajes sacados de una novela de ficción.

También tuvimos la ventaja y la bendición de aprender de sabios maestros que para sorpresas de muchos nunca pisaron un salón de clases o simplemente nunca han salido de su pueblo natal.

Fueron muchas las lecciones y las largas horas de trabajo que nos brindaron las herramientas, escenarios y los protagonistas esenciales para poder mirar a los ojos a cualquiera y saber lo que se siente estar en cualquiera de esos trabajos humildes y que entendemos que son sencillos, hasta que nos toca estar en sus zapatos y apreciar lo importante que son.

Tuvimos el privilegio y el honor de servir y laborar con cientos de miles de personas de los cuales a cada uno de ellos aprendíamos una nueva lección de vida. A su vez, no fue hasta después de los veintiún años que nos dimos cuenta que cada uno de los trabajos en donde estuvimos forjaron el hombre que somos hoy.

Fueron esas horas de arduo trabajo, sudor, malos humores, regaños (necesarios algunos y otros solo poca vergüenzas) la que nos moldearon. Desde el estar limpiando una farmacia, hasta estar cargando cajas en un almacén, lavar carros, cortar grama, mesero, tiendas de videos (cuando se veían películas en VHS), en el gobierno federal, legislatura.

Como después de habernos graduado las experiencias que tuvimos en el “mundo laboral” de las agencias de publicidad, firma de relaciones públicas, compañía de producción de eventos, chofer, entre otros que no mencionaremos.

Esto sin dejar fuera las horas de servicio comunitario que realizamos en la secundaria, universidad y después de adulto, en donde no solo servíamos al publico indigente, sino que nos envolvíamos de lleno en las juntas directivas.
 
Fue ahí en donde el servir se calo dentro de nuestra alma y nos ensenó que la humildad abre más puertas que tener un millón de dólares. Que el alma se llena de una forma diferente que las otras facetas de nuestra vida. Que una mirada dice más que millones de libros.

Fue entonces cuando llegue a ese mundo del servir en donde el conocimiento de la calle, la experiencia de la diversidad de mundos por donde nos habíamos paseado, e unieron a la sabiduría del alma.

Fue entonces en donde entendimos la razón de la cultura del trabajo, que el secreto de hacer labor no es para enriquecer nuestros egos y mucho menos nuestros bolsillos, sino que nos brinda un sentido de pertenencia, es una manera clara y contundente que le decimos al mundo que hacemos una diferencia, que nos probamos de que estamos hecho y las capacidades u oportunidades de crecimiento y las posibilidades infinitas que existen.

La cultura del trabajo, no es mas que la sabiduría del corazón hecho realidad, va mas allá de un simple sentido de compromiso y juego de palabras como: responsabilidad, solidaridad y de trabajo en equipo.

Va mas allá, es un sentimiento que se planta en nuestro terreno fértil de nuestra inocencia, que si bien cuidado, nos abrirá puertas, nos enseñarán nuevos caminos y nos dará la oportunidad infinita de alcanzar lo que podamos imaginar.

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Waldemar Serrano-Burgos, CEC
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SALUD MENTAL, LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: ENGAÑAR AL MEDICO



Una joven, que había acudido a consulta odontológica con su hijo de dos años porque éste presentaba ya un acusado deterioro de sus recién estrenados dientes, había sido advertida por el profesional de que debía dejar ya de darle pacha (biberón).

Tiempo después, antes de la siguiente cita, la joven, que había hecho caso omiso de la recomendación, comentaba inquieta con su madre que el doctor notaría que al niño se le seguía dando pacha, a lo que la madre sugirió que le lavara bien los dientes para que el médico no se diera cuenta.

       Pero no sólo sucede con el odontólogo. Otros profesionales de la medicina se enfrentan a veces con situaciones similares respecto a los hábitos de vida de sus pacientes.

Es común acudir a los especialistas de la medicina pensando que éstos tienen una varita mágica con la que van a solucionar nuestros problemas, como por arte de magia. En forma particular, y lo conozco bien, sucede en especialidades como la salud mental, en la que la ausencia de rastros físicos da pie a muchos pacientes a tratar de ocultar o deformar “a su favor” la  información que el profesional les solicita, de modo que las recomendaciones de éste no vayan a afectar a su estructura conductual ya fraguada.

       Algunas personas acuden exponiendo problemáticas dentro de un contexto que, aparentemente, las justifica completamente, y al citar a personas de ese contexto para ampliar la información, o al tratar de ampliar la información directamente con el paciente surgen contradicciones, discrepancias y datos que ponen en evidencia la subjetividad y parcialidad de la información inicial.

A veces pareciera que la intención de algunas personas que solicitan el servicio del profesional de salud mental es algo así como “contratar” al especialista para que le otorgue la razón eln algún conflicto interno familiar, y así, aparentemente, lavar su conciencia. A veces algunas personas llegan a sentirse ofendidas al sugerírseles que en algún modo su propia actitud pueda ser generadora de una problemática.
 
       Volviendo a generalizar, en la mayoría de casos existen unas circunstancias, unos hábitos, unas actitudes, que son las que generan el problema de salud, o que lo agravan.

Los profesionales de la salud no son jueces que nos vayan a condenar por hábitos o conductas equivocadas; al contrario, su trabajo es precisamente detectar esas causas y recomendar acciones que nos ayuden a solucionar nuestros problemas.

       Si buscamos ayuda en un profesional, es absurdo y contradictorio tratar de engañarle, de ocultarle información, o de boicotear su trabajo en cualquier forma. Lo de menos es que por su preparación puede detectar información oculta o engañosa; lo peor del caso es que no es a él a quien estamos engañando, sino a nosotros mismos, puesto que con ello estamos reconociendo ante nuestra conciencia, implícitamente, que en dicha información está parte del problema, y, además, estamos pagando un servicio para seguir con los mismos problemas que supuestamente queremos solucionar.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.