domingo, 4 de enero de 2015

Derecha EEUU: Conservadores Reformistas viven debate interno para empujar a Republicanos hacia el centro

Tomado de El País
La derecha de EE UU redefine su ideología al asumir más poder
El nuevo “reformismo conservador” empuja a los republicanos a abordar la pobreza y las desigualdades


 Por Marc Bassets

Los últimos seis años han transformado al Partido Republicano. Son los años del demócrata Barack Obama en la Casa Blanca, pero también del auge del movimiento conservador y populista Tea Party. Los republicanos asumirán el martes el control del Congreso de Estados Unidos en plena discusión sobre su orientación política.
Un grupo de intelectuales denominados conservadores reformistas —muchos de ellos menores de 40 años y procedentes del mundo académico— son el motor del rearme ideológico de la derecha.
Los nuevos republicanos, abiertos a cuestiones como la pobreza o las desigualdades, tradicionalmente un monopolio de los demócratas, se preparan para gobernar en el Senado y en la Cámara de Representantes, a partir de esta semana, y en Estados Unidos cuando Obama abandone el poder tras las elecciones presidenciales de 2016.
Las elecciones legislativas de noviembre dieron al Partido Republicano la mayoría en el Senado. Desde 2011, era mayoritario en la Cámara de Representantes. El martes, cuando se constituya el 114º Congreso, los republicanos ocuparán el mayor número de escaños en la Cámara de Representantes desde 1928.
Desde que el antecesor de Obama, George W. Bush, ganó su segunda elección presidencial en 2004, el Partido Republicano no había sido tan poderoso. Pero el Partido Republicano de 2014 es distinto del de Bush.
“Ha sufrido varias sacudidas. No es el mismo partido que al final de los años de Bush”, dice Yuval Levin, director de la revista National Affairs y cabeza pensante de los conservadores reformistas. “En la política exterior es mucho más cauto ante las ambiciones agresivas y la implicación en los asuntos internos de otros países. En la política interior es un partido mucho más conservador, mucho más comprometido con un papel reducido del Estado y con un gasto público inferior, y más preocupado por el déficit”.
EE UU es un país donde la política es indisociable de las ideas: a fin de cuentas, se fundó sobre la base de la filosofía de la Ilustración. Algunas de las iniciativas que más huella han dejado se gestaron en círculos de intelectuales y economistas.
Difícilmente habría existido la revolución económica de Ronald Reagan sin las propuestas y teorías del American Enterprise Institute (AEI), la Heritage Foundation o el Nobel de Economía Milton Friedman. Y la invasión de Irak en 2003 no se explicaría sin los neoconservadores, el movimiento que tiene su origen en una elite de intelectuales izquierdistas que en los años sesenta y setenta se distanciaron del Partido Demócrata.
Los años de Obama han sido para los conservadores una travesía del desierto que les ha forzado a reformular sus bases ideológicas. El Tea Party actuó como un combustible para una derecha deprimida, pero falló a la hora de presentar alternativas. Convirtió a los republicanos en el partido del no: eficaz a la hora de torpedear cualquier proyecto del presidente Obama, pero inútil a la hora de gobernar.
Ahora llega el reformismo conservador, que no reniega del Tea Party, pero lo corrige. Yuval Levin, nacido hace 37 años en Israel y emigrado a EE UU cuando era niño, se declara un “fan” del Tea Party, pero señala que tanto este movimiento como el Partido Republicano, “se han centrado demasiado en lo que había que frenar y no en lo que había que hacer”.
Al inicio de una conversación reciente en su despacho de National Affairs, Levin dejó claro que él no cree que la política de Estados Unidos se resuma en la oposición entre capitalismo y socialismo. Puede parecer una obviedad, pero no lo es: uno de los mensajes recurrentes del Tea Party ha sido que Obama era un socialista o incluso un comunista. “Los americanos, de izquierdas y derechas, son todos capitalistas”, dice Levin.
Levin —autor de El gran debate, un ensayo que traza el origen de la división entre izquierda y derecha en los pensadores y políticos británicos del siglo XVIII Edmund Burke y Thomas Paine— se distancia de Ronald Reagan, el santo patrón de la derecha norteamericana. Su generación se ha liberado de la nostalgia del presidente que decía que “las palabras más terroríficas de la lengua inglesa son: ‘Trabajo para el Estado y he venido a ayudarle”.
“Parte de lo que hacemos”, explica Levin, “es lograr que los conservadores hablen de temas que solíamos dejar para la izquierda”.
El legado de Reagan, lamenta el intelectual conservador, sigue definiendo las propuestas republicanas en política fiscal, que prohíben cualquier subida de impuestos y protegen a los emprendedores y a los más ricos como origen de la riqueza que después se expande al resto de la sociedad. “Hablamos demasiado de propietarios de empresas y de impuestos a las empresas y de tipos impositivos que afectan a los más ricos, y no hablamos lo suficiente de los impuestos que afectan a las familias de clase media”, dice Levin.
Para algunas figuras emergentes del Partido Republicano, intelectuales como Levin o Arthur Brooks, el presidente de AEI, son interlocutores frecuentes. National Affairs es lectura obligada en el Capitolio. “Sin duda, es importante e influyente”, dijo el senador Mike Lee a The New York Times, en alusión a Levin. Los planes dePaul Ryan, congresista y candidato a la vicepresidencia en 2012, para combatir la pobreza responden a este nuevo espíritu.
No todo lo que dicen y escriben Levin y sus compinches intelectuales se traduce en propuestas del Partido Republicano, pero ellos son hoy una inspiración: el disco duro ideológico.
“Parte de lo que hacemos”, explica Levin, “es lograr que los conservadores hablen de temas que solíamos dejar para la izquierda”. Menciona la educación, la sanidad o la pobreza.
Levin, como Brooks, se esfuerza por recuperar una retórica que parecía propiedad de la izquierda. Insisten en la dimensión moral, espiritual de la política. Brooks ha recibido al Dalai Lama en el AEI, templo del conservadurismo norteamericano. Levin lamenta el carácter economicista y utilitario de los debates en Washington.
“No hablamos lo suficiente en la vida pública de las virtudes que permiten una vida floreciente”, dice. Instituciones como la familia y la religión son fundamentales en esta visión arraigada en los valores de la derecha.
La política es una lucha de poder, y la batalla de los próximos dos años será doble: entre el Partido Republicano, mayoritario en el Congreso, y Obama; y entre candidatos y facciones republicanos por la nominación a las presidenciales de 2016.
¿Cómo gobernar a partir del martes en el Congreso? ¿Y en la Casa Blanca? Ahí entran en juego las ideas: de Lincoln a Reagan, de Roosevelt a Johnson, han transformado Estados Unidos. Los perfiles de la próxima batalla ideológica empiezan a dibujarse.
Tres batallas para la oposición a Obama
§  Estado de bienestar. Pese a la retórica contraria al intervencionismo del Estado y a las promesas de acabar con la reforma sanitaria de Obama, se busca la preservación de alguna red de protección social.
§  Inmigración. El debate sobre la necesidad de regularizar a millones de inmigrantes en un país más diverso y más hispano puede forzar al Partido Republicano a apoyar la reforma.
§  Matrimonio gay. Los republicanos se han visto desbordados por la legalización del matrimonio homosexual en decenas de Estados. Algunos sostienen que hay que abrir una institución tradicional como el matrimonio a muchos más ciudadanos.

Entre el cambio y el mantenimiento del ‘statu quo’
M. B., WASHINGTON

Yuval Levin, el ideólogo de la nueva derecha norteamericana, es el heredero de una rica tradición. National Affairs —la sesuda publicación trimestral que él mismo dirige— es la sucesora de The Public Interest, la revista de referencia de los neoconservadores. A partir de los años sesenta, esta plataforma sirvió a intelectuales como Irving Kristol, el pope del neoconservadurismo, o el sociólogo Daniel Bell para influir en el debate público. A Levin le han llamado el “pequeño Kristol”.

Levin, con experiencia en la Casa Blanca de George W. Bush, sabe enmarcar las querellas políticas en una perspectiva filosófica que trasciende las pequeñas peleas en Washington. En el ensayo El gran debate, fruto de su estancia en el Comité sobre el Pensamiento Social de la Universidad de Chicago, sostiene que los actuales debates entre derecha e izquierda, entre conservadores y progresistas, entre republicanos y demócratas, se fraguaron entre 1770 y 1800.

Todo empezó en la pelea entre los políticos y pensadores británicos Edmund Burke y Thomas Paine, un reflejo de la tensión entre cambio y preservación del statu quo. Burke, autor de la crítica más demoledora de la Revolución Francesa, era alérgico a los cambios bruscos y a la idea de que la humanidad podía empezar de cero. Abogaba por la cautela y el progreso paulatino. Al contrario que Paine, que se entusiasmó con la Revolución.

“Burke refleja una visión de la sociedad fundamentada en la tradición, que respeta las instituciones establecidas porque estas poseen una mayor sabiduría de la que pueda alcanzar nuestra destreza técnica”, dice. La de Burke es la tradición de la derecha, aunque políticos como el presidente Barack Obama —un político cauto y partidario de los pequeños pasos— se han declarado burkeanos.


Y, aunque Levin identifica a Paine con la izquierda, la derecha de EE UU es paineana en su afán transformador: la invasión de Irak o los deseos en algunos sectores de abolir el Estado del bienestar retoman la retórica revolucionaria del siglo XVIII. “En América”, dice Levin, “los conservadores conservan una tradición que empezó en la revolución”.

Próximo martes asume nuevo Congreso EEUU, el 114 de su historia

Tomado de Tiempo Latino

Llega el Congreso 114

Con mayoría republicana

La Cámara de Representantes despidió el 2 de enero formalmente la sesión 113 del Congreso, cuatro días antes de que tome posesión la nueva legislatura de mayoría republicana en ambas cámaras, que promete trabar las prioridades legislativas del presidente Barack Obama.

En una breve sesión formal sin ninguna votación, los legisladores de la Cámara Baja clausuraron la legislatura número 113 del Congreso, correspondiente a 2013 y 2014, en la que los republicanos controlaron ese hemiciclo y los demócratas mantuvieron el dominio del Senado. 

La sesión, la última de la legislatura después de que el Senado clausurara sus funciones el pasado 16 de diciembre, era un trámite necesario para que el próximo martes 6 de enero puedan tomar posesión de su cargo los legisladores elegidos en los comicios legislativos del pasado noviembre. 

El Congreso que se despidió hoy iba camino de ser uno de los menos productivos de la historia hasta el pasado noviembre, cuando los demócratas, conscientes de su efímero control del Senado tras las elecciones, impulsaron con énfasis varias de sus prioridades mientras los republicanos trataban de sacar adelante las suyas. 

Así, en los últimos dos años el Congreso aprobó 296 leyes, trece más que en la legislatura anterior; entre ellas 111 sancionadas en la llamada sesión del "pato cojo", que se extendió desde las elecciones hasta el final del año, según un estudio publicado esta semana por el centro de investigación Pew. 

Durante la mayor parte de 2013 y 2014, los proyectos de ley más ambiciosos languidecieron en las dos cámaras del Congreso, con intentos frustrados de legislar en materia de inmigración, control de armas o agricultura, en un ambiente cada vez más polarizado. 

El martes, los republicanos tomarán el control de ambas cámaras por primera vez desde 2006 y lograrán su mayoría más amplia en la Cámara Baja desde la Segunda Guerra Mundial, un giro que obligará a Obama a cambiar su estrategia para impulsar sus prioridades en los dos años que le quedan de mandato. 

Según altos funcionarios de la Administración citados hoy por el diario Wall Street Journal, Obama planea centrarse menos este año en las acciones ejecutivas que caracterizaron su gestión en 2014 para potenciar una estrategia legislativa que busque impulsar objetivos de la mano del nuevo Congreso republicano. 

Después de las dos grandes acciones ejecutivas que tomó a finales del año pasado en materia de inmigración y de acercamiento a Cuba, Obama ha decidido invertir más capital político en asuntos en los que puede lograr acuerdos legislativos con los republicanos, como el comercio o la inversión en infraestructuras, según el rotativo. 

No obstante, el presidente planea mantenerse firme en asuntos en los que tiene profundos desacuerdos con el ala conservadora, como la defensa de sus medidas para evitar la deportación de casi 5 millones de inmigrantes indocumentados o la integridad de la reforma sanitaria de 2010, de acuerdo con el diario. 

Se espera que las acciones ejecutivas de Obama en materia de inmigración cobren protagonismo de forma temprana en el nuevo Congreso republicano que, según algunos observadores, podría tratar de entorpecerlas cuando se agoten los fondos para el Departamento de Seguridad Nacional a finales de febrero. 

Entre sus tareas inmediatas, los miembros del nuevo Congreso tendrán también la confirmación de la nominada como fiscal general, Loretta Lynch; y además se espera que los republicanos aprueben pronto legislación en apoyo a la construcción del oleoducto Keystone XL, que transportaría crudo desde Canadá al Golfo de México. 

No obstante, no está claro que esa legislación pueda contar con la firma de Obama, que el mes pasado cuestionó el beneficio "nominal" que tendría para los consumidores estadounidenses la construcción de ese oleoducto y mostró su preocupación por las posibles repercusiones medioambientales del proyecto. 

Gallup: Hillary Clinton sigue siendo la mujer mas admirada en EEUU

 Agencias Noticiosas
Hillary Clinton es la mujer más admirada en su país
El podio de las mujeres se completa con la presentadora de televisión estadounidense Oprah Winfrey y la joven paquistaní Malala Youfsazai, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2014.

Hillary Clinton fue votada por los estadounidenses como "la mujer más admirada del mundo", distinción que la ex secretaria de Estado obtiene por décimo tercer año consecutivo. El podio de las mujeres se completa con la presentadora de televisión estadounidense Oprah Winfrey y la joven paquistaní Malala Youfsazai, ganadora del Premio Nobel de la Paz 2014.

Hillary Clinton se impuso con el 12% de los votos, muy por encima de la primera dama Michelle Obama, que finalizó en el quinto lugar con un 3%. Elizabeth Warren, la académica y senadora demócrata "anti-Hillary" que podía desafiarla en las primarias, finalizó novena con un 1% de los votos, lo mismo que la ex primera dama Laura Bush. "Clinton es la mujer más admirada por 19 veces, más que cualquier otra en la historia de Gallup, y seis veces más de Eleanor Roosevelt", informó la encuestadora. Gallup precisó que el margen de Hillary Clinton sobre Winfrey fue de cuatro puntos porcentuales, la menor diferencia desde 2007.

Entre los hombres, el "más admirado del mundo" resultó el presidente Barack Obama, escoltado por el Papa Francisco, según surge de la clasificación anual elaborada por Gallup. Obama ha sido el más admirado por siete años, desde que fue elegido presidente en 2008, a pesar de que aparece en el top ten desde el 2006. Con el 19% de los votos, Obama está firmemente a la cabeza de la clasificación, seguido a distancia por el Papa Francisco con el 6%.

El ex presidente Bill Clinton aparece tercero con 3% en el ranking de Gallup. Entre los diez primeros puestos también aparecen el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y el presidente ruso, Vladimir Putin.

Obama y Hillary Clinton han visto menguar su popularidad este año a nivel mundial, pero han mantenido la primacía entre los estadounidenses. "El próximo año, Clinton podría estar comprometida -observó Gallup- en la campaña para convertirse en la sucesora de Obama como presidente de Estados Unidos". "No está claro si esto hará que sea más o menos admirada. Por un lado, ser nominada garantizará que siga siendo una figura prominente. Por otro lado, será evaluada como más partidista, que podría verse desde una óptica menos favorable", completó Gallup.


Fallece Ed Brooke primer senador afroamericano elegido en las urnas

Agencias Noticiosas
 Muere el primer senador de la raza negra electo en Estados Unidos


"Ed Brooke se mantuvo al frente de la batalla a favor de los derechos civiles y de una justicia económica", dijo Barack Obama tras conocer el fallecimiento del republicano de 95 años que ejerció dos mandatos

El primer político negro electo en el Senado estadounidense, Edward Brooke, falleció este sábado a los 95 años, anunció la unidad local del partido republicano en Massachusetts (noreste).

Electo en 1966 en ese estado, Brooke ocupó su cargo durante dos mandatos, de 1967 a 1979 en la cámara de Senadores del Congreso, que cuenta con 100 escaños. Este republicano fue el primer negro en haber sido electo por sufragio universal directo.

Antes de Brooke, otros políticos negros habían sido electos, pero a través de las legislaturas de sus estados.

El mandatario, Barack Obama, saludó su "extraordinaria vida al servicio del público". "Ed Brooke se mantuvo al frente de la batalla a favor de los derechos civiles y de una justicia económica".

OBAMA: "TUVO UNA EXTRAORDINARIA VIDA AL SERVICIO DEL PÚBLICO"

El primer presidente negro de Estados Unidos, quien fue tan sólo el tercer senador afrodescendiente electo, reconoció que había "seguido el camino" que Brooke dibujó en el Estados Unidos segregacionista.

Nacido el 26 de octubre de 1919, Brooke combatió con Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, estudió en la universidad Howard y fue fiscal general de Massachusetts antes de llegar al Senado en Washington. Fue la primera vez que un hombre negro ocupó esta función en uno de los 50 estados del país. 
En septiembre de 2002, Brooke fue diagnosticado con cáncer de mama y se sometió a una doble mastectomía. Poco después decidió hablar públicamente de esta enfermedad, que también afecta a muchos hombres.


sábado, 3 de enero de 2015

Extirpar la corrupción y Ajuste Económico promesas repetidas de Roussef en su segundo mandato

Tomado de RFI


Dilma Rousseff anuncia ajustes económicos y promete "extirpar" la corrupción

La presidenta brasileña, que asumió este jueves su segundo mandato, prometió tomar medidas para "extirpar" la corrupción ante el escándalo que enloda a la empresa estatal Petrobras y anunció ajustes económicos para enfrentar la desaceleración. Un programa de austeridad que, aseguró, no restará sus beneficios a los más pobres.
Este segundo mandato de Dilma Rousseff y cuarto consecutivo de un gobierno del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) se inició con dos palabras clave en Brasil: lucha contra la corrupción y ajustes económicos.

"Estoy proponiendo un gran pacto nacional contra la corrupción que involucre a todas las esferas del gobierno y todos los núcleos de poder, tanto en el sector público como privado", afirmó la presidenta y exguerrillera Dilma Rousseff al jurar ante el Congreso.

La mandataria prometió investigar con rigor los hechos de corrupción en la petrolera estatal Petrobras, la mayor empresa de Brasil y su mayor inversionista, y "extirpar" esa práctica. Treinta y nueve personas están siendo procesadas por la justicia tras destaparse una red de corrupción que habría servido a empresas constructoras para pagar sobornos y así conseguir contratos con Petrobras. Y varios políticos aliados del gobierno podrían verse involucrados.

Concretamente, Rousseff enviará en los próximos seis meses un paquete de medidas para agilizar los juicios y endurecer las penas de los condenados por corrupción en el sector público como privado.

Un exbanquero a la cabeza de Hacienda

La presidenta también anunció que aplicará medidas de ajuste económico para enfrentar el débil crecimiento que experimenta Brasil desde hace varios años y que se perfila nuevamente para el 2015. En los últimos cuatro años, el PIB de Brasil pasó de crecer en un 7,5% en 2010 a una previsión cercana a cero en 2014. Y en 2015 solo se espera un leve despegue de un 0,5%.

El gobierno brasileño buscará poner orden en las finanzas, reducir gastos y recuperar la confianza de los mercados para atraer más inversiones. Un programa de ajuste que llevará a cabo un liberal ortodoxo, el exbanquero Joaquim Levy, cuyo nombramiento a la cabeza del Ministerio de Hacienda hace unos días fue la primera señal de austeridad.

Sin embargo, a pesar de estos ajustes, Dilma Rousseff aseguró que su gobierno no renuncia a sus compromisos con los más pobres: "Vamos a derrotar la falsa tesis de que hay un conflicto entre ajuste económico y preservación de los avances sociales". Y prometió que la educación será la "gran prioridad" de su segundo mandato, para mejorar el sistema educativo de Brasil que muchos consideran deficiente.