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martes, 29 de mayo de 2012

Fue en realidad Marco Polo quien llevó la pasta desde China a Italia?


Tomado de La Voz de Rusia


Marco Polo llevó la pasta a Italia, pero 100 años antes ésta ya existía en Sicilia

Uno de los mitos más famosos que rodea a Marco Polo relata que justamente ese comerciante y viajero veneciano trajo los tallarines desde China, regalando a Italia la famosa pasta.


En realidad, aunque los chinos efectivamente comían fideos siglos antes que los italianos, al menos cien años antes de que naciera Marco Polo, en Sicilia ya conocían la pasta.

Sin embargo, en el famoso Libro de la diversidad mundial, Marco Polo relató a la Europa Medieval la vida de muchos países del Este. Hoy, al igual que en el siglo XIII los negocios y la política se encontraban estrechamente vinculados. Marco Polo, durante sus viajes hacia el oriente hacía el papel de diplomático y cortesano. En 1275 los viajeros italianos llegaron a la residencia del Khan mongol Khubilai. Al relatar sobre las tierras vistas, Marco Polo describía para sus contemporáneos europeos varias preferencias culinarias de los habitantes del Oriente.

He aquí lo que dijo respecto a los tártaros (refiriéndose a una de las tribus mongoles); los tártaros comen la carne de cualquier animal, como dicen - ¡todo lo que corre y vuela! Según Lourens Bergrin, el autor de la biografía de Marco Polo, él había descrito la vida de los soldados mongoles: “cuando se van a la guerra llevan dos bolsas de cuero con leche de yegua para beber y una olla de barro para preparar la carne. En caso necesario pueden permanecer diez días sin comer, sin hacer fogatas, alimentándose de la sangre de sus caballos”.

Al hablar sobre los habitantes actuales de la provincia china de Yunnan, el viajero veneciano aseguraba que ellos comen la carne cruda. “Cuando la gente pobre mata a un animal, retiran rápidamente el hígado, lo pican en pequeños pedazos, los remojan en una mezcla de ajo y lo comen”. El libro de la diversidad mundial impresionó a muchos con los cuentos de que los chinos comen la carne de la serpiente, la cual es muy rica y costosa. La bilis de este reptil se utiliza como un excelente remedio. Los científicos creen que Marco Polo describía al caimán chino.

Se puede destacar el gran banquete del Khan Khubilai, fundador del estado Yuan de China. Según las palabras del viajero veneciano, la mesa del gran Khan se encontraba más alta que las mesas de los invitados: Khubilai se sentaba en la parte norte mirando hacia el sur, a su brazo izquierdo se sentaba su esposa, al lado derecho se encontraban sus hijos, sobrinos y toda la familia imperial. Las mesas estaban distribuidas de tal manera para que el Khan pudiera ver a todos. Mientras que por fuera del lugar se servía la comida a más de cuarenta mil personas.

domingo, 29 de abril de 2012

La infidelidad de la especie humana como negocio cibernético

Tomado de Semana.com

Noel Biderman fundador de AshleyMadison.com muestra su libro heaters Prosper: How Infidelity Will Save The Modern Marriage traducido como “Los infieles prosperan: De cómo la infidelidad salvará el matrimonio moderno


Noel Biderman cree que ser monógamo va contra la naturaleza humana. Por eso creó AshleyMadison.com, la agencia para infieles más famosa del mundo, que llega a Colombia la próxima semana.

Las encuestas demuestran que es uno de los países con mayor número de infieles en Latinoamérica.

Cuando Noel Biderman le dijo a Amanda, su esposa, que quería fundar una página para que las personas pudieran tener aventuras amorosas sin que sus parejas las pillaran, lo tildó de loco. "Pero una vez decidí invertir mi dinero y ella vio que la cosa iba en serio, se volvió mi mejor aliada", contó a SEMANA Biderman, hoy presidente de AshleyMadison.com, la primera agencia en el mundo para infieles. El proyecto ha resultado tan exitoso que ya cuenta con más de 13 millones de usuarios y es una de las redes sociales que más rápido ha crecido, después de Facebook.
Al principio, el portal solo funcionaba en Canadá y ahora tiene presencia en 22 países, incluido Colombia, adonde Biderman, un convencido de que el hombre es adúltero por naturaleza, llegará la próxima semana para hacer su lanzamiento oficial. La mecánica del sitio es sencilla: la gente registra su perfil de forma gratuita -este incluye desde rasgos físicos, como el peso y la altura, hasta preferencias sexuales y estado civil- y solo empieza a pagar cuando quiere contactarse con alguien que le interese. Así que el negocio está en los paquetes de mensajes que la empresa cobra para que sus miembros chateen. 

Desde entonces, la agencia ha sabido llamar la atención de los medios con vallas protagonizadas por personajes como el príncipe Carlos, el rey Juan Carlos (ver nota en la página siguiente) y el expresidente Bill Clinton, acompañados por el eslogan: "¿Qué tienen estas 'realezas' en común? Deberían haber utilizado AshleyMadison". Hace poco fueron todavía más lejos al incluir en uno de sus anuncios un fotomontaje de la reina Sofía semidesnuda y abrazada a un hombre menor que ella. Como es de esperarse, Biderman ha sido acusado de promover la infidelidad. Su argumento siempre es el mismo: el adulterio ya existía desde mucho antes de que creara su empresa. 

"Nuestro objetivo no es convencer a la gente de que engañe, sino de que tenga amoríos extramaritales perfectos", afirma. Es decir, en lugar de tener un affaire en la oficina, donde es más riesgoso exponerse a perder el puesto, mejor tenerlo en un sitio que garantice la confidencialidad. Otro de los mayores retos ha sido atraer al público femenino, ya que el 70 por ciento de sus usuarios son hombres. "Sabemos que ellos van a salones de masajes y contratan damas de compañía, pero las mujeres no pueden tener aventuras. Eso es ridículo, ellas también tienen necesidades. A todo el que ingresa le prometemos que no será juzgado". 
De hecho, Biderman señala que alrededor del 18 por ciento de las mujeres casadas se echa una cana al aire en algún momento de sus vidas: "La monogamia no está en nuestro ADN. No estamos diseñados de esa manera y, por lo tanto, no estamos destinados a ser así". Lo paradójico es que él, el rey de la infidelidad, dice que nunca ha engañado a Amanda, con quien lleva ocho años de casado y tiene dos hijos, de 7 y 4 años. "Lo hice cuando era joven. Pero si hoy ella decide que no quiere estar conmigo, preferiría tener una aventura antes que separarme; yo no soy un cura ni tomé los votos del celibato". Por eso, cada vez que le preguntan si se considera un 'rompehogares', responde que su empresa hace todo lo contrario, pues "el adulterio salva matrimonios". 
Biderman está seguro de que las personas traicionan a sus parejas porque se sienten insatisfechas. No en vano, dice, el tráfico de su página aumenta el lunes, después de que la gente no cumple sus expectativas amorosas durante el fin de semana, y los días siguientes a celebraciones especiales. "En San Valentín esperas que haya romance, pero si tu compañero te ignora y enciende el televisor, eso te hace pensar en lo aburrida que se ha convertido tu relación. Es ahí cuando eliges tener un affaire". Así que, en lugar de ver la infidelidad como algo perverso, él cree que es una oportunidad para mejorar y detectar dónde está el problema. 
Si en su caso alguna vez descubre que su mujer tiene un amante, quedaría devastado, mas no la culparía, porque algo malo tuvo que haber hecho él para que ella optara por eso. Después de estudiar el tema durante tanto tiempo, Biderman habla como si fuera un terapeuta experto en relaciones de pareja -incluso el año pasado escribió el libro Cheaters Prosper: How Infidelity Will Save The Modern Marriage (Los infieles prosperan: De cómo la infidelidad salvará el matrimonio moderno)-, aunque en realidad se haya graduado de abogado de la Universidad canadiense de York. Antes de AshleyMadison.com, representaba a jugadores profesionales de baloncesto en diferentes países. Si bien las dos actividades al parecer no tienen conexión, fue en el mundo del deporte donde Biderman se estrenó en el negocio de la infidelidad. Casi todos sus clientes engañaban a sus parejas y, por lo tanto, en ocasiones le tocaba lidiar con ciertos "asuntos domésticos". 
A pesar de las constantes críticas y de ostentar el título del 'hombre más odiado de internet', Biderman sabe que, al fin de cuentas, su éxito consiste en haber aprovechado las oportunidades en el momento preciso. "AshleyMadison no es un fenómeno pasajero. Tardé cinco años tratando de conseguir el primer millón de usuarios y desde entonces no ha parado de crecer". Precisamente por eso, tras una década de operaciones, su compañía ve a Colombia como un mercado atractivo, pues encuestas demuestran que es uno de los países con mayor número de infieles en Latinoamérica. "Antes de lanzarlo aquí, notamos que cientos de miles de personas intentaron entrar a la página". 
Según CelebrityNetWorth.com, una página especializada en las finanzas de los famosos, Biderman ha amasado una fortuna de 100 millones de dólares gracias a los deslices de los demás. "Me encantaría que mi marido estuviera trabajando en la cura del cáncer -le confesó su esposa a la revista BusinessWeek el año pasado-. Pero es un negocio y así es como lo vemos". 

domingo, 15 de abril de 2012

Gurú Político recomienda 25 libros que todo aspirante a gobernar debería leer

 Tomado de Gurú Político




Por  Carlos Alvarez Acevedo

La lista es muy sencilla, se trata de una los libros que todo aspirante a gobernar debería de leer, para adquirir mínimo conocimiento y sensibilidad.

Los libros aportan cultura y además ofrecen herramientas para ser mejor persona, y por ende, un mejor político. 

Quizás entre estos 25 podrían encontrar uno o dos libros –de una lista mínima de tres– que marquen su vida.

1. “El laberinto de la soledad”, Octavio Paz (1950). Un libro del ganador del Premio Nobel de Literatura que consta de nueve ensayos: “El laberinto de la soledad parte de una opinión trágica e irrevocable: en el ser mexicano está presente, aún después de muchas generaciones, el hecho de que se trata de un pueblo surgido de una violación. En todas sus dimensiones, de frente y de perfil, en su pasado y en su presente, el mexicano resulta un ser cargado de tradición que, acaso sin darse cuenta, actúa obedeciendo a la voz de la raza…”, dijo Paz en entrevista que el autor concedió a Claude Fell, publicada en el número 50 de la revista Plural en noviembre de 1975. 

2. “La sombra del caudillo”, Martín Luis Guzmán (1929). Basada en hechos que acontecieron en México después de la revolución mexicana y después de los asesinatos de Madero, Villa, Zapata y Carranza. La época histórica reflejada en la novela se relaciona con el período presidencial de Elías Calles, el cual impuso como sucesor a Obregón, después de que asesinaron al General Serrano junto con sus partidarios en Huitzilac, en 1927. Fuerte crítica al caudillismo que imperaba en México después de la revolución y que marcó el inicio del poder dentro de las esferas militares. Critica con sarcasmo las formas que tomó el movimiento revolucionario; al mismo tiempo, hace evidentes las malas prácticas de Álvaro Obregón. 

3. Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (1917). Carta magna que rige actualmente en México. Es el marco legal para la organización del país. Es una aportación de la tradición jurídica mexicana al constitucionalismo universal, dado que fue la primera constitución de la historia en incluir los derechos sociales, dos años antes que la Constitución de Weimar de 1919. Fue promulgada por el Congreso Constituyente el 5 de febrero de 1917 y entro en vigor el 1 de mayo del mismo año. Su contenido ha sido reformado casi 200 veces y es muy diferente al original de 1917. Cuenta con 136 artículos y 19 artículos transitorios. 

4. “Los de abajo”, Mariano Azuela (1915). El argumento se desarrolla en el contexto de la Revolución Mexicana y se le considera como la obra más representativa de esa época. Un campesino rebelde, Demetrio Macías, tiene que huir de su casa ante la llegada de una tropa del gobierno. Los soldados allanan su morada, donde se encuentra su hijo y su mujer, y abusan de ésta, pero la súbita aparición del marido, rifle en mano, ahuyenta a los soldados. 

5. “La muerte de Artemio Cruz”, Carlos Fuentes (1962). Presenta una visión panorámica de la historia del México contemporáneo tal como la rememora un industrial y político agonizante. Mal hablado, audaz, corrupto, oportunista, Artemio Cruz representa las paradojas de la historia reciente de México, el sistema político mexicano que aún gobierna, las costumbres de la clase media y de la clase alta arraigadas en el poder. En resumen, La muerte de Artemio Cruz es una radiografía de la historia de México. 

6. “El político”, Baltasar Gracián (1640). Título completo es “El político don Fernando el Católico”, es una obra literaria perteneciente a la prosa didáctica de Gracián en la que, bajo la forma de una tesis que defiende que Fernando el Católico fue el mayor rey de la monarquía española, se describen sus dotes políticas y sus virtudes como ejemplo a emular para el hombre. En el libro, Gracián quiso presentar al monarca aragonés, que según el jesuita, fundó la mayor monarquía hasta la fecha, de reinos hasta entonces separados, como modelo de excelencia para oponer a los presentes, a Felipe IV y al Conde-Duque de Olivares. 

7. “El rey Lear”, William Shakespeare (1605). Esta tragedia narra la vida del Rey Lear, un hombre ya muy viejo, que decide dejar la dirección de su reino a sus tres hijas, con el fin de poder vivir tranquilo sus últimos días; para ello las somete a prueba. Sin embargo, pronto se sentirá amenazado por ellas al verse absolutamente abandonado. Sólo algunos fieles al rey intentarán devolver el reino a su antiguo propietario. La obra describe las consecuencias de la irresponsabilidad y los errores de juicio de Lear, dominador de la antigua Bretaña, y de su consejero, el duque de Gloucester. El trágico final llega como resultado de entregar el poder sus hijas malvadas por partes iguales y no a Cordelia, quien manifiesta un amor capaz de redimir el mal por el bien; sin embargo ella muere al final, brindando la idea de que el mal no se destruye a sí mismo; no obstante acaece el funesto destino de las hermanas de Cordelia y del oportunista hijo bastardo del conde de Gloucester. 

8. “Don Quijote de la Mancha”, Miguel de Cervantes Saavedra (1605). Una de las obras más destacadas de la literatura española y la literatura universal, y una de las más traducidas. Don Quijote fue la primera obra genuinamente desmitificadora de la tradición caballeresca y cortés, por el tratamiento burlesco que da a la misma. La novela consta de dos partes: la primera, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, fue publicada en 1605; la segunda, Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha, en 1615. Como primera novela verdaderamente realista, al regresar Don Quijote a su pueblo, asume la idea de que no sólo no es un héroe, sino que no hay héroes. Esta idea desesperanzada e intolerable, matará al personaje que era, al principio y al final, Alonso Quijano, conocido por el sobrenombre de “El Bueno”. 

9. “Breviario de los Políticos”, Julio Mazarino (1648). Atribuido al muy poderoso cardenal Mazarino, regente de Francia en la niñez de Luis XIV, hábil diplomático y político, primero al servicio del papa y más tarde al servicio del reino de Francia. Fue el sucesor del cardenal Richelieu como primer ministro. Es un descarnado y cínico manual de comportamiento para conseguir el poder y conservarlo. Y es también sátira de un mundo en el que las virtudes que tradicionalmente habían sido ensalzadas en los políticos parecen verse sustituidas por otras nuevas, en las que la consecución de los objetivos personales eclipsa cualquier consideración de orden moral. 

10. “La fiesta del chivo”, Mario Vargas Llosa (2000). El libro se ubica en la República Dominicana y retrata el asesinato del dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, y sus secuelas, desde dos puntos de vista con una generación de diferencia: durante e inmediatamente después del asesinato en sí, en mayo de 1961, y treinta y un años más tarde, en 1992. En todo, también hay una amplia reflexión sobre el apogeo de la dictadura, en la década de 1950, y su importancia para la isla y sus habitantes. 

11. “El príncipe”, Nicolás Maquiavelo (1513). Esta obra supone un ejercicio de ironía que “desnudaba” a la luz pública lo que eran las verdaderas prácticas del poder. Maquiavelo lo escribe está escribiendo para mostrar a Lorenzo II de Médici como debe desempeñarse si es que quiere unificar Italia y sacarla de la crisis en la que se encuentra. Maquiavelo aclara también que puede existir un hombre cuya virtud política (saber aprovechar los momentos de fortuna y escapar de los desfavorables) supere a la república en conjunto pero dicha virtud política morirá con el mortal que la posea, cosa que no ocurriría en una república bien organizada. El Príncipe presenta analogías con la figura romana y republicana del dictador, investido de poderes absolutos durante un breve período y teniendo que rendir cuentas posteriormente ante la república. 
 
12. “Discursos sobre la primera década de Tito Livio”, Nicolás Maquiavelo (1512). Fue escrito entre 1513 y 1519, no de una sola vez, sino en dos fases bien distintas; entre ellas escribió, sin interrupción alguna, El Príncipe. Discursos sobre la primera década de Tito Livio aparecería póstumamente en 1531. Maquiavelo contempla siempre apasionadamente la vida política, no desde el punto de vista de los diversos partidos y grupos, sino desde la perspectiva general del estado: el interés de éste, no el de los particulares, constituye el punto de partida maquiavelista. El autor aprueba así la lucha entre los plebeyos y patricios en Roma, no porque considere justo que se deje a cada cual expresar sus opiniones, sino porque juzga que dichas luchas fueron la primera causa de la libertad y la grandeza de la República, valorándolas por su efecto benéfico para el Estado, y no basado en un principio de derecho individual. 

13. “El espíritu de las leyes”, Montesquieu (1748). El autor escribió sobre el modelo político inglés de separación de poderes y monarquía constitucional, al cual considera el mejor en su tipo como garantía contra el despotismo. Montesquieu plantea que el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial no deben concentrarse en las mismas manos. Esa es una teoría de contrapesos, donde un poder equilibra al otro. Montesquieu aseguró que en la monarquía, los poderes intermedios –nobleza, clero, parlamentos- actúan como equilibrios que impiden excesos del poder del monarca como también del poder del pueblo. 

14. “Fouché, retrato de un político” o “Fouché, el genio tenebroso”, Stefan Zweig (1929). Es un libro biográfico del escritor austríaco Stefan Zweig en el que se narra la vida del político francés Joseph Fouché. Este libro es la particular visión de Zweig acerca de la vida del influyente político francés José Fouché, que desempeñó un papel importante en la Francia de finales del siglo XVIII y principios del XIX, es decir, en el convulso periodo que media entre la revolución francesa y el imperio napoleónico, y la vuelta a la monarquía por la que el estado francés pasó durante esos años. En el estudio sobre Fouché, Zweig realiza el retrato del arquetipo político que vive de la acción y de la ocupación. Su oficio no es pensar, sino actuar. Su temperamento es puro nervio, excitación extrema. La constitución que lo estructura, y hace de él un animal político, es básicamente fisiológica. 

15. “Fenomenología del espíritu”, Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1807). En esta obra se discuten problemáticas filosóficas anteriores al materialismo alemán, como son el ideal del absoluto, el espíritu humano como amor a la sabiduría en lo práctico, entre otros. Para Hegel, las ramas del saber sufren una crisis de disparidad, puesto que las disciplinas se han encargado de dividirlas para su aprehensión teórica. Mas en la práctica, el problema de los absolutos entra en juego, pues es difícil intertextualizar conceptos. La fenomenología del espíritu no parte del saber absoluto, pero conduce necesariamente a él. 

16. “De la Guerra”, Carl Von Clausewitz (1830). Fue un militar prusiano, uno de los más influyentes historiadores y teóricos de la ciencia militar moderna. Es conocido principalmente por su tratado “De la guerra”, en el que aborda a lo largo de ocho volúmenes un análisis sobre los conflictos armados, desde su planteamiento y motivaciones hasta su ejecución, abarcando comentarios sobre táctica, estrategia e incluso filosofía. La obra, cuyo título original es Vom Kriege, fue escrita en su mayoría tras las Guerras napoleónicas, entre los años 1816 y 1830, y es en realidad una obra incompleta; Clausewitz se propuso revisar sus propios manuscritos en 1827, pero murió antes de poder finalizar la tarea, y el libro fue publicado póstumamente por su esposa en 1832. Ha sido traducido a numerosos idiomas, y es uno de los libros más conocidos mundialmente sobre estrategia y táctica militar, además de ser de lectura obligada en varias academias militares. 

17. “El arte de la guerra”, Sun Tzu (500 a de C.). Es un libro sobre tácticas y estrategias militares. Posteriormente a su escritura fue compilado en trece tomos por Sun Wu, uno de los discípulos de Sun Tzu, y finalmente el texto que se conoce en la actualidad fue escrito por Sun Pin un descendiente de Sun Wu. Probablemente fue escrito hacia el año 500 a de C. El arte de la guerra es uno de los libros más antiguos que se han escrito. Fue el primer intento conocido sobre lecciones de guerra. Sin embargo, es todavía frecuentemente utilizado en la actualidad debido a que sus enseñanzas pueden ser aplicadas en muchas otras áreas donde está involucrado el conflicto. 

18. “Diálogos”, Platón (sin fecha). El conjunto de las obras más famosas de Platón se han denominado Diálogos, debido a su estructura dramática de debate entre interlocutores, si bien varios epigramas y cartas suyos también han perdurado. Todas las obras de Platón, con la excepción de las Cartas y de la Apología están escritas –como la mayor parte de los escritos filosóficos de la época- no como poemas pedagógicos o tratados, sino en forma de Diálogos; e incluso la Apología contiene esporádicos pasajes dialogados. En ellos sitúa Platón a una figura principal, la mayor parte de las veces Sócrates, que desarrolla debates filosóficos con distintos interlocutores, que mediante métodos como el comentario indirecto, los excursos o el relato mitológico, así como la conversación entre ellos, se relevan, completan o entretejen; también se emplean monólogos de cierta extensión. 

19. “La Política”, Aristóteles (330 a de C.) Para Aristóteles el hombre es un “animal político” por naturaleza. Sólo los animales y los dioses pueden vivir aislados. La fuerza natural hacia la reproducción y la conservación inclina a los hombres a vivir unidos, primero en la familia, luego en la aldea (unión de varias familias) y finalmente en la ciudad-estado (ni muy pocos, ni demasiados habitantes). El buen funcionamiento de una ciudad-estado no se asegura solamente por aunar voluntades hacia un mismo fin; se requiere también de leyes sensatas y apropiadas que respeten las diferencias y eduquen a los ciudadanos para la responsabilidad civil dentro de la libertad (Aristóteles, en su mentalidad clasista griega, no concibe el derecho de ciudadanía ni para las mujeres ni para los esclavos). Existen tres formas de legítimo gobierno: monarquía (gobierno de uno), aristocracia (gobierno de los mejores) y república (gobierno de muchos). A esas formas rectas de gobierno se oponen la tiranía, la oligarquía y la democracia (Aristóteles entiende por “democracia” el gobierno de los pobres). Aristóteles recogió y estudió las constituciones de 158 estados. 

20. “El contrato social”, Jean-Jacques Rousseau (1762). Para Rousseau, el hombre primigenio (el que estaba en el Estado de naturaleza) es un ser sin maldad, en el que predominan dos sentimientos básicos: el amor de sí, es decir el instinto de auto protección, y la piedad (repugnancia por el sufrimiento ajeno), pero a medida que va creciendo la población se van juntando grupos, esa unión crea falsas necesidades, para cubrirlas el hombre inventa la agricultura y la ganadería, pero cuanto más tiene el hombre más desea, y ciertas personas acumulan riquezas, éstos sufriendo por sus vidas y por sus riquezas debido a los recelos creados promueven un pacto, este pacto será el primer código jurídico. A partir de su observación de la sociedad, constituida en ese entonces por masas sometidas al Rey, discurre acerca del vínculo que existe entre el soberano y los súbditos. Descarta que el vínculo se halle en la fuerza o la sumisión, sino que por el contrario, los hombres voluntariamente renuncian a un estado de natural inocencia para someterse a las reglas de la sociedad, a cambio de beneficios mayores inherentes al intercambio social. 

21. “Diálogo de los oradores”, Tácito (102). Es un breve libro en forma de diálogo, sobre el arte de la retórica. La base de toda la obra de Tácito es, quizá, la aceptación del Imperio como el único poder capaz de salvar al estado del caos de las guerras civiles. El Imperio redujo el espacio de los oradores y de los hombres políticos, pero no había alternativa viable a él. A pesar de todo, Tácito no acepta el gobierno imperial de manera apática, y muestra, como en Agrícola la posibilidad que quedaba de hacer elecciones que son dignas y útiles al estado. 

22. “Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es”, Friedrich Nietzsche (1888). Es uno de los últimos libros del filósofo alemán. En él, Nietzsche, casi al borde de la crisis que le llevará a ser internado en un hospital psiquiátrico, pretende realizar un último intento por dar a conocer su filosofía, presentándose a sí mismo como autor de las obras que, según él, cambiarían la historia del pensamiento y quizá el curso de la Historia misma. El filósofo alemán se descubre a sí mismo como portador y emblema del valor dicotómico que distingue su filosofía: describe y relee toda su vida bajo la feliz óptica de lo dionisiaco. En este sentido, terminará su autobiografía con una pregunta: “¿Cristo o Dioniso?”, identificando al Cristianismo con la negación extrema de los valores vitales postulados por él en su concepción del Übermensch (superhombre o suprahombre). Nietzsche en una parte de la obra, se declara mensajero del apocalipsis, lo cual define como una guerra espiritual entre la mentira milenaria, cristianismo, y la verdad eterna, la voluntad de poder o simplemente voluntad que se deduce en Nietzsche influido por Schopenhauer es el grado de espíritu más alto. Afirma que llegada esa hora primero sucederían las guerras como nunca antes vistas en la tierra y terremotos y espasmos que destruirían todas las instituciones de poder que para él es la burocracia cristiana. 

23. “Homo videns. La sociedad teledirigida”, Giovanni Sartori (1998). Sartori analizó a finales de los años noventa la influencia de la televisión en la sociedad moderna y las consecuencias que se derivan de la supremacía de la imagen sobre la palabra escrita. Diez años después, el brillante ensayo del politólogo sigue vigente y muestra signos de convertirse en una sólida llamada de atención sobre el futuro de la sociedad digital ¿En qué nos estamos convirtiendo?. Sartori pone nuevamente de manifiesto cómo el discurso televisivo ha invadido y condicionado paulatinamente la cultura contemporánea en su predominio del ver, gestando así un efecto colateral: la atrofia de nuestra capacidad de entender. 

24. “Cuatro ensayos sobre la libertad”, Isaiah Berlin (1969). Cuatro ensayos está considerado un clásico del liberalismo político. No es un extenso libro de texto, sino un compendio de conferencias que impartiera en distintos momentos como catedrático de la Universidad de Oxford. Berlin lo consideraba su obra más importante. “La libertad de la que yo hablo es tener la oportunidad de acción más que la acción misma (…) Decir que la libertad es la actividad en cuanto tal es hacer que este término tenga demasiada extensión, lo cual tiende a oscurecer y a diluir la cuestión fundamental: el derecho y la libertad de obrar, sobre lo que los hombres han discutido y por lo que han luchado durante casi toda la historia que hemos conservado”, dice Berlin. 

25. “La política como vocación”, Max Weber (1919). En esta obra Weber definió el Estado como una entidad que detenta el monopolio de la violencia y los medios de coacción, una definición que fue fundamental en el estudio de la ciencia política moderna en Occidente. Todo está determinado por el medio específico utilizado por la política, es decir, la violencia. “Lo que determina la singularidad de todos los problemas éticos de la política es ese medio específico de la violencia legítima como tal en manos de las asociaciones humanas”, dice Weber. Afirma que “quien busque la salvación de su alma y la de otras almas no la busque por el camino de la política, que tiene otras tareas muy distintas, que sólo se pueden cumplir con la violencia”.


Politólogo con estudios en el Tecnológico de Monterrey, Campus Monterrey. Consultor Político. Director General de Gurú Político. Consejero Ciudadano del Observatorio Mexicano de la Homofobia (OMHO). Ha publicado en diversos medios nacionales, cómo Excélsior, y portales en línea. Correo: contacto@gurupolitico.com Twitter: @GuruPolitico Facebook: ElPoderdelasIdeas

martes, 10 de abril de 2012

Donald Trump comparte 10 claves para alcanzar el éxito

Tomado de Maestros para el éxito


Por Lola García Gómez

Aprender de aquellos que tienen éxito es fundamental. Hace un tiempo, Donald J. Trump, compartió una frase en su primer libro “El arte de la negociación” que se ha convertido en un referente cuando se habla de éxito: “Piensa en grande”.

Como dice Donald Trump: “Si de todos modos hay que pensar, más vale pensar en grande” y “Pensar en grande, empieza con los detalles y crece desde ahí”.

Aquí tienes las diez claves del éxito de Donald Trump, de forma resumida, aunque más abajo tienes un vídeo que ha compartido en su canal de Youtube Nicolás Quintana:

  • 1.- Sé concienzudo
No pienses en que el azar te lleve a alguna parte porque no lo hará

  • 2.- Genera Tu MOMENTUM y mantenlo en movimiento.
Hay que tener grandes ideas pero también la energía para que se realicen

  • 3.- Mantente enfocado
Tienes que permanecer enfocado. Tan pronto como pierdes el enfoque, pierdes también tu momentum

  • 4.- Mira la solución no el problema
Esto es muy importante si quieres aprende a pensar en grande porque, hagas lo que hagas, tendrás problemas de vez en cuando, es parte de la vida, de los negocios…
Si dejas que los problemas se metan en tu camino, se volverán más grandes que tu idea y serás derrotado. Sin importar lo mal que se vean las cosas, mantén tu foco en la solución.

5.- Ve la oportunidad por lo que es: Una oportunidad
Tómate el tiempo de ver el día de hoy como una oportunidad y te sorprenderás de lo que puedes encontrar en tu camino.

Ábrete a nuevas ideas y pronto estarás creando tus propias oportunidades.  Hazte todos los días una pregunta ¿qué puedo aprender hoy?

  • 6.- Aprende todo lo que puedas sobre lo que estás haciendo
Lee, aprende, investiga, te ayudará a evitar errores

  • 7.- Sé afortunado
Apasiónate con lo que haces. Debes amar lo que haces si quieres triunfar en ello

  • 8.- Has de verte victorioso
Eso puede anular la negatividad inmediatamente y darle un giro positivo a los problemas. Mira los problemas como desafíos. Cuando realices cualquier acción, piensa que ya lo has conseguido, te resultará más fácil alcanzarlo.

  • 9.- Sé inteligente
Ser inteligente significa que sabes usar lo que tienes a tu alcance

  • 10.- Sobre todo, nunca te rindas
La única vez en que serás un fracaso será si dejas de intentarlo. Sólo los perdedores abandonan.

Aquí tienes el vídeo que te comentaba. Te recomiendo que lo veas y lo escuches con atención, realmente, cuenta conceptos simples pero muy importantes si quieres enfocarte en tu éxito personal:


sábado, 7 de abril de 2012

Rusia y su constante oscilación entre el orden dictatorial y la ruptura social

Tomado de Foreign Policy
 
Desde la era de los zares hasta la de Putín se reflejan en la aguda obra crítica del escritor y caricaturista supremo ruso Nikolai Gogol, creador de la comedia más importante del teatro de su país  “El Inspector” y de las mundialmente famosas “Taras Bulba” y “Almas Muertas”  

Por Tomas de Waal

Un gran lastre que sufre Rusia es que nunca se ha librado del hábito del feudalismo, el poder personalizado. Hasta finales del siglo XIX, los siervos esclavizados constituían la mayoría de la población rusa. Y los terratenientes para quienes trabajaban los siervos tampoco eran independientes, servían al Estado y poseían tierras exclusivamente porque así lo quería el zar. El sistema soviético reconstruyó esa misma jerarquía, con la propiedad centralizada de las tierras y el monopolio del Partido Comunista. En los últimos años, Putin ha vuelto a actualizar el sistema para la era postsoviética y ha impuesto lo que llama el “poder vertical”, aunque permite a sus ciudadanos mucho más margen de espacio privado.

Sin embargo, como descubrió Putin no hace mucho, el sistema es sorprendentemente frágil. Exige mantenimiento constante, porque está construido sobre una cadena de dependencias engrasadas con favores y sobornos y cargadas de sospechas y duplicidades.

La cadena puede romperse de un momento a otro. Un zar puede volverse demasiado obstinado, o caer enfermo, o quedarse sin dinero con el que pagar sus facturas, y, entonces, los ciudadanos rusos son muy capaces de desafiar a sus gobernantes, si piensan que el esfuerzo merece la pena. Como dice el especialista en Rusia Sam Greene, “existe un mito extendido..., que los rusos son pasivos. No es verdad: los rusos son dinámicamente inmóviles”. Se refiere a que los rusos son conservadores por naturaleza, que prefieren prestar atención a las estrategias de supervivencia que arriesgarse a empeorar su situación. Ahora bien, si creen que el emperador está desnudo, protestarán. Es lo que sucedió entre 1989 y 1991, cuando se vino abajo todo el sistema soviético, y, a escala más modesta, en los últimos meses, desde la manipulación de las elecciones parlamentarias de diciembre. 

Lo cual me lleva de forma irresistible a El inspector, de Nikolai Gogol. Gogol es el caricaturista supremo de la vida rusa. Podría decirse que siente un afecto salvaje hacia Rusia. Su única obra larga es la comedia más importante del teatro ruso y su sátira más destructora, un espejo de la costumbre rusa de reproducir el despotismo mezquino desde el zar hasta el siervo. Se dice que, cuando Nicolás I contempló una de las primeras representaciones en 1836, exclamó: “Nos la ha metido a todos; y a mí más que a nadie”.

La trama es simple: el alcalde corrupto de una pequeña ciudad se entera de que va a llegar un inspector del Gobierno de San Petersburgo a investigar cómo están funcionando las cosas. Se desata el pánico. Todo el mundo acepta sobornos, se ha desviado el dinero que estaba destinado a un nuevo hospital que, como consecuencia, no se ha construido, y en el vestíbulo principal de los juzgados, que casi no se utilizan, anidan los gansos.

Entonces, el alcalde y sus subordinados cometen el desastroso error de confundir a un joven de la capital, que está alojado en el hotel del pueblo, con el inspector. En realidad, Khlestakov, que así se llama el huésped, es un holgazán que está viviendo a crédito después de haber perdido todo su dinero en una partida de cartas. Enseguida empieza a aprovecharse de las obsequiosas atenciones de los funcionarios municipales, a sacar dinero a los burócratas y a seducir a la esposa y la hija del alcalde con historias completamente embellecidas de su vida en San Petersburgo.

Igual que la historia de Rusia en el último siglo, el desenlace de la obra incluye un ciclo de revueltas, absolutismo y derrumbe. Una muchedumbre amotinada de comerciantes se queja al forastero de los abusos del alcalde. Pero éste les gana la partida al anunciar que Khlestakov ha pedido matrimonio a su hija y se va a llevar a la familia a San Petersburgo. El alcalde se pavonea de ello ante un comerciante humillado y le dice: “Ahora yaces a mis pies. ¿Por qué? Porque tengo las de ganar, pero, si la situación se inclinara un poco en tu favor, entonces, sinvergüenza, me aplastarías en el barro y me golpearías en la cabeza de paso”.

Y, en efecto, las cosas cambian. Cuando Khlestakov desaparece de la ciudad, el cartero abre a escondidas una carta escrita por el estafador en la que presume de cómo ha engañado a todos. Todo el sueño se hace añicos y la ciudad enmudece al saber que acaba de llegar el verdadero inspector. Al final, el alcalde, desolado, dice a sus subordinados y al público: “¿De qué os reís? ¡Estáis riéndoos de vosotros mismos!”


 
En la Rusia de Putin, como en la de Nicolás I, todo el mundo es consciente de su lugar y todo el mundo es cómplice de las prácticas corruptas, por interés o por inercia, o por ambas cosas. Pero las cosas dependen de quién esté en el poder: el zar, el alcalde, el presidente. Cuando la apariencia de autoridad se desvanece –el inspector es un fraude, el presidente se extralimita–, todo puede venirse abajo con gran rapidez. 


En la obra, el orden también se reestablece muy rápido: el nuevo inspector impone su voluntad. Pero en la famosa escena final, los personajes están mudos y podemos ver un atisbo de terror existencial. El problema constante de Rusia es que oscila entre el orden dictatorial y la ruptura social, que es como la mayoría de los rusos experimentaron los años noventa tras la caída del régimen soviético. El inspector plantea el mismo dilema. Si Gogol tiene una lección aprovechable para los opositores rusos actuales, es que deben tratar de cambiar, no al hombre que ocupa el poder, sino el propio sistema.


domingo, 25 de marzo de 2012

Martin Fierro, una breve historia del libro y de su autor

Tomado de El Clarín

Por Laura Ramos

El Hotel Argentino de la avenida Rivadavia y 25 de Mayo alojó a José Hernández en los primeros días de 1872. Encerrado en uno de los cuartos del Argentino, durante ocho días y sus ocho noches escribió un folletín titulado El gaucho Martín Fierro .

Fue publicado en papel de almacén, con tapas grises, y distribuido en los poblados de La Pampa, pero en Buenos Aires pasó desapercibido. Siete años después de su aparición, había vendido cuarenta y seis mil ejemplares en el medio rural. Un almacenero mayorista, cliente del abogado y presidente Nicolás Avellaneda, le mostró al letrado sus libros contables con los pedidos habituales de las pulperías de campaña: “12 gruesas de fósforos; 1 barrica de cerveza; 12 ‘vueltas’ de Martín Fierro ; 100 cajas de sardinas.”

El Martín Fierro era leído en voz alta, en las ruedas de mate de pulperías y estancias, por paisanos que habían aprendido el alfabeto. Los escuchaban gauchos iletrados que luego repetían sus versos en los poblados y caminos. Leopoldo Lugones relata que durante su juventud, en el pueblo santiagueño de Sumampa, conoció a un mozo llamado Serapio Suárez “que se ganaba la vida recitando el Martín Fierro en los ranchos y aldeas. Vivía feliz y no tenía otro oficio” (“El payador”). Ricardo Rojas también oyó en ranchos de la selva santiagueña, a la ribera del río Salado, algunas estrofas del poema de Hernández, conocidas por tradición, aunque se ignoraba el nombre del autor.

Beatriz Sarlo encontró la eficacia estética del poema en la particular configuración de su ideología, tejida en una estructura de actitudes y sentimientos. Los versos destilan el ideal de una comunidad orgánica, en la que la intervención paternal del Estado repare las injusticias, la miseria y el despojo del medio rural (un pensamiento casi socialista que desplaza el modelo de sociedad movido por la competencia).

Sarlo enlaza este arcaísmo de Hernández -este arcaísmo encantador- con las experiencias del mundo campero que cuentan sus versos. (“Razones de la aflicción y el desorden en Martín Fierro ”.) Pero también atribuye la perdurabilidad del libro en lo que llama con gracia “la vía de Hernández”.

“La vía de Hernández” no tiene otro secreto que la misma vida del autor: el desquicio de su familia, los desplazamientos del hogar, una niñez repartida entre tías, abuelos, padres nómades, muertes prematuras; traslados y persecuciones. Hernández fue arrastrado de Buenos Aires a Paraná, de Corrientes a Montevideo, de Santa Ana do Livramento a Buenos Aires. Su destino de federal enfrentado a la ciudad-puerto, de político enemigo de Domingo Faustino Sarmiento, y por lo tanto, de soldado derrotado, lo persiguió durante toda su vida.

Fue secretario del vicepresidente Juan Esteban Pedernera cuando la Confederación se derrumbaba, ministro de un gobierno correntino que fue volteado por una asonada mitrista, gaucho de una banda en retirada con el ejército de Ricardo López Jordán.

Mi padre me contaba, desde que tengo memoria, que el 13 de noviembre de 1863, un día después del degüello del Chacho Peñaloza (y de la exhibición de su oreja en el baile oficial que celebró el crimen), Hernández escribió en el periódico El Argentino de la ciudad de Panamá un panfleto heroico. “El general Peñaloza ha sido degollado. El hombre ennoblecido por su inagotable patriotismo, fuerte por la santidad de su causa, el Viriato argentino, ante cuyo prestigio se estrellaban las huestes conquistadoras acaba de ser cosido a puñaladas en su propio lecho, degollado, y su cabeza ha sido conducida como prueba del buen desempeño de su asesino, al bárbaro Sarmiento”.

Este texto podría explicar la frialdad -una frialdad política- con que fue recibida la aparición del Martín Fierro en Buenos Aires. El general Bartolomé Mitre censuró la “filosofía social” y “la amargura” del poema.

Todo el desquicio político y personal de Hernández, dice Sarlo, se repitió con la tenacidad de un destino: “Y había arrancado casi antes de su nacimiento: sus padres se casan enfrentando la oposición familiar, su abuelo lo acepta como prenda de paz en una familia que no logrará, sin embargo, recomponerse.” Y esta herida, la amargura señalada por Mitre, puede encontrarse en la épica, en la belleza y en el horror de nuestro poema nacional.

Disfrute de Los ejes de mi carreta de Facundo Cabral, un poeta cantante influenciado por la obra de Jose Hernandez, el libro Martin Fierro

sábado, 24 de marzo de 2012

El Mundo que hizo Estados Unidos, el libro que plantea lo que muchos no dicen

Tomado de Foreign Policy

Por Mario Saavedra

El mundo, con todos sus horrores, vive una “edad de oro” bajo un “orden maravilloso” creado por Estados Unidos. “Las mejores características –la extensión de la democracia, la prosperidad y la paz prolongada entre las principales potencias– dependen fuertemente, de forma directa o indirecta, de la influencia ejercida” por Washington.

The World America Made (El mundo que hizo Estados Unidos)

Robert Kagan

149 páginas,

Knopf, Nueva York , 2012

Esta es la tesis que el reconocido autor neoconservador estadounidense Robert Kagan defiende en su nuevo libro, El mundo que hizo Estados Unidos. Lo escribe contra “el sorprendente número de intelectuales, políticos y legisladores estadounidenses” que saludan la posibilidad del declive de la hegemonía americana, pensando que el fin de la era estadounidense no tiene por qué significar el fin del orden liberal internacional actual. Kagan quiere evitar que el país se repliegue, que ceje en sus empeños en el exterior: “Quizá si los estadounidenses tuvieran una foto más clara de lo que podría venir tras el orden americano se sentirían más inclinados a continuar luchando para preservar el orden que han construido. Una edad de oro de la Humanidad”. Se trata de una defensa implícita del intervencionismo estadounidense, algo que el autor sólo revela brevemente al final del libro, y que por lo demás está en la base del Proyecto para un Nuevo Siglo Americano, organización que Kagan ayudó a fundar.

El mundo creado por EE UU es el más democrático. Washington ha sido el muñidor de las dos principales oleadas de democratización del siglo XX: una, tras la II Guerra Mundial, con el 40% de la población del planeta viviendo en democracia en 1950; otra, iniciada en los 70, que ha hecho que el número de democracias creciera hasta unas 120. Kagan se cuida de mencionar algunas de las atrocidades contra la democracia Made in América (Irán, Guatemala, Chile, Guantánamo, etc.) o de sus decisiones unilaterales (Irak). Estados Unidos, reconoce, ha “ignorado dictadores, o se ha aliado con ellos, o ha hecho negocios con ellos”. Sin embargo, obvia estos episodios y concluye, por comparación con otras épocas: “Estados Unidos ha jugado un papel crítico en la explosión de la democracia”. Desacredita el poder blando en la extensión de la democracia. Pasa de puntillas por la influencia y atracción democratizadora que ha supuesto la Unión Europea, la zona de mayor prosperidad y paz de la Historia, por ejemplo sobre los países del Este o Turquía. Una revisión de su teoría de los dos Occidentes, en la que asegura que hay uno débil, Europa, demasiado apegado a valores tradicionales como la tolerancia, y uno fuerte, Estados Unidos.

Para Kagan, además de ser el más democrático, el mundo creado por el imperio americano es el más próspero. Entre 1950 y 2000, el Producto Interior Bruto global crecía a un 3,9% anual, mientras que entre 1820 y 1950 lo hacía a un 1,6%, y entre 1500 y 1820 a un estimado 0,3%, afirma. Esa prosperidad se debe en gran parte a la hegemonía estadounidense. Porque sin EE UU, ¿quién defendería el orden económico liberal? “Las naciones actuales se están aprovechando del free ride [pase gratis] de un comercio sin interrupciones gracias la hegemonía naval Estados Unidos que garantiza las rutas. ¿Estarían los free riders actuales (Alemania, Japón, Brasil, India…) dispuestos al coste de mantener armadas que llevaran a cabo algunas de las tareas de Estados Unidos”.

El mundo creado por EE UU es, por último, el más pacífico. Ha vivido seis décadas sin enfrentamientos entre las grandes potencias. ¿Por qué? Kagan trata de desmontar la teoría de la paz democrática, que mantiene que la relativa paz actual se deriva de la expansión democrática, porque las democracias muy raramente van a la guerra contra otras democracias. Argumento endeble, afirma, porque también a principios de siglo XX se hablaba de la guerra como algo impensable, porque había desarrollo, comercio y democracia, y sin embargo estalló. Si la guerra a gran escala no es imposible, ¿quién está haciendo que no se produzca? Estados Unidos, cuyo “rol más importante ha sido el de desanimar e impedir las tendencias normales de otras grandes potencias en el sistema de competir y darse empujones en circunstancias que en otras épocas llevaba a la guerra”.

¿Son, pues, los estadounidenses, amantes de la paz? Se ven a sí mismos como “la Greta Garbo de las naciones, que sólo quiere que la dejen en paz” pero no es así: salen muy frecuentemente a la “caza monstruos”. Y lo hacen muchas razones, tanto para defenderse de amenazas lejanas como por intereses económicos. “Pero cada vez que van a la guerra, los estadounidenses se dicen a sí mismos que será la última vez. Pueden ser vistos como imperialistas pero, si lo son, son reacios, como sin querer, a medio corazón. Su política exterior es esquizofrénica: primero son reacios, luego agresivos; dormidos al principio, pero rápidos de gatillo; indiferentes primero, luego obsesionados, luego indiferentes otra vez”.

En general, el libro analiza la realidad del siglo XX desde un punto de vista marcadamente militar. En ese contexto, presenta a Estados Unidos como una potencia que interviene de forma reacia en otras partes del mundo, y muchas veces porque se lo piden. Obvia un factor determinante en muchas de las aventuras militares estadounidenses: la presión del complejo militar industrial y una Defensa que se lleva cada año alrededor de un cuarto del presupuesto nacional.

¿Está la hegemonía estadounidense en decadencia? Su respuesta es no: “Cualquiera que honestamente recuerde los 70, con el Watergate, Vietnam, la estanflación o la crisis energética, no puede pensar que las presentes dificultades no tengan parangón”. Y desde entonces Estados Unidos ha tenido grandes éxitos en el exterior: La guerra del golfo, la expansión de la OTAN hacia el Este, la paz, aunque tras mucha sangre, en los Balcanes, el hecho de que gran parte del mundo se apuntara al Consenso de Washington en economía.

Kagan plantea al lector algo parecido, dice, a lo que hace el ángel de la película Qué bello es Vivir con el protagonista que está a punto de suicidarse: en aquella cinta, el ángel le muestra cómo de gris y triste sería un mundo sin él; en este libro, el autor quiere enseñar lo que podría pasar si el imperio americano se debilita. “La gente se imagina que la predominancia estadounidense será reemplazada por algún tipo de armonía multipolar”, un nuevo Concierto de Poderes similar al Concierto de Europa que mantuvo la paz tras las guerras napoleónicas. Se equivocan: China y Rusia no aceptan el orden liberal, y si Estados Unidos se debilita podrían ser más agresivas regionalmente; además, su apoyo a las autocracias produciría tensiones con los que defienden la democracia. Habría una ola de desdemocratización.

Así que de replegarse nada. "¿Cuánto cuesta un mundo dominado por democracias en vez de autocracias? ¿Qué pasaría si las rutas y vías marinas económicas no estuvieran ya aseguradas, porque la armada estadounidense ya no pudiera protegerlas? ¿O si estallaran guerras regionales entre potencias porque no están ya constreñidas por la superpotencia estadounidense? ¿O si los aliados fueran atacados porque Estados Unidos no pudiera ir en su defensa?"