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sábado, 9 de julio de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: CONFESION SOBRE MACHISMO PROFESIONAL


Estando en el Hospital de Niños Benjamín Bloom, allá por el año 1996, y perteneciendo a la Sociedad de Pediatría de El Salvador, por ser la única “Psiquiatra Pediatra” que reunía los requisitos para dicha asociación, se me encomendó, como requisito de incorporación de médico, realizar una investigación. La tarea no fue fácil, pues no contaba con muchos recursos ni económicos ni humanos, aunque debo confesar que sí conté con la ayuda de un psicólogo, y de mi esposo, para hacer las revisiones bibliográficas, armar las encuestas, hacer estadísticas, etc.

Las encuestas las llevé a cabo solita, ya que era la única que tenía derecho de entrar al hospital. La investigación se tituló: EVALUACIÓN DEL CONOCIMIENTO Y MANEJO SOBRE PROBLEMAS DE SALUD MENTAL EN EL HOSPITAL NACIONAL DE NIÑOS BENJAMÍN BLOOM. DEMANDAS EXISTENTES EN EL MISMO. RESULTADOS EXTRAPOLABLES AL MEDIO HOSPITALARIO PUBLICO SALVADOREÑO, Y A LA POBLACIÓN SALVADOREÑA, EN GENERAL.

Fueron tan relevantes los datos obtenidos que se me ocurrió llevarla a la Organización Panamericana de la Salud, que es subsidiaria de la Organización Mundial de la Salud. Debido a su interés, conclusiones y recomendaciones para mejorar la Salud Mental de los centros hospitalarios y en el país en general, la OPS me concedió el honor de publicarla, convirtiéndola así en LA PRIMERA INVESTIGACIÓN SOBRE SALUD MENTAL LLEVADA A CABO EN EL SALVADOR, EN SER PUBLICADA POR LA ORGANIZACIÓN PANAMERICANA DE LA SALUD (O.P.S.).

Se realizó una gran tirada de ellas, en bello papel y con bellas cubiertas. Yo estaba feliz; no tanto por mi éxito, sino por lo que representaba como punto de partida para mejorar la situación de la salud mental. Se me encomendó ayudar a coordinar la entrega de las mismas al Ministro de Sanidad de esa época, a las autoridades del Hospital Bloom y a los miembros de la Junta Directiva de la Sociedad de Pediatría.

Desgraciadamente, y debido a la falta de respuesta e indiferencia de todos ellos, me notificaron que ya no había espacio en las bodegas de la institución, y que debía recoger el material.

Sin desmayar, eso hice y me dediqué a distribuirlas en forma personal a ministerios, organizaciones, y a quien pude. Fueron contados con los dedos de una mano los que acusaron haberlas recibido, incluida nuestra querida Facultad de Medicina de la Universidad Nacional. 

Aún deseando publicitar más la investigación, y también con cierta frustración por alguna felicitación adeudada, me presenté a las oficinas del Hospital Bloom y de la Sociedad de Pediatría para pedirles que publicaran alguna felicitación en algún rotativo, como suelen hacer en caso de otros colegas. Ante las negativas, decidí "apretarme el cinturón" y pagar mi propia felicitación avalada con el permiso de decir que provenía del Hospital.

Algunos me felicitaron, pero muchos se burlaron de que mi felicitación había sido autofinanciada. Ahora, cuando han pasado veinte años de aquello, tengo el valor y el deseo de contarlo y no siento vergüenza de lo que hice; más bien mi vergüenza es ajena y dirigida a todas las entidades que me dieron la espalda por el nulo interés que existía en la salud mental, por ser el éxito de alguien recién llegado, y, sobre todo, por venir de una mujer.
Si volviera a nacer lo volvería a hacer. Lo cuento para que las mujeres recapaciten sobre la situación de machismo imperante en el país, que llega a descalificar a buenos profesionales simplemente por ser “del sexo equivocado”. Ahora que las mujeres empiezan a contar sus abusos; ahora que aun en política somos minoría y descalificadas, valga esta narración para exhortar a todas las mujeres a unirnos, a no criticar a otras mujeres y empoderar nuestras fuerzas, desde donde quiera que estemos: Hogar, escuela, en la política, profesionales en general, a apoyarnos y a no descalificarnos. SOLO LA UNION HACE LA FUERZA.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 30 de enero de 2016

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL SINDROME DE LA MEA CULPA


Este síndrome no existe aún como síndrome reconocido científicamente, ni existirá mientras no se lo acredite algún reconocido norteamericano o europeo, porque, como en infinidad de cosas más, parece que solo el primer mundo tiene autoridad para dar por válido algo. Sin embargo, este síndrome existe, y bastante arraigado, en muchísimas mujeres del mundo entero, particularmente en el tercer mundo. Supongo que no se reconoce científicamente porque tiene fundamentos culturales; es cierto. Pero sean cuales sean sus fundamentos, el daño psicológico que ocasiona es evidente. 

Y ¿A qué se refiere este síndrome de la “mea culpa”? Pues al sentimiento de culpa que se nos inculca a casi todas las mujeres, particularmente en las culturas machistas, y la latina lo es, por casi todo lo que sucede a nuestro alrededor. Lo he observado en múltiples ámbitos. Primeramente, lo he vivido en carne propia desde niña; lo vi entre muchas de mis compañeras y amigas. Después, lo he visto permanentemente entre mis consultantes femeninas, y lo veo permanentemente también en la vida cotidiana. Pienso que, afortunadamente, va desapareciendo poco a poco, pero es algo que, si queremos erradicar, todas las mujeres tenemos que tomar conciencia y no transmitírselo a nuestras hijas.

Desde el principio de la mismísima biblia, libro que para muchos es una referencia total de vida, ya que dicen seguirla al pie de la letra, ya se responsabiliza a Eva de ofrecer a Adán la fruta del árbol prohibido, en definitiva, del pecado original. Y Adán la comió sabiendo que no debía, pero su culpa perece quedar sobreseída porque, al parecer, fue provocado por la mujer. No sé si esta era la intención del autor de la Biblia, pero al menos, así me la enseñaron a mi y a mucha gente en nuestra cultura latina de nuestro tiempo. En ella podemos ver que la mujer suele ser la única culpable de, por ejemplo, quedar embarazada cuando no debía, porque “se ofreció”. Y hasta cuando es violada es también culpable porque “provocó, aunque sea por el simple hecho de ser mujer, tal como Dios la hizo”. ¿Ven el paralelismo con el episodio de Adán y Eva?

Pero la cosa no queda solo en el tema de la sexualidad. En la cultura latina la mujer suele ser la culpable de todo lo negativo que ocurre a su alrededor. Debe aclararse que solo de lo negativo, ya que si se trata de algo positivo, probablemente el crédito lo tendrá un hombre, aunque solo sea que “pasaba por allí”. Este síndrome de " Mea culpa" nos hace a las mujeres vivir constantemente analizándonos para ver qué es lo que hemos hecho mal; y aun cuando tratamos de hacer lo correcto, preguntarnos siempre si estaremos haciendo lo correcto.

A la mujer se le transmite que ella es la culpable si sale embarazada sin casarse. No importa lo que el hombre presione; a fin de cuentas, ese es su rol como macho, usando incluso argumentos clásicos como la famosa “prueba de amor”. Es la mujer la que debe defenderse y protegerse. La mujer es la responsable de ayudar a los padres a sostener el hogar y hacer todas las labores de la casa, incluida la de atender a sus hermanos varones cuando todos viven con ellos y ya trabajan. Los hermanos varones, frecuentemente, ni ayudan ni aportan.

En la vida laboral y en cualquier otra situación extrafamiliar en que tengan trato con un hombre, ellas serán responsables de todo lo malo que ocurra entre ellos, por ser “provocadoras y fáciles”, al grado de que, aunque no lo crean, esto pasa incluso en consultorios de profesionales (varones) de la salud mental, en que las pacientes son seducidas, aprovechando su vulnerabilidad, son abusadas con el argumento de que es parte de la terapia y luego las hacen sentirse culpables, aprovechando la cruz de la "Mea culpa" que cargamos.
        En fin, la intención de ondear esta situación, es ayudar a las mujeres a valorarse, a saber decir "NO" a lo que es “no”; a sentirse satisfechas de sus éxitos, a no cuestionarse constantemente y a no negarse el ser felices y sentirse realizadas, aun cuando puedan haber cometido un error. Errar es de humanos. Debo decir también que bastantes hombres, cada vez más, van entrando en el cambio de valorar a las mujeres en términos de igualdad, y hay que agradecérselo, porque hacen prevalecer la conciencia sobre una cultura injusta. Tratemos de valorarnos, y no permitamos que nadie nos haga sentir mal o culpables injustamente. Lo que consigamos para nosotras lo haremos también para las futuras generaciones por la labor educadora que hacemos con nuestros hijos. Eduquemos por igual a hijas e hijos. El paso adelante que demos será un paso ganado, porque ellos ya nunca lo darán hacia atrás.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
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Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.
 Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro. 

sábado, 28 de junio de 2014

Mujeres palestinas e israelíes una mayoría ignorada en medio de un conflicto entre machistas

Tomado de esglobal 
 Una mujer palestina mira a las tropas israelíes en el pueblo cisjordanao de Beit Ola, cerca de Hebrón, junio 2014.

 LA DOBLE LUCHA DE LA MUJER PALESTINA
 Bajo ocupación israelí y sin espacio político en un sociedad dominada por hombres.
Por Cristina Casabón
Acuerdos que se diluyen en un horizonte difuso que acalla millones de voces, que piden poder vivir en paz y acabar con el conflicto palestino-israelí. Y entre los que luchan día a día por formar parte de las negociaciones se encuentran las mujeres de ambos bandos. Se reúnen a escondidas, puesto que corren el riesgo de ser acusadas de infieles por sus iguales, se movilizan y son disueltas, piden ayuda y son escuchadas únicamente por organismos internacionales. Las mujeres palestinas e israelíes conforman más de la mitad de la población de los territorios y son, además, las más castigadas por la situación beligerante.
La ausencia de mujeres en las negociaciones políticas refleja el abismo que las separa del hombre en la vida pública. A la hora de buscar soluciones, tienen que conquistar su espacio, para que las dejen actuar, sentarse con el resto en las mesas de negociaciones. Ellas también quieren ser partícipes, porque el conflicto palestino-israelí tiene un impacto desmesurado en sus vidas, por ejemplo, el efecto de las demoliciones de viviendas ha sido enorme para la mujer palestina, que representa la figura central del hogar en lo que se refiere al cuidado de los hijos y a la gestión de los asuntos domésticos.
Después de postergar sus reivindicaciones de género durante años por dar prioridad a la creación del Estado palestino, las mujeres exigen que se compatibilicen ambas luchas. Creen que debe asociarse la batalla nacional contra la ocupación con la de mejorar los derechos de la mujer. De este modo, se las integraría en el proceso de desarrollo, propiciando su independencia financiera, y se haría efectiva su participación en las esferas económica, social y política. La nueva creación de un gobierno de unidad palestino configura un contexto más propicio para su actuación.   
Algunas organizaciones son constituidas solo por mujeres árabes, si bien corren el riesgo de ser absorbidas por la lucha general de la minoría árabe en la defensa de sus derechos civiles en Israel. Destaca Al Fanar, creada en 1991 en Haifa, y el Foro de Mujeres Árabes Aisha, nacido en 1992, que reúne organizaciones de mujeres de 12 países árabes y presta especial atención a las reformas legislativas que afectan a las mismas. En Israel tiene lugar una faceta de la lucha de género menos conocida, se ha venido creando diversas organizaciones de mujeres judeo-árabes desde la década de los 40 y los 50, como el caso de Na’amat o TANDI. Esta última se trata de una alianza de dos organizaciones, una árabe denominada Women’s Awakening y Progressive Democratic Organization of Jewish Women.
Sin embargo, en general, existe una falta de consenso entre las organizaciones de mujeres (progresistas, feministas, conservadoras  y religiosas), que las separa en vez de unirlas contra aquello para lo que han sido creadas. De esta manera, dan argumentos a la Autoridad Nacional Palestina para postergar estos asuntos, sobre todo, en los momentos de confrontación entre la ANP y otros grupos islamistas. Además, en el seno de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) un importante sector conservador no contempla cuestiones de género. Es más, en la práctica, la ANP está subordinada a estos grupos conservadores e islamistas de la OLP. En este contexto, no ha sido posible la creación de un marco legal propio para proteger a la mujer ante ciertas prácticas tradicionales como los crímenes de honor, la asistencia a divorciadas, el repudio, etcétera.
Es importante comprender la necesidad de una reforma que reconozca la plena igualdad de hombres y mujeres ante la ley y que aborde estas cuestiones. Gracias a la presión de estas organizaciones, existe una mayor conciencia entre las mujeres, pero todavía no ha calado en las instituciones, en los partidos, ni en amplias capas de la población. Por otro lado,  los pequeños logros han ido acompañados de un empeoramiento de las condiciones de vida del pueblo palestino, algo que ha repercutido con mayor fuerza sobre el colectivo femenino.
Si la condición de vivir supeditado a una fuerza superior en régimen de refugiado es dura y difícil, esta situación se agrava al ser mujer. Condenadas algunas a la privación de libertad por delitos que de haber sido cometidos en Occidente serían de chiste o por acusaciones que ni siquiera han podido probarse,  se enfrentan a vivir en cárceles israelíes donde sus derechos humanos desaparecen por completo. No sólo sufren malos tratos corporales y psicológicos, sino que se les impide el acceso a cualquier tipo de atención sanitaria. Muchas salen de la prisión, pero ninguna lo hace mentalmente.
En la cultura árabe son las mujeres las encargadas de pasar de generación en generación las costumbres y tradiciones que, de ser alteradas, dejan humillado y herido a todo el grupo social. El honor familiar y las leyes morales son muy importantes, esto es lo que explica toda una serie de abusos hacia la mujer, como por ejemplo la imposibilidad de casarse o divorciarse. Otros factores como la vergüenza y la estigmatización en relación con la deshonra de las víctimas contribuyen al incremento del daño por motivos de género que sufren las mujeres y las niñas palestinas.
La supeditación de las palestinas no tiene como raíz el estallido del conflicto, aunque éste haya agravado sustancialmente el problema, sino que mucho antes, habían tenido que vivir tras la sombra de un hombre de su misma cultura. Ahora, con una fuerza ocupante, los hombres palestinos viven bajo el poder de los israelíes y la mujer palestina bajo el mandato de ambos.
La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer -el Estado de Israel la firmó el 17 de julio de 1980 y ratificó el 3 de octubre de 1991- establece que "por discriminación contra la mujer se entiende toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio por la mujer, independientemente de su estado civil, sobre la base de la igualdad del hombre y la mujer, de los derechos humanos y las libertades fundamentales en las esferas política, económica, social, cultural y civil o en cualquier otra esfera".
Pese a la dificultad de ser mujer en un contexto de incumplimiento total de esta convención de la ONU, la paz y el consenso del conflicto palestino-israelí ha recibido aportes inconmensurables de las mujeres. En la ocupación de Palestina, los movimientos de mujeres, palestinas e israelíes, no han cesado de manifestarse contra la exclusión compartida que las ha alejado de los espacios de toma de decisiones.
Así, organizaciones de israelíes como Mujeres de Negro y Bat Shalom, entre otras muchas, continúan trabajando para visibilizar que no todos están a favor de la ocupación y que la retórica de la paz deja de ser vinculante cuando se ignora a aquellos que piensan de forma diferente a quienes detentan el poder.
Mujeres de Negro se manifiestan todos los viernes desde hace 20 años en una céntrica plaza de Jerusalén. El color negro de su indumentaria simboliza el luto y la situación de guerra que viven israelíes y palestinos. Las mujeres de ambos bandos han perdido hijos, maridos y seres queridos en este conflicto.
En este sentido se pronunció el Consejo de Seguridad de la ONU al reconocer "el importante papel que desempeñan las mujeres en la prevención y solución de los conflictos y en la consolidación de la paz y subrayando la importancia de que participen en pie de igualdad e intervengan plenamente en todas las iniciativas encaminadas al mantenimiento y el fomento de la paz y la seguridad, y la necesidad de aumentar su participación en los procesos de adopción de decisiones en materia de prevención y solución de conflictos". Y con este reconocimiento, configuró un panorama de concienciación de la necesidad de hacer de los procesos de paz conjuntos éticos prácticos, que sean representativos e incluyentes.
Las organizaciones de mujeres, palestinas e israelíes, continúan luchando porque se dé una salida no violenta al conflicto, y porque los Estados asuman la responsabilidad que tienen sobre las vidas humanas. Esta batalla reivindica que las mujeres deben ser escuchadas e incluidas en todos los procesos de toma de decisiones, porque el poder también incumbe a esa otra mitad de la población que permanece en la sombra.
La inclusión de las mujeres en las mesas de negociación es útil, porque el camino hacia la igualdad, sin la cual la paz es impensable, debe incorporar  nuevas críticas y nuevas lógicas racionales. Sin las mujeres no se puede llegar a la solución de unos conflictos que las atañen tanto como a los hombres.
La desigualdad de género que se observa en las mesas de negociación política, las mismas que muestran ineptitud a la hora de encontrar una solución pacífica, no debe ser aceptada sin más, sino criticada para que su actuación se encuentre a la altura de las circunstancias y del momento histórico que les ha tocado vivir. 

domingo, 30 de marzo de 2014

Primera mujer en correr una maratón hace 47 años fue agredida por atreverse. Hoy sigue recibiendo recibe homenajes

Tomado de ABC
 Corredora sufrió agresiones de organizadores por atreverse a correr



La americana corrió en Boston en 1967 y plantó cara a la organización, que entonces prohibía participar a las mujeres
Kathrine Switzer es una leyenda viva del mundo del deporte, famosa por una hazaña en blanco y negro de la que se hablará para siempre. En 1967, se convirtió en la primera mujer en completar un maratón cuando estaba prohibido que participasen las chicas. Fue en la mítica prueba de Boston y Switzer ha recibido este domingo uncálido homenaje en Palma de Mallorca.

Switzer se inscribió en el de Boston como KV Switzer y recibió el dorsal 261, con el que cubrió el recorrido en 4 horas y 20 minutos. Tenía 22 años y se enfrentó a la organización hasta el punto de plantar cara al director del maratón de Boston, que pretendió expulsarla a empujones cuando se percató de que era una mujer.
 
Con la ayuda de su novio, que la protegió hasta la línea de meta, conservó el dorsal y se convirtió en la primera mujer en terminar oficialmente el maratón más antiguo de los Estados Unidos. Harry Trask, un fotógrafo del Boston Traveler, captó la secuencia y esas imágenes se han convertido en un símbolo de la lucha por la igualdad.


Y este domingo, en Palma de Mallorca, más de 700 corredoras tomaron la salida en este primera edición del 261 WM, celebrada en recuerdo de la hazaña de Switzer. La castellonense Beatriz Molina, con un tiempo de 2 horas, 57 minutos y 29 segundos, fue la ganadora. Bajo la pancarta de llegada esperaba Kathrine Switzer

sábado, 26 de enero de 2013

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: EL HOMBRE EN SU PAPEL DE PADRE




Son razones culturales las que provocan que la familia no forme al varón para afrontar su futuro papel de padre, y eso se traduce en un insuficiente sentido de su responsabilidad como padre.

El hombre sí puede autoprepararse; para ello se fomentan actividades como las escuelas de padres, seminarios prematrimoniales, etc. Pero si el hombre no ha sido educado desde pequeño por su propia familia no va a tener una verdadera conciencia de su rol, y lo que pueda aprender en esas actividades no tan fácilmente se le va a inculcar. Esa conciencia es fundamental, y se forma en la propia familia desde la niñez.

No obstante, hay cada vez un mayor sentido de la responsabilidad, y cada vez más, aunque aún poco, un deseo de involucrarse los padres en las tareas de atención al bebé, tratando de vencer la tradicional barrera cultural que aún persiste y que impide disfrutar a los hombres de experiencias extraordinarias.

Normalmente, el hombre no asume la paternidad de repente, en el momento del nacimiento del primer hijo, sino que es poco a poco, y a través del contacto con él, que lo va haciendo; tanto más cuanto más se involucre en su atención. El cambio de conducta en el hombre ante la paternidad no es tan marcado, ni mucho menos, como el de la mujer; simplemente por razones bilógicas: la mujer ha tenido un contacto muy íntimo con el bebé desde nueve meses antes de nacer.

La satisfacción que tradicionalmente suele sentir el hombre se basa en el orgullo de tener descendencia, de trascender al futuro a través de una generación más, y poco a poco va naciendo también la satisfacción, a veces agridulce, de ver la evolución de un ser al que se quiere tanto. Sin embargo, quisiera insistir en una satisfacción que disfruta la madre, y de la que el hombre suele privarse por razones culturales que cada quien debería replantearse, y es la satisfacción que produce la atención física y afectiva del bebé, intima y directa, que hace que el vínculo entre padre e hijo sea mucho más cercano, tal vez para siempre.

 Los hombres que habitualmente han cambiado pañales, dado de comer, bañado y dormido a sus bebés, que los han acariciado, besado y apretado, saben de qué estoy hablando; los otros, ni se lo pueden imaginar.

Ante la primera paternidad, el compromiso de unión de la pareja debe adquirir una fortaleza mucho mayor. Es decir, hasta entonces el compromiso es sólo de uno con el otro, pero a partir de ese momento se inicia un proyecto llamado familia que supone un compromiso conjunto de ambos con el hijo, para procurar que ese bebe desvalido se convierta el día de mañana en una persona de bien y útil a la sociedad; y este es un proceso cuya estabilidad se pone en peligro si ese compromiso conjunto se rompe. Posteriormente, este reto se repite con cada hijo que nazca.

Quisiera recomendar a los padres noveles o a los futuros padres que acepten el reto de ser “padres integrales”, que se involucren de lleno en la atención de sus hijos, y no sólo en lo económico; que experimenten la satisfacción a la que me refería antes, y descubrirán una nueva dimensión de la paternidad, que será muy beneficiosa para la relación padre-hijo en el futuro, y para cada uno de ellos en particular. Quisiera que fueran conscientes de que cada hijo, cuando nace, es como un pedazo de madera, quizás de buena madera, del cual se puede hacer una obra de arte... o también se puede hacer leña; y uno decide si quiere ser el padre artista, o el padre leñero, o simplemente nada.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.