lunes, 14 de enero de 2013

Los chimpancés tienen valores innatos similares a los de los humanos


Tomado de El País


Los chimpancés muestran un sentido de la justicia similar al de los niños


Cuando hay que colaborar para conseguir una recompensa, los simios la reparten al 50%


Por Emilio Benito

Compasión por los demás, comunicación, uso de herramientas, lenguaje, cuidado de los mayores y las crías, chantaje… poco a poco, casi todas las actividades o sentimientos que se consideraban propios del ser humano han encontrado equivalentes en el mundo animal. Y la última es la idea de lo que es justo o no. Es la conclusión de un trabajo hecho en el Yerkes National Primate Research Center de la Universidad de Emory (Atlanta, EE UU) que publica PNAS.
El estudio ha consistido en una adaptación del juego Ultimatum game. En él, uno de los participantes debe elegir un objeto (una ficha que tiene colores diversos) que lleva asociado un premio, pero la obtención de la recompensa debe efectuarla otro concursante. Por tanto, ambos tienen que negociar cómo se reparten lo que van a ganar, porque si no el segundo no cooperará con el primero.
En la investigación se usaron seis chimpancés, y se comparó su comportamiento con el de 20 niños (de dos a siete años). A los animales se les recompensaba con comida, y a los chicos con pegatinas. Según el color de la ficha que el primero de los componentes de cada pareja eligiera, así se repartiría el premio entre él y el otro componente. La conclusión es que en ambos casos, simios y personas, la tendencia era a usar el sistema más justo: el que facilita un reparto al 50%.
“Hemos concluido que los chimpancés no solo tienen un sentido de la justicia muy cercano al de los seres humanos, sino que los animales toman exactamente las mismas decisiones que nuestra especie”, ha dicho Frans de Waal, uno de los coautores del artículo. La necesidad de colaborar es común a muchos animales, desde insectos a los más evolucionados o con mayores capacidades intelectuales, como delfines o simios. En los chimpancés, animales grupales que viven en sociedades fuertemente jerarquizadas y que son muy interdependientes, esta capacidad es fundamental.
Pero el parecido con los humanos llega también al grado de la injusticia. Porque si de alguna manera el individuo que hacía la elección primera podía imponerse al otro, entonces en ambos casos, niños y primates, elegía la opción con la que recibía una recompensa mayor. 

domingo, 13 de enero de 2013

Salvadoreños triunfan en Florida con cadena de restaurantes


Tomado de El Nuevo Herald
De izq. a der., Juan Carlos Amaya, Antonio Amaya, el chef Alex Amaya, Sonia Amaya, Sergio Romero y Yecson Amaya, propietarios de El Tamarindo. Foto C.M. GUERRERO / EL NUEVO HERALD
El Tamarindo: receta de optimismo y paciencia

Cinco hermanos salvadoreños han creado una exitosa compañía que ya tiene cuatro restaurantes en Broward

Por IVONNE GÓMEZ

Hacia el mediodía, las mesas empiezan a ocuparse. De la cocina de El Tamarindo Bistro & Bar Latin Cafe, en Fort Lauderdale, empiezan a salir platos humeantes con la sopa del día, la favorita de muchos, las carnes, las pupusas, los tamales de elote y toda una selección de platos latinoamericanos.

En cuestión de una hora el recinto está totalmente ocupado y los meseros corren a atender a una clientela fiel, que incluye desde el mecánico del vecindario hasta el ejecutivo o el oficinista. En las conversaciones se mezclan el inglés y español.

Desde una mesa, el chef Néstor “Alex” Amaya y sus hermanos Sonia y Antonio observan el movimiento con cierta satisfacción y orgullo de haber trabajado juntos hombro a hombro con sus dos hermanos, Jecson y Juan Carlos, y con Sergio Romero, el esposo de Sonia. Han conseguido crecer de un restaurante a una compañía familiar que hoy tiene tres restaurantes de éxito y uno a punto de inaugurarse en Pompano Beach.

Pero es allí, en ese primer restaurante, que cumple 10 años en mayo, con un menú inspirado en la cocina de su infancia en El Salvador, de donde partió la historia de éxito de los cinco hermanos. Todos hablan con un entusiasmo especial de los sabores de esa cocina fresca y casera que distingue el menú del restaurante.

Los padres de los Amaya trabajan en una hacienda de ganado y de sembrado de hortalizas en El Salvador.

“Fue allí donde aprendimos a cocinar. Nuestra madre nos crió y pasó gran parte de nuestra infancia cocinando para nosotros. En esa cocina adquirí la experiencia, fueron esos sabores y recetas las que me dieron la inspiración para seguir el sueño americano”, recordó Alex, de 33 años, quien fue el precursor de ese sueño y hoy es el CEO de esta compañía familiar.

“Nuestra visión es ser una cadena líder de restaurantes de comida latinoamericana”, añadió.

Alex fue el primero de la familia en emigrar al sur de la Florida, a los 12 años de edad. En la mañana estudiaba en el Colegio Champagnat y en las tardes combinaba su horario de clases para desempeñarse en diversos oficios, desde lavar platos hasta convertirse, con el tiempo, en el chef del restaurante Bella Napoli, propiedad de sus tíos, en Miami Beach.

Mientras tanto, ahorraba con la idea de un día tener su propio restaurante. A los 18 años lo logró.

“El primer restaurante lo abrí en sociedad con mi tío porque yo no tenía la edad para sacar la licencia de licores”, recordó del primer escalón en el logro de su sueño. Fue el Restaurante Cabañas, de comida salvadoreña, en la 22 y 11 del suroeste de Miami.

“Luego abrimos El Atlacatl Restaurante. Pero, los dos restaurantes finalmente quedaron en manos de mis familiares porque quise empezar una compañía con mis hermanos’’, agregó.

A los 23 años, en el 2003, Alex abrió El Tamarindo Bistro & Bar Latin Cafe, que considera su hijo favorito. Seis meses después de inaugurado, fue incluido en la lista de los 10 mejores de Fort Lauderdale, y en la guía Zagat aparece todos los años.

Entonces decidió invitar a sus cuatros hermanos y a su cuñado, que vivían en El Salvador, para trabajar juntos en ese primer restaurante y en la idea de hacer crecer el negocio a otros dos restaurantes más. El segundo fue El Tamarindo Coal Fired Pizza, en Hallandale, especializado en pizza y platos italianos e internacionales y en alitas hechas al horno con carbón, que se abrió en el 2008. Cuatro años después, en el 2012, se inauguró El Tamarindo Pizza & Continental Cuisine, en Deerfield Beach, con un menú informal de pizza y paninis de churrasco y prosciutto, entre otras recetas internacionales.

“Mi familia siempre ha sido el apoyo de mi vida’’, destacó Alex.

Una tarjeta del negocio muestra el logo de los restaurantes, creado por ellos, donde se ilustra la playa de El Tamarindo, en El Salvador y las orquídeas, flor nacional de ese país.

Cada uno ha hecho su aporte al menú de los tres restaurantes. La receta del flan de coco, que se sirve en los tres, es una creación de Antonio y se incluyó en la revista Florida Living , de junio del 2011, como el mejor postre del año.

Sonia, quien antes de entrar en la sociedad familiar trabajó en la preparación de ensaladas y paninis en un restaurante italiano, aportó su propia receta de los paninis de prosciutto y churrasco.

Los restaurantes se abren siete días a la semana de 11 a.m. a 11 p.m.

Los Amaya cuidan de que su cocina se distinga por su creatividad y su forma de interpretar sin pretensiones los platos inspirados en las diferentes cocinas internacionales. Otra parte del éxito se la acreditan a su estrategia de abrir en cada vecindario un restaurante creado en la especialidad de la comida que la gente quiere comer.

“Asistimos a los festivales de comida y vino de las diferentes áreas donde abrimos los restaurantes y le preguntamos a la gente qué hace falta en su vecindario y cuáles son sus preferencias en materia de comida; tomamos en cuenta la gente que vive en cada una de las áreas donde abrimos”, destacó Alex.

Próximamente abrirán un cuarto restaurante en Pompano Beach, El Tamarindo Café 2, con menú internacional que además incluirá sushi y ceviche peruano, entre otros platos.

“Los tres restaurantes y el que se abrirá próximamente fueron diseñados por Antonio Cabrera, diseñador venezolano, quien participó en la decoración navideña de la Casa Blanca”, anotó Sonia, quien además se encarga de llevar los libros de contabilidad de los restaurantes.

La expansión de Los Tamarindos continúa con una “fórmula de optimismo firme y paciente”, según palabras de Alex.

“La suerte existe, pero es trabajando como se puede llegar. No es euforia de momento, sino saber cómo y cuándo llegar’’, anotó.

Salvadoreños en exterior entre los que más aportan económicamente a su país


Tomado de El Diario de Hoy

 

A pesar de su destacado, permanente y sacrificado aporte económico  los salvadoreños en el exterior son engañados, ignorados, maltratados y sus derechos más elementales como el voto en el exterior les es negado por el estado Salvadoreño. Basta Ya de tanto maltrato y marginación. 



El Salvador es el cuarto país de A.L. que recibe más remesas de EE.UU.

A pesar de eso, es uno de los países con menores tasas de crecimiento económico, respecto al PIB anual

Por KAREN MOLINA

El Salvador es el cuarto país de Latinoamérica que más recibe remesas, pero irónicamente, es uno de los que menos crecimiento económico registra en los últimos años.
Según un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) El Salvador es precedido solo por México, que en 2011 recibió $22,731 millones y Guatemala ($4,377 millones) y Colombia ($4,168 millones).
Según los datos del Banco Central de Reserva, de enero a noviembre de 2012, el país recibió $3,522.4 millones desde el exterior, lo que supuso un crecimiento del 7.1 % respecto al año pasado. A juzgar por el crecimiento el país cerraría 2012 por arriba de $3,800 millones en remesas.
Este dinero es 31 veces mayor que la inversión extranjera directa que recibió el país hasta junio del año pasado ($116 millones).
Este flujo de dinero representa hoy día el 16 % del Producto Interno Bruto , según los datos del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
En la región, es el primer país con más remesas respecto al PIB, pues lo que recibe Guatemala solo representa el 11 %.
Sin embargo, más remesas no significan mayor crecimiento económico pues, según las proyecciones del gobierno, 2012 cerró con una variación al alza de apenas 1.5 % de su producción.
Lilian Vega, jefa del departamento de Economía de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) explicó que aunque las remesas aumentan el consumo local, el dinero no se queda en el país porque la mayor parte de lo que se consume en El Salvador es importado.
El dinero extra que las familias obtienen de sus familiares en el exterior regresa a través de la compra de productos que no son producidos en el país y solo un poco de esos ingresos queda en el país.
Sin embargo, es indudable que las remesas han elevado la calidad de vida de los salvadoreños. Según el informe de Desarrollo Humano, las remesas han tenido una gran incidencia en la reducción de la desigualdad en la distribución del ingreso.
Y contrario a lo que muchos especulan sobre el consumo excesivo que genera ese dinero, Vega aseguró que las remesas son usadas en su mayoría, para educación, salud y vivienda. "Esa es inversión y no solo consumismo", aseguró la académica.
Álvaro Trigueros, jefe del departamento de economía de la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades) dijo que de no ser por las remesas, el país no tendría el nivel de vida que tienen hoy las familias.
"Las remesas han ayudado a elevar el poder adquisitivo de los salvadoreños", dijo. "Las remesas están haciendo que el país se sostenga", agregó el economista.
Vega aclaró que nada de ese aumento de calidad de vida tiene que ver con las políticas económicas del país.
Según la encuesta de Propósitos múltiples de 2011, que elabora la Dirección de Estadísticas y Censos (Digestyc), el ingreso promedio mensual de los hogares a nivel nacional es de $486.67.
Pero "el Gobierno no ha hecho nada para que eso suceda. Es pura inversión privada, de la gente que vive en Estados Unidos", agregó.
Freno
Las remesas podrían estar en peligro, debido a una nueva propuesta que planteó el Gobierno en 2012.
El Gabinete económico ha planteado aplicar un impuesto a las transacciones financieras, una propuesta que aún debe ser discutida en la Asamblea Legislativa, pero que ya genera preocupación sobre su impacto.
Para el ex ministro de Economía, Miguel Lacayo, una ley como esta encarecería el envío de remesas, que son enviadas en 70 % a través de transferencias bancarias.
Pone como ejemplo que si un salvadoreño recibe una remesa de $200, el banco automáticamente le cobraría $0.50 en impuestos.
Vega cree que las transacciones podrían verse afectadas, pero que en definitiva, la cantidad de remesas no disminuiría. Lo que ocurriría sería un encarecimiento del envío de remesas. "Pero no creo que se reduzcan porque si su mamá le dice que necesita el dinero para las medicinas, usted, aunque sea más caro enviar el dinero, siempre se lo va a mandar", aseguró.
Según la economista, el país aún no ha alcanzado el máximo nivel de remesas. "Podrían ir al alza", agregó.

Club de La Hoz y el Martini: Cristina K se hospeda en Dubai en el Hotel más caro del mundo


Tomado de El Clarín

 Vista del hotel Emirate Palace, donde se hospeda la presidenta argentina Cristina Fernández Kirchner

El Club de la Hoz y el Martini, es el Jetset de la Izquierda gobernante latinoamericana.


En Latinoamérica se ha expandido la moda de gobernantes izquierdistas que una vez en el poder mantienen su lenguaje de lucha de clases pero que se adaptan perfectamente a la lujosa vida que da las mieles del poder


POR SILVINA HEGUY


Cristina llega hoy a Abu Dhabi y se aloja en el hotel más caro del mundo


La presidente de los argentinos pobres, se da una vida de lujo extremo a expensa de estos.

 

 

Es propiedad del gobierno de los Emiratos Arabes. Las habitaciones van desde los US$ 1.400 a los US$ 17.000.

Las próximas noches de Cristina Fernández de Kirchner serán con vista a aguas turquesas y con la brisa que –en estos días en el Golfo Pérsico– se transformó en un viento más fuerte de lo habitual. Todo está listo para que la Presidenta ocupe desde hoy –hasta el martes– una de las suites de último piso del Emirates Palace, el hotel que costó tres mil millones de dólares, el más caro del mundo. Puro oro y mármol, con habitaciones que van entre los 1.400 y 17.000 dólares por noche.

Sin impuestos.
Consultados Presidencia y el hotel sobre quién pagaba los gastos, ninguno respondió a Clarín.

El Emirates Palace es, en realidad, un palacio que funciona como un hotel. Se intenta terminar con la discusión con sus competidores asiáticos y árabes sobre cuál hotel es el más lujoso o si merece la categoría inexistente de siete estrellas.

El Emirate Palace remite sin dudas a un palacio con su estructura dorada de 114 cúpulas: la más grande, de 74 metros. Con 1.200 cristales de Swaroski en sus lámparas colgantes, la más monumental pesa dos toneladas y media.

El hotel tiene 128 cocinas y la muestra de que el jugo es exprimido lo muestra otro récord: por año se usan 200 toneladas de naranjas.

El edificio se acomoda sobre cien kilómetros en la costa de Abu Dhabi, la capital de Emiratos Arabes Unidos, donde la Presidenta inicia hoy su gira de once días por Asia.

Cristina Fernández de Kirchner podría hacer sus habituales caminatas matutinas por los senderos que a lo largo de seis kilómetros cruzan el parque. En él hay 8.000 árboles, una excepcionalidad en el desierto de Abu Dhabi, un emirato que se mantiene siempre verde gracias a lo s mil millones de litros de agua desalinizada que por día se vierten para regar sus parques.

También podrá disfrutar de “soñadas” arenas blancas y del mar turquesa del golfo. Aunque lo debería hacer a partir de mañana: desde el viernes pasado fuertes vientos obligan a los empleados del hotel a levantar los muebles de playa por temor a que salgan volando. La playa es privada: de acceso exclusivo para los huéspedes.

Pero si el clima de afuera no ayuda, todavía queda el hotel. El hall de acceso, con adornos en oro puro, se abre en varios y enormes pasillos que desembocan en salones y pequeños ambientes. Con suma discreción aparecen cada pocos metros empleados y guardias de seguridad.


Se estima que por huésped hay seis empleados.

Pero siguiendo el recorrido y hacia la izquierda, siempre mirando al mar a través de ventanales monumentales, varios pasillos recuerdan a un museo. En las vitrinas hay piezas originales de la Antigua Grecia, China y de arte precolombino. Las cúpulas también sirven para dividir ambientes y separar locales, la mayoría joyerías.

Como oasis en un desierto de alfombras hechas a mano aparecen los bares y restaurantes. Son más de veinte. El primero es Le Café, que ofrece un té al mejor estilo británico por casi sesenta dólares.

Los sillones bajos con mesas pequeñas suelen ser los preferidas de las mujeres árabes que, con sus trajes típicos, pasan las horas de la tarde. El capuccino, otra especialidad, se sirve en una bandeja de plata con un dátil y un pequeño souflé de chocolate como acompañamiento.

Cuesta cien pesos argentinos.

En el bar también se ofrece caviar Beluga iraní, los cien gramos cuestan mil dólares, y hay un champagne especial –Emirates Palace Luxor Gold– de 1.500 dólares. En la carta de vinos figura uno argentino: el Yacochuya, es el único del país y se ofrece por 250 dólares.

El Emirates Palace pertenece al gobierno de Emiratos Arabes Unidos, pero es administrado por la compañía alemana Kempinski. Tiene 349 habitaciones, 92 de ellas en suites, que van de los 55 a los 680 metros cuadrados. De ahí la variedad de tarifas.

Las del piso superior son las más caras y están reservadas para los miembros de las familias reales árabes y para jefes de Estados en visita al país.

En una de ellas pasará las próximas noches la Presidenta. 

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