lunes, 21 de enero de 2013

Entrevista de Quijano en El Faro reafirma dudas internas sobre idoneidad


Tomado de El Faro.net
Foto: Archivo El Faro
"No me pidas a mí que salga en primera línea"
Por José Luis Sanz y Carlos Martínez 

Mientras el país se pregunta cómo impactará la candidatura de Antonio Saca en la carrera presidencial, Quijano opta por la evasión, alegando que es el pasado. Pide que no se le juzgue por lo que hicieron los gobiernos del partido Arena y, cuando se le pide posición sobre la tregua entre pandillas, el financiamiento a las campañas electorales y el caso Adolfo Tórrez, este hombre, que quiere ser presidente de El Salvador, prefiere soslayar.

Será que aún faltan 13 meses para el día de votación, o que la agenda apretada no le permitió preparar el escenario de la entrevista, o será que, afectado por la fría acogida que su nominación tuvo en importantes sectores de Arena, Norman Quijano no se ha vestido del todo de candidato. El hecho es que el alcalde de San Salvador todavía no cuida esos detalles que ponen nerviosos a los asesores de imagen y que en tiempo electoral los equipos de campaña pulen y moldean a cambio de muchos miles de dólares. Detalles como tener encima de la mesa del despacho, cuando hay periodistas, una enorme caja de vitaminas con ginseng -alguien podría interpretar que al candidato le falta energía-; o como sustituir el trono con su nombre y el escudo de la ciudad tallados en madera por una silla más impersonal, menos teñida de ego y carácter. O como trabajar, hablar a periodistas y apoyarse a la vista de todos, sobre un enorme cubreescritorio de cuero adornado con el logotipo del grupo Samix, la cadena radial propiedad de su mayor amenaza política: Antonio Saca.
El despacho no tiene ni un solo distintivo partidario. Quijano presume de haber roto con la costumbre de que en las oficinas municipales los empleados llevaran la camisa roja del partido FMLN y de no permitir que la cambiaran por la tricolor de Arena desde cuando él asumió, en 2009. Y lo cierto es que a la entrada del edificio, junto a la entrada a su despacho, cuelga una foto del presidente de la República, a pesar de que es de otro partido. El alcalde, que hace cuatro años recordó a los capitalinos que la ciudad de San Salvador tenía bandera propia y la puso a ondear junto a la de El Salvador en plazas y puentes, dice que la alcaldía no tiene partido, que es de todos. Él sí tiene partido, pero llegó al cargo sin demasiado respaldo de la cúpula y contra todo pronóstico. Tras dos décadas de trabajo político al servicio de Arena, el éxito se lo tuvo que construir solo. En el barniz de institucionalidad que ha querido dar a su gestión hay cierta reivindicación de su individualismo político. Tal vez por eso pide a los salvadoreños que no juzguen su candidatura por los 20 años de gobiernos de Arena.

Quijano promete apostar, por encima de todo, si gana, por la educación; cita a Oppenheimer (al periodista Andrés, no al sociólogo Franz); y se niega a hablar de Saca. Dice que el expresidente arenero, hoy desterrado del partido y probable competidor feroz en la disputa del voto de derechas en 2014, no ha lanzado su candidatura todavía y por tanto no merece demasiada atención. Un sicólogo barato diría que esa negación revela que Saca es el mayor temor de Quijano, y tal vez acertaría. Un temor que él conjura con evasivas y una amenaza: “Cuando él diga ʻaquí estoy, voy por Gana, que es el partido que yo fundéʼ, entonces vamos a empezar una acción orientada precisamente a generar la percepción que el ciudadano debe tener”, responde, cuando se le pregunta si Arena tiene pruebas de corrupción contra el exmandatario.

Esta es la entrevista con un candidato que no acaba de consolidarse entre los areneros y que, con todo a favor (a Salvador Sánchez Cerén lo lastra su imagen negativa, y Saca todavía no tiene partido propio con el que romper la tradición de un país polarizado) lidera las encuestas pero todavía no despega. Quijano, incluso, tropieza en temas en los que los asesores de los miles de dólares no permitirían tropezar a un candidato: se permite el lujo de no tener postura sobre la futura Ley de partidos políticos, o sobre algo tan delicado, tan trascendental para un país marcado a fuego por la violencia, como la actual tregua entre pandillas. Dice que no conoce bien ese tema, que le alegran los resultados pero mantiene reservas, que en un futuro decidirá si mantiene o no esta iniciativa “con un staff de asesores”.

Lea la entrevista completa dando doble click Aquí

La derogatoria de amnistía propuesta por Sánchez Cerén


Por Luis Montes Brito

Realmente traer a la memoria estas oscuras historias que vienen de la época de la locura” es innecesario, además distraen a los salvadoreños del esfuerzo que amerita  la época de la esperanza”. Por eso es difícil hallarle sentido a la propuesta, sobre todo proviniendo de las personas menos indicadas o con menos autoridad moral para revivirla.

Como una operación de lavado de cara puede considerarse la inteligente jugada política por parte de Salvador  Sánchez Cerén de proponer recientemente la derogatoria de la ley de amnistía de 1993, que sirvió de base para lograr los acuerdos de paz que pusieron fin a los doce años del cruento conflicto salvadoreño.

El candidato presidencial efemelenista es el único, de los que se conocen hasta hoy y de los que se sabe participarán en los comicios electorales de 2014, que intervino militarmente en el conflicto armado de El Salvador y por cuya participación padece  de una  precaria imagen pública, en la cual las opiniones negativas sobre su persona superan por amplio margen las positivas.

Llama la atención que la fórmula presidencial del FMLN, es la única relacionada con un pasado manchado de sangre ya que ambos candidatos Salvador Sánchez Cerén alias Comandante Leonel González y Oscar Ortiz, alias comandante Guillermo Rodríguez, participaron beligerantemente  en el conflicto militar, pesando sobre ambos alegatos de involucramiento en hechos de sangre.

Leonel González, seudónimo guerrillero del hoy vicepresidente de la república, fue desde 1983 el máximo responsable militar de la principal fuerza guerrillera del FMLN, las Fuerzas Populares de Liberación (FPL), organización que entre sus métodos de lucha utilizó el secuestro, asesinato, juicios sumarios y posterior ejecuciones a sus propias tropas, así como la destrucción de propiedad pública y privada.

A decir de diferentes investigadores, el mayor número de bajas que sufrió las FPL ocurrieron en el frente paracentral Anastasio Aquino, producto de purgas internas ordenadas por el responsable militar de las milicias guerrilleras comandante Mayo Sibrián, quién mandó a ejecutar salvajemente a cientos de guerrilleros bajo su mando, por la sola sospecha de ser infiltrados. Estas ejecuciones gozaron del aval de la comandancia general siendo origen de fuertes conflictos internos que incluso amenazaron con romper la alianza de las 5 facciones que componían el FMLN.

La masacre de Mayo Sibrián  fue la mayor, en términos de número de víctimas, cometida durante la historia del conflicto armado. Esta ha sido y todavía es objeto de una discusión sotto voce dentro de los veteranos del FMLN, quienes desaprueban la crueldad de Mayo Sibrián y la responsabilidad de la comandancia general de las FPL por haberlas permitido y avalado.

Realmente traer a la memoria estas oscuras historias que vienen de la época de la locura” es innecesario, además distraen a los salvadoreños del esfuerzo que amerita  la época de la esperanza”. Por eso es difícil hallarle sentido a la propuesta, sobre todo proviniendo de las personas menos indicadas o con menos autoridad moral para revivirla. En el muy remoto e hipotético caso de que la derogatoria fructificase  los únicos candidatos perjudicados serían los del FMLN. ¿Por qué entonces Sánchez Cerén revive este tema? Aquí algunas ideas que comparto:

1.  La imagen de Sánchez Cerén  está en números negativos por su participación en el conflicto, por lo tanto urge cuanto antes agotar el tema en torno a su pasado guerrillero y nada mejor que hacerlo a 14 largos meses de las elecciones.

2.  Con el FMLN dominando el ejecutivo, el legislativo y buena parte del judicial, Sánchez Cerén sabe que está en una posición de fuerza que lo blinda, al menos por hoy, de ser juzgado, mucho menos de ser condenado o inhabilitado de participar en un proceso electoral.

3.  Tomando la iniciativa en el tema, puede gritar a los 4 vientos a manera de defensa ante posibles acusaciones de campaña que ha sido él quien ha propuesto la derogatoria de la amnistía porque él está “¿limpio?” y tiene nada que temer. Además pone en jaque a sus contendientes que deberán tomar una posición opuesta al tema para no herir susceptibilidades en los militares con quienes existe una afinidad natural y por lo tanto la propuesta de derogatoria no tendrá viabilidad.

Independientemente de las motivaciones de Sánchez Cerén de revivir el tema, es un lastre para la búsqueda de avances en el entendimiento de la sociedad salvadoreña ya que la polariza a favor o en contra, con lo cual queda una vez más demostrado que para avanzar como país El Salvador requiere un gobierno que se aleje de las extremas.

domingo, 20 de enero de 2013

La probable hoja de ruta del segundo término de Obama



Agenda de Segundo período de Obama: ¿esperanzadora o circunstancial?

Por Luis E. Montes*

El domingo a las 12 del mediodía dio inició oficialmente el segundo período del presidente Barack Obama. Como dato histórico, con el tercer juramento (ya que el primero debió ser repetido) del primer mandatario afroamericano se cumplen 224 años ininterrumpidos de transferencias de poder por la vía democrática pacífica en los Estados Unidos.  Si bien el número de asistentes a las festividades de juramentación del presidente este año será de un millón menos en comparación a las del 2008, las expectativas para ciertos segmentos de la nación son aún más altas.

Analistas y académicos concuerdan que el presidente no dará a conocer detalles de sus prioridades legislativas en el discurso del lunes.  De hecho, se espera un discurso más abstracto pero esperanzador donde enumere los grandes asuntos domésticos e internacionales que marcarán sus segundos cuatro años como presidente. Los detalles se conocerán más a fondo durante su discurso frente al Congreso del Estado de la Nación a principios de febrero.
La comunidad inmigrante estará pendiente sobre cualquier pronunciamiento que Obama pueda hacer sobre la tan ansiada reforma migratoria integral. Si bien los republicanos insisten en partir los diferentes puntos de la agenda migratoria y discutirlos individualmente, los demócratas y grupos pro-inmigrantes están claros que los números están a su favor y el voto de noviembre les ha dado un mandato para aprobar la medida de una vez por todas.
Lo menos que la base puede esperar del presidente Obama en su discurso de inauguración es un reconocimiento público de que él ha llegado a la máxima posición política del país por el apoyo incondicional de la comunidad hispana e inmigrante en general.  Quizá les recordará a los republicanos que él ha cumplido con la ley, ha protegido la frontera y que el segundo período espera que ellos hagan su parte y aprueben una reforma que incluya un camino a la ciudadanía para los más de 11 millones de indocumentados.
Además de la reforma migratoria, Obama tendrá que negociar los detalles del techo de la deuda así como buscar la aprobación del primer presupuesto federal en su presidencia ya que llevamos 3 años sin uno.  Este tema será el principal punto legislativo en los primeros tres meses de su período.
El otro tema de agenda que seguramente recibirá atención será la regulación de las ventas de rifles de asalto y otras armas. La tragedia de Sandy Hook está presente en las mentes de toda la nación y según las encuestas más del 50% de ciudadanos esperan una pronta y decisiva respuesta del gobierno federal, específicamente la prohibición de ventas de armas de alto calibre, automáticas y de cargadores de alto poder.
Internacionalmente, las circunstancias dictarán en gran medida su agenda. La presunta selección como jefe de su gabinete de Denis McDonough, el segundo al mando en su equipo asesor de seguridad nacional, indica que Obama pueda buscar un mayor protagonismo en el área internacional.  No obstante, Latinoamérica no vislumbra como prioridad y seguirá siendo relegada a una nota de pie en la agenda de la Casa Blanca.
Si bien los segundos períodos de los presidentes recientes han sido marcados por escándalos, el presidente Obama llega en un momento histórico favorable. Todos recordamos a Richard Nixon y Watergate; Ronald Reagan y el caso Irán-Contras; Bill Clinton y Monica Lewinski y  George W. Bush con Irak, torturas y la catástrofe económica. Obama, como el 21º presidente que gana reelección, busca romper la mala racha. La cambiante demografía puede ser la clave para mover su agenda en el Congreso. Ese elemento por sí solo puede ser la llave que permita antes de noviembre del 2014 aprobar los puntos en agenda más importante y solidificar su legado. Eso es algo que los demás presidentes que ganaron la oportunidad para cumplir un segundo término, no tenían.

* Twitter:@LuisMontes

Democracia: Obama si asistió y si juró para un nuevo término


Tomado de La Voz de América

Privada y sobria fue la toma de juramento del presidente Obama en la Casa Blanca al mediodía de este domingo.

Barack Obama jura para segundo mandato

Fue un evento corto y de carácter oficial en la Casa Blanca. La ceremonia pública se cumplirá este lunes. Siga el especial cubrimiento de Voz de América.

A la ceremonia de toma de juramento del presidente Barack Obama asistió la familia del mandatario, el juez Presidente de la Corte Suprema, John Roberts, invitados especiales y la prensa.

El presidente Obama utilizó la Biblia de la familia Robinson, un regalo del padre de la primera dama, Fraser Robinson III, a su madre, LaVaughn Delores Robinson, hecho en el año 1958.

 Joe Biden juró como vicepresidente ante la jueza Sonia Soto Mayor


En la mañana, el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, fue juramentado en su segundo mandato en el interior de su residencia en el Observatorio Naval.

La jueza hispana, Sonia Sotomayor, fue la encargada del evento y Biden, con una mano sobre la biblia familiar y la otra frente a la magistrada, recibió la juramentación.

Al acto asistieron sus familiares y otros invitados quienes anteriormente habían participado de una misa.

Tres mujeres han juramentado presidentes y vicepresidentes de EE.UU., Sarah T. Hughes juramentó al presidente Johnson en 1963, la jueza Sandra Day O'Connor juró al vicepresidente Dan Quayle en 1989, y la jueza Ruth Bader Ginsburg impartió la juramentación al vicepresidente Al Gore en 1997.