sábado, 21 de junio de 2014

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: NIÑOS Y ADOLESCENTES DEPRIMIDOS




No solamente los adultos se deprimen. Los niños y los adolescentes pueden sufrir también de depresión. La depresión se considera como una enfermedad cuando la condición depresiva no es pasajera, sino que persiste en el tiempo. Aproximadamente el 5 % de los niños y adolescentes de la población general padece de depresión severa. Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida de algún familiar, o que tienen desordenes de la atención, del aprendizaje o de la conducta corren mayor riesgo de sufrir depresiones.

En la actualidad hay dos causas que ganan cada vez más peso; una es el acoso escolar o “bullying”, y la otra es el sentirse poco adecuado a los cánones imperantes hoy día referentes a moda, belleza, materialismo, etc. y a los que en particular los adolescentes son tan susceptibles. El comportamiento de los niños y adolescentes deprimidos es diferente al comportamiento de los adultos deprimidos. Los especialistas recomiendan a los padres que estén atentos a estos síntomas que pueden presentar sus hijos:

              Tristeza persistente.
              Perdida de interés en sus actividades favoritas.
              Aumento en la actividad o irritabilidad.
              Quejas frecuentes de enfermedades físicas tales como dolor de cabeza o dolor de estómago.
              Rechazo a acudir al centro escolar con excusas varias.
              Ausencias frecuentes de la escuela y deterioro en el rendimiento académico.
              Aburrimiento persistente, falta de energía y falta de comunicación.
              Cambios notables en los patrones de comer y dormir.


Un caso típico es el del niño que jugaba a menudo con sus amigos, y de repente empieza a pasarse la mayor parte del tiempo solo; pierde el interés por todo, y las cosas de las que disfrutaba previamente ya no le dan placer. Los niños y adolescentes deprimidos dicen a veces que quisieran estar muertos o pueden hablar de suicidio. Además, los adolescentes deprimidos pueden abusar del alcohol o de las drogas tratando de sentirse mejor.

Cuando se portan mal en casa y en la escuela pueden estar sufriendo de depresión sin que nadie se dé cuenta de ello. Los padres y los maestros no se percatan de que la mala conducta también puede ser un síntoma de depresión, porque estos niños no dan la impresión de estar tristes. El diagnóstico y el tratamiento temprano de la depresión es esencial para los niños deprimidos. Por ello, ante cualquier síntoma, es recomendable consultar con un especialista.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

jueves, 19 de junio de 2014

Felipe VI asume el trono. El Rey de los Nuevos tiempos en España

Agencias Noticiosas 

Felipe VI, el Rey de «una monarquía renovada para un tiempo nuevo»

El nuevo Monarca jura fidelidad a la Constitución en una ceremonia de proclamación histórica en el Congreso de los Diputados

Dos leones de bronce custodian la puerta principal del Congreso de los Diputados, una puerta que sólo se abre en los actos solemnes y que este 19 de junio de 2014 ha recibido a un nuevo Rey.

Fuera, el sol apretaba mientras miles de ciudadanos aguardaban ataviados con sus banderines rojos y amarillos, conscientes de que la historia estaba a punto de escribirse ante sus ojos. En el interior, el Hemiciclo se vistió con sus mejores galas. Don Felipe de Borbón, quien siendo Príncipe de Asturias un 30 de enero de 1986 jurara la Constitución en esta misma sala, ha sido proclamado Rey de España.

El mismo día en que cumplió 18 años se convirtió en el primer Príncipe de Asturias en jurar la Constitución en este Palacio de la Carrera de San Jerónimo, con «voz serena y clara», como escribía entonces el cronista de ABC. Ya han pasado 28 años, y el Príncipe se ha convertido en Rey.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibió a los nuevos Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, a la Princesa de Asturias y a la Infanta Sofía a su llegada al Congreso, en un Rolls Royce. Sonrientes y saludando a la multitud que gritaba «¡Felipe! ¡Felipe!», caminaron hasta la puerta custodiada por los dos leones, hasta llegar al Salón de los Pasos Perdidos, donde saludaron a los representantes de todos los poderes del Estado.


Los invitados ocuparon sus asientos, con Doña Sofía y Doña Elena en la tribuna y con la ausencia anunciada de Don Juan Carlos, mientras el aplauso de todo el Hemiciclo puesto en pie daba la bienvenida a los nuevos Reyes.

Gratitud a Don Juan Carlos y Doña Sofía

El presidente de la Cámara Baja, Jesús Posada, abrió la sesión solemne de Juramento y Proclamación. «Es el discurso más importante de mi vida, pero tiene poca importancia», había dicho justo antes de entrar al Congreso.

«Hace 39 años presenciásteis la proclamación de vuestro padre como Rey de España», en la que expresó su voluntad «de ser el Rey de todos los españoles», comenzó Posada, dirigiéndose al nuevo Rey. Entonces España iniciaría una «transformación sin precedentes». Posada quiso expresar su «sincera, profunda y emocionada gratitud a quien hasta hoy ha sido el Rey de España», desatando los aplausos de todos los asistentes. También tuvo palabras para Doña Sofía, que se puso en pie y agradeció, emocionada, el gesto.

«Es mucho lo que hemos avanzado en estas cuatro décadas. España es una democracia consolidada», ha insistido Posada. «España se enfrenta a nuevos problemas», como la crisis económica y la desconfianza de los ciudadanos en las instituciones, por lo que apeló al consenso, y habló en nombre de las Cortes para mostrar al Monarca su deseo de que su reinado sea un periodo de progreso. «Os deseamos un fructífero reinado desde nuestra lealtad», concluyó.

El juramento

La corona y cetro, símbolos de la Monarquía española, fueron testigos del histórico acontecimiento, pero la protagonista de la sesión solemne fue la Carta Magna. Felipe VI le juró fidelidad, convirtiéndose así en el primer Monarca que presta juramento apoyando su mano sobre la Constitución española; concretamente, un facsímil del ejemplar que Don Juan Carlos sancionó en 1978, dando paso a una democracia que ya ha cumplido los 35 años y que hoy consagra la continuidad dinástica y la estabilidad constitucional con la proclamación del nuevo Rey.

Las palabras de Felipe VI eran acogidas con un silencio de emoción contenida: «Juro desempeñar fielmente mis funciones. Guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas». Jesús Posada entonó un emotivo «¡Viva el Rey!» seguido por todos, que culminó con el himno nacional, cuyas últimas notas se fundían con los aplausos.

El discurso de un Rey

«Quiero expresar ante todo el reconocimiento y el respeto de la Corona a estas Cámaras», comenzó Don Felipe. «Inicio mi Reinado con una profunda emoción por el honor que supone y consciente de la responsabilidad que conlleva», señaló el Monarca. España es «una gran nación en la que creo, a la que quiero y la que admiro», mostró.

«Ante todos los españoles, también con gran emoción, quiero rendir un homenaje de gratitud y respeto hacia mi padre, el Rey Juan Carlos I», de quien destacó su «reinado excepcional con un legado político extraordinario». También tuvo palabras para Doña Sofía, a quien agradeció «toda una vida de trabajo impecable al servicio de los españoles». «Espero que podamos seguir contando muchos años con su apoyo, experiencia y cariño», señaló Felipe VI, mirando hacia su madre, sonriente.

«Mi fidelidad a la Constitución ha sido permanente y mi compromiso con los valores de libertad, responsabilidad y solidaridad en los que descansa la democracia». Así, ha dicho, fue educado desde niño y así ha educado, junto con Doña Letizia, a sus dos hijas.

Don Felipe quiere ser «un Rey constitucional, símbolo de la unidad y permanencia del Estado, que ha de respetar el principio de separación de poderes. Encontrarán en mí a un jefe del Estado leal, dispuesto a escuchar y defender los intereses generales», dijo.

«La Corona debe ganarse el respeto, aprecio y confianza de los ciudadanos permanentemente», con una conducta «íntegra, honesta y transparente», destacó Don Felipe: «Que la ejemplaridad gobierne la vida pública».
El nuevo Rey apostó en su primer discurso por «una monarquía renovada para un tiempo nuevo». «Miremos hacia el futuro, hacia la España renovada», insistió, para recordar que los españoles hemos convivido en democracia superando tiempos de tragedia. «Tenemos que preservar los ideales en los que se ha basado esa convivencia». «La convivencia en paz y en libertad de los españoles es y será siempre una responsabilidad ineludible de todos los poderes públicos», insistió el Rey.

También tuvo palabras para las víctimas de la violencia terrorista, cuyo recuerdo permanecerá «en nuestra memoria y en nuestro corazón».

Unidad de España

«Quiero reafirmar como Rey mi fe en la unidad de España, unidad que no es uniformidad, Señorías», indicó con contundencia el Rey, en uno de los momentos más esperados de su discurso. La Constitución reconoció nuestra diversidad, una diversidad que se muestra especialmente en las lenguas. «En esa España unida y diversa cabemos todos, caben todas las formas de sentirse español», expresó.

Hemos de trabajar «con espíritu de superación de lo que nos ha separado y dividido, para recordar todo lo que nos une hacia el futuro». «Trabajemos todos juntos, con lealtad. Una nación no es solo su historia, sino un proyecto integrador sentido y compartido por todos que mire hacia el futuro», indicó el Monarca.

Desde la tribuna lo observaban, atentos, los tres ex presidentes del Gobierno, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero.

«Tenemos un gran país, somos una gran nación. Creamos y confiemos en ella», insistió Don Felipe. «Yo me siento orgulloso de los españoles, y nada me haría sentir más orgullos que, con mi trabajo y esfuerzo, los españoles pudieran sentirse orgullosos de mí». El Rey concluyó dando las gracias al Hemiciclo, y lo hizo en castellano, catalán, euskera y gallego. No cesaban los aplausos, ni siquiera cuando el presidente de la Cámara gritó un «se levanta sesión». Varios vivas al Rey dieron por finalizado el acto de proclamación del nuevo Rey. Comienza el reinado de Felipe VI. 

miércoles, 18 de junio de 2014

Un poco de historia sobre abdicaciones al trono de España

Tomado de El País
Modos de abdicar
En Europa las monarquías que lograron sobrevivir son las que se adaptaron a la democracia

Por Isabel Burdiel

La abdicación de la Corona por el rey Juan Carlos ha sido considerada un hecho singular y, sin duda, lo es. Sin embargo, su singularidad no reside en que sea poco habitual. La Monarquía española se caracteriza por el alto número de abdicaciones desde la ruptura liberal con el absolutismo, allá por los años treinta del siglo XIX. Desde entonces, con la excepción de Alfonso XII, que murió a los 27 años, todos los demás monarcas españoles han abdicado. Isabel II lo hizo en 1870, Amadeo de Saboya en 1873 y Alfonso XIII hizo cesión de sus derechos dinásticos en 1941.
Para ser un país que durante mucho tiempo ha sido considerado como “esencialmente monárquico” son muchas abdicaciones. Para ser un país “naturalmente republicano” son también muchas las restauraciones. Ambas cosas tienen poco que ver con una singularidad española fatal y cainita a la luz de la cual se debe explicar la situación actual. Más aún, la dicotomía entre una institución esencialmente arcaica y reaccionaria (la monarquía) y otra esencialmente moderna y progresista (la república) fue y sigue siendo demasiado simplista.
A diferencia de lo que ocurrió en América —donde la república se identificó con democracias estables, pero también con dictaduras caudillistas e inestables—, en Europa la monarquía se mantuvo como una institución central en la consolidación del liberalismo y en la construcción de los nuevos Estados-nación en el siglo XIX. Una fuerza política y cultural de integración a la que ninguna de las naciones de Europa quería renunciar y que, contra todo pronóstico, demostró su flexibilidad para adaptarse (o ser adaptada). Y digo “ser adaptada” porque en toda Europa existió siempre una tensión estructural entre los Parlamentos y la resistencia de los reyes a perder prerrogativas. El momento de ruptura clave se produjo en la Primera Guerra Mundial, y durante los años treinta del siglo XX, cuando el problema ya no era la construcción del Estado-nación liberal, sino las formas posibles de resolver el acceso de las masas a la política; es decir, el tránsito a la democracia o la opción por regímenes no democráticos como el comunismo o los fascismos. Las monarquías que lograron sobrevivir fueron las que resistieron la tentación autoritaria y evolucionaron para adaptarse a la democracia y serle útil como un nuevo mecanismo de integración y estabilidad simbólica, despojado de todo poder político efectivo.
En Europa la monarquía se mantuvo como una institución central en la consolidación del liberalismo

Ésa es la problemática histórica desde la hay que analizar la abdicación de Juan Carlos I. Cualquier identificación de la misma con el pasado, o del Rey actual con algún monarca del siglo XIX es forzada, inexacta e inútil para el análisis honesto de lo que está pasando. Otra cosa es que no se puedan extraer lecciones de la Historia. Por ejemplo, la de que todos los finales traumáticos de los reinados anteriores —con la excepción del de Amadeo de Saboya— fueron producto de la implicación del monarca en sistemas políticos anquilosados, carcomidos por la corrupción e incapaces de lograr mecanismos de integración pacífica de las demandas de representación de la ciudadanía.

El caso de Isabel II, la primera reina constitucional, es una buena muestra de ello. Los dos grandes vicios isabelinos fueron el capricho personal en el nombramiento y cese de los Gobiernos y el exclusivismo de un solo partido (el moderado) que se negó a socializar la institución, excluyendo del poder al otro gran partido monárquico, el progresista. El resultado, letal para los propios liberales moderados, fue permitir un grado de autonomía enorme a la Corona y a los círculos de poder extraparlamentarios. Cuando esa situación se hizo insostenible, el liberalismo acabó por no encontrar otra salida que la que había intentado evitar: la revolución. En 1868, Isabel II salió para el exilio pero aún tardó dos años en abdicar. Se resistió a ello cuanto pudo y tan sólo lo hizo, de forma precipitada e improvisada, temerosa de revelaciones escandalosas de su marido y ante la presión de Napoleón III, que buscaba neutralizar la entronización en España de Leopoldo de Hohenzollern, lo que acabó siendo el detonante de la guerra franco-prusiana. En todo caso, la abdicación abrió el camino para los monárquicos alfonsinos que iban reorganizándose en torno a Cánovas de Castillo.

Amadeo de Saboya, retratado por Carlos Luis de Ribera y Fieve

Antes de que los alfonsinos lograran su propósito, se ensayó en España la llamada “monarquía democrática” de Amadeo de Saboya que duró apenas dos años, entre noviembre de 1870 y febrero de 1873. Su brevedad y su “carácter extranjero” son razones que se aducen para que apenas se recuerde su paso por el trono de España. Quizás también pesa en ese olvido el hecho de que su fracaso se debió de forma evidentísima, no a la actuación del rey, que fue escrupulosamente constitucional, sino al fraccionamiento extremo de todos los partidos que decían apoyarle. Frente a ellos cobraron fuerza los republicanos (que no dudaron en hacer causa común con los carlistas) y los defensores de una restauración en la figura de Alfonso XII. Emilia Pardo Bazán relató más tarde la atmósfera excitada de los salones durante la cruzada contra Amadeo. “Todos andábamos conformes en empujarle fuera de España, y luego que llevase el gato al agua quien pudiera”. Ella, como otras damas de entonces, se lucían por Madrid y ante el rey, “con la peineta de teja y la mantilla de rancia blonda”. Mientras, los inestables apoyos de Amadeo le confundían constantemente, eran incapaces de crear un sistema de partidos estable y le empujaban a actuar fuera de sus prerrogativas constitucionales. La negativa final a hacerlo fue el detonante de su abdicación. Se lo comunicó al presidente del Gobierno rogándole discreción hasta que la abdicación se hiciese formal, y constitucionalmente. No hubo tal discreción y al día siguiente, el 10 de febrero de 1873, el país se enteró por la prensa de que el rey abdicaba. Sacudiéndose las botas como santa Teresa al abandonar Ávila, Amadeo se trasladó con su familia a la embajada italiana y salió de España. Se despidió con una elegancia no exenta de ironía, agradeciendo la honra que “merecí de la nación española” pero sintiéndose impotente para devolver el favor: “Todos invocan el dulce nombre de la patria, todos pelean y se agitan por su bien y entre (…) el confuso, atronador y contradictorio clamor de los partidos, entre tantas y tan opuestas manifestaciones de la opinión pública, es imposible afirmar cuál es la verdadera, y más imposible todavía hallar el remedio para tamaños males”. El 11 de febrero de 1873 fue proclamada la Primera República.
Alfonso XIII empezó su reinado como regeneracionista y acabó consagrando España al Sagrado Corazón de Jesús y entregando el poder a un dictador militar en 1923. Cavó así su tumba política, como lo hicieron otros monarcas de las frágiles monarquías del este o del sur de Europa ante la tentación fascista o militarista. Tras la victoria republicana de abril de 1931, en unas elecciones municipales que actuaron como una especie de referéndum, el rey ofreció su renuncia temporal al trono y salió hacia Francia. Mientras, en España, comenzaba, llena de ilusiones, la Segunda República. A Alfonso XIII le costó mucho más abdicar que a Isabel II. Tardó casi diez años. Sin duda fue traicionado por los franquistas, que le mantuvieron en el exilio y no restauraron la monarquía después de la Guerra Civil. Finalmente, el 15 de enero de 1941, ya sin alternativas, anunció la cesión de sus derechos dinásticos a don Juan. Nunca lo llamó abdicación. Con él, la monarquía española había embarrancado otra vez, al ser incapaz de adaptarse a las demandas de democracia y optar por una solución autoritaria.
Alfonso XIII empezó su reinado como regeneracionista y acabó entregando el poder a un dictador militar en 1923

Nada que ver todo lo que he relatado hasta aquí con la abdicación de Juan Carlos I, realizada de forma libre, con respeto escrupuloso a la legalidad constitucional y en una democracia asentada que él mismo contribuyó a instaurar y defender. El Rey, como han hecho los monarcas en Bélgica u Holanda, y el propio Papa, ha creído llegado el momento de dejar paso a una nueva generación, más capaz en este momento de afrontar los retos enormes de la situación. Nada que ver con un capricho ni, por supuesto, con una falta de capacidad para distinguir entre lo que se le pide a una monarquía y a una república. Ni la república es mágica, ni el rey Felipe VI lo será tampoco. Afortunadamente la mayoría de los españoles ya no creemos en la magia.
Isabel Burdiel es autora de Isabel II. Una biografía (Taurus), premio Nacional de Historia 2011.

Bibliografía

La época del Estado-nación en Europa. Dieter Langewiesche. PUV, 2012.
El reinado de Amadeo de Saboya y la Monarquía constitucional. Carmen Bolaños. UNED, 1999.
Alfonso XIII. Un político en el trono. Javier Moreno Luzón (editor). Marcial Pons, 2003.
Isabel la Católica. Estudio crítico de su vida y su reinado. Tarsicio de Azcona. Biblioteca de Autores Cristianos, 1993.
Enrique IV de Castilla: la difamación como arma política. Luis Suárez Fernández. Ariel, 2001.
Poesía crítica y satírica del siglo XV. Julio Rodríguez Puértolas (editor). Castalia, 1989.
El conde Lucanor. Don Juan Manuel. Edición de Guillermo Serés y Germán Orduña. Crítica, 1994.
Claros varones de Castilla y Letras. Fernando de Pulgar. Gerónimo Ortega e Hijos de Ibarra, 1789.
Clio and the Crown: The Politics of History in Medieval and Early Modern Spain. Richard L. Kagan. John Hopkins University Press, 2009.



martes, 17 de junio de 2014

Piden a feligreses demandar apoyo de autoridades para aprobar ley que beneficiaría a estudiantes

Tomado de AHN
Iglesia católica urge a sus feligreses a presionar a Gob. Cuomo y legisladores para aprobar EITC

A menos de una semana para que finalice la sesión en Albany sacerdotes usan púlpitos para tratar de revivir medida

Este pasado fin de semana cerca de 2.7 millones de católicos en el estado de Nueva York escucharon desde el púlpito el mensaje de obispos y sacerdotes sobre la necesidad de presionar al gobernador Andrew Cuomo y los legisladores estatales para que durante la última semana de sesión legislativa del 2014 sea aprobada la propuesta Inversión en Educación a través de Crédito Fiscal (EITC, por sus siglas en inglés).

El cardenal Timothy Dolan anunció que durante la homilía del fin de semana los sacerdotes dedicaron un buena porción de su mensaje a hacer conciencia sobre la necesidad de ayudar a las escuelas parroquiales. En la década de los 70s, Nueva York contaba con alrededor de 1,400 escuelas católicas. En la actualidad sólo 500 se mantienen abiertas.

De acuerdo a los números dados a conocer por la arquidiócesis de Nueva York, Long Island ha perdido más de 3,000 plazas escolares por el cierre de 11 escuelas en los últimos 5 años. 53 escuelas mantienen sus puertas abiertas.

Sin embargo, analistas auguran un futuro incierto para la aprobación de esta medida así como otras que requieran de un acuerdo tripartito en Albany en este final​ de sesión. Algunos califican el ambiente de tóxico dado el momento que viven las relaciones entre el gobernador Cuomo y la  coalición de republicanos y demócratas independientes que rige el Senado estatal.

El portavoz de la Asamblea, Sheldon Silver, se refirió a la propuesta: "No creo que haga sentido [el incentivo fiscal]." La propuesta que se debate en la Asamblea proporcionaría un crédito fiscal de hasta 75% por cada donación. Por su parte, la pieza de legislación aprobada por el Senado cubriría hasta el 90%.

"A pesar que el gobernador Cuomo nos aseguró que el lucharía por incluir la propuesta [EITC] en el presupuesto estatal, al final nos dejaron por fuera," dijo el cardenal Tim Dolan, arzobispo de Nueva York. "Con la finalización de la sesión legislativa en Albany esta próxima semana, rezamos para que el gobernador Cuomo no nos desilusione… Rezamos para que el gobernador Cuomo priorice nuestros niños y ponga de lado la política y luche por la aprobación de la medida Inversión en Educación a través de Crédito Fiscal."  

domingo, 15 de junio de 2014

Escándalo de corrupción en la FIFA: Suspenden a Beckenbauer por no cooperar en investigación

Agencias Noticiosas
Beckenbauer, suspendido 90 días

Franz Beckenbauer, campeón del mundo como jugador y técnico, ha sido suspendido "con carácter provisional y no podrá participar en ninguna actividad relacionada con el fútbol durante 90 días", anunció hoy la FIFA. "La suspensión se hace efectiva de forma inmediata" y está motivada por no cooperar en la investigación relacionada con la elección de Catar como sede del Mundial 2022.
El vicepresidente del órgano de decisión de la Comisión de Ética, Alan Sullivan, ha formalizado la suspensión a petición del presidente del órgano de instrucción, Michael J. García. García, ex fiscal estadounidense e investigador interno de la FIFA, ya avisó el pasado miércoles, en el 64 Congreso que celebró la Federación Internacional de Fútbol en Sao Paulo, que estaba dispuesto a proponer sanciones a aquellos que no cooperasen en la investigación.
"La decisión se ha adoptado de conformidad con el art. 83, apdo. 1, motivada porque podría haberse cometido una infracción del Código Ético (...) La supuesta infracción se debe a que Franz Beckenbauer no habría cooperado con una investigación de la Comisión de Ética, a pesar de que se le requirió su ayuda en reiteradas ocasiones", indica el comunicado de la FIFA.
Beckenbauer había argumentado, en su momento, que no contestó al cuestionario que le enviaron porque "estaba en inglés" y no lo entendía.
Michael J. García aseguró en el pasado Congreso de la FIFA que ha accedido a "evidencias" que podrían demostrar el escándalo destapado por la prensa británica entorno a la elección de Qatar como sede del Mundial 2022. "Hemos accedido a lo que creemos que es la fuente original", de estas denuncias sobre el Mundial de Qatar, dijo García, investigador de una comisión independiente contratada por el comité de ética de la FIFA.
El diario 'Sunday Times' desveló el pasado fin de semana cómo algunos dirigentes habían sido sobornados para propiciar la elección del país árabe y fijó el foco en el ex dirigente qatarí Mohamed Bin Hamman, que supuestamente habría gastado unos 5 millones de dólares a países africanos y asiáticos para votar por la candidatura de su país. "Recibimos documentos, testimonios de dirigentes, testimonios de personas comunes, pero es imposible hacer una investigación que dure para siempre, si hay nuevos elementos, claro que serán evaluados", dijo entonces García.
Beckenbauer, ex miembro del comité ejecutivo de la FIFA, ha rechazado cualquier implicación en presuntos casos de corrupción relacionados con la adjudicación de los Mundiales a Rusia y Qatar. "No tengo absolutamente nada que ocultar", dijo. "No entiendo tanto revuelo. He explicado ya suficientemente que no soy la persona adecuada para hablar de corrupción", insistió el 'kaiser', presidente honorífico del Bayern Múnich y presidente del Comité Organizador del Mundial 2006 de Alemania.
Beckenbauer rechaza aclarar a quién votó, siendo aún miembro del comité ejecutivo de la FIFA, y se remite a que siguió la recomendación depositada en él por la Federación Alemana de Fútbol (DFB), que no era partidaria de Qatar.
El diario británico 'Sunday Times' informaba el pasado fin de semana de supuestos viajes pagados al emirato para Beckenbauer por invitación del ex dirigente Mohamed bin Hamman, al que posteriormente inhabilitaron de por vida por corrupción. Entre otros, se le solicitó que aportara información en una entrevista personal o respondiera a unas preguntas por escrito tanto en alemán como en inglés. La suspensión cuestiona el modo de proceder de una figura vital de la historia del fútbol, campeón del mundo como jugador en Alemania 1974 y como entrenador en 1990.