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sábado, 21 de junio de 2014

SALUD MENTAL LA MEJOR HERENCIA FAMILIAR: NIÑOS Y ADOLESCENTES DEPRIMIDOS




No solamente los adultos se deprimen. Los niños y los adolescentes pueden sufrir también de depresión. La depresión se considera como una enfermedad cuando la condición depresiva no es pasajera, sino que persiste en el tiempo. Aproximadamente el 5 % de los niños y adolescentes de la población general padece de depresión severa. Los niños que viven con mucha tensión, que han experimentado una pérdida de algún familiar, o que tienen desordenes de la atención, del aprendizaje o de la conducta corren mayor riesgo de sufrir depresiones.

En la actualidad hay dos causas que ganan cada vez más peso; una es el acoso escolar o “bullying”, y la otra es el sentirse poco adecuado a los cánones imperantes hoy día referentes a moda, belleza, materialismo, etc. y a los que en particular los adolescentes son tan susceptibles. El comportamiento de los niños y adolescentes deprimidos es diferente al comportamiento de los adultos deprimidos. Los especialistas recomiendan a los padres que estén atentos a estos síntomas que pueden presentar sus hijos:

              Tristeza persistente.
              Perdida de interés en sus actividades favoritas.
              Aumento en la actividad o irritabilidad.
              Quejas frecuentes de enfermedades físicas tales como dolor de cabeza o dolor de estómago.
              Rechazo a acudir al centro escolar con excusas varias.
              Ausencias frecuentes de la escuela y deterioro en el rendimiento académico.
              Aburrimiento persistente, falta de energía y falta de comunicación.
              Cambios notables en los patrones de comer y dormir.


Un caso típico es el del niño que jugaba a menudo con sus amigos, y de repente empieza a pasarse la mayor parte del tiempo solo; pierde el interés por todo, y las cosas de las que disfrutaba previamente ya no le dan placer. Los niños y adolescentes deprimidos dicen a veces que quisieran estar muertos o pueden hablar de suicidio. Además, los adolescentes deprimidos pueden abusar del alcohol o de las drogas tratando de sentirse mejor.

Cuando se portan mal en casa y en la escuela pueden estar sufriendo de depresión sin que nadie se dé cuenta de ello. Los padres y los maestros no se percatan de que la mala conducta también puede ser un síntoma de depresión, porque estos niños no dan la impresión de estar tristes. El diagnóstico y el tratamiento temprano de la depresión es esencial para los niños deprimidos. Por ello, ante cualquier síntoma, es recomendable consultar con un especialista.

Acerca de la Dra. Mendoza Burgos

Titulaciones en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.

Mi actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su tradicional estigma.

Fui la primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer dichas especialidades en El Salvador.

Ocasionalmente he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas, Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.

La tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.

Trato de orientar cada vez más mi profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se independizó, e incluso después.

Estoy absolutamente convencida del rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el futuro.  

sábado, 14 de junio de 2014

URGE APOYAR PARTICIPACION POLITICA DE LA MUJER PARA UN VERDADERO CAMBIO EN AMERICA

Tomado esglobal




LOS RETOS DE LAS MUJERES EN AMÉRICA LATINA

El Salvador con la mayor tasa de feminicidios a nivel mundial

Las mujeres latinoamericanas y del Caribe realizan una actividad política y social cada vez más importante. El futuro del continente está también en sus manos y desde las instituciones se está incentivando su presencia. Por otra parte, la violencia contra la población femenina sigue siendo una realidad cotidiana. 

Por Coral Herrera Gómez
El día que Dilma Rousseff ganó las elecciones en Brasil, las portadas de los periódicos eligieron la foto de la nueva presidenta arropada por el señor Lula, quien le da un beso en la frente mientras rodea su cabeza con un gesto de ternura. También Cristina Fernández de Kirchner tuvo a su lado en las portadas a un hombre el día que pasó de ser Primera Dama a ser presidenta de Argentina: su marido le ayudó a sostener y alzar el cetro presidencial. Su gesto paternal sirvió para legitimar de forma simbólica la victoria electoral de su esposa.  
América Latina ha dado pasos de gigante en estos últimos años hacia la igualdad: las presidencias de Rousseff y Fernández, junto con las de Michelle Bachelet en Chile y la de Laura Chinchilla en Costa Rica, han supuesto un hito histórico y tienen un enorme valor simbólico. Sin embargo, la cuestión es si sus liderazgos están contribuyendo al empoderamiento colectivo y a la paridad democrática.
Las presidencias femeninas apenas han transformado las estructuras de poder patriarcal de las democracias de sus países, que siguen basadas en el modelo presidencial: una figura de máxima jerarquía rodeada de un núcleo pequeño de gente que toma decisiones.  Las estadísticas nos demuestran que las mujeres de América Latina y el Caribe han aumentado su tasa de participación política en algunas áreas, principalmente en los parlamentos: en Argentina el número de mujeres parlamentarias ha aumentado del 6% al 37,4% en diez años, según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en 2014. En Costa Rica aumentó del 10% al 38%, en Chile del 7,5% al 14,2% y en Brasil del 5 al 8%, país en el que también aumentó  el porcentaje de mujeres en los gabinetes ministeriales, pasando del 10,7% al 22,6%. 
En paralelo, se percibe un ligero aumento de la participación de las mujeres en el ámbito de la política local: el porcentaje promedio de concejalas de América Latina y el Caribe aumentó desde el 13.7% en 1998, al 25.2% en 2012. Muchos países, sin embargo, se encuentran lejos de las cuotas de paridad: en Argentina, el número de alcaldesas aumentó del 6 al 10%; en Chile, del 9 al 12%; en Bolivia, del 3 al 7%, según datos de CEPAL de este año. 
Algunos países latinoamericanos han puesto en marcha una serie de medidas para incentivar la participación política de las mujeres, como por ejemplo garantizar el acceso de miles de ellas a la obtención de papeles y documentos legales o la aprobación de una ley para eliminar la violencia y la discriminación hacia mujeres que participan en actividades políticas. En Bolivia estas medidas han supuesto un notable incremento de la participación de las mujeres en sindicatos, partidos políticos, organizaciones vecinales, corporaciones municipales y movimientos sociales.
Aunque las presidentas acaparen los focos de atención, las organizaciones de mujeres están jugando un papel fundamental en el camino hacia el desarrollo de toda América Latina y el Caribe. Asuntos como el derecho al agua de las poblaciones, el derecho a la tierra del campesinado, la soberanía alimentaria, los derechos de los pueblos indígenas, la defensa del medioambiente, los derechos de la población LGBTQ, la lucha contra el turismo sexual o la trata de mujeres y niñas son algunas de sus demandas.
Bajo mi punto de vista, ellas son las verdaderas protagonistas de los cambios en todo el continente. Con su trabajo están contribuyendo al empoderamiento colectivo, porque con sus luchas están aportando en  la mejora y transformación de sus comunidades, de sus países y de la región. Muchas organizaciones están trabajando desde otros modelos de liderazgo femenino que no están basados en figuras autoritarias que representan al resto. Cada vez son más las mujeres latinoamericanas trabajando en redes horizontales, locales, nacionales e internacionales y están experimentando diversas metodologías de trabajo y equipo que involucran a toda la comunidad. Este modelo participativo convierte a todos sus miembros en beneficiarios y, a la vez, en actores principales de sus proyectos. 
Los mayores obstáculos para la igualdad en América Latina son la pobreza extrema, la discriminación de las mujeres en todos los ámbitos de su vida -social, político, económico, familiar- y la violencia que existe contra lideresas, defensoras de derechos humanos, activistas y periodistas. Los datos nos demuestran que el desarrollo no es posible sin el empoderamiento femenino: en la medida en que se avanza hacia el logro efectivo de los derechos de las mujeres, se logra mejorar la situación y calidad de vida de la población entera. En aquellos países de América latina y el Caribe donde se ha dado un incremento de la participación de las mujeres en el mercado laboral, disminuyó la pobreza: un 70% en Chile, un 120% en Ecuador, un 103% en México.
Una de las principales causas de la pobreza extrema en el continente es el desigual reparto de las tierras: ellas poseen tan solo el 20% de las tierras, mientras que los hombres poseen el 80% según datos de la FAO de 2011. Paraguay, por ejemplo, es el país más pobre de América Latina: sólo un 2% de la población tiene el 80% de las tierras y de ese porcentaje la gran mayoría son hombres. Son muchas las organizaciones que están trabajando en esta área para garantizar a las mujeres su derecho a la titularidad de las tierras, pero es esencial que los gobiernos latinoamericanos garanticen, mediante leyes y políticas públicas, la titularidad de las tierras, el acceso al agua, y los derechos humanos de las mujeres en todos los ámbitos: empresarial, judicial, económico, social, político, cultural. 
En el ámbito laboral, los Estados deben de seguir trabajando para reducir la brecha salarial y dignificar y mejorar las condiciones laborales de las mujeres. La mayor parte de las latinoamericanas, además, sufren serias dificultades para conciliar su vida laboral y familiar. Una situación que limita su capacidad para participar en política: la sobrecarga de trabajo femenino y la conciliación laboral son dos de los grandes desafíos de las políticas públicas de los gobiernos actuales en América Latina y el Caribe, según ONU Mujeres.
Las tasas de violencia contra las mujeres son otro indicador del largo camino que nos queda por recorrer para alcanzar la igualdad y para garantizar los derechos humanos de la mitad de la población del continente latinoamericano. Un reciente estudio de la Organización Panamericana de la Salud señala que entre el 17 y el 53% de mujeres de doce países de América Latina y el Caribe han reportado haber sufrido violencia sexual o física de parte de un compañero íntimo. El mismo estudio también indica que 2 de cada 3 mujeres son asesinadas en Centroamérica por el hecho de ser mujeres.
En el informe de la oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNDOC, en sus siglas en inglés) sobre los feminicidios cometidos en todo el mundo, se muestra como 14 países de la región se encuentran entre los 25 países con los mayores índices. El Salvador ocupa el primer lugar, Guatemala el tercero y Honduras el séptimo. Más de las tres cuartas partes de los países de la región ya están ejecutando políticasy/o planes nacionales contra la violencia de género en todas sus formas: feminicidio, trata de personas con fines de explotación sexual o tráfico de personas migrantes, entre otros.

Por su parte, los informes de la Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas estiman que más de cinco millones de mujeres y niñas son víctimas de trata de personas en América Latina y el Caribe, más de 500.000 de todos esos casos tienen lugar en México. En el país americano, según el Informe Sombra 2010 realizado por CATWLAC (Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe), desaparecen cada mes más de 60 mujeres y niñas. México es el país latinoamericano con las tasas más altas de violencia contra las mujeres: los feminicidios aumentaron un 106.6% desde el año 2007 hasta la actualidad. 
Estas terribles cifras han tenido impacto en la comunidad internacional y en la cooperación al desarrollo: la lucha contra los feminicidios, la explotación, la pobreza y la violencia contra  las mujeres son algunos de los objetivos prioritarios de la agenda post 2015 de los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio). Todos los organismos internacionales coinciden en la necesidad de contar con las mujeres y sus organizaciones en el camino hacia el desarrollo y la paz, pues hasta hace poco no se las ha reconocido como protagonistas de la transformación que se está llevando a cabo en América Latina. 
Las industrias culturales y los medios de comunicación deben asumir también la responsabilidad social y política que tienen para impulsar cambios mostrando el protagonismo de las mujeres, visibilizando, documentando y difundiendo el trabajo de las organizaciones y los colectivos de mujeres. 
En el ámbito político y legislativo, es necesario despatriarcalizar y descentralizar el poder político; al mismo tiempo se debe abrir el camino hacia la consolidación de modelos democráticos más plurales, participativos, abiertos e inclusivos. El camino hacia la igualdad y el desarrollo pasa por la creación de espacios de participación ciudadana, redes de trabajo horizontales, canales de comunicación entre organizaciones de base y los gobiernos e instituciones, espacios de debate locales, nacionales y regionales en las que las organizaciones de mujeres y las mixtas puedan ampliar su capacidad de incidencia política. 
Es fundamental aprovechar todo el potencial y el trabajo de las redes feministas y los colectivos de mujeres en toda América Latina y el Caribe, pues están jugando un papel fundamental en el camino hacia la igualdad, la paz y el desarrollo. Ellas no pisan alfombras rojas ni lucen en las portadas, pero son, sin duda, las verdaderas protagonistas del cambio en todo el continente.  

sábado, 3 de mayo de 2014

“Costo Brasil” pone en pausa milagro económico del gigante del sur

Tomado de esglobal

BARRERA DE OBSTÁCULOS PARA BRASIL

Por Santiago Pérez

Los desafíos de crear un nuevo modelo acorde a las necesidades de la economía internacional del siglo XXI.
La economía brasileña se enfrenta a desafíos estructurales. Durante los últimos dos años el país ha visto sensiblemente ralentizado su crecimiento. Tanto en comparación con vecinos latinoamericanos como Perú, Chile o Colombia, como con otras potencias emergentes del grupo de los BRICS como China e India, el rendimiento de la mayor economía latinoamericana ha sido pobre.
¿A que se deben estos resultados? Sin dudas a factores tanto exógenos como endógenos. Pero más allá de los reacomodamientos en el contexto económico internacional que indefectiblemente afectan al país, el funcionamiento interno de la economía brasileña convive con cuellos de botella que limitan su capacidad productiva. Entre estos condicionantes se destacan la elevada presión fiscal, la falta de infraestructura, la dificultad para la apertura de nuevas empresas, la corrupción en el manejo del Estado, el bajo nivel de apertura comercial y las trabas burocráticas al comercio exterior. Estos elementos dan forma al denominado “Costo Brasil”, un término ampliamente conocido en el medio local.
La necesidad de superar estas barreras ha llevado al Gobierno de la presidenta Dilma Rousseff a impulsar una serie de reformas que buscan atacar en forma directa estos problemas.
El impulso a la iniciativa empresarial es sin duda un elemento de importancia para el dinamismo de cualquier economía. La mayor o menor dificultad en constituir una empresa puede tornar a un país más o menos amigable para la generación de nuevos negocios. Tanto es así que el Banco Mundial contempla los tiempos, procedimientos y costos de crear empresas como un elemento a valorar en su “Índice de facilidad para hacer negocios”. Actualmente, Brasil se encuentra en el puesto número 183 de los 219 países evaluados. Con el objetivo de desburocratizar e impulsar la generación de riqueza, el Gobierno brasileño trabaja en una reforma que permita reducir de 180 a 5 los días necesarios para constituir una nueva empresa. Al acortamiento de los tiempos se le suma la simplificación de procesos administrativos y una sustantiva reducción de costos. Abrir una compañía hoy en Brasil puede tornarse una odisea casi interminable y eso es justamente lo que se desea modificar.
Es en relación a la infraestructura donde el Gobierno ha trabajado más profundamente. Puertos, carreteras y aeropuertos en Brasil son insuficientes, precarios y suelen saturarse con facilidad. El resultado es el alargamiento de los tiempos de transporte y el encarecimiento de la cadena productiva nacional. La necesidad de obras es ineludible.
Puntualmente en lo que respecta a los puertos, el Ejecutivo ha logrado que, después de intensas negociaciones en el Congreso, se sancione un nuevo marco regulatorio para el sector. La principal novedad es la apertura al capital privado del sistema portuario, dando por finalizada la estructura monopólica estatal. Ya son más de cien los proyectos de construcción de terminales presentados por privados tras la sanción de la nueva ley. La ampliación de la capacidad permitirá un funcionamiento más ágil del comercio exterior y su consecuente mejora en la competitividad. Tanto las compañías que dependen de insumos importados como aquellas que comercializan sus productos en el exterior se verán beneficiadas. El 95% del comercio exterior de Brasil (cerca de 500.000 millones de dólares, unos 360.000 millones de euros, entre importaciones y exportaciones) se realiza por transporte marítimo, es por ello que la importancia de esta reforma es superlativa.
Las carreteras y autopistas brasileñas también transitan un período de importantes cambios. El Gobierno ha lanzado un agresivo programa de concesiones que busca pasar a administradores privados 11,191 kilómetros de caminos. El plan obliga a las empresas a realizar millonarias obras a cambio del derecho de explotar los peajes. El transporte de mercaderías por camión en un país de 8,5 millones de kilómetros cuadrados (el quinto mayor del mundo) se verá sustantivamente mejorado. El ambicioso proyecto tiene sus limitaciones. La gran cantidad de carreteras ofrecidas a la iniciativa privada ha sido mayor a las posibilidades de las empresas del sector, en casos colocándolas en aprietos financieros por falta de capital. El poderoso BNDES (Banco Nacional de Desarrollo) ha entrado en escena ofreciendo créditos a las compañías, los cuales permiten en algunos casos financiar hasta el 70% de las obras.
Las dimensiones brasileñas hacen que el transporte aéreo sea una prioridad. Viajar de un extremo del país a otro por medios alternativos se torna, en efecto, imposible. Al mismo tiempo, la organización del Mundial de Fútbol 2014 y los Juegos Olímpicos 2016 obligan al país a modernizar sus sistema aeroportuario. Los cinco principales aeropuertos de Brasil: Rio de Janeiro (Galeão), Belo Horizonte (Confins), São Paulo (Guarulhos), Brasília (Juscelino Kubitschek) y Campinas (Viracopos) pasarán a manos privadas. Los contratos de concesión tendrán una duración de entre 20 y 30 años. La medida permitirá mucho más que nuevas terminales y ampliaciones de capacidad. El ingreso de privados traerá al país nuevas tecnologías, las cuales serán aprovechadas también por la estatal Infraereo, compañía que está a cargo de otros 60 aeropuertos en el país. 
Es posiblemente la cuestión fiscal la gran cuenta pendiente. Brasil necesita de una reforma impositiva que transforme a la estructura tributaria en más moderna y sencilla. Por cuestiones políticas, avanzar en este tipo de reformas se torna complejo para la actual Administración. Alcanzar los consensos necesarios dentro del Parlamento en momentos en donde la relación entre Rousseff y los partidos aliados no es la más fluida parece difícil. Por otro lado, 2014 es un año electoral, situación que echa por tierra cualquier posibilidad de abordar una temática tan delicada. En estos momentos, la presión fiscal en Brasil asciende al 36% del PBI y, según un estudio del Instituto Brasileño de Planificación Tributaria, el país ofrece el peor retorno en bienestar social entre las 30 naciones con mayor carga tributaria.
El grado de apertura comercial se encuentra también sobre la mesa y por ahora dista de una resolución. La estructura arancelaria del MERCOSUR obliga a todos sus miembros a negociar en bloque tratados de libre comercio con otras naciones. Un reciente estudio de la Fundación Getulio Vargas muestra que un eventual TLC con Estados Unidos y la Unión Europa incrementaría en 86.000 millones de dólares el comercio exterior del país. Cifra que significa un volumen de compras y ventas externas un 18% mayor al de hoy en día. El encarecimiento de los insumos importados es otra consecuencia del sistema arancelario vigente. Cualquier producto que ingresa al país desde fuera del bloque llega al consumidor a precios elevados. En casos, esta realidad puede afectar la competitividad de la economía, particularmente en lo que respecta a la importación de tecnología o bienes de capital para la industria. El debate entre buscar nuevas asociaciones comerciales o permanecer dentro del MERCOSUR bajo las circunstancias actuales circula en ámbitos empresariales pero aún no llega al Gobierno. La posibilidad de potenciar la integración de Brasil a los flujos comerciales internacionales deberá en algún momento ser, al menos, considerada.

Desde el lanzamiento del Plan Real en 1994 Brasil goza de estabilidad macroeconómica y tasas de crecimientos positivas. La fórmula que permitió grandes éxitos pareciera estar comenzando a agotarse y es justamente ese el porqué de la batería de medidas impulsadas desde el Palacio do Planalto. El interrogante válido es si la profundidad de las reformas será suficiente como para dar inicio a un nuevo ciclo de expansión, basado sobre un nuevo modelo, más acorde a las necesidades de la economía internacional moderna.  A los temas aquí expuestos se le suman otras cuestiones complejas y poco atendidas como la elevada corrupción y la ineficacia estatal. El curso de los hechos mostrará la capacidad o no de Brasil de superar estos obstáculos.

sábado, 15 de marzo de 2014

Suramérica en rumbo su autoconquista

Tomado de esglobal
LA CONQUISTA DE AMÉRICA DEL SUR POR LOS SURAMERICANOS

Por Luis Esteban G. Manrique

Integración física sudamericana: impacto e implementación en el Perú
                                                                                                                          
Rosario Santa Gadea (editora) 
Hasta bien entrado el siglo XX, la única forma de llegar desde Lima a Iquitos, la mayor ciudad de la Amazonía peruana, era mediante un barco que salía del Callao y atravesaba el estrecho de Magallanes para desde ahí enrumbar a Belén do Pará, en la desembocadura del Amazonas, y luego río arriba hasta Iquitos.
Muchos de los obstáculos de la geografía peruana siguen siendo imponentes. Numerosas zonas de una misma región no tienen medios de comunicarse directamente a pesar de que el sector transportes absorbe casi el 50% de la inversión pública. 
Perú no es un caso aislado en América del Sur, un continente muy difícil de integrar debido a las formidables barreras que separan sus cuatro islas: la Plataforma del Caribe, la Cornisa Andina, la Plataforma Atlántica y el Enclave Amazónico. Debido a esos obstáculos, el comercio intracontinental en América Latina y el Caribe apenas roza el 20%, mientras que Asia representa 53% del total y en Europa supera el 70%.
Una mayor integración continental –y de la región en los mercados mundiales– es inviable sin superar esos obstáculos. Pero los grandes viajes comienzan siempre con un primer paso. En septiembre de 2000 lo dio el presidente Fernando Henrique Cardoso, cuando convocó en Brasilia la I Cumbre de Presidentes de América del Sur que lanzó la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Suramericana (IIRSA).
Más de una década después, los resultados están a la vista: entre 2003 y 2004 la cartera de proyectos IIRSA sumaban 335, con una inversión estimada de 26.700 millones de dólares. En 2010 se alcanzaron los 540 proyectos, con inversiones por valor de 96.000 millones de dólares en sus nueve ejes de integración y desarrollo (EID).
Debido en buena medida a la mejora de las infraestructuras de transporte, el valor de las exportaciones entre 1998 y 2008 aumentó un 167% en Argentina,  484% en Bolivia, 287% en Brasil, 247% en Colombia, 307% en Chile, 340% en Ecuador y 337% en Paraguay.
El papel clave de Perú
Vista de la carretera Interoceánica Sur cerca del departamento Madre de Dios, Perú.
El caso de Perú es especialmente notable: su comercio exterior creció un 448% entre 1998 y 2008. No es casual. El país andino tiene un papel clave en la estructuración del espacio suramericano a través de las interconexiones bioceánicas.caca, . 
Este país es una de las economías más abiertas de la región, con acuerdos comerciales con la UE, EE UU, China, Japón y Corea del Sur, entre otros. Es además miembro fundador de la Alianza del Pacífico junto a México, Colombia y Chile, que juntos representan más del 50% de las exportaciones de la región.
Actualmente, Perú está desarrollando seis ejes de carreteras, tres transversales y tres longitudinales. Según investigadores de la Universidad del Pacífico de Lima –que ha editado con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y del Centro Peruano de Estudios Internacionales (Cepei) el excelente estudio objeto de esta reseña–, los beneficios directos e indirectos de esas obras tendrán un retorno de 2,6 veces la inversión en 30 años.
Nada ilustra más esos avances que la creciente vinculación física entre Perú y Brasil. Pese a sus 3.000 kilómetros de frontera común, hasta 2000 carecían de conexiones terrestres directas. En la última década, en cambio, han sextuplicado su comercio bilateral, hasta los 3.700 millones de dólares en 2012, gracias en parte a la carretera Interoceánica Sur (IS).
Terminada en 2010, la IS une hoy a los estados brasileños de Acre, Rondonia y Mato Grosso con los departamentos peruanos de Arequipa, Cusco y Madre de Dios. En los próximos años, ese primer corredor bioceánico se complementará con las vías fluviales y terrestres que unirán el puerto peruano de Paita con la ciudad brasileña de Manaos. En su reciente visita oficial a Lima, la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, propuso alcanzar un intercambio comercial de 10.000 millones de dólares en 2018.
La ruta entre Paita y Manaos supondrá una ruta alternativa al canal de Panamá. Según cálculos del ministerio de Transportes peruano, cuando esté plenamente operativa esa vía, un barco tardará en promedio 10 días menos en llegar a Manaos desde Asia, lo que permitirá ahorros de casi un millón de dólares por día y por barco. Manaos importa 8.000 millones de dólares anualmente de la región Asia-Pacífico.
Pero esos no son los únicos factores a tener en cuenta. Los costes de flete marítimo desde los puertos peruanos hacia Asia son mayores que los de Santos debido a la mayor oferta de frecuencias marítimas directas desde el puerto brasileño. Santos dispone de 60 frecuencias semanales, frente las 30 del Callao. Del mismo modo, el transporte más rápido y barato entre Hong Kong o Singapur y Manaos es la vía Índico-Atlántico y no la del Pacífico. El trayecto de la costa peruana a China y Japón no se usa realmente: siempre se pasa antes por Los Ángeles.
Por ello, los especialistas citados en el libro coinciden en subrayar que la verdadera función de IIRSA es integrar a los países de América del Sur. Rio Branco, capital del estado brasileño de Acre, por ejemplo, está más cerca de Arequipa que de Sao Paulo, uno de sus principales proveedores, por lo que podría empezar a abastecerse también de productos agroindustriales, químicos y textiles peruanos.
El lado oscuro de la integración
Pero el desarrollo de megainfraestructuras tiene también un lado oscuro: la creciente emigración que han hecho posibles a zonas antes inaccesibles, lo que ha aumentado la pérdida de biodiversidad, la expansión de la minería informal y la tala ilegal.
La IS ha contribuido a la proliferación de asentamientos humanos que han convertido el departamento de Madre de Dios en un paraíso de la deforestación y la minería contaminante. En Madre de Dios se extraen cada año unos 16.000 kilos de oro aluvial en polvo, para lo que se utilizan anualmente unos 48.000 kilos de mercurio.
Tras su explotación, algunas zonas quedan sembradas de cráteres inmensos donde antes hubo bosques. La minería informal es incluso más rentable que el narcotráfico, generando fortunas que no tributan, corrompen autoridades y pagan cupos a los terroristas de Sendero Luminoso y a los sicarios de los narcos.
Según cifras oficiales, en Madre de Dios se han perdido ya unas 23.000 hectáreas de selva tropical, aunque las estimaciones del Carnegie Department of Global Ecology duplican esa cifra. Las poblaciones indígenas de la zona han sido expuestas a concentraciones de mercurio cinco veces mayores que las consideradas seguras por la Organización Mundial de la Salud.
Según la ONG Vérité, en 2012 la producción aurífera de Madre de Dios fue de 848 millones de dólares, un 97% de la cual se hizo de manera ilegal. Más de la mitad del territorio peruano está cubierto por los bosques tropicales. El Banco Mundial estima que hasta el 80% de las maderas que exporta el país proviene de la tala ilegal de maderas nobles como la caoba.
Los indígenas amazónicos representan sólo el 1% de la población peruana, pero habitan enclaves que suponen casi dos terceras partes del territorio nacional. De un millón de indígenas de la cuenca amazónica, 300.000 son peruanos. Las amenazas que enfrentan van desde la deforestación y la contaminación de los ríos hasta la violencia provocada por el narcotráfico.
Para sembrar una hectárea de coca, la mayor parte de la cual se dedica a elaborar cocaína, se deforestan cuatro de bosque. Aunque el arbusto de coca es semisilvestre, necesita un importante apoyo agroquímico debido a la gran cantidad de plagas que sufren los cultivos. Para protegerlas, los cocaleros utilizan herbicidas contra la maleza invasora y fertilizantes que compensan la pobreza de nutrientes del suelo. Todas esas sustancias llegan al suelo y los ríos afectando a los recursos hidrobiológicos en medidas aún desconocidas.
Otro factor contaminante son las pozas de maceración de la pasta básica de cocaína, un verdadero vertedero de químicos como el ácido sulfúrico y el clorhídrico, que se arrojan luego en los ríos y el suelo. Para transformar media hectárea de coca en clorhidrato de cocaína se necesita aproximadamente una tonelada de insumos químicos.
En 2009, en la zona de la Curva del Diablo en Bagua, una zona fronteriza con Ecuador, 24 policías fueron asesinados a sangre fría tras ser capturados por aguarunas y huambisas que protestaban por la concesión de permisos de explotación petrolera.
Por cada árbol de caoba que se tala, por ejemplo, mueren otros 27 árboles a su alrededor debido a la entrada de los tractores que se llevan los troncos y el laberinto de senderos que se trazan en la selva para llegar a las carreteras. Entre 1960 –cuando comenzó a construirse la carretera transamazónica– y 2000, la población brasileña se multiplicó por 10 en esa región, mientras que las etnias nativas se redujeron en dos terceras partes. Perú, con una planificación más adecuada, todavía está a tiempo de evitar el lado más oscuro del desarrollo. 

lunes, 6 de enero de 2014

Los dos modelos económicos vigentes en Latinoamérica: el de los Países del Atlántico y el de los del Pacífico

Tomado de The Wall Street Journal 

La historia económica de dos Latinoaméricas

Por DAVID LUHNOW

Existen dos Latinoaméricas. La primera se trata de un bloque de países —entre ellos Brasil, Argentina y Venezuela— que colinda con el océano Atlántico, desconfía de la globalización y otorga al Estado un papel más importante en la economía. La segunda —compuesta por países que dan al Pacífico, como México, Perú, Chile y Colombia— promueve el libre comercio y la apertura de mercado.
Debido a que ambos grupos cuentan con una geografía, cultura e historia similares, esta división ha convertido al subcontinente en una especie de experimento económico controlado. Durante casi una década, las economías de los países del Atlántico han crecido con mayor rapidez, en gran parte gracias al alza de precios de las materias primas. Pero los próximos años pintan mejor para los países del Pacífico. Por consiguiente, la región como un todo enfrenta una decisión sobre qué camino tomar: ¿el del Atlántico o el del Pacífico?
Existen buenos motivos para pensar que los países que colindan con el Pacífico tienen una ventaja. Alan García, ex presidente de Perú, afirmó en una conferencia reciente en Ciudad de México que buena parte del continente está pagando los costos del proteccionismo exagerado y la política irresponsable.
El ex mandatario agregó que esta no es la América Latina que ve en el futuro, sino una representada por países como Chile —que, señaló, desde hace mucho ha sido un buen ejemplo de cómo hacer las cosas; Colombia, Perú y México.
En 2014, la Alianza del Pacífico —bloque comercial conformado por México, Colombia, Perú y Chile— crecería en promedio 4,25%, impulsada por altos niveles de inversión extranjera y baja inflación, según previsiones de Morgan Stanley. No obstante, el grupo del Atlántico integrado por Venezuela, Brasil y Argentina —países miembros del Mercosur— se expandiría sólo 2,5%, y el peso pesado de la región, Brasil, apenas 1,9%.
Las tendencias divergentes de las dos Latinoaméricas podrían continuar más allá de 2014. Cuando el crecimiento económico de China se encontraba en su cúspide, el gigante en ascenso consumía petróleo venezolano, soya argentina, cobre chileno y mineral de hierro brasileño. Sin embargo, conforme la economía china se ha desacelerado, ha ocurrido lo mismo con los precios de los commodities, lo que ha golpeado con mayor fuerza a las economías del Atlántico. El ministro de Hacienda brasileño, Guido Mantega, solía jactarse de que el modelo de desarrollo económico del país pronto se extendería por todo el mundo. Pero Brasil —con sus altos impuestos, burocracia y aranceles— hizo poco para prepararse para el momento en que los precios de las materias primas pudieran debilitarse.
Los economistas señalan que los países en la zona de libre comercio de América Latina están mejor preparados para prosperar, con mayores aumentos de la productividad y economías abiertas más propensas a atraer inversión. Los países del Pacífico, incluso aquellos como Chile que siguen dependiendo de bienes básicos como el cobre, han tomado más medidas para fortalecer todo tipo de exportaciones. En México, las exportaciones manufactureras actualmente generan casi un cuarto de la producción económica anual. (El porcentaje de Brasil es un insignificante 4%). Las economías del Pacífico son también más estables. Países como México y Chile gozan de una menor inflación y abundantes reservas extranjeras.
Por contraste, Venezuela y Argentina empiezan a parecer casos económicos perdidos, con alta inflación y débiles finanzas públicas. En Venezuela, la inflación supera 50%, a la par de la de Siria, que se encuentra devastada por una guerra civil. El presidente Nicolás Maduro, sucesor del difunto populista Hugo Chávez, está intensificando los controles de precios para intentar controlar la inflación. El resultado bastante predecible ha sido una amplia escasez de todo, desde autos nuevos hasta papel higiénico. Una nueva aplicación popular utiliza el crowdsourcing, o la colaboración del público, para indicar a los residentes de Caracas en qué lugares se han encontrado productos como carne, lo que permite a otros salir disparados a la tienda para conseguir artículos preciados.
Las finanzas de esta América Latina tampoco son ejemplares. Las monedas de Venezuela, Argentina y Brasil fueron algunas de las tres divisas con peor desempeño en la región en 2013. Por ejemplo, el peso argentino cayó 32% frente al dólar al tipo de cambio oficial, y cerca de 47% en el mercado negro.
Argentina también ha sufrido a causa de una regulación abrumadora. En Buenos Aires, los meses de verano en el hemisferio sur han traído temperaturas extremadamente altas, así como frecuentes apagones. El gobierno impuso controles a los precios de la energía en 2002, con la esperanza de ayudar a los pobres a superar el colapso financiero de 2001. Aun así, lo que se suponía que sería una medida temporal se convirtió en algo permanente. Las empresas eléctricas, desalentadas por los controles de precios, dejaron de invertir en su anticuada red eléctrica.
Incluso Brasil, que ha tenido una gestión económica mucho más responsable que la de Venezuela o Argentina, comienza a luchar contra un alza de precios y un auge del crédito que empieza a revertirse. El año pasado, un brasileño resumió el bloque del Atlántico con dureza: "Brasil se está convirtiendo en Argentina, Argentina se está convirtiendo en Venezuela y Venezuela se está convirtiendo en Zimbabue".
Un momento clave en la creación de las dos Latinoaméricas ocurrió en 2005, cuando Brasil, Argentina y Venezuela (entonces gobernada por Chávez) se unieron para poner fin a la propuesta de crear el Área de Libre Comercio de las Américas, que se extendería desde Alaska hasta la Patagonia. Preocupados por el fracaso del ALCA, la Alianza del Pacífico creó su propia zona de libre comercio, eliminando aranceles a 90% de los bienes y fijando un cronograma para hacer lo mismo con el resto.
También difieren en su diplomacia: el bloque del Atlántico suele mostrar desconfianza u hostilidad hacia Estados Unidos, mientras que los países del Pacífico tienden a tener lazos más estrechos con Washington.
Muchos de los jóvenes de la región, la mayoría de la población, han votado por políticos como Chávez, que ofrecieron crecimiento fácil a base de imprimir dinero. Estos votantes jóvenes podrían recibir duras lecciones a futuro.
"Al final, los resultados de los diferentes bloques resolverán los debates", dice Pedro Pablo Kuczynski, ex ministro de Economía y Finanzas peruano, "pero las ideas malas tardan mucho en morir".