No
solamente los adultos se deprimen. Los niños y los adolescentes pueden sufrir
también de depresión. La depresión se considera como una enfermedad cuando la
condición depresiva no es pasajera, sino que persiste en el tiempo.
Aproximadamente el 5 % de los niños y adolescentes de la población general
padece de depresión severa. Los niños que viven con mucha tensión, que han
experimentado una pérdida de algún familiar, o que tienen desordenes de la
atención, del aprendizaje o de la conducta corren mayor riesgo de sufrir
depresiones.
En
la actualidad hay dos causas que ganan cada vez más peso; una es el acoso
escolar o “bullying”, y la otra es el sentirse poco adecuado a los cánones
imperantes hoy día referentes a moda, belleza, materialismo, etc. y a los que
en particular los adolescentes son tan susceptibles. El comportamiento de los
niños y adolescentes deprimidos es diferente al comportamiento de los adultos
deprimidos. Los especialistas recomiendan a los padres que estén atentos a
estos síntomas que pueden presentar sus hijos:
•
Tristeza persistente.
•
Perdida de interés en sus
actividades favoritas.
•
Aumento en la actividad o
irritabilidad.
•
Quejas frecuentes de enfermedades
físicas tales como dolor de cabeza o dolor de estómago.
•
Rechazo a acudir al centro escolar
con excusas varias.
•
Ausencias frecuentes de la escuela
y deterioro en el rendimiento académico.
•
Aburrimiento persistente, falta de
energía y falta de comunicación.
•
Cambios notables en los patrones
de comer y dormir.
Un
caso típico es el del niño que jugaba a menudo con sus amigos, y de repente
empieza a pasarse la mayor parte del tiempo solo; pierde el interés por todo, y
las cosas de las que disfrutaba previamente ya no le dan placer. Los niños y
adolescentes deprimidos dicen a veces que quisieran estar muertos o pueden
hablar de suicidio. Además, los adolescentes deprimidos pueden abusar del
alcohol o de las drogas tratando de sentirse mejor.
Cuando
se portan mal en casa y en la escuela pueden estar sufriendo de depresión sin
que nadie se dé cuenta de ello. Los padres y los maestros no se percatan de que
la mala conducta también puede ser un síntoma de depresión, porque estos niños
no dan la impresión de estar tristes. El diagnóstico y el tratamiento temprano
de la depresión es esencial para los niños deprimidos. Por ello, ante cualquier
síntoma, es recomendable consultar con un especialista.
Acerca de la Dra. Mendoza Burgos
Titulaciones
en Psiquiatría General y Psicología Médica, Psiquiatría infantojuvenil, y
Terapia de familia, obtenidas en la Universidad Complutense de Madrid, España.
Mi
actividad profesional, desde 1,993, en El Salvador, se ha enfocado en dos
direcciones fundamentales: una es el ejercicio de la profesión en mi clínica
privada; y la segunda es la colaboración con los diferentes medios de
comunicación nacionales, y en ocasiones también internacionales, con objeto de
extender la conciencia de la necesidad de salud mental, y de apartarla de su
tradicional estigma.
Fui la
primera Psiquiatra infanto-juvenil y Terapeuta familiar acreditada en ejercer
dichas especialidades en El Salvador.
Ocasionalmente
he colaborado también con otras instituciones en sus programas, entre ellas,
Ayúdame a Vivir, Ministerio de Educación, Hospital Benjamín Bloom, o
Universidad de El Salvador. He sido también acreditada por la embajada de
U.S.A. en El Salvador para la atención a su personal. Todo ello me hizo
acreedora en 2007, de un Diploma de reconocimiento especial otorgado por la
Honorable Asamblea Legislativa de El Salvador, por la labor realizada en el
campo de la salud mental. Desde 2008 resido en Florida, Estados Unidos, donde
compatibilizo mi actividad profesional con otras actividades.
La
tecnología actual me ha permitido establecer métodos como video conferencia y
teleconferencia, doy consulta a distancia a pacientes en diferentes partes del
mundo, lo cual brinda la comodidad para mantener su terapia
regularmente aunque esté de viaje. De igual manera permite a aquellos pacientes
que viven en ciudades donde los servicios de terapeuta son demasiado altos
acceder a ellos. Todo dentro de un ambiente de absoluta privacidad.
Trato de orientar cada vez más mi
profesión hacia la prevención, y dentro de ello, a la asesoría sobre relaciones
familiares y dirección y educación de los hijos, porque después de tantos años
de experiencia profesional estoy cada vez más convencida de que el
desenvolvimiento que cada persona tiene a lo largo de su vida está muy
fuertemente condicionado por la educación que recibió y el ambiente que vivió
en su familia de origen, desde que nació, hasta que se hizo adulto o se
independizó, e incluso después.
Estoy absolutamente convencida del
rol fundamental que juega la familia en lo que cada persona es o va a ser en el
futuro.