Tomado de El País
El congresista Luis Gutiérrez, en una foto del pasado junio
publicada en su cuenta oficial de Flickr.
LA CRISIS DE LOS NIÑOS
INDOCUMENTADOS
“Los
gobernantes de Centroamérica también tienen responsabilidad”
El congresista
de EE UU Luis Gutiérrez, destacado defensor de los latinos, dice en esta
entrevista que las causas de la emigración de los niños son profundas y están
repartidas entre Estados Unidos, los países de origen y los narcotraficantes
Por Pablo Ximenez de Sandoval
El
congresista Luis V. Gutiérrez (Chicago, 1953) es una de las voces más
combativas del Capitolio en favor de los derechos de los inmigrantes y de la
comunidad latina de Estados Unidos en particular. Educado en Puerto Rico, el
país de sus padres, se sienta desde 1992 en el escaño de la Cámara de
Representantes que corresponde al centro de Chicago. Gutiérrez atendió
brevemente a EL PAÍS en la convención del Consejo Nacional de La Raza, el lobby latino
más importante de EE UU, que se celebra en Los Angeles, donde fue vitoreado en
varias ocasiones por hablar sin pelos en la lengua. También fue el único
conferenciante que utilizó el español con fluidez. Su principal preocupación en
estos días es la crisis de los niños inmigrantes de Centroamérica en
la frontera y lanza un mensaje a esos países: “No vengan”.
“Lo
que hay es un camino de tortura, abusos, ultraje y muerte”, dice Gutiérrez. “Y
si sobreviven a ese camino, nuestras leyes de inmigración no les van a brindar el
auxilio y la ayuda que ustedes esperan y necesitan”. Pero el
congresista también afirma que en Estados Unidos “tenemos una responsabilidad”.
“Nosotros tenemos que asegurar que aquellos sectores criminales de sus países que controlan grandes sectores
de su economía y su vida cívica, no puedan continuar actuando
con impunidad”.
Gutiérrez
se esfuerza por explicar que “esto es un asunto bien complicado” y que las
causas de la llegada de menores indocumentados son profundas y antiguas. “Los
adultos de los dos lados de la frontera les han fallado a los niños. Nosotros
consumimos las drogas, aquí en este país. Somos los consumidores principales
del mercado de los narcotraficantes que controlan esos países y, a la vez,utilizan los dólares y el armamento fabricado aquí, en
Estados Unidos, para crear el caos que existe y que no permite defender a esos
niños”.
En
su reparto de responsabilidades, el congresista Gutiérrez no deja de citar a
los gobernantes de los países de origen. “Ellos tienen responsabilidad. Hay
sectores corruptos, policías que no protegen”. Por ejemplo, Gutiérrez cita de
memoria, como si le hubiera impactado especialmente, los detalles del caso de
Erwin Sperisen, ex jefe de la policía de Guatemala, condenado el pasado 6 de
junio a cadena perpetua por un tribunal suizo por haber participado en los
asesinatos de seis presos. A un séptimo preso lo mató él personalmente.
Para
el congresista Gutiérrez, casos como este son “un indicio” de lo que ocurre en
esos países. “Mire, nuestro país, el Departamento de Estado recomienda a los
ciudadanos norteamericanos que no viajen a Honduras, y lo que dice es: ‘La
policía no le protegerá’. Y si no protegen a los turistas, ¿qué protección se
puede esperar para los indígenas?”.
Los
presidentes de Guatemala, Honduras y El Salvador se reunirán con el presidente
de Estados Unidos, Barack Obama, el próximo 25 de julio en Washington para
tratar la crisis de los niños indocumentados.
En
el plano interno, Gutiérrez rechaza que 57.000 niños indocumentados supongan
ninguna emergencia para EE UU. “Entre Turquía y Jordania tienen un millón y
medio de refugiados sirios y nosotros los aplaudimos por hacerlo, son nuestros
aliados”.
Durante las
sesiones de la conferencia del CNLR, Gutiérrez charló con los periodistas para
explicar lo que, según él cree, puede hacer Obamaa través de las medidas ejecutivas que ha prometido tomar
antes de las elecciones de noviembre. En primer lugar, el
congresista cree que se debería permitir a 1,5 millones de personas que ya
tienen concedidas visas para familiares que las recojan en sus oficinas locales
en EE UU, sin necesidad de tener que volver a sus países de origen para hacer
el trámite en el consulado. En segundo lugar, se puede buscar una solución para
los llamados dreamers, unos 600.000 jóvenes que llegaron
indocumentados a EE UU de niños, traídos por sus padres, y que se encuentran en
un limbo legal. Por último, el presidente, opina Gutiérrez, podría abrir un
camino a la legalidad para los que son padres de niños ciudadanos, nacidos en
EE UU y por tanto con pasaporte norteamericano. En total, Gutiérrez cree que
las medidas ejecutivas de Obama podrían beneficiar a unos 5 millones de
personas, frente a los 11 millones a los que ayudaba directamente la reforma
migratoria aprobada en el Senado y que se encuentra bloqueada en la Cámara baja
por los republicanos.
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